Ignacio Blanco hace una introducción general en el primero de ellos en el cual recuerda el mundo lleno de complejidades en el que viven los menores hoy. Indica que la investigación en televisión es una tarea multidisciplinar que debe responder a preguntas que con asiduidad nos hacemos: ¿qué hacen los menores con la televisión?, ¿qué uso óptimo creen los padres que los niños deberían hacer de la televisión?, ¿cuál es la función de los responsables de las cadenas?, ¿cuál es la responsabilidad social derivada de las emisiones televisivas? Asegura "la respuesta está en las normas" (p. 23) pues el control parental sigue siendo indispensable para los más pequeños que crecen en medio de la revolución tecnológica. En el segundo apartado Teresa Torrecillas es la encargada de hacer una reflexión acerca del lugar que ocupa la familia en el proceso de la recepción televisiva infantil. Para ello analiza el entorno del niño durante su desarrollo y el papel de la familia como el primero y principal agente socializador en las relaciones con la televisión. La hipótesis de la autora se centra en verificar el hecho de la pérdida de protagonismo de la familia frente al poder de este medio de comunicación. Presenta el enfoque de distintas investigaciones al respecto y prioriza la responsabilidad mediadora de los padres que son, al fin y al cabo, los que tienen el compromiso de la educación de sus hijos. Una de las aportaciones más interesantes que la autora ofrece es una serie de modelos de interacción entre padres e hijos en relación con la televisión: la mediación preferente, la efectiva y las categorías de disonancia pragmática. Tamara Vázquez hace un llamado con perspectiva histórica al estudiar la evolución que ha tenido la oferta televisiva dirigida al público infantil. Después de hacer un recorrido por los principales cambios que ha tenido la programación infantil en España hace énfasis en el predominio del formato contenedor -visible fácilmente en las distintas cadenas generalistas- y describe algunos conocidos, tales como: Los Lunnis, Correcaminos, Megatrix, Boing y Los Algos. La autora también analiza otras propuestas programáticas para niños de las cadenas generalistas y en especial las parrillas de las temáticas, emergentes a raíz del nacimiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT). Es un capítulo interesante que cierra respondiendo a la pregunta ¿la televisión infantil ha cambiado más en el campo cuantitativo que en el cualitativo? Pero ¿qué ven los niños en televisión? De la Torre Arau dedica su espacio a la audiencia infantil y a la transformación que ésta ha tenido en los últimos años. La madurez del pequeño telespectador ocurre no por un fenómeno natural sino empujada por el visionado que hace de la programación de adultos. Analiza algunos espacios de riesgo para los niños en diferentes cadenas como Sálvame, Donde estás corazón, La Noria o Sin tetas no hay paraíso. Al hilo de esto, destacan otro aspecto importante: el lenguaje sexista utilizado en los medios de comunicación. Pilar Fernández se encarga de este capítulo haciendo memoria, en primer lugar del Código de Autorregulación sobre contenidos televisivos e infancia y el surgimiento de las franjas de protección reforzada en las que ha de cuidarse de modo especial el contenido de la programación. La autora reflexiona sobre el sexismo en la prensa escrita y en la televisión, establece diferencias entre distintos tópicos como el lenguaje sexista y el lenguaje de género, el sexismo léxico, el sintáctico, el social y hace una revisión de las investigaciones sobre sexismo lingüístico en España. Garbisu Buesa y Pedrero González escriben sobre la influencia de la televisión en la adquisición del lenguaje. Abarcan desde la descripción del proceso de percepción de la televisión en el niño, pasando por la socialización hasta llegar a la adquisición del lenguaje. ¿La programación infantil supone un medio de adquisición del lenguaje? Los autores plantean posicionamientos en pro y en contra, sin dejar de mencionar la importancia de la supervisión y orientación por parte de los padres. Los dos últimos capítulos -el 7 y el 8- están dedicados al estudio de una de las series más conflictivas en el campo de la audiencia televisiva como lo es Los Simpson. Los autores del libro se dividen en dos grupos para estudiarla haciendo uso de un diseño metodológico. Por un lado, acceden a la serie como un estudio de caso analizando su contenido, y por el otro, para hacer un análisis lingüístico de seis capítulos en concreto. Los niños y el negocio de la televisión. Programación, consumo y lenguaje es un texto que profundiza en un tema que para muchos está algo olvidado, como es el contenido televisivo para niños. Desde el auge de la revolución digital pareciera como si lo único importante fueran las nuevas tecnologías a las cuales acceden los menores para su entretenimiento e información, dejando de lado el fondo del asunto que no deja de ser el contenido de los programas sea cual sea la pantalla donde se visionen. * Investigadora en Educación Mediática e Infancia. Universidad de Huelva (España). jsanchezcarrero@gmail.com / jsanchez.carrero@sic.uhu.es