ANALISI$ Pueblos y Aldeas Rurales en el Marco de las Principales Regiones Agroproductivas del País* Luis Otero Fernando Riveros LouT Introducción L a importancia de los pueblos y aldeas radica, más allá de su rol dentro del sistema de asentamientos humanos de las regiones, en las funciones y relaciones que establecen con su entorno o hinterland. Es un hecho que las áreas ruralesse desarrollan a través de sus vínculos con actividades e instituciones urbanas, por lo tanto los pueblos y aldeas constituyen un elemento esencial de cualquier estrategia de desarrollo rural. Aunque estas entidades concentran aproximadamente el 10% de la población total del país, presentan un potencial como Lugares Centrales de sus respectivas zonas agroproductivas, que las vinculan al restante 17% de la población. Sin embargo esta influencia es mucho mayor en las zonas estudiadas, puesto que en promedio poseen una población rural equivalente al 39% de su población regional. Los profundos cambios ocurridos en las últimas décadas en el agro chileno han implicado modificaciones en los sistemas de producción, en las formas de empleo, en las migraciones y en los patrones de poblamiento de las zonas rurales. Es así como la tradicional tendencia migratoria campociudad se ha estado frenando, las grandes ciudades reciben menos emigrantes del campo y sus tasas de crecimiento han bajado en los últimos períodos. Pero estos procesos no son uniformes en todas las regiones puesto que cada zona agroproductiva ha tenido diferentes comportamientos frente a las cambiantes políticas de las últimas décadas, a su vez los procesos tecnológicos y las diferentes formas e intensidades de demanda de empleo, han producido efectos diferenciados en la población rural y particularmente en las aldeas y pueblos rurales. Es por ello que el objetivo de esta investigación, es hacer un estudio de estas entidades urbanas menores y de su comportamiento en relación a la dinámica de sus diferentes zonas agroproductivas. Relacionando sus tasas de crecimiento, su morfología y funciones urbanas, con los procesos sociales, económicos, tecnológicos y de empleo producidos en el campo, en las últimas décadas pero particularmente en los últimos años. * Investigación financiada por el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología, FONDECYT. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, M 57, 1990 Las zonas productivas escogidas son la zona frutícola comprendida por las Provincias de Cachapoal y Colchagua; la zona cerealera correspondiente a las Provincias de Malleco y Cautín y la región ganadera incluída en las Provincias de Osorno y Llanquihue. La metodología empleada por el estudio considera el análisis de los últimos cuatro Censos de población, los últimos Censos agropecuarios, junto a una extensa labor de terreno basada en encuestas, entrevistas y apoyada por un trabajo previo de fotointerpretación, además de la revisión bibliográfica pertinente. 1. Dinámica y Crecimiento del Sector Frutícola A partir de 1963 el Estado emprende una serie de acciones para impulsar el desarrollo frutícola de la zona central, las que se concretan en el Plan Nacional de Desarrollo Frutícola implementado a través de CORFO. Este plan incentiva las plantaciones de frutales de exportación particularmente, mediante el otorgamiento de líneas de créditos. Con ello se persigue aprovechar las ventajas naturales que posee el país para la producción de frutas y por otra parte equilibrar la balanza comercial mediante la inserción en el mercado externo. Los éxitos de esta política se reflejan rápidamente en el aumento de la superficie de frutales en un 16% anual, entre los años 1962 y 1965 en las actuales Provincias de Cachapoal, Colchagua y Curicó. En los nueve años siguientes las plantaciones crecieron a un ritmo más lento, 6% anual, aunque igualmente alto. Entre 1974 y 1981 la tasa de plantación volvió a subir en las provincias analizadas a un 7.4% y, entre el 82 y el 86, esta llegó al 7.7% anual (Cuadro Nº 1). En síntesis las plantaciones frutícolas estimuladas por el Estado desde principios de la década de 1960, muestran una alta y sostenida tasa de crecimiento se acentúa en los últimos años. La cual ha generado una serie de cambios tecnológicos, económicos, demográficos y a nivel del sistema de asentamientos humanos, particularmente de las aldeas y pueblos rurales; cuyo análisis es el objetivo de esta investigación. El estudio pretende entonces hacer un análisis comparado de las tendencias y cambios tecnológicos en la zona frutícola, con las tendencias que se visualizan en el sistema de asentamientos rurales. CUADRO Nº 1 SUPERFICIE FRUTALES (HA) PROVINCIA 1962 1965 1974 1981 1986 CACHAPOAL 6415,3 9870 15687 21500 29734 COLCHAGUA 1969 2490 3375 7475 10390 FUENTE: Plan Nacional de Desarrollo Frutícula 1968, Vol. 1 CORF, Catastro frutícola 1986/1987 CIREN-CORFO Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, N 9 57, 1990 1.1. Dinámica demográfica de las aldeas y pueblos de la zona frutícola Un análisis de las tasas de crecimiento de las aldeas y ppeblos de la zona de producción frutícola muestra, en los diferentes períodos intercensales: 1952-1960; 1960-1970 y 1970-1982, un alto dinamismo particularmente en los últimos períodos, donde la tasa anual alcanza el 5.4% y 4.26% respectivamente. Esta tasa es bastante superior al 2.65% de promedio nacional para las entidades poblados y al promedio encontrado para aldeas situadas en otras zonas de producción agropecuarias, como lo son la zona ganadera, cerealera, de policultivos y forestal. CUADRO Nº 2 PROMEDIO POBLACION DE LAS ALDEAS 1952 1960 1970 1982 1030.3 1085.9 1279.1 2132.2 780.1 947.9 1147.1 1423.8 CEREALERA 882.39 1009.64 1106.96 1415.3 GANADERA 710.7 929.26 1182.52 1588.7 FRUTICOLA POLICULTIVO TASAS DE CRECIMIENTO PROMEDIO ANUAL (%) 52-60 60-70 70-82 52-82 FRUTICOLA 3.66 5.43 4.26 3.52 POLICULTIVO 6.85 1.87 1.87 2.93 CEREALERA 3.27 0.58 1.26 1.43 GANADERA 3.18 3.6 3.86 3.42 FORESTAL FUENTE: Elaboración propia sobre la base de datos entregados por Soler y Sabatini (1985) Ver Anexo 1 Paralelamente en esta zona se constata una fuerte tendencia migratoria hacia zonas urbanas en el último período intercensal, que se tradujo en la pérdida de un 22% de su población rural, con uno de los porcentajes más bajos de población rural de todas las zonas de producción analizadas (INE, Censos 1970 y 1980). Por otra parte el tamafño promedio de las aldeas y pueblos de esta zona es relativamente alto en comparación con las demás (Cuadro lº 2). Y en el último Censo específicamente, un 86% mayor que el promedio de las demás regiones agrícolas. Al comparar la tasa de las aldeas con las de ciudades regionales como Rancagua y Curicó, se verifica una tendencia similar de alto crecimiento, como lo muestra el Cuadro N9 3. Si bien es cierto que la ciudad de Rancagua debe en gran medida su dinamismo a la minería, es probable que Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, NI 57, 1990 ambas actividades influyan en una de las ciudades más dinámicas del país. CUADRO N' 3 TASA DE CRECIMIENTO CABECERAS PROVINCIALES DE LAS DISTINTAS ZONAS AGROPRODUCTIVAS CIUDAD 52-60 60-70 70-82 52-82 RANCAGUA 3.52 5.26 3.98 4.28 CURICO 2.47 2.39 3.23 2.75 ALDEAS FRUTALES 3.66 5.43 4.26 3.52 2.7 3.31 2.59 2.86 LINARES 7.04 3.23 1.69 3.6 ALDEAS POLI 6.85 1.87 1.8 2.93 ANGOL 3.37 2.36 2.31 2.61 TEMUCO 3.46 4.34 2.99 3.56 ALDEASCERI 3.27 0.58 1.26 1.43 VALDIVIA 3.89 2.99 1.6 2.67 4.9 3.3 2.9 5.05 OSORNO 4.04 2.24 2.74 2.91 PUERTO MON1T 4.66 4.17 2.48 3.61 3.1 3.6 3.8 3.4 TALCA ALDEAS SUR ALDEAS GAN. FUENTE: Soler F. Sabatini F. (1985) 1.2. Empleo y Tecnología Del punto de vista del empleo el crecimiento de la actividad agrícola e industrial de la fruta ha implicado el surgimiento generalizado de nuevas condiciones centrales, caracterizado por una alta demanda de mano de obra paralelamente a una alta estacionalidad del empleo. La intensidad de mano de obra de la actividad frutícola puede ir desde 71 jornadas por ha para huertos de durazno, hasta más o menos 290 para un cultivo de frambuezas (CIREN-CORFO, 1987). Vale decir una intensidad de mano de obra solo comparable a ciertas hortalizas o a cultivos tradicionalmente demandadores de mano de obra como la remolacha (105 j/H/ha año). Esta alta demanda de empleo explica entonces en forma importante la dinámica de las aldeas, además de ciertos procesos migratorios estacionales de importantes grupos de trabajadores provenientes de la VIII y principalmente IX Regiones. Se estima por ejemplo que hasta el 60% de los trabajadores de huertos frutales de la zona de Curicó provienen de la Región de la Araucanía. Ello ha significado que incluso en algunos pueblos la población flotante duplique a la permanente en la 110 Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, N' 57, 1990 temporada de cosechas, como es el caso de Olivar, Quinta de Tilcoco y Sarmiento entre otras '. Por otra parte la alta estacionalidad del empleo en esta actividad constituye sin dudas su principal desventaja del punto de vista de la estabilidad del sistema de asentamientos. Esta situación se refleja en fluctuaciones del orden del 75% de la mano de obra para la VI Región, entre el mes de mayor y menor de manda. El período de menor nivel de empleo es entre mayo y agosto (Cuadro N- 4). Una descripción general de las actividades en la zona frutícola a través de año, presenta un ciclo del siguiente tipo: - mayo-julio: mes de menor nivel, las tareas se realizan con el personal permanente y consisten en podas, fertilizaciones y pulverizaciones. agosto-septiembre: se contratan podadores, azufrados y tratamientos. CUADRO N* 4 MES ENERO EMPLEO EMPLEO 39445 FEBRERO 35963 MARZO 51034 ABRIL 37870 MAYO 13019 JUNIO 20647 JULIO 22810 AGOSTO 24410 SEPTIEMBRE 42091 OCTUBRE 41206 NOVIEMBRE 39629 DICIEMBRE 55052 FUENTE: Secretaría Regional Ministerial deAgricultura - VI Región octubre-noviembre: se contrata mano de obra para realizar el raleo y se realizan las primeras cosechas de cerezas. diciembre: cosechas de cerezas y nectarines, contratación de importantes grupos de obreros. enero: cosecha durazno, ciruela y nectarines. 1. Municipalidades de Olivar, Quinta de Tilcoco y Curicó. Comunicación personal. Director de Obras y Asistentes Sociales. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, N9 57. 1990 - febrero: cosecha uvas y peras. marzo: cosecha uvas, peras y manzanas. - abril: cosecha manzanas, kiwis y nueces. - Si bien es cierto en todos los huertos existe un personal permanente para las labores básicas de mantención, vigilancia y desinfecciones; la alta estacionalidad estimula el sistema de trabajo temporal, donde la relación obreros permanentes versus temporales, va de 1:1 en los primeros meses, hasta 1:20 en la temporada de cosecha (Cruz y Leiva, 1982). En los packing o plantas de frío y embalaje la situación es similar, aunque un poco menos atenuada, en plantas grandes es de 1 permanente por 5 temporales o más, en plantas menores es de 1:71. Por su parte las relaciones entre la mano de obra en huertos versus planta depende de la especie, por ejemplo en manzanas la relación es de 1 trabajador industrial por 1.7 en el huerto y en uva la relación es inversa: por cada obrero en la plantación hay 4 en selección, embalaje, etc. 2. Estas relaciones son bastante importantes, puesto que los obreros que trabajan en uno u otro estatus o lugar son de distinta procedencia, los trabajadores de huertos son por lo general de zonas campesinas o migrantes estacionales de la zona sur. En cambio el personal de las plantas se trata de obreros de extracción urbana y la mayoría de ellos son mujeres, dado lo delicado de las labores de selección y embalaje. Sin embargo, y a pesar de la marcada estacionalidad laboral que impone actualmente la fruticultura y todo lo que ello implica en términos de contratos temporales, migraciones estacionales y en general poca estabilidad de la población, es probable que esta tendencia tienda a cambiar con el tiempo. Dada la necesidad del empresariado de amortizar en el más breve plazo las grandes inversiones agroindustriales realizadas, evitando la paralización o funcionamiento a bajo nivel de su capacidad instalada. En este sentido la combinación hortofrutícola permitiría cerrar el ciclo productivo con hortalizas de invierno situación que ha empezado a ocurrir en esta región. Por lo tanto esta tendencia probablemente traerá consigo una mayor estabilidad del empleo y por consiguiente de la población, con lo cual se abren posibilidades para que la región frutícola desarrolle un sistema de asentamientos rurales estables, amplio y con adecuado nivel de urbanización que eleven las condiciones de vida de toda población rural. 2. Dinámica y Crecimiento de la Zona Cerealera Históricamente la producción de cereales y en particular la de trigo, ha caracterizado la agriculturade las provincias de Malleco y Cautín. A fines del siglopasado y luego del fin de la guerra de Arauco (1881), esta región se convirtió en la zona triguera por excelencia, dada la fertilidad de sus suelos y las condiciones climáticas adecuadas para el cultivo de cereales. Laconstrucción del ferrocarril permitió el desarrollo de un rico sistema de centros poblados, cuya base económica era la exportación de trigo. Desde el año 1955 en adelante la superficie 1. Municipalidades de Olivar, Quinta de Tilcoco y Curicó. Comunicación personal. Director de Obras y Asistentes Sociales. 2. Unifruti Requinoa. Comunicación personal. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, NO 57, 1990 cultivada de avena, trigo y cebada, ha sufrido fuertes fluctuaciones, causada por fenómenos económicos y tecnológicos (Cuadro NO 8). A partir de 1975 la tendencia es una disminución drástica de la superficie sembrada con trigo, disminuyendo desde 194 mil ha en 1975 a 105 mil en 1982. Algo similar, aunque menos marcado, ocurre con el cultivo de avena, particularmente en la provinciade Malleco la tendencia a la baja se prolongahasta la actualidad. El cultivo de cebada, sigue tendencias contradictorias, aumentando su superficie sembrada hasta 1982 para luego sufrir una brusca caída que se prolongó hasta el año pasado. CUADRO NO 8 SUPERFICIE DE CULTIVOS PARA LA ZONA CEREALERA (MALLECO) 65 70 75 80 85 TRIGO 197979 211390 194640 175600 142450 AVENA 29109 30750 38140 37580 37890 2460 10750 24750 33820 15450 CEBADA FUENTE: INE-Estadísticas Agropecuarias. Año agrícola 85186. 80181. Censo Agropecuario 1975-1976. ODEPA IX Región Situación Agropecuaria. Sin embargo de estos tres cultivos, el que evidentemente posee más importancia es el trigo, tanto por la superficie que abarca como por el valor que tiene dentro de la dieta alimentaria de la población. La crisis sufrida por el trigo tiene su orígen, entre otras cosas, en la política trigueradel actual régimen el que al aplicar el modelo neoliberal a la agricultura a mediados de la década pasada, eliminó barreras arancelarias existentes para la importación de trigo barato desde el extranjero. Todo ello con el objeto de nivelar los precios internos con el mercado internacional, obligando al productor a una mayor eficiencia o a retirarse del mercado, dedicándose a otros rubros más rentables como la ganadería, alternativa que muchos productores asumieron provocando la drástica caída del trigo. Con posterioridad a 1982 la superficie trigo comienza a crecer, gracias al reestablecimiento de bandas de precios y a la eliminación de la política aperturísta de importación de trigo subsidiado. Sin embargo a partir de esta fecha los rendimientos obtenidos por hectárea se elevan fuertemente, con importantes efectos en el empleo y el crecimiento de los asentamientos rurales, lo que se discutirá más adelante. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, Nº 57,1990 EXISTENCIAS DE GANADO BOVINO 65 70 75 80 85 OSORNO 270367 284650 345512 406720 419710 LLANQUIHUE 212633 209513 272222 300110 373010 TOTAL 483000 494163 617734 706830 792720 FUENTE: IINE-Censo agropecuario 55/65/75. Encuesta ganadera 1980 INE-Estadísticas agropec. 87/88 2.1. Dinámica demográfica de las aldeas y pueblos Región Cerealera Esta región agroproductiva presenta una baja dinámica de crecimiento a nivel de las aldeas y pueblos rurales, entre 1952 y 1982 (1.43% de crecimiento anual), con la excepción del período intercensal 1952-1960 (ver Cuadro NI 2). Estos cambios se explican por el doble proceso sufrido por esta zona, primero una fuerte migración Campo-ciudad durante los años 60-70, en que la tasa de crecimiento promedio de las aldeas fué de 0.58% anual, la más baja de todos los períodos intercensales y en la década siguiente una fuerte disminución de la migración e incluso de vuelta de la población al campo (Bengoa, 1981). La primera fase de migración a la ciudad se refleja claramente en la tasa de crecimiento de Temuco, principal polo de atracción urbano, ciudad que entre 1960 y 1970 creció a un 4.3% anual, más de un punto sobre el promedio nacional para las entidades urbanas (Cuadro Nº 3). Sin duda el proceso social que más influyó en el agro nacional en la década de los años 60, fué la Reforma Agraria En la región cerealera el proceso fué profundo, se expropiaron casi todos los predios de más de 80 ha de riego básico del llano central (Bengoa, 1981). La Reforma Agraria implicó la aceleración del proceso migratoria que venía dándose, por la vía de creación de nuevas expectativas de vida al campesinado y por un proceso de marginación de ciertos sectores campesinos que no tocaron tierra y se vieron obligados a partir a la ciudad. En la década de los afños 70 el proceso fué frenado por una contra Reforma Agraria e incluso convertido como ya se dijo, por una vuelta al campo de muchos sectores campesinos, dado el empeoramiento de las condiciones de empleo en las grandes ciudades 1.Lo cual implicó que algunos grupos se quedaran en las aldeas rurales elevando así levemente las tasas de crecimiento de las aldeas a 1.26% promedio anual, la que a pesar de ello siguió siendo la más baja de todas las zonas agroproductivas analizadas (Cuadro Nº 2) y más baja que el promedio nacional de las entidades urbanas, 2.65% anual (Soler, 1985). Consecuente con lo anterior esta región muestra los menores índices de pérdida de población rural para las comunas analizadas en el estudio, un 5.8% entre 1970 y 1980 (Cuadro N' 6). 1. LapropiaRegiónMetropolitana. Pasode una tasadecrecimiento del 3.8% anual al 2.4% en el últimocenso. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, Nº 57, 1990 CUADRO N§ 6 PORCENTAJE PROMEDIO DE POBLACION RURAL DE LAS DIFERENTES ZONAS PRODUCTIVAS 1970 1982 DIFER. FRUTICOLA 69.8 48.5 21.2 POLICULTIVO 82.0 79.9 2.1 CEREALERA 61.9 56.1 5.8 GANADERA 68.5 61.1 7.4 FUENTE: INE-Censos de Población y vivienda 1970 y 1982 El fenómeno de las migraciones laborales hacia Argentina y el norte del país, tiene singular importancia y tradición en esta zona. Tal como se mencionó en el primer capítulo sobre la zona frutícola, aproximadamente el 60% de los trabajadores temporales que trabajan en los huertos de Curicó provienen de la IX Región, lo que revela la magnitud de la migración. Otros estudios realizados en la zona de la Araucanía muestran que aproximadamente el 80% de las familias campesinas, tienen algún miembro que sale a trabajar hacia el norte en la temporada de verano (Bengoa, 1981). 2.2. Empleo y Tecnología en la zona Cerealera El elevado nivel de mecanización de las faenas de cultivo de cereales que se caracteriza a nivel de la preparación de suelos, por el uso de tractor e implementos como arados y rastras; labores de siembras, fertilización y fumigaciones también son mecanizadas, así como la cosecha que se realiza con automotrices. Es por ello que del punto de vista de la damanda de empleo la región cerealera parece claramente deficiente, con niveles de empleo que fluctúan entre 3.2 y 4.4 jornadas por hectárea (CIRE-Corfo, 1987). Un predio de 200 a 400 ha no cuenta con más de 2 ó 3 obreros permanentes. Por otra parte la principal agroindustria de esta región productiva, los molinos, también demanda escasa mano de obra. De los 76 molinos que existían en 1977, con una producción media de 4.500 qq/día, ninguno de ellos podría ubicarse entre la mediana industria nacional. Agroindustrias localizadas a nivel de los pueblos rurales, no sobrepasan los 6 puestos de trabajo y en una proporción importante, 23%, estos pequeflos molinos se localizan al interior de los predios y no en las aldeas propiamente tales (Bengoa, 1981). Por otra parte la inversión en la industria molinera de esta zona es de escasa importancia o muy baja, la mayor inversión de los últimos años fué en una planta maltera en Temuco, por lo cual el perfil industrial de la región cerealera no ha variado en las últimas décadas. Los resultados de la investigación confirman esta realidad, apenas dos pueblos de la región cerealera, Perquenco y Freire cuentan con molinos de trigo y en el primero solo laboran 3 personas en forma estable. El resto de los pueblos presentan aserraderos y en segundo lugar lecherías (Matriz Nº 2). La reciente introducción de frutales menores y cultivos hortícolas no tradicionales como Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, N9 57, 1990 frambueza, zarzaparrilla, endivias y espárragos, entre otros, se ha iniciado un proceso de cambio tecnológico, que a la fecha compromete sólo 600 ha de la región, en la zona de Loncoche (Navarrete, 1988). Sin embrgo tiene importantes perspectivas de cambio para las zonas rurales, dada la intensidad de empleo de estos cultivos (280jornadas por hectárea para espárragos, 100 j/ha para ajos y 1.200 j/ha año para todo el procesamiento de la frambuesa). En síntesis, esta zona agroproductiva muestra una baja tasa de crecimiento de sus aldeas y pueblos,junto a una agriculturade escasa demanda de mano de obra y bajo nivel de industrialización de sus productos, que obliga a su población a realizar frecuentes migraciones hacia el norte del país en busca de trabajo. Por lo tanto la zona cerealera se caracteriza por un proceso de relativa ruralización o al menos retención de población rural, de tendencia opuesta a la detectada en la zona frutícola. 3. Dinámica del Sector Pecuario El crecimiento de la actividad ganadera en la zona sur del país (provincias de Osorno y Llanquihue) se ha caracterizado, al contrario de lo ocurrido con la actividad frutícola, por su orientación preferente al mercado interno; pero en forma similar a este se ha desarrollado aprovechando las ventajas naturales, de suelo, clima y fertilidad de las praderas naturales existentes en la zona sur. La expansión de la ganadería se ha hecho sobre la base de ganado bovino, cuya rentabilidad impulsó a muchos ganaderos en la década pasada a cambiarse de la actividad agrícola a la pecuaria. Las cifras de los Censos Agropecuarios de los años 1955,1965 y 1975, muestran un constante aumento de las existencias de ganado, sin embargo, estas estadísticas están influídas por la política de importación de ganado en pié desde Argentina, que existió hasta la década de los 70. Sin embargo el auge de la región ganadera se inicia en los años 75 y 78, cuando el PGB regional es creciente con una tasa que en 1980 es dos puntos superior al PGB nacional: 8.7% y 6.5% respectivamente. Ello implica que muchos predios de la zona cambien sus tradicionales actividades agrícolas por las pecuarias, lo que tiene importantes efectos a nivel de la población rural, ya que la ganadería es bastante menos intensiva en mano de obra que la agricultura. Este cambio en el uso del suelo se refleja en que, entre los Censos agropecuarios de 1965 y 1975/76, la superficie agrícola disminuyó un 42%, mientras que las praderas majoradas y naturales aumentaron a un 62.8% de la superficie de las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue (Miret, 1980). 3.1. Dinámica demográfica de las aldeas y pueblos de la zona ganadera Durante el último período intercensal 70-82, la zona ganadera experimentó una fuerte disminución de su población rural del 46% al 35% en Osorno y del 49% al 39% en Llanquihue, constituyendo en promedio las provincias con mayor pérdida relativa de población rural de las estudiadas (Cuadro Nº 6). Esta situación junto al auge experimentado por la actividad ganadera, se expresa en cierta dinámica de crecimiento de pueblos y aldeas, similar aunque en menor medida que la de la zona Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, N 57, 1990 frutícola. Las tasas de crecimiento para esta región productiva son de 3.86% anual en el período 7082; 3.6% en el intercenso 60-70 y 3.2% anual entre el 52-60 (Cuadro Nº 2). La tasa de crecimiento medio entre 19 5 2 y 1982 es levemente inferior a la de la zona frutícola 3.4% anual. Por otra parte, el tamalño medio de los pueblos y aldeas es también el segundo más alto en los dos últimos censos, luego del promedio de la zona frutícola (Cuadro N9 2); lo que revela el mayor desarrollo relativo de su sistema de asentamientos rurales. Las mayores tasas de crecimiento de las aldeas en el último período, en comparación con la tasa de las ciudades regionales (Osorno y Puerto Montt), indica en alguna medida que las entidades urbanas menores han retenido población en los últimos afños. Cosa que no ocurría en los períodos anteriores durante los cuales Puerto Montt presentaba una tasa de crecimiento anual mayor. La baja tasa de crecimiento entre 1952 y 1960 de las aldeas es un reflejo de los fuertes procesos migratorios hacia las ciudades mayores, durante el cual las entidades menores no retuvieron población, puesto que el proceso era directo del campo a la ciudad sin pasar por las aldeas. Otro fenómeno que con toda seguridad estimuló el crecimiento de los pueblos rurales, es el proceso de la desreforma agraria ocurrido con posterioridad al año 1973. En el se ha dado una situación de expulsión de campesinos desde los fundos hacia los pueblos rurales, dado que la empresa agrícola moderna introdujo nuevas formas de contratación de mano de obra, que implicaron una disminución del trabajo permanente y un incremento del trabajo temporal a la vez que el fin de las relaciones de inquilinaje del antiguo latifundio. Este proceso de expulsión desde los fundos persiste hasta el día de hoy, es así como en 3 de los 6 pueblos estudiados en esta zona productiva (San Pablo, Fresiay Los Muermos), más de la mitad de las nuevas poblaciones que se construyen es para población llegada desde los fundos cercanos'. Al igual que en la zona frutícola, las aldeas ganaderas presentan bastante variabilidad en sus tasas de crecimiento en el último período intercensal. Lo que indicaría también el efecto de los cambios en la política de empleo, la introducción de nuevas tecnologías y en general los fuertes cambios sufridos por las zonas agrícolas más dinámicas del país. 3.2. Empleo y Tecnología en la zona Ganadera Las actividades ganaderas es posible dividirlas a grandes rasgos, en labores de crianzaengorda y de lechería, estas últimas requieren de mayor cantidad de mano de obra, instalaciones y agroindustrias. Tradicionalmente la ganadería ha sido considerada una actividad de baja demanda de mano de obra. La crianza y engorda de novillos por ejemplo requiere entre 0.4 y 0.6 jornadas hombre por hectárea por aio, sin embargo las labores de lechería demandan entre 8 y 11 jornadas por ha, más de 10 veces las de crianza (Fundación Chile, 1988). Pero si se compara la lecheríacon la fruticultura, esta última presenta requerimientos de empleo entre 10 y 20 veces mayor que la primera (ver Capítulo 1). 1. En San Pablo y otras comunas, incluso se da una situación de que los grandes agricultores de la zona presionan a los municipios para que les construyan casas en el pueblo a sus trabajadores permanentes; de forma tal que estos quedan con dos casas, una en el fundo de propiedad del agricultor y otra en el pueblo, de esa forma el patrón puede despedir en cualquier momento a estos obreros. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, NI 57, 1990 Según información recogida en las comunas de San Pablo y Los Muermos, un predio ganadero promedio de 50 a 100 ha, ocupa 2 a 3 trabajadores permanentes, fundos más grandes de 200 a 250 ha emplean 8 a 10 obreros permanentes para el manejo de la pradera y del ganado . Otra característica importante del empleo en esta zona productiva, es la escasa importancia de los temporeros en el total de jornadas requeridas por un predio, solo labores de cosecha de pasto, ensilaje y preparación de heno, requieren de personal extra en los meses de enero y febrero 6. Según Miret (1980) aproximadamente el 14% de las jornadas de los predios ganaderos se realizan con temporeros. En la región ganadera, particularmente en el llano central de las provincias de Osorno y Llanquihue, la presencia de sectores campesinos es baja; aproximadamente un 20% de la tierra está en manos de este sector social (Miret, 1980). Esta situación limita las posibilidades de crecimiento de la población al interior de las zonas rurales y por lo tanto favorece la migración hacia las aldeas y pueblos cercanos, realidad bastante distinta a la de la región cerealera, donde la población rural tiene posibilidades de crecer al interior del campo dada la alta proporción de campesinado y minifundistas existentes. Del punto de vista de las innovaciones tecnológicas, esta región productiva se ha modernizado y mecanizado notoriamente a nivel de los medianos y grandes productores, la tendencia es a introducir nuevas razas y técnicas de cruzamiento, alimentación del ganado y manejo intensivo de las praderas, esta modernización se ha dado particularmente al interior de los predios y agroindustñia lechera, sin que signifique un aumento en la demanda de mano de obra 2. Según los resultados obtenidos en las aldeas y pueblos analizados, en términos generales esta zona es la de menor presencia de agroindustrias. La agroindustria de esta zona representda por mataderos-frigoríficos y plantas procesadoras de leche, está concentrada en las grandes ciudades de la región con escaso impacto a nivel de pueblos rurales, de hecho solo dos de los pueblos estudiados Fresia y Los Muermos, cuentan con plantas lecheras y ninguno con matadero-frigorífico. La ausencia de mataderos frigoríficos constituye una de las principales limitantes de la agroindustria pecuaria del sur del país (Miret, 1980). CUADRO NI 5 RENDIMIENTO PROMEDIO MALLECO-CAUTIN (QM) CEBADA TRIGO AVENA RAPS 1965 1970 1975 1988 19.14 14.5 8.1 19 17 13.5 18.7 12.6 8A 34.5 28.4 26.2 12.5 12 13.3 19 FUENTE: INE-Estadísticas Agropecuarias Año Agrícola 87/88. ODEPA IX Región -Situación Agropecuaria. Censo Agropecuario 1975(76 1. Comunicación personal Jefes Departamento de Desarrollo Rural Comunas de Sn. Pablo, Los Muermos y Fresia. 2. La ordeña mecanizada requiere aproximadamente la mitad de las jornadas de trabajo demandada por el sistema manual. Revista Trabajo Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, NI 57, 1990 Bibliografía - BENGOA J. 1981. La Cuestión del Trigo y la Región Cerealera en Chile. Resultados de investigación. Grupo de Investigaciones Agrarias. GIA. Stgo. 231 p. - CIREN-CORFO. 1988. Catastro frutícola 1986-1987. . 1987. Manual de estándares técnicos y económicos por rubro de producción agrícola Nº 62. - CORFO. 1968. Plan nacional de desarrollo frutícola. Vol. 1. - CRUZ M. E., LEIVA C. 1982. La fruticultura en Chile después de 1983: un área privilegiada de expansión del capital. GIA. Tomo 1y II. Stgo. 268 p. - FUNDACION CHILE. 1988. Informativo Agroeconómico. Volumen V. - GOMEZ S. y ECHEÑIQUE J. 1988. La agricultura chilena. Las dos caras de la modernización. FLACSO/AGRARIA. Stgo. 304 p. - IGM. 1988. Atlas Geográfico de Chile para la Educación. Ito. Geográfico Militar. Stgo. 138 p. - INE. V Censo Nacional Agropecuario. 1976. X Región Ganadera. - INFOR. 1984. Estadísticas forestales 1983. 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