Ven Conmigo. ¡Decídete! ¿Vendrás conmigo? Allí donde las aves

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Ven Conmigo.
¡Decídete! ¿Vendrás conmigo? Allí donde las aves
cantan más bello y más fuerte que en esta realidad
o irás tan solo para demostrar que eres esa estrella
luminosa que no necesita esfuerzo para brillar
y guiarme en mi travesía. Si crees que yo
no podre ser el mejor aun así no me será imposible
mantenerte a salvo de las penurias que ensombrecen
a veces tu adorable e inocente sonrisa.
¿Así que… que esperas? Ven conmigo a ese lugar
donde podrás brillar, como la hermosa estrella
que tú eres de tal manera en la soledad de la noche
esos dulces sueños se volverán tan reales que
me harán sentir que soy digno de ti.
Ven conmigo, que tu amor encienda los faroles
que las penumbras han opacado y esa luz
disipe la tristeza cuando no alumbre la luna llena.
Que el amor se propague como el resplandor
del lucero que baila en la profundidad
del manto de flores, y que el rocío del alba
perfume con aroma de azahares el aire
diáfano de la mañana, en tu honor
que admires plena de sentimientos la
melosa primavera, que llenes tu alma
de recónditos anhelos dejando atrás el halito de tristeza.
El crepúsculo deja paso al atardecer preludio
del anochecer que rebelde cruza la línea de
seguridad solo para acariciar tus mejillas
ruborosas por cada beso que sutilmente rozan
sus labios, que cual pétalos de rosas se humedecen
en el llantón de felicidad que caen de tus pupilas
en ese halito de vida que por tanto tiempo
egoístamente he anhelado poseer.
Permíteme, llevarte entre mis brazos
hacia espacios rutilantes más allá de las murallas.
Sus preguntas, confiada, a la estación ferroviaria
más cercana, pues los problemas no me intimidan
al tenerte a mi lado, fortalecen mi espíritu
podría así perderme en infinitas constelaciones
mientras la insondable melodía impregna el éter
susurrándote que por siempre te amare.
Cuando el inicio de la página faltante nos encontremos
y los pajarillos se estremecen por el bostezo de
tu ardiente respiración que se escapa de tu
preciosa boca, iluminada por colores de vida;
abro tus brazos en cálido y mudo invitación.
Ven conmigo, a un lugar donde te demostraré
la verdadera esencia de mi amor, que se esconde
y se transforma en la hermosa historia del presente.
Así que ven conmigo; el camino no es tan
largo, con tu mano aferrada a la mía
me dará la fuerza que el destino me ha negado tantas veces
despreciando toda fantástica aventura.
Pero la vida nos ofrece tantas vías por donde ir
que a pesar que podría caer una y mil veces estoy
cierto, que tú estarás allí al final del sendero
cual bello lucero esperándome caer.
Brilla más que nunca amada mía como esa
rutilante estrella que tu eres; ¿puedes sentirlo?
las luciérnagas se adosan a tu cintura alimentando
el fuego interno que emana de tu ser, disipando
las tinieblas anidadas en lo más recóndito de la mente
ahuyentando las aciagas pesadillas, que atormentan mi ser
así que brilla con más fuerza mi preciosa estrella
porque entre todas tu eres la única que quiero amar.
Nombre: Pedro Ángel Nicolás Montecino V
Curso: IVº A. Liceo Inmaculada Concepció
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