Revista HMiC-2003 ISSN 1696-4403 http://seneca.uab.es/hmic EQUIP REVISTA HMiC Equip Editor: Departament d'Història Moderna i Contemporànea. Consell de redacció: Ramon Alquézar (UAB), Francesc Espinet Burunat (UAB), Esteban Canales (UAB), Bernat Hernández (UAB), José Luís Ramos Martín (UAB). Web-master: Maria Antònia Martí Escayol, Xavier Ortega Castillo. Disseny i maqueta número recopilatori i il·lustracions: Xavier Ortega Castillo (xesco.ortega@gmail.com). ISSN: 1445-89111 Adreça electrònica: http://seneca.uab.es/hmic Contacte editorial Postal: Revista HMiC Departament d'Història Moderna i Contemporània Facultat de Lletres Edifici B Universitat Autònoma de Barcelona 08193 Bellaterra-Cerdanyola del Vallès Correu electrònic: hmic@uab.es, revistahmic@yahoo.com Telèfon: 93 581 11 86 REVISTA HMIC, NÚMERO I, 2003. El contingut de la Revista HMiC, si no s'especifica el contrari, pot utilitzarse de conformitat amb la llicencia de Creative Commons. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/ http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/deed.en 1 ÍNDEX DE CONTINGUTS EQUIP REVISTA HMiC ........................................................................................................ 1 ÍNDEX DE CONTINGUTS .................................................................................................... 2 DOSSIER .................................................................................................................................. 3 El Brasil de los populismos: de la construcción de la identidad nacional a la supuesta democracia racial ........................................................................................................................... 3 José Luis Ruiz-Peinado (Universitat de Barcelona) Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) ....................................................... 13 Luis Laborda Oribes Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino en la ciudad de a Coruña entre 1900 y 1960 .......................................................................................................................... 21 Jesús Mirás Araujo (Universidade da Coruña) Popular resistence in catalonia: somatenes and migueletes in the french war ................................ 35 Antoni Moliner Prada (Universitat Autònoma de Barcelona) Aquesta fera que flairem per tot arreu perô que no veiem enlloc. La contemplació de les llengües 57 Josep M. Nadal ( Universitat de Girona) L’homme et la terre. Las relaciones hombre-medio en el pensamiento de Elisée Reclus (1830-1905) ............................................................................................................ 71 Pere Ribas Rabassa (Universitat Autònoma de Barcelona) Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo xx. Un ensayo de categorización ... 85 Francisco Veiga (Universitat Autònoma de Barcelona) El laboratorio turco. Un siglo de transformaciones radicales y experimentos políticos ................. 99 Francisco Veiga (Universitat Autònoma de Barcelona) Les lumières et le droit naturel ........................................................................................................ 109 Florence Gauthier El nazismo como fascismo “auténtico” ......................................................................................... 121 Ferran Gallego (Universitat Autòroma de Barcelona) DEBATS ................................................................................................................................... 147 Recuperar la història de la Segona República Espanyola ............................................................... 147 Josep Fontana (Universitat Pompeu Fabra) Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias .................... 155 Mónica Bolufer Peruga Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal ................................................ 171 Gloria Espigado Tocino (Universidad de Cádiz) RESSENYES 195 Un esguard anglosaxó al món de les confraries reformades ........................................................... 195 per Josep Alavedra i Bosch (Universitat Autònoma de Barcelona) 2 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 José Luis Ruiz-Peinado DOSSIER El Brasil de los populismos: de la construcción de la identidad nacional a la supuesta democracia racial José Luis Ruiz-Peinado (Universitat de Barcelona) Resumen / Resum / Abstract El autor estudia la creación de una identidad nacional en Brasil durante los siglos XIX y XX, incidiendo en los intereses de las élites gobernantes para formular un determinado discurso integrador de lo indígena y lo africano. / L'autor estudia la creació d'una identitat nacional al Brasil durant els segles XIX i XX, incidint en els interessos de les èlits governants per formular un determinat discurs integrador d'allò indígena i allò africà. / The author studies the creation of a national identity in Brazil during the 19th and 20th century, focus on the elites rulers interests to formulate a determined integrative speech of the “native” and the “African”. Palabras clave / Paraules clau / Key Words Identidad nacional, Brasil, República Brasileña, conflicto social, cangaço, esclavos, indígenas. / Idetitat nacional, Brasil, República Brasilenya, conflicte social, cangaço, esclaus, indígenes. / National identity, Brazil, Brazilian republic, social conflict, cangaçao, slaves, native. 1. Brasil es un país curioso. Ya desde sus inicios coloniales estuvo marcado por acontecimientos que lo distinguieron del resto de las colonias y países que le rodean. Para comenzar fue "descubierto" por casualidad en 1500 por Cabral. Lo curioso no es que fueran los portugueses los que llegaron, de hecho fueron los primeros que estaban circunnavegando África, sino que el barco de Cabral se "perdió" hacia Brasil cuando iba rumbo a la India. 2. Tres siglos más tarde, cuando las tropas napoleónicas entran en la Península Ibérica, la monarquía lusa junto con 10.000 nobles se embarca, escoltada por los navíos ingleses, rumbo a su principal colonia, Brasil. Más curioso todavía es que cuando se restablece el control del parlamento portugués, una vez expulsados los franceses, a los representantes de la corona parece que les cuesta volver al centro del imperio. El retorno de la monarquía a Portugal, cuenta con el rey y tan solo 4.000 de los nobles que habían partido. Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 3 El Brasil de los populismos 3. La independencia de Brasil de su antigua metrópoli es llevada a cabo por el hijo del monarca, que, en un acto ampliamente aclamado por la historia oficial brasileña, decide quedarse a vivir en Brasil y así convertirse en el emperador Pedro I de Brasil. Tras unas breves escaramuzas entre los partidarios del nuevo monarca y los de los portugueses en 1822, se proclama la independencia de Brasil. 4. La aventura monárquica acabará en la mañana del 15 de noviembre de 1889, cuando el mariscal Deodoro da Fonseca proclame la República Brasileña mediante un golpe de estado incruento. Un año antes se había abolido la esclavitud. La proclamación de la abolición de la esclavitud en 1888 abrió paso a una profunda crisis en las estructuras del poder. Si ya no había que mantener el sistema esclavista, para que había que mantener así mismo la monarquía? 5. El 24 de febrero de 1891 se redacta la primera la constitución republicana, basada en la de los EE.UU., obviando las grandes diferencias que existían entre ambos países. De todas formas, trajo un importante número de nuevas aportaciones: el federalismo tan ampliamente reclamado, el voto universal para los hombres mayores de 21 años no analfabetos ni eclesiásticos, el presidencialismo como contrapeso frente al federalismo querido por los representantes de algunos estados, etc. A pesar de la "modernidad" de esta constitución, la copia que representaba de la de EE.UU. y su falta de adecuación a la realidad brasileña, la convirtió en papel mojado, atendida solamente cuando afectaba a los intereses inmediatos del gobierno. Cuando en 1930 Getúlio Vargas la envió al pasado, aunque ya tenía casi 40 años, estaba prácticamente nueva, se había usado muy poco (Sixirei 1988: 13). 6. Esta primera república estuvo jalonada por un sinfín de revueltas y conflictos, de todos los grados y formas imaginables: civiles y militares, de carácter económico y político, urbanas y rurales. 7. Acá me quiero detener un momento. Antes de llegar a 1930 y al surgimiento del populismo brasileño con Getúlio Vargas, creo que es importante mencionar que la mayoría de la población era abrumadoramente afroamericana. Este dato no nos ha de pasar desapercibido, ya que la década de los años 30 también significará una nueva concepción sobre la población no blanca. Brasil se formó no sólo con la llegada de los europeos y con las poblaciones indígenas que ya existían antes de que nadie las descubriera. Brasil, es importante recordarlo, fue el país de América donde llegaron más africanos para trabajar como esclavos y probablemente el que más vínculo tuvo con África durante su formación. 8. Además, es, junto con Cuba, el último país en donde se abolió la esclavitud en 1888. Por eso hay que hacer notar que desde la independencia de Brasil en 1822 hasta la abolición en 1888 transcurrieron 66 años en que la mayoría de la población siguió encadenada a la esclavitud. El fin de la esclavitud sirvió para convertir el trabajo esclavo en trabajo asalariado, pero con la introducción masiva de trabajadores blancos provenientes de Europa. Ser negro era conceptualmente sinónimo de ser esclavo y las autoridades brasileñas no estaban a gusto con un país declaradamente negro. Para la mayoría de los políticos, militares e intelectuales, el color negro estaba reñido con la civilización y la modernidad, o dicho de otra manera, con el lema positivista de la bandera de Brasil: con el orden y el progreso. http://seneca.uab.es/hmic 4 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 José Luis Ruiz-Peinado Insurrecciones 9. El 15 de noviembre de 1910 toma posesión de la presidencia de la República el Mariscal Hermes da Fonseca, la opción liberal y la esperanza de las clases medias. La visión de un Brasil armónico fue rota 8 días después cuando los marineros y subalternos de dos acorazados anclados en Rio de Janeiro se revelan. Comienza una revuelta por parte de los marineros negros reclutas, que era la mayoría, contra los azotes como castigo por sus faltas. Esta práctica brutal había sido prohibida por un decreto federal en 1889, un año después del fin de la esclavitud y nuevamente legalizada el próximo año. La marina era una de las instituciones de más segregación racial de Brasil al inicio del siglo XX, el cuerpo de oficiales era totalmente blanco, mientras la marinería alistada era prácticamente toda negra o mulata -segregación que se da sin ningún tipo de dispositivo legal (como en EE.UU.) pero sí por la costumbre-. Los marineros dominaron a los oficiales blancos y al mando del cabo João Cândido, maniobraron los navíos con absoluta destreza apuntando los cañones hacia la ciudad. La élite política, horrorizada ante la visión amenazadora y el estruendo de los cañonazos, se queda perpleja ante el motín. Por un lado estaba avergonzada ante una insurrección de afrobrasileños, a quien pretendía eliminar con el blanqueamiento de la población. Por otro lado, estaba atónita ante la habilidad militar de unos marineros negros. (Skidmore 2000: 125) 10. El congreso, reunido urgentemente, votó una ley por la que concedía la amnistía a todos los sublevados, mejoraba la alimentación de los barcos de guerra y suprimía el látigo. Los oficiales de la marina negociaron una tregua con los rebeldes, garantizándoles un trato justo, una promesa que no fue cumplida. En la práctica, los marineros fueron llevados a una isla para ser torturados y eliminados al cabo del tiempo. La marina había respondido a la protesta de los negros con la represión, una respuesta bien aprendida durante los casi cuatro siglos que duró la esclavitud. 11. Otra forma de insurrecciones populares fue el conocido como el "cangaço", que nace a finales del siglo XIX, en torno a 1890, prolongándose hasta 1940 y conociendo su época áurea ente 1925 y 1935. Su aparición hay que buscarla en la mala repartición de la tierra y las sequías, provocando migraciones de población que huían del hambre y se enfrentaban al poder de los coroneles, como era conocida la oligarquía terrateniente que poseía el control político-militar de la zona. La crisis del sistema de los coroneles lleva al interior del Nordeste al borde del colapso. 12. Ante el hambre y la falta de escrúpulos de los propietarios, miles de campesinos se tiraron al monte, se cimarronearon como anteriormente habían hecho los esclavos afroamericanos. Pero en tiempos "modernos" las autoridades y los propietarios de las tierras los veían de la siguiente forma: "Estos bandidos roban las propiedades de manera desenfrenada como si el comunismo hubiera sido proclamado entre nosotros" tal como quedaba citado en el periódico O Cearense en 1873 (citado en Sirixel 1988:357). Tres regiones se convirtieron en el centro de actividad de estas bandas armadas: El Carirí (Ceará), la comarca de Crato en el Oeste (Pernambuco) y la villa de Teixeira (Paraíba). Se encontraban relativamente próximas entre sí y alejadas de los principales centros urbanos, lo que facilitaba la huida de una a otra en caso de necesidad. La policía de los estados no podía pasar de uno a otro lo cual facilitaba la acción de los cangaçeiros. 13. Con el sistema de "interventorías" promovido por Getúlio Vargas, a partir de la década de los 30, se permitió la circulación de la policía de unos estados a otros para poder perseguirlos. La represión llegó a tal grado de abusos por parte de las autoridades, que provocó el aumento Insurrecciones http://seneca.uab.es/hmic 5 El Brasil de los populismos de los cangaçeiros en número y en actividad. El primer "rey" do cangaço fue Antonio Silvino que surgió a partir de las luchas internas en el estado de Paraíba. Su fama recorrió Brasil entre 1895-1914. En 1922 Virgulino Ferreira da Silva, el famoso "Lampião", brilló hasta su muerte en 1938. En 1940, Corisco, continuador de Lampião, murió asesinado y con él el fenómeno del cangaço independiente. A partir de entonces los cangaçeiros fueron utilizados por las autoridades para combatirse entre ellos y desmovilizar las revueltas. 14. Otra insurrección en el nordeste brasileño, de carácter mesiánico, se dio de la mano del beato Lourenço, conocido como el precursor del movimiento de Caldeirão. Comenzó predicando el fin del mundo, llegando a reunir una gran comunidad de hombres y mujeres al margen de la sociedad: fueron brutalmente aniquilados. 15. A partir de 1940 ni el cangaço ni los movimientos mesiánicos volvieron a aparecer por el nordeste. Poco cambiaron las condiciones de estas regiones en los años siguientes. Vigente el mismo sistema de propiedad de la tierra y prevaleciendo las relaciones tradicionales de trabajo, quedó la alternativa de la emigración hacia las áreas de frontera agrícola o las grandes ciudades del sur. 16. Por otra parte también se dieron innumerables conflictos en el resto de la sociedad. Una de la más importantes atañe a las revueltas de los jóvenes oficiales que se levantaron durante toda la década contra el liberalismo impreso en la República. Los participantes de estas revueltas fueron conocidos como los "tenientes". Comenzaron en 1922 y la más prestigiosa fue la de la columna Prestes, que en 1924 lideró un alzamiento en Rio Grande do Sul y le llevó a recorrer 25.000 Km. por el interior del sur y del oeste del país. La columna Prestes, como fue conocida, fue capaz de despistar a las fuerzas federales y estatales, demostrando con ello la flaqueza, cuando no inexistencia, de la autoridad gubernamental en grandes extensiones del país. Prestes se convirtió en un héroe nacional por su hazaña bélica, pero tras el desgaste sufrido, finalmente disolvió la columna y se refugió en Bolivia, posteriormente partiría para el exilio en Europa. 17. Años más tarde aparecerá de nuevo en la escena brasileña al frente del partido comunista. Getúlio Vargas le convida a dirigir el comando militar de la rebelión de 1930, pero él prefiere quedarse en el exilio. En 1935 regresa para dirigir un levantamiento en tres bases militares en Natal, Recife y Rio de Janeiro. Prestes y el PCB (Partido Comunista Brasileño, fundado en 1922) no sabían que estaban vigilados de cerca por la policía y su revuelta fue aplastada después de unos breves combates. Inadvertidamente ofrecieron a Getúlio Vargas la prueba ideal de la "amenaza bolchevique". Éste convenció al Congreso para declarar el estado de emergencia, permitiendo a la policía suspender los derechos civiles en la caza de sospechosos. Era el perfecto argumento para acrecentar el poder presidencial y atemorizar a la oposición. En los dos años siguientes Getúlio siguió convenciendo al Congreso para ir renovando el estado de sitio cada 90 días. Durante estos años, su gobierno disfrutó de unos poderes policiales extraordinarios y de una vida política nula. Cada vez dependía más del apoyo de los militares. Ante la imposibilidad de volverse a presentar a las elecciones presidenciales de 1938 (Getúlio había sido elegido por la Asamblea constituyente de 1933-1934) el 10 de noviembre de 1937 los militares ocuparon el Congreso de Diputados en Rio y esa noche Getúlio anunció -por la radio- que Brasil poseía una nueva constitución, a la cual denominó Estado Novo. Brasil ya tenía una dictadura completa (Skidmore 2000). http://seneca.uab.es/hmic 6 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 José Luis Ruiz-Peinado 18. Getúlio Vargas era un político, gaucho, que había sido ministro de finanzas federal y en el momento de la revolución era gobernador de Rio Grande del Sur. A partir de 1937 sus iniciativas gubernamentales van a ir destinadas a construir un gobierno central fuerte -una meta entusiásticamente compartida por los militares-. Para llegar a ello se requería de fuertes inversiones en el campo de la educación, la salud y del desarrollo económico -para apoyar la industrialización o por lo menos los sectores vinculados a los militares y a la progresiva integración de las tierras del oeste. También hacía hincapié en aumentar la presencia exterior del Brasil, especialmente a través de su comercio exterior (Sirixei 1988). 19. En su política interna, él quería mejorar el bienestar social para los trabajadores urbanos, que no rurales, y Brasil era eminentemente rural. Se proponía crear un conjunto de sindicatos controlados por el gobierno que le proporcionaran una base política. La estrategia de Gétulio Vargas durante el Estado Nuevo (1937-1945) era depender de los militares para la estabilidad política y de sus tecnócratas para la administración. Acá tomaba prestado elementos del fascismo europeo, buena parte de la nueva legislación de Vargas, especialmente la ley laboral de 1939, venía inspirada de la Carta del Trabajo del estado fascista italiano y del New Deal EE.UU., dependiendo de tecnócratas modernizantes. Fundamentalmente, él y sus secuaces intelectuales, como el abogado y filósofo político Oliveira Vianna y Azevedo Amaral, justificaban la dictadura basándose en que Brasil no se podía permitir una sociedad abierta, por causa de los peligros de sus enemigos, internos y externos (Skidmore 2000). 20. Los sindicatos habían comenzado a mostrar su fuerza en la década de los 20 y particularmente en los 30. Para desactivarlos, Gétulio Vargas y su mano derecha Oliveira Vianna se encargaron de crear una red de sindicatos oficialmente establecidos (organizados por oficios) en el ámbito local. Cada sindicato de un municipio tenía prohibido mantener relaciones directas con sindicatos de otros municipios del mismo estado. Federaciones estatales y confederaciones nacionales estaban permitidas, pero no podían tener vínculos directos con organizaciones de nivel local. El Ministerio de Trabajo recogía y canalizaba todas las contribuciones sindicales y ejercía el poder de veto en todas las elecciones sindicales. Las huelgas estuvieron prohibidas entre 1937 a 1946 y no existían negociaciones entre los empresarios y los sindicatos. Todas las quejas de los trabajadores tenían que ser dirigidas hacia los tribunales laborales designados por el gobierno que hasta 1946 estuvieron subordinados al Ministerio de Trabajo. 21. Es importante señalar que este sistema no se extendió hacia el sector rural, aunque la legislación lo recogiese. El sector rural recibió mucha menos atención en sus reivindicaciones, el peligro a movilizaciones era menor ya que los patrones, los propietarios y sus pistoleros, se encargaban de ello de una forma muy contundente. El poder político era controlado por los dueños de la tierra, a los cuales, además, no les gustaba ningún tipo de organización de los trabajadores, aunque fuera controlada por el gobierno. Gétulio Vargas, como hacendado de Rio Grande do Sul, disfrutaba de la simpatía de los otros propietarios de la tierra que le estaban gratos por no haber amenazado el sistema existente de la propiedad de la tierra. El populismo no dejaba de ser una estrategia para consumo urbano. 22. Este argumento del peligro interno permanente condujo directamente al enorme aparato represivo que acompañó al Estado Nuevo. La más visible fue la policía de Rio de Janeiro, al frente de la cual se instaló el torturador Filinto Müller, el cual llegó a mantener contactos secretos con la Gestapo alemana. Insurrecciones http://seneca.uab.es/hmic 7 El Brasil de los populismos La identidad nacional 23. En el I Congreso Afro-Brasileño, celebrado en Recife en noviembre de 1934, los temas de las diversas comunicaciones presentadas, versaban en el mejor de los casos sobre cuestiones folklóricas. Cuando no, cosas como esta: "los mestizos y el problema de la degeneración" que presentó Oliveira Vianna, recordémoslo, el encargado de llevar adelante la reforma laboral anteriormente mencionada y ser la mano derecha del dictador (Sixirei 1988). 24. De la persecución de los esclavos refugiados en las ciudades se pasó a una limpieza de los elementos considerados degenerados, anti-sociales. Se creó el Gabinete de Identificación del Distrito Federal, que supuso una nueva política criminal apoyada en criterios técnicocientíficos.1 Para éste, la degeneración y la criminalidad eran entendidas a partir de la confluencia de determinaciones biológicas y ambientales. El diagnóstico era, por ejemplo, que la criminalidad y la barbarie eran frutos de un ambiente de miseria. Para extirparla no cabían más medidas como el encarcelamiento. Apoyados por tesis eugenistas, algunos policías, juristas y médicos comenzaron a defender políticas como la pena de muerte y las esterilizaciones. En este proceso de identificación entre los delitos y las apariencias físicas de los inculpados, hay una concordancia sobre ciertos tipos de crímenes que penalizan, a gran escala, a aquellos individuos identificados en los procesos policiales y jurídicos como negros y pardos.2 La ley de vagabundos llenó las cárceles durante el Estado Nuevo (Gomes da Cunha 1995-96). 25. La creencia era de que el mestizaje podía ser controlado por una política de saneamiento de tipo eugénico. Estas medidas de orden jurídico-policial forman las bases predominantes del "discurso civilizador" del estado brasileño. Constituyen una intervención centralizada desde el poder federal que corresponde con el periodo de ascensión de Getúlio Vargas al poder. La intervención oficial de ese periodo pronto produce, como ya hemos visto, una legislación específica para regular el "mundo del trabajo" en sus más distintos planos (desde el carácter tutelar y paternalista a duras restricciones de sus variables organizativas), que se contraponen con una igualmente dura regulación del no-trabajo, corolario del crimen de vagabundeo. No es gratuito que ambas legislaciones, la del trabajo y la reforma de la policía del distrito federal, fueron las primeras entradas para una política de ordenación del estado: policía en las calles para reordenar el orden público, y legislación laboral para regular las relaciones entre capital y trabajo (Castro 1994). 26. El discurso de las élites políticas y económicas prefiere cerrar los ojos ante los conflictos sociales e incluso trata de negarlas. Así es recogido en el testimonio del profesor de derecho y miembro de la Asamblea Constituyente, Mario Pinto Serva: "No nos parece que exista la cuestión social en Brasil. Si existe es sólo un esbozo y completamente diversa de la europea…No hay clases sociales en Brasil, los obreros de ayer son los jefes de industria de 1. Los estudios de antropología criminal vinculadas a instituciones policiales muestran como se pasó del discurso de raza al de individuo. Para tener un determinado retrato de la sociedad brasileña -a través de la construcción de varios tipos- los patrones de criminalidad fueron construidos con base en conocimientos provenientes de la biología, la psiquiatría, la medicina, y de la entonces naciente antropología (Gomes da Cunha 1995-96). 2. En el Código Criminal de 1830 ya aparece la figura del “vago”. En 1842 (artículo 300 del Regulamento nº 12) la vagabundería era caracterizada como: “los individuos que no teniendo domicilio cierto, no tienen habitualmente profesión ni oficio, ni renta, ni medio conocido de subsistencia”. En el Código penal de 1890 se definía por la habitualidad de aquel que se entrega “a la ociosidad, siendo válido para el trabajo, sin renta que le asegure medios necesarios para la sobrevivencia, o proveer la propia subsistencia mediante ocupación ilícita”. http://seneca.uab.es/hmic 8 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 José Luis Ruiz-Peinado hoy…No hay burguesía como no hay nobleza ni clase militar. En Brasil solo hay clases más intelectuales o menos intelectuales, más pudientes o menos pudientes…Nadie muere de hambre en Brasil, a nadie le falta trabajo". O el embajador brasileño en Estados Unidos, Osvaldo Aranha, que aspiraba a crear una imagen del Brasil blanco en sus cartas con Getúlio Vargas en 1935: "Precisamos de un Brasil de hombres blancos. Nada de otras razas". El embajador no se cansaba de alabar la "sociedad nórdica" que era EE.UU. y de la debilidad del carácter brasileño debido a la miscegenación (mezcla racial). Por eso pedía que de ningún modo fuesen seleccionadas personas de "color" para la embajada por:"la mala impresión que daría" (Sixirei 1988: 411). 27. Desde la abolición de la esclavitud en 1888 hasta principios de los años veinte la mezcla racial fue percibida por las élites brasileñas como un impedimento genético a cualquier intento de creación de una identidad nacional. De hecho, el mestizaje era entendido como un debilitamiento del "espíritu nacional", principalmente a partir de la necesidad de tener que crear un discurso nacionalista englobador de los diferentes proyectos de estado-nación tras la independencia de la metrópoli. Esta devaluación de la pureza blanca fue, asimismo, compartida por la mayoría de las élites gobernantes de los demás países americanos y alimentada por los pensadores europeos.3 Como ejemplo de ello cabría citar las palabras de un historiador inglés del siglo XVIII que, al reflexionar sobre la situación de Jamaica, advertía con estas palabras contra la admisión de población negra en Inglaterra, dado que el resultado sería una mezcla "contaminada": "…Hasta la nación entera se asemeja a los portugueses y moriscos en el color de la piel y en la bajeza de la mente" (Citado en Bender 1973: 26). 28. A partir de la década de 1920, en Brasil se produjo un fuerte auge cultural y político de la mano del movimiento modernista. Algunos intelectuales y artistas intentaron recuperar (de forma teórica) las aportaciones negras a la sociedad brasileña como elementos positivos, enriquecedores, y plenamente integrantes de la nueva sociedad. Pero sería sobre todo con la publicación de Casa grande e Senzala de Gilberto Freyre (1933) que cambiaría definitivamente la percepción sobre el valor de la mezcla racial y de la "genuina" forma de ser brasileña. El complejo de inferioridad vivido hasta el momento se transformó en una "multirracialidad" positiva proyectada hacia fuera. 29. A partir de este discurso se planteó, seguramente por primera vez, una exposición detallada de lo que podría llamarse la identidad nacional brasileña, en la cual estarían representados todos los elementos que la integran, lo indígena, lo negro y lo blanco, con valores asignados previamente a cada uno de ellos. Los rasgos biológicos y culturales se habrían fusionado para dar esa miscegenación característica del Brasil moderno, que, por lo tanto, homogeneizará al pueblo brasileño. La "democracia racial" será un hecho y a ésta se la denominará "lusotropicalismo", término acuñado por el propio Gilberto Freyre para aglutinar el legado portugués y que podría sintetizarse en el siguiente refrán popular recogido por Bender (1973: 26): "Dios creó a los portugueses y los portugueses crearon a los mestizos". 3. Desde principios del siglo XV, los exploradores, autores y estadistas portugueses y las élites de sus colonias enaltecieron la grandeza de su misión colonial de descubrir, conquistar, y colonizar en tierras distantes. Durante siglos, la intelectualidad, la literatura y el discurso político elogiaron la bravura de los soldados, la tenacidad de los colonos y, sobre todo, la divina inspiración de Portugal en transmitir los valores cristianos y la civilización occidental a los indígenas de África, de las Américas, de la India y de Asia. Hasta mediados del siglo XX, esta auto-adulación se dirigía a las élites dominantes, las cuales hacían hincapié en ser los más civilizados de los civilizados (Quintero- Rivera 2000). La identidad nacional http://seneca.uab.es/hmic 9 El Brasil de los populismos 30. Este planteamiento fue rápidamente recogido por el discurso político oficial y fue institucionalizado como "verdad de fe" con el apoyo de otros escritores que siguieron desarrollando estas tesis. A partir de entones, las personas (negras, mulatas, indias) que consiguieran situarse mejor en el escalafón social serían las que previamente habrían renunciado a su pasado como grupo diferente y aspiraran a integrarse en un modelo oficialmente "homogéneo", presentado como positivo y universal pero de hecho excluyente dada la subsistencia de racismo (Quintana-Rivero 2000). 31. En Brasil la visión de "el otro" dentro de la "democracia racial" se fue perfilando como un discurso unificador y eliminador de diferencias dentro del proyecto nacional. Lo indígena y lo africano pasaron a considerarse como algo del pasado, produciéndose una tendencia "natural" a su integración en un proyecto homogéneo con una cultura común marcada por el predominio blanco. Se estaba creando la identidad de un país a partir de los elementos culturales y sociales que interesaban a las élites gobernantes y que eran capaces de poder englobar a toda la sociedad.4 32. Esta "nueva identidad" traspasó las fronteras de Brasil y la justificación del populismo de Getúlio Vargas. Gracias a estos aportes teóricos creados en Brasil, a partir de los años cincuenta, la dictadura salazarista portuguesa adoptó las tesis "lusotropicalistas" para justificar su presencia en el continente africano, la India y Timor. Se invitó a Gilberto Freyre a realizar un viaje por las colonias, fruto del cual escribió Um brasileiro em terras portuguesas, texto que difundió internacionalmente la ideología del lusotropicalismo y cuyos argumentos utilizó Portugal al intentar convencer a la opinión pública del derecho que tenía a permanecer en África para proteger y mantener "los paradigmas de la democracia racial"(Bender 1980). 33. Apenas unos días antes de la Revolución de los Claveles, el golpe militar llevado a cabo por oficiales del ejército portugués descontentos con las guerras coloniales que mantenían en África, en abril de 1974, Marcello Caetano hacía estas declaraciones a la revista francesa Le Point :"Estamos luchando en defensa de los derechos que tienen todos los hombres de vivir juntos en África y, sobre todo, en defensa de la sociedad multirracial que allá formamos" (citado en Bender 1980: 7). De hecho Portugal apuntaba hacia sus sociedades multirraciales como prueba que no estaba empeñado en un colonialismo explotador, viéndose, por consiguiente, moralmente autorizado a permanecer en África. Bibliografía Bender, J. Gerald. (1980). Angola sob o domínio português: mito e realidade. Lisboa: Livraria Sá da Costa Editora. Castro Gomes, Àngela (1994). A Invenção do Trabalhismo. Rio de Janeiro: Dumrá. 4. La dictadura de Vargas tenía un agudo sentido de la importancia política de la cultura popular como un medio de aglutinar apoyos al gobierno. Por ejemplo, hombres de Getúlio canalizaban dinero para financiar el equipo de fútbol brasileño, que ya no era blanco del todo, dando resultados espectaculares. Otro tanto pasó con las manifestaciones genuinamente afrobrasileñas como la samba y el carnaval, que durante largos años habían estado prohibidas por temor al levantamiento de los esclavos. El gobierno de Getúlio Vargas fue el primero en promover las escuelas de samba y el carnaval, especialmente el de Rio de Janeiro. Esta política que quedó más clara a partir del golpe de 1937 se realizó con la intención de fortalecer el sentido de que la nación tenía su propia identidad como, o al menos parcialmente, a través de instrumentos poderosos como el fútbol, la música y la danza (Skidmore 2000). http://seneca.uab.es/hmic 10 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 José Luis Ruiz-Peinado Gomes da Cunha, Olívia Maria (1995-96) ). "1933: um ano que fizemos contatos". En Revista USP: Dossiê Povo Negro-300 Anos. Nº 28, p.143-163. Quintero-Rivera, Mareia (2000). A cor e o Som da Nação: a idéia de mestiçagem na crítica musical do caribe hispânico e do Brasil (1928-1948). São Paulo: Annablume/FADESP. Sixirei Paredes, Carlos (1988). El Brasil de Vargas (1930-1945). Madrid, Universidad Complutense de Madrid. Tesis doctoral. Skidmore, Thomas E. (2000) Uma história de Brasil. São Paulo: Paz e Terra. 11 Bibliografía http://seneca.uab.es/hmic El Brasil de los populismos 12 http://seneca.uab.es/hmic DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Luis Laborda Oribes Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) Luis Laborda Oribes Resumen / Resum / Abstract El artículo elabora una aproximación formal y temática de la novela de Anthony Burgess, La naranja mecánica, y la adaptación cinematográfica de Stanley Kubric. Compara los recursos literarios y cinematográficos utilizados. Y reflexiona sobre la fascinación de S. Kubric por el siglo XVIII. / L'article elabora una aproximació formal i temàtica a la novel·la d'Anthony Burgess, La naranja mecánica, i l'adaptació cinematogràfica d'Stanley Kubric. Compara els recursos literaris i cinematogràfics emprats. I reflexiona entorn la fascinació d'S. Kubric pel segle XVIII. / The article devises a thematic and formal approximation of the novel of Anthony Burgess, A clockwork orange, and the film adaptation of Stanley Kubric. It compares the film and literary resources utilized. And focus on the fascination of S. Kubric by the 18th century. Palabras clave / Paraules clau / Key Words Cine, Kubric, literatura, siglo XVIII. / Cinema, Kubric, literatura, segle XVIII. / Cinema, Kubric, literature, 18th century. 13 La naranja mecánica. La novela de Anthony Burgess1 y la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick: aproximación formal y temática. 1. “‘Per tal d’oposar-me a l’intent d’imposar-li a l’home, criatura que madura i és capaç de demostrar bondat, de beure el nèctar que brolla dels llavis barbuts de Déu, per tal d’oposar-me, dic, a l’intent d’imposar-li lleis i condicions tan sols apropiades per a una creació mecànica, alço la ploma com una espasa...’” (Burgess, 1983: 43). F. Alexander, personaje de la obra de Anthony Burgess (1917-1993) opuesto a la política gubernamental, expresa, a través de su novela La naranja mecánica (en un maravilloso juego de espejos o, si se quiere, de metaficción, emprendido por el literato británico) su desprecio moral por las técnicas emprendidas por el siniestro Ministro del Interior para regenerar a los delincuentes. La Técnica de Ludovico, llevada a cabo por el Instituto Estatal de Recuperación de Delincuentes, consiste en inyectar la sustancia de Ludovico en el brazo del delincuente para luego someterlo a una sesión de vídeos en los que contempla todas las atrocidades de las que se le quiere alejar: Alex, joven protagonista de la obra, es obligado a contemplar violentas disputas, agresiones varias o desfiles militares del régimen nazi. Para ello se le hace sentar sobre una particular butaca a la que es atado, se le coloca un extraño casco lleno de cables sobre la cabeza y se le fija la mirada en la pantalla a través de unas pinzas que le impiden cerrar los párpados y le obligan a ver, primero con tenebroso placer y luego con angustiosas náuseas, los vídeos preparados por la comunidad de médicos que observan su rápida regeneración. El gobierno pretende reducir los índices de delincuencia a través de esta técnica que, tras su aplicación, produce un peculiar efecto sobre el 1. Anthony Burgess publicó por vez primera La naranja mecánica (A Clockwork Orange) el año 1962. Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) delincuente: cuando éste intenta delinquir padece, de forma inevitable, un severo malestar físico acompañado de violentas náuseas que le inducen a reconducir su conducta. La Técnica Ludovico no produce una regeneración moral del individuo, sino una respuesta física ante el delito que le obliga, en beneficio de su bienestar físico, a llevar una conducta social. 2. Alex, adolescente violento y pendenciero, es sometido a esta singular técnica tras ser apresado por la policía y traicionado por sus drugos (esto es, sus amigos, en el argot adolescente ideado por Burgess al que llama nadsat, inteligente y divertida mezcla de inglés y ruso). La regeneración de Alex será inevitablemente cuestionada por los sectores contrarios a los métodos emprendidos por el Ministro del Interior. El propio capellán de la prisión en la que pasa sus días de confinamiento el joven Alex expresa sus dudas acerca de las cualidades de la Técnica Ludovico: “La qüestió és saber si aquesta tècnica pot tornar bo un home. La bondat ve de dins, 6655321. La bondat és una cosa que cal elegir-la. Quan l’home no pot elegir deixa de ser home” (Burgess, 1983: 108). Es este, precisamente, el tema central de la obra de Burgess: “Res no fa més por a Burgess que la passivitat i allò que el bocabada és que el fet de triar lliurament una opció -encara que sigui una opció ‘malvada’- sigui infinitament més digne que no pas l’acatament del ramat” (Monzó, 1983: 15). Por tanto, a la cualidad natural del hombre capaz de madurar como un fruto de la madre naturaleza bajo una voluntad que le permite el libre albedrío se confronta la reducción de su voluntad y su conversión en poco más que una máquina, en un jugoso fruto natural mecanizado, en definitiva, en una naranja mecánica. 3. “Més: la maldat és cosa del jo, d’un mateix, de tu o de mi, en l’odinoqui de cadascú, i aquest jo és obra del vell Bog i és també el motiu del seu orgull i de la seva radosti. El no-jo, però, no pot contenir el mal, per consegüent els vecs del govern i els jutges i les escoles no poden consentir el mal perquè no poden consentir admetre el jo” (Burgess, 1983: 62). Los pensamientos de Alex, confusos y ambiguos, introducen una personal reflexión acerca del noyo (el individuo desnaturalizado) y de los órganos represores de la voluntad del individuo, también censurados por el capellán de la prisión quien, frente a un Alex incapaz de albergar ni tan siquiera un pensamiento violento (que le conduciría, irremediablemente, a la náusea), afirma: “El propi interès, el temor al dolor físic l’han menat a fer aquell acte grotesc d’humiliació. La manca de sinceritat ha estat evident. Ja no és un malfactor, però també ha deixat de ser una criatura capaç d’elegir d’acord a conceptes ètics” (Burgess, 1983: 153). Los interrogantes éticos del capellán se convierten en vivos alegatos políticos en manos de F. Alexandre, el escritor de La naranja mecánica, el cual censura las prácticas totalitarias del gobierno para enfrentarse a la violencia que alberga la sociedad (por cierto, curiosamente, nuestro atormentado escritor responde al mismo nombre que el protagonista y “Humilde Narrador” de esta historia quien fue responsable, a su vez, de la muerte de la esposa de aquél; veremos que la casualidad, base de la estructura paralela de dos de las tres partes de la obra, es un tema recurrente). 4. La brutalidad de las acciones de Alex y sus drugos no logra invalidar la reflexión de la obra. El propio Stanley Kubrick (1928-1999) se expresaba en los siguientes términos en una entrevista concedida a Michel Ciment: “Si Alex fuera menos ‘malo’, la historia se parecería a uno de esos westerns que aspiran a posicionarse en contra del linchamiento. Pero, de hecho, puesto que se lincha a un inocente, la moraleja indicaría: ‘No se debe linchar a la gente porque pudiera ser que fuera inocente’. Cuando en su lugar sería ajustado decir: ‘No se debe linchar a nadie’. Con el fin de mostrar la acción del gobierno con todo su horror, debía elegirse como víctima a alguien totalmente depravado, por lo tanto, cuando el gobierno le transforma en zombie, el espectador se percata de que es profundamente inmoral hacer eso, incluso a semejante criatura. Si Alex no fuera la encarnación del Mal, sería muy fácil decir: ‘Sí, por http://seneca.uab.es/hmic 14 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Luis Laborda Oribes supuesto, el gobierno está equivocado, porque no es tan malo como parece’. De este modo, el problema queda más evidente” (Ciment, 2000: 162-163). En este sentido, ni la novela ni la película hacen ninguna concesión, la complejidad del problema moral que nos plantean no está en modo alguno simplificada ni ofrece soluciones sencillas y unívocas; posiblemente es esta una de las características que acerca, inicialmente, ambas obras a la ironía: el desasosiego de la crítica a un sistema de valores sin plantear una alternativa para el mismo. 5. Nueve años más tarde de la edición de la novela de Burgess Stanley Kubrick presentó su impresionante adaptación. Pronto provocaría las opiniones más enfrentadas: desde acusaciones por su mostración de la violencia hasta encendidos debates periodísticos sobre su supuesta responsabilidad en actos vandálicos cometidos contemporáneamente en Gran Bretaña por jóvenes ataviados con vestimenta similar a los protagonistas de la película. Todo ello condujo a Kubrick a pedir a la productora retirar la obra de las pantallas británicas en una decisión singular. Hoy es un clásico que emparenta a Kubrick con el propio Burgess y con su estimado siglo XVIII al acercarse a ese tiempo y a sus más notables literatos a través de este perverso cuento filosófico. La ironía en La naranja mecánica: recursos formales literarios y recursos formales cinematográficos 6. En la novela de Anthony Burgess y aún más en su adaptación cinematográfica aparece la ironía bajo formas variadas. Desde el lenguaje, utilizado sabiamente por Burgess, del relato literario hasta su adaptación cinematográfica, donde el relato en primera persona sufre una doble distorsión: la de las palabras de Alex, “Vuestro Humilde Narrador” -cual falsas memorias de campesinos y señores que vivieron y murieron bajo las luces y las sombras del siglo XVIII-, y la de las imágenes. En cualquier caso, las formas de la ironía se articulan entorno a diversos elementos de la historia, abrazándola en su conjunto y comprometiendo la lectura hacia una interpretación que promete algo más que una literalidad de sentido. 7. Entre otros, y sirva como muestra de lo anteriormente expuesto, reciben un tratamiento irónico los siguientes elementos de la historia: a. El tratamiento crítico a un sistema político que muestra tendencias absolutistas (el omnipresente partido gubernamental y su inquietante Ministro del Interior) y a una sociedad que camina entre la violencia y la degradación del entorno urbano y moral. b. La estructura tripartita de la historia, la cual muestra un exceso de coincidencias -para una novela de corte realista- en su primera y tercera partes y, sobre todo, un personaje central cuyos excesos ponderan aún más el contenido moral de la obra. La estructura de la obra es, precisamente, uno de los aspectos de la novela que más interesaron a Kubrick: “La intriga de La naranja mecánica contiene más elementos del cuento de hadas o de la mitología que de las ficciones realistas. Reposa en una serie de coincidencias inconcebibles en una película realista. En una obra realista no podría haber esa simetría de situaciones al principio y final de la historia que, creo, es uno de los aspectos más brillantes de la novela” (Ciment, 2000: 163). c. La alianza final entre los delincuentes y maleantes (personificados en la figura de Alex) y las autoridades gubernamentales. Sobre el particular también se expresa en términos elocuentes el cineasta norteamericano respondiendo a una inteligente pregunta de Michel Ciment: “- La ironía en La naranja mecánica: http://seneca.uab.es/hmic 15 Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) Políticamente la conclusión muestra la alianza entre el sinvergüenza y las autoridades. Cierto, a partir de un momento dado el gobierno utiliza la violencia para sus propios fines; eso explica la alianza entre Dim y Georgie convertidos en policías y por supuesto con Alex. Creo que debe verse la última escena en su contexto satírico, así: ‘Ya estoy curado’ se parece al grito del Dr. Strangelove: “Mein Füher, ando!”2. Y la imagen de Alex como un niño criado en el seno de esta sociedad totalitaria y completamente corrompida, supone un efecto cómico de primera categoría y un excelente símbolo” (Ciment, 2000: 149). La película finaliza como el penúltimo capítulo de la novela, esto es, con la restitución de la voluntad de Alex, nuevamente convertido en un maleante. No obstante, este delincuente acaba pactando con un gobierno acosado por los sectores opuestos a su política totalitaria que convierten el caso de Alex en un arma arrojadiza contra las autoridades. Tras el pacto vemos una nueva imagen extraída de la imaginación de Alex en la que una pareja consuma el acto sexual ante la mirada y los aplausos de una multitud burguesa ataviada con trajes decimonónicos, escena acompañada por el último movimiento de la Sinfonía No. 9 (1824) del “divino” Ludwig van Beethoven (1770-1827) y por la voz de Alex, quien nos informa: “Sin lugar a dudas yo ya estaba curado”. El libro, sin embargo, introduce un último capítulo en el que uno de los drugos de Alex decide casarse y el propio Alex madura y abandona sus correrías para hacerse un adulto responsable. La sorpresa que muestra el propio Kubrick ante este sorprendente final es compartida. La ironía, el carácter crítico, del resto de la obra muestran a este último capítulo como un añadido innecesario y forzado. Incluso desde el punto de vista formal. El penúltimo capítulo de la novela acaba con las palabras de Alex citadas anteriormente en lo que a todas luces parece un colofón perfecto para la narración: la curación irónica de Alex, que corresponde a la restitución de su voluntad y, por ello, a su vuelta a la maldad. Introducir un último capítulo donde, de forma excesivamente precipitada, en unas pocas páginas, Alex abandona su maldad en beneficio de su incipiente madurez implica socavar el carácter irónico de la primera “curación” de Álex y dejar entrever que finalmente el orden vuelve a encontrar su lugar, cual melodrama decimonónico. Por todo ello, no es un final comprensible ni desde el punto de vista formal ni desde el punto de vista temático (ambos, por cierto, sabiamente entrelazados). d. La relación entre el arte y la moral, expresada singularmente en el comportamiento de Alex y su sorprendente gusto musical. Aspecto presente tanto en la novela como en la película, Kubrick muestra también en este punto un cierto pesimismo acerca de la posible redención de la naturaleza humana a partir del arte. Para ello utiliza el símil de la Alemania nazi al responder a una pregunta de Michel Ciment: “-A Alex le encanta la violación y Beethoven: ¿No hay, en su opinión, efecto directo del arte sobre la realidad? -Esto demuestra seguramente el fracaso de la cultura en el terreno moral. Los nazis escuchaban a Beethoven. Algunos eran personas muy cultas; y sin embargo no cambió nada su comportamiento moral” (Ciment, 2000: 163). De igual modo, la música marca en muchos momentos el ritmo narrativo de la obra. Tanto es así que la narración que Alex emprende de sus fechorías, su posterior caída y su último “renacimiento”, está tamizada por la particular visión del mundo del joven protagonista, en la que la música ocupa un lugar central. e. El lenguaje es, particularmente en la novela (por razones obvias), un elemento irónico de primer orden. Los adolescentes de la obra hablan un curioso lenguaje, el nadsat, que 2. En ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1963) de Stanley Kubrick, Peter Sellers, en uno de los tres papeles que interpreta, el del doctor Strangelove –un científico exportado de la Alemania nazi–, al final de la película se levanta de su silla de ruedas y grita: “¡Mein Füher, ando!”. http://seneca.uab.es/hmic 16 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Luis Laborda Oribes introduce algunos términos que a un lector perspicaz le recordarán a Jonathan Swift (16671745) y Los viajes de Gulliver (Gulliver’s Travels, 1726): “Esta última película se refiere explícitamente al cuento filosófico de Voltaire (Candide)3 en su estructura general, y a Swift, con el ‘nadsat’, la lengua de los ‘drugos’ en la que ‘cabeza’ se dice ‘gulliver’” (Ciment, 2000: 64). 8. Burgess trabaja el lenguaje de forma irónica en más de una ocasión. Como ejemplo de ello nos presenta gradualmente al “ínclito” ministro del Interior como “ministre de l’Interior o de l’Inferior, el de l’Interior o de l’Inferior, Min de l’Int Inf, Minintinf i min” (Burgess, 1983: 208209), despojándolo, de este modo y de forma paulatina, de su severa gravedad. 9. Igualmente introduce expresiones orales que tienden a ponderar aún más el carácter confesional de la obra, cual memorias escritas desde la sinceridad por Alex. a. Kubrick traslada algunas situaciones de la novela expresadas verbalmente a un lenguaje visual enormemente imaginativo con un explícito contenido irónico. De ello es una excelente muestra el encuentro sexual entre Alex y dos jóvenes filmado a cámara rápida con el contrapunto de la obertura de Guillermo Tell (Guglielmo Tell, 1829) de Gioacchino Antonio Rossini (1792-1868). Precisamente, Alex encuentra a estas dos muchachas en una tienda de discos donde, si observamos bien la escena, podemos ver la banda sonora de 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968). a. Finalmente, podemos citar las ensoñaciones de Alex, que ilustra con su imaginación algunos pasajes bíblicos (nuestro narrador se encuentra particularmente fascinado por el Antiguo Testamento y ello, lógicamente, no es casual) o sufre estados extáticos a través de la música de su idolatrado Beethoven: “La música, a mi, més aviat m’excitava, oh germans meus, i em feia sentir com si fos el vell Bog en persona, disposat a descarregar llamps i centelles, i tenir els vecs i les ptitses critxant sota el meu ha ha poder” (Burgess, 1983: 64). La fascinación de Kubrick por el siglo XVIII 10. La fascinación de Stanley Kubrick por el siglo XVIII se manifiesta a lo largo y ancho de toda su obra. Siglo de las luces, del racionalismo científico y enciclopedista, es también el marco de maestros del sentimiento y del análisis de personajes como Marivaux (1688-1763) o Samuel Richardson (1689-1761). De igual modo, es el siglo del cuento filosófico de Voltaire, de la fina ironía de Jonathan Swift, de la Independencia de las colonias inglesas de norteamérica y de la Revolución francesa (y, con ambos acontecimientos, del surgimiento de nuevos modelos políticos y sociales), de enfrentamientos armados y de pensamiento político a través de Rousseau o los federalistas estadounidenses Alexander Hamilton (1757-1804), John Jay o James Madison (1751-1836). Por todo ello, es un siglo de contradicciones en el que tiene buena parte de su origen el mundo contemporáneo, entre revoluciones industriales (fundamentalmente la británica), revoluciones políticas (la norteamericana y la francesa) y revoluciones del pensamiento (donde la filosofía alemana alumbra una nueva Edad de Oro). Cineasta inquieto, pesimista respecto a la naturaleza humana pero irónico con lo que ello tiene de compromiso (que no de partidismo o de adhesión) con su arte y con el mundo que le rodea, del cual es severo observador y crítico riguroso, Kubrick encuentra en el siglo XVIII las paradojas y las contradicciones del mundo moderno que, en gran medida, configuran nuestra historia contemporánea. 3. Voltaire (1694-1778) publica Cándido (Candide) el año 1759. La fascinación de Kubrick por el siglo xviii http://seneca.uab.es/hmic 17 Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) 11. El siglo XVIII aparece al lo largo de la obra de Kubrick en diversas circunstancias. A modo de ejemplo, muestro aquí algunos momentos de su filmografía donde se manifiesta de un modo más o menos evidente: a. Barry Lyndon (1975)4, obra ambientada en la segunda mitad del siglo XVIII, es la muestra más evidente del interés del director norteamericano por la historia moderna y, más concretamente, por el Siglo de las Luces: “Barry Lyndon restituye a aquella época su gravedad, su peso histórico: no olvidemos que el mundo moderno nace del siglo de las luces y Kubrick al preguntarse desde hacía diez años sobre el futuro, tenía forzosamente que remontarse a los orígenes” (Ciment, 2000: 64). La película tampoco está exenta de ironía, muy al contrario, recoge tal vez una de las mayores paradojas de la obra de Kubrick, aspecto que tendremos ocasión de debatir. “En cualquier caso, se confirma lapidariamente lo que Kubrick recoge en el rótulo de su epílogo: ‘Fue durante el reinado de George III que los personajes mencionados vivieron y altercaron. Buenos o malos, hermosos o feos, ricos o pobres, todos son ahora iguales’ La existencia, finalmente, coloca a todos en su sitio. Una verdad absoluta” (García Fernández y Sánchez González, 2001: 59). b. En la última parte de 2001: una odisea del espacio aparecen de una forma inicialmente sorprendente decorados estilo Luis XVI. Curiosa elección de Kubrick: de todos los decorados posibles, reales e imaginarios, la inteligencia superior y extraterrena (divina o no) sugerida (que no mostrada) en la película escoge los antedichos decorados para su encuentro con el Hombre, contacto del que surgirá un ser mejorado. c. También en 2001 podemos observar el sueño de la creación de un autómata, ligado al siglo XVIII y elevado a su máxima expresión a través del ordenador HAL 9000. Respecto a las creaciones de ingenios mecánicos, resulta enormemente interesante la elipsis que permite a Kubrick pasar de la prehistoria al año 2001, en la que el hueso lanzado al aire por un primate se convierte en un satélite de semejante forma. El contenido poético de la escena es incuestionable hasta tal punto que confirma aquello que Sergei Mijailovich Eisenstein (1898-1948) ya reivindicaba para el cine: la capacidad de asumir los tropos literarios. Kubrick establece una analogía formal y semántica, por cuanto el hueso es la primitiva herramienta que a través de una tremenda elipsis se convierte (por la afinidad de sus formas) en una moderna “herramienta” de telecomunicaciones como es un satélite. d. En Lolita (Lolita, 1962) aparece un retrato pintado siguiendo un estilo afín a Thomas Gainsborough (1727-1788) detrás del cual muere Quilty (Peter Sellers) acribillado por las balas disparadas por Humbert Humbert (James Mason), en los últimos minutos de la película. e. Como advierte el propio Michel Ciment, La naranja mecánica se refiere en su estructura general al cuento filosófico de Voltaire (Ciment, 2000: 64). De hecho, ambas obras muestran un inequívoco pesimismo respecto a la naturaleza humana: “El espectáculo del mal le rebela contra la ley de la necesidad: ¿cómo puede ser el mal necesario? La libertad despierta la esperanza de poder huir de tanta desgracia. Voltaire advierte que no hay que hacerse ilusiones, el mal es natural y la libertad sólo una paradoja de la necesidad” (Ramoneda, 1996: 381). En este sentido cuestionan el optimismo antropológico de Rosseau y no dudan en rebatir (en el caso de Voltaire de forma explícita) las teorías del mismo. 4. Adaptación de la novela de William Makepeace Thackeray (1811-1863) The Luck of Barry Lyndon (1844). http://seneca.uab.es/hmic 18 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Luis Laborda Oribes Como muestra de todo ello en ambas obras se debate acerca de la libertad. “El discurso de Voltaire se mueve entre la necesidad y la posibilidad: ‘Sucederá lo que podrá ser’, dice Cacambo. Esta posibilidad, este poder, que lucha con los designios de la necesidad y que probablemente también es necesario, es el estrecho margen de maniobra de la libertad” (Ramoneda, 1996: 380-381). 12. El cuento filosófico, como narración que plantea, a través del periplo de un personaje, un problema de orden antropológico, moral, metafísico o de cualquier otro orden, de algún modo es retomado por La naranja mecánica, cuya estructura tripartita con una exacta correspondencia especular entre la primera y la tercera partes responde, en alguna medida, a este planteamiento discursivo que permite desarrollar con enorme habilidad narrativa un problema de orden filosófico. 13. Pero aquello que más poderosamente une a obras tan distantes en el tiempo como Cándido y La naranja mecánica es la ironía. “De hecho, Voltaire nunca vinculó por completo razón y acción. Siempre mantuvo cierta distancia: la ironía. [...] La ironía quiere decir sencillamente que no hay redención” (Ramoneda, 1996: 381). A Cándido y a sus desventurados compañeros finalmente no les queda otra alternativa viable más que cultivar su jardín: “Trabajar sin razonar, dijo Martín, es la única forma de hacer soportable la vida” (Voltaire, 1994: 169). La respuesta a las convulsiones del mundo es descorazonadora. No hay ningún héroe épico que resuelva la crisis y restablezca el orden. En La naranja mecánica, si cabe, el final es aún más descorazonador: la celebración de la maldad se establece con el singular pacto entre Alex (la violencia individual) y el Ministro del Interior (la violencia de Estado): la visión final de Alex, dos jóvenes consumando el acto sexual y aplaudidos por unos espectadores ataviados con ropa de época es la ironía final que nos reserva la inteligente mirada del artista que viene a afirmar la gran función de la ironía: disimulando su propósito a través de las formas artísticas critica un sistema de valores sin proponer otro, evitando moralizar a través de fórmulas más ambiguas que apuntan al relativismo de las cosas. Todo lo cual, finalmente, expresa de forma paradójica el más firme de los compromisos. 14. Michel Ciment destaca la curiosidad de Kubrick por el siglo XVIII en palabras muy elocuentes y acertadas que describen las constantes del siglo: “El siglo XVIII marca también el encuentro entre la pasión y la razón. Veremos que estos dos términos representan los polos del universo kubrickiano. La fascinación por la razón se manifiesta en la filosofía de las luces, en la arquitectura, en el nacimiento de las ciencias y las técnicas (el hombre, antes de conquistar el cosmos, aprende a volar), en la afición por los autómatas (el pato de Vaucanson, el jugador de ajedrez de Kempelen) [...] Pero esta pasión por la lógica y el equilibrio va acompañada de una exaltación del sentimiento, como el jardín a la inglesa que rodea la arquitectura palladiana. Laclos, experto en balística e inventor del obús, y Beaumarchais, relojero e inventor del reloj de escape, son también maestros del sentimiento. Así lo ha puesto de manifiesto Jean Starobinski: ‘Desde el principio de este siglo ‘racionalista’, la razón teórica acepta reconocer en el orden de la poesía y de las bellas artes el imperioso dominio de la pasión’” (Ciment, 2000: 66-67). 15. Todo ello confirma la fascinación del cineasta por un siglo al cual se acerca también con ironía. Es más, tal vez la gran ironía de la obra de Kubrick se encuentra, precisamente, en su visualización del Siglo de las Luces, esto es, en Barry Lyndon. La extrema belleza formal de la obra se manifiesta frente a un tremendo pesimismo en su descripción de la naturaleza humana; esto es, yuxtapone una tremenda belleza formal a un contenido pesimista. Paradoja comprensible en la obra de un artista que abandona los personajes planos en beneficio de la La fascinación de Kubrick por el siglo xviii http://seneca.uab.es/hmic 19 Aproximación a La naranja mecánica (A Clockwork Orange) ambigüedad moral y del relato de interpretación poliédrica. Kubrick, finalmente, es una artista, y frente a su visión pesimista del hombre y su historia, el arte, revestido por una elegante ironía, es un plausible refugio de equilibrio y belleza. Bibliografía. Ciment, Michel, Kubrick, Akal, Madrid, 2000. García Fernández, Emilio C. y Sánchez González, Santiago, “La naranja mecánica (A Clockwork Orange)” y “Barry Lyndon” en Las imágenes de la historia en la obra de Stanley Kubrick, Cuadernos de Historia Contemporánea, 2001, número 23: págs. 50-59. Monzó, Quim (pròleg) en La taronja mecànica (1962) d’Anthony Burgess, Edicions Proa, Barcelona, 1983. Ramoneda, Josep, “Voltaire”, en Lecciones de Literatura Universal, Jordi llovet (ed.), Cátedra, Madrid, 1996, págs. 375-386. Thackeray, William Makepeace, Memorias y aventuras de Barry Lyndon (1844), Valdemar, Histórica, Madrid, 2000. Voltaire, Cándido-Micromegas-Zadig, Elena Diego (ed.), Cátedra, Madrid, 1994 (1.ª edición de Cándido, 1759). Filmografía. Barry Lyndon (Barry Lyndon, 1975). Director: Stanley Kubrick. Guión: Stanley Kubrick, basado en la novela The Luck of Barry Lyndon de William Makepeace Thackeray. Fotografía: John Alcott. Música: Leonard Rosenman. Intérpretes: Ryan O’Neal, Marisa Berenson, Patrick Magee, Hardy Kruger. Duración: 183’. Reino Unido. 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968). Director: Stanley Kubrick. Guión: Stanley Kubrick, Arthur C. Clarke, basado en el relato “El centinela” (“The Sentinel”) de Arthur C. Clarke. Fotografía: Geoffrey Unsworth, John Alcott. Intérpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter. Duración: 139’. Reino Unido. Lolita (Lolita, 1962). Director: Stanley Kubrick. Guión: Vladimir Nabokov, basado en la novela Lolita de Vladimir Nabokov. Fotografía: Oswald Morris. Música: Nelson Riddle. Intérpretes: James Mason, Sue Lyon, Peter Sellers, Shelley Winters. Duración: 153’. Estados Unidos. Naranja mecánica, La (A Clockwork Orange, 1971). Director: Stanley Kubrick. Guión: Stanley Kubrick, basado en la novela de Anthony Burgess. Fotografía: John Alcott. Música: Walter Carlos. Intérpretes: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Warren Clarke. Duración: 137’. Estados Unidos. ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1964). Director: Stanley Kubrick. Guión: Stanley Kubrick, Terry Southern, Peter George, basado en la novela Red Alert de Peter George. Fotografía: Gilbert Taylor. Música: Laurie Johnson. Intérpretes: Peter Sellers, George C. Scott, Sterling Hayden, Keenan Wynn. Duración: 93’. Estados Unidos. http://seneca.uab.es/hmic 20 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Jesús Mirás Araujo Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino en la ciudad de a Coruña entre 1900 y 1960 Jesús Mirás Araujo (Universidade da Coruña) Resumen / Resum / Abstract El artículo se centra en la evolución de la población activa en la ciudad de A Coruña durante la primera mitad del siglo XX. El objectivo principal es mostrar la elevada presencia de los servicios de bajo nivel de cualificación y en particular del servicio doméstico. / L'article se centra en l'evolució de la població activa a la ciutat de A Coruña durant la primera meitat del segle XX. L'objectiu principal és mostrar l'elevada presència dels serveis de baix nivell de qualificació i en particular del servei domèstic / The article focus on the active population evolution in the city in A Coruña during the first half of the 20th century. The main objetive is to show the high presence of the low level services and particularly of the domestic service. Palabras clave / Paraules clau / Key Words A Coruña, cualificación, población activa, servicio doméstico femenino. / A Coruña, qualificació, població activa, servei domèstic femení. / A Coruña, qualification, active population, female domestic service. 21 Introducción 1. El trabajo se centra en la evolución de la población activa en una ciudad española de rango intermedio durante la primera mitad del siglo XX. El objetivo principal es mostrar la elevada presencia de los servicios de bajo nivel de cualificación, en particular del más significativo de ellos, el servicio doméstico, un sector de actividad que recientemente ha recibido una creciente atención (Giles 2001; Meldrum 2000, 1998; Saptari 1999; Drake 1999; Dubert 1999; Sarti 1997; Fauve-Chamoux 1998; Tinsman 1992; Arru 1991). 2. Uno de los obstáculos metodológicos más serios para el análisis reside en la ocultación, invisibilidad o distorsión del rol y funcionalidad del trabajo femenino (Sarasúa 2000: 79; Soto 1984: 296), un fenómeno presente durante el siglo XIX y principios del XX (Hudson y Lee 1990). En particular, el servicio doméstico como categoría laboral se encontraba entre la invisibilidad del trabajo doméstico y la economía “sumergida”. Además, el trabajo doméstico ha tenido que padecer la lacra de su escasa consideración social (Borderías 1991: 107; Glenn 1992), de tal manera que el servicio doméstico parece haber heredado su infravaloración, a pesar de tratarse de un empleo (mal) remunerado. La evolución demográfica general 3. A Coruña era a principios del siglo XX la ciudad más importante de Galicia, con 43,971 habitantes en el año 1900. Sin embargo, esto sólo le sirvió para ocupar una posición intermedia dentro de la jerarquía urbana española, que osciló entre las posiciones 15ª y 18ª durante la Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino primera mitad del siglo. A pesar de todo, la ciudad experimentó un notable crecimiento demográfico, que se explica principalmente gracias a la inmigración procedente del entorno rural próximo desde la segunda mitad del siglo XIX, siguiendo el patrón de la mayoría de las ciudades españolas intermedias (Delgado 1995). 4. Se ha estimado que alrededor del año 1900 únicamente un 52,16 % de la población urbana había nacido en la ciudad. La influencia de A Coruña se extendía al hinterland más próximo, de tal manera que los principales flujos inmigratorios procedían de los municipios más cercanos, aunque su influjo se extendía también hacia el resto de la provincia, pues alrededor de un 28,34 % de la población en 1900 había nacido en la provincia de A Coruña (Blanco 1996: 150-151). Todo esto tuvo un profundo impacto sobre el mercado laboral urbano, debido a los efectos que desencadenó sobre la estructura por edad y sexo de la población, particularmente sobre la población activa, a través de un mayor crecimiento del número de hombres que de mujeres, especialmente durante las etapas de más intenso flujo inmigratorio. 5. La población en su conjunto, y en especial la población activa, era joven. Esto permitía que la población activa en 1900 únicamente representase el 43,28 % de la población total, llegando incluso a disminuir en las décadas siguientes1. Por tanto, la población inactiva superaba claramente a la población activa. Pero, en realidad, la principal “responsable” de este fenómeno era la población femenina, pues el total de mujeres que no trabajaban o se dedicaban a las tareas domésticas era elevado2. 6. La explicación de este fenómeno tiene que ver con el hecho de que la mujer todavía no había alcanzado un status laboral equivalente al del hombre (Nash 1984), aun cuando el trabajo femenino en A Coruña era muy importante para el sostenimiento de muchos unidades familiares (Pereira 1992: 46). Además, el mercado laboral establecía reglas de acceso selectivas, lo que dificultaba su entrada al mismo. Por otro lado, como veremos, las mujeres estaban especializadas en actividades no avanzadas dentro del sector terciario, con la única excepción de algunas industrias (tabaco, algunas manufacturas, pesca, etc.). 7. El sector económico dominante en la ciudad era el terciario3. Sin embargo, esto no constituye necesariamente un signo de modernidad, pues en este sector existía una marcada dualidad entre los servicios modernos y otros servicios más típicos del Antiguo Régimen, un rasgo común a la economía española en su conjunto. Por un lado, existían servicios avanzados, tales como los financieros, de gestión, las profesiones liberales, etc., en los cuales la presencia masculina era abrumadora. Por otro, encontramos los servicios de baja cualificación, en los que sí existía una destacada participación femenina. Estos estaban constituidos fundamentalmente por comercio, administración, fuerzas de seguridad, hostelería, etc., y por los servicios domésticos, personales y similares, los cuales tenían un un peso muy importante, al igual que ocurría en la mayoría de las ciudades españolas (González 1982: 97-99)4. 1. La población activa evolucionó del siguiente modo: 1900 = 43,28 %; 1910 = 40,08 %; 1920 = 36,44 %; 1930 = 39,16 %; 1940 = 38,99 %; 1950 = 40,53 %; 1960 = 37,43 %. La población inactiva: 1900 = 56,72 %; 1910 = 59,92 %; 1920 = 63,56 %; 1930 = 60,84 %; 1940 = 61,01 %; 1950 = 59,47 %; 1960 = 62,57 %. 2. La población inactiva femenina representaba los siguientes porcentajes: 1900 = 69,91 %; 1910 = 74,83 %; 1920 = 83,15 %; 1930 = 78,63 %; 1940 = 83,85 %; 1950 = 80,45 %; 1960 = 82,12 %. 3. En 1900, el terciario representaba el 50,97 % de la población activa, frente al 30,76 % del sector secundario y el 18,27 % del primario. En los años siguientes, el terciario osciló entre el 46,20 % de 1920, y el 55,24 % de 1940. http://seneca.uab.es/hmic 22 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Jesús Mirás Araujo Las principales actividades socioprofesionales. El servicio doméstico 8. Las distintas categorías empleadas por los Censos de Población para clasificar a los habitantes de la ciudad muestran una gran estabilidad a lo largo del tiempo. Además de la numerosa presencia de las tareas domésticas, casi siempre femeninas (denominadas miembros de la familia), y de la población menor de edad (todos ellos conjuntamente, población inactiva, cuyos agregados representaban en torno al 60 % del total de la población entre 1900 y 1960), descubrimos las actividades profesionales y las diferentes actividades industriales. A continuación, la siguiente posición la ocupaban varias actividades del sector servicios, dentro de las cuales los servicios domésticos y personales sobresalían numéricamente, seguidos del comercio, administración, fuerzas armadas, policía y transportes. 9. El servicio doméstico era un tipo de actividad dependiente y no autónoma para las mujeres, que constituyó hasta el siglo XX la alternativa laboral que agrupó en un mayor porcentaje a la población femenina. El servicio doméstico desempeñó simultáneamente tres roles distintos. En primer lugar, el/la trabajador/a satisfacía ciertas necesidades materiales, tales como la compra y elaboración de la comida, la limpieza y el mantenimiento general del hogar. En segundo lugar, se hacía cargo del cuidado, educación y alimentación de los niños. Y, finalmente, otra importante tarea era el desempeño de múltiples servicios que contribuían a mejorar la calidad de vida y el bienestar de sus beneficiarios (Sarasúa 1983: 25). 10. En España, a principios del siglo XX, el menor nivel de industrialización y de desarrollo económico en comparación con el entorno occidental influyó en la participación laboral de la mujer. Dentro del sector terciario, el servicio doméstico constituía una de las actividades laborales tradicionalmente más desarrolladas por las mujeres, e indudablemente era la más importante desde un punto de vista cuantitativo, pues representaba el 72,6 % del total de trabajadoras del sector servicios, sobrepasando el conjunto de empleos en la industria (González 1982: 97-99). 11. El servicio doméstico fue durante décadas el más numeroso subsector de actividad para las mujeres de A Coruña, con una gran diferencia con respecto a otras formas de empleo (la única excepción era la fábrica de tabacos). Aunque las mujeres no monopolizaban el servicio doméstico, sí constituyeron la inmensa mayoría a lo largo de todo el siglo, una vez que el servicio doméstico había experimentado un importante proceso de “feminización” a lo largo del siglo XIX (Nielfa 2001: 5). El censo del año 1900 muestra un total de 2.867 trabajadores (el 6,44 % de la población total), de los cuales 197 eran hombres y 2.670 mujeres, es decir, el 0,98 % de la población masculina y el 10,94 % de la población femenina, véase el cuadro 1. Cuadro 1: Principales actividades socio-profesionales en A Coruña en 1900 (% población total) Hombres Edad < 12 12-29 20-39 40-59 Mujeres > 60 Total < 12 12-29 20-39 40-59 > 60 Total 4. El sector industrial tenía un peso considerablemente menor, aunque existía una destacada presencia de las mujeres en determinadas actividades manufactureras. Esto se explica por la existencia de algunas fábricas que concentraban una elevada proporción de la población laboral femenina. La más importante, indudablemente, la fábrica de tabacos y, en menor medida, ciertas actividad vinculadas con la industria pesquera (conserva, hielo, etc.) (Mirás 1995). Las principales actividades socioprofesionales. El servicio doméstico http://seneca.uab.es/hmic 23 Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino Cuadro 1: Principales actividades socio-profesionales en A Coruña en 1900 (% población total) Agricultura, pesca, etc. 0,02 8,55 18,46 27,39 28,29 13,92 1,76 2,64 5,39 6,97 Industrias diversas 0,19 17,58 16,82 17,86 10,50 11,95 0,29 17,37 16,40 15,89 8,03 11,91 Comercio 0,02 7,08 9,61 10,29 7,28 1,02 2,14 4,82 4,21 4,01 25,24 8,47 0,99 10,98 1,08 Policía y fuerzas militares 6,50 0,98 2,88 2,22 0 Servicios domésticos y personales 0,02 1,05 1,60 1,18 0,04 8,04 20,38 10,63 7,69 10,94 % TOTAL 0,25 38,27 71,73 65,19 48,14 44,33 0,33 28,19 41,56 36,73 26,9 27,95 12. En 1930, el porcentaje del servicio doméstico había descendido al 5,28 % de la población total (véase el cuadro 2 y cuadro 3). Dubert (1999: 210) ha demostrado que el porcentaje de la población urbana ocupada en el servicio doméstico en Galicia no difería significativamente del de otras áreas urbanas europeas durante este período. El número de sirvientes disminuyó en las áreas urbanas gallegas hacia la primera década del siglo XX. Este declive ocurrió tanto en las ciudades tradicionales (Santiago, Ourense o Lugo), como en aquellas caracterizadas por un desarrollo endógeno más dinámicos, tales como A Coruña o Vigo... Cuadro 2: Principales actividades socio-profesionales en A Coruña en el año 1930 (% sobre la población masculina) 24 Hombres Edades < 15 16-20 Tabaco 21-25 26-30 31-35 36-40 41-45 46-50 51-60 0,08 0,13 0,34 0,14 0,11 0,12 > 60 Total 0,22 0,17 0,09 Industrias diversas 1,42 26,88 26,60 39,21 37,16 35,27 32,84 34,79 33,87 30,99 21,44 Navegación 0,07 2,46 4,91 7,35 7,82 7,97 9,87 6,69 4,63 2,82 3,76 Comercios diversos 0,65 6,62 5,27 7,35 8,71 8,49 8,55 8,21 6,77 4,23 4,73 Servicio doméstico 0,08 0,86 0,49 0,59 0,3 0,42 0,40 0,61 0,52 0,79 0,39 Ejército 0,10 10,41 31,33 4,65 4,83 5,96 6,08 3,65 3,97 0,73 6,48 % TOTAL 2,32 47,23 68,68 59,28 59,16 58,25 57,85 54,07 49,98 39,73 36,89 < 15 16-20 21-25 26-30 31-35 36-40 41-45 46-50 51-60 > 60 Total Total Cuadro 3: Principales actividades socio-profesionales en A Coruña en el año 1930 (% sobre la población femenina, y totales) Mujeres Edades Tabaco Industrias diversas 0,05 1,74 3,47 3,47 3,01 1,96 2,17 10,50 12,02 2,96 1,62 0,39 3,92 2,61 2,54 2,75 3,44 3,29 4,43 3,30 2,28 11,20 0,00 1,75 Navegación http://seneca.uab.es/hmic 2,23 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Jesús Mirás Araujo Cuadro 3: Principales actividades socio-profesionales en A Coruña en el año 1930 (% sobre la población femenina, y totales) Comercios diversos 0,02 0,58 0,58 0,46 0,65 0,58 0,53 1,06 Servicio doméstico 0,95 18,5 19,7 15,87 11,3 11,78 10,49 11,12 0,72 0,42 0,42 2,43 8,85 6,40 9,52 5,28 0,00 3,01 Ejército % TOTAL 1,36 23,05 24,63 22,34 18,17 18,81 16,27 18,78 23,37 21,07 15,18 25,29 13. Sin embargo, estaban ocurriendo algunos cambios, tal vez superficiales, pero que estaban dando lugar a una sociedad más abierta y más cercana a los nuevos patrones de las sociedades europeas (Nielfa 1999: 63). Estos cambios de actitud y de mentalidad no fueron inmediatos, sino más bien llegaron como resultado de pequeños pero progresivos pasos, de tal modo que la Segunda República significó una brisa de aire fresco en la monolítica y rancia sociedad española de la época (Nielfa 1999: 73; Freire 1973: 92). 14. Para 1960 no disponemos de datos desglosados referidos al servicio doméstico, dado que el censo presenta una categoría denominada “servicios oficiales, públicos y personales”. Por esta razón, se ha consultado el censo de 1950, que definía otra categoría denominada servicios domésticos, personales y similares, un concepto que totalizaba el 7,13 % de la población total, 3,83 % de los hombres, y el 9,92 % de las mujeres (véase el cuadro 4). Como se puede observar, a pesar de ser no ser epígrafes plenamente comparables, las cifras de sirvientes eran todavía elevadas, lo que se explica por los acontecimientos que presidieron la historia española durante los años treinta. Cuadro 4: Grupos de actividad profesionbal en a Coruña en 1950 (% sobre la población total) 25 Hombres Mujeres Total Profesionales técnicos y afines 2,72 0,91 1,74 Administrativos de dirección y oficinas 9,62 1,55 5,25 Trabajadores dedicados a la venta 5,13 1,32 3,07 Agricultores, ganaderos, pescadores, cazadores, madereros 6,67 0,11 3,12 Minería y canteras 0,10 0,00 0,05 Conducción vehículos, locomotoras, barcos y aviones 3,15 0,00 1,45 Artesanos y jornaleros 29,48 5,71 16,61 Servicios de protección (excluidas las fuerzas armadas) 0,60 0,03 0,29 Personal de servicios domésticos, personales y análogos 3,83 9,92 7,13 Militares profesionales 3,98 0,00 1,83 % TOTAL 65,28 19,55 40,52 15. Después de la Segunda Guerra Mundial, estaba todavía en vigor el típico modelo de mujer dedicada exclusivamente a su marido y a las necesidades y cuidado de los niños, una mujer que se dedicaría a las tareas domésticas, y que no se preocuparía demasiado de lo que ocurriese fuera del hogar, dado que esto no se consideraba excesivamente femenino (Nielfa 1993: 59. Pero en España, después de la Guerra Civil, varias circunstancias distorsionaron el rol Las principales actividades socioprofesionales. El servicio doméstico http://seneca.uab.es/hmic Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino de las mujeres en el mercado laboral. Por un lado, las tremendas dificultades socioeconómicas de la posguerra, agravadas por el aislamiento internacional. Por otro, las características propias de un régimen autoritario y conservador en extremo (Casas y Sallé 1988: 110), que derogó la legislación igualitaria desarrollada por la República5. Además, ante las dificultades para emigrar hacia el exterior, se inició un éxodo rural que llevó a las mujeres españolas hacia el servicio doméstico y otros trabajos eventuales en las ciudades. Por este motivo, todavía en estos años descubrimos unas cifras tan elevadas en este sector6, aunque a partir de entonces, y de forma progresiva, fue disminuyendo el número de mujeres de servicio en los hogares españoles7. 16. Varias son las razones que explican esos elevados porcentajes de sirvientas en la sociedad coruñesa de la primera mitad del siglo XX. Las causas se suelen agrupar en dos categorías, comúnmente denominadas factores de expulsión y de atracción8. Dentro de los primeros, lo cierto es que el mercado laboral gallego no era lo suficientemente amplio ni variado como para garantizar una oferta de puestos de trabajo en sectores productivos distintos del agropecuario. Por ello, A Coruña actuó como agente succionador de la población regional, porque la procedencia de la mayoría de las sirvientas era fundamentalmente rural. El porcentaje más elevado de éstas había nacido en los municipios más cercanos, seguido de las nacidas en el resto de la provincia, y, secundariamente, del resto de la región (Blanco 1996: 149)9. Por tanto, la movilidad geográfica era notable. Por lo general, se trataba de emigraciones individuales, que se realizaban a edades muy tempranas, procedentes de familias de características económicas precarias, con escasas posibilidades de progreso socioeconómico en el entorno rural en el que les había tocado vivir (Blanco 1996: 145)10. 17. Las mujeres emigraban, por tanto, impulsadas por la pobreza rural. Estas campesinas se desplazaban a un medio desconocido, a engrosar las filas del mercado informal (Meagher 2000: 9), principalmente como empleadas domésticas, pero procedentes de un horizonte desde el que era difícil obtener información precisa acerca de su futuro destino. De este modo, el servicio doméstico se erigía como una válvula de escape. 5. En un intento de luchar contra el proceso de emancipación de las mujeres que las autoridades creían que ya se había producido con anterioridad (Nielfa 1999: 73). El ejemplo más evidente fue el Fuero del Trabajo, aprobado en 1938, que establecía que el Estado habría de “libertar” a la mujer casada del taller y de la fábrica. A partir de ahí, surgió una legislación laboral discriminatoria en función del sexo (Nielfa 1993: 6). 6. Para Carreras (1989: 31) en la posguerra se asistió a una “edad de oro del servicio doméstico” en España, que acompañó a un crecimiento artificial de los servicios, sobre todo aquéllos vinculados al Estado. Según Vilà y Capel (1970: 155), en 1950 el servicio doméstico todavía representaba un tercio de la población activa total española dentro del sector terciario. 7. Los factores que explican su paulatino declive fueron la progresiva elevación de los salarios, la introducción de los electrodomésticos, y la consiguiente mecanización de muchas de las tareas del hogar, el predominio creciente de viviendas urbanas de tamaño pequeño, la reducida valoración social por parte de las propias empleadas, etc. Así, quedaron reducidas a grupos sociales reducidos y elitistas (Serrano 1997). 8. Flecha (2001) discrepa de la visión tradicional, en el sentido de que considera que la oferta y la demanda no fueron los únicos indicadores que regularon el acceso de la población femenina a las distintas profesiones. Las mujeres estuvieron sometidas a una discriminación en razón de su sexo, bien por las condiciones en que los trabajos debían desempeñarse, bien por el carácter masculino que se les asignaba, o bien porque se las mantuvo alejadas de los centros de formación donde se preparaba el ejercicio de esas profesiones (Borderías y Carrasco 1994). 9. Diversos estudios realizados sobre varias ciudades de Europa occidental llegan a conclusiones muy similares, lo que podría indicar un patrón común de comportamiento del servicio doméstico. http://seneca.uab.es/hmic 26 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Jesús Mirás Araujo 18. Las sirvientas solían ser chicas muy jóvenes (Blanco 1996: 149-151)11, para quienes probablemente el empleo en el servicio doméstico fuese en un buen número de casos transitorio, quizá hasta que contrajesen matrimonio, tal y como ocurría en la mayor parte de Europa occidental (Scott y Tilly 1984). De acuerdo a los tramos de edad construidos en el Censo de 1900, no es posible conocer con precisión el grado de juventud del servicio doméstico. Pero el 9,81% de las mujeres eran menores de 19 años y el 74,23% no alcanzaba los 40 años. El mayor número se concentraba en el tramo de 20-39 años. El servicio doméstico representaba el 27,14 % del total de la mano de obra femenina del tramo 12-19 (el 26,76% del conjunto de las menores de 19 años). Pero lo que es más significativo, el servicio doméstico suponía el 41,40% de la población activa de menos de 40 años, y el porcentaje descendía al 30,92% de las trabajadoras de menos de 60 años, lo que demuestra el predominio de la mano de obra joven. Además, en las estadísticas de A Coruña figuraban incluso algunos sirvientes por debajo de la edad legal mínima para trabajar, pues aparecía algún menor de 12 años. Sospecho que en el caso de los más jóvenes el subregistro debía de ser importante. 19. Aunque una comparación fiable resulta difícil, en 1930 la situación no había cambiado sustancialmente, porque encontramos trabajadores en el servicio doméstico por debajo de los 15 años, y un número importante de menos de 20 años. Y todo ello a pesar de la aprobación de normas legales que impedían el trabajo a los menores de edad12. El 3,07% de las trabajadoras domésticas tenía menos de 15 años, mientras el 58,99% era menor de 30 años. Las menores de 15 años suponían el 37,54% de la población económicamente activa a esa edad, las menores de 20 años el 48,14%, las menores de 25 años el 51,71%, y las menores de 30 años el 51,97%. A partir de aquí se estabiliza el porcentaje en torno al 49-50%, lo que evidencia que la situación no había cambiado significativamente respecto a principios de siglo, lo que explica el predominio del trabajo femenino joven y de edades intermedias. 20. En cuanto a su estado civil, el predominio de las solteras era casi absoluto. En 1900 éstas representaban el 85,51% del total de las sirvientas. En 1930 el porcentaje había disminuido hasta el 80,56%, con un ligero incremento de las criadas casadas. No deja de ser sintomático este sesgo del servicio doméstico femenino, por cuanto en la mayor parte de las restantes 10. Además, existía una clara relación entre la decisión de emigrar y el tamaño de las familias. Pero, a pesar del fuerte peso de la emigración exterior en Galicia, durante el siglo XIX había sido más frecuente emigrar hacia otras áreas españolas, incluyendo las ciudades regionales, tales como A Coruña (Eiras Roel y Rey 1992: 227-228). Es más, durante los años de bloqueo de la emigración exterior gallega, hubo un flujo, primero desde el campo hacia el exterior, que posteriormente retornó hacia las ciudades gallegas, generando un efecto de sustitución que incrementaba el éxodo rural/urbano (Fernández Leiceaga 1998: 133). 11. Las sirvientes que trabajaban para familias de bajos niveles de ingresos probablemente eran incluso más jóvenes, a menudo con algún tipo de parentesco (aunque remoto) con sus empleadores. A menudo trabajaban sin percibir un salario, e incluso no se las consideraba como trabajadoras, sino más bien bajo el eufemístico términos de “protegidas” (Sarasúa 1983: 20). 12. La “Ley Dato” de 13 de marzo de 1900 fijó las condiciones de trabajo de las mujeres y de los niños. En 1902 se estableció una jornada laboral máxima de once horas, que no afectó al conjunto de los trabajadores, sino que nació para proteger a las mujeres y a los menores (Nielfa 2001: 7-8). Más tarde, la llamada “Ley de Trabajo de Mujeres y Niños”, de 13 de noviembre de 1913, prohibió el trabajo de los menores de 10 años y limitó algunas actividades a los menores de 14, aunque fue sistemáticamente incumplida, del mismo modo que otras leyes aprobadas durante este período, que aparentemente facilitaban el acceso de la mujer al mercado de trabajo y regulaban sus condiciones laborales (Cía 1998: 152). La desprotección legal de las sirvientas era absoluta (McBride 1984: 125). Además, su aplicación se circunscribía al marco de las fábricas y los talleres, quedando excluidas áreas como la agricultura, el servicio doméstico, tiendas y talleres familiares y el trabajo a domicilio, que eran precisamente las áreas que ocupaban a mayor número de mujeres. Las principales actividades socioprofesionales. El servicio doméstico http://seneca.uab.es/hmic 27 Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino actividades económicas desempeñadas por las mujeres no existía un desequilibrio tan pronunciado Esto apunta a una consideración temporal de dicha actividad, como primer paso de integración en el mercado laboral, hasta que el matrimonio les permitiese cambiar de ocupación o simplemente dedicarse de forma definitiva a las tareas del hogar. De hecho, muchas veces nacía con un horizonte provisional y coyuntural; pero lo que se presentaba inicialmente como algo temporal se prolongaba bastante más tiempo de lo que algunas de ellas deseaban, tal y como venía ocurriendo desde la Edad Moderna (Rial 1995). 21. Los niveles de educación de la mayoría de las empleadas domésticas eran muy bajos, con altos índices de analfabetismo o una educación primaria muy básica e incompleta, especialmente en las de mayor edad13. Su cualificación era muy escasa, lo que condicionaba el tipo de empleos a los que podían optar, y, además, las reducía frecuentemente a situaciones de explotación, debido al desconocimiento de la normativa laboral que las afectaba. Dado que la realización del trabajo doméstico no requería, en principio, una cualificación especial, parecía el destino más adecuado para las recién llegadas. 22. La falta de competitividad y cualificación determinaba que el acceso al sector se realizase por parte de las mujeres prácticamente en las peores condiciones posibles, en la medida en que éstas sólo podían ofrecer su experiencia en los trabajos caseros (Sarasúa 1983: 25). Tal y como ocurría en todo el país (Soto 1984: 296), las condiciones de trabajo de las sirvientas generalmente eran duras, con jornadas laborales interminables y salarios muy bajos14, aunque en ocasiones se les reprochaba que, al menos, tenían sustento y un techo digno donde cobijarse, lo que no siempre ocurría con las familias industriales. 23. Cabe preguntarse si estas migraciones formaban parte de una estrategia de supervivencia familiar de las economías rurales, tal y como a menudo ha demostrado la literatura. En las fuentes es difícil encontrar pruebas que lo expliciten. Pero es posible que la familia campesina se constituyese en oferente de mano de obra. Se ha comprobado que las jóvenes que emigraban y se empleaban como empleadas domésticas creaban vínculos de retorno con su familia, mediante las remesas que permanente u ocasionalmente enviaban al campo, además de que muchas de ellas volvían a su lugar de origen si sus expectativas laborales o nupciales no se cumplían (Blanco 1995). 24. No obstante, existían otras estrategias que impulsaban la emigración. Otra posibilidad era la de aquellas mujeres que se veían abocadas a la emigración por decisión familiar. Los padres trataban de aligerar la carga económica de una familia que, en ocasiones, era numerosa. Similar a ésta era la vía de las familias para las que la emigración respondía a un proyecto global de ruptura parcial con el medio rural (Eiras Roel y Rey 1992: 261-262). De lo que se trataba en este caso era de fijar a una de las hijas más jóvenes mediante el servicio doméstico en la ciudad. De este modo, la futura sirvienta actuaba de puente que facilitaba la exploración y posterior integración en el mercado laboral urbano. 13. Según Nielfa (1999: 65) “frente a la alfabetización casi universal en países protestantes del ámbito anglosajón y escandinavo, a principios de siglo ésta es todavía una asignatura pendiente para más de dos tercios de las españolas, aunque en esos años el analfabetismo femenino se esté reduciendo a mayor velocidad que el masculino”. En Galicia, la formación de la mano de obra era muy precaria, debido a la existencia de una demanda de instrucción estacional e irregular, propia de poblaciones con economía agro-pesquera como la regional (Martínez 2000; de Gabriel 1990: 256). 14. Duración de la jornada en distintos oficios y términos geográficos de España. Madrid: Instituto de Reformas Sociales, 1919. http://seneca.uab.es/hmic 28 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Jesús Mirás Araujo 25. Pero las mujeres también experimentaban la atracción del medio urbano. En primer lugar, indudablemente la fascinación que ejercía la ciudad y sus mejores condiciones de vida. Esta era una vía ideal para intentar promocionarse económica y socialmente, sin necesidad de pasar por el matrimonio. Y en el caso de optar por el camino de la nupcialidad, probablemente las posibilidades de encontrar una pareja adecuada fuesen mayores que en la aldea, permitiendo lograr una cierta promoción de su modesta condición social. Frecuentemente el servicio fuera del hogar era una tarea realizada por las mujeres con anterioridad a la formación de una familia (Cía 1998: 154). 26. Pero el verdadero factor de atracción estaba integrado por las ventajas del mercado laboral. Los comienzos de la industrialización en A Coruña en el último cuarto del siglo XIX (Lindoso 1999), con la consiguiente mutación en el sistema productivo, constituyeron un atractivo para que los trabajadores rurales gallegos se desplazasen a las fábricas, sobre todo si tenemos en cuenta que el impulso prácticamente no se hizo sentir en otras ciudades (excepto Vigo y Ferrol). Esto hizo que las mujeres percibieran el trabajo urbano como una posibilidad efectiva, aunque también planteó serias dudas acerca de la viabilidad de compaginar su actividad laboral con sus tradicionales funciones de madre15. 27. Sin embargo, el escaso desarrollo industrial coruñés en comparación con otras ciudades españolas, incapacitó a la ciudad para absorber la mano de obra femenina disponible con eficacia. Salvo algunas excepciones, la práctica inexistencia de una industria potente les cerró en buena medida esta posibilidad a las mujeres inmigrantes. Por tanto, los contingentes de jóvenes trabajadoras representaban más bien reservas de trabajo urbano y constituían una mano de obra redundante que era absorbida por otros empleos. Y, así, aquéllas se encaminaron masivamente hacia prácticamente la única posibilidad que les quedaba abierta: el sector servicios, y concretamente los trabajos considerados “apropiados” para ellas, sobre todo el servicio doméstico. Conclusiones 28. No es posible, por el momento, establecer unas conclusiones definitivas acerca de la estructura socio-profesional de la ciudad de A Coruña. Por un lado, el terciario era el sector dominante en términos cuantitativos, mientras que el rol de la industria descansaba únicamente en algunas actividades manufactureras tradicionales. En un principio, esto se podría considerar un indicador de modernización económica. Sin embargo, este sector se caracterizaba por una marcada dualidad, pues, junto a los servicios avanzados (en aquel contexto histórico), existía un elevado porcentaje de servicios no cualificados. 15. La industrialización introdujo importantes modificaciones en la naturaleza y significado del trabajo, que afectaron de manera diferente a hombres y a mujeres. El trabajo de la mujer preindustrial se había centrado en su hogar y no interfería en sus obligaciones tradicionales de cuidado de la casa y crianza de los hijos. Por el contrario, el proceso industrial exigía realizar el trabajo fuera del hogar, lo que dificultaba su compatibilización con la función de madre. Pero el gran cambio vino en realidad por trabajar en un lugar diferente, la fábrica, lo que generaba problemas nuevos, como la disciplina horaria. Sin embargo, no podemos olvidar que la industria no fue el sector que empleó una mayor cantidad de mano de obra femenina, aunque el trabajo asalariado de la mujer en el mismo ha sido el que más ha centrado el interés de los historiadores (Cía 1998). Aunque la industrialización teóricamente debería haber creado nuevas oportunidades de empleo para las mujeres, las estadísticas oficiales revelan una escasa diversificación en términos del empleo sectorial de las mujeres (Hudson y Lee 1990: 21; Douglas 1984). Conclusiones http://seneca.uab.es/hmic 29 Una aproximación al peso del servicio doméstico femenino 29. El servicio doméstico era el más importante de los servicios no cualificados. Además de las típicas tareas vinculadas con el trabajo en el hogar realizadas por las mujeres de aquel tiempo, se detecta un elevado porcentaje de trabajadoras empleadas en este tipo de empleos, particularmente en las áreas en donde residían las clases sociales acomodadas. Sus parámetros probablemente no diferían demasiado de los de otras ciudades españolas. Las trabajadoras eran en su abrumadora mayoría mujeres jóvenes, muchas de ellas solteras, procedentes, en la mayor parte de los casos, del medio rural (impulsadas por la pobreza y por el deseo de mejorar su posición social), y con un bajo nivel de educación y preparación. Esto cerraba en buena medida sus ya escasas posibilidades de obtener un mejor empleo en la ciudad, aunque muchas de las mujeres inmigrantes consideraban esta actividad como algo provisional. 30. Esta situación no experimentó cambios sustanciales durante el primer tercio del siglo XX. Hacia los años veinte, el servicio doméstico había disminuido en términos relativos; pero de nuevo experimentó una leve recuperación en los años treinta, aunque seguido de una caída de la componente masculina. Pero con anterioridad a la Guerra Civil este estado de cosas estaba lentamente empezando a cambiar. Sin embargo, la guerra paralizó totalmente la evolución del sector. España quedó al margen del camino seguido por las sociedades occidentales, dado que el régimen franquista provocó una regresión en las condiciones sociales y laborales de las mujeres españolas. El rol de las mujeres dentro del mercado laboral sufrió una distorsión. Por esta razón, durante los años cincuenta y sesenta, se pueden observar todavía unas cifras relativamente elevadas de mujeres empleadas en el servicio doméstico, lo que constituía una de las escasas alternativas para trabajar fuera del hogar durante aquellos años. A partir de entonces, los datos experimentaron, definitivamente, un considerable descenso. Bibliografía ARRU, A.: “The Distinguishing Features of Domestic Service in Italy”. Journal of Family History 15 (4), 1990, pp. 547-566.ía57 BLANCO, M.F.: “Un pequeno achegamento á demografía da cidade da Coruña en torno ó ano 1900”. Historia Nova IV: contribución dos xoves historiadores de Galicia. 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Key Words / Paraules clau / Palabras clave Fench War, Great War, miquelets, somatenes. / Guerra del francès, Guerra Gran, miquelets, somatens / Guerra del francès, guerra grande, miquelets, somatenes. 35 The formation of migueletes and somatenes 1. Somatenes and migueletes, traditional Catalan defence organizations, were mobilised both in the "Great War" (1793-95) and in the "French War" (1808-1814). The professional army having all but disappeared after Duhesme's troops had taken Barcelona, the "Corregimental" (local) Juntas and the Catalan High Junta, constituted at Lerida on 18 June 1808, promoted the formation of Miguelete Tercios and a general Somatén. Throughout the war, both forms of grouping were adopted by the military themselves, and their actions often overlapped with those of the guerrilla groups. 2. The migueletes were really a paramilitary militia, mercenary and voluntary in nature, recruited by the local authorities or war juntas with the aim of carrying out special actions or of reinforcing regular troops. Unlike the somatenes, which operated close to their respective towns and villages, the migueletes were mobile and independent and had a hierarchy similar to that of the army. In practice, migueletes and somatenes are often confused with traditional forms of military organization. 1. Aquest text va ser presentat com a ponència al Congrés Internacional “Patriots, Partisans and LandPirates: Popular Mobilization and Resistance in Napoleonic Europe, 1808-1814”, organitzat per la University of Liverpool, School of History ( 19-20 set. 2003). S´emmarca dins del projecte d´investigació BHA2001-2509 del PNICDIT 2000-2003. Abstract / Resum / Resumen http://seneca.uab.es/hmic Popular resistence in catalonia 3. The "somatén era”, to use an expression coined by F.X. Cabanes2, lasted from late May to early August 1808. The first Catalan somatén was formed in early June 1808. Citizens of Igualada, Manresa and other neighbouring towns raised a somatén in the Bruc mountains with the aim of halting General Schwartz's march on Zaragoza. The skirmish, which took place on June 6, had the desired effect and succeeded in putting the imperial troops to flight. 4. Beyond legend and the myth of the "Drum of Bruc", the participation of the Swiss Wimpffen regiment in the action should be noted, with the detachment commanded by Lieutenant Francisco Krutter preparing an ambush for the French, as well as that of other regular troops, many of them deserters from Barcelona. Their participation was also decisive in the second action at Bruc on June 14, led by Joan Baget, a scribe from Lleida, in which besides the Manresa and Igualada somatenes there was participation by the Cervera and Lleida tercios, among which there were several Swiss companies, more than 500 men, dressed as peasants, even down to their Catalan barretina caps3. 5. It was a psychological victory, the first defeat Napoleon's army suffered before Bailén, and was to become a symbol repeatedly exploited by the civil and military authorities in their antiFrench propaganda campaign. From the point of view of organising their defence, following the Bruc battle, other villages which had previously not raised somatenes, like Vilanova i la Geltrú quickly did so4. 6. Knowledge of the terrain, particularly in the hills, enabled the somatenes and migueletes to caused the Napoleonic army heavy losses. With the aid of the local population, the patriots carried out a defensive war of attrition, accepting no real battle unless they had clear numerical superiority. The ability of the Catalans to mobilise in the countryside and in the defence of towns under siege was noted by French officers from the start. 7. Of note among the first action seen by the somatenes was that at Arbós, carried out in June 1808 by the somatenes of Vilafanca del Penedès, La Segarra and Urgell, which attacked the French division commanded by Chabrán, who in reprisal looted and set fire to the whole town. There was also the skirmish at Congost on July 4, in which somatenes and migueletes participated under the command of Francesc Deu de Llisá and Josep Colomer y Riu, and the defence of the castle of Mongat. Outstanding among the heroines was Susana Claretona, the wife of a somatén sub-lieutenant, D. Francesc Felonch, who was named somatén commandant, along with her husband, and prevented the French from taking Capellades5. 8. Calling up a somatén, which was done only at times of great danger, was used systematically by the authorities from 1808 to 1811. On June 19, the Catalan High Junta agreed to form a somatén army commanded by J. Baget (an artillery officer), together with the commanders of other somatenes, Montanyà (Canon of Manresa) and R. Riera (an Igualada 2. F.X. Cabanes, Historia de las operaciones del Exército de Cataluña en la Guerra de la Usurpación. Campaña Primera, Barcelona, 1815, pp. 13-42. 3. A. Carner i Borràs, Les tropes suïsses a Catalunya durant la guerra « de la independència », Rafael Dalmau Ed., Barcelona, 1976; J.M. Torras i Ribe, Sometents, Exércit i poble a les batalles del Bruc. Apunts sobre l´organització de la resistència contra els francesos l´any 1808, Ajuntament del Bruc, 6 June 1982, p. 7. 4. Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Edición Rivadeneyra, Vol. 1, p. 267. 5. A. Delvillar, El somatén. Su origen, su historia, su organización, su espíritu, Barcelona, Viuda de Luis Tasso, undated, p. 34. http://seneca.uab.es/hmic 36 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada lawyer)6. On 20 and 23 June 1808 it agreed to the formation of an army of 40,000 men (40 tercios of migueletes) from all the towns of the Principality. The third article of the Orders established that, once each town had met the numbers assigned to it, the other men recruited should form the reserve, "to serve as Somatenes whenever need be; to which end companies and tercios shall be formed, and will drill in the use of arms in accordance with the dispositions of the main Juntas”7. The Junta of Tortosa alone had provided 1,200 men by early October 1808, Vic 800, though other towns further from French control did not do so with the same speed8. 9. If at the thick of the June battles had been the somatenes, those of July were shared by the migueletes. Those of Juan Carlos were very active and pressed hard in their actions in the region of the Empordà, confronting Reille's Pyrénées-Orientales division, reinforced by Portuguese troops, first at Roses on July 1 and the next day at Castelló D´Empúries9. For their part, on December 27, Rovira's migueletes, having forced a contingent of a battalion of riflemen from the High Garonne from the bridge at Molins, appeared at the bridge at Capmany, guarded by 150 men of its garrison, causing many casualties and putting the rest to flight towards Bellegarde, abandoning their belongings, including the luggage of Captain Sacaze as they went. Reille's attempt to reoccupy La Jonquera on the 31st proved futile, as no more than 50 of those who had fled could be mustered10. 10. When the regulars under the command of the Marqués de Palacio disembarked at the port of Tarragona on August 1 of that year, the planning of the war fell to the military. As of October, Juan Miguel Vives having been made army commander, efforts were concentrated on organizing the Army of the Right, with the migueletes being integrated into it in the Vanguard Division and the Fourth Division commanded by F. Milans. 11. In September the somatenes were disbanded, much to the anger of the Martorell Junta, and their components were used together with the migueletes to form the line of the Llobregat. During the months of October and November the main objective was to organise the siege of Barcelona, in order to liberate the capital. The appearance of General Gouvion Saint-Cyr's VII Army Corps opened up new phase in the conflict and the strategic errors made by Vives led to defeats in December (Roses fell on the 5th, Cardedeu on the 16th, Molins de Rei on the 21st). 12. The disaster at Molins de Rei led to the total disorganization of the regular forces: "having been responsible for a thousand excesses in the towns they passed through, they reached Tarragona naked, disordered, starving and possessed by an inexplicable terror and panic”. The Swiss Teodoro Reding, who replaced the failed Miguel de Vives as army commander for Catalonia, wasted no time in preparing the defence of Tarragona. For this he turned to the somatenes, the best m1eans of continuously harassing the enemy11. 6. Arxiu Corona d´Aragó (ACA) (Barcelona). Catalan High Junta, Guerra, Box 74, June 1808. 7. R. Ferrer, Barcelona cautiva, osea diario exacto de lo ocurrido en la misma ciudad mientras la oprimieron los franceses, esto es, desde el 13 de enero de 1808 hasta el 28 de mayo de 1814, Barcelona, 1815, Vol. 2, Appendix 2. p.CLVI . 8. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 68; Id. Box 3. 9. J. Sarramon, Napoleón et les Pyrénées. 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The army's decisive defeat at Valls, on 25 February 1809, meant that it practically ceased to exist. 15. Following these disasters, an attempt was made to bring some kind of order to the somatenes, for which purpose two general drafts were proposed, the first of migueletes or regulars up to the age of 35, the second for those beyond that age, to serve with the migueletes or in the Honour Companies. At the same time, the migueletes and the somatenes would share the same commander-in-chief. As an example of this policy, mention should be made of the activities of the Vilafranca del Penedès Junta, which attempted to reorganise the somatén by creating mutual support networks, fixed personnel and a chain of command12. Finally, in June 1809, R. Milans del Bosch and J. de Prats presented a new plan to the Junta to create line regiments and battalions of light troops from the migueletes, although nothing came of this. 16. In 1809 the Catalan High Junta divided the somatenes into four divisions: the Ampurdán division, which was to operate from the frontier to the Ter; the Montseny, to cover the area between the Ter and the Tordera; the Vallès, from the Tordera to the Besós, and the Llobregat, to operate from the capital as far as the Penedès. Joan Clarós was made inspector general of the four divisions; Rovira commander of the first division; and the other three were placed under the command of the governors of Vic, Mataró and Vilafranca, respectively13. 17. Commanding some somatenes were clergymen, like Fr. Francisco Campos, who carried out a number of exemplary actions in the region of the Empordà. For services rendered, he requested of the Catalan High Junta, via army commander Marqués de Palacio, confirmation of his position and at the same time monetary reward. In the end, he obtained both objectives, with some speed, in August 180814. 18. There were also in Catalonia attempts to form Crusading Parties at the hands of the clergy. As a model of their planning, attention should be drawn to the projected Crusading Party presented to the Central Junta on 18 June 1809 by the Canon of the collegiate church at Pons (Lleida) Joan Pau Constans, which included distributing the entire cost of this guerrilla band, calculated at 5,826 pesetas a day, between the different Catalan dioceses15. Although it had the support of General Blake and the permission of the Central Junta, it proved none too easy for the churchman to carry out the project, which came to nothing owing to the numerous obstacles 12. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76. 13. A. Delvillar, op. cit. p. 49. 14. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 69. (The request was signed in Tarragona and dated 24 August 1808). 15. P. Pascual, Curas y frailes guerrilleros en la Guerra de la Independencia. Las partidas de cruzada reglamenadas por el carmelita zaragozano P. Manuel Traggia, Zaragoza, 2000, pp. 31-35. http://seneca.uab.es/hmic 38 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada he came up against in the Catalan High Junta and in ecclesiastical circles16. The Crusading Party the priest Joan Ferrer, chaplain of the Escuelas Pías School at Moià attempted to organise, with the aim of overcoming Catalan opposition to the militia, met with a similar lack of success. 19. The somatenes of Sallent, Moià and other villages, led by the priest Mas and by Otzet, carried out significant defensive actions, while from Collbató and Capellades there was effective cooperation from the peasants led by Baltasar de Eixalà and Josep Matheu17. 20. Outstanding in the Priorat region was the somatén of Porrera, led by the guerrilla Josep Pellicer i Fort, who captured much of the munition and food in a French convoy in late 1809. His participation was decisive at the famous battle on the river Valls and at the bridge at Goi, which took place on 25 February 1809, in which the military governor of Tarragona, General Reding was mortally wounded. This encounter with the troops of Marshall Saint-Cyr led to the defeat of the Spanish army and the demoralization of the Priorat somatenes. For his valour and behaviour, the Marqués of Campoverde made him commander of the somatenes. Finally, in August 1810, he participated in an encounter which prevented a French column from occupying Falset, his brother Pau being promoted to lieutenant in the infantry18. 21. In the villages of the Baix Camp, Alt Camp and Conca de Barberà (Albiol, Vimbodi, Coll de Alforja and Prades) regions of Tarragona, led by their commanders Jaume Palliser and Marià Palies, some 300 men of the somatenes carried out a series of strikes in March 1809 which forced the imperial troops to fall back on Montblanc. Fernando Chaparro, one of the commanders of somatenes in the mountains, formed a very positive impression of this guerrilla activity, emboldened as it was to face the enemy cavalry: 22. “Every day the Somatenes provide fresh proof of their dash, and surely glory is deserved by these men whose occupation two months ago were the innocent tasks of farming, who now know other tools than the mattock and the plough, and have replaced these by handily wielding arms and hurrying to the aid of the motherland and have humiliated the Saint-Crys, the Chabrans, the Lechis and other swarms of de Generals? They now laugh at them wearing their cuirasses, which inspire about as much fear in them as the Easter processions, and dispute first take on pillaging the same in order to have the most in each of their villages, especially so since they have learnt from experience that a musketball pierces the cuirass from more than 100 paces, killing the cuirassier and coming out of his arse. The somatenes know full well that once the cuirassiers have been knocked from their horses they are little different from turtles, being reduced to laughter by the clumsiness of men dressed up only to impress, to persuade us that they are invincible in their shells, weighed down in iron in such junk, that they should be treated as such”19. 23. In March and April 1809 the somatenes and migueletes of the Vallès Oriental made life uncomfortable for the enemy troops that had reached Terrassa on 23 March and Sabadell two days later. The action of the somatén of the latter city, commanded by Turull de Sentmenat, 16. Vindicta y reglamento del cuerpo religioso y militar de la Cruzada de Cataluña, formado por orden de su Majestad, por Don Juan Pablo Constans, sacerdote canónigo de la Iglesia de Pons, obispado de Urgell. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 89. 17. A. Delvillar, op. cit. p. 41. 18. E. Fernández i Pellicer, Un guerriller liberal al Priorat, Rafael Dalmau Ed., Barcelona,1972, pp.16-20 19. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit. Vol. 3, p. 207. The formation of migueletes and somatenes http://seneca.uab.es/hmic 39 Popular resistence in catalonia forced the French to withdraw, but they returned on Easter Wednesday, with more men and took full revenge: “Thieving, pillaging, the most horrific violence to women young and married filled Sabadell with wailing and consternation on a day as saintly as any celebrated by the Church”20. 24. In June 1808, Capitan Antoni Roca, a veteran of the Rosellon War, was named by José de Palafox commander of the regular and the somatén companies of Igualada and on June 22 the Catalan High Junta made him commander of the right wing of the forces at Tortosa, Tarragona and Vilafranca. The captain became the heart and soul of Igualada's resistance, together with a guerrilla from the town, Antoni Franch21. 25. Maffre-Baugé refers in his Memoirs to the trap the Catalan somatenes prepared for him when, towards the end of 1809, a detachment of his troops headed towards the monastery at Montserrat and was attacked while coming down the mountain by men who sprang from all sides: “Les catalans se précipitèrent en foule sur nous et du haut des rochers, ils nous firent une guerre de tirailleurs qui nous fit beaucoup de mal et précipita notre marche sans que nous puissions nous défendre avec succès”22. 26. In July 1811, faced by the imminent danger that the enemy might take action against the stronghold of Montserrat, which would have been disastrous for the towns of Igualada and Terrassa, the Catalan High Junta ordered that, while the army was regrouping under Villamil and Manso, a somatén should be raised in the nearby villages, once the enemy crossed the river Noia. 27. Orders for forming the somatén were very precise: "The somatenes will be warned to keep strict discipline as any excesses will be punished". The villages would keep them supplied, and the magistrates would ensure proportional shares for that purpose. The objective would be to harass the enemy by all means possible, "especially in the mountains, with parties going into place in their rear to intercept convoys". "The somatén will be organised in companies of 100 men, who will choose their commanders who will be a captain and a lieutenant and the corresponding sergeants". Making up the somatén were to be the men aged 18 to 50, all those that could bear arms, except magistrates and priests who did not wish to do so. The somatenes would be ready for action as soon as the first bugle rang23. 28. One of the main problems the somatenes faced in the villages near the French frontier and close to the imperial forces was that they left them abandoned and unprotected when they had to go to the aid of other Juntas when they were attacked by the French armies. The villages of the region of La Jonquera denounced precisely that to the Catalan High Junta in a letter dated 4 November 180824. 29. There are a significant number of petitions officially presented to the Catalan High Junta between 1808 and 1811 by private citizens (widows, elderly parents, the destitute) for their sons to be declared exempt from service, which in the end was done by drawing lots among the able20. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit, Vol. 3, p. 223. 21. A. Carner, Un capità barceloní en temps de la Guerra del francès, Rafael Dalmau Editor, Barcelona, 1974. 22. Maffre-Bauge, Superbe et généreux Jean Maffre. Mémoires d´un baroudeur (1785-1834). Cited by M. Molières, Guerra a cuchillo. La guérilla pendant la guerre d´Indépendance espagnole, 1808-1813, Publibook, Paris, 2002, p. 140. 23. A.C.A., Catalan High Junta, War Section, Box 89 (Vic, 11 July 1811). 24. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 68. http://seneca.uab.es/hmic 40 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada bodied population25. In many cases, as at Vacarises, the military Commission found it hard to raise the draft, as it expressed to the Catalan High Junta at the beginning of the struggle: “This commission, as is its obligation, brings it to the notice of Your Excellency that the Draft of the Village of Vacarises having been raised all made off to join the Compañía Patriótica of Don José Boadas“26. In other cases, as occurred at Manresa in 1810, enlistment was delayed by many months. 30. The complaints of some villages about the excessive contributions required to pay the somatenes and the continued failure of their actions obliged the Catalan High Junta to decide that the regular army should only be supplied with food but in no case money. Las magistrates of the villages of Vizcondado de Bas and de Sant Joan de Les Fonts distrusted so many complete strangers giving them orders “on they knew not what authority”, and demanding costly contributions and the raising of somatenes27. But the main problem facing the somatenes was a logistical one, the lack of arms and munition. 31. Notable among the reports and memorandums sent to the Catalan High Junta on the organization of the somatenes is one sent by Antonio Borrás on 29 January 1810 on behalf of the Junta of Manresa. In it he relates the relaxation evident among officers, for which reason he proposes religious catecheses to be carried out by the camp priests as well as the writing of pastoral letters by village priests and friars, together with popular missions, with the aim of eliminating vice and fostering virtue. "A nation armed en masse is invincible". The war in Spain and Portugal had started the other way round, "not with the military but with the peasants themselves", and he called for all those able to take up arms. As a solution he proposed increasing the number of migueletes and companies of somatenes, well armed, even with cannon, and well led by their officers28. 32. At the critical moments, the unity of the somatén came to the fore. After the fall of Tarragona, it was rumoured that the "Castilian" army intended to abandon the Principality. D. Jacinto Buniva de Morera, a sub-lieutenant in the Baza Infantry Regiment, then proposed to the Junta Superior a Plan or arrangement for the better administration and salvation of the province of Catalonia, based on the formation of a general somatén, with the peasants from the villages being divided into four division, one always ready to combat the enemy29. 33. In August 1811, the Armaments Commission proposed a series of laws to the Catalan High Junta for the Reserve Corps or somatén, with a view to punishing the disorders of disobedience and breaking of law and order. All reservists would have to present themselves to the districts of the villages indicated to carry out the actions ordered and lend due obedience to their superiors, as "subordination is the basis of all military instruction". It condemned collaboration with the enemy with the most serious of penalties and on military issues Army 25. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 69. These petitions were usually ratified by the religious or municipal authorities. 26. A.C.A. Catalan High Junta, Acts Vol. 2, War. Cited by J. Peres Unzueta, El sometent a través de la història, Barcelona, 1924. p. 285. 27. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76 (Letter of 24 August 1810). 28. A.C.A. Catalan High Junta, War Section Box 76. (Antonio Borrás, Memoria sobre somatenes de la Provincia de Cataluña, January 1810). 29. Plan o arreglo pa. el mejor regimen y salvación de la provincia de Cataluña, sacado nuevamente a luz pa. la instrucción y guía de los que desean su defensa, y presentado á la Superior Junta de Gobierno de dha provincia por Dn. Jacinto Buniva de Morera subteniente del Regito. Infantería de Baza , en el mes de Julio de 1811. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 89. The formation of migueletes and somatenes http://seneca.uab.es/hmic 41 Popular resistence in catalonia orders were to be applied. It is significant how Article 8 views the question of thieving and pillaging, which was often condemned by military leaders themselves: "Disorder on the march, arson; forged money; violence to women; heinous crimes; all false witness; rebellion, covering or helping to desert, cowardice or theft; will all be punished according to the sentences of Army orders; it being understood that, when sacking and pillaging is allowed or ordered, it is never permitted of the enemy except when the General orders it or permits it, when he orders and permits it; because although pillaging may be permitted for reasons of State, it is necessary for it to be contained within certain limits, the laws of humanity not being lost sight of, and never forgetting the due respect due to all that profess to the Saintly Catholic, Roman Religion of the Apostles“30. 34. Following the capture of the castle at Figueres by the Rovira column in April 1811, the army commander Campoverde and the Junta saw to the raising in the month of April of a somatén general of some 6,400 men distributed as follows: Tarragona Junta, 1,000; Montblanc Junta, 400; Cervera Junta, 1,500; Lleida Junta, 500; Manresa Junta, 1,500; Vilafranca Junta, 1,500. When Tarragona was besieged, indecision by the Junta and the army commander forced the somatén to be suspended but the former attempted to reorganise it from Solsona in July 1811, with 12,500 men, with deserters being excluded from its ranks31. 35. As regards the migueletes, even before the decision taken by the Catalan High Junta, 2023 June 1808, to raised an army of 40,000 men, some local juntas and towns, such as Vic, Olot, Lleida and Girona had already formed theirs. Chosen with great care, they took up arms and formed tercios or regiments of around a thousand men. Uniformed and paid wages, they were little different from the regular army, with the staff being named by the army commander and the other officers up to the rank of captain named by the local juntas. Paying homage to the archangel Saint Michael, they were faithful to old traditions. Their uniform, as agreed by the Junta on August 7, was a field grey, with buttons of the same colour. At the neck, which was red, and in black letters, was the initial and last name of the local junta. On the head, a rosette in the national colours. 36. In order to avoid intrigue and other problems, in early October 1801 the Catalan High Junta ordered that the miguelete captains should received 20 reales a day, the lieutenants 16, the sub-lieutenants 12, "so that as is just the wages for officers in all tercios should be equal". They thus had the same rights and prerogatives as the regular army32. 37. On 8 June 1808, the Catalan High Junta ordered the mobilization of 6,000 migueletes, to gather in Tarragona, with the quotas being distributed thus: Lleida 1,000; Cervera 500; Tarragona 1,500; Tortosa 1,200; Manresa 500; Vic 400, Vilafranca, 150 and Igualada 110. On 29 August it called for the raising of 4,100 in Vilafranca. The Junta of Lleida, meanwhile, armed three battalions. Among the migueletes were also to be found Swiss soldiers and officers of the Wimpffen Regiment33. 30. A.C.A. Catalan High Junta, Box 88 (Leyes penales para los Cuerpos de Reserva o quando esten de servicio militar. Armaments Commission, Berga, 28 August 1811). 31. J. Peres Unzueta, op. cit. pp. 368-370. 32. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 68 (Letter from the Junta of Girona, 9 October 1808). 33. A. Carner i Borràs, Les tropes suïsses, op. cit., pp. 24-31. http://seneca.uab.es/hmic 42 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 38. Of the 40,000 called up in the month of June, those actually gather were not more than 23,000. Some regiments, such as those of Manresa, Seu d´Urgell and Puigcerdà produced rather more men than those required by the draft, while others fell short, like Mataró, La Marina, the Vall d´Aràn and Camprodón. Ch. Esdaile indicates the creation of a total of 27 infantry tercios in 1808: 2 in Tarragona, 4 in Lleida, 3 in Girona, 1 in Manresa, 2 in Cervera, 1 in Tortosa, 2 in Vic, 1 in Mataró, 1 in la Seu d´ Urgell, 1 in Berga, 2 in Talarn, 1 in Cerdanya, 2 in the Vall d´Arán, 1 in Barcelona, 1 in the Ampordà, 1 in Igualada, 1 in Figueres and 1 in Granollers34. Of these, only 20 battalions were left in the whole of Catalonia in June 1809. 39. On 12 October 1808, the Diario de Barcelona reported the story taken from the French Army Bulletin of the previous day, referring to the migueletes' first failure, in the engagement that took place between Montcada and Sant Jeroni. The enemy force, comprising five thousand migueletes, under the command of Milans del Bosch, 1,200 men of the Lleida miguelete tercio, 1,500 from Manresa, 1,400 from Vic and 1,300 from the Vallès, as well as a body of peasants from Santa Coloma de Gramanet, had been defeated.35 40. Of the main miguelete engagements, mention must be made of that involving Canon Rovira's column, comprising 2,000 men, at the castle of Figueres on the night of 9 April 1811. With the collaboration of three supposed quislings in the city, they managed to penetrate the fort, having knocked out the French troops defending the gate, and detained the sleeping General Guillot. They took copious booty: provisions for four months, 16,000 muskets, clothing and shoes, the 400,000 francs in the strongbox and 2,000 prisoners. The surprise action cost the French 35 dead and wounded36. Following a four and a half month siege, in August the French took the fortress back. Half of the prisoners had died of hunger and of the atrocities perpetrated on them by the migueletes, according to the Memoirs of the French sub-lieutenant Angelbault. 41. The migueletes were also responsible for some very unsavoury incidents, as the Junta of Mataró denounced to the Catalan High Junta on 24 January 1809, referring to the destruction of weapons by migueletes from the town in order to avoid service37. For its part, the Junta of Granollers is most critical of the behaviour of the migueletes in the operations the French army carried out in the district of Sant Jeroni de Murtra, which caused the dispersion of Milans del Bosch's troops: “the migueletes and their officers, far from withdrawing in good order, as was to have been expected, ran and scattered to the hills in shameful flight38”. 42. The picture he paints of these troops is a damning one, and he requests the Catalan High Junta to name a general to impose order and military discipline: 34. Ch. Esdaile, The Spanish Army in the Peninsular War, Manchester, 1988, Appendix 3, p. 205. 35. Diario de Barcelona, nº. 286, 12 octubre 1808, pp. 1231-1232. 36. To bring attention to Rovira's heroic deeds, flyers were handed out around the country such one that translates roughly as, “When they tell you that Rovira / has never been a soldier;/ that he does not know how to fight; / that he's the chaplain from a fair;/ that when there's an attack he won't be there;/ that he's really rather fat;/ that he has never worn a soldier's hat;/ that his principles done/ and in other ways poke fun,/ answer them: And Figueras? Cited by J. Perez Unzueta, op. cit. p. 358. 37. A.C.A. Letter from the Junta of Mataró, 24 enero 1809. 38. A.C.A., Catalan High Junta, War Section, Box 68 (Letter from the Junta of Granollers, 13 October 1808). The formation of migueletes and somatenes http://seneca.uab.es/hmic 43 Popular resistence in catalonia 43. “(...) a soldier of the highest rank who should use time, so precious always but particularly so when at war with the troops on the exercises corresponding to a soldier, who is currently in action or very close to it, who shall not permit what has been happening at the top, where diversions of all sort have been tolerated, even the most scandalous, dancing and prostitutes and abominations of all kinds, produced by such entertainment”39. 44. The abbot of the monastery of Sant Pere de Camprodón complained to the High Junta of the insults the migueletes directed at him and of the fact that the local Junta had not yet made any resolution on the matter40. 45. The migueletes of Rovira and Clarós made an incursion into the High Vallespir on 7 September 1810, occupying the old redoubts dating back to the Revolution at Saint-Laurent-des Cerdans, ransacking farms, running off their livestock and murdering a number of the villagers. They then fled in the direction of Massanet, taking with them five hostages and demanding the sum of 30,000 francs as ransom. The next day the turmoil in the Cerdagne forced the commander of the 10th Division, General Travot, to send 200 mountain troops from the Ariège and a hundred men from the garrison at Perpignan, and he meanwhile distributed arms to the National Guard garrisons of Céret, Arles and Prats de Molló for their defence41. 46. The Catalan miguelete invasions of the French Cerdagne occurred in 1811, but their behaviour towards the inhabitants of the region was less violent except as far as the ransoms demanded were concerned. In fact, as the mayor of Mont-Louis reported to the prefect and to Decaen in the month of October, some individuals did what the guerrillas bade them and a number of tradesmen made the most of the occasion to boost their “infamous” trade42. 47. Somatenes and migueletes were involved in the second and third sieges of Girona, JulyAugust 1808 and June-December 1809 respectively, commanded by Bertran, Clarós, Rovira and Llauder. On 6 August 1808 the Marques de Palacio, who presided the Catalan High Junta, sent the Count of Caldaqués several thousand migueletes and four companies of regulars for the defence of the stronghold. On 14 June he was in Castellar del Vallès were he was joined by Clarós with 2,500 migueletes and Colonel Milans with 800 somatenes, in addition to the 3,000 migueletes brought along by Colonel Baget from Martorell43. When he reached the vicinity of the fortress, he met with the two colonels and they agreed to a joint strike on the troops besieging the castle. The combined attack, on August 16, of the defenders and Caldaqués' troops forced Reille to cross the Ter and Duhesme to concentrate his forces at Santa Eugènia. In this fashion Girona was liberated and the French forces, divided, withdrew to Figueres and to Barcelona. 39. 40. 41. 42. 43. On Id. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 3 (Camprodón, 25 September 1808). J. Sarramon, Napoleón et les Pyrénées, pp. 108-109. J. Sarramon , Napoleón et les Pyrénées, op. cit. p. 117. J. Pla Cargol, Els Setges de Girona, el 1808 i 1809, Rafael Dalmau Editor, Barcelona, 1962. 9 May 1809, the Girona garrison comprised 4,945 infantrymen, of whom 1,125 belonged to the Barcelona Volunteer Battalion, 600 to the First Vic Migueletes and 1,120 to the First Gerona Migueletes, the rest belonging to the Ultonia Regiment (800) and the Borbon Regiment (1,300). As regards the artillery troops, 240 were Migueletes of the Second Gerona Tercio, 130 Coastal Marines, 22 Sappers, 108 from the Sant Narcís Squadron and 278 from the Royal Artillery Corps. When, after heavy losses, they surrendered on 11 December 1809, only 1,168 infantry and 208 artillerymen remained. http://seneca.uab.es/hmic 44 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada During the first siege of the city there was distinguished help in logistical tasks from four women Teresa Balaguer and Isabel Pi (from Bagur), Esperansa Llorens (from Cadaqués) and Maria Plajas (from Calonge)44. 48. At the second siege of Girona, the Catalan High Junta and the army commander the Marqués de Coupigny hurried to send reserve companies from the Juntas of Vic, Manresa, Puigcerdà, Urgell, Talarn and Cervera. For their part, the companies of the Juntas of Mataró and the Vallès were to contain the enemy on the Besós, and those of Igualada, Vilafranca and Tarragona were to do the same on the Llobregat. The rest of the veteran troops and the migueletes were also to go to the aid of Girona45. However, the indecisions of Coupigny and his successor Blake meant that the Junta acted in the defence of Girona of its of accord, with the somatenes poorly equipped with arms and munitions. Although the Junta drew up a plan to collect arms throughout the territory it controlled, its efforts were unable to prevent the fall of Girona on December 11. Eight days later, the Junta contacted the army commander, urging him of the need to strike at the enemy46. In 1810, the Almogávares Volunteer Force was formed in Olot under the command of Narciso Gay, who between January 11 and May 31 managed to enlist a total of 378 men, aged between 16 and 36, most of them coming from the Empordà, as well as other Catalan regions47. 49. The volunteer nature of the migueletes was lost when the villages ran out of men. They soon found themselves without weapons, without wages and even without clothing, as army commander Milans del Bosh recorded in August 1808. But the fundamental problems of these inexperience troops were their indiscipline and desertion. Maties Ramisa, referring to the Vic column, says that the insubordination of the migueletes towards their officers was common. Those garrisoned at Girona went as far to propose mass desertion to the Vic Junta and those at the castle of Hostalric had a face-off with the officers there during the summer of 180848. The problem of desertion 50. While there is no doubt that resistance to the Napoleonic army was a common cause for the population of Catalonia, there was nonetheless a growing difficulty to recruit young men through the draft or to have them join the migueletes and somatenes. Many of them deserted the ranks of the army or bought their way out of military service, as the landowner Antoni Bellsolell recalls in his Memoirs, referring to the draft ordered by General Campoverde in 1810 for the Gerona Junta49. 51. The problem of deserters in the Spanish army, which affected 20% of its total strength, also became a generalised one in the somatenes y migueletes, and a question of grave concern to the Catalan Juntas and the military authorities. Army officers were under orders to produce 44. A. Delvillar, op. cit. p. 36. 45. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, official communiqué, Vol. II. 46. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, official communiqué, Vol. 1.Cited by J. Peres Unzueta, op. cit. pp. 339-340. 47. A.C.A., Catalan High Junta, War Section, Box 76. 48. To this number should be added reinforcements that arrived between June and September, a number of battalions of migueletes from Vic (600 men), Cervera (500), Talarn (500) and Girona (100) as well as other regular troops, making a total of 3,648 hombres, of whom only 2,240 survived. Id. pp. 51-52. M. Ramisa, La Guerra del Francès al corregiment de Vic, 1808-1814, Vic, 1993 p.108. 49. A. Simon Tarres, “La Guerra del Francès segons les memòries d´un Hisendat del Corregiment de Girona ( Memòries d´Antoni Bellsolell)”, in L´Avenç, (1988), nº. 113, pp. 42-47. The problem of desertion http://seneca.uab.es/hmic 45 Popular resistence in catalonia monthly reports on the number of desertions that had occurred, which they sent to the military commissions of their Juntas with orders for their detention. In these was included an individual card with the personal details of the deserters. 52. The Military Commission of the Barcelona Junta includes a number of cases referring to 1810. Miquel Estop, a soldier in the third company of a battalion in the first Catalan Legion, 19 years old, was the son of Antoni and Serafina, five foot one in height, with dark brown hair, brown eyes, a broad nose, dark-skinned, and a scar, and had deserted on 2 May 1810, and the Commission was ordered to arrest him: "It is urgent that with due zeal you endeavour to collect the said individual by whatever means you deem prudent, and if that is not possible you should arrest the Father, Mother, brother, Uncle or closest relative until he is produced and report that you have thus done so“50. The other desertions, reported during May, were of five soldiers of the second company of the Catalan Legion: Miquel Ferreras, 33, a barber by trade; Joan Llubregat, 19, also a barber; the youngest, Benet Miravet, 17, a painter; Isidre Valba, 22, a shoemaker; and Josep Sola, 36. They were all citizens of Barcelona. 53. In order to halt the phenomenon of desertion, which undermined the army's moral, in the middle of August 1811 army commander Lacy had very strict orders circulated depriving deserters of all their rights and contemplating application of the strictest penalties51. The guerrilla leader Francesc Rovira himself, addressing the Junta of Manresa in January 1810, wrote: "I am surprised to see continued and scandalous desertion occurring in all Divisions to the extent that I am likely to be left with no men but myself shortly though it may influence me to imitate them52“. 54. For his part, in 1812 Josep Manso denounced the bad example set by magistrates in the villages in allowing members of their families and sons of the well-to-do to desert, and not imposing the corresponding fines. Particularly, the men in his party from Badalona complained that among the thirty deserters from the town were relatives of the magistrate and the sons of the richest families. As a solution he proposed that the deserters and draftees of wealthy backgrounds be returned as thus his troops would serve more willingly and desert less53. 55. Frequently, the deserters banded together and turned to theft and highway robbery. Their number grew, a reflection of the misery suffered by the lowest classes in these years of war. They were called “Compañías de Brivalla” – Rabble Companies – and while at first they were composed of common criminals, later they were joined by deserters from the army, and those from the somatenes and migueletes, especially between 1809 and 1811. Their ransacking of villages kept the entire population in a state of alarm. There were frequent tussles between the different bands and on occasions they even joined the French. Faced by such a complex problem the Junta of Mataró repeatedly had to seek help from the Catalan High Junta in order to keep these groups of outlaws in line, as they were a law unto themselves54. 50. 51. 52. 53. Institut Municipal d´Història de Barcelona, Consellers, File C-XVI-316. A.C.A. Catalan High Junta, Vol II War. Cited by J. Peres Unzueta, op. cit. p. 286. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76. (Carta de Francesc Rovira, 18 January 1810). A.C.A. Catalan High Junta, Caja 86 (Josep Manso to the Catalan High Junta, Esparraguera, 2 June 1812). 54. E. Beulas i A. Dresa, La Guerra del Francès a Mataró (1808-1814), Barcelona, 1989, pp. 115-116. http://seneca.uab.es/hmic 46 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 56. The militarization of these groups grew apace in 1811. At the end of that year, the Catalan High Junta made a selection of the migueletes, with those most able and free of obligations to support the regular army and the rest to return to their homes. In July 1811, the parish priest of La Palma, Adrià Ochando Ros, reported to the Catalan High Junta and the army commander of the need to form a battalion or company of volunteers, of a thousand men, to join the 300 peasants he had enlisted, that figure being reached with draft dodgers, prisoners who had escaped from the French and deserters "provided that they known and are of the region". The military objective proposed was to position this force on the banks of the Ebro, between Mequinenza and Mora, the area under particular threat from the enemy, in order to harass him without quarter. To this end he offered his own services, provided this met with the approval of the authorities55. 57. Of the plan proposed by the priest Ochando, Barón de Eroles only approved of bringing together the stragglers. The High Junta gave its provisional approval and he was authorised to form the said company56. However, four months later, the Junta told him that it would be more useful for him to join the division of Colonel Joan Clarós. As it happened in the first half of 1811 the Junta had authorised the formation of seven honour parties or guerrillas, although in fact only those of Ochando, Francesc Montardit (from Ager), which operated in the region of Balaguer, and Franch saw service, the others requested never being formed. Experience advised against the formation of such battalions, which in the long run led to the desertion of the men and the committing of crimes of all kinds, besides depriving the regular army of men. 58. In fact, the Almogávares, Cazadores de Gerona and Cazadores del Ampurdán Battalions were disbanded in August 1811, despite protests such as that of Narciso Gay, who praised the Cuerpo de Almogávares, formed in 1810, which was supported by the Juntas of Figueres, Girona and Vic57. In 1811, circumstances meant that military discipline had to be brought in if the enemy was to be defeated. 59. In any case, from the outbreak of the war the rules were very clear. The Central Junta's order of 11 November 1808 was clear: in no case was any soldier to be admitted to the newly created regiments without the approval of their respective commanders. It was a case of uniting efforts and of not competing for men, some of them stragglers58. In practice, however, things were very different. In November 1811, the arrest was ordered of Jaume Borrull, a citizen of Sant Climent, for having recruited men in a number of villages in order to form a patriotic guerrilla group, on the promise of exemption from the draft, with those recruited being forced to join an army battalion59. 60. The orders from the Junta and the military authorities regarding deserters from the army were clear, with the companies formed in no circumstances being able to admit them. In the end army commander Luis Lacy ordered the incorporation of all men belonging to the free forces into the army of the line but, on seeing the widespread desertion that the order produced, he was forced to retract it, and took in only those that had deserted their tercios and crusading parties60. 55. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87 (Letter from the priest Adrià Ochando Ros, Solsona 10 July 1811). 56. A.C.A. Catalan High Junta, Vol I War, Cited by J. Perez Unzueta, op. cit. pp. 288-289. 57. A.C.A., Catalan High Junta ,War Section, Box 87, (Vic 20 August 1811). 58. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 68. 59. A.C.A. Catalan High Junta ,War Section , Box 87 (Berga 19 November 1811). 60. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, File XIII. Cited by J. Perez Unzueta, op. cit. pp. 290-291. The problem of desertion http://seneca.uab.es/hmic 47 Popular resistence in catalonia 61. The differences in wages paid to stragglers that joined the army was also a major problems for the military authorities. The Barón de Eroles repeatedly insisted to the Catalan High Junta that there should be no differences between any of those “serving the homeland”. While at Arenys de Mar Colonel Milans del Bosh paid stragglers that enlisted three reales a day, plus bread, and in Terrassa they got three reales and two pounds, in the rest of the Principality they barely got enough for the daily meals61. Guerrilla warfare 62. The road to guerrilla warfare in Catalonia went its own peculiar way as to the dispersion of the army, a breeding ground for the guerrillas, has to be added the close relationship existing between the somatenes and migueletes and the local population. The guerrilla columns were, as in other regions, closely united with their lands. They appear to have been more stable and better disciplined than the Junta militias and enjoyed a better reputation. Most of their leaders had led Junta and regular troops: Milans, Clarós, Rovira, Eroles, Torras and Manso. They all rose rapidly up through the military ranks, reaching even the rank of general. Some came from the ecclesiastical establishment, such as Josep Bertran, the beadle of Llorà, and Canon Francesc Rovira, who was a brigadier in 1812 and who in 1811 had managed to gather together stragglers and deserters from Manresa, Solsona, Cardona and Sant Llorens de Morunys62. Others, like Joan Barrera, nicknamed “the mayor of Santa Coloma”, distinguished themselves in 1810 in their pursuit of bandits in the region of Les Guilleries. In any case, the image presented by contemporary documentary evidence is very critical of these patriotic organisations, because of the instability, fragile nature, high cost of limited effectiveness63. 63. The activities of the guerrilla leader Joan Clarós quickly gained great notoriety. Although he failed in the siege of the fortress of San Fernando de Figueres, in July 1808, with 600 men he succeeded in defeating a column of 2,000 infantry and 200 cavalry sent by Reille when it attempted to take Castelló d´Empúries, and halted a French convoy making for the stronghold at San Fernando64. His Division, on 3 August 1811, comprised a total of 279 men: the 1st Cervera Battalion, with 203 men; a number of groups from different corps with a total of 18 men and 20 horsemen; a 40-strong group of peasants. The officers were captains José Cuadros and P. Barrios, named by Clarós, lieutenant José Moya (of the Granada Regiment, who had been captured by the French and later escaped), Ignacio Surés (of the Soria Regiment, a prisoner who had escaped), Francisco Franch (from the Catalan Legions, a straggler who had joined the division), Ramón Marcos (of the Third Cervera, an escaped prisoner), and sublieutenants Juan Vert (First Gerona Rifle Company), Juan Requena, Agustín Saberres y Mariano Borrás (stragglers from the Tarragona volunteer battalion), Miguel Viñes (a straggler from the Almogávares battalion) José Baleta (of the Savoy Regiment, a deserter) and Miguel Darder (a deserter from the Iberia Regiment). Some weeks later, on August 20, they reached a strength of 480 men65. 61. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87 (Letter from Barón de Eroles to the High Junta, Vic 4 August 1811). 62. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87 63. M. Ramisa, La Guerra del Francès al corregiment de Vic, op. cit. p. 112-113; Id. Els catalans i el domini napoleònic, Abadia de Montserrat, 1995, pp. 433-440. 64. A. Delvillar, El somatén.Su origen, su historia, su organización , su espíritu, Barcelona, undated, pp. 30-32 65. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87. http://seneca.uab.es/hmic 48 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 64. It is not easy to distinguish between migueletes, somatenes and the regular forces and gangs of bandits. Of the latter, the most famous was that of Josep Pujol y Barraca (alias “Boquica”), which became a counter-guerrilla force backed by the French66. Like his father, a peddler by trade in the Garrotxa region (Gerona), he was also a smuggler. At first he fought the French, intercepting convoys on their way to Barcelona. Later, in 1810, he became a French spy, in return for monetary reward. Discovered, he was taken to Tarragona but managed to escape. Paid and supported by Generals Lamarque and Mathieu he succeeded in forming a “brivalla” called the Cazadores Distinguidos de Cataluña, comprising at first between 70 and 90 men, later increasing to 150, from a variety of origins (Catalan, Andalusian, Basque and Mallorcan), all of them on the run from their homelands, where they were wanted for the robberies and murders that they had committed. 65. Captain Pujol complained to the quartermaster general of Girona (Rouyer de Lametz) that following the engagement at Figueres not a man in his company had been paid. In a letter of 7 September 1810 addressed to M. Esteve, the sub-quartermaster of Figueres, Rouyer de Lamets authorised him to assume all municipal powers to deal with the issue and pay the amount owed. In fact the French army and the miguelete company that had been involved in the action got only half of the money, with the rest ending up in the Government's coffers. Nevertheless, according to the quartermaster general of High Catalonia, all taxes should go to the Customs Register, under the control of the military administration (War Commission). On 11 September 1811, he authorised Captain Pujol to avail himself of 150 men for his column67. 66. “Boquica” distinguished himself with his continuous acts of banditry and often proved himself useful as at Olot in 1810, where he first forced the enemy to retreat and then entered the town, where he proceeded to carry out his habitual acts of pillaging and murder. His pact with the French, as has been seen, allowed him to keep half of what had been stolen, but it seems that when that promise was not kept he took revenge on the locals. In 1811 he attempted to reach the same agreement with the patriots, but did not succeed. When the war ended, Pujol was exiled in Perpignan and Eroles requested his extradition. Handed over to the Spanish authorities, he was sentenced to death and hanged before a vast crowd at Figueres which had been invited to witness his execution. His fame made him the protagonist of a novel (J. Aragó, Pujol chef de Miquelets ou la Catalogne, 1804-1815, Paris, 1840)68. 67. In September and October 1812, many complaints were made to the prefect of the Ter by towns such as Palamós, Figueres, Sarrià, as well as others, of the excesses of Pujol's migueletes, who were not content to extract large sums from the townspeople but in addition often did so under threats69. 66. Ll. Roura, “Soldats del rei i ciutadans en armes”, in Història, política, societat i cultura dels Països Catalans, Vol, 6, Barcelona, Edicions 62, 1997, p. 227. 67. Correspondance de Rouger de Lametz intendant de Figueres, (Letter of 5, 7, 11 and 14 September). A.C.A. Dominación napoleónica en Cataluña, Box XXXIV, File XIX, 1. 68. A. de Bofarull, Historia crítica de la Guerra de la Independencia en Cataluña, Barcelona, 1887, vol. 2, p. 499; E. Riera i Fortiana, Els afrancesats a Catalunya, Barcelona, 1994, pp. 336-345. 69. Administration Communale, Prefet du Ter. Plaines de diverses communes contre les migueletes de Pujol. A.C.A. Dominación Napoleónica de Cataluña, Caja LI, File, XXVIII, 3. Guerrilla warfare http://seneca.uab.es/hmic 49 Popular resistence in catalonia 68. As well as Pujol's band, we also find other groups acting outside the law. The French general Guillord complained in December 1810 that the Clarós column refused to stand and fight and devoted itself to banditry on the roads of the Empordà. He was the "captain of smugglers", facing the "gangs of vandals and brigands" who violated all the rights of war, and continually called the Catalans to the somatenes. 69. In 1812 the situation was a very precarious one, as he lacked arms, munition and clothing. Addressing the Catalan High Junta, Clarós requested that jackets should be sent to his battalion, in order to raise his soldiers self-esteem, as they been working night and day for nearly nine months without a break: "(…) so much so that even they are bored with seeing themselves naked and would surely being to feel much better about themselves and have their morale and self-esteem boosted to see themselves dressed “70. 70. One of the guerrilla leaders from the clergy, Josep Bertrán (the beadle of Llorà) denounced the activity of a band of forty or fifty men, all of them Catalan deserters, who besides having gone over to the enemy also received help from the villages of Amer, La Salleta and Anglès, which were also in league with the French. The said company, in addition to committing many robberies and other outrages, prevented desertion from the ranks of the enemy through Llorà from falling. (Some 700 French troops had gone over to the Spanish side between December 1809 and June 1810). In the face of such acts, the only course that was open was the detention of the said individuals, "dead or alive”71. 71. The guerrilla leader Josep Manso quickly became a legendary. Popular legend has it that as a miller's lad he had been slapped by a French soldier and had sworn revenge. He first saw action at the head of the Berga tercio at Hospitalet. At the age of 23 he reached the rank of captain and organised a column of 800 peasants at Vallirana which were a continuous thorn in the side of the imperial columns. He enjoyed the support of the somatenes of Vilanova, Sant Sadurní and Martorell. Other engagements that brought him fame took place on the Llobregat plain72. Having been promoted to lieutenant colonel and commander of the Line of the Llobregat, he energetically sought the collaboration of the local Juntas. The situation of his men was not exactly optimal. He demanded that the Juntas of Manresa, Vilafranca and Barcelona should send clothing for his troops, as they were half naked73. 72. Manso had no qualms about justifying the reprisals taken of six French prisoners who he had hanged and strung from the tree of Cruz Cubierta, following the atrocities committed by Suchet's troops in the towns of Molins de Rei, Calleja and Sant Vicent dels Horts, where 15 sharpshooters and 30 defenceless civilians were shot, among them several women. He culminated his deeds, by then a general, with the engagements at Bellpuig, Sant Celoni and particularly the Ordal. 73. The French military had no doubts over identifying the somatenes with thieves and highwaymen. On 11 January 1810 the Diario de Barcelona reported an engagement at Santa Perpètua de la Moguda involving these individuals, with the support of the villagers, during which they were captured by Odonneau and taken to Barcelona74. 70. A.C.A. Catalan High Junta, Box 86. (Martorell 31 May 1812, J.Manso). 71. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76 (Letter from Josep Bertran to the Catalan High Junta, 16 July 1810). 72. A. Delvilar, op. cit. pp. 51-55. 73. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87. Carta, Martorell 12 July 1811. http://seneca.uab.es/hmic 50 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 74. Catalan public opinion was very demanding both of the military authorities and of the guerrilla leaders. Joan Clarós, for example, was much criticised when his column abandoned the Empordà region in October 1808, and following the fall of Girona75. He came to his own defence, in the face of the poor reports of his activities, promoted and spread among the population by the priests of Olot, Rifós and the guardian of the Capuchin Fathers' convent, as well as by the abbot of the Benedictine monastery of Ripoll. For this he requested that the army commander of Catalonia should restore his honour76. 75. In the face of the military defeats of 1811, many Catalans cast doubt on the effectiveness of the regular army, contrasting the successes achieved by the migueletes and somatenes in the early days of the conflict with the calamitous failure of the army. The loss of the castle of Figueres threw the entire population of Catalonia into total despair. Previously, as has been noted, the said castle had been seized from the French in April 1811 by Canon Rovira's column, who had had very little real knowledge of military tactics. In such critical circumstances there were many who attempted to remedy the army's failings. An anonymous citizen, signed a letter to the High Junta as “The Patriot of the mountains, a friend of the Army and of the common good”, denounced the inefficiency of the regular army and attributed it to the fact that its officers had accepted French forms of dress, had turned their backs on religion, surrounded themselves by concubines, made excessive demands of the villagers -giving them nothing in return- and spent their time playing games of chance and making fun of the Capuchin monks and their beards. The key to the solution lay in greater morality for the army, the following plan containing five main points: (1) the prohibition of blasphemy; (2) the expulsion of all women from the army; (3) the regularization of wages; (4) prohibition of gambling; and (5) the capture of the deserters thronging the towns77. 76. Some of the popular sayings of the day sum up the critical view the Catalans took of the army's efficiency and that of its leaders: “Lo baró d´Eroles, es un joch de boles”;” En Gay, no hi arriba may”; “En Milans, ja no ataca com abans”; “En Manso, ja fa el ganso”78. The climate of unrest and banditry 77. From very early days the French government took drastic measures in Barcelona to solve the serious problem of the climate of unrest. On 22 December 1808, Duhesme named colonel Miguel Uranx d´Amelin governor and Corregidor of the city, to assume all responsibility for policing, and to this end he authorised the village authorities to form small armed detachments to arrest the “vagabonds and peasants”, and at the same time he created a flying column, which operated in Barcelona and the surrounding towns, to detain arms peasants and migueletes, who were to be immediately hanged or shot79. 74. Diario de Barcelona, 11 January 1810. 75. M. Ramisa, Els catalans i el domini napoleònic, op. cit., p. 413. 76. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76. (Report from Juan Clarós, Ripoll 2 January 1810 sent to the Catalan Army Commander). 77. El Patriota montañés, amante del Exto. y del bien común. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 89. 78. A. Blanch, Historia de la Guerra de la Independencia en el Antiguo Principado, Barcelona, 1861. (Literally, "Baron d'Eroles is a game of bowls", "Gay never gets there", "Milans does not attack like he used to", "Manso plays the goose") 79. Diario de Barcelona, nº. 361, 26 December 18098, pp. 1535-1536. The climate of unrest and banditry http://seneca.uab.es/hmic 51 Popular resistence in catalonia 78. On 16 June 1810 four young men, accused of numerous acts of violent robbery on the highroads, were sentenced to death in Barcelona by a French military commission: Geroni Albás, aged 33, an armourer, a resident of Olot; Jaume Fargas, 24, a shoemaker, also from Olot; Rafael Fluxeny, 20, a butcher from Molins de Rei; and a Frenchman from the Alsace, Pau Smith, a farmworker, residing in Mongat80. 79. In the same way, the problem of social unrest forced even the patriotic authorities in Catalonia to organise a form of urban militia to preserve order in some towns, with responsibility for internal policing. On 12 July 1808 the Catalan High Junta agreed to the creation in the principal town of each local Junta a squadron or flying column of 15 soldiers, armed and on horseback, or villagers led by an officer and a sergeant, in order to re-establish public order,” to prevent disorder of any kind, capture and take as prisoners to the jails of their country towns, disturbers of the public peace, thieves, spies and any other wrong-doers “81. 80. It is noteworthy that from the beginning of the war, on 31 July 1808, Tadeo Artiés presented a Memorandum on the urban militia to Catalan High Junta, in order to preserve order in the town of Lleida, which was immediately agreed to82. 81. Catalan banditry, which had had a long tradition in the region gong back to the seventeenth century, had a solid base and grew throughout the French war. The “parrots” and “brivalles”, gangs of bandits composed of dangerous criminals, roamed the Catalan countryside during this time, committing robberies and excesses of all kinds. On occasions they presented themselves in villages as columns of patriots and demanded money and food. Banditry became a serious burden, sinking the villages into poverty and misery. Bands like those of “Boquica” and that of a certain “Pelegrí”, which as has been shown became proper auxiliary units of the Napoleonic army, complicated life further for the villages, which were unable to resist the invaders. 82. There was not much difference between the behaviour of the guerrillas and that of the soldiers, deserters and Catalan migueletes. The Junta of Vic reported to the Principality's High Junta on the extortion that its citizens were subject to by the troops and migueletes passing through the town simply because they were armed strangers83. The Mataró Junta denounced the fact that many of the lads drafted from the town ran away from home in order to escape military service. It also denounced the existence in Tiana of guerrilla bands, raised in the early days of the conflict by the wealthy farmer Pere Rovira y Galcerán, and which subsequently devoted itself to trafficking in goods smuggled into Barcelona, while keeping the local authorities under threat84. Some days later the Galcerán band shot it out in the Mongat area with another, composed of men of a similar background85. 80. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit., Vol. 5, Appendix nº 45, pp. CLXXXIV-CLXXXVI. 81. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit., Vol. 1, Appendix nº. 12, p. CLXXVIII. 82. .A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 68. Memorial de Tadeo Artiés, Lérida 31 July 1808. 83. A.C.A. C. Catalan High Junta, War Section, Box 68 (Letter from the Junta of Vic to the Catalan High Junta, 27 October 1808). 84. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76. (Letter from the Junta of Mataró, 29 March 1810 to the Catalan Junta). 85. Id. Mataró 31 March 1810. http://seneca.uab.es/hmic 52 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 83. General Nogués observed in Girona that the tradesmen were robbed and mistreated all too frequently “by our troops, our miqueletes and their supporters”86. The police commissioner in Barcelona, H. de Beaumont Brivazac, believed that the Spanish deserters investing the countryside “brought commerce to a halt and took terror with them everywhere “87. In 1810, Narcís Gay, the man behind the Cuerpo de Almogávares reported the troops scattered over the regions of Figueres and Olot, their illegal activities and the need to eliminate them: "The Figueres and Expatriados tercios are scattered about the hills, along with some draftees and deserters that have escaped various Army corps; most of these people are robbing and murdering the Country, and travellers. In order to halt as far as is possible so many excesses, I have seen the Rev. Rector of Llorá and we have agreed to pursue, he with his force and I with mine, these people, so pernicious for society”88. En Vallès region, the Granollers Junta denounced the crimes and robberies committed by the bands and soldiers roaming its territory89. 84. Lieutenant Pedro Antonio Alvanés, in command of a patriotic column, denounced to the Catalan High Junta the crimes committed in Arbolí (Baix Camp) in early June by a group of deserters who had their stronghold in caves at L´Alforja. Formed up in two groups, they attacked, stealing 16 mules loaded with flour that they themselves had previously stolen from the French. Not content with mercilessly killing the commander as he lay on the ground, they would have finished off his lieutenant as well, but the latter was saved in extremis, by hiding in the house of the village priest. In the end, having looked for him in all the houses, they destroyed all the weapons they could find. The leader of the group of “ruffians” made it clear: “Any deserter or armed villager we find that does not join us will be shot”90. 85. In 1811, a commission of the authorities of La Bisbal demanded of Brigadier Juan F. Milans that the existing military commission should be dismissed because its activities contravened government rulings, in letting captured deserters go free. They denounced the frequent cases of theft, disorder and crime of all forms committed by known migueletes, simply they were not given what they demanded91. 86. In May 1812, the party of Manuel Errando, of the Cazadores de Cataluña battalion, comprising a sergeant, a corporal and eight men, informed the Catalan High Junta from Calders of the numerous arrests of deserters and thieves that they had made since the month of April in different villages and on the roads of central Catalonia. It is noteworthy that some of deserters should be identified as thieves that were well-known throughout the land: “(…) in the present month of April on the road that goes from Vique to Manresa, we arrested fully armed the thief Juan Quincles, alias Man, and a fortnight later his two companions Manuel and Franco. Serrat, brothers, all of them inhabitants of the town of Artes, who we took as prisoners to the Mayor of Manresa. In the Sierra de Collespina five deserters who we took to Vique. 86. S. Wolf, La Europa Napoleónica, Barcelona, 1992, pp. 309-310. 87. H. de Beaumont Brivazac, Rapports adresés a S.E. le général en chef comte Decaen, gouverneurgénéral de la Catalogne ; et a Mr. le général de division comte Maurcie Mathieu, commandant supérieur, par (…), Barcelona, 1813, Vol. 1, p. 19. 88. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 76 (Letter from Narciso Gay to the Junta of the Principality, dated Olot, 22 May 1810). 89. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 71. 90. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87 (La Bisbal 7 October 1811). (Letter from Pedro Antonio Albanés, Villanueva 11 July 1811). 91. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Box 87. The climate of unrest and banditry http://seneca.uab.es/hmic 53 Popular resistence in catalonia Near Vidrá in a house called El Barretó we caught three deserters who we also took to ViqueBetween La Fontella and Vilada and the parish of Malañeu three, one of them wounded in the thigh on trying to escape who we took to Berga This month we have arrested as a thief and deserter Antonio Sala y Golobandas alias Solé an inhabitant of Prats de Llusanés. In Llusá Juan Basa alias Animota also as a deserter and thief. And in Berga we happened to chance on Josef Montorno alias Tatxa an inhabitant of Prats de Llusanés all of these three last being well known as thieves and now in the hands of the Mayor of Berga with two more with the Commander of Arms of the town. Besides this a number of deserters have come to us voluntarily and have been despatched to the Battalion of Dn. José Manso. Which I report to Your Excellency for your information. Calders, 19 May 1812”92. 87. The activities of Manuel Errando's column were very effective and gave the bandits no respite. At Marlés in early June he had managed to arrest Casadesús, a well-known thief and a deserter, four deserters in Igualada, five in Vic, and had managed to eliminate two or three of a band of twelve thieves and smugglers operating from Viladecaballs93. 88. The activities of the guerrillas overlapped with those of bandits, common criminals, layabouts and vagabonds, rustlers, highwaymen and smugglers. The two groups had things in common, such as their social background, the wrongs they hoped to avenge, the nature of their struggle, the ambiguity of their relationships with their surroundings, and the “vindictive justice" that they sometimes exercised against the rich94. 89. Together with financial motivation, linked to the phenomenon of desertion and the need to survive in the midst of a long, cruel war, attention should also be drawn to the escalation of violence, perpetrated in extreme forms by both sides. The deterioration of conditions for those in the countryside, the aggression that came with the invasion by Napoleonic troops of the countryside, originated this form of response in individual, i.e. marginal, terms, as a symbol of rebellion, and was spontaneous and primitive in nature. The French War was a veritable breeding ground for bandits, very similar to the Balkan bandits (the haiduk), often tolerated and admired by the population, as their actions were directed against their oppressors and dominators, Ottoman domination of the Balkans95 . The activities of Catalan irregular forces according to the military authorities 90. The activities of the Catalan somatenes, as well as those of the migueletes, were much criticised by the military authorities themselves, such as General Coupigny and Enrique O'Donnell, Lieutenant Colonels F. X. Cabanes and Miguel de Haro, as well as Marshall Luis Wimpffen, for being indisciplined and insubordinate and lacking professional officers96. 92. A.C.A., Catalan High Junta, War Section, Box 86. 93. A.C.A. Catalan High Junta, Box 86 (Monistrol de Calders, 12 June 1812). 94. M. V. López Cordón, “La metamorfosis del bandido: de delincuente a guerrillero”, in Spagna contemporanea, 12 (1997), pp. 14 y 19. 95. J. Torras, Liberalismo y rebeldía campesina, 1820-1823, Barcelona, 1976, pp. 179-180. http://seneca.uab.es/hmic 54 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Antoni Moliner Prada 91. The Marqués de Coupigny thought that there were migueletes worthy to be called Catalan, but others nevertheless "obscure their glory fleeing shamelessly from danger" and became deserters97. On 31 January 1810, army commander Enrique O'Donnell decided to raise a draft throughout the region in order to bring his men up to strength and thus "resist the enemy and perhaps destroy him", as "the efforts of the valiant but indisciplined Somatenes are insufficient to safeguard this wonderful Principality”98. 92. In the face of the desertions in the Castellterçol somatén in January 1810, O'Donnell wrote pointedly to the Junta: "This scandalous desertion of the SOMATENES clearly indicates that they cannot be counted on for the defence of the Principality, and it seems that it is necessary to adopt other measures with which to increase the strength of the Army “99. On 20 January that year, on receiving the news of the mass desertion that had occurred in Canon Rovira's column, in which he had left only 1,000 of the 5,500 he had had, we wrote from Moià: "God willing the disenchantment of those that must be served by these undisciplined people may stimulate Your Excellency to adopt swift measures in order to fill this army's ranks and thus free this great Country from the ruin that threatens it; the love I profess for the Principality and the love of my homeland make me desirous to see true military arms raised, the only means of making war“100. 93. F.X. S. Cabanes expresses his reservations about the migueletes in his Historia de las operaciones del ejército de Cataluña. In it he says that while they may have been valuable in the War of Succession, when field artillery was barely heard of, in the war against the French, who were familiar with new military tactics, they were totally insufficient, given their less extensive instruction, the mistaken policy of remuneration applied to them, as they received "huge wages" compared with soldiers of the line, who were subject to greater discipline and desired only to enlist in the irregular forces101. A similar evaluation to that of Cabanes is the report that the member of the Catalan High Junta, Ignacio Miguel de Salés, sent to it on 14 July 1809102. 94. In the same manner, the Vic Junta repeatedly expressed its distrust of the somatenes, particularly following the loss of Gerona103. Very often the young men who were drafted avoid the commitment by joining a guerrilla band, like those of Rovira, Gay, Barrera, Fàbregas and the “beadle of Llorà”, which collectively enjoyed greater repute than other units. 95. However, this negative view is in contrast to that drawn by Father Raimundo Ferrer, for whom somatenes and migueletes were the true protagonists of the war in Catalonia, not the regular army104. The defence made of the somatenes by the famous guerrilla leader Joan Manso 96. F.J. Cabanes, Historia de las operaciones del exército de Cataluña durante la Guerra de usurpación, campaña primera, por el Tte. Coronel (...) , ayudante Mayor de las Reales Guardias Walones, oficial del Estado Mayor en el Exército de Cataluña, Tarragona, 1809, pp. 41-42; Informe del Tte. Coronel del 2ª Batallón de Baza, Miguel de Haro, s/f (Archivo Histórico Nacional, State Section , Legajo 80 T, 261). 97. Biblioteca de Catalunya (Barcelona), Fullets Bonsoms, nos. 1.526, 3.882 y 3.894. 98. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit. Vol. 5, p.196. 99. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Legajo VII. 100. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, Legajo VII. 101. F.X. Cabanes, Historia de las operaciones, op. cit. pp. 41- 42 . On the view of this soldier of Catalan origins, refer to study of Esteban Canales “Militares y civiles en la conducción de la guerra de la Independencia: la visión de Francisco Javier Cabanes”, in J. A. Armillas (cord.) La Guerra de la Independencia. Estudios II, Zaragoza, 2001, pp. 995-987. 102. A.C.A., Catalan High Junta, Box 73. Cited by E. Canals “Militares y civiles”, op. cit, p. 979. 103. M. Ramisa, La Guerra del Francès al corregiment de Vic, 1808-1814, Vic, 1992, pp. 101-102. The activities of Catalan irregular forces according to the military authorities http://seneca.uab.es/hmic 55 Popular resistence in catalonia is such that he claims for them the highest prize and recommendation, as "with valour and inexplicable spirit they never failed in their obligations, obliging... the enemy to flee shamelessly”105. 96. In the same way, for the liberal historian M. Agustín Príncipe, both homegrown Catalan organizations played a key role from the military point of view, one similar to that to the guerrillas. With their ability and their cunning, they fought a mountain war that left the enemy without respite, forcing him to divide his efforts to be everywhere at once, assaulting convoys, intercepting his messages, interrupting communications and meaning that he could manoeuvre only in full order106 . 97. The British general Sir William Napier had himself observed the Catalan's great capacity for resistance: "Their patriotism was purer and their efforts more sustained than that of the rest [of the Spaniards]: the somatenes were brave and active in combat, the population of the towns firm and the Juntas clearly disinterested”107. And according to Teodoro Reding, the guerrilla war adapted very well to Catalan idiosyncrasies108. 98. His praise of the Catalan Central Junta and of the Catalans in 1809 is sound proof of the widespread support for the war using this particular form of organising resistance: "There is no difference between men in Catalonia, all are soldiers, in the fields, on the roads, in places, in the cities occupied by the enemy, wherever the Catalans show profound hatred for the French, an inextinguishable zeal for the Fatherland, a loyalty beyond question… Supplies, munitions, the French convoys fall to the valiant patriots that cover every inch of ground, and in the towns and villages where they have superiority in weapons, it is the houses and walls that are captive, not the hearts, which constantly exalt their loyalty in the most energetic, most heroic demonstrations109. 99. Somatenes and migueletes fought together on most occasions, but were subordinate to the general strategy drawn up by the military high command, except in the first few months of the war when there was no clear military high command. The calculations the Catalan High Junta made for creating and arming a new army of 40,000 came to nothing. The problems of financing and organizing it were never properly overcome despite the efforts made. The lack of weapons, indiscipline and the dispersion of the migueletes and somatenes gave rise to guerrilla bands, in which the need for survival led to banditry, as in other regions of Spain. 104. R. Ferrer, Barcelona cautiva, op. cit., Vol 3, pp. 93 y 350. 105. A.C.A. Catalan High Junta, War Section, File IV. Cited by J. Peres Unzueta, op. cit. p. 347. 106. M. Agustín Príncipe, Guerra de la Independencia, op. cit., Vol. 2, p. 285. 107. F. Soldevila, Historia de España, Vol. VI, Barcelona, Ariel, 1967, p. 336. 108. R. Ferrer, Barcelona cautiva, Barcelona, Vol. III (1816), p. 9 and Vol. IV (1817), note 1 pp. 4-6;Id. Idea de la fidelidad de Barcelona durante su cautiverio a su adorado Fernando VI, op. cit. 109. Gazeta Militar y Política del Principado de Cataluña, 17 de agosto de 1809; R. Ferrer, Barcelona, 1814, pp. 68-69. http://seneca.uab.es/hmic 56 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal Aquesta fera que flairem per tot arreu perô que no veiem enlloc. La contemplació de les llengües Josep M. Nadal ( Universitat de Girona) Resum / Resumen / Abstract L'autor a mesura que presenta un estat de la qüestió de la història de les llengües reflexiona entorn el sentit de fer aquesta història i el significat d'estudiar els límits geogràfics i històrics de la llengüa. / El autor en medida que presenta un estado de la cuestión de la historia de las lengueas reflexiona acerca el sentido de hacer esta historia y el significado de estudiar los límites geográficos e históricos de la lengua. / State of the question of the history of the languages and about the sense to do this history and the meaning to study the geographical and historic limits of the language. Paraules clau / Palabras clave / Key Words Filosofia, geografia, història, llengües. /Filosofía, geografía, historia, lenguas. / Philosophy, geography, history, languages. El punt de partida 57 1. Des de la realitat observable, els límits històrics i geogràfics de les llengües són difícils de definir: més “aviat allò que la gent fa servir per parlar se’ns presenta, perquè els lectes sempre ens proposen transicions, com un objecte molt borrós: com un continuum”. En aquest sentit, la llengua no és una cosa fàcil de copçar. 2. Però la contundència d’aquesta afirmació contrasta fortament amb el sistema cognitiu amb el qual hem organitzat el món lingüístic: tots nosaltres, després d’acceptar que en moltes ocasions no és fàcil de posar fronteres nítides a les llengües, continuarem estant convençuts que una llengua és una llengua i, per tant, “continuarem creient fermament en el (nostre) mapa de les llengües”. 3. La contradicció entre la realitat objectiva i la percepció d’aquesta realitat forma part dels debats entorn del coneixement. Com ha posat de manifest Pierre Bourdieu1, tota teoria, el mot ja ho diu2, és un programa de percepció. Darrere d’una teoria hi ha sempre un programa interessat destinat a construir una determinada visió del món que en uns casos té com objectiu la imposició i el manteniment de l’ordre dominant3i en d’altres la seva transformació. Per això 1. Pierre Bourdieu, Décrire et prescrire: la condition de possibilité et les limites de l’efficacité politique, dins Ce que parler veut dire, Paris, 1982, pàgs. 149-161. La citació és de la pàg. 150. 2. Teoria prové del grec zewria “contemplació”, derivat del verb zewriw “jo contemplo”. 3. Vegeu l’excel.lent treball de Guillem Calaforra, El pensament captiu, dins Paraules, idees i accions. Reflexions “sociològiques” per a lingüistes, València, 1999, pàgs. 149-167. Resum / Resumen / Abstract http://seneca.uab.es/hmic Aquesta fera que flairem per tot arreu es pot afirmar que la subversió política sempre és conseqüència d’una subversió cognitiva4. I per això darrera de la pretesa innocència de qualsevol “mapa de les llengües” sempre s’amaga alguna cosa més. 4. Per això, la història de les llengües no és altra cosa que un intent d’explicar quina percepció de la realitat lingüística s’ha creat i com, quan i per què s’ha creat per imposar el principi de classificació que sustenta el mapa de llengües dominant i quines resistències han existit o es mantenen contra aquesta classificació amb l’objectiu d’imposar un mapa diferent. 5. Les 3 idees bàsiques que hi ha sota d’aquesta explicacií inicial són aquestes: a. la llengua és una creació parcialment artificial, en el sentit que la representació de la realitat que la sustenta és, només, una de les opcions possibles. b. la llengua és el producte històric d’una acció política que s’ha hagut d’enfrontar, i potser encara ho ha de fer, a altres representacions, provisionalment “herètiques”, i també, doncs, a la possible modificació del llistat de llengües. c. la noció de llengua serveix per amagar una part de la realitat. En aquest sentit, un dels aspectes de la realitat convertits en inexistents per la representació és que la realitat lingüística empíricament observable se’ns presenta com un continuum ple de variació i, doncs, molt difícil de compartimentar. 6. La llengua, doncs, oculta, en tant que representació hegemònica, dades de la realitat lingüística que deixen de ser significatives per a tots aquells que l’han assumida, és a dir, per a tots aquells que s’han sotmès al “conformisme lingüístic” de què parlava Gramsci. Aquest procés és determinant en la construcció d’una llengua. Al cap i a la fi, es tracta, ja ho he dit abans, de convertir LA LLENGUA en una característica comuna per reforçar la unitat interna i la diferenciació externa, més enllà de la realitat desorganitzada, que és el que parla la gent. De quina manera s’intenta d’aconseguir aquesta representació de la realitat que és a la base de la construcció de la llengua? Jo crec, ja ho he insinuat abans, que la llengua escrita ha estat l’element clau d’aquest procés. Una petita història 7. La majoria dels historiadors de les nostres llengües estan d’acord que, com a mínim en el món romànic, la representació dominant –és a dir, la llista de les llengües i la seva territorialització- és un fenomen del segle XVIII. Amb la Revolució Francesa s’hauria consolidat la idea que la llengua havia d’universalitzar-se en la nació. Va ser ara quan la llengua va començar a deixar de ser llengua de classe per esdevenir “llengua nacional” que havia d’uniformar-se i imposar-se a tota la nació.5 Es interessant de remarcar que la interpretació del càstig de Babel ja havia sofert una reinterpretació positiva –de càstig a miracle- a l’article Langue de l’Encyclopédie, escrit per Douchet.6 Les llengües haurien estat un instrument diví perquè els homes fundessin les nacions. O ja hauríem de dir, ara, els estats-nació? En tot cas les 4. Pierre Bourdieu, op.cit., pàg. 150. 5. Vegeu Renée Balibar i Dominique Laporte, Le français national, Paris, 1974; Michel de Certeau, Dominique Julia i Jacques Revel, Une politique de la langue. La Révolution Française et les patois, Paris, 1975 i Brigitte Schlieben Lange, Idéologie, révolution et uniformité de la langue, Liège, 1996. 6. Sylvain Aroux, L’encyclopédie “Grammaire” et “langue” au XVIII siècle, Paris, 1973, pàgs. 116119. http://seneca.uab.es/hmic 58 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal construccions polítiques que sorgeixen en aquest moment –els estats-nació- exigeixen, per primera vegada, que la comunitat lingüística coincideixi amb la comunitat política i, per això, s’inicien les polítiques destinades a anéantir les patois i universaliser l’usage de la langue (française).7 Però la nacionalització dels estats era només una opció. L’opció triomfant, certament. Però ni era l’única opció possible ni era l’opció necessàriament racional i és lògic, doncs, que sigui també ara quan per reforçar les resistències al mapa dels estats-nació s’elaborés un (contra) programa alternatiu de percepció de les llengües. 8. En aquest moment decisiu la llengua escrita va jugar un paper central en el procés de construcció d’unes representacions de la realitat lingüística amb les quals es justifiquen les diferents teories lingüístiques del món romànic: en uns casos, pugnant per convertir una, i només una, de les llengües escrites a l’estat en “la llengua” nacional de l’estat-nació; en d’altres casos, pugnant per convertir algunes de les altres llengües escrites a l’estat en “les llengües” nacionals de les nacions sense estat. En això es basa, al cap i a la fi, la lluita entre els diferents possibles mapes de les llengües. 9. Que el pas de les monarquies compostes8 als estats-nació moderns marca un moment determinant en la història lingüística europea no ho dubta ningú. Michel de Certeau, Dominique Julia i Jacques Revel ho han estudiant en referència al cas de França; però les seves conclusions són vàlides, amb diferents intensitats i cronologia, per a tota la Romània. Durant l’Antic Règim, diuen, és conegut el paper jugat per l’estat monàrquic en la destrucció de les cultures perifèriques (les cultures allunyades o diferents de la del monarca) per mitjà de la imposició sistemàtica de la llengua francesa en els actes públics. Però encara no es tractava de francesitzar unes masses que, de totes maneres, en una societat estrictament jerarquitzada, no tenien accés a la cultura escrita.9 Ara bé, després de la caiguda de l’Antic Règim, amb els estats-nació moderns, la legitimació del poder polític va deixar de tenir una vinculació estrictament personal en el rei i va prendre un caràcter territorial, col.lectiu i nacional que exigia la identificació de tots els ciutadans amb “la nació” (= l’estat) i, consegüentment, la construcció d’una nova identitat col.lectiva, que és tant com dir que calia fer compartir aquelles pautes comunes, experiències i símbols que poden generar una consciència de pertinença. Els símbols, valors, normes, etc., serveixen, precisament, per marcar fronteres amb “els altres” i per cohesionar tots aquells que, diferents dels altres, són iguals entre ells i, doncs, per separar els que “pertanyen” a la mateixa comunitat nacional dels que no hi pertanyen. La igualtat en què es basa la identitat col.lectiva es construeix a partir de la possessió objectiva i/o subjectiva d’aquells trets que es consideren carregats de significació social.10 En aquest sentit, la possessió de la llengua oficial va esdevenir un símbol important de la representació social de la nova identitat col.lectica: “si ets de la nació (= estat) x, aleshores posseeixes la llengua oficial de x”.11 La lògica d’aquesta idea conduia irremeiablement a negar significació social a totes les altres llengües (de l’estat) que podien ésser utilitzades per construir identitats col.lectives 7. Vegeu l’informe que Gregoire el 1793 va presentar a la Convenció i el seu Rapport sur la necessité et les moyens d’anéantir les patois et d’universaliser l’usage de la langue française. Reproduït a M. De CERTEAU, D. JULIA i J. REVEL, Une politique de la langue. La Révolution Française et les patois, Paris, º1975, pàgs. 300-317. 8. El terme de monarquia composta fa referència, en substitució del d’estat modern, estats nacionals de la primera Edat Moderna o monarquies absolutes, a aquells complexos dinàstics resultants de l’agregació aleatòria de diversos territoris sota el poder personal del rei. Vegeu Xavier Torras, Patriotismo y dinasticismo: Cataluña en la monarquía hispánica de la Casa de Austria (Siglos XVIXBII), Girona, 2003 (treball encara inèdit). 9. Une politique de la langue. La Révolution française et les patois, Paris, 1975, pàg. 9. 10. B.Tejerina, Nacionalismo y lengua, Madrid, 1992, pàg. 14. Una petita història http://seneca.uab.es/hmic 59 Aquesta fera que flairem per tot arreu alternatives. No ens ha d’estranyar, per tant, que hàgim de situar en els segles XIX i XX l’ús reiterat de conceptes com “llengua” i “dialecte” per intervenir en la a favor o en contra de la nacionalització dels estats. Processos, la nacionalització de l’estat o les resistències, que van seguir una trajectòria similar. Allò que en aquest període diferencia la creació de les llengües nacionals oficials d’un estat de la creació de les llengües nacionals sense estat és estrictament el grau d’èxit assolit; però el procés és, essencialment, el mateix. Es tractava, en tots dos casos, d’externalitzar al màxim l’objecte llengua (i els altres símbols), fent-lo percebre com una realitat “natural” i, doncs, amb una història independent, perquè els precedeix, dels propis individus12. Aquesta ocultació del procés de construcció i imposició de la llengua explica la necessitat de perseguir l’acta fundacional de la llengua, és a dir, la necessitat de trobar un primer document: les Glosas Silenses i les Glosas Emilianenses (S.X) per al castellà, els Serments de Strasburg (del S. IX) per al francès, les Homilies d’Organyà (del S. XII) per al català13, l’indovinello veronese (del segle X) per a l’italià o el poema sobre Boeci i la Caçon de Santa Fe d’Agèn (del S. X) per a l’occità. 10. Les datacions de tots aquests documents i, doncs, l’acta de naixença de les llengües, són discutibles: la de les glosas castellanes, per exemple, ja està clar que ha de recular un segle14. Fins i tot és discutible que aquests textos reflecteixin alguna cosa més que una consciència no llatina: per exemple, Francisco Rico diu de les glosas castellanes que no es el castellano el idioma de la glosa i que casi me atrevería a decir que en algunos casos ni siquiera son “lengua” de verdad15 o Bruno Migliorini, quan estudia l’indovinello veronese, acaba dient que no es pot assegurar que qui el va escriure s’adonés que escrivia en una llengua diferent del llatinot amb què acostumava a escriure16 i conclou que en aquesta època les expressions en vulgar no poden encara considerar-se com expressions d’una mateixa llengua.17Però com que es tracta de fer recular l’existència de la llengua tant com es pugui18, tot s’hi val. Encara que sigui a costa de fer jocs de mans: ho reconeix Antonio Alatorre a los 1.001 años de la lengua española quan en el pròleg explica que los primeros documentos que muestran palabras escritas en nuestra lengua no tienen fechas, pero los expertos dicen que se escribieron en la segunda mitad del siglo X, o sea entre el año 950 i el año 1.000. Situándonos arbitrariamente a medio camino, podríamos concluir que “el acta de nacimiento de nuestra lengua se escribió en 975”. Ahora bien, un acta de nacimiento supone una criatura viva. Puesto que esas palabras se escribieron, es claro que vivían ya en boca de la gente. En 1975 nuestra lengua no tenía 1.000 años de edad, sino 1.000 y pico; un pico expresado por la unidad de la cifra “1.001”… 11. De retruc, “si posseeixes la llengua x aleshores ets de la nació x”: el canvi és important perquè suposa una reorientació del concepte d’universalitat de la llengua. Aquesta, efectivament, no ha de ser ja “universal” en el sentit anterior al segle XVIII (=internacional) sinó universal a la nació. Vegeu Lluís V. Aracil, Tres vides perpendiculars:Rivaroli, Cloots, Grégoire., dins Dir la realitat, L’Hospitalet, 1983, pàgs. 221-263. 12. Aquesta és una idea clarament durkhemiana: la llengua “heretada” deixa de ser vista com una llengua “construïda” i s’imposa inevitablement als membres de la comunitat lingüística. 13. Vegeu Josep Moran i Joan Anton Rabella, Primers textos de la llengua catalana, Barcelona, 2001. Els autors aporten alguns textos anteriors a les Homilies d’Organyà. Com que en aquest treball només m’estic referint a la manera com la historiografia ha abordat la qüestio del “primer text”, jo continuo fent referència a les Homilies com el text subjectivament més “emblemàtic”. 14. Manuel C. Díaz y Díaz, Las primeras glosas hispánicas, Esplugues de Llobregat, 1978, pàg. 30 i 32. Vegeu tambçe Francisco Rico, El cuaderno de un estudiante de latín, “Historia 16”Nº 25, maig de 1978, pàgs. 75-78. 15. F.Rico, op.cit., pàg. 78. 16. Bruno Migliorini, Storia della lingua italiana, Firenze, 1960, pàgs. 61-64 de la cinquena edició de 1978. 17. Bruno Migliorini, op. Cit., pàg. 85. http://seneca.uab.es/hmic 60 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal La cifra “1.001” es simbólica. Además, es difícil decir 1.001 sin pensar en “Las 1.001 noches”, ese producto colectivo de un pueblo que se distinguió, entre todos los que contribuyeron a la hechura de nuestra lengua, por su inventiva y su fantasía. El ingrediente esencial de “Las 1.001 noches” es la magia. Y, bien visto, ¿no tiene algo de mágico la historia de una lengua?19 Una màgia, la de les històries de les llengües, que ha aconseguit, en alguns casos, que “el primer text” sigui percebut indiscutiblement com si fos, realment, una acta de naixement. És el cas del francès que ha convertit els Juraments de Strasburg en la peça clau. Segons Claude Hagège són l’acte de naixement de la llengua francesa20. Per a Renée Balibar, el francès o llengua francesa ... és la llengua de l’Estat, forma constitutiva de la nació francesa després de l’esdeveniment històric dels Juraments de Strasburg21. Per a Bernard Cerquiglini, després dels Juraments de Strasburg, i només després, el francès existeix.22Però les coses devien haver-se produït d’una manera força diferent. En el pas del segle VIII al IX la representació dominant havia començat a ser qüestionada per una nova representació en la qual els llatins parlats ja no eren percebuts com a modalitats llatines. Aquest canvi es va produir quan la reforma del llatí promoguda per Alcuí de York va replantejar l’antiga relació entre el llatí escrit i els llatins parlats que, precisament perquè tots s’associaven a una escriptura única, fins aleshores havien estat percebuts com la mateixa llengua23. En prescriure’s una única pronúncia del llatí condicionada unívocament pel llatí escrit, els llatins parlats de sempre van perdre el nexe d’unió comú amb el llatí escrit i van començar a ser percebuts com una cosa diferent, ja no llatina. Per això de vegades s’ha afirmat que allò que realment va néixer a principis del segle IX és el nou llatí parlat prescrit per Alcuí i que aquest fet explica el naixement, en el nivell de la representació del món lingüístic romànic24. Però hem d’advertir que aquest canvi no va comportar cap modificació de la realitat immediatament observable. Per dir-ho en broma: cap família no va patir una fractura idiomàtica entre avis i néts. I també hem d’advertir que tampoc no va comportar el naixement de les llengües romàniques. Perquè “els vernacles nacionals funcionaven dins la vida ordinària al nivell més o menys local. I el llatí va acomplir durant segles una funció integrativa absolutament vital al nivell de la comunicació supralocal –en una època, això és, en què l’Església era la sola institució supralocal, robusta i eficient”.25 Per això podem pensar que allò que Pèire Bec26afirma de l’occità val per a totes les llengües romàniques: L’antic occità, per començar, s’imposà tot oposant-se. És la lenga romana, apel.latiu que no té cap més sentit sinó el de designar la llengua vulgar en contraposició al llatí. En els inicis, doncs, encara no es pot parlar pròpiament de llengües 18. Vegeu, per exemple, Emilio Alarcos Llorach (El español, lengua milenaria, Valladolid, 1982, pàg. 10) que, quan refereix es al “naixement” del castellà amb les Glosas Emilianenses, precisa ¿qué significa eso del “nacimiento de la lengua castellana”? En rigor, deberíamos decir: milenario (aproximado) de la más antigua aparició escrita (por ahora) de algo que no es latín y parece castellano. El subratllat és meu. 19. Antonio Alatorre, Los 1.001 años de la lengua española, México, 1979 (reimpressió de 1998), pàg. 9. 20. Claude Hagège, Le français, histoire d’un combat, Paris, 1996, pàg. 19. 21. Renée Balibar, L’institution du français. Essai sur le colinguisme des carolingiens a la république, Paris, 1985, pàg. 11. 22. Bernard Cerquiglini, La naissance du français, Paris, 1991, pàg. 4. 23. Al cap i a la fi no es tracta de res més que d’aplicar el principi de transitivitat: tots els lectes orals idèntics a una mateixa llengua escrita són, “lògicament”, la mateixa cosa. 24. Vegeu Roger Wright, Late Latin and early Romances in Spain and Carolingian France, Liverpool, 1982. Hi ha una versió castellana: Latín tardío y romance temprano, Madrid, 1989. 25. Lluís V Aracil, La història sociolingüística d’Europa: el tema i la temptació, dins Dir la realitat, L’hospitalet, 1983, pàgs. 31-46. La citació és de les pàgs. 34-35. 26. Pèire Bec, La langue occitane, Paris, 1963. Cito a partir de la versió catalana: La llengua occitana, Barcelona, 1977, pàg. 77. Una petita història http://seneca.uab.es/hmic 61 Aquesta fera que flairem per tot arreu romàniques independents. Més aviat es tracta d’una scripta romana rustica, una mena de costrucció convencional, una simplificació funcional del llatí, amb la intenció d’atenuar la distància entre el llatí i la realitat del que es parla.27 Faltava algun temps, encara, per arribar a les scriptae romanze,és a dir, a les llengües romàniques. 11. Si podem situar a la fi del segle VIII la fractura entre llatí i romanç però no podem, encara, parlar de llengües romàniques independents, on hem de situar els primers moments de la construcció d’aquestes llengües? Aquesta és una pregunta que no pot defugir la polèmica que els darrers anys ha ocupat els historiadors. Des de les famoses conferències que el 1985 va pronunciar Eric Hobsbawm28, molts historiadors han acceptat que la “nació” no és una entitat social primària ni invariable. Pertany exclusivament a un període concret i recent des del punt de vista històric. Només és una entitat social en la mesura en què fa referència a certa classe d’ estat territorial modern, l’”estat nació”...29 És a dir, han estat els estats (o la voluntat de crear-los) allò que ha originat els nacionalismes i, finalment, les nacions (amb les seves llengües). Aquests historiadors, lògicament, es veuen obligats a creure que les nacions i els fenòmens associats (les llengües nacionals, per exemple) només poden explicar-se tenint en compte les condicions i requisits polítics, tècnics, administratiu, econòmics o d’altra mena que les van fer possibles. I, consegüentment, han de situar l’origen dels fenòmens associats a les nacions després de la Revolució Francesa. D’aquesta manera, el mapa de les llengües, com el dels estats-nació, seria una “teoria” de fa quatre dies i, consegüentment, les llengües no poden haver estat un símbol d’identitat col.lectiva abans del segle XVIII.30 Aquesta és, per exemple, la conclusió a què ha arribat Peter Burke per al cas italià: En què medida los hombres de este período (està parlant dels de l’època moderna) se consideraban “italianos”? ... la invasión de 1494 creó, o por lo menos alentó, cierta clase de solidaridad contra los estranjeros, los “bárbaros”, lo cual ilustra la afirmación hecha por los sociólogos sobre la importancia de la identidad “por reacción” ... En suma, en los escritos de los intelectuales posteriores a 1494 hay muchos más signos de la conciencia italiana que los que había antes de esa fecha ... Sin embargo ... esta consciencia panitaliana no ha de compararse con el moderno nacionalismo perquè generalmente carecía de la exigencia distintivamente nacionalista de que “un pueblo” debe organizarse en una unidad política31. Aquesta carència era provocada, segons Burke, per la fragmentació ciutadana –Italia era ... el clásico terreno del “campanilismo”32- i per la fragmentació en clases socials –el popolo grasso, el popolo minuto i els mediocri33-. Però en el segle XVI existien solidaritats horitzontals “transregionals” que, en certa manera, justifiquen la idea d’una identitat col.lectiva “italiana”. R. Hall, per exemple, ha parlat de la unificació lingüística de les classes superiors34, fonamentalment en la llengua escrita. Malgrat això, Burke 27. Philippe Martel, Du latin à l’occitan, émergence de la langue vulgaire, dins Henri Boyer i Philippe Gardy, Dix siècles d’usages et d’images de l’occitan. Des troubadours à l’internat, Paris, 2001, pàgs. 71-91. La citació és de la pàg. 85. Vegeu també Francesco Sabatini, Dalla scripta latina rustica alle scrptae romanze, “Studi medievali”, 9, 1968, pàgs. 320-358. 28. Eric H. Hobsbawm, Nations and Nationalism since 1780, Cambridge, 1990. Hi ha una traducció castellana: Naciones y nacionalismo desde 1780, Barcelona, 1995. 29. E.H.Hobsbawm, op.cit., pàg. 18. 30. Això és el que ja havia explicat John Elliott en la conferència Catalunya i l’Europa del segle XVII publicada al diari “El País”, 13 de desembre de 1987. Francesc Espinet, Josep Lluís Gómez Mompart, Enric Marín, Eva Serra i Joan Manuel Treserras el van rebatre amb un altre article: L’historiador dalt del cavall, “El País”, 21 de gener de 1988. 31. Peter Burke, Lengua e identidad en la Italia moderna temprana, dins Hablar y callar, Barcelona, 1996, pàgs. 87-..... La citació és de les pàgs. 93-94. 32. P.Burke, op. cit., pàg. 94. 33. P. Burke, op.cit., pàg. 97. 34. R.Hall, The Italian “Questione della Lingua”, Chapel Hill, 1942, p`s. 54. http://seneca.uab.es/hmic 62 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal no creu que la llengua pugués haver estat en aquesta època un símbol d’identitat: Debemos llegar a la conclusión de que en los siglos XVI y XVII la conciencia de ser italiano no estaba todavía estrechamente vinculada con la lengua.35 12. No em sento capaç de discutir les propostes de Hobsbawm. Ho ha fet Adrian Hastings en explicar l’origen medieval de la nació “anglesa”, tot lligant-lo al desenvolupament d’una escriptura en vulgar36. Acceptem retòricament, doncs, que Hobsbawm té una punta de raó. O, fins i tot, que la té tota. Per explicar les tensions del segle XIX i XX ha d’admetre que hi ha nacions de veritat, és a dir els estats-nació moderns, i nacions que voldrien esdevenir estatnació. Admet, doncs, que el mapa dels estats-nació triomfants i el mapa de les nacions subjacents no casen. Nosaltres hauríem d’admetre que el mapa de les llengües nacionals i el mapa de les llengües que pugnen per esdevenir nacionals tampoc no casen. Això ens posa sobre la taula aquells vells conceptes de Pierre Vilar com les agrupacions en potènciao com el panorama d’ètnies regionals subjacents i encara vives37. I ens obliga, doncs, a buscar els factors objectius de comunitat existents abans del segle XVIII. 13. Xavier Torras ha estudiat per al cas català alguns factors objectius de comunitat que ens permetrien de parlar de “nacions abans del nacionalisme”: per exemple, les “llibertats” i els “privilegis”.38 Els “territoris” i les “llengües”, però, poden considerar-se, abans del segle XVIII, factors objectius de comunitat, és a dir, tenien significació social? 14. A principis del segle XIV trobem un cas ben remarcable de reflexió teòrica sobre territoris i llengües. Es tracta del Vulgari Eloquentia de Dante. Quan estudia la Romània diu el següent: A la resta d’Europa ... s’entengué un tercer idioma, que ara es divideix en uns altres tres, perquè uns per afirmar diuen oc, uns altres oïl i uns tercers sí, com els hispans, els francesos i els italians....39. Explica, després, que una il.lusió d’estabilitat oculta la inevitable variació diacrònica i sincrònica perquè el canvi gradual de les coses és difícil de percebre i, com més llarg és el temps necessari per adonar-nos que una cosa canvia, més tendim nosaltres a considerar-la estable40. A partir d’aquest plantejament, Dante explicita el seu propòsit: superar la variació lingüística del territori del sí a través de l’elaboració d’un volgare illustre comú. Els escriptors n’havien de ser els protagonistes. La tasca no era fàcil perquè la llengua, que Dante compara a una pantera, no pot trobar-se en els boscos i els prats d’Itàlia, és a dir, en la realitat empíricament observable, sinó que ha de buscar-se, amb mètodes racionals, en el nivell de la representació: Després d’haver batut els boscos i els prats d’Itàlia sense haver trobat la pantera que empaitem, haurem de seguir-li el rastre “amb mètodes més racionals” si volem encalçarla i ser prou hàbils per fer caure a les xarxes ben nuades del nostre enginy aquesta fera que flairem per tot arreu però que no veiem enlloc.41 Els mètodes més racionals de què parla Dante expliciten fins a quin punt era conscient que la llengua era producte d’una “invenció”. Això és, el volgare illustre havia de sorgir d’una llengua escritra construïda amb uns supòsits semblants 35. P. Burke, op. cit., pàg. 109. 36. Adrian Hastings, The Construction of Nationhood, Cambridge, 1997. Hi ha una traducció castellana: La construcción de las nacionalidades, Madrid, 2000. 37. Pierre Vilar, Sobre els fonaments de les estructures nacionals, dins Estat, nació, socialisme, Barcelona, 1981, pàgs. 7-33. La citació és de les pàgs. 15-16. 38. Xavier Torras, Patriotismo y dinasticismo: Cataluña en la monarquía hispánica de la casa de Austria (Siglos XVI-XVII), treball inèdit: 2003. 39. Cito per la versió catalana: Dante Alighieri, De vulgari eloquentia, versió bilingüe, Vic, 1995, VIII.1., pàgs. 77-78. 40. IX.1, pàg. 83. 41. XVI.1. pàg. 105. El subratllat és meu. Una petita història http://seneca.uab.es/hmic 63 Aquesta fera que flairem per tot arreu als dels inventors de la gramàtica, és a dir, del llatí escrit, que no és sinó una certa identitat de la llengua, inalterable en el decurs del temps i d’un lloc a l’altre. La gramàtica, establerta pel comú consens de molta gent, no està subjecta a l’arbitri personal i, per tant, no pot ser variable. La gramàtica fou inventada per tal que, a l’esguard de la variació de la llengua, fluctuant a l’arbitri de cadascú, poguéssim arribar a conèixer, tal vegada de manera imperfecta, el pensament i les gestes dels antics o d’aquells que la diversitat de llocs fa ser diferents a nosaltres.42 Els mètodes més racionals també expliciten que era ben conscient, i això és el que sorprèn, de la significació social de la llengua escrita: ...els signes més nobles de les accions dels italians no són de cap de les maneres patrimoni exclusiu de cap ciutat d’Itàlia, sinó comuns de tots. Doncs entre aquests hi podem reconèixer aquell vulgar que hem anat encalçant i que es deixa flairar en cada ciutat però no ha fet el cau en cap.43 Què és, per al Dante de començaments del segle XIV, aquesta “llengua italiana”?: ... el vulgar il.lustre, cardinal, àulic i curial d’Itàlia és el de totes les ciutats sense ser patrimoni exclusiu de cap; és aquell, en definitiva, a partir del qual podem mesurar, sospesar i comparar tots els vulgars municipals dels italians.44 No són els requisits d’il.lustre, cardinal, àulic i curial45 part dels “requisits polítics, tècnics, administratius, econòmics o d’altra mena” que Hobsbawm associa a la creació de les nacions i dels fenòmens associals (les llengües també)? En tot cas hem de convenir que converteixen el volgare illustre en aquell referent a partir del qual tots els vulgars municipals giren i tornen a girar, es mouen o s’aturen i que, en conseqüència, defineix el control social. No és una “identitat col.lectiva” allò que Dante intenta de construir a través de la “invenció” de la llengua italiana de tots? Les reflexions teòriques de Dante van ser, ja ho sé, una excepció i, a més, no van tenir cap continuïtat fins dos segles més tard. Però no deixa de sorprendre que coincideixin en el temps amb pràctiques lingüístiques rellevants produïdes a d’altres territoris: amb la plenitud de la koiné literària occitana i amb figures lingüísticament tan fonamentals com Alfons X de Castella o Ramon Llull. No crec que aquesta coincidència en el temps sigui casual. 15. En tot cas en el Renaixement van recuperar-se les preocupacions de Dante. El 1435 ja havia tingut lloc el famós debat entre Flavio Biondo i Leonardo Bruni sobre “si la gent vulgar i els literats de Roma havien parlat de la mateixa manera i amb el mateix idioma”: an vulgus et literati eodem modo et idiomate Romae locuti sint que, de fet, era una discusió sobre la necessitat de crear una llengua italiana escrita46. Tres quarts de segle més tard, ja en el segle XVI, la qüestió va esclatar de valent amb la questione della lingua italiana. 16. Entre els segle XV i XVI es desplega la primera gran activitat codificadora47gramàtiques i diccionaris- de la majoria de les llengües romàniques. L’elaboració d’aquests utillatges –allò que alguns anomenen el “procés de gramatització”48- va tenir un paper 42. 43. 44. 45. IX.1. pàg. 85. XVI.1. pàg. 105. XVI.1. pàg. 107. “Il.lustre” perquè el vulgar de què parlem és sublimat pel magisteri i pel poder i enalteix els seus amb honor i glòria; “cardinal” perquè tots els vulgars municipals giren i tornen a girar, es mouen o s’aturen segons ho fa aquest (el volgare illustre), que es revela, d’aquesta manera, com un veritable pare de família; “àulic” perquè si nosaltres, els italians, tinguéssim cort, la llengua de palau seria aquesta; i “curial” perquè la curialitat no és altra cosa que una mesurada norma de les coses que cal fer i, encara que a Itàlia no hi ha cúria, en el sentit d’una cúria unificada com la del rei d’Alemanya, també és cert que no li manquen membres que estan units sota la divina llum de la raó. XVIII.1. pàg. 111. 46. Vegeu Josep M. Nadal, La ideologia lingüística de la nova Europa, dins Llengua escrita i llengua nacional, Barcelona, 1992 , pàgs. 67-88. 47. Història de la codificació. La qüestió d’Elliott 48. Silvain Auroux, La révolution technologique de la grammatisation, Liège, 1994 i La reison, le langage et les normes, Paris, 1998. http://seneca.uab.es/hmic 64 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal determinant en la unificació lingüística i, doncs, en la construcció de la representació de la llengua49. Podríem dir que una gramàtica i un diccionari són l’expressió més evident de l’externalització de la llengua que, així, pot percebre’s com un objecte independent (previ i imposat) dels propis usuaris-constructors. No indica la magnitud de “la gramatització” renaixentista que alguna cosa es movia a l’entorn de les nacions d’abans del nacionalisme? Dit d’una altra manera: les llengües que les gramàtiques i els dicionaris renaixentistes “construeixen” per “unificar” lingüísticament territoris i satisfer, així, unes necessitats horitzontals de comunicació semblen factors objectius de comunitat socialment significatius. Aquests espais de comunicació en el Renaixement no podien incloure encara l’oralitat, excepció feta de la predicació i dels espectacles teatrals. Tenint en compte l’alfabetització de l’època, en l’escriptura, reforçada enormement per la impremta, l’espai comunicatiu supralocal tampoc no podien afectar amb la mateixa intensitat tots els grups socials. És per això que entre els segle XV i XVIII les llengües són, fonamentalment, un afer de la literatura i de l’administració (reial). I en el món romànic, en aquesta època, aquests dos elements no tenien la mateixa significació en els distints territoris. Per això tant sovint s’hi parla, i s’hi parlava, de la “batalla de les lletres i les armes”. 17. El cas italià, el territori del sí, torna a oferir-nos una situació singular. La presència de la variació lingüística era molt forta a la Itàlia de l’Edat Moderna. Tant, que Claudio Marazzini ha arribat a afirmar que en el segle XIX, en plena unificació, l’italià era impopular... La llengua natural continuava essent el dialecte; l’italià era sentit com un instrument formalment elevat, una mica com el llatí. En aquest sentit, l’italià s’assemblava a una llengua morta50, com ja havia afirmat el mateix Manzoni. De fet, el 1861, la gent capaç d’utilitzar l’italià no superava segons els càlculs més optimistes el 10% i, segons Tullio de Mauro, en els anys de l’unificació nacional, els italianòfons, lluny de representar la totalitat dels ciutadans italians, eren poc més de 600.000 sobre una població que ja havia superat els 25 milions d’individus: a dures penes, doncs, el 2’5% de la població51. Això era degut, indubtablement, al fet que a l’Edad Moderna Itàlia no havia tingut una administració unificada i, consegüentment, la construcció de la llengua havia quedat reduïda als escriptors i a una petita part dels sectors més alts de la societat. Dante ja n’era conscient a començaments del segle XIV52 i també els protagonistes renaixentistes de la questione della lingua, per als quals, amb paraules de Llorenç el Magnífic, non si puó dire che sia veramente lingua alcuna favella che non ha scrittore53. Són les lletres qui pot construir la llengua. 18. La situació italiana, però, és molt peculiar i no crec que pugui servir de model per explicar la història lingüística de la resta de l’Europa Romànica. Els territoris d’oc i d’oïl presentaven una situació ben diferent de la italiana: tant en l’un com en l’altre, monarquies fortes havien iniciat, des de la fi del segle XV, la construcció d’un estat. Ens hem de preguntar, doncs, de quina manera la llengua o les llengües jugaven un paper (si li jugaven) en aquest context. 19. Quan Enric IV, a la fi del beau XVIè siècle francès, accedeix a tron del regne la unificació territorial està ... pràcticament acabada, cosa que havia permès, entre d’altres coses, que des de feia un cert temps s’haguessin pogut prendre un cert nombre de mesures vàlides per a tot el 49. Silvain Auroux, La raison, le langage et les normes,..., pàg. 266. 50. Claudio Marazzini, Da Dante a la lingua selvaggia, Roma, 1999, pàg. 12. 51. Tullio de Mauro, Storia lingüística dell’Italia unita, Roma-Bari, 1963. La citació és de la pàg.43 de la quarta edició (1974). 52. Vageu la nota 62 d’aquest treball. 53. Pietro Bembo, Prose della volgar lingua, pàg .110 de l’edició de Carlo Dionisotti, Torino, 1966. Una petita història http://seneca.uab.es/hmic 65 Aquesta fera que flairem per tot arreu territori reial54. Una d’aquestes mesures, del rei Francesc I, ha convertit l’any 1539 en une date capitale dans l’histoire de la France55. Efectivament, en els articles 110 i 111 de les Ordonnances du roi François Ier sur le faict de la justice et abréviation des procés, l’ anomenada Ordonnance de Villers-Cotterêts, s’estableix que tots els documents oficials soient prononcez, enregistrez et delivrez aux parties en langage maternel français et non autrement. Philippe Martel56 ha explicat que des del segle XV la llengua del rei, el francès, ja havia anat penetrant en l’administració dels territoris occitans. D’altres historiadors de la llengua francesa també han destacat que ja des de Lluís XI, encara a finals del segle XV, la llengua francesa s’havia beneficiat de l’appui constant du governement royal57. Per això consideren que l’ordonnanc, en uns casos, no fou més que la consécration d’un état de fait: l’ancien occitan reculait, comme langue littéraire depuis l’époque de la croisade des Albigeois, et comme langue juridique depuis le XVè siècle58 Però no s’estan de senyalar que, en d’altres casos, Villers-Cotterêts marca un punt d’inflexió en la substitució de l’occità pel francès. Com ha indicat Philippe Martel59 ... durant molt de temps la política lingüística de la monarquia havia estat tolerant, deixant que fossin els poders locals els que s’ocupessin de descobrir, tot sols, que per parlar al Rei era millor utilitzar la seva (la del Rei, és clar) llengua. I en molts de casos van descobrir ben aviat aquesta veritat. Amb altres mots: ens sembla que, com a mínim pel que fa referència a la llengua escrita, el sentiment diglòssic havia nascut abans del segle XVI. No és pas fins més tard que el Rei va posar les coses al seu lloc, en connexió, ens sembla, amb una evolució d’amplitud europea que promovia a tot arreu les llengües d’Estat, en connexió amb el procés secular que duia el poder reial a limitar els espais d’autonomia heretats, en la societat civil, del període feudal i, finalment, en connexió potser, amb l’augment de la dissidència religiosa que conduïa el poder a afirmar alguns principis unitaris... Des de l’inici de l’Edat Moderna la llengua francesa sembla acompanyar, com un factor objectiu de comunitat, la construcció de l’estat. 20. Aquest francès, que s’imposava a tot el territori per la força de las armas60, havia de consolidar-se com una llengua estandarditzada. Per això la qüestió fonamental que es va plantejar en el segles XVI i XVII és el model de llengua francesa. No em puc pas estendre més del compte en aquesta història centrada, bàsicament, en dues qüestios: la fixació d’una forma de transcripció escrita del vulgar oral (és el gran debat sobre l’ortografia) i la fixació d’una manera de parlar i d’escriure cultes (le bon usage). M’ocuparé, molt breument, d’aquesta segona qüestió. 21. A començaments del segle XVI, més o menys fins el 1530, el discurs teòric dels gramàtics i literats tendeix a caracteritzar-se per dos trets fonamentals: el pluralisme, que intenta legitimar tots els dialectes de França, i el rebuig a construir la norma a partir d’una justificació social i política. Aquesta és la idea de Geoffroy Tory, autor d’una obra fonamental: el Champ Fleury (Paris, 1529)61. Enfront d’aquest discurs lingüístic teòric, la pràctica lingüística va anar afermant la llengua de la cort com la base del bon usage.62 França, doncs, vivia una situació paradoxal: un discurs teòric, que si bé ja havia assumit la idea que calia reduir la llengua a regles no havia acceptat encara que la norma és un afer político-social, i la pràctica lingüística real, que 54. Bernard Quilliet, La France du beau Xviè siècle, Paris, 1998, pàg. 126. 55. Claude Hagège, Le français, histoire d’un combat, Evreux, 1996, pag. 50. 56. Philippe Martel, L’occitan, le latin et le français du moyen âge au XVIè siècle, dins Dix siècles d’usages et d’images de l’occitan. Des troubadours à l’internet, Henri Boyer et Philippe Gardy, coordinadors, Paris, 2001, pàgs. 67-117. L’ordonnance és estudiada a les pàgs. 100-107. 57. Claude Hagège, op. cit., pàg. 48. 58. J. Pinoche i C.Marchello-Nizia, Histoire de la langue française, Nancy, 1989, pàg. 29. 59. Claude Hagège, op.cit., pàgs.106-107. http://seneca.uab.es/hmic 66 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal per la via dels fets (i de la necessitat) anava imposant un francès uniforme basat en la llengua de la cort. Aquestes dues direccions impossibilitaven la generalització real d’un model de llengua: en un cas, perquè el pluralisme era difícilment compatible amb un model únic de bon usage; en l’altre cas, perquè la norma derivava, sense esser-ne, en canvi, el condicionant, de l’ús d’una elite cortesana, que la utilitzava per marcar clarament les diferències socials i, doncs, que estava interessada a impedir-ne la socialització. 22. Calia acceptar que les regles de la llengua tenen una entitat autònoma de qualsevol grup social, especialment de la cort, que, fins ara havia estat considerada la dipositària, i en bona part la creadora, de la bona llengua. Calia posar les bases, per tant, d’un projecte no excloent gràcies al nou valor de la norma, considerada, ara, a l’abast de tothom. Això es va produir a la segona meitat del segle XVI. Pierre de la Ramée a la Gramere (1562) i a la Gramere de Pierre de la Ramée, lecteur du Roy a l’Université de Paris, à la Royne, mere du Roy (1572), que és una reedició molt canviada de la primera obra, ens presenta el francès com allò que és constant i obligatori, allò que es pot observar regularment, en oposició a la variació i als estils particulars. Aquest bon usage, on es pot trobar? Hi ha dos textos de l’autor molt clars:63 I ..le peuple est soverain seigneur de sa langue & la tient comme un fief de franc alleu, & nen doit recognoissance a aulcun signeur. II ...lescolle de cette doctrine nest point es auditoires des professeurs Hebreus, Grecs & Latins en Luniversité de Paris, comme pensen ces beaux Etymologiseurs, elle est au Louvre, Au Palais, Aux Halles, en Greve, à la Place Maubert. 23. Ara s’arriba al punt final de la formació d’una ideologia lingüística capaç de socialitzar (o nacionalitzar?) el francès. A finals del segle XVI i começaments del segle XVII Malherbe acabarà de donar-li forma i, sobretot, força. Des d’un punt de vista sòcio-polític, el discurs lingüístic ha contribuït decisivament a un important canvi de mentalitat. El valor dels homes esta determinat a partir d’ara per la conformitat del seu estil a les normes. Aquestes, doncs, ja no son, com el 1530, una conseqüència de la llengua d’un determinat grup social hegemònic, sinó que tenen una entitat autònoma. Tothom, per tant, és capaç, amb esforç, de fer-se-les seves i consegüentment aquesta concepció del bon usage facilita la mobilitat social. La llengua, 60. .Danielle TRUDEAU, Les inventeurs du bon usage (1529-1647), Paris, 1992, , no creu que l’expressió en langage maternel framçais et non autrement negui la possibilitat als altres vernacles. Ho basa en el fet que langage maternel fa referència al francès i als altres vernacles. La seva argumentació té força fonament. Però també és veritat que la mateixa autora admet que “en marge de la volonté royale de substituer au latin les langues locales, s’était établie par coutume, donc de maniere irrevocable, l’exclusion de ces mêmes langues au profit du français centrale” (pàg. 470). La nostra argumentació, doncs, no canvia substancialment. Joan Lluís Marfany (La llengua maltractada, Barcelona, 2001, nota 16, pàg. 193) recull la idea de Philippe Martel (L’héritage révolutionnaire: de Coquebert de Montbert à Deixxonne, dins Henri Giordan (ed.), Les minorités en Europe. Droits linguistiques et droits de l’homme, Paris, 1993, pàg 126), segons la qual Villers-Cotterêts era, certament, un intent de frenar l’ús del llatí i, doncs, no fa cap referència negativa i explícita sobre els altres, però el fet que no se’ls prohibeixi explícitament és perquè, de fet, són totalment absents. Philippe Martel ha aprofundit posteriorment aquest tema (a De l’occitan au Français: la résistible ascension de la langue du roi (fin XIIIe-début XVIe), dins Dix siècles d’usages et d’images de l’occitan. Des Troubadours à l’Internet, Henry Boyer i Philippe Gardy, coord.., ....., 2001, pàgs. 93-114) i ha demostrat d’una manera ben convincent la línia argumental que hem seguit. 61. . Trec la citació de Danielle Trudeau, Les inventeurs du bon usage (1529-1647), Paris, 1992, pàg. 28. 62. .Danielle Trudeau, op.cit., pàg. 42. 63. . Pierre de la Ramée, Gramere... 1572, pàg. 30. Trec la citació de danielle Trudeau, op.cit., pàg. 108, Una petita història http://seneca.uab.es/hmic 67 Aquesta fera que flairem per tot arreu doncs, esdevé un element cohesionador de la nació, fet que ens mostra fins a quin punt la ideologia del bon usage, de la bona llengua, es lliguen a França amb els canvis ideològics que acompanyen la formació de l’estat sota la monarquia absoluta.64 24. Aquesta línia evolutiva francesa fou també la del territori d’oc, excepció feta d’Occitània? Joan Lluís Marfany ha estudiat el cas de la llengua catalana dins l’estat monàrquic espanyol a La llengua maltractada per fer-nos veure que el castellà esdevé, a partir del segle XVI, la llengua en la qual la monarquia, directament o a través dels seus òrgans centrals, s’adreça als seus súbdits catalans i aquest fet influeix damunt els hàbits lingüístics d’aquests súbdits catalans i contamina la llengua materna. Dit això, però, cal rebutjar formalment la idea que l’activitat político-institucional fos un dels camins principals de la castellanització de la societat catalana. Al contrari: tot indica que la persistència del català en aquesta esfera va ser una barrera fonamental contra els avenços d’aquesta castellanització65. El castellà fou, doncs, la llengua de la monarquia des de Ferran II que, si fins el 1479 havia usat força vegades el català, entre 1481 i 1510 només l’utilitza entre una i quatre vegades l’any.66 L’emperador Carles va dirigir-se als seus súbdits barcelonins molt poques vegades en català, amb l’excepció de l’any 1533 quan, de 17 comunicacions, 8 són en català67 i a partir de mitjan segle XVI els òrgans centrals de la monarquia van expressar-se en una mateixa, única llengua. Era part de la lògica interna del procés de constitució d’un estat absolutista68. Però el català va continuar essent la llengua de les institucions de la terra i aquesta catalanitat lingüística de les institucions i la vida política a la Catalunya de l’època és un fet absolutament remarcable i d’una gran transcendència històrica69. Per què, es pregunta Marfany, la inclusió del català en la monarquia hispànica es produeix d’una manera tan diferent a la integració de l’occità a la monarquia francesa? No pas perquè les élites catalanes, l’oligarquia dirigent, no fossin capaces d’entendre i usar el castellà. El seu comportament era clarament diglòssic –com també ho era el dels occitans70- i el castellà l’usaven ben sovint: ... en presència d’un forater, els catalans ... parlen entre sí en català, però canvien al castellà quan s’adrecen a l’altre71. Tampoc perquè volguessin defensar la llengua per se. Aquesta no havia estat, encara, investida de la condició d’essència, repositori, i símbol de la catalanitat72. Es tracta, simplement, que enmig de la creixent castellanització de la vida social, les institucions encarregades de la preservació de les “constitucions, lleis i llibertats de la terra” associaven explícitament a aquesta preservació la continuïtat en l’ús del català73. Consegüentment a efectes oficials el castellà era la llengua de la monarquia, fos quina fos la llengua del monarca i dels seus ministres. I, de la mateixa manera, el català era la llengua de les institucions catalanes, encara que de vegades els seus representants s’expressessin, en realitat, en castellà74. 64. 65. 66. 67. . Danielle Trudeau, op. Cit., pàg. 198. Joan Lluís Marfany, La llengua maltractada, Barcelona, 2001, pàg. 107. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàgs. 107-108. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàg. 109. Marfany destaca que aquesrt any el vicecanceller era el català Miquel Mai. 68. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàg. 109. 69. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàgs. 110-111. 70. Vegeu la pàg. 20 d’aquest treball. 71. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàg. 120. 72. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàg. 136. 73. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàgs. 135-136. 74. Joan Lluís Marfany, op. cit., pàg. 128. http://seneca.uab.es/hmic 68 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Josep M. Nadal 25. Occità i francès, d’una banda, i català i castellà, de l’altra, van mantenir en els inicis de l’Edat Moderna unes relacions ben diferents. Les condicions de partida eren força semblants: en tots dos casos, una llengua “oficial” de la monarquia i unes élites que ja eren capaces d’usarla i que començaven, en els usos més formals, a adoptar-la. Però les llengües no tenien la mateixa significació social i, consegüentment, la persitència dels factors objectius de comunitat subjacents va ser molt diferent. Això és el que m’agradaria que m’expliquessin els historiadors. Tant la monarquia francesa com la monarquia espanyola eren monarquies compostes. Però des de l’entronització de l’emperador Carles, la monarquia espanyola va esdevenir, bàsicament i fins Felip II, una monarquia universal i aquest imperi, segons algun historiador, ha de considerar-se por definición, un sistema anacrònico a cuya efectividad han de oponerse no solo el absolutismo monárquico, sino incluso el papado75. És aquest projecte imperial espanyol, tan allunyat del que a començaments del segle XVI representa el rei Francesc I de França, allò que explica que les “entitats subjacents” puguin encara resistir-se a la unificació? En tot cas, i amb això acabo, a la mateixa època en què Francesc I de França publicava l’ordonnance de VillersCotterêts (1539) i convertia, així, el francès en la llengua de l’estat, Carles V era proclamat emperador a Bolonia amb un discurs de Romolo Amaseo titulat, significativament, De lingua latinae usus retinendo (1530). Josep M. Nadal, Universitat de Girona, 14-05-2003 69 75. Jordi Nadal, España en su cenit (1516-1598), Barcelona, 2001, pàg. 15. Una petita història http://seneca.uab.es/hmic Aquesta fera que flairem per tot arreu 70 http://seneca.uab.es/hmic DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa L’homme et la terre. Las relaciones hombre-medio en el pensamiento de Elisée Reclus (1830-1905) Pere Ribas Rabassa (Universitat Autònoma de Barcelona) Resumen / Resum / Abstract En el artículo se presentan las reflexiones del geógrafo y anarquista francés Elisée Reclus en torno las relaciones dialécticas hombre-medio y la necesidad de tener en cuenta el factor tiempo en su análisis. Así mismo se presenta el proyecto de “geografia social” ideado por Reclus en relación a las formulaciones ambientales. / A l'article es presenten les reflexions del geògraf i anarquista francès Elisée Reclus entorn les relacions dialèctiques home-medi i la necessitat de tenir en compte el factor temps en el seu anàlisi. Així mateix es presenta el projecte de “geografia social” ideada per Reclus en relació a les formulacions ambientals. / Reflections of the geographer French anarchist Elisée Reclus in around the relations man-environment dialectics and the need to keep in mind the factor time in their analysis. Thus same the project is presented of “social geography” thought up by Reclus relating to the environmental formulations. Paraules clau / Palabras clave / Key Words Anarquismo, geografía, medio, tiempo. / Anarquisme, geografia, medi, temps. / Anarchist, geography, environment, time. 71 1. En la noche del 4 al 5 de julio de 1905 moría en la localidad belga de Thourout, cerca de Brujas, el geógrafo y anarquista francés Elisée Reclus. En la necrológica que le dedicó 10 días después Lucien Gallois en la revista Annales de Géographie(la revista dirigida por Paul Vidal de la Blache y cofundada por él y Gallois en 1891) éste no podía dejar de reconocer que Reclus era considerado en ese momento fuera de Francia “le grand géographe français.”1 Si tiene interés destacar esta necrológica por encima de las muchas otras que se le dedicaron a Reclus en los meses siguientes a su muerte es porque la hegemonía de Vidal de la Blache y de su escuela(Albert Demangeon, Emmanuel de Martonne o el propio Gallois) en las postrimerías del siglo XIX y principios del siglo XX en la geografía francesa condenó a Reclus a un olvido que no se correspondía ni con la calidad ni con la popularidad de sus escritos. Una hegemonía construida sobre una revista, Annales de Géographie, y sobre todo sobre la dirección de la cátedra de Geografía de la Sorbona que ostentó Vidal desde 1898.2 1. Gallois, L.: “Elisée Reclus(1830-1905)” en Annales de Géographie, 76, 15 de julio de 1905, pp.373374, la cita en p.373. 2. Acerca de la hegemonía “vidaliana” en la geografía francesa desde finales del siglo XIX resulta muy útil como introducción Muet, Y.: Les géographes et l’Europe:l’idée européenne dans la pensée géopolitique française de 1919 à 1939, col. Euryopa.Etudes, num. 1, Institut Européen de l’Université de Gèneve, Ginebra, 1996. Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic L’homme et la terre 2. Pero en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado la figura y la obra del geógrafo francés comenzó a ser recuperada de manera importante por unas causas que es difícil establecer con exactitud, pero entre las cuáles figuran sin duda la pujanza de la denominada Geografía Radical y el desarrollo de la conciencia ecologista, ante la que en esos momentos era ya una muy evidente destrucción del planeta, que podía encontrar en el pensamiento de Reclus interesantes aportaciones teóricas.3 3. El objetivo de este trabajo es hacer un análisis de la relación hombre-medio en el pensamiento de Elisée Reclus. La cuestión de la relación entre los seres humanos y el medio natural es, o debería ser, una de las problemáticas más importantes a las que nos enfrentamos hoy en día junto a la del desigual reparto de la riqueza en el mundo, y en la obra de Reclus encontramos reflexiones y propuestas acerca de estos dos problemas que no convendría que perdiéramos de vista. Geografía y anarquismo 4. Jean Elisée Reclus nació en Sainte-Foy-la-Grande, una modesta localidad del suroeste de Francia, el 15 de marzo de 1830. Hijo de un pastor protestante, calvinista para más señas, tuvo trece hermanos de los cuales diez alcanzaron la edad adulta. A pesar de los modestos recursos de su familia Reclus gozó de una buena formación académica. A los trece años estudió durante un curso en Alemania. Junto a su hermano Elie(nacido en 1827) y la mayor de sus hermanas se desplazaron a Neuwield, donde estudiaron en el Colegio de los Hermanos Moravos. En 1848 inició estudios de Teología en el Seminario Protestante de Montauban, en Francia, pero fue expulsado al cabo de poco junto a Elie. No están del todo claros los motivos de su expulsión, Béatrice Giblin alude a “their lack of work and their republican sympathies”.4 Parece ser que este hecho selló “definitivamente su desinterés por ser pastor y su alejamiento de la ortodoxia del protestantismo.”5 Reclus se dirigió entonces a Alemania junto a Elie y en el curso 18501851 cursó estudios en la Universidad de Berlín, destacando un curso de geografía a cargo del gran geógrafo alemán Karl Ritter(1779-1859). La influencia de Ritter en el pensamiento geográfico de Reclus fue considerable, esto puede verse sobre todo en su primera gran obra La Terre(1868-1869). 5. Las preocupaciones políticas de Reclus comenzaron a fraguarse durante las revoluciones de 1848 y cuando a su regreso a Francia en 1851 se produjo el golpe de Estado de Napoleón III decidió autoexiliarse para demostrar su rechazo a la nueva situación política. Se inició así un periodo de grandes viajes que le llevará a Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos(donde estuvo un par de años como maestro de los hijos del dueño de una plantación en Nueva Orleáns) y finalmente a Colombia, concretamente a la Sierra Nevada de Santa Marta, donde intentó 3. Para una breve pero útil reflexión sobre la recuperación de E. Reclus desde los años setenta puede consultarse Ortega Cantero, N.: “El viaje iberoamericano de Elisée Reclus” en Eria, 28, 1992, pp. 125133 y el interesantísimo trabajo de Vicente Mosquete, M.T.: Eliseo Reclus. La geografía de un anarquista, col. Realidad Geográfica, núm.5, Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, especialmente pp.11-17. Para Reclus y la Geografía Radical puede verse Laughlin,J.: “State –centred Social Science and the Anarchist Critique: Ideology in Political Geography” en Antipode, vol. 18, núm.1, Mac 1986, pp.11-38. 4. Giblin, B.: “Elisée Reclus. 1830-1905” en Freeman, T.W./ Pinchemel, Ph.(eds.): Geographers. Bibliographical Studies, vol.3, Mansell Publishing, Londres, 1979, pp. 125-132, la cita en p.125. 5. Hiernaux-Nicolas, D.: “Introducción” a La geografía como metáfora de la libertad. Textos de Eliseo Reclus, presentación y selección de Daniel Hiernaux-Nicolas, Plaza y Valdés Editores, México D.F., 1999, pp.5-35, la cita en p.9. http://seneca.uab.es/hmic 72 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa establecer una pequeña explotación agraria. Finalmente enfermo y escaso de dinero regresó a Francia en 1857, estableciéndose en París. De su experiencia en Santa Marta salió una de las más bellas obras de Reclus, Voyage à la Sierra-Nevada de Sainte-Marthe. Paisajes de la nature tropicale publicada en 1861 en París por la casa editorial Hachette. 6. Entre 1857 y 1871 trabajó en París para Hachette colaborando entre otras cosas en la redacción de las Guides Joanne, trabajo que permitió a Reclus realizar muchos viajes que le permitieron adquirir de primera mano un amplio conocimiento de la geografía. En este período en París redactó su primera gran obra, La Terre. Description des phénomènes de la vie du Globe, publicada en dos volúmenes por Hachette. El primero en 1868 con el subtítulo Continents y el segundo un año después subtitulado L’Océan. Era una obra de geografía física descriptiva de todo el planeta que como ya hemos señalado antes reflejaba claramente en su planteamiento la influencia de las ideas ritterianas, pero Horacio Capel considera que “...la larga elaboración le permitió, sin embargo, asimilar plenamente la biología darwinista, de tal manera que en el momento de su publicación se convirtió en la primera gran obra que refleja el impacto de Darwin en la geografía. La idea de evolución y de cambio aparece claramente en ella, a la vez que se hacen referencias explícitas al biólogo inglés.”6 7. Fue durante este período en París cuando el ideario de Reclus fue derivando de sus posiciones republicanas al anarquismo. En 1864 conoció a Bakunin y se afilió a Fraternité Internationale, la organización secreta que este dirigía. Participó además en la revista cooperativista L’Association(fundada por Elie) y pronunció un discurso en 1868 en el Congreso de la Liga para la Paz y la Libertad celebrado en Berna. Este proceso culminó en 1871 cuando Reclus participó activamente en los sucesos de la Comuna de París. Después de la derrota, Reclus fue condenado a ser deportado a Nueva Caledonia pero finalmente se le conmutó la pena por la de exilio gracias a la presión de muchos intelectuales ante el gobierno francés. 8. A partir de este momento Reclus vivirá hasta su muerte primero en Suiza y después en Bélgica con un breve periodo intermedio entre 1890 y 1894 en que regresó a Francia. Su estancia en Suiza hasta 1890 fue muy productiva tanto en el campo geográfico como en el del anarquismo. Desde el punto de vista del movimiento libertario en este periodo destaca la amistad con el también geógrafo y anarquista Piotr Kropotkin(al que conoció en 1877) y la fuerte implicación con el movimiento con la publicación de numerosos artículos en revistas como Le Révolté o Le Travailleur. En el terreno de la geografía destaca el inicio de la segunda de sus grandes obras. En 1876 comenzó la publicación en Hachette de su monumental Nouvelle Géographie Universelle en 19 volúmenes de la cual se publicó un volumen por año hasta 1894. Esta obra es una gran enciclopedia geográfica del mundo de 16.983 páginas. 9. En 1892 la Universidad Libre de Bruselas ofreció a Reclus un puesto de catedrático de Geografía pero finalmente no le fue concedido probablemente debido a sus ideas anarquistas. En 1894 se fundó la Nueva Universidad Libre de Bruselas en la que Reclus fundó(y financió) un Instituto de Geografía hasta su muerte en 1905. En la Nueva Universidad Libre de Bruselas el alumnado era escaso pues el gobierno belga se negó a reconocer los títulos de los que allí estudiasen y además los profesores no recibían contrapartida económica alguna por su trabajo, de tal manera que Reclus tuvo que vivir hasta su muerte de los ingresos que obtenía por las 6. 6 Capel, H.: Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Una introducción a la Geografía, Barcanova Temas Universitarios, Barcelona, 1981, la cita en p.302. Geografía y anarquismo http://seneca.uab.es/hmic 73 L’homme et la terre ventas de sus obras. Durante este periodo en Bélgica Reclus(alejado un poco ya de la dinámica del movimiento anarquista que no de su ideario) elaboró la que será su obra cumbre L’Homme et la Terre, publicada en seis volúmenes entre 1903 y 1905 en Paris por la Librairie Universelle, ya que hubo un fuerte conflicto entre Reclus y Hachette, la editorial que había publicado todas sus obras importantes hasta ese momento. En esta obra Reclus realiza un recorrido por toda la historia de la humanidad desde la prehistoria hasta el siglo XIX y dedica una serie de capítulos a estudiar diversos fenómenos como las divisiones y el ritmo de la historia, el trabajo, el cultivo y la propiedad, la educación, el progreso o la industria y el comercio. En el prefacio a esta obra, que es la que mejor representa las conexiones entre anarquismo y geografía en el pensamiento de Reclus y en la que “el impacto del darwinismo y el evolucionismo es también bien patente”7, el geógrafo francés expresaba: 10. “Hace algunos años, después de haber escrito las últimas líneas de una larga obra, La Nueva Geografía Universal, expresaba el deseo de poder un día estudiar al Hombre en la sucesión de las edades, como le había observado en las diversas regiones del Globo y establecer las conclusiones sociológicas a las que había llegado. Trazaba yo el plan de un nuevo libro en el que se expondrían las condiciones del suelo, del clima, del todo el ambiente en que se han cumplido los acontecimientos de la Historia, donde se mostrase la concordancia de los Hombres y de la Tierra, donde todas las maneras de obrar de los pueblos se explicasen, de causa a efecto, por su armonía con la evolución del planeta.”8 11. Es esta última obra de Reclus la que se va a utilizar preferentemente aquí para estudiar sus ideas acerca de la relación entre el hombre y el medio. Esto es debido a que considero que es en esta última obra donde mejor se condensan sus ideas sobre el particular. 9 La relación hombre-medio en la geografía de la segunda mitad del siglo XIX 12. La preocupación por las relaciones entre el hombre y el medio natural no tiene ni mucho menos su origen en el siglo XIX. Clarence J. Glacken en su Traces on the Rhodian Shore remonta su estudio de como ha tratado el pensamiento occidental el tema de la naturaleza a la Grecia Clásica, y señala que antes del siglo XIX podemos ya encontrar las tres propuestas posibles acerca de la articulación de las relaciones entre el hombre y el medio : una relación armónica entre el hombre y el medio, una relación de dominación de la naturaleza por parte del hombre y una relación de dominación de la naturaleza sobre el hombre(determinismo ambiental).10 Estas tres maneras de entender la relación entre los seres humanos y el medio natural quedarían integradas en lo que David Arnold ha denominado el “paradigma ambientalista”, que según él “nos brinda un modelo distintivo para entender y explicar el pasado humano. No representa a la naturaleza en abstracto, como un ecosistema ajeno a la influencia y 7. Capel, H.: Op. Cit., p.303 8. Estas palabras de Reclus corresponden al “Prefacio” de L’Homme et la Terre que he consultado en Reclus, E.: La geografía al servicio de la vida(Antología), Colectivo de Geógrafos, col. Nadir, Editorial 7 ½ , Barcelona, 1980, la cita en p.29. 9. Para profundizar en la biografía de Reclus aparte de los trabajos de Giblin y M.T.Vicente Mosquete antes señalados pueden usarse Dunbar, G.S.: Elisée Reclus. Historian of Nature, Archon Books, Hamden, 1978; Nettlau, M.: Eliseo Reclus(1830-1905): la vida de un sabio justo y rebelde, Biblioteca de “La Revista Blanca”, Barcelona, 1930(1ª ed. Berlín, 1928), 2 vols.y Sarrazin, H.: Elisée Reclus ou la passion du monde, Éditions La Découverte, París, 1985. 10. Glacken, C.J.: Traces on the Rhodian Shore: Nature and Culture in Western Thought from Ancient Times to the End of the Eighteenth Century, University of California Press, Berkeley y Los Angeles, 1967. http://seneca.uab.es/hmic 74 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa la inteligencia humanas. Por el contrario, es declaradamente antropocéntrico, y ve en la naturaleza un reflejo o una causa de la condición humana, sea física, social o moral. Surge de la creencia muy difundida y que, históricamente hablando, es de muy viejo arraigo, de que existe una relación significativa entre (...) el “hombre” y la “naturaleza”, y de que esta relación influye en el carácter de las sociedades individuales y en el curso de sus historias.”11 13. A principios del siglo XIX gracias a los trabajos de Alexander von Humboldt y Karl Ritter se van a poner las bases para la constitución de la “Geografía Moderna”. Se iniciaría además en este momento un proceso de protoprofesionalización de la disciplina que culminaría en el último cuarto del diecinueve con la institucionalización de la geografía gracias a su plena introducción en las universidades al crearse las primeras cátedras(de esta manera la geografía dejaba de estar supeditada a la historia, de la cual desde los tiempos de Ritter había sido considerada una disciplina auxiliar) y a las primeras sociedades profesionales y organizaciones internacionales de geografía. Todo ello muy favorecido por el imperialismo y la carrera colonial desenfrenada de las potencias europeas en los últimos decenios del siglo XIX que permitió a la geografía adquirir una importancia de la que difícilmente había gozado hasta entonces. Además las preocupaciones ambientalistas(la manera en que se relaciona el hombre con el medio) también ganaron fuerza gracias a ello porque como señala Arnold “Con frecuencia, el ambientalismo ha ganado prominencia como mecanismo explicativo en épocas de ensanchamiento de los horizontes geográficos o de intensificación de los contactos interétnicos a resultas del comercio, la migración, la conquista y la colonización”12 ya que el recurso a las ideas ambientales se ha debido en muchas ocasiones a la necesidad de “hallar una base adecuada para comparar las formas culturales y la evolución histórica de una sociedad y otra.” 13 14. Tanto en la obra de Humboldt como en la de Ritter, especialmente en la de este último, existe una fuerte presencia de las ideas ambientalistas. El determinismo ambiental, la consideración de los fenómenos físicos como determinantes de los hechos humanos, es uno de los elementos esenciales del pensamiento de Ritter.14 Pero ambos se encontraron con importantes problemas metodológicos para articular de una manera científica sus ideas acerca de las relaciones entre el medio físico y las sociedades humanas. Es aquí donde la aparición del evolucionismo darwinista va a jugar un papel fundamental en la fundación de la Geografía Humana(aunque también es muy importante su influencia en la Geografía Física). La publicación de El origen de las especies en 1859 pero sobre todo de La estirpe del hombre(1871) del naturalista británico Charles Darwin y de la Morfología general de los organismos(1866) de Ernst Haeckel, profesor de zoología en la Universidad de Jena, tuvo una influencia enorme y rapidísima tanto en la ciencia como en el campo de los estudios sociales y humanos, influencia de la que la geografía no quedó ni mucho menos al margen. En primer lugar, el evolucionismo daba respuesta a la pregunta que el estadounidense George Perkins Marsh había formulado en su Man and Nature(1864) acerca de si había que considerar al hombre como parte integrante de la naturaleza o como algo al margen y por encima de ella. Como señala Capel “lo más innovador del evolucionismo, en este sentido[las relaciones hombre-medio natural], es que incluyó al hombre en la evolución y en el mundo viviente de la naturaleza(...); esto no dejaría de tener repercusiones en la geografía que se iba definiendo en 11. Arnold, D.. La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión de Europa, F.C.E., México D.F., 2000(1ª ed. Oxford y Cambridge 1996), la cita en pp.16-17. 12. Ibidem, p.18. 13. Ibidem, p.19. 14. Para un análisis de las ideas finalistas y deterministas de Ritter puede consultarse Capel, H.: Op. cit., pp. 57-64. La relación hombre-medio en la geografía de la segunda mitad del siglo XIX http://seneca.uab.es/hmic 75 L’homme et la terre aquellos años como una ciencia de las “relaciones con el medio natural”.”15 Al convertirse el hombre en objeto de evolución se otorgaba base científica al análisis de la influencia del medio sobre el hombre, de tal manera que se superaban los problemas metodológicos que habían bloqueado las ideas de Humboldt y Ritter al respecto.“La perspectiva darwiniana aportaba una racionalidad general capaz de interpretar positivamente todos los fenómenos del mundo viviente: las nociones de “adaptación” y de “selección natural”, con las referencias analíticas que conllevan respecto a las interrelaciones entre medio natural y funcionamiento de los seres vivos, podían ser aplicadas, en efecto, al estudio de las sociedades humanas.”16 15. En el campo de la geografía humana el impacto del evolucionismo derivó por un lado en las propuestas del geógrafo alemán Friedrich Ratzel. El suyo es sin duda el caso más conocido. El pensamiento ratzeliano era poderosamente cercano a los planteamientos del darwinismo social y reforzó el determinismo ambiental presente en las ideas de Ritter y de Humboldt gracias a la base científica que el evolucionismo le proporcionaba. “El discurso geográfico ratzeliano aparece así articulado como una construcción rigurosamente consistente en términos conceptuales y metodológicos: la perspectiva biologista permite edificar un razonamiento en el que los procesos humanos, sociales y políticos responden siempre a una dinámica evolutiva decisivamente determinada por las condiciones geográficas.”17 Pero igualmente importante, aunque mucho menos conocida, es la corriente que representaban Elisée Reclus y Piotr Kropotkin. Ya he hecho referencia anteriormente al “olvido” en el que cayó Reclus tras su muerte. Béatrice Giblin considera que esto se debió por un lado a sus ideas políticas pero también al escaso tiempo en que fue maestro(lo que no le permitiría tener discípulos) y al hecho de no ser un “theoretical geographer”, de tal manera que a diferencia de Vidal de la Blache “he wrote no articles on the concepts, purpose, aims and methods of geography.”18 16. El pensamiento geográfico de estos dos puntales del anarquismo decimonónico(Reclus y Kropotkin) era una síntesis de planteamientos positivistas, evolucionistas y anarquistas. Precisamente fue su ideología anarquista la que les llevó a subrayar la idea de la armonía fundamental con la naturaleza en su estudio de las relaciones hombre-medio natural, lo cual les alejó de los planteamientos socialdarwinistas que primaban las nociones de “lucha por la vida” y “competencia”. De todo esto derivó un determinismo ambiental mucho más matizado que en el pensamiento de Ritter, Humboldt y Ratzel.19 La relación hombre-medio en el pensamiento de E. Reclus 17. La primer cosa que conviene consignar siempre al analizar cualquier aspecto de las ideas geográficas de Reclus es que este era anarquista. El proyecto de construcción de una sociedad basada en los principios del anarquismo es la base de su proyecto geográfico. Para Reclus la ruptura de la primitiva relación armónica entre el hombre y el medio natural, ruptura en la cual la aparición del Estado es fundamental, es la causante de la existencia de una sociedad basada en el binomio dominantes/ dominados y en la cual la lucha de clases ha estado siempre presente. 15. Capel, H.: Op. cit., p. 277. 16. Gómez Mendoza, J./ Múñoz Jiménez, J./ Ortega Cantero, N.: El pensamiento geográfico, Alianza Universidad Textos, Madrid, 1994, la cita en p.32. 17. Ibidem, p.40. 18. Giblin, B.: Op. cit., p. 128. 19. Acerca de las ideas de Kropotkin sobre el medio natural puede consultarse Galois, B.: “Ideology and the idea of nature: the case of Peter Kropotkin” en Peet, R.(ed.): Radical Geography. Alternative viewpoints on contemporary social issues, Methuen, Londres, 1978, pp.66-93. http://seneca.uab.es/hmic 76 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa 18. “...por efecto de un desarrollo desigual en los individuos y en las sociedades, todas las colectividades humanas, a excepción de las hordas estancadas en el naturismo primitivo, se desdoblan por decirlo así en clases o en castas, no solamente diferentes, sino opuestas en intereses y en tendencias, hasta francamente enemigas en todos los periodos de crisis.”20 19. Para solventar esa situación y construir una sociedad libre se requiere que el ser humano sea libre, ya que como buen anarquista Reclus considera que la base de la sociedad ha de ser la libertad individual. 20. “La sociedad libre no puede establecerse sino por la libertad absoluta suministrada en su desarrollo completo a cada hombre, primera célula fundamental, que se agrega enseguida y se asocia como le place a las otras células de la cambiante humanidad.”21 21. Y si, como plantean las teorías evolucionistas, el hombre es parte integrante del orden natural, esa libertad individual que ha de servir de base a la construcción de una sociedad más justa y libre de explotaciones sólo puede conseguirse en plena armonía con la naturaleza. Por lo tanto es necesario conocer las leyes que rigen las relaciones entre el hombre y el medio para recuperar esa relación armónica. Y ese es el sentido del conocimiento geográfico para Reclus. “Y el conocimiento geográfico aparece así como la clave de un proceso racional- y progresivode armonización entre naturaleza y naturaleza humana que es, ante todo, un proyecto ético en el que la libertad se acrecienta.”22 A la vez que buscaba acabar con la dominación política y la explotación económica, el conocimiento de la geografía, esto es de las leyes que rigen la naturaleza, permitiría acabar con la falta de recursos que padecían muchos seres humanos. Ya que Reclus consideraba que la Tierra tenía recursos más que suficientes para todos sus habitantes(que el cifraba en unos mil quinientos millones y lo consideraba pequeño en relación a la superficie habitable) y que el problema era el desigual reparto de esos recursos fruto de las relaciones sociales dominantes y explotadoras existentes. 22. “Apenas se pasa año sin que la palabra “hambre” o al menos esta otra “escasez” se aplique a algún punto del mundo, y frecuentemente en aquellos mismos países que producen habitualmente grano en abundancia. No obstante, si se prescinde de todos los hombres que tienen hambre- y son muchos- por efecto de las condiciones sociales, debe hacerse constar que las hambres propiamente dichas han llegado a ser relativamente escasas entre los pueblos civilizados...”23 23. Para Reclus esa relación entre el hombre y el medio es una relación dialéctica, es esta la principal aportación en este sentido del geógrafo francés. No sólo el medio influye al hombre, como se venía defendiendo desde hace mucho tiempo, sino que a su vez el hombre influye al medio a lo largo del tiempo, por lo que las relaciones entre el hombre y el medio no son monolíticas, varían en un proceso de mutua influencia. Y esta es la otra gran aportación de Reclus, incluir el factor tiempo en el estudio de estas relaciones. 20. Estas palabras corresponden al “Prefacio” de L’Homme et la Terre consultado en Reclus, E.: Op.cit., p.31. 21. Ibidem, p. 32. 22. Gómez Mendoza, J./ Muñoz Jiménez, J./ Ortega Cantero, N.: Op. cit., p.45. 23. A no ser que se especifique lo contrario cito siempre por la primera edición castellana de L’Homme et la Terre que es Reclus, E.: El Hombre y la Tierra, VI volúmenes, bajo la revisión de Odón de Buen, traducción de Anselmo Lorenzo, Escuela Moderna, Barcelona, 1906-1909. En este caso la cita en vol. VI, p. 308. El subrayado es mío. La relación hombre-medio en el pensamiento de E. Reclus http://seneca.uab.es/hmic 77 L’homme et la terre 24. “La teoría según la cual el Hombre, disponiendo de una fuerza innata, sería completamente independiente en su medio, está en absoluto desacuerdo con los hechos observados.”24 25. “El mismo desarrollo de las naciones implica esa transformación del medio: el tiempo modifica incesantemente el espacio.”25 26. Esa geografía totalizadora, integradora de los fenómenos físicos y humanos, sólo puede ser posible convirtiendo la geografía en una geografía histórica que no atienda sólo al espacio sino también al tiempo. 27. “Considerada desde elevado punto de vista, la Geografía, en sus relaciones con el Hombre, no es más que la Historia en el espacio, del mismo modo que la Historia es la Geografía en el tiempo.”26 28. En la influencia del medio sobre el hombre Reclus distingue entre un medio estático y un medio dinámico. Los elementos que forman parte del medio estático son aquellos como el clima o la naturaleza del suelo a la influencia de los cuales el hombre difícilmente puede sustraerse. El medio dinámico está constituido por aquellos elementos como la organización del Estado y del comercio o los salarios que dependen de la evolución en el tiempo y a los que los hombres no están sujetos de manera inevitable. De tal manera que es necesario conocer bien ambos para poder entender la influencia del medio sobre las sociedades humanas ya que no siempre son los mismos factores los que ejercen esta influencia sino que van variando a lo largo del tiempo y en función de los grupos humanos. 29. “Como se ve, el medio general se descompone en innumerables elementos: unos pertenecientes a la naturaleza exterior y que se les suele designar como el “medio” por excelencia, el ambiente propiamente dicho; otros de orden diferente puesto que provienen de la misma marcha de las sociedades y se han producido sucesivamente, aumentando hasta el infinito(...) la complejidad de los fenómenos activos. Este segundo medio dinámico, unido al medio estático primitivo, constituye un conjunto de influencias en el que es siempre difícil, frecuentemente imposible, reconocer las fuerzas preponderantes, tanto más cuanto que la importancia respectiva de esas fuerzas primeras o segundas, puramente geográficas o ya históricas, varía según los pueblos y los siglos.”27 30. Todo esto lleva a plantear una de las cuestiones fundamentales al analizar la relación entre el hombre y el medio en la obra de Reclus y especialmente en L’Homme et la Terre, que no es otra que la del determinismo geográfico o ambiental. El determinismo geográfico tiene hoy día claras connotaciones peyorativas. No sólo porque va en contra de la libertad de acción de los individuos sino porque rompe con la idea de un ser humano que no encuentra obstáculos en su progreso(quizá ya va siendo hora de replantearnos seguir utilizando “progreso” como una palabra con connotaciones exclusivamente positivas si no somos capaces de plantearnos a donde debe llevarnos ese progreso) y que ejerce un dominio absoluto sobre la naturaleza. Creo que este es el motivo que ha llevado en frecuentes ocasiones a establecer que no existe determinismo geográfico en el pensamiento reclusiano. Destacar una idea con esas connotaciones peyorativas como es el determinismo ambiental cuando se estaba intentando reivindicar la obra de Reclus sin duda resultaba una contradicción. Pero no creo que debamos caer en esa trampa. El determinismo de Reclus, que como veremos considero que existe aunque 24. Ibidem, vol. I, pp.43-44. 25. Ibidem, vol. I, p.111. 26. Ibidem, vol.I, p.4. 27. Ibidem, vol. I, p. 308. http://seneca.uab.es/hmic 78 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa con importantes matizaciones, no desmerece en nada sus apelaciones éticas a favor de la libertad del hombre, de la distribución equitativa de los recursos o de un replanteamiento del dominio destructivo del hombre sobre la naturaleza. Ni tampoco sus aportaciones científicas acerca de la relación dialéctica entre el hombre y la naturaleza o sobre la importancia de tener en cuenta el factor tiempo al analizar esa relación. 31. Es evidente que el determinismo geográfico entra en contradicción con la exaltación de la libertad humana que se le supone a un anarquista como Reclus. Claramente existe una tensión en el conjunto de su pensamiento entre ambas cuestiones. Pero este determinismo de Reclus, además de en la influencia de Ritter y del contexto intelectual del tiempo en que vivió el geógrafo francés, creo que cabe buscarlo en sus propias convicciones anarquistas. Sin duda puede parecer contradictorio, pero estoy convencido de que no lo es. Reclus concede mucha importancia a la observación y el resultado de esas observaciones es una evidente desigualdad en el nivel de progreso de los diferentes pueblos que habitan el planeta. Tiene que encontrar explicación a algo que rompe con sus ideas acerca de la igualdad esencial entre los seres humanos. En la segunda mitad del siglo XIX muchos autores dieron explicación a esas desigualdades partiendo de la desigualdad entre las razas, de la idea de la superioridad de unas razas(obviamente la blanca) sobre otras. Pero eso no es aceptable ni para las ideas de Reclus ni para lo que la experiencia le ha demostrado. 32. “...nadie tiene ya el derecho de repetir las palabras de Gobineau: “Bastaría que el grupo blanco más puro, más inteligente y más fuerte, residiese, por un concurso de circunstancias invencibles, en el fondo de los hielos polares o bajo los rayos del ecuador para que todas las ideas, todas las tendencias, todos los esfuerzos convergiesen a él”. La experiencia ha desmentido tan atrevidas aserciones...”28 33. Por lo tanto será el recurso a la influencia de los fenómenos físicos sobre las distintas sociedades humanas la que explicará esas diferencias. Es por ello que creo que no existe contradicción en señalar que serán sus convicciones anarquistas las que están principalmente en la base de ese determinismo. Este problema de “explicar las desigualdades evidentes entre los pueblos, las cuáles contradecían las ideas sobre la perfección y la igualdad de la naturaleza humana” se lo habían encontrado ya los hombres de la Ilustración(en Francia esta cuestión tuvo especial importancia) y le dieron la misma solución que Reclus, aunque con un determinismo mucho más directo y menos matizado que el del geógrafo francés.29 34. En L’ Homme et la Terre encontramos numerosos ejemplos de este determinismo. En primer lugar el medio determina algunos de los rasgos físicos de los individuos. Reclus señala que los mongoles tienen una nariz pequeña y apenas barba y bigote. 35. “Bajo el áspero clima de la Tierra de las Hierbas, donde sopla con harta frecuencia el terrible viento del Noroeste, una nariz prominente o aguileña sería un funesto presente de la Naturaleza, y, bajo la influencia de la respiración, una barba abundante se transformaría rápidamente en un bloque de hielo.”30 36. Lo mismo ocurre con la alimentación: “Las condiciones del medio que han dado al Mongol un tipo de rostro, le han impuesto también su género de alimentación.”31 28. Ibidem, vol. I, p.44. 29. Capel, H.: Op. cit., p.57. 30. Reclus, E.: El Hombre y la Tierra, vol. III, p. 36. 31. Ibidem, vol. III, p.36. La relación hombre-medio en el pensamiento de E. Reclus http://seneca.uab.es/hmic 79 L’homme et la terre 37. Incluso el “carácter intelectual y moral” de los pueblos viene en buena parte determinado por el medio, como en el caso de las zonas del planeta en que predomina la sequedad y el calor. 38. “El carácter desnudo y monótono de los paisajes, rocas, arcillas o arenas grises, interrumpidos por raros oasis de verdura,(...) ha de encontrarse también en el carácter intelectual y moral de las agrupaciones humanas que viven en esas comarcas de sequedad y calor. La vida apenas puede cambiar muy débilmente ese medio formidable y violento: los pensamientos y las costumbres quedan casi idénticos de siglo en siglo, muy sencillos, sobrios, precisos, imperativos en su uniformidad.”32 39. También la religión se ve muy influenciada por el medio. En el caso japonés Reclus considera que los frecuentes movimientos sísmicos tienen mucha influencia. 40. “Las bruscas sacudidas y las roturas del suelo contribuyen también ciertamente a la potencia del misticismo japonés, al fervor del culto tributado a los antepasados y a los espiritus.”33 41. “Las principales religiones del género humano, aunque entremezclándose mucho en numerosas comarcas, se conforman sin embargo de una manera general a las condiciones del suelo y del clima.”34 42. Pero no siempre la determinación es tan directa, en ocasiones el medio determina algunas costumbres como la manera de apropiación del suelo por parte del pueblo chino o el hecho de que los Denkas y los Nuers vayan siempre desnudos que a su vez determinan otras como la constitución de la familia china o las concepciones morales. 43. “La constitución de la familia china corresponde exactamente a la de la propiedad: las costumbres provienen sobre todo de la forma de apropiación del suelo y, por consecuencia, se hallan indirectamente determinadas por la naturaleza del medio geográfico, montañas, ríos y la repartición de las tierras arables.”35 44. “Los Denkas y los Nuers van siempre desnudos; los vestidos les incomodarían para andar por el agua, y las telas húmedas conservadas sobre la piel, serían causa inevitable de fiebres. Y, como sucede siempre, el uso se ha transformado en moral, por lo que los Nuers se avergonzarían de vestirse...”36 45. El medio y no la raza u otros factores es, en definitiva, el principal responsable de las diferencias entre los pueblos como el caso de la diferencia entre chinos y mongoles o entre Oriente y Occidente. 46. “... en virtud de la diferencia de los suelos, de las aguas y del clima hay contraste necesario entre el genero de vida, las ocupaciones, las costumbres, el modo de sentir y de pensar de los que viven al norte del gran muro[la Gran Muralla China] y de los que residen al sur.”37 47. “Separando, pues, esa supuesta diferencia esencial de las razas, han de estudiarse las condiciones telúricas del mundo oriental, buscando en ellas las causas del retraso de su desarrollo, comparado con los progresos del Occidente.”38 32. Ibidem, vol. I, p. 56. 33. Ibidem, vol. III, p.102. 34. Ibidem, vol.VI, p. 403. 35. Ibidem, vol. III, p.82. 36. Ibidem, vol. I, p. 62. 37. Ibidem, vol. III, p. 32. 38. Ibidem, vol. I, p. 313. http://seneca.uab.es/hmic 80 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa 48. Pero hemos señalado antes que el determinismo de Reclus se encuentra bastante matizado. En primer lugar por esa relación dialéctica entre hombre y medio en la que no sólo el medio modifica al hombre sino que también el hombre modifica al medio. Aunque la verdad es que a muchas de las acciones humanas que transforman el medio Reclus les atribuye una explicación determinista. Como se puede ver se trata de un todo integrado en el que las influencias se suceden. 49. “Cada nuevo individuo que se presenta, con acciones que admiran, con inteligencia innovadora, con pensamientos contrarios a la tradición, resulta un héroe creador o un mártir; pero, feliz o desgraciado, obra y el mundo se encuentra cambiado.(...)Las emigraciones, los cruzamientos, las proximidades de pueblos, las idas y venidas del comercio, las revoluciones políticas, las transformaciones de la familia, de la propiedad, de las religiones y de la moral, el aumento o la disminución del saber, son otros tantos hechos que modifican el ambiente y al mismo tiempo influyen sobre la parte de la humanidad bañada en el nuevo medio.”39 50. Considero que esto matiza claramente el determinismo, que no es ni mucho menos como el de Ritter o el de Ratzel ni siquiera el de la Nouvelle Géographie Universelle que escribió Reclus unos años antes de L’Homme et la Terre, pero no estoy nada de acuerdo con Giblin en que en la obra de Reclus “determinism is discarded.”40 En mi opinión para Reclus que el medio cambie por la acción del hombre quiere decir que a partir de esos cambios el medio influirá de otra manera, pero no por ello deja de influir. 51. Ahora bien, finalmente el determinismo va a desaparecer cuando el hombre merced al progreso, tanto cultural como técnico, consiga dominar a la naturaleza. Vicente Mosquete señala que según Reclus “El último resultado de la transformación del medio por el hombre se concreta en la eliminación del medio. En una etapa determinada del progreso, el hombre crea ambientes artificiales en lugares donde la naturaleza hacía imposible la vida.”41 En L’Homme et la Terre Reclus señala que el hombre finalmente ha acabado dominando a la naturaleza. 52. “La obra de reacción que ha impulsado al hombre a triunfar del espacio a que estaba primitivamente sujeto y a trasladarse a voluntad a cualquier punto del planeta, le ha llevado también a dominar todas las condiciones del medio, nativo o de su elección, primero para conocerlas, después para modificarlas a su conveniencia.”42 53. El propio Ritter no tuvo en su tiempo más remedio que admitir que el progreso reducía la dependencia del hombre del medio natural, “era difícil desconocer que el espectacular desarrollo económico y tecnológico que estaban conociendo los países europeos desde el siglo anterior permitía evadirse cada vez más de las servidumbres del medio natural.”43 Y Reclus ya lo había apuntado años antes de publicar L’Homme et la Terre en su Nouvelle Géographie Universelle. 39. Ibidem, vol.I, pp.107-108. 40. Giblin, B.: Op.cit., p.127. 41. Vicente Mosquete, M.T.: Op. cit., pp.122-123. 42. Reclus, E.: El Hombre y la Tierra, vol.V, p.321. 43. Capel, H.: Op. cit., p. 61. La relación hombre-medio en el pensamiento de E. Reclus http://seneca.uab.es/hmic 81 L’homme et la terre 54. “Conviene tener presente, no obstante, que la forma general de los continentes y de los mares, y todos los rasgos particulares de la Tierra, tienen en la historia de la humanidad un valor por esencia mudable, según el estado de cultura a que las naciones han llegado.(...)Tal río, que para gentes ignorantes era una barrera infranqueable, se transforma en camino de comercio para una tribu más culta, y más tarde será utilizado quizá como canal de riego, cuya distribución regulará el hombre.”44 55. Por lo tanto la influencia del medio(tanto en sus aspectos positivos como negativos) se va transformando a lo largo del tiempo hasta llegar a ser prácticamente inexistente una vez alcanzado un determinado nivel de progreso y desarrollo. 56. “Este cambio gradual en la importancia histórica de la configuración de las tierras, es el hecho capital que importa retener en la memoria cuando quiera comprenderse bien la Geografía general. Estudiando el espacio, hay que tener en cuenta un elemento del mismo valor: el tiempo.”45 57. Todo esto puede observarse perfectamente en L’Homme et la Terre, pues a medida que avanza la obra la influencia del medio físico como factor explicativo de los hechos históricos va perdiendo cada vez más peso hasta desaparecer casi por completo en los capítulos que se dedican a la historia del siglo XIX. 58. Por último me gustaría señalar que al hablar de la necesidad de restablecer una relación armónica entre el hombre y el medio natural, Reclus no está haciendo referencia a que el hombre tenga que buscar un “paraíso natural” en el que vivir sin necesidad de esfuerzo de ningún tipo porque la naturaleza le proporcione todo lo que necesita. En esa situación no se dan las condiciones para el progreso. 59. “...se necesita una parte de obstáculos para solicitar un esfuerzo incesante; si las dificultades son demasiado grandes la especie sucumbe; más también perece allí donde la adaptación al medio se cumple con demasiada facilidad. La lucha es necesaria, pero una lucha que se ajuste a las fuerzas del hombre y de las que este pueda salir triunfante.”46 60. Reclus especifica cuáles son las mejores condiciones para el desarrollo de los colectivos humanos. 61. “Las condiciones más favorables al desarrollo de un grupo humano, tribu o pueblo, consisten para este en vivir en paz, pero no aislado, en cambios frecuentes de visita con sus huéspedes, en relaciones activas con sus vecinos, teniendo, por lo demás, cada individuo su parte de tierra y de trabajo. De este modo no existe razón alguna para que la libertad y el valor del grupo disminuyan; éste hasta tiene grandes posibilidades de desarrollarse normalmente y de progresar en inteligencia y en moralidad.”47 62. Estas son, pues, las ideas de Elisée Reclus acerca de un tema como las relaciones hombremedio que casi un siglo después de la publicación de L’Homme et la Terre sigue constituyendo una de las problemáticas esenciales a las que se enfrenta el género humano. Estas ideas forman parte fundamental del proyecto reclusiano de construcción de una “geografía social” basada en tres leyes que se derivan del estudio de la evolución de la humanidad desde sus inicios: 44. Estas palabras de Reclus proceden de los textos de su Nouvelle Géographie Universelle recogidos en Reclus, E.: La geografía al servicio de la vida(Antología), p. 91. 45. Ibidem, p. 92. 46. Reclus, E.: El Hombre y la Tierra, vol. I, p. 77. 47. Ibidem, vol. I, p. 324. http://seneca.uab.es/hmic 82 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Pere Ribas Rabassa 63. “La “lucha de clases”, la busca del equilibrio y el arbitraje soberano del individuo son los tres órdenes de hechos que nos revela el estudio de la geografía social y que, en el caos de las cosas, se muestran bastante constantes para que pueda dárseles el nombre de “leyes”.”48 64. Sirvan para finalizar las palabras con que Reclus concluye el prefacio a L’Homme et la Terre: “La observación de la Tierra nos explica los acontecimientos de la historia, y ésta nos hace volver a su vez hacia un estudio más profundo del planeta, hacia una solidaridad más consciente de nuestro individuo, tan pequeño y tan grande a la vez, con el inmenso universo.”49 Bibliografía - Arnold, D.. La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión de Europa, F.C.E., México D.F., 2000(1ª ed. Oxford y Cambridge 1996). -Capel, H.: Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. 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Un ensayo de categorización Francisco Veiga (Universitat Autònoma de Barcelona) Resumen / Resum / Abstract El artículo gira en torno a los exilios y éxodos de los países balcánicos durante el siglo XX, haciendo incidencia en el significado de conceptos como emigración o exilio político y en el sentido de estudiar una tipologia de exilios especificamente balcánico. / L'article gira entorn els exilis i èxodes dels països balcànics durant el segle XX, fent incidència en el significat de conceptes com emigració o exili polític i en el sentit d'estudiar una tipologia d'exilis específicament balcànica. / The article tour around the exiles and exoduses of the Balkan countries during the 20th century, focus on the meaning of concepts as emigration or political exile and in the sense of studying a tipology of Balkan exiles. Palabras clave / Paraules clau / Key Words Balcanes, emigración, exilios, éxodos. / Balcans, emigració, exili, èxode. / Balkan, emigration, exiles, exoduses. 1. A lo largo de la edad contemporánea, la península balcánica ha contemplado desplazamientos poblacionales de gran amplitud, movimientos forzosos debidos en la mayor parte de los casos a enfrentamientos bélicos o a políticas de expulsión masiva. Sin embargo, en los países respectivos que pueblan los Balcanes son muy escasas las posibles comparaciones con la importancia política y cultural que tuvo la emigración republicana española. Las mayores semejanzas se encuentran en Grecia, que a lo largo del siglo XX sufrió avatares bélicos y políticos como la Guerra Civil (1946-1949) o la dictadura de los coroneles (1967-1974) que generaron un volúmen importante de exiliados. De todas formas, ni aún teniendo en cuenta este marco general de similitudes se puede concluir que la fenomenología del exilio político y cultural griego se corresponde con la española tras la Guerra Civil. 2. En realidad y a efectos de precisar las características ideosincráticas de las diversas oleadas de exilios en los Balcanes, debemos aplicar forzosamente un abanico de categorizaciones que, de entrada, distinga entre “exilio” y “éxodo”, aludiendo el primer término al destierro de un grupo determinado de personas, y el segundo a la emigración o salida en masa de un pueblo. Por lo tanto, el éxodo conlleva forzosamente el exilio pero no a la inversa; algo a tener en cuenta considerando que el objeto de estudio de esta ponencia es el exilio político y cultural con su mayor o menor capacidad de generar modelos y aportar ideas susceptibles de revertir en la cultura del país originario. Además de ese distingo global debe tenerse muy presente que en los Balcanes también suele confundirse exilio con emigración, entendida ésta en un sentido netamente apolítico y encaminado a obtener un progreso social o económico en el país de acogida. Como se verá más abajo, los acontecimientos políticos en los Balcanes a lo largo del siglo XX hicieron que los términos “exilio” y “emigración” pudieran intercambiarse en ambos sentidos. Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 85 Exilios y éxodos en los países balcánicos 3. En definitiva, la mejor forma de clarificar tales categorías consiste en encuadrarlas dentro de unos límites que no deben entenderse en un sentido rígido, sino como propuestas para posteriores discusiones. Exilio de personajes políticos clave 4. El denominado golpe de los coroneles en Grecia, acaecido el 21 de abril de 1967, encamina hacia el exilio a un volúmen importante de personalidades políticas, lo que hace de este acontecimiento el más significativo de la categoría que nos ocupa. Por un lado se exiliarán políticos de influencia que una vez en el extranjero renovarán o modernizarán sus puntos de vista. De todas formas, como el régimen apenas dura siete años, esos exiliados no envejecerán ni fallecerán en el exilio: tendrán tiempo de regresar en bloque e influir decisivamente en la nueva era política de su país, reimplantar lo aprendido en el extranjero. Por otra parte, el muestrario ideológico de los exiliados es amplio: hay representantes de diversos partidos políticos que han huido en bloque ante la rapidez con la que se consuma el golpe. Con todo, el exilio griego de los sesenta y los setenta no será comparable al español republicano posterior a la guerra civil: nunca llegará a tener la fuerza cultural y la influencia política de éste. Tampco en Grecia se demostrará la misma autocomplacencia hacia los retornados y sus importaciones culturales. 5. Los nombres clave de esta oleada de emigración fueron dos personajes de gran talla que pronto iban a renovar el panorama político griego: Constantinos Caramanlís -que de hecho había abandonado el país por propia voluntad en 19631- y Andreas Papandreu, cada uno con su correspondiente entourage. Ambos lanzarán sus respectivas opciones políticas que marcarán la historia de Grecia en los años venideros: el partido Nueva Democracia, y el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico). El lugar de exilio común fue París, fuente inspiradora en la que beberán con avidez. Tras once años estudiando a su modelo de cerca, Caramanlís regresará a su país convertido en un gaullista “a la griega”, dispuesto a organizar un movimiento parecido al Rassemblement du Peuple Français2. A Papandreu se le suele relacionar con el ámbito político y cultural norteamericano, a partir de sus largos veinte años de estancia en los Estados Unidos. Sin embargo, el exilio en el París de 1968 tuvo que influirle poderosamente, y más en concreto la actitud de un François Mitterrand y de un socialismo francés renovado y radicalizado por los acontecimientos de mayo. Ese fue el espíritu que inculcó al PASOK y que no se explica fácilmente por relación a otros modelos inspiradores, y menos en el ámbito político norteamericano. 6. Un capítulo especial en esta categoría de personalidades exiliadas es el de los diversos monarcas balcánicos que abandonaron el trono como resultado de la instauración de regímenes comunistas en sus respectivos países: Yugoslavia, Rumania, Bulgaria y Albania. Grecia fue un 1. Los tortuosos vericuetos de la política griega habían llevado a Caramanlis al “autoexilio”. Sin embargo, es a partir del golpe militar cuando se convierte en un actor decisivo del exilio griego. El 29 de julio de 1974 Caramanlís formará un gobierno nacional con representantes de todo el espectro político. Previamente la junta militar le había entregado el poder llamándole de su exilio parisino. Una repetición del regreso de De Gaulle durante la crisis de Argelia de 1958. 2. Agradezco al profesor Roberto Rodríguez Milán, colaborador académico de la Universidad de Patrás, las indicaciones y fuentes referidas a los exilios griegos. Igualmente se han incorporado en esta ponencia algunas de las ideas que incorpora en su tesis doctoral en curso sobre la historia de Nueva Democracia y la derecha griega. Para los exiliados búlgaros me han sido de gran valor las pistas e indicaciones de Svetla Berova en Sofía y Daniela Pavlova en Madrid. En Barcelona, Stela Brãtescu me transmitió algunas ideas importantes sobre el exilio cultural rumano. http://seneca.uab.es/hmic 86 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga caso aparte, pues el rey Constantino, implicado en un proyecto de golpe de estado antidemocrático y en otro, fallido, contra la dictadura de los coroneles (diciembre de 1967) se exilió a Roma y Londres; esta situación terminó en diciembre de 1974 con la abolición de la monarquía en Grecia como resultado de un referéndum3. 7. Debido a circunstancias históricas comunes a todos los Balcanes, las monarquías en el exilio no fueron restauradas a partir del hundimiento de los regímenes comunistas en 19894. Una razón importantes para explicarlo fue la juventud de las dinastías, con raíces que no iban más atrás del siglo XIX, y la ausencia de una aristocracia que ni por su exiguo número ni por su peso social podía tener influencia en la política de los países respctivos. Por otra parte, la institución monárquica, por su propia naturaleza, no podía mostrarse como un factor de renovación a partir de las influencias políticas recibidas en el largo exilio. A la inversa: los medios de comunicación y la mayor parte de los partidos políticos de los respectivos países, solían reprochar a los reyes su desconexión con respecto a las realidades del país. El exilio había servido para desconectarlos, sus hijos y herederos no conocían apenas el idioma, como aristócratas convertidos en hombres de negocios sus intereses estaban en los países de acogida. Por último, ninguno de los monarcas en el extranjero destacó como figura intelectual capaz de imponerse en su país por propios méritos5. Exilio político masivo 8. El golpe de estado de 1967 en Grecia no sólo provocó la huida de políticos señeros. Actores, cantantes o artistas como Melina Mercuri o Georges Mustaki se convirtieron en personajes bien populares en Occidente durante la década de los sesenta y los setenta. De todas formas, el golpe no generó un exilio masivo, sino más bien selectivo. Otra cosa fue el final de la guerra civil griega. Contienda extremadamente cruel, los vencedores aplicaron una represión durísima e indiscriminada que generó una enorme masa de refugiados: se calcula en unos los 80.000 exiliados que escaparon a través de las montañas del norte en dirección a Yugoslavia, Bulgaria o Albania, aunque contando los efectos acumulados de la guerra mundial más los de contienda civil, el resultado era que el 10% de la población griega era refuagiada, es decir, desplazada de su residencia habitual6. De paso, los vencedores aprovecharon para reprimir a la población de orígen eslavo en la Macedonia griega –lo que terminó en una verdadera limpieza étnica.- en base a la teoría de que constituían un caballo de Troya de las vecinas repúblicas comunistas y apoyo de los insurgentes derrotados. 9. Muchos de los exiliados de la guerra civil griega permanecieron en la Yugoslavia titista – lo que en el futuro iba a contribuir a acercar mucho a ambos países, especialmente durante las guerras de secesión de la ex Yugoslavia- pero otros terminaron en las repúblicas socialistas de Europa central –Checoslovaquia, por ejemplo- o incluso en la Unión Soviética. En cualquier caso, la influencia de este exilio fue, en lo político, bastante limitada en su país de orígen. En 3. El régimen de los coroneles destronó al rey Constantino II. La monarquía será definitivamente abolida como consecuencia de un referéndum tras la reinstauración de la democracia. 4. Desde Madrid se apoyó activamente a los diversos monarcas exiliados en España para impulsar restauraciones que tomaran la transición española como modelo y le dieran a este país un ascendiente político directo en esos países. Los intentos se centraron en Rumania, Bulgaria y Georgia; no poseo noticias de que la monarquía yugoslava o la albanesa recibieran ese tipo de respaldo. 5. Juan Balansó, Los reales primos de Europa: quién es quién en el mundo de los tronos ocupados o vacíos, Ed. Planeta, Barcelona, 1992 6. T. Boatswain y C. Nicholson, Un viaje por la historia de Grecia, Celeste Eds., Madrids, 1991; vid. pag. 251. Exilio político masivo http://seneca.uab.es/hmic 87 Exilios y éxodos en los países balcánicos parte, eso se debió a la lentitud de su regreso a Grecia: tardaron muchos años en volver –algunos no lo harían ya nunca más- y lo hicieron dispersos. Además, la gran mayoría de los exiliados estaban en la línea ideológica comunista, fuera como simpatizantes o como militantes. El largo periodo de permanencia en el bloque del Este, y eso durante los años más candentes de la guerra fría, acentuó más las posiciones políticas dogmáticas y tanta lejanía física e ideológica les distanció enormemente de Grecia7. A ello contribuyó el hecho de que el exilio contó con escasos intelectuales. Habría que hablar más de esa categoría social tan característica del ámbito balcánico que mucho autores denominan intelligentsia y que integraba los cuadros del KKE de la época. 10. Ahora bien, no sólo en Grecia se dan exilios masivos. Existen ejemplos muy característicos en otros países balcánicos, que incluyeron además personajes de gran relevancia política y cultural. En líneas generales hay dos momentos de exilio: • Tras la Segunda Guerra Mundial. • Durante el periodo de los regímenes comunistas. Tras la Segunda Guerra Mundial 11. En este primer momento, quienes se exilian son en su mayoría personalidades políticamente identificadas con la derecha e incluso con la ultraderecha fascista. Los exiliados, entre los que no faltan prominente intelectuales, terminan en España, Alemania o América Latina, (donde van a parar muchas veces con ayuda del Vaticano en base al proyecto para inyectar “población cristiana anticomunista” en determinadas repúblicas latinoamericanas. Es el caso muy conocido de la emigración croata ustacha y católica. Pero también de muchos fascistas rumanos, militantes de la Guardia de Hierro que reciben ayuda del Vaticano a pesar de ser ortodoxos8. Algunos de esos exiliados acaban trabajando activamente para la CIA y otros servicios de inteligencia occidentales activamente implicados en operaciones tras el Telón de Acero9. pero otros muchos se establecen en los países de acogida y terminan organizando capillas que se hostigan o combaten entre sí10. Es el caso característico de los de los denominados “simistas” y “antisimistas” del dividido exilio ultranacionalista rumano. 12. Lógicamente, la producción intelectual de algunos de estos exiliados, aún de moda a fines de los años cuarenta, tendrá crecientes dificultades para ser aceptada en Occidente a lo largo de los sesenta. Es el caso del rumano Vintila Horia, que tras obtener el Premio goncourt en 1960 por su obra Dios ha nacido en el exilio ve cómo la izquierda francesa desata una campaña contra él acusándolo de fascismo por haber escrito algunso poemas de trasfondo antisemita en su juventud.. Horia nunca había militado en la Guardia de Hierro ni había sido un activista del 7. Todo ello queda bien retratado en la obra de Theo Angelopoulos, Retorno a Citerea (Taxidi sta Kithira), 1984. 8. De hecho, unos pocos se convirtieron al catolicismo, y hasta se dio el caso de una ordenación sacerdotal. 9. Existe un relato inacabado de las operaciones organizadas por los servicios de inteligencia norteamericanos con algunso exiliados de la Guardia de Hierro todo ello conectado con la resistencia anticomunista en el interior de Rumania, pero por desgracia está inacabado: Filon Verca, Paraºutaþi în România vândutã. Rezistenþa românã, 1944-1948, Editura Carpaþii – Traian Popescu, Madrid, 1987. La operación más importante, que terminó en un sonado fracaso, tuvo lugar en octubre de 1953: los agentes lanzados en paracaídas fueron capturados o muertos. 10. Un catálogo gráfico del exilio legionario en los diversos países de Occidente, entre ellos España, es la obra: Legiunea în imagini, Editura Miºcãrii Legionare, Madrid, 1977. http://seneca.uab.es/hmic 88 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga fascismo rumano11 pero el ambiente intelectual de mediados de los sesenta ya no podía aceptar ni la más leve sospecha de un pasado mínimamente comprometido con el bando perdedor en la Segunda Guerra Mundial. La presión fue tan intensa que Vintila Horia renunció al premio. 13. Como en el caso de los exiliados comunistas griegos, pasan muchos años hasta que cae el Muro y los derechistas balcánicos pueden regresar a sus países de orígen. También como en el caso mencionado, muchos se quedan por el camino: mueren o regresan muy viejos. Eso contribuye a que los exilios del Este tengan dificultades para influir en al realidad política o cultural de sus respectivos países una vez desaparecidos los regímenes comunistas. Las dictaduras han ejercido un control muy estricto, y el único medio de estar presente en los pequeños universos culturales de la disidencia es a través de los programas de propaganda radiofónica emitidos desde Occidente, en los cuales los viejos intelectuales de pasado ultraderechista, o simplemente derechista, no tienen cabida, y apenas llegan a ellos las escasa figuras del lejano mundo político anterior a la Segunda Guerra Mundial. 14. Con todo, hay excepciones. Por ejemplo, en Bulgaria, donde no se llegó a articular un movimiento fascista estructurado y con influencia social, la hija del agrarista G.M. Dimitrov, Anastasia Mozer, se exilió a los EEUU y a partir de 1989 conquistó un cierto protagonismo en la política búlgara. O bien Ivan Stanchov12, que tras exiliarse en Londres terminó como ministro de Asuntos Exteriores en Bulgaria. 15. Existe una gran excepción en este panorama de escaso alcance cultural del exilio balcánico en los años de la inmediata posguerra: es el “triángulo dorado” de los rumanos Mircea Eliade13, Eugen Ionescu14 y Emil Cioran15. En sentido estricto, y excepto en el caso del judío Eugen Ionescu, Eliade y Cioran flirtean en su juventud con el ultranacionalismo allá por los años 1936-37, pero es algo que no contamina su producción intelectual en el exilio, y que logran esconder durante muchos años, hasta el punto de que cualquier debate sobre ese aspecto de su pasado crea apasionados rechazos por parte de sus admiradores, especialmente los de Mircea Eliade16. 11. Había sido consejero cultural en la Embajada rumana en Roma bajo el reinado de Carol II, y luego volvió a ostentar un cargo diplomático en tiempos de la dictadura militar de Antonescu. La renuncia de Vintila Horia al Premio Goncourt es relatada por Alexandru Cioranescu en una entrevista concedida al “Jurnalul literar”, marzo 2000. Agradezco el dato a Joaquín Garrigós. El autor de estas líneas entrevistó a Vintila Horia en Madrid, el 25 de mayo de 1983. 12. Ivan Stanchov, nacido en 1929, provenía de una estirpe de diplomáticos.. En 1945 toda la familia emigró a los EEUU., aunque en 1971 se trasladó a Gran Bretaña. Tras el final del régimen comunista regreso en Bulgaria y entre 1991 y 1994 fue nombrado embajador de en Londres. Por un corto periodo (21.10.1994-26.01.1995) era ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno provisional de Reneta Indzova. Actualmente reside en Gran Bretaña. 13. Mircea Eliade (1907-1986) fue uno de los mayores expertos mundiales en filosofía de las religiones, sobre todo en el intento de esclarecer el simbolimso y los significados últimos de los mitos primordiales que proeveen las bases para el fenómeno místico. A tal efecto inventó el concepto de hierofonías (en el sentido de manifestaciones del mundo sagrado) que se pueden aplicar a cualquier expriencia religiosa, tanto en las sociedades contemporáneas como en als tradicionales. En 1956 fue nombrado profesor de Historia de las Religiones en la Universidad de Chicago. 14. Eugen Ionescu (1909-1994) es bien conocido como dramaturgo, ensayista, crítico literario, poeta, periodista, pero sobvre todo como uno de los padres del denominado “teatro del absurdo”. Vid. una interesante biografía en Internet: http://www.users.skynet.be/olsen/biographie-en.html 15. Emil Cioran (1911-1995) filósofo, ensayista, moralista, fue íntimo amigo de Samuel Beckett y está considerado uno de los mejores escritores en francés. Existe una muy completa página dedicada a su obra en Internet: http://www.aupelf-uref.org/olympiades/joliescoeurs/Frontpages/EmilCioran.htm Exilio político masivo http://seneca.uab.es/hmic 89 Exilios y éxodos en los países balcánicos 16. Los tres autores rumanos triunfan en el exilio, crean escuela más allá incluso de sus países de acogida, y se convierten en grandes mitos culturales del siglo XX. Tras la caída del régimen comunista en Rumania, también adquieren gran predicamento en su país de orígen. Pero en buena medida tienen éxito porque reniegan de su condición de rumanos, o al menos no la sitúan en primer plano, y suelen negar la influencia cultural que recibieron en su país de origen. Devienen figuras intelectuales de alcance universal, con un aura un tanto apátrida o decantada hacia el país de adopción. El caso más llamativo es el de Ionescu, quien negaba cualquier posible influencia en sus obras por parte de la prolífica escuela del surrealismo rumano de los años veinte e insistía en sus raíces puramente francesas17. Defendida con menor pasión o incluso obviada, esa era la postura de Mircea Eliade o Emil Cioran que a partir de 1947 se juró escribir sólo en francés y hacerlo mejor que los propios franceses. Durante el periodo de los regímenes comunistas 17. El grupo de los exiliados que abandonan sus países respectivos en los años cincuenta a ochenta, ya bajo el régimen comunista, es otro muy diferente. Lo conforman básicamente, intelectuales o profesionales que desertan a Occidente. Lógicamente es un grupo de amplia pero a veces vaga identidad ideológica que sólo tienen en común su anticomunismo. En algunos países del Este el fenómeno fue más notable y numeroso que en otros, pero como regla general, esta nueva hornada de exiliados obtuvieron más notoriedad e influencia en sus países de orígen que el grupo de los años cuarenta. En Bulgaria destacaron intelectuales Julija Krasteva o Tzvetan Todorov, que alcanzarán gran notoriedad en Francia. Especialmente éste último, que además de prestigioso director del Centre National de Recherches (CNRS) en Paris, adquiere gran renombre universal explorando el estructuralismo frances y el posestructuralismo, la semiotica, el formalismo ruso y el posformalismo18. 18. Una vez más los rumanos se destacaron como activos creadores de revistas literarias – especialmente en Alemania- y lograron establecer un cierto universo cultural del exilio. Sin embargo, tanto ellos como sus colegas de los Balcanes e incluso de toda la Europa del Este estaban lógicamente muy limitados por el contexto cultural de acogida donde vivían y trabajaban, extraño y a veces incluso hostil. Eso marcaba una importante diferencia con el exilio español en Latinoamérica, que se desenvolvía en su propia lengua y en un mundo cultural muy afín. 19. Un caso aparte pero muy llamativo dentro de este grupo de exiliados, lo conformaron aquellos que trabajaban para las emisoras de propaganda anticomunista financiadas por las potencias ocicdentales, destacando muy en especial Radio Free Europe o Voice of America, 16. Para un estudio sobre los contactos de Eliade con la Guardia de Hierro, vid.: Francisco Veiga, “L´experiència ultradretana de Mircea Eliade”, en: “L´Avenç”, nr. 94, Juny 1986, pags. 20-24. Para la militancia de Cioran en la Guardia de Hierro, vid. una página web actual del Movimiento Legionartio rumano, donde se muestra, además, una fotografía del joven filósofo con Codreanu: http:// pages.prodigy. net/nnita/cioran.html. Ni siquiera Eugen Ionescu se libra de un cierto pasado turbio: durante los años de la ocupación fue agregado cultural de la Embajada de Rumania (por entonces una dictadura aliada del Eje encabezada por el mariscal Antonescu) ante el gobierno colaboracionista de Vichy. 17. Entrevista del autor a Eugen Ionescu, Vilanova i la Geltru, 28 de octubre, 1985. En el citado encuentro el dramaturgo omitió rerlatar que entre 1945 y 1949 tradujo las obras completas de Urmuz, el gran autor surrealista rumano de comienzos de siglo XX, uno de los grandes padres universales de la literatura del absurdo y la anti-prosa. Es también significativo señalar que Ionescu lanza su teatro del absurdo precisamente a partir de 1950. http://seneca.uab.es/hmic 90 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga aunque las emisiones en onda corta de BBC International, Radio France o Deutsche Welle también tuvieron cierto protagonismo. Los intelectuales exiliados que hablaban cada noche por esos micrófonos terminaron convirtiéndose en verdaderos popes, escichados y seguidos seguidos con fervor por una parte importante de las poblaciones balcánicas. En Bulgaria, el siempre apolítico Viktor Paskov o el ex diplomático Petar Uvaliev fueron dos de estos personajes, aunque éste último se había exiliado ya en 194419 Y lo mismo ocurrió con el escritor Velko Vedrin20. En Rumania fueron muy importantes Monica Lovinescu y su marido Virgil Ierunca21, crítico literario, dos verdaderos fenómenos en sí mismos. Virgil Tãnase, mucho más tardío (llegó a Francia en 1976) pero muy activo, se convirtió en un verdadero pope en lo referente a cuestiones literarias22. En realidad, desde Radio Free Europe se llegó a mediar muchas veces en las disputas entre escuelas o autores, tanto en el interior de Rumania como en el exilio. 20. Por supuesto, estos núcleos no limitaron su activismo al mero debate literario. En torno a ellos y con el apoyo de las emisoras de propaganda se organizaron estructuras de apoyo y organizaciones de movilización muy características de los años setenta, en el espíritu surgido de la Conferencia de Helsinki. Así, los rumanos lograron movilizar al sindicalismo francés en apoyo del muy clandestino Sindicato Libre de los Trabajadores Rumanos (SLOMR) fundado en 1979, o crearon el Comité francés para la defensa de los derechos humanos en Rumania, y consiguieron que el Pen Club apoyara al disidente Paul Goma hasta conseguir su traslado a Rumania en 1977, gracias a la firma de importantes intelectuales23 Éxodo político disfrazado o confundido con emigración 21. Es un caso particularmente doloroso, muy característico de la Europa oriental en su conjunto, y que no es tan reciente como parece. Se trata de grupos poblacionales que aparentemente dejan el país por motivos económicos, pero que en realidad están siendo víctimas de una limpieza étnica encubierta o de presiones importantes. Ya fue éste el caso de los judíos que dejan varios países comunistas (Polonia, Rumania), víctimas de pogroms encubiertos o de un ambiente hostil a fines de los años cuarenta, coincidiendo con la política antisemita del stalinismo tardío. Los turcos que abandonan Bulgaria en varias oleadas –por ejemplo en los años setenta- son víctimas de presiones de todo tipo, como por ejemplo, las campañas de eslavización. 22. Los albaneses de Kosovo salen en importantes cantidades de su región víctimas del paro y la miseria imperantes, pero también porque la emigración masiva es un importante negociso en el que están compinchadas mafias serbias y albanesas, con cierto protagonismo de las autoridades de Belgrado, a las que les conviene mantener esta vía de salida como una válvula de seguridad para las tensiones en la zona. Unos y otros sacan beneficio de la venta de documentación, transportes, visados, recolocación y una largo etcétera. 18. Sobre las circunstancias del peculiar exilio de Tzvetan Todorov y la mentalidad del exiliado en general, vid. su obra: El hombre desplazado, Taurus, Madrid, 1998, en espceial las pags. 13-31. Su padre Todor Tsvetanov Todorov, alias Todor Borov – era un celebre bibliografo y profesor de literatura; fundador del Instituto Bibliografico búlgaro y director de la Biblioteca Nacional. Por su parte, Julija Krasteva (o Julia Kristeva, como suele transcribirse en castellano) es profesora de linguistica en la Universidad de Paris y en Columbia University. Vive en Francia desde 1969. Escribió diversos estudios sobre temas de la teoría de la literatura, culturológicos, semióticos y sicoanalíticos. Las obras de ambos están ampliamente traducidas al castellano. Resulta muy útil comparar las disgresiones de Todorov sobre la mentalidad del exiliado con la obra de Leon y Rebeca Grinberg, Psicoanálisis de la emigración y del exilio, Alianza Editorial, Madrid, 1984. Éxodo político disfrazado o confundido con emigración http://seneca.uab.es/hmic 91 Exilios y éxodos en los países balcánicos 23. A veces los mecanismos de presión son más sinuosos, como la “venta” de la minoría alemana de Transilvania a la República Federal Alemana, que se convierte en un lucrativo negocio para las autoridades rumanas en la década de los setenta y ochenta, y que desertiza pueblos enteros de viejos colonos asentados en esos territorios desde hacía varios siglos. 24. Es evidente que esos exilios no suelen ser la cuna de intelectuales destacados, pero sí que en algunos casos generan sus propias manifestaciones identitarias e incluso algo parecido a lobbies de presión política: los griegos del denominado Épiro Norte, situado en el sur de Albania poseen sus propias asociaciones culturales y ejercen su particular influencia política en Grecia24. Lo mismo ocurre con los macedonios en Bulgaria, los arrumanos en Rumania o, en un caso bien peculiar, los serbios que abandonaron Kosovo en la década de los setenta y los ochenta, que se erigieron en agentes activadores de la política nacionalista en Serbia. Pero esos grupos también son manipulados en ocasiones por los regímenes de los países de orígen o acogida –caso de los húngaros de Transilvania que emigraron a la madre patria- o sencillamente, son marginados y tratados como un estorbo. Emigración que se convierte en exilio político 25. Tampoco es raro el fenómeno totalmente opuesto: el de los emigrantes que parten de sus respectivos países en busca de una mejora en la calidad de vida para terminar convertidos en exiliados políticos. La razón de que se dieran muchos casos similare tenía su lógica. Aquellos emigrantes que lograban más éxito económico y terminaban convertidos en hombres con fortuna eran, por principio, opositores al sistema comunista del que habían salido. De hecho en diversos países del bloque oriental donde antes de la segunda guerra Mundial el desarrollo capitalista habnía sido escaso, terminó desarrollándose una mentalidad que asociaba enriquecimiento con inmoralidad, y que cosechó amplio apoyo social. 26. Dado que el emigrante enriquecido era perfectamente consciente de esta situación, era fácil que diera el paso de entrar formalmente en política. Tras la caída de los regímenes comunistas, en 1989, más de un “indiano” regresó a la madre patria con la ambición de destacar en la política aplicando la mentalidad competitiva del país anfitrión para aleccionar y gobernar 19. Hacia finales de la Segunda guerra Mundial, el gobierno búlgaro lo envió a su Embajada en Roma, pero poco después fue capturado e internado por los alemanes. Tras la contienda el nuevo régimen búlgaro lo destinó a la embajada de Londres. Pero no le validó su matrimonio con Ivalja Valkova, hermana de Viktor Valkov, líder agrarista y antiguo ministro de Asuntos Exteriores. Esa fue una de las razones que le llevaron a exiliarse en Gran Bretaña y a trabajar en los programas búlgaros de Radio BBC Internacional como guionista y ensayista. Colaboró pero también fue muy crítico con el dididente Gueorgui Markov, que se haría celebre intenracionalmnete al ser asesinado en 1978 por un agente armado con un paraguas cuya punta había sido envenenada (vid.: http://www.rferl.org/nca/features/ 1996/09. F.RU.960918155306.html para este incidente tan singular). En 1972 visitó Bulgaria como miembro de una delegación británica que participaba en un congreso mundial de Filosofía. Ese primer reencuentro con su país le sirvió para rwlacionarse con algunas figuras del régimen de talante más aperturista, como la célebre Ljudmila Zhivkova, hija del estadista búlgaro Todor Zhivkov. Publicó en francés numerosos ensayos sobre teoría de las tendencias estéticas, bajo el seudónimo de Pierre Rouve. En 1992 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sofía, pero murió en Londres a finales de 1998, con 83 años de edad. Uvaliaev fue un exiliado muy polémico y de hecho muchos extremos de su vida y motivaciones no están claros. En Bulgaria corrían rumores de que en realidad era un agente del régimen. 20. El verdadero nombre de Velko Vedrin es Dimitar Inkjov. En 1965 huyó de Bulgaria hacia la Republica Federal de Alemania donde trabajó para la emisora Free Europe. Ademas de periodista es escritor de libros para niños. http://seneca.uab.es/hmic 92 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga a sus compatriotas. En Rumania, Ion Raþiu, con su cerrado acento angloamericano, luchó con escaso éxito en los comicios de 1990-1991, donde su imagen en smoking y sus lujosos automóviles chocaban frontalmente con la realidad del país. Y en Serbia, el multimillonario farmacéutico Milan Paniæ, también con un marcado deje yanqui, logró conquistar la presidencia yugoslava con el apoyo de Miloševiæ. Pero éste logró apearlo del cargo cuando en 1992 se atrevió a desafiarlo públicamente en la conferencia de Londres para la pacificación de Bosnia. 27. Pero al margen de las figura señaladas, hay algunas emigraciones transformadas en exilios que colectivamente jugaron un importante papel en la reciente historia de los conflictos yugoslavos. En primer lugar, la emigración croata, que durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se transformó en la incubadora de ese nacionalismo, muchas veces teñido de fascismo ustacha, aunque no siempre. El gobierno yugoslavo invirtió muchos esfuerzos en controlar la enorme masa de emigrantes que generaba el país, y en más de una ocasión, unidades especiales de los servicios de inteligencia castigaron duramente a los croatas más significados del exilio y la emigración. 28. Por eso, cuando en 1990 Croacia inició el camino hacia la independencia, la emigración aportó una importante ayuda económica y de consejería para que Franjo Tudjman y el HDZ ganaran las presidenciales de 199025. Algo similar sucedió en Bosnia-Herzegovina, pero en este caso, la emigración musulmana crió en su seno algunos de los que más tarde serían jóvenes estadistas reclutados por el SDA y catapultados a veces en un rápido ascenso hacia el poder26. 29. La emigración albanokosovar fue otro ejemplo similar. Durante las últimas décadas miles de jóvenes albaneses salieron de la región para trabajar como emigrantes en países desarrollados. Con el tiempo, esta corriente terminó siendo beneficiosa para el régimen de Belgrado, que de esa manera “purgaba” a Kosovo de excedentes poblacionales en paro crónico, con lo cual prevenía el malestar social. A la vez, los emigrantes remitían divisas desde el extranjero destinadas a sus familiares, con lo cual contribuían de forma importante a paliar los efectos de la deficitaria economía de Kosovo. Grupos mafiosos albaneses y serbios también obtenían beneficios de la emigración, a la que facilitaban documentos, reasentamiento en el país de destino y hasta trabajo27. Pero en el extranjero también residen importantes organismos del autoproclamado Estado kosovar. Por ejemplo, el gobierno clandestino presidido por Bujar 21. Monica Lovinescu sigue teniendo protagonismo en el mundo cultural rumano; pueden leerse sus comentarios en la prestigiosa revista “România Literarã”, incluso en edición electrónica. Para un comentario interesante sobre sus años en Radio Free Europa, vid. la crítica al reciente libro de memorias del padre de Monica, Eugen Lovinescu (Trecut au anii...,) publicado recientemente por la Editorial Humanitas: “Autoportret din anii sãraci”, en: “România Literarã”, nr. 32, 16 de agosto de 2000; se puede leer en: http://romlit.sfos. ro/www/texte00/rl32/pop.htm 22. En 1982 Tãnase se convirtió en la pieza de una operación organizada por los servicios de inteligencia franceses para capturar a un agente rumano, Matei Pavel Haiducu. Éste habí allegado a Francia con la misión de asesinar a Tãnase y Paul Goma, pero confesó sus propósitos a la DST a cambio de refugio en Occidente para él y su familia. La “desaparición” temporal de Tãnase conmocionó al exilio rumano y le granjeó fama de ser, en realidad, un agente secreto rumano. Tãnase devino así un sospechoso de doble juego, como había ocurrido con Uvaliev y otros exiliados de los tiempos de la Guerra Fría. Vid.: Christian Duplan et Vincent Giret, La vie en Rouge, vol. 2: Les insoumis (1968-1989), Seuil, Paris, 1994, pag. 416-419. 23. Entre los firmantes figuraron nombres como Louis Aragon, Roger Garaudy, Jean-Paul Sarte o Emmanuel Le Roy Ladurie. Vid.: .: Christian Duplan et Vincent Giret, op. cit., pag. 207. En sus dos volúmenes, esta obra hace un seguimiento bastante detallado de la trayectoria política de Paul Goma y otros disidentes y resistentes rumanos, algunos de los cuales terminaron en el exilio. Emigración que se convierte en exilio político http://seneca.uab.es/hmic 93 Exilios y éxodos en los países balcánicos Bukoshi y establecido en Suiza. O líderes nacionalistas más radicales y oscuros, que a lo largo de 1996, finalizada la guerra de Bosnia y firmada la paz de Dayton, comenzarán a apostar por una línea política centrada en la acción armada. Antes y después, estas estructruas recaudarán dinero e intentarán ejercer su influencia sobre los emigrantes albanokosovares. Y muchos de estos terminarán entrando en la lucha política. Cuando estalla abiertamente la guerra en Kosovo, a comienzos de 1998, más de uno regresará a su país para combatir en las filas del UÇK, la organización guerrillera independista. 30. Este fenómeno entronca a su vez con otro más antiguo y bien conocido: la importancia de los lobbies nacionales radicados en América del Norte en algunos de los procesos de autodeterminación europeos o en la capacidad de movilización de las grandes potencias a afavor de una causa nacionalista determinada. Tal es el caso del denominado lobby griego, de reconocido peso en algunas decisiones de la diplomacia norteamericana, incluyendo algunas de las últimas disputas entre griegos y turcos en torno al conflicto chipriota, en el curso de las cuales lograron ganarse el apoyo de la Secretaria de Estado, Madeleine Albright. De hecho, para actuar en ese país balcánico y desde fines de los años cuarenta, Washington designó en muchos casos a oficiales de los servicios de inteligencia, diplomáticos o políticos de origen griego, tal el vicepresidente Spyro Agnew, que será una de los escasas personalidades norteamericanas que visite públicamente la Grecia de los coroneles28. 31. Dentro de este apartado se puede señalar todavía una última categoría: la de los emigrantes que se podrían denominar “a tiempo parcial”. Se trata de aquellos personajes que habiendo descollado en el extranjero, pueden entrar y salir del país, a pesar del régimen, al que incluso apoyan desde su poderosa posición. Un ejemplo muy conocido es el del tenista rumano Ilie Nastase, que termina siendo uno de los muy escasos ciudadanos millonarios de la República Socialista de Rumania, que además de poseer una lujosa villa en Bucarest, podía entrar y salir del país sin cortapisas. Era evidente que la explotación de su figura como deportista de éxito, le reportaba al régimen de Ceauºescu irrenunciables beneficios políticos en el interior y exterior. Un caso similar y también rumano fue el de Constantin Dragan, quien en su juventud fue militante de la Guardia de Hierro29, luego diplomático en Roma y terminó convertido en multimillonario hombre de negocios. Dragan, que residía en Italia y ocasionalmente en 24. Hay diversas web en Internet creadas por nacionalistas griegos dedicados a mantener vivas las reivindicaciones en el Epiro Norte. Vid., por ejemplo: “Youth for the Northern Epirus Struggle” en: http://virtuals.compulink.gr/nepirus/ O también: http://www.epirusnews.gr/ De todas formas, un buen punto de partida para obtener numerosas direcciones de grupos culturales, nacionalistas o de presión es: http://www.hellas.org/index.htm 25. Tudjman estrechó lazos con la emigración nacionalista croata en varios viajes que hizo a lo largo de los años ochenta. En febrero de 1990, las personalidades de la emigración fueron invitadas al Congreso del HDZ en Zagreb. Para las elecciones de abril, la emigración donó cuatro millones de dólares. Vid. : Silber, Laura, and Little, Allam, pag. 90-91. Uno de los asesores más estrechos del presidente Tudjman fue Gojko Šušak, quien antes de 1990 había fundado una cadena de pizzerías en Ottawa y cuya fortuna personal contribuyó no poco a la victoria electoral del HDZ. 26. Vid. para un breve pero incisivo estudio sobre las familias en el poder bosniomusulmán: “Sacirbej, Sacirbej & Sacirbej, Ltd.”, por Dra_ena Peraniæ en: “Balkan War Report”, nr. 32, March 1995, pag. 12. 27. Vid.: Dejan Luèiæ, Tajne Albanske mafije. Teror koji još uvek traje, GIP “Kultura”, Beograd, 1990. 28. Michael Dukakis, gobernador de Massachusetts y candidato a la presidencia norteamericana en 1988, será otro conocido político norteamericano surgido de la emigración griega. O John Katsimatides, magnate grecoamericano y amigo personal de los Clinton, financiador habitual del partido Demócrata. 29. Dragan escribió algunas obras de divulgación en italiano sobre el ideario legionario. Vid.: Il corporativismo romeno. Cenni sulla dottrina legionara. Estratto dalla Rivista “Conquiste d´Impero”, nr. 3-4, 29 Nov. 1940, Stamperia Romana, Roma, 1940. http://seneca.uab.es/hmic 94 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga Mallorca y Madrid, hizo su fortuna con el petróleo y ayudó al régimen de Ceauºescu a introducirse en los mercados africanos. Su amistad con el dictador rumano fue pública, hasta el punto de haber sido agasajado en la prensa del régimen. Exilio político que se convierte en emigración 32. Aparentemente esta posibilidad ya fue mencionada más arriba, pero en realidad existe una diferencia de matiz que termina por hacer de esos casos algo con personalidad propia. Se trata de aquellas personas que incialmente parten de su país por motivos políticos pero terminan convirtiéndose en emigrantes que cosechan importantes éxitos económicos hasta el punto de arrinconar o abandonar la opción ideológica inicial, incluso hasta dejar de lado toda referencia política. En parte, ese el caso de Constantin Dragan, antes mencionado, aunque éste personaje siempre conservó inquietudes políticas que incluso pretendían ser originales30. 33. Abundan en este grupo los que se podrían denominar “exiliados pasivos”, o personas que han sido represaliadas por pertenecer a un colectivo. Por ejemplo, entre los que han sido víctimas de la limpieza étnica pero terminan aceptando su destino y permanecen en el país de acogida, integrándose hasta el punto de abandonar toda inquietud política. Se da este caso en algunos exiliados comunistas griegos en Europa del Este que tras la caída del Muro incluso se integran sin problemas en el nuevo sistema capitalista, fundan empresas en sus países de acogida y aprovechan para ello sus contactos en el país de origen. 34. De todas formas, uno de los ejemplos más importantes, que inaugura esa tendencia en la edad contemporánea y por ende tiene muy importantes repercusiones en el país de acogida, es el fenómeno de los desplazados griegos de Asia Menor. Tras la derrota en la guerra que Grecia mantuvo con Turquía entre 1919 y 1922, y por el tratado de Lausanne firmado en enero de 1923, ambos países se intercambiaron sus respectivas minorías étnicas. Fue uno de los casos más flagrantes de lo que años más tarde se denominaría “limpieza étnica concertada” pues en total Grecia envió al país vecino 400.000 turcos, y Turquía remitió 1.300.000 greigos de Asia Menor. La avalancha de refugiados saturó a Grecia, que por entonces sólo contaba con una población de 4.500.000 habitantes. 35. Los griegos de Asia Menor serían tratados con suficiencia por sus hermanos de la madre patria, lo que se refleja en los motes que aún les aplican a sus descendientes: turkóspori (esporas turcas, o sea, hijos de turco) o yaurtovaptismeni (“bautizados con yogur”, en referencia a la tradición de la cocina de Asia Menor, que utiliza mucho el yogur). Debido a su peso electoral en Grecia también se hablará de la oglukratía (el poder de los "oglu", desinencia de muchos apellidos de origen de Asia Menor, y de anterior origen turco). Algunos de estos apelativos siguen utilizándose hoy en día, y sin embargo, los griegos de Asia Menor “rehelenizaron” Grecia al renovarla culturalmente en muchos aspectos e introducir un nuevo cosmopolitismo. Aportaron nuevas técnicas industriales y agrícolas, renovaron la música y la cocina, contribuyeron al crecimiento de Atenas y de la cultura urbana griega, introdujeron una mano de obra barata pero de gran calidad y marcada conciencia de clase artesana y técnico profesional; incluso sanearon las costumbres higiénicas del común de los griegos. 36. Desde ese primer gran intercambio de poblaciones, de origen político pero con resultados de cambio social hasta cierto punto despolitizado, llegamos casi hasta hoy, pasando por el exilio de miles de cuadros técnicos profesionales de Europa oriental a partir de 1945, que junto con la 30. Incluso creó una Fundación Constantin Dragan, que tuvo su sede en Palma de Mallorca. Exilio político que se convierte en emigración http://seneca.uab.es/hmic 95 Exilios y éxodos en los países balcánicos emigración de mano de obra barata del sur contribuyen al “milagro europeo” de la posguerra. El último capítulo de esas historias de desplazados a las que hoy denominados ”limpieza étnica” pero que son tan características de la historia europea31 son los miles de exiliados bosnios32 y más tarde albaneses de Kosovo. Muchas de las víctimas de estos éxodos por motivos políticos han intentado, con mayor o menor éxito, forjarse un futuro como simples emigrantes. Concluidas las guerras se aplicó sobre muchos una política de repatriación forzosa silenciada por los políticos y la prensa occidentales, siendo en Alemania donde alcanzó mayor intensidad –con redadas nocturnas de la policía en algunos albergues- debido al crecido número de refugiados que acogió este país, muy superior al de cualquier otro de Europa. Los falsos exilios 37. Para terminar, no se puede dejar de mencionar una última categoría: el de los exilios fraudulentos. Que se sepa, no existen documentos o estadísticas sobre estos casos ni en el pasado ni en la actualidad, aunque sí queda memoria y datos aislados sobre casos recientes de las últimas guerras en los Balcanes. El autor de estas líneas supo, en el invierno de 1999, de la existencia de refugiados presuntamente albanokosovares que en realidad eran albaneses, pero que la infraestructura (y la buena voluntad) de las ONG de acogida no pudo o supo detectar. Algunos llegaban a Barcelona con una curiosa carta en un mal castellano en la que se pedía asilo político a las autoridades de la “República Española”. En cierta ocasión, un abogada le pidió consejo sobre la forma en que un joven rumano podía declararse refugiado político bien entrado ya el año 1997, cuando hacía meses que en su país de orígen existía un gobierno de centroderecha que contaba con todo el apoyo de las potencias occidentales. La única forma de alegar alguna forma de persecución política era declarándose homosexual, puesto que por entonces estaba penada por las leyes rumanas, pero el supuesto “refugiado” no quiso saber nada de tal opción. 38. Al margen de las pinceladas de cosecha propia que delatan un componente fraudulento en los exilios supuestamente políticos que siempre existió y existirá, algunos autores nos dan pistas que constituyen en sí mismas documentos de mayor volúmen cuantitativo. Dos periodistas franceses, muy críticos con los aspectos más engañosos de la acción humanitaria y más especialmente con la gestión del entonces ministro francés de esa cartera, Bernard Kouchner, dejaron un relato sorprendente sobre los campos de concentración serbios en Bosnia durante la primavera, el verano y el otoño de 1992. 39. El 1º de octubre de 1992 el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) organizó la evacuación hacia Croacia de 1.500 prisioneros del centro de Trnopolje. Para su sorpresa, en los días que siguieron, el campo se volvió a llenar de prisioneros, pero esta vez los serbios no tenían nada que ver. Los nuevos inquilinos eran musulmanes bosnios que entraban en las instalaciones por su propia voluntad. El motivo era el siguiente: se había extendido la noticia de que los prisioneros habían sido evacuados hacia Croacia para pasar después a ser acogidos en Alemania 31. Los iniciadores históricos de las limpiezas étnicas contra poblaciones musulmanas en los Balcanes no fueron los serbios, sino el Imperio Habsburgo, cuando en el siglo XVII reconquista Hungría, Eslavonia y Dalmacia. Vid.: Xavier Bougarel, Bosnie. Anatomie d´un conflit, Eds. La Découverte, Paris, 196; vid. pag. 14. 32. En el otoño de 1995, el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados evaluaba en dos millones la cifra total de bosnios desplazados por el conflicto, de los cuales, 1.300.000 no habrían salido del territorio patrio, mientras que 700.000 habrían terminado en el extranjero. Vid.: X. Bougarel, op. cit., pag. 12 http://seneca.uab.es/hmic 96 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga y otros países occidentales Ante la tardanza en orgnaizar un nuevo convoy, los prisioneros voluntarios la emprendieron con el personal y vehículos de la Cruz Roja, acusándoles de haberlos engañado33. A modo de conclusión 40. Es evidente que la clasificación establecida en las páginas precedentes es artificiosa y resulta difícil de aplicar al conjunto de los diversos exilios generados por las crisis balcánicas que se han ido sucediendo desde 1821. También es problemático referirse una tipología de exilios específicamente balcánica. Pero en relación a lo dicho aquí, si se pueden extraer algunas conclusiones generales. Es bien conocido que las colonias de emigrantes –exiliados o no- en Occidente constituyeron potentes núcleos de renovación cultural y política que en algunos casos llevaron incluso a organizar el proceso de independencia -Grecia- o ayudaron a la construcción del estado –Serbia. Por otra parte, las guerras, la pobreza y los frecuentes cambios de frontera hicieron de los países balcánicos focos destacados de emigraciones masivas, éxodos o exilios. A partir de 1923, la masiva llegada a la madre patria de los griegos de Asia Menor aún contribuyó a renovar de forma apreciable la cultura de un país de la zona. Pero con el tiempo eso fue menos frecuente. 41. La Segunda Guerra Mundial trajo la destrucción de las comunidades judías y alemanas y una serie de movimientos internos de población; pero los focos de influencia cultural estaban cada vez más lejos: Viena, Budapest, Estambul o San Petersburgo ya no eran para los exilios balcánicos aquellas fuentes inspiradoras de un siglo atrás. La guerra Fría terminó por convertir a los Estados Unidos en el gran modelo y la nueva esperanza, reforzada por el rechazo que se sentía en casi todos los Balcanes –exceptuando Bulgaria- por la influencia soviética. De otro lado, los exiliados que había huído de los nuevo regímenes comunistas no pudieron regresar o restablecer el contacto con sus países de orígen en mucho tiempo y los que les siguieron más tarde fueron pocos, y aunque algunos terminaran convirtiéndose en nuevos popes culturales, no lograron renovar en profundidad los foros que habían nacido y crecido en los países comunistas. A eso contribuyó el afán de muchos por integrarse completamente en los países de acogida, hasta renunciar incluso a su nacionalidad de origen. Y, por supuesto, la dificultad por mantener mundos culturales más o menos compactos en países de acogida con una lengua y un tejido cultural completamente ajenos. Una vez más debe recordarse la ventaja inicial que tuvieron los exiliados republicanos españoles en Latinoamérica o incluso los exiliados africanos o asiáticos que fueron a parar a cualquiera de las antiguas metrópolis europeas, donde muchas veces lograron imponer la idea de que los antiguos colonizadores les debían algún tipo de compensación por haber soportado el antiguo yugo; o donde incluso jugaron a darle la vuelta, en su favor, al viejo discurso de la afinidad sentimental entre colonizador y colonizado. Los intelectuales balcánicos en Alemania, Suecia, Francia o Gran Bretaña no gozaron de esa ventaja. Y en Norteamérica, a pesar de la existencia de grupos nacionales compactos o hasta de lobbies, el american way of life y la distancia geográfica los convirtió pronto en ciudadanos del Nuevo Mundo, borrando total o parcialmente los vínculos con la lejana tierra de orígen. 42. Las recientes guerras y catástrofes balcánicas no han cambiado mucho las cosas, a pesar de las cifras de refugiados que se manejan. El desconcierto ha sido la tónica generalizada. Un chiste de 1995 cuenta que dos musulmanes bosnios, uno que intenta salir de Sarajevo y otro que proviene de Alemania e intenta entrar en la ciudad, se encuentran de repente e inesperadamente 33. Michel Floquet et Bertrand Coq, Les tribulations de Bernard K. En Yougoslavie, Albin Michel, Paris, 1993; vid. pags. 192-193 A modo de conclusión http://seneca.uab.es/hmic 97 Exilios y éxodos en los países balcánicos en la cima del monte Igmann. La pregunta que se lanzan cara a cara es unánime: “¡¿A dónde vas, imbécil?!”. La agudeza de humor bosníaco, célebre en la antigua Yugoslavia, tradujo muy bien esa sensación de que ni los que se habían quedado ni los que se habían exiliado estaban realmente en su lugar. La imagen de una Europa rica a la que no resultaba tan fácil acceder y que a la postre tampoco era el paraíso soñado, comenzó a imponerse en toda Europa oriental desde mediados de los años noventa, aunque siguió sin afectar a sectores poblacionales especialmente pobres o marginados34 43. Por su parte, los exilios políticos o intelectuales fueron perdiendo la escasa influencia que tenían en sus paíes de orígen cuando se comprobó que, una vez completadas las respectivas transiciones, no se producía el retorno de algunas figuras y que otras personalidades, realmente amenazadas, habían permanecido en su patria. Con el tiempo comienza a comprobarse que algunos de los directores de cine, escritores o periodistas han sobrevivido y hasta prosperado elaborando productos a la medida de lo que sus congéneres occidentales querían ver y consumir: una determinada imagen de los Balcanes, un tanto de pandereta, organizaciones intelectuales o de ayuda, “think tanks” que ofrecían sesudos análisis sobre las crisis balcánicas, entre otras muchas posibilidades; y en ocasiones, simple venta de imagen y poco más. No todos los personajes de los sucesivos exilios balcánicos en los últimos diez años han ido por este camino, pero debe reconocerse que la presión de los medios de comunicación, los mil y un organismos multinacionales con todo tipo de fines, así como las diversas industrias multimillonarias surgidas en Occidente generaron un espectáculo mediático de tal calibre en torno a las crisis balcánicas, que no sólo facilitó el que muchos exiliados se subieran al carro alegremente, sino que incluso hizo muy difícil la resistencia de los más conscientes. Los que ofrecieron productos de mejor calidad han conservado una influencia que nunca perdieron, porque sus conciudadanos suelen estar orgullosos de que uno de los suyos “venda” en los países occidentales. Los mediocres o aprovechados desaparecieron con rapidez desde el final de las guerras de Bosnia o de Kosovo y hoy malviven en Occidente sin considerar la posibilidad de aceptar un regreso que se contempla como una insoportable pérdida en el nivel de vida, la incapacidad de luchar en primera línea por la mejora de sus países respectivos o la simple humillación de verse arrinconados frente a los que se quedaron y se lo jugaron todo en situaciones difíciles. 34. La gran excepción parece haber sido Albania. Según recientes investigaciones de Geneva Anderson, hasta el 41% de los graduados universitarios dejaron el país a lo largo de la última década. Estos resultados fueron presentados en un seminario sobre las consecuencias de la emigración de las élites intelectuales albanesas organizado por el Center for the Study of Refugees. La información citada aquí proviene de un mail enviado el 26 de diciembre de 2000 por Geneva Anderson a la Balkan Akademic List, una lista de distribución dirigida por Florian Bieber y cuya dirección electrónica es: http:// www.seep.ceu.hu/balkans/ Lo cierto es que con el discurrir de los años, la presencia en occidente de novelistas como Ismail Kadaré o Bashkim Shehu no obedece ya a motivos políticos. http://seneca.uab.es/hmic 98 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga El laboratorio turco. Un siglo de transformaciones radicales y experimentos políticos Francisco Veiga (Universitat Autònoma de Barcelona) Resumen / Resum / Abstract El autor repasa la creación de Turquia i de lo turco desde el siglo XVII hasta el siglo XX. El artículo incluye una tabla con los principales reformadores otomanos y turcos. / L'autor repasa la creació de la imatge de Turquia i allò turc des del segle XVII fins el segle XX. L'article inclou una taula amb els principals reformadors otomans i turcs. / The author reviews the creation of “Turquia” and “the Turk” since the 17th century to the 20th century. The article includes a board with the main Turkish and Ottoman reformers . Palabras clave / Paraules clau / Key Words siglo XVIII, siglo XIX, otomanos, Turquía. / segle XVIII, segle XIX otomans, Turquia. / Ottoman, Turkish, 18th century, 18th century. 1. Turquía: para los europoeos, y durante decenas de años, ese nombre vino asociado al miedo y al desprecio. La imagen de los cristianos sometidos al poder de un déspota que gobierna en virtud de sus caprichos crueles y a una religión que era un mero compendio de leyes sanguinarias y lujuriosas, resultaba intolerable para los occidentales. 2. El mito tiene raíces profundas. Se remonta a mediados del siglo XVII y coincide con la decadencia del Imperio otomano. El otrora poderoso y admirable enemigo, castigo divino a los cristianos por sus divisiones, era ahora la imagen del monstruo cuya aniquilación parecía ofrecer una oportunidad de redención, como venía a concluir el viajero Ricaut en una obra contemporánea. A partir de Montesquieu, Turquía y con ella Oriente se convierte en "el Otro" amenazador, clausurado y maquiavélico, con miles de súbditos dispuestos a obedecer y morir sin rechistar. "No hay que extrañarse de que (los turcos) sean felices en la servidumbre y vivan contentos bajo la tiranía, porque eso es para ellos tan natural como lo es para un cuerpo vivir y alimentarse con los alimentos a los que se acostumbró desde la infancia" -escribía Ricaut en 1669. La imagen perfecta de este despotismo oriental será el harén, que con sus intrigas y la figura del eunuco conformaba una verdadera estructura de poder. 3. Obras recientes y bien documentadas están poniendo muy en duda tales clichés. Fikret Adanir, un historiador turco que utiliza fuentes occidentales para rebatir los tópicos sobre el Imperio otomano cuestiona, por ejemplo, que existiera un gran contacto cultural entre los estados balcánicos pre-otomanos y la cultura occidental. Por entonces, se consideraba que el patriarca Euthynius de Tûrnovo era el eslavo más sabio, hombre ligado al foco cultural del monasterio del Monte Athos. Sin embargo, a lo largo del siglo XIII y XIV Dante, Petrarca, Boccaccio y Chaucer eran personalidades literarias conocidas en occidente, mientras que en Tûrnovo la actividad cultural seguía ligada a los manuscritos hagiográficos del Monte Athos. Ya bajo el Imperio el clero griego ortodoxo rechazó los autores o instituciones progresistas Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 99 El laboratorio turco occidentales que no eran estorbados por las autoridades otomanas. Por tanto, sin querer afirmar que la comunidad griega en su conjunto fuese refractaria a las influencias occidentales más progresistas -en todo caso lo eran sus autoridades eclesiáticas- no hay duda de que los continuos contactos entre comerciantes del Imperio otomano y el occidente europeo posibilitaban una relación fluida entre las respectivas corrientes culturales, más por parte de los turcos que a la inversa. 4. Por otra parte, si bien en líneas generales el sistema político otomano resultaba teóricamente opresivo para los pueblos no musulmanes del Imperio, lo cierto fue que las posibilidades de progreso económico e integración social eran notables. De hecho, muchos comerciantes griegos, válacos o armenios nunca abandonaron su fe cristiana a pesar de amasar importantes fortunas. En teoría, los cristianos no podían llevar armas, vestir como musulmanes o montar a caballo. Pero en el siglo XVII numerosas fuentes documentales referidas a Bosnia, por ejemplo, mencionan a sacerdotes y mercaderes cristianos vestidos casi exactamente como musulmanes, cabalgando y llevando armas. Numerosas fotografías de fines del siglo XIX y comienzos del XX muestran a sacerdotes franciscanos en Bosnia tocados con fez. 5. Se ha argumentado en muchas ocasiones que las comunidades cristianas pagaban impuestos especiales, pero no necesariamente tenían por qué ser onerosos, excepto en los periodos de guerra o carestía; y en ese caso podían ser aplicados también sobre la comunidad musulmana. En cualquier caso, lo que se buscaba era el dinero, no las conversiones. También es frecuente leer que al menos en los pleitos jurídicos, la palabra de un musulmán valía más que la de un cristiano. Es decir, éste era un ciudadano de segunda. Pero esta situación no era difícil de superar, dado que la conversión al Islam abría rápidamente la posibilidad de hacer carrera administrativa o militar (generales griegos musulmanes en la guerra civil). 6. En cualquier caso, el régimen otomano nunca pretendió la conversión masiva de sus súbditos; de hecho la conquista de los Balcanes nunca fue concebida como una guerra santa. De hecho se apoyó en la activa colaboración de ciertos núcelos de población ortodoxa, especialmente en áreas de predominancia católica. Ello era debido a la animosidad entre griegos y latinos tras la Cuarta Cruzada que deterioró seriamente el poder imperial bizantino (1204). Así, el tratamiento de la cuestión balcánica por los otomanos tuvo desde el principio una vertiente política más que religiosa; unir fuerzas con la ortodoxia en contra de la catolicidad. La restitución del Patriasrcado ortodoxo en Constantinopla por Mehmed II en una fecha tan temprana como 1454 (un años después de la caída de la capital bizantina) es una muestra de hasta qué punto esta política era conscientemente perseguida. 7. Se suele considerar que el sistema millet o de comunidades autogestionadas agrupadas por confesiones religiosas, era la institución sobre la que reposaba la desigualdad fundamental entre musulmanes y cristianos en el Imperio otomano. Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se puede constatar cómo la estructura de los millet se transformó dando como resultado el ascenso hacia el poder de los notables locales. Paralelamente declinó el control de la autoridad central sobre las provincias del imperio. Como afirma Adanir recogiendo las conclusiones de otros especialistas, el fenómeno ha sido malinterpretado hasta ahora, caracterizándolo como decadencia política, cuando en realidad parece obedecer más a un proceso de descentralización.. A lo largo del siglo XIX las reformas del Tânzimat parecían buscar, ante todo, una centralización administrativa a la manera occidental, pero en realidad pretendían conjugarla con un "patriotismo estatal" sobre la aplicación gradual de una igualdad jurídica entre comunidades religiosas o étnicas, creando buenos ciudadanos otomanos a la manera de los norteamericanos o australianos. http://seneca.uab.es/hmic 100 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga 8. El último sultán de la era de los Tânzimats fue Abdülhamit II, monarca absoluto que reinó durante 30 años en los que, se ganó una profunda antipatía internacional y que terminó siendo conocido internacionalmente como “la vieja araña”. Pero la realidad fue mucho más paradójica. En primer lugar, porque bajo el nuevo sultán se impulsaron las reformas más ambiciosas de las Tânzimat: el tendido de líneas telegráficas que contribuyó a una centralización adminsitrativa eficaz, las primeras líneas de ferrocarril y buques de vapor. Y sobre todo, una red de escuelas modernas cuyo número se duplicó entre 1867 y 1895. La alfabetización abrió tabmién el camino al desarrollo de la prensa. Como contrapuento, al primera oposición política de importancia al sultanato surgió de las filas de aristócratas, militares y funcionarios opuestos a las reformas de unas Tanzîmats que llevarían a la destrucción del estado. Eran liberales y partidarios de medidas representativas y constitucionales, pero defendían sus ideas con argumentos del Islam. Sus líderes fueron Namik Kemal, funcionario en la Sublime Puerta en los años sesenta del siglo XIX y el príncipe Mustafa Fazil Pasham quien desde su exilio parisino dio nombre al movimeinto: Yeni Osmanlilar o Jóvenes Otomanos. Su principal victoria fue obligar al sultán Abdülhamit II a aceptar una Constitución en diciembre de 1876. 9. Con el tiempo, la huella dejada por los Jóvenes Otomanos contribuyó a animar una nueva generación de opositores, los Jóvenes Turcos, que vió la luz en el cambio de siglo y se formalizó orgánicamente en el denominado Comité de Unión y Progreso (Ýttihat ve Terakki Cemiyeti). Más activistas que sus predecesores, su primer intento de organizar un golpe de estado fracasó en 1896 y la policía casi desmanteló el movimiento. Siguieron años de difíciles intentos por reorganizar el CUP, cuyos cuadros se fue nutriendo con funcionarios y militares, estamentos ambos especialmente sensibles a la decadencia del Imperio, aunque en realidad era un movimiento integrado por la nueva burguesía otomana: desde profesionales, como abogados, maestros y médicos, hasta terratenientes, artesanos y comerciantes. Finalmente, en julio de 1908 el Segundo y Tercer Ejércitos, de guarnición en Macedonia y Tracia respectivamente, se rebelaron y dieron lugar a la Revolución de los Jóvenes Turcos, cuya primera consecuencia directa fue la reinstauración de la Constitución, suspendida durante 30 años. 10. Por entonces existían indicios de que Gran Bretaña y Rusia se disponían a dar el golpe de gracia al Imperio, lo cual fue un desencadenante del golpe, destinado a regenerarlo. También fue decisivo el ejemplo del Japón, la nueva potencia asiática que en la guerra de 1904 había derrotado de forma humillante a un enorme imperio europeo con sus propias armas. Los Jóvenes Turcos despertaron importantes expectativas dentro y fuera del Imperio; en consecuencia, sus enemigos más directos del se apresuraron a rebañar lo máximo posible antes de que el "Hombre Enfermo" lograra levantarse sobre sus piernas. En octubre de 1908, Austria-Hungría se enexionó Bosnia provincia formalmente otomana que el Imperio dual administraba desde 1878. En 1911, Italia le declaró la guerra a la Sublime Puerta y se apropió de Tripolitania y las islas del Dodecaneso, tras haber bombardeado los Dardanelos. El final de esa contienda coincidió con el ataque de la Liga Balcánica, alianza constituida por Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia. El objetivo de este nuevo ataque era la eliminación definitiva de toda influencia otomana en Europa, lo que casi consiguieron pocos meses más tarde. 11. En esa situación de emergencia, el CUP dio un nuevo golpe, terminó de tomar el control del Estado otomano y situó al frente al triunvirato que había organizado y desencadenado la revolución de 1908: Enver, Cemal y Talât. Los unionistas utilizaron el monopolio del poder y la crítica situación del Imperio para acelerar las reformas. El Ejército fue profundamente reformado y purgada una buena parte de la oficialidad; la administración fue reconstruida y descentralizada, teniendo en cuenta los sentimientos de la población árabe. El sistema judicial y educativo fue secularizado y los tribunales de la ªeri o Ley Islámica pasaron bajo el control Palabras clave / Paraules clau / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 101 El laboratorio turco del Ministerio de Justicia. Hasta las leyes de herencia fueron modificadas según el modelo alemán. Los Jóvenes Turcos buscaron asimismo impulsar el papel de la mujer en la sociedad otomana, y la Universidad de Estambul les abrió sus puertas en 1914. Incluso se creó una Sociedad para el Empleo de la Mujer. 12. Pero donde más ambiciones pusieron los unionistas fue en las finanzas, y eso ya desde 1909. Aparte de modernizar la legislación sobre comercio y propiedad, en economía el CUP propugnaba una política liberal sin concesiones sociales. En base a tales premisas, los Jóvenes Turcos esperaban ganarse el respeto y la cooperación de las grandes potencias occidentales. Para su desencanto, las inversiones extranjeras no crecieron de forma apreciablemente con el cambio de régimen. En las capitales europeas la experiencia otomana se veía con desconfianza, y en consecuencia tampoco se le concedieron a Estambul préstamos que necesitaba con urgencia en 1909 y 1910. Sólo el Deutsche Bank atendió esas peticiones, lo que abrió las puertas a una creciente influencia alemana en el Imperio otomano. 13. Occidente inauguraba una tradición de desconfianza ante los intentos turcos por renovar y modernizar su estado. De hecho, todavía hoy pocos historiadores han explorado el complejo debate político que acompañó la experiencia de los unionistas y que estos aprovecharon según las circunstancias. La idea de regenerar el Imperio a partir del panislamismo fue una opción que los Jóvenes Turcos secundaron temporalmente durante la Gran Guerra, como vehículo para atraerse a los árabes y atacar las bases del Imperio británico. Pero también por entonces se agudizó el debate, tan actual, sobre la necesidad de extender un panislamismo que no recnunciara a los logros de la técnica y las ideas occidentales (opción que, por otra parte, se remontaba a los tiempos del ideólogo Al Afganí, a mediados del siglo XIX). Pero sobre todo, bajo los Jóvenes Turcos se debatió sobre el "otomanismo", la idea de que todos los ciudadanos del Imperio tenían iguales derechos en el marco de un un Estado constitucional. El talón de Aquiles del otomanismo resultó ser el nacionalismo, no sólo el de los diversos pueblos que componían el Imperio, sino también el de los turcos. Asimismo y por entonces el turquismo y el panturquismo se desarrollaron con fuerza; paradójicamente, algunos de los más destacados ideólogos del reformsimo en todos sus aspectos no eran turcos sino tártaros, azeríes, judíos e incluso kurdos. Yusuf Akçura, uno de los más destacados pensadores del panturquismo era un tártaro originario de Rusia. Pero el más destacado del periodo, que intenó conciliar todas las ideologías reformistas fue Mehmet Ziya (Gökalp), seguidor de Durkheim y Tönnies. Gökalp reivindicaba la idea de que existía una nación turca con una civilización propia, en parte áraboislámica, pero también de raíz bizantina y occidental. Por lo tanto, el movimiento de los Jóvenes Turcos fue la verdadera matriz de la cual surgiría la moderna Turquía, aunque la imagen histórica de ese régimen terminara ensuciada por la implicación del Imperio otomano en el Primera Guerra Mundial, y sobre todo por el genocidio del pueblo armenio. 14. El final de la Gran Guerra marcó también la desmembración del Imperio, del cual sólo quedó propiamente la península de Anatolia, y aún ésta sometida en parte a ocupación militar directa de británicos, franceses, italianos y griegos. Sin embargo, pronto surgió un movimiento de resistencia estructurado en torno a los restos de la oficialidad militar unitarista (la denominada red Karakol) y situado en el centro más inaccesible de Anatolia. De ese núcleo duro de Jóvenes Turcos pronto se destacó un militar: el general de brigada Mustafa Kemal Pasha, que se había distinguido durante la Gran Guerra pero políticamente enfrentado a Enver, no había estado implicado en sus crímenes. En torno a la capacidad de liderazgo y organización de este hombre se estructuró un nuevo ejército que fue derrotando uno a uno a todos los enemigos, hasta terminar con al presencia militar griega y británica en 1922. Y la nueva capital, Ankara, en un lugar estratégicamente menos vulnerable que la vieja Estambul. http://seneca.uab.es/hmic 102 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga 15. A partir de ahí, Mustafa Kemal terminó haciéndose con el control absoluto del poder político y transformó a Turquía en una República, proclamada en octubre de 1923. Dos años más tarde, la Ley de Mantenimiento del Orden introducía, de hecho, la autocracia, abiertamente reconocida en 1931 cuando se instituyó que el único partido permitido era el Republicano del Pueblo. En 1922 también se abolió el Califato, máxima autoridad religiosa de la comunidad musulmana internacional, asociada a la jefatura política del Imperio otomano. Por lo tanto, con él desaparecía, por primera vez desde el siglo VII, el último imperio musulmán de la historia, un hecho que sigue teniendo profunda influencia en el Islam actual. 16. En años sucesivos, Mustafa Kemal introdujo una serie de reformas que cambiaron profundamente a Turquía y la convirtieron en modelo de un nuevo y revolucionario tipo de estado en el cual la religión musulmana y el estado quedaban claramente separados, iniciativa tanto más chocante cuanto que del Corán y los otros textos religiosos musulmanes se pueden extraer recomendaciones políticas concretas que los estados musulmanes habían utilizado para su funcionamiento. La "revolución por decreto" se estructuró en tres grandes oleadas de leyes. En primer lugar, las referidas a la secularización del estado, el sistema educativo y el código legal en general. Kemal no hacía sino concluir las reformas iniciadas bajo el sultán Mahmud un siglo antes, pero de todas formas fue muy drástica por cuanto abolió la Sharia o Ley Islámica e introdujo un Código Civil de modelo suizo y un Código Penal inspirado en el de la Italia mussoliniana de aquel entonces (1926). 17. Más visible y espectacular fue el segundo paquete de reformas que atacó los símbolos religiosos y los sustituyó por otros relacionados con la civilización occidental. Uno muy característico fue la abolición del tradicional fez y la imposición del sombrero occidental de caballero. El velo femenino nunca fue prohibido, pero la emancipación de la mujer fue un objetivo perseguido con insistencia. También la imposición del domingo como día festivo semanal, el calendario occidental y su sistema de pesos y medidas, el alfabeto latino en lugar del persa-arábigo, y el apellido familiar en vez del sistema musulmán de nombres (1934). 18. En tercer lugar, el kemalismo socavó frontalmente las manifestaciones religiosas más populares y se lanzó a secularizar la vida social. Los santuarios religiosos fueron cerrados y las órdenes místicas de los derviches (tarikats) fueron suprimidas (1925). Habían sido la punta de lanza contra la penetración de influencias occidentalizantes desde el siglo XVIII. 19. Los países occidentales quedaron boquiabiertos ante la rapidez y profundidad con las que Kemal Atatürk había creado una Turquía laica; por otra parte, no era un país musulmán cualquiera, sino el corazón del último imperio musulmán y cabeza religiosa de la umma o comunidad de creyentes desde el Califato. Sin embargo, esas medidas trajeron como consecuencia una activa politización del Islam, que pasó a convertirse en vehículo de la oposición política hasta nuestros días. No era un adversario despreciable, dado que el kemalismo, cuya base social era el extenso funcionariado y la clase media urbana, no tuvo buena acogida en las zonas rurales. Los campesinos de la Turquía profunda siguieron llevando su modus vivendi tradicional durante largos años y tras la muerte de Mustafá Kemal (que adoptó el apellido Atatürk) en 1938 el régimen devino cada vez más impopular. A ello contribuyeron también las cargas fiscales y una modernización social que tardó demasiado en arrojar resultados materiales más allá de las ciudades. 20. En cualquier caso, la historia de la recién nacida Turquía entró en una nueva fase tras la Segunda Guerra Mundial. La estricta neutralidad mantenida durante la contienda no evitó que las cosas cambiaran a partir de 1945. La victoria de los Aliados había sido la de la democracia Palabras clave / Paraules clau / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 103 El laboratorio turco sobre el fascismo, de ahí que recién llegada al club de las Naciones Unidas, la Turquía autocrática de Ýnönü, heredero político de Atatürk, hubo de adoptar otros modos políticos. La conclusión del proceso de transición fueron las elecciones de 1950, que ganó de forma aplastante una formación de nuevo cuño: el Partido Democrático. Por primera vez el Partido Republicano del Pueblo quedó fuera de juego; eso no significó el entierro del legado kemalista, dado que el Partido Democrático resultó ser de la derecha conservadora y neoliberal. Pero su decadencia al frente del poder y el creciente enfrentamiento con el PRP llevó en 1960 al Ejército a organizar el primer golpe de estado de la posguerra. Tras redactar una nueva Constitución, los militares permitieron el regreso a la democracia al año siguiente. Otro esquema que se repetirá será la aparición de nuevos partidos políticos, en algunos casos reconstrucciones de los previamente existentes. 21. Los años sesenta y setenta trajeron un cortejo de débiles gobiernos de oposición, una gran inestabilidad política, y un creciente radicalismo por la derecha y la izquierda. Fueron también "años de plomo" para Turquía. En ese crisol surgieron los grandes nombres de la política en los ochenta y los noventa: Süleyman Demirel, Bülent Ecevit, Necmettin Erbakan. En 1971 el Ejército dio un "golpe sordo" por medio de un ultimátum para la formación de un gobierno de técnicos. Siguieron nuevas refundaciones de partidos, nuevas coaliciones, y en 1980 un nuevo golpe militar. 22. Esta interferencia castrense supuso la aparición de una verdadera Tercera República turca forjada a lo largo de tres años de régimen militar: nueva Constitución, arrestos masivos de la clase política en general y nuevos partidos que por decreto nada tuvieran que ver con los tradicionales. De ahí surgió la era del técnico Turgut Özal y su Partido de la Madre Patria, vencedor de las elecciones (vigiladas) de 1983. Cuatro años más tarde, este popular político restauró la total normalidad democrática a partir de un referéndum y continuó al frente del poder hasta su muerte. La caída del Partido de la Madre Patria, en las elecciones de 1991, trajo un nuevo periodo de inestabilidad y coaliciones inseguras. También llevó al afianzamiento de los islamistas liderados por Necmettin Erbakan, ingeniero técnico y profesor. El Partido del Bienestar, (el popular Refah) que obtuvo brillantes resultados en las municipales de 1994, se repartió a partes iguales los resultados de las parlamentarias del año siguiente. Junto con el Partido del Recto Camino (centro-derecha) de Tansu Çiller y el Partido de la Madre Patria. La incapacidad de estos últimos por llegar a un acuerdo originó una coalición entre los islamistas y el partido de la Çiller. 23. La posibilidad de que los islamistas coparan el poder inquietó al Ejército, que una vez más y en nombre del legado laico de Atatürk, se las arregló para apartarlos del poder -con el apoyo de amplios sectores sociales- en junio de 1997. Fue el momento del veterano Bülent Ecevit, que dos años más tarde logró formar una coalición entre su partido (Izquierda Democrática), el centro-derecha y los nacionalistas. Ese edificio aguantó hasta que la enfermedad apartó a Ecevit del poder, no sin generar una nueva crisis. Como consecuencia y en las elecciones de noviembre del 2002, obtuvo las victoria una nueva formación (y una nueva incógnita): el Partido de la Justicia y el Desarrollo liderado por Recep Tayyip Erdogan, de talante islamista moderado y con pretensiones de erigirse en representante de una nueva "democracia islámica", similar conceptualmente a las democracias cristianas occidentales. 24. En conjunto, la extrema complejidad de la política turca en la segunda mitad del siglo XX fue debida a la entrada del país en el juego de la política internacional como protagonista de primera fila. Se puede discutir hasta la saciedad sobre la europeidad o no de Turquía, pero no se puede negar que como miembro de la OTAN, antiguo vecino de la URSS, actor en las http://seneca.uab.es/hmic 104 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga crisis de Oriente Medio y Asia Central, gendarme del Mediterráneo Oriental (lo que incluye a Chipre y su destino), rival de Grecia, exportador de mano de obra barata en cantidades masivas y postulante a la Unión Europea, es cualquier cosa menos un segundón. Esa maraña de compromisos cruzados explica por sí misma fenómenos como el abusivo protagonismo arbitral del Ejército. Durante medio siglo, Turquía no ha podido (ni le han tolerado los norteamericanos) permitirse el lujo de ser un país democráticamente inestable. La natural influencia del radicalismo islámico procedente del vecino Irán ha sido vista como un peligro intolerable por los poderes fácticos del país. sobre todo después de largos años de un estricto control de la religión mayoritaria que incluía la prohibición de editar el Corán en turco: un fenómeno realmente increíble para un país musulmán que además ha contenido, durante siglos, la máxima autoridad del Islam. De hecho, el golpe de 1980 se debió en parte al miedo que provocaba al influencia de la revolución fundamentalista iraní, que había triunfado precisamente el año anterior. 25. Resulta demasiado arriesgado calcular qué sucederá con Turquía en relación a su posible ingreso en la UE. Sus pretensiones de europeidad las comparten otros países del Mediterráneo: no faltan argumentos similares en Egipto, Marruecos o el Líbano países que han tenido un pie en Europa o han influido en su historia; no digamos Israel, Armenia o Georgia. Turquía es inequívocamente asiática, pero eso no debería ser (y no será) la razón real que le impida alguna forma de acceso a la UE. Tampoco sería bueno para Europa centrar la discusión en ese tipo de argumentos cuando miles de mezquitas y millones de inmigrantes musulmanes hacen del Viejo Continente una sociedad multicultural y multirreligiosa desde hace ya bastantes años -como saben miles de turcos nacidos en Alemania que no han podido acceder a la nacionalidad de su país de adopción. En definitiva, discutir sobre marchamos de europeidad es caer en una polémica que, al menos en el caso de Turquía, nunca se resolverá. Algo similar ocurre con Rusia, la otra gran incógnita frente a la UE. 26. En definitiva, el acceso de Turquía a la Unión Europea estará relacionado con sus logros socio-económicos: renta per cápita, potencia económica, tasa de natalidad, peso geoestratégico, capacidad para actuar como frontera avanzada de Europa en territorios peligrosos, credenciales democráticos suficientes. Pero sea cuál sea el resultado final de ese desafío, el acercamiento de Europa a Turquía será una experiencia enriquecedora, sobre todo si se valora correctamente a ese país y se tiene en cuenta su rico pasado intelectual. De la misma forma que Atatürk logró imponer una revolución impensable en cualquier otro país musulmán, Turquía puede ser ahora el laboratorio del que surja un Islam europeizado del cual existen precedentes en el mismo país con más de un siglo de antigüedad y más modernos aún. Tal es el caso del pensador musulmán Sayyid Nursi conocido como Bediüzzaman ("Maravilla de los tiempos"). En sus escritos, abogaba por situar el Islam en el centro de la vida de los creyentes y la sociedad musulmana, pero también para estudiar y formarse sin descanso en las más modernas tecnologías y explorar la ciencia sin complejos. Sait Nursi fue detenido y juzgado en numerosas ocasiones entre 1935 y 1953, considerado como enemigo del legado kemalista. Murió en 1960. Sus pensamientos, recogidos en folletos, panfletos y hasta notas y cartas, fueron recopilados en el Mensaje de Luz, lo que dio lugar al denominado "movimiento Nurcu". Palabras clave / Paraules clau / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 105 El laboratorio turco Los principales reformadores otomanos y turcos Yusuf Açura, tártaro de Rusia. Autor del primer gran manifiesto panturco, publicado en 1904 en El Cairo. Tekin Alp (seudónimo de Moise Cohen de Seres, judío): autor de los objetivos de guerra panturcos del Imperio otomano durante la 1ª GM Sayyid Nursî, kurdo de Bitlis, fundador del movimiento Nurculuk de tendencia islamista; miembro de de la orden mística Nakºibendi. A principios de siglo no sólo era miembro de la Unión Mahometana, sino propagandista de los unionistas. Sait Halim Pasha, Mehmet Akif (Ersoy) y Eºref Edip (Fergan) figuras de los islamistas reformistas moderados en 1909, fudnadores del Sebilürreºat (1912) Abdullah Cevdet, occidentalista, kurdo de Arapkir. Ziya Gökalp, medio turco de Diyarbakir Revolución por decreto Ley de Unificación Educativa, marzo, 1924. Abolición de las medersas. Ídem del ministro de Asuntos Religiosos y Fundaciones Piadosas. Marzo, 1925: Ley de Mantenimiento del Orden: régimen autoritario y monopartidista. Septiembre, 1925: Cierre de los conventos derviches y santurarios religiosos. Noviembre, 1925: Abolición del fez y sustituicón por sombrero europeo de estilo europeo. Primera mitad de 1926: Introducción del calendario europeo + Código Civil suizo + Código Penal de la Italia fascista. Abolición de los títulos honoríficos de cortesía. Leyes de banca. Octubre, 1927: el discurso de 36 horas (Nutuk) + Congreso del Partido Popular Republicano. Agosto, 1928: Introducción del sistema numérico occidental. Introducción del alfabeto latino 1930: fundación de una oposición artificial: el Partido Republicano Libre de Fethi (Okyar). 1931: Proclamación oficial del régimen monopartido. Introducción del sistema de pesos y medidas occidental. Fundación de la Sociedad para el Estudio de la Historia Turca (pag. 199) 1932: Primer Congreso Lingüístico 1934: Se introducen los apellidos. 1935: Decreto por el cual el día de descanso semanal pasa a ser el domingo y no el viernes. Teoría del Güneº-Dil Teorisi (pag.198) 10.11.1938: Muere Kemal Atatürk http://seneca.uab.es/hmic 106 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Francisco Veiga Orgullo de ser turco La revolución kemalista culminó su obra con dos construcciones ideológicas destinadas a fundamentar el nuevo nacionalsimo turco: La Teoría Solar del Lenguaje y la Tesis de Historia turca. La primera, aparecida en 1935, argumentaba que todas las lenguas derivaban originariamente de una primigenia, hablada en Asia Central; que el turco era uno de los idiomas más próximos a ese lenguaje matriz, y que por ello los demás evolucionaron a través suyo. La Tesis de Historia turca, formulada en 1932, argumentaba que los turcos vivían originariamente en Asia Central, pero que la sequía y el hambre les forzaron a emigrar a otras áreas, como China, Europa y Oriente Próximo, dando lugar así a las grandes civilizaciones. Por lo tanto, sumerios, hititas o troyanos venían definidos como "pre-turcos" y no por casualidad los dos mayores entidades financieras estales fundadas en los años treinta del siglo XX fueron denominadas "Banco Sumerio" y "Banco Hitita". De esa manera se contaba promover el orgullo de lso turcos por un nuevo pasadso idealizado que les haría olvidar las glorias del desaparecido Imperio otomano. 107 Orgullo de ser turco http://seneca.uab.es/hmic El laboratorio turco 108 http://seneca.uab.es/hmic DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Florence Gauthier Les lumières et le droit naturel Salamanque octobre 2002. Le libéralisme dans son histoire. Florence Gauthier Resumé / Resum / Abstract L’auteur réflechi autour du concept de droit naturel present dans les Constitutions de 1789 et 1793 et le pourquoi de la disparution de ce terme dans les Constitutions de la France jusqu’à 1946. / L’autora reflexiona entorn el concepte de dret natural present en les constitucions de 1789 i 1793 i el perquè de la desaparició d'aquest terme dins les Constitucions de França fins 1946. / The author focus around the natural right concept present in the Constitutions of 1789 and 1793 and his aboid in the french Constitutions until 1946. Mots clé / Paraules clau / Key Words Constitutions, droit nature, France, Lumières. / Constitucions, dret natural, França, il·lustració. / Constitutions, natural right, french, illustration. I 1. Les organisateurs du congrès m'ont demandé d'intervenir sur le thème Les Lumières et le droit naturel. Je les remercie de l'honneur qu'ils me font en me permettant d'être parmi vous pour vous parler d'un thème aussi vaste et complexe. 2. Le terme droit naturel s'inscrit dans le vaste courant de pensée qui s'est développé depuis le XVIe siècle sous le nom de philosophie du droit naturel moderne. Mon propos se précise ainsi : je vous parlerai des Lumières du XVIIIe siècle dans leur rapport avec la philosophie du droit naturel moderne avant et pendant l'événement Révolution française. Comme on le sait les deux premières constitutions de la Révolution se sont fondées sur une déclaration des droits naturels de l'homme et du citoyen, celle de 1789 et de 1793. Ce que l'on sait moins c'est que, à partir de 1795, le terme droit naturel a disparu des Constitutions de la France, et ce jusqu'en 1946. Pourquoi cette apparition du terme droit naturel dans le droit constitutionnel français, suivie d'une aussi longue éclipse ? Il y a ici matière à réflexion (Gauthier, 2). 3. Je commencerai par quelques remarques de méthode. Depuis une trentaine d'années, on utilise un certain nombre de concepts politiques qui construisent une vision de l'histoire. 4. Par exemple, le terme d'Etat-nation en fait partie. Depuis une trentaine d'années, on nous a appris en France que le moment de formation de l'Etat-nation fut la Révolution de 1789. 5. Pour certains Etat-nation est un équivalent d'Etat national, mais pour d'autres il désigne une politique nationaliste. Ce concept apparaît flou et susceptible d'interprétations contradictoires. Resumé / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 109 Les lumières et le droit naturel 6. J'ai pour ma part une grande méfiance vis-à-vis de ce terme, parce que je ne sais pas d'où il vient. Ce que je sais, c'est qu'il n'existe pas dans la langue française du XVIIIe siècle et pas davantage dans celle du XIXe siècle. 7. Pourquoi cette méfiance vis-à-vis du concept d'Etat-nation ? Il se rapproche par sa structure du concept d'Etat-peuple de Mussolini. Il y a une ambiguïté dangereuse de ce côté et je nous invite tous à chercher d'où vient ce terme puisqu'il est largement utilisé aujourd'hui. 8. En tant qu'historienne, je développerai un peu plus loin les conceptions de la souveraineté des sociétés politiques telles qu'elles apparaissent dans les théories du XVIIIe siècle. Et je précise que, bien sûr, on peut utiliser des concepts qui n'existent pas à une époque donnée, mais à certaines conditions dont la suivante : il s'agit en premier lieu de connaître les concepts propres à une époque avant d'en utiliser d'autres qui lui sont étrangers. La critique des concepts utilisés est indispensable pour éviter de se trouver emprisonnés dans une chaîne conceptuelle. Il faut encore être attentif au fait que nos théories politiques actuelles et nos concepts sont peut-être beaucoup moins développés, moins fins, moins riches, moins précis que ceux de certaines époques du passé. 9. Il en va de même pour le terme libéralisme. Ce concept que nous utilisons aujourd'hui n'existait pas au XVIIIe siècle, il a été produit au XIXe siècle, mais nous sentons bien qu'il a quelque chose à voir avec les théories de la liberté élaborées du XVIe au XVIIIe siècles, à travers des expériences historiques multiples. 10. Toutefois ce rapprochement entre le concept actuel de libéralisme et les théories de la liberté du XVIIIe siècle apparaît lui aussi flou et parfois même discutable. Prenons l'exemple des physiocrates qui ont proposé, en France dans les années 1760-70, une théorie du capitalisme (Quesnay, Le Mercier de la Rivière). Devenus conseillers du roi de France, ces physiocrates ont eu la possibilité de mettre leurs idées en pratique dans l'agriculture comme dans le commerce des grains (Bloch 1). Comme on le sait, leurs réformes ont suscité des résistances populaires suffisamment fortes pour inciter la monarchie à reculer afin d'éviter que ce désastre économique ne prenne une dimension politique. Cette expérience donna également lieu à un débat extrêmement riche qui conduisit certains de ces physiocrates à corriger leurs théories (Galiani, Markovits, Gauthier 1, 3, 4). 11. Or, au XXe siècle, l'histoire de ces physiocrates a été présentée comme une expérience de libéralisme à cause de leur projet en faveur de la liberté du commerce. Puis, dans les années 1960-70, les physiocrates ont été interprétés comme des anticipateurs du marxisme à cause de leurs aspects matérialistes. Plus récemment, dans les années 1980-90, leur libéralisme a été récusé lorsqu'on a pris au sérieux leur projet politique nettement despotique et ils ont été qualifiés de "totalitaires". Ainsi, rien que durant le XXe siècle, les physiocrates ont été successivement interprétés comme des libéraux, puis des anticipateurs du marxisme, puis des totalitaires. On peut dire qu'à leur sujet, la confusion est à son comble et doit nous inviter à la prudence (Cartelier). 12. Retournons au XVIIIe siècle. À cette époque, jamais les physiocrates n'ont été confondus avec des théoriciens de la liberté. Ils se présentaient eux-mêmes comme des théoriciens du despotisme légal et n'auraient pas apprécié qu'on les confonde avec des défenseurs d'une liberté politique qu'ils rejetaient vigoureusement. http://seneca.uab.es/hmic 110 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Florence Gauthier 13. Même chose en ce qui concerne Turgot. Il bénéficia du débat suscité par l'échec des réformes des physiocrates et modifia leur théorie économique. Mais, lui aussi lorsqu'il devint conseiller du roi, en 1774, se réclama d'un despotisme s'appuyant sur l'appareil d'état monarchique. Il y ajouta même l'application de la loi martiale qu'il fut le premier à inaugurer pour mettre en pratique des réformes économiques. Comme celles des physiocrates, les réformes de Turgot suscitèrent des troubles et des émotions populaires d'une grande intensité et échouèrent. 14. Nous retiendrons que des théoriciens qui se réclament eux-mêmes du despotisme, de l'usage de la force et de la loi martiale ne sauraient être confondus avec des défenseurs de la liberté politique et que c'est même trahir leur pensée que d'opérer une telle confusion. 15. De quelle liberté s'agit-il ? Chez les physiocrates comme chez Turgot, la liberté n'est pas une qualité humaine mais une conséquence de la propriété. Le Mercier de la Rivière, par exemple, a longuement défini la liberté comme une quantité : on est plus ou moins libre en fonction de la taille de la propriété (foncière ici). Ce ne sont point les êtres humains qui sont susceptibles de liberté mais les choses et en l'occurrence la propriété qui est la mesure de la liberté. La liberté ici est un équivalent de la consommation : plus on est riche en propriété, plus on consomme et plus on est libre. 16. On retiendra qu'il s'agit d'une définition très particulière de la liberté. 17. Sur la question centrale de la liberté, pour toute personne qui s'intéresse au libéralisme, on ne peut manquer de mentionner le récent travail de Quentin Skinner. 18. Dans son livre Liberty before Liberalism, Skinner a mis en lumière comment, en GrandeBretagne, la conception de la liberté telle qu'elle a été retenue aux XIXe et XXe siècles est une reprise de la conception héritée de Hobbes, théoricien du despotisme monarchique du XVIIe siècle. Cette conception hobbesienne correspond à ce que l'on a appelé la liberté négative. Ici, la liberté est conçue comme une absence de contraintes qui empêcheraient l'agent de parvenir à ses fins. 19. Cette conception hobbesienne de la liberté a été isolée de son contexte historique par une tradition qui, de l'utilitarisme du XIXe siècle et depuis, la présente comme la seule conception recevable et est même parvenue à disqualifier toute autre approche comme "indigne de la philosophie". 20. Or, Skinner a replacé la conception hobbesienne dans le débat du XVIIe siècle et montré que des théoriciens, qu'il qualifie de néo-romains (John Milton, Marchamont Nedham, James Harrington etcŠ), avaient une toute autre conception de la liberté. Pour eux, la liberté civile n'est réalisable que dans un état libre. D'une part, la liberté personnelle est conçue par opposition à l'esclavage civil. Un esclave est dans la dépendance de son maître. L'être humain libre ne peut être soumis au pouvoir d'un autre être humain. D'autre part, la liberté en société s'oppose à l'esclavage politique (despotisme, tyrannie) : on est libre en société lorsqu'on obéit à des lois, et non aux êtres humains, et à des lois à l'élaboration desquelles on a participé. Cette double liberté (personnelle et en société) conçue par opposition à l'esclavage civil et politique est précisément ce que Hobbes et les théoriciens du despotisme monarchique ont refusé dans le débat et les guerres civiles du XVIIe siècle en Angleterre. I http://seneca.uab.es/hmic 111 Les lumières et le droit naturel 21. En restituant l'histoire des discussions du XVIIe siècle, Skinner fait revivre les enjeux et permet de démonter ce qui est devenu plus tard un montage univoque et de mettre en lumière une source de nos préjugés actuels sur la définition de la liberté. 22. "Je veux suggérer, écrit-il, que si nous examinons le passé archivé par l'histoire, si nous y réfléchissons, nous pouvons espérer prendre du recul par rapport à certaines de nos affirmations et croyances actuelles, voire les réévaluer. Je veux enfin explorer l'idée selon laquelle une des valeurs présentes du passé est de servir de caveau aux valeurs auxquelles nous ne souscrivons plus, aux questions que nous ne nous posons plus. Par conséquent, un des rôles de l'historien intellectuel sera d'agir comme une sorte d'archéologue, ramenant à la surface des trésors intellectuels ensevelis, pour les dépoussiérer et nous permettre de reconsidérer ce que nous en pensons." (Skinner, III, 2). 23. La définition univoque de la liberté et du libéralisme se révèle aujourd'hui véritablement problématique et nous invite à faire la lumière sur l'histoire des débats et des luttes pour la liberté. II 24. Je voudrais maintenant pour ma part, tenter de "ramener à la surface quelques trésors intellectuels ensevelis pour les dépoussiérer et nous permettre de reconsidérer ce que nous en pensons". La philosophie du droit naturel moderne à l'époque des Lumières se nourrissait d'une conception de la liberté attachée à la personne et non aux choses. La liberté était conçue, comme chez les théoriciens néo-romains de l'Angleterre du XVIIe siècle, par opposition avec l'esclavage civil et politique. Cette philosophie affirmait le principe de l'unité du genre humain. Arrêtons-nous un instant sur cette idée de l'unité du genre humain. Cette idée renvoie à l'école de Salamanque. Et nous y sommes. Cette école de Salamanque est liée à un événement dont l'importance est considérable, la "découverte de l'Amérique" suivie des crimes commis par des Européens contre ses habitants, qu'ils appelèrent les Indiens, dans leur entreprise de destruction selon l'expression de Bartholomé de Las Casas. Ajoutons, parallèlement à cette destruction des Indes et des Indiens, la déportation de captifs africains mis en esclavage en Amérique. 25. La découverte d'une humanité nouvelle en Amérique provoqua un débat intense et des luttes acharnées pour redéfinir l'humanité. Une idée nouvelle apparut à ce moment-là, portée par Las Casas et l'école de Salamanque qui affirmaient ceci : l'humanité est une, aucun être humain ne naît esclave (Las Casas, Vitoria). L'humanité se définit a priori par sa naissance libre, par droit de nature. Le refuge de la liberté et des droits de l'être humain se trouvent dans le droit naturel. Le principe fondamental de la philosophie du droit naturel moderne était là. Moderne ? oui, par opposition au droit naturel antérieur qui divisait et hiérarchisait l'humanité en maîtres et en esclaves. Le droit naturel moderne prétendait affirmer la nécessité d'énoncer les droits de l'humanité. 26. Ce que Las casas et l'école de Salamanque avaient inscrit dans cette redéfinition de l'humanité une, libre de naissance, ou de nature, ou de droit naturel, c'est précisément le droit : une conception nouvelle du droit naturel placé en position de supériorité par rapport au droit humain (droit positif). 27. L'Eglise catholique en la personne du pape et les rois avaient prouvé dans la pratique, et la destruction des Indes le révélait amplement, qu'ils n'étaient pas capables de protéger l'humanité une, née libre, ayant des droits naturels. Quel était cet arbitre supérieur au droit http://seneca.uab.es/hmic 112 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Florence Gauthier positif des puissants et capable de protéger cette idée d'humanité ? C'était l'idée de justice, le besoin de justice, l'effectivité de la justice, mais une justice qui n'était pas celle du droit humain ou positif qui reposait sur des notions injustes et variables. C'était maintenant le droit naturel moderne qui énonçait le principe d'une justice conforme à la définition de l'humanité une, née libre et ayant des droits. Le droit naturel moderne s'affirmait comme supérieur au droit humain ou positif. Et même plus, il affirmait son antériorité comme constitutive de cette nouvelle humanité dont l'unique appui était la conscience de cette humanité une, née libre et ayant des droits. C'était cette conscience qui restituait à l'être humain sa dignité. Droit naturel et dignité humaine. 28. Cette nouvelle conception du droit naturel moderne qui affirmait que tout être humain naît libre et a droit à la protection de cette liberté, impliquait nécessairement la réciprocité du droit ou son caractère universel, ce qui est équivalent. Ce droit était donc en même temps un devoir de réciprocité. 29. La parole de l'évangile : "Ne fais pas à autrui ce que tu ne voudrais pas qu'il te soit fait", et qui exprimait la morale chrétienne fut traduite dans la langue du droit naturel moderne, c'està-dire dans une théorie politique. Ce passage de la morale à la politique énonçait un principe : l'humanité naît libre et non esclave, et ce principe devait être réalisé, mis en pratique, rendu exécutoire pour devenir : l'humanité naît libre et doit le demeurer. 30. Cette conscience politique ouvrait sur la possibilité d'établir le constat d'un état d'oppression et sur le droit de résister à cette oppression. 31. Morale et politique ici s'accordaient pour énoncer des principes de nature législatrice sous forme de droit universel, naître libre et non esclave, qui devaient être mis en pratique par un exécutif soumis au législatif. La philosophie du droit naturel moderne construisait, à sa naissance, une politique de la philosophie : c'est bien la philosophie qui éclaire les principes auxquels le pouvoir législatif devra se conformer et réaliser. 32. Le premier des droits de l'humanité formulé par la philosophie du droit naturel moderne était né entre les deux rives de l'Atlantique. Il affirmait que l'humanité est une, que chaque individu naît libre et a droit à la protection de sa liberté, que le droit naturel prime le droit positif et que le caractère du droit est réciproque ou universel. 33. Un effort considérable venait d'être accompli par la philosophie, marquant un pas en avant vers une conception de la liberté de l'humanité. Une rupture nette s'était opérée entre la conception antérieure et celle du droit naturel moderne. Son c¦ur était dans le refus des crimes commis par des Européens en Amérique et en Afrique. Son enjeu était de ne pas recommencer avec la mise en esclavage d'une partie de l'humanité. Son moyen était la prise de conscience de la nécessité de faire connaître ces droits naturels par l'instruction. La morale évangélique n'avait pas été capable, jusque-là, de protéger l'humanité, la théorie politique du droit naturel de l'humanité allait tenter de le réaliser. 34. Un bref rappel historique s'impose. L'apparition du premier droit de l'humanité s'est faite au XVIe siècle. Au moment où dans le domaine ouest européen s'opérait un vaste mouvement de sortie du servage. Le servage féodal issu de l'histoire complexe des conquêtes de l'empire romain esclavagiste et des invasions barbares. La sortie du servage avait commencé vers le XIe II http://seneca.uab.es/hmic 113 Les lumières et le droit naturel siècle et s'était développée du XIIe au XVe siècles dans ce domaine ouest-européen (Bloch, 2, 3). Dans le Royaume de France, des actes de manumissions se faisaient encore au XVIe siècle par exemple et signalaient la proximité de la servitude. 35. Or, au XVIe siècle, aux débuts de la soumission de l'Amérique, deux processus contradictoires se chevauchaient : le servage laissait place à la généralisation du statut d'homme libre, tandis qu'en Amérique les conquistadors inventaient une nouvelle forme de société esclavagiste avec la main-d'¦uvre "indienne", puis avec les captifs africains déportés. Comme si, des progrès de la liberté qui faisaient reculer le servage, une réaction avait trouvé sa revanche en asservissant l'Amérique. 36. Ceci pour souligner que la définition de la liberté conçue en opposition avec l'esclavage civil et politique n'était pas le résultat d'un abus des mots ou de lectures abstraites. Au contraire, elle faisait référence à une réalité du servage fort concrète et encore vivante dans la période moderne. Elle faisait aussi référence à la naissance d'une nouvelle forme de mise en esclavage en Amérique qui, précisément, menaçait la liberté tout juste affermie dans quelques parties de l'Europe. 37. Le premier droit de l'humanité une, née libre et ayant des droits qui apparut au carrefour de trois parties du monde (Europe, Amérique, Afrique) n'a pas été un produit de la domination européenne, mais bien au contraire, l'expression de la conscience critique de ce que l'on nommait alors la barbarie européenne. 38. Prenons maintenant un exemple de mise en application de cette politique de la philosophie avec la Révolution française. L'article premier de la Déclaration des droits naturels de l'homme et du citoyen de 1789, en France, rappelait en une phrase tout ce dispositif de l'apparition du premier droit de l'humanité : "Art. 1. Les hommes naissent et demeurent libres et égaux en droits." Et dans la Déclaration des droits naturels de 1793, l'article 6 rappelle ce passage de la morale évangélique politisé en principe de réciprocité du droit (droit et devoir) : "Art. 6. La liberté est le pouvoir qui appartient à l'homme de faire tout ce qui ne nuit pas aux droits d'autrui : elle a pour principe la nature, pour règle la justice, pour sauvegarde la loi, sa limite morale est dans cette maxime : Ne fais pas à un autre ce que tu ne veux pas qu'il te soit fait." (Textes traduits dans Castells Olivan, 277). 39. J'ai insisté sur l'apparition du premier droit de l'humanité tout d'abord parce que nous sommes à Salamanca et ensuite parce qu'il est trop insuffisamment pris en considération. Nous allons le retrouver un peu plus loin d'ailleurs, car c'est encore lui qui éclaire ce que l'on appelle la cosmopolitique au XVIIIe siècle. 40. Le second droit de l'humanité est mieux connu, il s'agit du droit de liberté de conscience. L'événement décisif de son apparition date aussi du XVIe siècle, avec les guerres de religion entre Catholiques et Protestants. Ici encore le droit positif se révélait variable et instable. Des expériences de tolérance interrompues par des guerres avec leur cortège d'horreurs et de souffrances indiquèrent une nouvelle forme de despotisme. La conscience critique, qu'elle soit d'une religion ou d'une autre ou encore rationaliste, en vint à préciser une nouvelle forme d'oppression : le despotisme doctrinal des Eglises et de toutes les Eglises était incompatible avec la liberté personnelle et la liberté en société. Cet effort intellectuel aboutit à séparer nettement philosophie et théologie en renvoyant les religions dans le domaine des opinions. http://seneca.uab.es/hmic 114 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Florence Gauthier 41. La liberté de conscience, comme droit naturel moderne, relevait de la liberté personnelle. Ainsi la liberté de naissance comme la liberté de conscience ne pouvaient être effectives que dans le cadre d'une société politique libre. 42. Voyons maintenant la théorie du droit des peuples à leur souveraineté dans la philosophie du droit naturel moderne, ou théorie des sociétés politiques libres. 43. L'affirmation du principe de l'unité du genre humain, défini comme nous l'avons vu, par opposition avec l'esclavage civil et politique, s'était construite en opposition aux politiques de conquête. L'école de Salamanque a insisté sur le droit des peuples à leur souveraineté et avancé l'idée que chaque peuple formait une partie de l'humanité prise dans son ensemble. 44. Nous retrouvons ici le caractère réciproque, ou universel, du droit de se constituer en société politique particulière qui délégitime toute forme de conquête et de politique de puissance. La notion spécifique de droit commun à l'humanité a été développée par Francisco de Vitoria et fut retravaillée par la philosophie du droit naturel moderne. Elle en est même l'expression spécifique. J'ai dit précédemment que la philosophie du droit naturel moderne avait proposé une théorie politique, mais en fait il faut parler d'une théorie d'emblée cosmopolitique puisqu'elle prend en considération les intérêts et les droits communs de l'humanité (Vitoria). Il est assez remarquable d'ailleurs, que la découverte de l'Amérique à peine faite, la pensée politique est devenue, par un effort de la conscience critique, cosmopolitique. C'est cet aspect que je vais développer maintenant. 45. Un nombre encore trop limité d'études ont été faites au sujet de la cosmopolitique de la liberté. Nous avons ici un de ces "trésors intellectuels ensevelis" évoqués par Skinner. 46. Je ne parle pas de l'esprit cosmopolite mais bien d'un droit cosmopolitique. Je n'en retracerai pas l'histoire détaillée ici, faute de temps, mais j'indiquerai quelques relais essentiels. Dans le Second traité de gouvernement de John Locke, qui correspond à une synthèse de la philosophie du droit naturel moderne enrichie de l'expérience de la première Révolution d'Angleterre, on trouve l'expression de ce droit commun à l'humanité repris de l'école de Salamanque sous la forme suivante : "Dieu a fait don de la terre aux enfants des hommes, il l'a donnée en commun à l'humanité." (Locke, II, 4). Au XVIIIe siècle, un important travail a été accompli par Mably qui a consacré la plus grande partie de ses ¦uvres au droit cosmopolitique dans les années 1740-60 et qui a profité des débats autour de l'abbé de Saint-Pierre et de Rousseau (Mably, 1, 2, 3). 47. Mais pour faire mieux saisir l'enjeu des débats, je vais rappeler l'affrontement qui eut lieu pendant la Révolution française à ce sujet. 48. En 1790, l'Assemblée constituante avait solennellement renoncé à toute nouvelle guerre de conquête. Un débat fort riche aboutit à un décret à ce sujet en mai 1790. Cependant, en 179293, la Convention girondine se lança dans une dangereuse guerre de conquête en Europe, entreprise qui, on le sait, échoua en avril 1793 et précipita l'effondrement de la politique girondine, divisa les peuples conquis par la force et transforma la République en pays assiégé et partiellement occupé (Gauthier 2, pp. 127-143, Bélissa). II http://seneca.uab.es/hmic 115 Les lumières et le droit naturel 49. Les défenseurs du droit des peuples à leur souveraineté et du droit cosmopolitique avaient critiqué les projets de guerre de conquête et les résultats négatifs de cette entreprise. Parmi eux, Grégoire, Billaud-Varenne, Marat, Robespierre prirent la défense du droit des peuples contre toute conquête et annexion présentés comme une mise en esclavage civil et politique. 50. Robespierre re-développa la notion de droit cosmopolitique sous la forme suivante : "le genre humain est le souverain de la terre". La souveraineté de chaque peuple est une partie de la souveraineté de l'ensemble de l'humanité. Ce fait impose des devoirs à chaque peuple souverain et en particulier le devoir de respecter la réciprocité du droit des autres peuples. Ceci délégitime donc toute conquête, toute annexion. Nous voyons que la notion de souveraineté n'est pas illimitée, mais au contraire restreinte dans des limites précises, celle du respect des droits des autres peuples. 51. Cette appartenance au genre humain est aussi exprimée en termes de sentiment commun à l'humanité, ou si l'on préfère, d'identité à l'humanité, notion bien intéressante et trop souvent menacée. Robespierre l'exprime en terme de fraternité accompagnée par un devoir d'entraide entre les peuples et de citoyenneté universelle. Cette citoyenneté universelle est une conséquence de la conscience qui naît de l'appartenance au genre humain et du sentiment de fraternité : si le genre humain est le souverain de la terre, la terre a un aspect de grande cité, de cosmopolis (Robespierre). 52. Robespierre ne prône pas une souveraineté unique comme le faisait Anacharsis Cloots qui, plus conquérant que les Girondins, appelait de ses v¦ux une conquête menée par les armées françaises qui unifierait le monde entier, sans tenir aucun compte des droits des peuples. Non, Robespierre proposait d'articuler les droits particuliers des peuples dans une alliance des peuples souverains réunis pour se défendre contre les politiques de puissance qui les menaçaient. Le projet vise clairement les menaces que représentaient les politiques de puissance. 53. Une telle approche combinait trois niveaux du droit naturel moderne, le droit civique (ou droit politique d'un peuple souverain), le droit des gens (ou droit fondé sur le respect des traités entre les peuples à condition qu'ils soient conformes aux principes du droit naturel moderne), le droit cosmopolitique ou droit commun à l'humanité. 54. Rappelons que le projet de Robespierre fut adopté par la Société des Amis de la liberté et de l'égalité le 21 avril 1793. 55. Je soulignerai ici la spécificité d'un tel projet qui, depuis l'école de Salamanque jusqu'au Projet de paix perpétuelle de Kant, exprime la cosmopolitique en vue de la paix de la philosophie du droit naturel moderne. 56. Voyons maintenant comment les partisans d'une politique de conquête ont argumenté contre un tel projet. Le 14 février 1793, Carnot justifiait la politique de conquête à la Convention. Son objectif est d'accroître les forces, les richesses et le territoire de la France qu'il présente en terme de "nation puissante qui veut devenir plus puissante encore". Le débat portait sur quelles annexions il convenait de faire. Carnot défendit la thèse des "frontières naturelles" pour justifier l'annexion de territoires frontaliers. On voit qu'il s'oppose au projet d'Anacharsis Cloots de conquête du monde entier. Il s'oppose également au projet de cosmopolitique de la liberté. Il refuse textuellement l'idée que le genre humain est le souverain de la terre. Je cite : "Dire que la souveraineté réside dans l'universalité du genre humain, c'est dire que la France http://seneca.uab.es/hmic 116 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Florence Gauthier n'est qu'une portion du souverain, qu'elle n'a pas le droit, par conséquent, d'établir chez elle les lois qui lui conviennent et nous avons pour principe, au contraire, que tout peuple est absolument maître chez lui." (Cité dans Gauthier, 2, p. 143). 57. On le voit, Carnot connaît le droit cosmopolitique et le refuse. Il refuse précisément le droit des peuples à leur souveraineté et la réciprocité que ce droit entraîne en délégitimant toute conquête. 58. Carnot justifie une politique de puissance conquérante en Europe. Peut-on utiliser le concept d'Etat-nation pour exprimer le projet de Carnot ? Je ne le pense pas. Il est plus clair et plus précis de dire qu'il s'agit d'un projet de politique de puissance conquérante mis au service de l'intérêt national français exprimé sous forme d'une augmentation des forces, des richesses et du territoire. 59. Voyons maintenant notre troisième exemple, celui de la Constitution de 1795. Il faut rappeler que les colonies esclavagistes françaises d'Amérique entrèrent elles aussi en révolution. L'insurrection des esclaves de Saint-Domingue qui commença dans la nuit du 22-23 août 1791 aboutit à l'abolition de l'esclavage sur place en août 1793, soit tout juste deux ans après le début de l'insurrection. Le nouveau peuple de Saint-Domingue décida d'élire une députation en septembre 1793 pour proposer une alliance avec la Révolution française et lui demander son aide effective pour lutter contre les ennemis de l'abolition de l'esclavage qui s'étaient coalisés à Saint-Domingue et dans la Caraïbe. Cette députation formée de députés des trois couleurs, un noir ci-devant esclave, un blanc et un métis, symbolisait la révolution de la liberté générale et de l'égalité de l'épiderme. Ces députés parvinrent, non sans difficultés en France en janvier 1794. Après moult péripéties, ils parvinrent à entrer dans la Convention montagnarde le 3 février 1794. Les difficultés venaient des colons contre-révolutionnaires qui firent tous leurs efforts pour empêcher la députation d'arriver en France et d'informer la Convention sur la situation de Saint-Domingue. La coalition qui tentait d'empêcher la réalisation de la liberté générale à Saint-Domingue et sa propagation dans les colonies voisines rassemblait des colons français esclavagistes, des contre-révolutionnaires royalistes passés en Angleterre et le gouvernement espagnol de Santo-Domingo. 60. Le 4 février 1794, la Convention montagnarde entendit le long rapport de la députation de Saint-Domingue et sa proposition d'alliance entre deux peuples venant de reconquérir leur liberté. La députation demandait une alliance politique et une participation des forces militaires contre la coalition qui s'opposait aux progrès de la liberté générale. La Convention montagnarde accepta l'offre d'alliance, vota l'abolition de l'esclavage dans les autres colonies françaises, puisque à Saint-Domingue la chose était déjà faite. En avril 1794, la Convention montagnarde envoyait une expédition armée vers l'Amérique qui agrandit l'espace de la liberté générale en Guadeloupe, en Guyane et à Sainte Lucie. Cependant, le 9 thermidor an II-27 juillet 1794, la politique montagnarde fut interrompue par l'élimination de ceux que leurs adversaires qualifièrent de "robespierristes". Un an plus tard, la Convention thermidorienne en était venue à renverser la Constitution légale de 1793 et à préparer un nouveau projet. Ce nouveau projet fut présenté par Boissy d'Anglas en deux temps, le 23 juillet et le 22 août 1795. Boissy d'Anglas justifia l'urgence de renouer avec une politique de puissance coloniale. Il dénonça les projets d'indépendance des colonies qui étaient en débat depuis le début de la révolution, justifia la domination économique des peuples et l'échange inégal. Il en vint à théoriser que l'indépendance politique ne pouvait convenir à tous les peuples mais était sous l'influence du climat. Il justifia ainsi, d'une manière étonnamment faible, l'affirmation selon laquelle seul le climat tempéré de l'hémisphère nord convenait à l'indépendance politique, soit II http://seneca.uab.es/hmic 117 Les lumières et le droit naturel l'Europe et les Etats-Unis. Quant aux peuples situés sous les climats chauds, ils se trouveraient amollis et incapables de conserver leur indépendance. C'est avec de tels arguments, qui ne furent pas même discutés d'ailleurs, que Boissy d'Anglas justifia la domination coloniale et l'inscrivit dans la Constitution de 1795. Je cite Boissy d'Anglas : "Je répondrai que le climat seul forme le caractère des peuplesŠSi l'indépendance absolue a dû se naturaliser en Amérique, ce n'a pu être que dans son continent. La nature avait promis la liberté au nord de cet hémisphère et elle lui a tenu parole." (Le Moniteur, t. 25, séance de la Convention, 23 juillet 1795 et Gauthier, 2, pp. 269-80). 61. Boissy d'Anglas avait théorisé un nouveau projet politique qui tentait de justifier la soumission des peuples du Sud à la domination de ceux du Nord. Il opérait ainsi une rupture nette avec les théories politiques qui s'étaient développées grâce aux efforts de la philosophie du droit naturel moderne. 62. La Constitution de 1795, colonialiste, avait maintenu le principe de l'abolition de l'esclavage, qui, soulignons-le, avait changé de signification dès lors qu'elle se trouvait inscrite dans une politique de domination coloniale. On notera toutefois, qu'aucune nouvelle abolition de l'esclavage ne fut entreprise depuis le 9 thermidor-27 juillet 1794 et 1802. 63. En 1802, on sait que Bonaparte voulut en finir avec l'indépendance des révolutions de la liberté générale et entreprit de rétablir l'esclavage. Il y parvint en Guadeloupe et en Guyane, mais connut un de ses plus importants échecs militaire et politique à Saint-Domingue, en provoquant une nouvelle révolution qui conduisit à l'indépendance de la République d'Haïti proclamée le Ier juillet 1804. 64. On comprend mieux, sans doute, ce que signifia l'éclipse du droit naturel moderne dans le droit constitutionnel français depuis 1795. Ce fut pour laisser place à une politique de puissance conquérante en Europe, colonialiste hors d'Europe qui se déploya de façon diverse sous le Directoire, le Consulat et l'Empire pour m'en tenir à cette période historique. 65. J'ai tenté ici d'esquisser, trop rapidement sans doute, une histoire de quelques concepts comme ceux de droits naturels modernes de l'humanité, de liberté civile et politique, de droit cosmopolitique, de politiques de puissance, en m'efforçant d'en restituer la spécificité et de les remettre dans leur contexte historique et dans les débats qui permettent de mieux saisir les conditions de leur apparition ou de leur éclipse. Il ne s'agit pas de les prendre pour des vérités éternelles ou immuables, mais plutôt de chercher à mieux saisir les sources de certaines de nos valeurs actuelles et aussi pourquoi nous ne nous posons plus certaines questions qui ont pu être formulées et abandonnées au cours de l'histoire pour des raisons qui méritent, elles aussi, d'être éclairées. Bibliographie Marc Bélissa, Fraternité universelle et intérêt national, 1713-1795, Paris, 1998. Marc Bloch, 1. 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The speech of the right extreme. Palabras clave / Paraules clau / Key Words Europa, fascismo, nacismo, nacionalpopulismo. / Europa, nacionalpopulisme. / Europe, fascism, nazism, national populism. feixisme, nacisme, Introducción 121 1. Quisiera plantear aquí algunas consideraciones acerca de la equivalencia entre fascismo y nazismo. Más aún, defender una opción que, a pesar de su apariencia, está alejada de algunas reflexiones muy mecanicistas del “antifascismo en su época”, en especial las que procedían de la ortodoxia de la Tercera Internacional. Los argumentos son parte de un ensayo mucho más extenso, que estoy a punto de concluir: Del fascismo al nacionalpopulismo. El discurso de la extrema derecha; un ensayo que trata de plantear la lógica de esta corriente en el periodo 18702000. La hipótesis básica de esta parte del texto –cuyo sentido es hallar la esencia del fascismo a través de sus peripecias históricas concretas, es decir, partir de las diversas manifestaciones o configuraciones estéticas de su Ser para rastrear cuál es su material originario, su secuencia ontológica-, es que el nazismo es algo más que la variable alemana del fascismo. Como se sabe, este criterio ha sido negado desde diversos puntos de vista, que consideran la particularidad del nazismo arrebatándolo al fascismo genérico. Creo, sin embargo, que afirmar la simple coincidencia del nazismo con el fascismo no es suficiente, por lo menos al hacer del nazismo un “caso” más de un fenómeno asignado a un tiempo y a un espacio concretos. La afirmación que me parece más acertada es la que profundiza en esta inserción del nazismo en el fascismo, pero haciendo del nazismo el fascismo auténtico. Con ello quiere expresarse que, en términos de modelo, pero también en la experiencia vivida socialmente, el nazismo fue la puesta en escena más fiel al texto originario del fascismo. El argumento ideológico fascista nunca se expresó con tanta claridad como al pronunciarse en los espacios de identificación simultáneos de Nuremberg o Auschwitz, verdaderos indicadores de la pertenencia o exclusión absolutas del Ser Comunitario. Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic El nazismo como fascismo “auténtico” 2. Algunas de las afirmaciones que aquí se realizan, en especial las que se refieren a la conexión entre el fascismo y la crisis cultural que desembocará en la Gran Guerra, hallan referencias amplias en el texto. Sin embargo, creo que los elementos que se sitúan aquí tienen una cierta legitimidad reflexiva propia, al actuar sobre uno de los aspectos que han estado centrando el debate entre historiadores. El otro debate, el que corresponde a la continuidad o ruptura entre el fascismo clásico y los actuales movimientos de la extrema derecha europea, se ha desenvuelto con mayor comodidad y frecuencia en los territorios de la ciencia política. No me parece que esta última circunstancia sea la mejor, en la medida en que ambas disciplinas sólo pueden empobrecerse si actúan por separado, pero es una evidencia de la que hay que tomar nota y salir al paso de los problemas que puede causar tanto para interpretar la propia naturaleza del fascismo de entreguerras como el carácter de los movimientos nacional-populistas de la derecha radical de nuestros días. De momento, propongo sólo la reflexión en los términos en que ha interesado a nuestro ámbito, a pesar de considerarlos insuficientes. La norma de la excepción 3. El fascismo se integrará en una fase de renovación de la vida política Europea, de una reconstrucción que rebasa la simple restauración física de una sociedad diezmada económica y demográficamente por las fuerzas destructivas del conflicto bélico. Las divergencias históricas van creando espacios nacionales donde el mismo espíritu alienta concreciones distintas, algo que permitirá a los historiadores fragmentar la experiencia fascista hasta el punto de referirse a la “alergia” de Francia a este fenómeno, mientras se separa cuidadosamente el nacionalsocialismo alemán del episodio mussoliniano. Resultaría demasiado cómodo responder a esa fragmentación con una nueva distinción de campos nacionales, al examinar el mayor o menor éxito de la extrema derecha nacional-populista de nuestros días, cuando el éxito social y electoral del Frente Nacional francés no puede ser respondido con opciones paralelas en Alemania, mientras en Austria se manifiesta una cálida expansión del etnoliberalismo sin coincidencia alguna con lo que sucede en otros territorios germánicos. Naturalmente, a ello se responde que estamos hablando de otra cosa, distinta a cualquier parentesco con el fascismo clásico y, por tanto, sin puntos posibles de comparación y, menos aún, sin referencias genealógicas estimables. ¿Será preciso volver a indicar que la experiencia de la Colaboración en Francia a partir de 1940 sólo puede explicarse a través de la fuerte impregnación nacional de una cultura antidemocrática previa a la derrota frente a Alemania? ¿Será preciso detallar las distintas longitudes de onda por donde se ramifica una misma percepción de la crisis definitiva del liberalismo? ¿Será preciso señalar de nuevo que la multiplicación de las organizaciones, de las dirigentes, de las publicaciones, hasta formar una frondosa muchedumbre de caudillos y movimientos, afirma la existencia de un campo en lugar de desmentirlo? La falta de unidad del fascismo francés en torno a un líder carismático no expresa más que las dificultades de plasmación de un proyecto, no la ausencia de un estado de ánimo difuso, tan disperso en la sociedad como la misma pluralidad en que trata de encarnarse. Los analistas que niegan la existencia de un fascismo francés achacan a quienes advierten de su potencia en los años treinta de realizar una proyección anacrónica, que parte de los compromisos y oportunismos de la Colaboración para cosificarse en la crítica a la Tercera República en los lustros precedentes. Sin embargo, a tal aseveración podría responderse con el mismo instrumento utilizado por los críticos: ¿no serán ellos, justamente, quienes lanzan hacia el pasado un presunto espíritu antifascista de la Resistencia que es, en realidad, un mero rechazo de la invasión alemana, mucho más que un desacuerdo con la abjuración de la democracia realizada por los invasores? El drama de los colaboracionistas no es menor que el de los resistentes, aunque su prestigio y http://seneca.uab.es/hmic 122 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego su apreciación moral sean diversos. La elección del campo en la Segunda Guerra mundial no parte de las elecciones afectivas hechas en la agonía de la Tercera República, sino de las adscripciones que provoca la humillación y la desaparición de la soberanía nacional. 4. De una forma aún más intensa, la separación entre el fenómeno mussoliniano y la experiencia hitleriana plantea la inversión de lo que realmente debería ofrecernos los mejores recursos de valoración del fascismo, de alcance de su máxima profundidad, de visión de su propuesta de civilización alternativa a los principios de la Ilustración y de la democracia, mucho más allá que la mera estructura insitucional. Si el movimiento italiano es capaz de señalizar con bastante precisión los arrabales de la ciudad fascista, el nazismo llega a penetrar en los puntos neurálgicos de su centro urbano. Si el caso italiano nos ofrece una dilatada construcción de un escenario, trenzando meticulosamente las alianzas políticas, los compromisos de clase, los factores de adhesión de masas, el andamiaje corporativo, el caudillismo y el problema de la relación entre el partido y el gobierno, la fundamentación de un nuevo Estado, los rituales de reconocimiento del pueblo en el discurso nacional-populista; si el movimiento mussoliniano nos acerca con precisión a la orfebrería política del régimen fascista, el nazismo nos proporciona una versión más depurada, en todos los sentidos que adquiere esta palabra, incluyendo el siniestro campo de un higienismo que concluye en el exterminio. Pues, además de implicar la destrucción de las instituciones, el nazismo llega a fabricar, es decir, a completar el destino de un proyecto que consideraba la mutación inversora de los principios de la democracia: no sólo del engranaje de sus procedimientos, de sus fórmulas representativas, de su distribución de derechos, sino del mismo significado de la vida en sociedad. 5. El biologismo político nazi no fue la excepción racial del fascismo, sino la dotación de un precepto científico a lo que, sin él, resultaría una simple opción, una intuición convertida en anhelo colectivo. El racismo podía conectar mejor con las preocupaciones generadas por el mismo trayecto del progreso social, por los conflictos de clase, por la necesidad de interpretar la pobreza, por el deseo de regular las relaciones internas de un mundo complejo, por el ansia de proporcionar soluciones al problema social, contribuyendo a poner orden, a cauterizar las heridas abiertas por el caos de la modernidad a través de las terapias ofrecidas por la ciencia. El nazismo se perfecciona, así, como un esquema saludable, que devuelve la fortaleza a una comunidad aquejada de diversos síntomas de degeneración, cuyos signos más evidentes han sido la derrota, la revolución, la democracia y la crisis de fines de los años veinte. Podría creerse que esta identificación del nazismo con el fascismo lleva una objeción metodológica en su propia formulación: asignar una carencia al fascismo italiano, que resultaría el verdadero fascismo, en lugar de atribuir un exceso al nazismo alemán, que se alejaría de la propuesta fascista precisamente en lo que define al movimiento hitleriano, el racismo y el exterminio. Sin embargo, no se señala aquí que el fascismo italiano se frustrara, no se atreviera o no considerara la posibilidad de ese cumplimiento total, sino que, aun cuando no llegara a estar en el proyecto explícito de Mussolini, la coherencia antidemocrática del nazismo es mucho mayor, se resuelve en un terreno que fija un final de trayecto, no otro camino distinto, no una desviación. Considerar esos rasgos biologistas como una potencia que el fascismo italiano no llegó a considerar, lejos de violentar las intenciones de sus protagonistas, las sitúa en la complejidad del marco real en que se tomaban las decisiones políticas. Ese marco incluía predisposiciones ideológicas, avances en el terreno de la investigación y la difusión de la ciencia higienista, popularización del antisemitismo, incluso tradiciones jurídicas inspiradas en la capacidad de exclusión de la comunidad. Ese marco incluye, además, las dinámicas que proporcionan oportunidades y exigen actitudes, como pudo ocurrir en el caso de la guerra en el frente oriental. Y, por otro lado, cabría advertir de la necesidad de desvelar los elementos raciales que aparecen en un discurso civilizatorio del fascismo mussoliniano –o de otros fascismos-, tan presentes en La norma de la excepción http://seneca.uab.es/hmic 123 El nazismo como fascismo “auténtico” la glorificación de una raza, quizás no en un sentido estrictamente biologista, pero si en una aplicación cultural de superioridad que sirve para señalar los derechos del pueblo italiano sobre los del pueblo abisinio, o del colonialismo español y francés sobre los resistentes rifeños. El nazismo se genera en un marco más poroso a la influencia del biologismo político, en una sociedad más penetrada por la labor de institutos higienistas, en una cultura más contaminada por apreciaciones raciales a la hora de expresar sus temores o sus aspiraciones expansivas, a la hora de distinguir a los amigos y a los enemigos, a la hora de fijar los límites de la comunidad nacional-popular. Es en este sentido que puede señalarse el carácter de profundización del nazismo en la intimidad del proyecto fascista: por su capacidad, debida a las circunstancias de su ambiente, de expresar toda la potencia del núcleo antidemocrático laboriosamente edificado en la crisis cultural abierta en el último tercio del siglo XIX. Las otras opciones fascistas del periodo de entreguerras llegaron a admitir una profusión de factores racistas que no llegaron a constituirse en generalidad del movimiento. Muchas veces, canalizaron resonancias de un prejuicio arcaico, como el que podía manifestarse en algunos momentos del antisemitismo tan frecuente en la extrema derecha balcánica, y nada ausente de una normalidad ideológica en el fascismo latino, vinculada a la hegemonía del catolicismo y a la inserción cómoda de un antijudaísmo tradicionalista en las propuestas de una restauración integrista. Sin embargo, en la obra de autores franceses del siglo XIX, como el propio Taine, no se oculta una formalización racial del concepto de cultura como criterio de selección y de jerarquización de las civilizaciones. Y, en cualquier caso, ninguno de los fascismo fue totalmente ajeno a considerar una base natural en su rechazo del liberalismo o del socialismo, como lo prueba la obsesión franquista por considerar degenerados o anormales a quienes habían militado en los partidos de la izquierda. 6. Descuartizar el fascismo en el periodo de entreguerras no es sólo una opción académica, sino un esfuerzo por atenuar el episodio mismo, al arrancarlo de la realización nazi. Sin duda, extinguir el carácter fascista del nacionalsocialismo alemán, para señalar el desvarío hitleriano y exiliarlo del territorio en que residieron Franco, Mussolini, Codreanu o Doriot, pretende hacer de Auschwitz una exageración, una desproporcionada desdicha que afectó, incluso, a la misma “normalidad” del fascismo, presentándolo como una aberración en el propio linaje de esa familia. Sin tener el grado de forcejeo intelectual que supone arrebatar Auschwitz a la lógica misma del nazismo, esta presunción de inocencia o de rectitud del fascismo frente a su descendencia bastarda, el nazismo, ni siquiera se corresponde con lo que los mismos contemporáneos vivieron. No fue una casualidad ni un resultado exclusivo de la segunda de las guerras mundiales lo que convirtió al nazismo en la forma europea del fascismo, en su paradójica internacionalización. Esta ocasión permitió que este proceso se llevara a cabo con mayor eficacia, pero no lo determinó en última instancia, para utilizar la jerga que puso de moda el estructuralismo althusseriano. Lo que propició esta uniformización fue la convicción de los contemporáneos de que el nazismo expresaba una culminación incluso en su carencia de escrúpulos a la hora de emprender un conflicto bélico, algo en lo que Italia se había mantenido en una posición más prudente. Para los fascistas de los años cuarenta, la Alemania nazi pasó a ocupar el relevo de la Italia mussoliniana. Y lo hizo porque, en la propia dinámica ideológica del fascismo, la voluntad de poder manifestada por los actos creativos del Estado hitleriano era consecuente con la verdad última del fascismo, se correspondían con la necesidad del ser fascista, lo cumplían tan intensa y extensamente como el jacobinismo podía realizar a fondo los ideales de la revolución democrática: es decir, según las condiciones concretas de la época. 7. El intento de apartar el nazismo del fascismo procede de un largo esfuerzo intelectual para expulsar el fascismo de la experiencia cultural europea, algo que tiene que empezar, precisamente, por el abordaje a lo que se presenta como excepcional ruidosamente, http://seneca.uab.es/hmic 124 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego espectacularmente, en campañas de medios de comunicación de masas destinadas a convertir la masacre centroeuropea como algo que afectó solamente o principalmente a la minoría judía. Eso, como veremos, no sólo desnaturaliza la esencia del nazismo, reduciendo su proyecto racial al tema sin duda crucial y específico del antisemitismo. Sirve, además, para desalojar el nazismo de cualquier otro episodio de la extrema derecha europea que no se haya definido su antisemitismo en los términos esencialistas y biologistas en que lo hizo en nacionalsocialismo, olvidando aquellos aspectos raciales presentes en otros modelos fascistas, a los que ya nos hemos referido. Por otro lado, esa estrategia interpretativa quiere establecer una aceptación de un fascismo alejado del racismo y, por tanto, reducido a una posición autoritaria extrema, que se definiría en términos de un control social ejercido en el marco de una negación de los derechos declarados por el liberalismo. El fascismo aparecería, así, más como una simple reacción frente a la democracia en términos procedimentales, que como un proyecto de fabricación de un escenario social completo, como una cultura fundacional de la sociedad moderna, como una alternativa a las propuestas de cohesión y legitimación planteadas por los principios del 89. El fascismo podría definirse como una abjuración más que como un dogma, como un descreimiento más que como una fe. Procediendo de las dificultades morales para hacer encajar en fascismo en la lógica de la modernidad, en la dinámica aceptable de una equivalencia entre modernización y democracia, esa posición acaba decretando que nunca entendamos las verdaderas razones que hicieron apasionante el fascismo para muchos, y de suma funcionalidad para quienes mejor observaron sus factores positivos, su íntima relación con el proyecto de una sociedad que fuera, al mismo tiempo, moderna y antidemocrática. Y que, desde luego, no fuera un simple estado de excepción, destinado a concentrar los mecanismos de control social en un régimen autoritario transitorio, hasta que se resolviera la aniquilación de los elementos turbadores de la democracia. Fue, por el contrario, una opción aceptada por sus seguidores como la entrada en una nueva fase de la historia moderna, caracterizada por la retirada de los engranajes anquilosados del liberalismo y su sustitución por el ensamblaje más seguro y homogéneo de la comunidad nacional-popular. 8. Esta visión de una Derecha Radical que se despliega en forma de fascismo, y de un fascismo que adquiere sus rasgos más extremos y, por tanto, más auténticos –lo que habría llegado a ser todo fascismo sin las objeciones ambientales que se producían en lugares distintos a Alemania- en el nazismo tiene que ver con la afirmación de ese proyecto de la Derecha como normalidad, como camino a seguir permanente, como dirección a tomar para realizar una cultura. Supone rechazar la contingencia del fascismo en el desarrollo de nuestra historia. Y, sobre todo, implica darle carta de naturaleza, es decir, identidad en el marco de una configuración de la sociedad industrial del siglo XX. Tal tarea no puede hacerse en los límites estrictos de lo ocurrido en la pretendida época del fascismo, como he intentado demostrar, si no es a costa de arrebatarle al movimiento fascista sus factores genéticos, algo que no se refiere a simples precedentes, sino a los más profundos elementos de una herencia, que se contiene y se desarrolla en la propia vida autónoma, decidida y libre del fascismo del periodo de entreguerras. A no ser que aceptemos que la referencia al término fascista no tiene aspiraciones reduccionistas, sino de recapitulación sobre las diversas maneras de presentarse una cultura antidemocrática, que pudo expresarse en toda su plenitud, adhesión de masas y abierta manifestación de sus propósitos en los años comprendidos entre 1919 y 1945. Una visión que, necesariamente, tendrá que comprender los movimientos nacional-populistas de nuestro tiempo estableciendo una relación protegida contra mecanismos primarios de identificación y contra los interesados criterios de extrañeza absoluta, de novedad en un sentido de falta absoluta de parentesco. La anomalía nacional-populista puede, así, justificarse en los mismos términos en que se presenta la anomalía fascista: como descargas de una corriente cuya fuente de energía es distinta, cuya potencia es desigual y cuya aplicación al orden social será diferente. Y, en ambos La norma de la excepción http://seneca.uab.es/hmic 125 El nazismo como fascismo “auténtico” casos, se tratará de algo que procede del exterior de nuestra civilización: una agresión que nunca debe contemplarse como criterio, sino como delirio. Nunca como opción, sino como advertencia sintomática de un cortocircuito. Un apagón cultural que habrá de repararse, pero nunca la oscuridad antidemocrática en la que sólo podrán orientarse quienes dispongan de los recursos visuales adecuados. 9. Una percepción del fascismo en términos que superen su carácter meramente reactivo, de pura negación de la democracia, implica situar esa propuesta en la línea de flotación de la democracia, mas en un sentido mucho más agresivo que el supuesto por ciertas tradiciones de la izquierda. Reducir el fascismo a una contrarrevolución episódica, hacer de él una mera respuesta a los avances de movimientos transformadores, imaginarlo como una interrupción de la historia fijado al momento de máxima tensión revolucionaria, debilita la apreciación del fascismo. Esa aparente mayor dureza con la que se juzga se evapora en la flaqueza del análisis. La abrumadora sentencia que se desploma sobre sus hombros, expulsándolo del lugar de las ideas, para hacer de él una mera efusión de violencia en defensa de intereses tradicionales, quiebra las virtudes de un examen más atento a lo que el fascismo ofrecía como alternativa y no sólo como reacción. El ajuste analítico no suaviza las responsabilidades, no ablanda la repugnancia y ni siquiera supone la aceptación de un idealismo ajeno a los proyectos de los sectores sociales que apoyaron esta opción. Por el contrario, implica una mayor dotación de recursos para reconocer, en esa experiencia, la expresión más firme de una cultura antidemocrática capaz de generar amplios espacios de adhesión popular, de complicidad de las elites económicas e intelectuales, de ganar en el terreno de la fuerza, pero también de fascinar en el campo de las ideas y de las vivencias. Hacer del fascismo un fenómeno, una forma ideológica con dinámica propia, supone su inserción en una alternativa a los principios de la revolución francesa que pudo inspirarse en la fundamentación de la desigualdad, en el rechazo de la libertad individual y en la asignación de un principio comunitario excluyente al discurso nacionalista de fines del XIX. Pero, además, supone constituir un terreno de comprensión más amplio, que señale la viabilidad del fascismo, incluyendo la realización del exterminio, al hacerlo coincidir con una manera precisa de entender las relaciones sociales en plena racionalización industrial. Hacer del fascismo ese producto de la crisis de la modernidad y, al mismo tiempo, entenderlo como otra forma de organizarla, es situarlo en su época de una manera más auténtica, más realista, más compleja, capaz de entender los elementos de compromiso con los sectores humildes que tuvo el fascismo, de sincera oferta de un nacionalpopulismo presentado como inclusión de los marginados. Supone entenderlo, al mismo tiempo, como instrumento de esas mismas capas y de los sectores de mayor solvencia económica para recluir la democracia liberal en el pasado. Supone entender la base de sus alianzas sociales a través de la comprensión de su mitología y del estudio de sus medidas políticas. Y ello sin hacer, porque introduciría falsas perturbaciones en el análisis, una distinción tajante entre ideología y política, entre los factores culturales de integración y la puesta en práctica de agresiones a los derechos individuales y a las condiciones de vida de las clases populares. En primer lugar, porque esa distinción debería considerarse en cualquier otro proyecto político del siglo XX, incluyendo los que proceden de una revolución socialista, algo que suele practicarse menos, o que se hace con una exquisita benevolencia con las ideas, para abalanzarse luego con su defectuosa realización. Por otro lado, porque nos moveríamos en la presunción, tan confortable para la expansión del antifascismo convencional posterior a 1945, de que el fascismo alcanzó algún grado de adhesión de masas a través de procesos de manipulación, de hipnosis propagandística o de histeria colectiva, pero nunca porque quienes siguieran esa senda pudieran corroborar sus exigencias comunitarias en la utopía fascista. Y, por último, porque deberemos afrontar un hecho, nada agradable para una concepción falsificada de nuestra forma de ser moderna: los mecanismos de abdicación de la ciudadanía de todo el pueblo; su sustitución por http://seneca.uab.es/hmic 126 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego inmersiones en destinos comunitarios orgánicos; la búsqueda de vías de identificación radical que implican la exclusión de minorías y la posibilidad de que esa dinámica conduzca al exterminio planificado; todos estos elementos de reconocimiento del propio lugar en la sociedad, de sus criterios de regulación y del destino mismo de la vida colectiva fueron factores aceptados como gestos parciales de un amplio movimiento popular, que trató de fijar una trayectoria al servicio de la modernidad y al margen de los principios democráticos que acostumbramos a considerar inseparables de la misma. 10. Por consiguiente, establecer la naturaleza del fascismo es algo más que comprender compasivamente cómo fueron estafados tantos y durante tanto tiempo: es darle un significado en la dinámica del siglo XX que supere el juego permutatorio en el que los principios cohesionadores del fascismo van siendo delatados como una farsa, como un camuflaje cínico, como una capa de vegetación ideológica que cubre el cementerio del humanismo contemporáneo. Es proporcionarle un lugar como cultura que podía haber ganado, que podía haberse impuesto por la fuerza a sus adversarios, de la misma forma en que fue vencido en un episodio militar –es de suponer que por su inferioridad logística y no por su abyección ideológica-, y que podría haber normalizado sus valores antidemocráticos con la misma tenacidad con que los vencedores lograron desfigurar el fascismo. Y esta deformación provocó la dificultad para reconocerlo, entonces y ahora, al haberlo convertido en un espasmo sin moral alguna, en un mero acto reflejo, en una enajenación de la conciencia extraviada, en un horror sin justificación causal, cuya misma exageración lo reduce a minúsculas proporciones en la tradición cultural europea, asignándole un espacio escueto, un desdichado arcén paralelo a las luminosas autovías de la democracia. El problema de ciertas actitudes fascistas es la astucia que puede tener el fascismo para usar la fuerza y el peso del adversario en provecho propio, como lo hacen algunas artes marciales orientales. Cuanta mayor corpulencia ciega destila el discurso antifascista, menos sentido de la orientación tiene para hallar los puntos cruciales del enemigo, y su empuje acaba siendo aprovechado por éste para escapar al golpe del antifascismo y bloquear la potencia de los demócratas. El descubrimiento de los factores de integración, de conformidad, de entusiasmo generados por el fascismo pone de relieve la excesiva ingenuidad y el procaz oportunismo de quienes permitieron el ascenso de la barbarie para refugiarse más tarde en una atónita complacencia ante su derrota. Nadie debería tener interés en fijar la irresponsabilidad de las elites, pero tampoco la falta de compromiso de amplias capas populares con aquellos regímenes. Y, sobre todo, nadie debería considerar demasiado útil apartar el cáliz del fascismo de la ferviente espera nocturna en el Getsemaní de la crisis de la modernidad, hace ya más de un siglo. Las víctimas de Auschwitz merecen otra cosa: merecen ser el recuerdo del cumplimiento de un proyecto coherente, de una propuesta de construcción de la modernidad que exigía su sacrificio, no convertir su muerte en una simple contingencia, en un accidente o una perturbación de nuestra atmósfera cultural. Junto a esas víctimas tantas veces contadas, tantas veces expuestas en documentales, tantas veces convertidas en protagonistas de una ficción horrenda, se encuentra el interés de la protección de la democracia en el futuro. Advertir del peligro de una reiteración. No de lo que el fascismo fue según la crítica más divulgada, sino de lo que realmente construyó para los millones de personas que creyeron en sus principios, y que hoy puede renovarse en discursos de exclusión radical, de identificación intransigente, de renuncia al universalismo y a los derechos individuales en favor de la omnipotencia de una comunidad imaginaria que necesita darse cuerpo y alma a través de los ciudadanos aterrados por las fracturas sociales de nuestro tiempo. 11. El nacionalsocialismo alemán expresa la plenitud del fascismo por motivos diversos, que no se refieren sólo a su radicalización –lo cual significa, en sentido estricto, el hallazgo de sus raíces, su relación exacta con la profundidad del proyecto fascista, su carácter de emanación La norma de la excepción http://seneca.uab.es/hmic 127 El nazismo como fascismo “auténtico” social del contenido íntimo del nacional-populismo de extrema derecha-, sino a la posibilidad de su maduración. Su consumación fue alcanzada gracias a las oportunidades históricas que le fueron concedidas, tanto las que suponían adversidades para su rápida llegada al poder, como las que luego ofrecieron una aparente facilidad para establecer las características plenas de su proyecto y las condiciones de su permanencia. No fueron éstas las circunstancias en las que otros fascismos desarrollaron su existencia. Mientras algunos, como el francés, el belga o el noruego sólo pudieron liberarse en las condiciones de la ocupación, otros, como el italiano, alcanzaron el poder a una velocidad que pudo debilitar su proceso de afirmación, su perfecta diferenciación de todo lo que no era fascismo, el desprendimiento de los materiales políticos y sociales que se habían agregado apresuradamente en el breve periodo del dopoguerra. Durante la República de Weimar, el nazismo pudo ir adquiriendo una consistencia propia, lentamente acumulada en una espera activa. Pudo ir construyendo su imagen a través de un proceso complementario de erosión de la democracia vigente y de edificación de una alternativa visible en sus márgenes. Su carácter de negación del orden institucional pudo ser vivido, socializado, dispersado en un escenario sujeto a las tensiones y carencias de un régimen constitucional que verificaba cada vez con menor intensidad sus principios declarados. Pudo convertirse en un movimiento de masas con una extraordinaria capacidad de supervivencia a pesar de sus fracasos tácticos, de sus errores de análisis de coyuntura, de la represión gubernamental y de la indiferencia de las elites económicas que, hasta la década de los treinta, prefirieron apoyar a opciones conservadoras, atemorizadas por el populismo nazi. 12. Esa absorción de masa crítica se realizó mediante la expansión de algo común a la época: la denuncia de la democracia desde un pensamiento neoconservador directamente conectado con el pesimismo y el vitalismo de finales de siglo. La llamada revolución conservadora tuvo, en Alemania, la misma función de contaminación ambiental y nueva normalización de valores que en Francia pudieron llegar a generar los no conformistas de los años treinta, como los denominó Loubet del Bayle en un texto ya clásico. Personajes como los hermanos Jünger, Hans Zehrer, Moeller van den Bruck, Oswald Spengler, Edgard Jung, Hans Freyer o Wilhelm Stapple, entre muchos otros, fueron impregnando la sociedad alemana de una cultura que se presentaba a sí misma en los términos de una regeneración nacional, de un reencuentro con la propia materia elemental de lo alemán. Resueltos a combatir una decadencia que languidecía en los parajes de la derrota y de la democracia de Weimar, los neoconservadores propiciaron un discurso que legitimaba, por la gravedad de su consistencia, por la eficacia de su lenguaje, por sus virtudes analíticas y propositivas, la apertura a una fase inédita de la comunidad germánica, cuya pretensión era reunir los avances tecnológicos, la reflexión de la sociología, las propuestas jurídicas, las afirmaciones de la biología y la experiencia estética y vital de la guerra en un proyecto de revolución nacionalista. Para estos autores, la democracia había sido una estación de paso errónea, una dirección que debía modificarse para evitar el descenso a los infiernos de una aniquilación de la cultura. Importa menos la actitud recelosa de estos autores frente al carácter plebeyo del nazismo y sus máximos dirigentes, que la labor de zapa desarrollada por sus escritos, la extensa difusión de otra forma de ser alemán, de creer en el futuro de la patria, de sentirse parte de un destino. Tal vez estas palabras puedan tener un exceso de solemnidad en nuestro tiempo pero, desde luego, no lo tenían en el momento de medir la humillación de una derrota, la invalidez de un régimen y la sensación de pérdida de orientación en que podían fructificar las apreciaciones de los revolucionarios conservadores. Su calidad expositiva y la precisión de algunos de sus discursos, como podían ofrecerlos, respectivamente, Ernst Jünger o Carl Schmitt, sirven para señalar hasta qué punto es desconsiderada una visión del fascismo que lo reduzca a la pura violencia de algunos exaltados del lumpenproletariat. Se trataba, desde luego, de pura violencia, pero en una acepción mucho más profunda de lo que suele tenerse en cuenta. http://seneca.uab.es/hmic 128 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego 13. Si alguien contempló la quiebra de las circunstancias que habían permitido la supervivencia del viejo orden de cosas fue Carl Schmitt. Podemos recordar la fuerza con la que señalaba la creación del sujeto de la soberanía, sobre la base de la excepcionalidad: “Es soberano quien decide el estado de excepción. (...) El racionalismo consecuente afirmaría que la excepción no demuestra nada y que sólo lo normal puede ser objeto de análisis científico. La excepción confunde la unidad y el orden del esquema racionalista. La teoría jurídico-positiva del Estado con frecuencia emplea un argumento semejante. (...) La filosofía de la vida concreta no debe apartarse de la excepción y del caso extremo, sino interesarse en ellos en grado sumo. La excepción puede revestir mayor importancia para ella que la regla, no a partir de la ironía romántica de la paradoja, sino con todo el rigor del conocimiento que profundiza más que las generalizaciones claras del término promedio repetido. La excepción es más interesante que el caso normal. Lo normal no demuestra nada, la excepción lo demuestra todo; no sólo confirma la regla, sino que la regla sólo vive gracias a aquélla. En la excepción, la fuerza de la verdadera vida rompe la costra de un mecanismo cuajado en la repetición.” En las condiciones del final de la Gran Guerra, el acontecimiento vivido era ya una excepción cuya misma duración convirtió en norma invertida, mientras su recuerdo y su conmemoración hacían de aquella experiencia un múltiplo de nuevas acciones. Es cierto que, como bien debía saber Schmitt, tal excepcionalidad podía conducir a la revolución socialista, que aparecía como otro mecanismo de cancelación de las reglas de la sociedad burguesa. El atractivo de la revolución proletaria no residía sólo en su carácter de clase, sino en su fijación del principio de una nueva era, en su radiante vibración de un porvenir que latía como origen, como nueva legitimidad o, para decirlo del modo que a Schmitt le hubiera complacido, como lugar del que emanaba derecho: es decir, de la propia defensa del recién nacido o del ejercicio reflejo de conservación de la comunidad amenazada. Sin embargo, no era esa vía de excepción la que buscaba Schmitt, sino la simple justificación de una teología política que sucedía a la muerte de Dios rompiendo con los criterios del pensamiento contrarrevolucionario clásico: “Todos los conceptos significativos de la moderna teoría del Estado son conceptos teológicos secularizados. Y no lo son sólo debido a su evolución histórica, por haberse transferido de la teología a la teoría del Estado aconvertirse el Dios todopoderoso, por ejemplo, en el legislador omnipotente-, sino también con respecto a su estructura sistemática, cuyo conocimiento es preciso para el análisis sociológico de dichos conceptos. En la jurisprudencia, el estado de excepción tiene un significado análogo al del milagro en la teología.” No demasiado tiempo después, en un célebre texto que llevaba por título El Führer defiende el derecho, escrito con ocasión de la matanza de junio de 1934, Schmitt concretaría las condiciones de ese milagro laico: “El Führer está defendiendo el ámbito del derecho de los peores abusos al hacer justicia de manera directa en el momento del peligro, como juez supremo en virtud de su capacidad de líder. (...) El acto del Führer correspondió a una jurisdicción auténtica. No está sometido a la justicia sino que constituyó en sí misma la más alta justicia. (...) La judicatura del Führer deriva de la misma fuente jurídica de la que surge el derecho de cualquier pueblo. En un caso de extrema necesidad, el derecho supremo debe probarse y se alcanza el más alto grado de realización judicial vengadora de este derecho. Toda expresión de derecho procede del derecho vital del pueblo. Cada ley estatal y cada fallo judicial sólo contienen el derecho que les llega de esta fuente. Lo demás no es derecho sino una ‘malla positiva de normas obligatorias’ de las que el criminal hábil se burla. (...) En su discurso ante el Reichstag, el Führer subrayó de manera expresa que en nuestra nación sólo existe un portador de la voluntad política, el Partido Nacionalsocialista. No obstante, también pertenece a una nación estructurada de esta forma en Estado, movimiento y pueblo el derecho interno propio de aquellas organizaciones vitales y comunitarias que sostienen al Estado y que están fundadas de manera particular en la fidelidad jurada al Führer. Nada menos que la suerte de la unidad política del pueblo alemán mismo depende actualmente de que el partido cumpla su deber.” Tales afirmaciones, por quien ha sido justamente considerado el autor de una ciencia La norma de la excepción http://seneca.uab.es/hmic 129 El nazismo como fascismo “auténtico” jurídica al servicio del fascismo, en el sentido de haber concebido el carácter implacable de la relación amigo/enemigo y la emergencia de un permanente estado de excepción definidor de la soberanía –algo que los teóricos fascistas italianos como Bottai o Panunzio no llegaron a señalar nunca, más atentos a la necesidad de formular maneras de representación que formas de soberanía-, venían a señalar una limitación, a pesar de la carga de potencia que se otorgaba al Führer. Pues la esencia del nazismo no es la creación de un Estado discrecional, que arrebata a la estructura normativa sus fundamentos de permanencia, de legalidad fijada más allá de las tribulaciones históricas, de garantía de los individuos frente al poder. Aparece como dotado de esas características en el momento de su formación, pero su deseo es llegar a la supresión misma de la política para establecer el reino de la comunidad biológica. Lo cual, desde luego, implica una vía de superación del Estado, de la Justicia y el Derecho en el sentido en que se ha comprendido en el mundo moderno. 14. La asimilación de estas propuestas en el ámbito de la República de Weimar se hizo más fácil, de una forma más natural, en la medida en que los mecanismos de integración y cohesión social establecidos por el régimen salido de la revolución podían ser excluyentes y desintegradores a ojos de sectores diversos de la Alemania de la época. Precisamente aquellos aspectos que se presentaban y se veían como objetivos cubiertos por el pacto democrático, podían llegar a invertirse en la retina de amplios segmentos de la opinión pública, pasando a ser indeseables secuencias de una trayectoria de pérdida de centralidad social, de extracción de prestigios, de impulsos políticos que socavaban posiciones adquiridas, aunque la pérdida de todos estos materiales de reconocimiento y bienestar se hubiera ido produciendo desde el periodo anterior a la Gran Guerra. La misma voluntad de ruptura que proyectó la República para dotarse de una imagen positiva en los sectores democráticos, permitió asignar al régimen la responsabilidad absoluta de este proceso de desmantelamiento moral en que se encontraba una parte creciente de la clase media y sectores nada desdeñables de los trabajadores. El acuerdo de finales de 1918, que establecía la mutua concesión de primacía social a industriales y sindicatos por parte de cada uno de los interlocutores, permitió crear un territorio de cohesión, pero de forma parcial, sin considerar la expulsión de tal protagonismo de aquellos individuos cuyas actitudes se habían edificado dotándolos de una presunción nuclear en la configuración de una sociedad. De esta manera, el deseo de responder a las demandas de las amplias capas de trabajadores socialdemócratas y, al mismo tiempo, asegurar un elemento de continuidad prolongando el pacto social más allá del conflicto bélico, pudo tener un efecto beneficioso en la captura de una pacificación, en la tranquilidad de los medios industriales y en la neutralización de los sectores más radicales de la izquierda socialista. Pero, además, puso los fundamentos de una impresión de marginalidad, de carencia de verdadera ciudadanía, de carácter secundario de las clases medias, que habría de ir exasperándose a medida que esa simple intuición se fue verificando en el endurecimiento de la vida cotidiana. 15. No se trató, sin duda, de un empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, y ni siquiera de una sensación gratuita, impresionista, de la pérdida de estatus, de respetabilidad, de función dirigente, ejemplar y educativa, aceptada por el conjunto de la sociedad. Fue, en términos igualmente tangibles, la homogeneización de todas las situaciones de insatisfacción a través de un discurso nacional-populista, que permitía rechazar las opciones de Weimar en la misma medida en que presentaba una alternativa de cohesión más significativa. El discurso nazi pudo ir almacenando todos los desapegos con respecto al régimen de Weimar al configurar al movimiento hitleriano como una inversión radical de la sociedad en que se desarrollaba, no como un reajuste reformador de sus principios y procedimientos. Su radicalismo, que en los primeros tiempos podría haberse observado como una objeción a su crecimiento, fue convirtiéndose en una cláusula de seguridad para su expansión, al ir atenuándose el prestigio http://seneca.uab.es/hmic 130 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego inicial del régimen y al ir abriéndose fracturas sociales que sólo en la taciturna solidaridad de la derrota y en el temor a una revolución soviética podía haber ido mucho más allá de los verdaderos demócratas. La inexorable erosión electoral de los partidos de Weimar, que al principio pudo beneficiar a los conservadores del Partido Nacional Popular, acabó por ir desguazando las bases mismas de las estructuras democráticas. Primero, alimentando la creación de diminutos partidos movilizados en torno a algún interés localista o profesional. Después, proporcionando al nacionalsocialismo la confianza de millones de alemanes cuyo descontento fue derivando en desesperación a fines de la década de los veinte. 16. El movimiento hitleriano convirtió su aislamiento político, su diferencia ideológica, en un lugar progresivamente apreciable, un centro que irradiaba llamadas afectuosas a sectores de la sociedad alemana que, en los tiempos iniciales de la República, se habían conformado con la nueva situación. Se habían resignado, aun cuando su formación cultural les hiciera algo reticentes a la amplitud del cambio político generado y a la presencia de un proletariado organizado en opciones socialistas, cuya visión del orden social resultaba totalmente extraño a la educación de las capas medias y de trabajadores hostiles al marxismo, ya fuera por su formación católica, por sus inclinaciones nacionalistas o por cualquier otro mecanismo de adscripción ideológica. Observando las votaciones realizadas en la ciudad de Nuremberg, por ejemplo, puede observarse cómo un voto abundante al Partido Demócrata fue vaciado progresivamente en favor del nacionalsocialismo, lo cual señala los límites de cualquier análisis rígido sobre las posiciones de la población en los años veinte, para tener más en cuenta una dinámica en la que ni siquiera puede excluirse una primera inclinación, rápidamente clausurada, a apoyar a los sectores más moderados de la coalición de Weimar. La misma consolidación del régimen y su coincidencia con las cláusulas abusivas del Tratado de Versalles, en especial el pago de reparaciones de guerra, conducirían a que este apoyo a partido de la izquierda liberal fuera evaporándose en favor del voto populista o nacionalista conservador en los meses siguientes, e incluso, si nos atenemos a los resultados de la primavera de 1924, al apoyo a opciones völkisch inmediatamente después de la gran crisis nacional encadenada por la hiperinflación, la ocupación del Ruhr, los intentos de golpe de estado de la extrema derecha bávara y la confrontación entre socialdemócratas y comunistas. El movimiento nazi pudo ir creciendo en la medida en que la democracia fue apareciendo como un sistema identificado con la derrota, con las dificultades económicas, con el poder sindical, con la expansión de los partidos de la izquierda, con la fragmentación de la representación política, con la carencia de poder internacional de Alemania, con la quiebra de los sistemas de asistencia, con el incremento de la crisis económica y con la quiebra de la estabilidad gubernamental. Todo aquello que la democracia ofrecía como aspectos positivos de su realización pudo ir convirtiéndose en su propia negación experimental. Podríamos repasar la forma en que cada uno de los sectores en que pondrá pie el nazismo va desertando de la democracia, pero ese examen sobre la frustración de la juventud, la crispación del campesinado, el deterioro de la clase media urbana, la desesperanza de los trabajadores cualificados caídos en el desempleo de larga duración podían ir pautando una trayectoria de incertidumbre y descreimiento cada vez más prolongada, más abierta en el abanico de circunstancias sociales expresadas. Pero es más importante aún indicar la forma en que el nazismo podía presentarse como una agrupación de todas estas contrariedades, ofreciendo una alternativa de ruptura con el sistema. Frente a la fuerza argumentativa de los republicanos, el nazismo ofrecía la decisión fortificada, resuelta y potente de la voluntad nacional. Frente a los criterios de representación y delegación en políticos profesionales, el nazismo se presentaba como la devolución de la palabra a la comunidad, que podía expresarse en un perpetuo ejercicio de la abdicación de los derechos individuales y su recuperación en un ámbito colectivo. Frente a la imagen de una sociedad organizada de acuerdo con principios regulados minuciosamente, legalizados mediante procedimientos reglamentarios La norma de la excepción http://seneca.uab.es/hmic 131 El nazismo como fascismo “auténtico” meticulosos y burocráticos, el nazismo optaba por la configuración de una comunidad popular, basada en la homogénea certeza de una cultura racial, que entendía los lazos vinculantes entre sus miembros de una forma trágica, marcada por la sangre y por un sucedáneo de la voluntad general que sería la propia dinámica valorativa del movimiento. Frente a la frialdad de un sistema de ciudadanos haciendo frente a las determinaciones de una crisis económica devastadora, el nazismo ofrecía la calidez de un movimiento religioso, de una comunidad de creyentes en busca de la Tierra Prometida de un destino. Frente a la pluralidad política observada como virtud de la democracia, el nazismo ofrecía la férrea cohesión emanada de los orígenes mismos de la comunidad, de un pueblo sin más distinción que la que señalaba quién no era una parte del pueblo. Frente a la carencia de un liderazgo y al desprestigio de las elites tradicionales, el nazismo ofrecía el carisma de un personaje salido de las entrañas del pueblo y encaramado, por propios méritos, a la dirección de un movimiento de masas. 17. Todo ello tuvo que sintetizarse en una propuesta política, pero el nazismo sólo puede entenderse, como ocurre con el fascismo genérico, a la manera de una oleada de fervor místico, de entenderse no como una opción política más, sino como la única manera de ser, de convertirse en una parte concreta de un movimiento nacional. La síntesis ideológica se expresaba en la conducta del movimiento, en su propia dinámica, en su consumición de todos los espacios cercanos para convertirse en una alternativa mayoritaria, capaz de anular cualquier otra versión de antirrepublicanismo o de hacerla girar en su órbita como un elemento satelizado. La revolución nacionalsocialista consistió en su destreza para hacerse imagen exclusiva de la comunidad en marcha, para hacerse configuración de la nación y del pueblo, neutralizando todas las propuestas que se limitaran a reducir los espacios democráticos de Weimar o a disponer los mecanismos de una dictadura conservadora. Ciertamente, en la habilidad táctica de Hitler y sus secuaces se encuentra su presentación como la oportunidad de los industriales para sofocar el pacto social de 1918 y la presencia de la izquierda política y sindical en el futuro de la sociedad alemana. Esta propuesta podían hacerla, sin embargo, los dirigentes conservadores tipo Von Papen o Hugenberg con el mismo entusiasmo, pero sin la base popular indispensable para construir un régimen en los años treinta. La ocupación del espacio público, la penetración en los ámbitos de sociabilidad, la posibilidad de ser vehículo de participación de masas, eran opciones sólo ofrecidas por el movimiento nazi. Más allá de la necesidad de contar con una respuesta electoral, en la misma esencia de su proyecto se encontraba su carácter popular, sinceramente establecido por los cuadros del movimientro hitleriano porque sólo así se verificaba una identificación radical entre individuo y comunidad, entre vida concreta y existencia colectiva, entre proyecto personal y destino de la nación. Realizado en unas circunstancias que apartaran a los alemanes de su percepción de ser protagonistas del proceso histórico que vivían les habrían hecho percibir su falsedad, de la misma forma en que habían sabido descubrir la contradicción entre los principios declarados por la democracia y su defectuosa aplicación práctica. En este sentido, el populismo nazi no era sólo un carril de aceleración, que permitiera a los cuadros del partido hacerse con el poder. Era, por el contrario, uno de los criterios esenciales de lo que el nacionalsocialismo entendía como actividad política. Esa participación nada tenía que ver con lo que un demócrata puede aceptar en posesión de derechos individuales y sociales, al establecer determinaciones que nunca podrían subvertirse por un ejercicio de soberanía alternativa. Lo que importa es señalar la forma en que la usurpación de esos derechos individuales fue contemplada como un acto voluntario de una parte muy notable de la sociedad, que decidió basar su convivencia en fórmulas distintas, que incluían la fijación de una jerarquía racial inmutable, la aceptación de la desigualdad funcional, la comprensión de los dilemas plebiscitarios como verdadera consulta al pueblo. Y, sobre todo, la definición máxima de los engranajes de inclusión y exclusión, de identificación comunitaria y de despojo de cualquier indicio de ciudadanía de quienes no fueran dignos de ser alemanes. http://seneca.uab.es/hmic 132 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego 18. El ascenso al poder del nazismo se realizó, por tanto, como significativo fracaso de una democracia. Sin embargo, el apoyo a Weimar fue aún importante incluso en las elecciones celebradas bajo la cancillería de Hitler, cuando la socialdemocracia alcanzó siete millones de sufragios a los que, dentro de la cultura antifascista, aunque no de confianza en el régimen agonizante, podían sumarse los cinco millones de votos que se manifestaron en favor de los comunistas. Es obvio que no se trata aquí de señalar la adhesión al fascismo de la práctica totalidad de la población alemana, pero sí de fijar la contundencia de su base social, su diversidad geográfica y de clase, su superioridad en términos de movilización y violencia, su mayor prestigio en un sentido mítico, defensor del objetivo de una comunidad nacional que restaurara el poder del pueblo alemán en el mundo y en la propia Alemania. La lentitud en el ascenso al poder del nazismo le proporcionó una fuerza propia mucho más extensa que la que podía presentar el movimiento mussoliniano, siempre cobijado por los poderes de la Italia tradicional, que el nazismo pudo suprimir o simplemente neutralizar en su conversión en la única configuración política de la nación. Le dio experiencia interior, al verificarse como movimiento antes de ser gobierno los principales rasgos de su carácter. Le dio visibilidad, conducta ejemplar, lo convirtió en un tipo ideal hacia el que volvían los ojos aquellos sectores exasperados por la ineficiencia de la República. Le proporcionó el prestigio de quienes contemplaban en el nazismo la única fuerza verdaderamente resuelta a acabar con los adversarios de la cultura germánica en el sentido más fuerte de la palabra, es decir, en el sentido militar de su aniquilación, de su Vernichtung. Le dio la autenticidad de un movimiento que, desde sus orígenes, había proclamado su naturaleza ajena a la esencia de la democracia, su oposición genuina, su extraterritorialidad, afirmándose en la constante negación de los valores nucleares de la democracia. Le aseguró la confianza de quienes lo miraban como una vuelta a los orígenes nacional-populistas, como encapsulamiento en las formas de la propia corporalidad germánica, como la realización de un ideario völkisch sólo esbozado en el pasado siglo y perpetuamente aplazado, primero por el régimen liberal del Kaiser y luego por la democracia de Weimar. La forma del destino 19. La inauguración del Tercer Reich fue contemplada no sólo como la llegada del nazismo al poder, sino como un reencuentro de Alemania consigo misma, como un proceso de revolución restauradora de la comunidad popular. Se ha señalado con frecuencia la cautela con que Hitler solía referirse a esa fórmula de conciliación que a la de una mera captura del poder por un movimiento político, aunque éste fuera el nacionalsocialismo. Se ha señalado, también, la irritación que provocó en los segmentos más sectarios del partido la falta de depuración inmediata de todas las instancias sociales en favor de los viejos camaradas. Ambas apreciaciones se corresponden con la dinámica de los hechos y explican los forcejeos internos del régimen, especialmente en los primeros años. En la medida en que el nazismo implicaba el fin de la política tal y como se había conocido hasta entonces, sin embargo, para establecer un campo inédito de vinculaciones comunitarias y de adhesión a un proyecto que configurase la voluntad nacional, tales sugerencias resultan menos determinantes de lo que creemos, a no ser que sólo nos planteemos el examen de la política institucional del nuevo régimen, y que lo hagamos sin tener en cuenta la advertencia crucial de que se trataba, además de la forma de liquidar la democracia weimeriana, de un edificio cultural levantado sobre sus propios cimientos, es decir, sobre una apreciación de las tareas de la modernidad bastante leal a la revuelta de fines de siglo y a las condiciones concretas engendradas por la guerra y la contrarrevolución. En este marco, las disputas por ocupación de zonas administrativas, por la definición de áreas de liderazgo parcial, por la primacía de una u otra agencia del partido o del estado, teniendo una importancia indudable, carecen de centralidad. Ésta tiene su lugar en la La forma del destino http://seneca.uab.es/hmic 133 El nazismo como fascismo “auténtico” realización completa de la ideología nazi o, para decirlo en un lenguaje aún más contundente, en el cumplimiento, a través del fenómeno nacionalsocialista, del gran proyecto del movimiento antidemocrático iniciado en la respuesta cultural a los principios de la Ilustración y la revolución francesa. 20. El núcleo de esta opción –pues de una opción se trataba, y no de un enigmático destino en el que desembocó la catástrofe alemana, como han querido señalar algunos autores- era la construcción del espacio político como morfología antidemocrática, como figura explícita de la inversión de los valores universales y universalizados por las revoluciones iniciadas a fines del siglo XVIII. Esta representación escénica debía hacerse como expresión significativa de la comunidad nacional-popular, como un reconocimiento de la base física de la polis en su aspecto exterior y simbólico, en la síntesis manifestada estéticamente. Y entendamos por ello mucho más que el simple ejercicio que recapitula las imágenes de muchedumbres portando antorchas, gallardetes, uniformes; en los campos atestados de fervientes seguidores de Hitler que se exaltan en la contemplación de su mutua dependencia, en la forma de sentirse parte de una comunidad resumida en esa reunión de masas. Ciertamente, se trata de eso, porque tales aspectos son los que permiten una sensación de inmersión en la comunidad que debe apreciarse a través de los sentidos. Sólo esa forma de intervención rompe las contradicciones entre la abstracción nacional y el individuo, que pasa a verse como parte de la comunidad, y que sólo es en la medida en que comparte. Lo que podría evaporarse en una afirmación genérica, en un concepto alejado de las sensaciones, pasa a vivirse, a experimentarse en los actos de masas que se convierten en una adquisición de conciencia y de cuerpo racial al mismo tiempo. Esa participación no es sólo una muestra de adhesión, un acto de entrega de autoridad popular al líder: es una forma de inclusión que necesita su ejemplificación concreta, carnal, ataviada con los símbolos que representan a la nación, al pueblo y a la raza. La abstracción de la esvástica convive, de esta manera, con la percepción de los rostros concretos, de la presencia de zonas idénticas de una muchedumbre unánime, formada por individuos pero carente de heterogeneidad. Tales espectáculos son, así, ensayos generales, entrenamientos masivos en los que la comunidad va adquiriendo conciencia de sí misma, y en la que cada persona se empequeñece y se dilata en el mismo momento de intensidad emotiva. Los mítines y manifestaciones son, pues, representaciones en el sentido más amplio de la palabra, puestas en escena, actuaciones populares, asignación de un presente tangible a lo que la comunidad es. No son meras asistencias a un discurso más o menos hábil del cuadro del partido o del propio Führer, sino majestuosos aletazos del ser común, afirmaciones de su existencia, verificaciones de su esencia. El impulso magnético de tales rituales se debe a la combinación de lo simbólico con lo concreto, no a la mera disposición de lo simbólico. Obedece a la coincidencia local entre la Idea y su Realización. Esa coincidencia se metaboliza en términos de una identidad radical, vivida como autorización para ser a través de lo comunitario, de los demás camaradas de sangre, de los Volksgenossen. Con la misma fuerza con que los dirigentes del partido exigen la sumisión a los símbolos del nazismo y a su identificación con los de la nación, los participantes exigen ser una zona de soberanía difusa, una célula apreciable de ese organismo que se sintetiza en una cruz gamada. El acto se desplaza, así, en las dos direcciones legitimadoras, en las dos formas de control social, y no sólo en la que suele verse, como subordinación de la multitud al caudillo. Pues la muchedumbre quiere verse como una parte indispensable de esa voluntad comunitaria, como cuerpos que concretan el gran cuerpo racial, como episodios de inclusión individuales, que superan la fragmentación de la fase democrática. 21. Las representaciones estéticas del nazismo van lo suficientemente lejos como para poder hablar de una superación de la política que se resuelve en el campo estético. La advertencia señalada por Benjamin y Brecht a mediados de los años treinta, señalando esa conversión de la http://seneca.uab.es/hmic 134 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego política en una expresión artística que sublimaba y anulaba las condiciones materiales, la lucha de clases, los antagonismos sociales, para construir un monumento reivindicativo de la esencia nacional, expresa la condición estética del nazismo más allá de lo que se ha dicho antes sobre la eficacia de los espectáculos de toma de conciencia corporal y adquisición de un recurso simbólico abstracto. Tales mecanismos de persuasión son la antesala de un carácter más rotundo y penetrante de la naturaleza estética del nazismo, que implica la conexión con la obra de Wagner acerca de la obra de arte total, así como con las reflexiones nietzschianas y hegelianas sobre el arte griego como lugar de realización del espíritu. La tradición filosófica germana va más allá. Hegel planteará, en su Filosofía de la historia, la subjetividad del arte como la vía por la que, en la Grecia antigua: “hallamos ya ese impulso infinito de los individuos a mostrarse y a gozar con ello. (...) El gozoso sentimiento personal contra la naturalidad sensible y la necesidad no sólo de divertirse, sino también de mostrarse, así como igualmente de hacerse una posición y de disfrutar con ese mostrarse, constituyen el rasgo principal y el quehacer capital de los griegos. (...) Tal es el comienzo subjetivo del arte griego, en el que el hombre, con un movimiento libre y bello y con poderosa habilidad, hizo de su corporeidad una obra de arte. Los griegos empezaron por convertirse a sí mismos en formas bellas, antes de expresar éstas de un modo objetivo en el mármol y en los retablos. La inocua competición en los juegos, donde cada uno muestra lo que es, data de muy antiguo. (...) Si consideramos la naturaleza interior de tales juegos, vemos que el entregarse a un juego tiene como característica la de contraponerse a lo grave y serio y a un vivir pendiente de las urgencias naturales. (...) Ahora bien, considerado a la luz de esta situación grave, el juego tiene, sin embargo, la mayor seriedad, pues en él la naturaleza se ofrece al espíritu como fantástica; y pese a que en estas competiciones el sujeto no llegue a situarse en la cima de lo que el pensamiento puede tener de grave, no obstante el hombre, en este ejercicio, muestra a la corporalidad su libertad manifiesta en el hecho de que ha transformado el cuerpo en órgano del espíritu.” Hegel sigue señalando la aparición de una obra de arte objetiva en la religión, al apreciar que: “lo divino comprenderá en sí la potencia natural sólo en cuanto elemento que es transformado en potencia espiritual. De este elemento natural, en cuanto principal, se mantendrá una reminiscencia y parecido en la representación de la potencia espiritual, pues los griegos han honrado a Dios como espiritual. (...) Tenemos que decir que el Dios de los griegos no es aún el espíritu libre absoluto, sino el espíritu de una modalidad particular, en una limitación humana y todavía como una determinada individualidad dependiente de condiciones externas.” El tercer momento se expresa en el Estado, que se convierte en obra de arte política sumando los dos instantes previos, subjetivo y objetivo: “En el Estado el espíritu no es tan sólo objeto como espíritu divino ni queda subjetivamente plasmado en una bella corporeidad, sino que es espíritu viviente y universal y, al propio tiempo, es el espíritu autoconsciente de los individuos particulares”. Estas apreciaciones de Hegel, que podrían contribuir a una aplicación de la filosofía moderna a la condición del nazismo como estética superadora de la política, se contraponen, sin embargo, a lo que el propio Hegel dice algo más adelante, al señalar: “Precisamente la libertad subjetiva, que en nuestro mundo constituye el principio y la forma propia de la libertad, así como el fundamento de nuestro Estado y de nuestra vida religiosa, para Grecia podría resultar su ruina (...). Podemos afirmar de los griegos, en la primera y auténtica forma de su libertad, que no tenían conciencia alguna; entre ellos lo que dominaba era la costumbre de vivir para la patria, sin ninguna otra reflexión.” 22. Philippe Lacoue-Labarthe, en un texto provocativo sobre la relación de Heidegger con el nazismo, La ficción de lo político, indica que no interesa demasiado esta última consideración, aun cuando de ella resulte la condición misma de modernidad política expuesta por Hegel. Sin llegar al extremo que Lacoue-Labarthe precisa para establecer una línea de continuidad entre el idealismo y Heidegger en este aspecto, pues resultaría de ello la negación de la idea de ley y La forma del destino http://seneca.uab.es/hmic 135 El nazismo como fascismo “auténtico” derecho que poseía Hegel, nada secundario en su versión de la política, cabe considerar la importancia de esa secuencia instaurada por el filósofo de Stuttgart –y nada extraña a las consideraciones de su amigo Hölderlin sobre la función de la poesía-, al hacer del arte la forma de expresión del espíritu griego en tres momentos que van fijando la subjetividad, la objetividad y la superación de ambas en el recinto del Estado. En la concepción antimodernista que pueden querer señalar un Nietzsche o un Heidegger, tal asunción de la realidad por una obra que deja de ser mera copia para alcanzar el carácter de una representación supone recuperar un espíritu arcaico vulnerado por la crisis de la cultura griega. Tal como se establece en la crítica de los años treinta, y en la referencia usual al nazismo como estetización, la política desaparece, haciendo de mediación técnica entre la intimidad física y la exteriorización objetiva de la comunidad, que se ve a sí misma, tomando conciencia de su voluntad a través de su puesta en escena. Para decirlo en los términos en que lo expone Lacoue-Labarthe: “Lo político (la Ciudad) proviene de una plástica, formación e información, ficción en el sentido estricto. Es un tema profundo, sacado de los textos pedagógico-políticos de Platón (...) y que resurge bajo el manto de los conceptos de Gestaltung (figuración, instalación figural) o de Bildung, cuya polisemia es reveladora (puesta en forma, composición, organización educación, cultura, etc.).Que lo político provenga de una plástica no significa, de ninguna manera, que la polis sea una formación artificial o convencional sino que, más bien, dice que lo político proviene de la techné en el sentido más elevado del término, es decir, en el sentido en que la techné es pensada como el cumplimiento y la revelación de la physis misma. Por eso la polis es igualmente “natural”: es la “más bella formación” que brota espontáneamente del “genio de un pueblo” (el genio griego), según la moderna, pero en realidad muy antigua interpretación de la mimetología aristotélica. Y, comentando ya la posición de Heidegger desde el punto de vista de la calidad estética del nazismo, este autor añade: “En su esencia lo político es orgánico. (...) Decir que lo político es orgánico no significa sólo que el Estado es comprendido a la vez como “totalidad viva” y como obra de arte. El Estado es una noción aún demasiado abstracta, es decir, una realidad demasiado separada (...). La organicidad esencial de lo político es en realidad infra-política, es decir, infra-social (en el sentido de la Gesellschaft). es la organicidad de la comunidad: Gemeinschaft, o como lo dice Heidegger cuando comenta La República, Gemeinwesen. Es por consiguiente la organicidad del pueblo, del Volkstum, que nuestro concepto de “nación”, si se le restituye a su sentido primero, vierte bastante bien en tanto que señala hacia una determinación natural o “física” de la comunidad, que sólo una téchne puede llevar a cumnplimiento y revelar (...). Si la téchne puede definirse como añadidura de la physis, por lo cual la physis se “desencripta” y se presenta (...), la organicidad política es la añadidura necesaria para la presentación y reconocimiento de sí de una nación. Y tal es la función política del arte.” 23. El nazismo como estétización de la política supone, por consiguiente, la desaparición de la política en favor de una representación pura de la comunidad. Algo que Heidegger expresará de una forma aún reticente en el célebre discurso del Rectorado de 1933 en Friburgo, cuando señala los motivos de su adhesión al nuevo régimen, indicando que “El espíritu no es ni la sutileza vacía, ni el juego sin compromiso del buen sentido, ni el ejercicio sin límites del entendimiento que se libra a sus análisis; tampoco es la razón universal. El espíritu es lo contrario: es una armonía que toma su tono del origen, poder decidirse por la esencia del ser. (...) El mundo espiritual de un pueblo (...) es la capacidad de conservar la más profunda de sus fuerzas de tierra y de sangre.” Heidegger titulará su discurso La autoafirmación de la universidad alemana, un texto en el que el filósofo se interroga sobre la función de la universidad como descubridora de la ciencia, y la esencia de ésta como la búsqueda del ser, rompiendo su resistencia y esquivando las trampas del racionalismo. Tras el estrépito de la muerte de Dios, que podía amenazar con un estado letárgico de decadencia, disfrutando de los http://seneca.uab.es/hmic 136 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego restos de una cultura, llega la “gloria de la naciente rehabilitación nacional” que es la conquista del poder por el nazismo. Tal conquista implica un nuevo inicio de la trayectoria del hombre, que se asigna en este caso a la comunidad alemana, cuando ésta es capaz de enfrentarse a su estado de desamparo y se levanta heroicamente para luchar por su autorrealización, por el cumplimiento de su destino. Estética y ontología se combinan en esta revisión vitalista de la modernidad, que trata de negarla y de reconstruir el encuentro con el ser pasando por encima de una tradición filosófica. La posición de Heidegger nada tiene de accidental, como el propio autor reconocería, pues su crítica al nazismo se realizaría más por el abandono de sus principios originarios que por un descubrimiento de su realidad abyecta en 1945. Tal vez el alejamiento de Heidegger provenga, a partir de 1934, de su misma carencia de importancia en el esquema hitleriano, donde ni siquiera puede ensalzarse la sutileza intelectual del filósofo. Sin embargo, puede proceder también de un disgusto por las concesiones políticas del nazismo, por su entrada en las contingencias y renuncias de las necesidades estratégicas, algo que, por caminos diversos, lleva al alejamiento de la mayoría de los escritores de la Revolución Conservadora. Lo importante es señalar aquí una fascinación, la intuición de la novedad radical del régimen, del movimiento, de sus aspiraciones, en una mecánica que poco tiene que ver con los presuntos juegos de abalorios propagandísticos del doctor Goebbels. Si poetas de la talla de Gottfried Benn y filósofos del genio de Heidegger jugaron esa carta, la apuesta no puede despacharse como una simple reacción de los elementos más burdos y lumpen de la sociedad alemana de entreguerras. Si esto es un cuerpo 24. El nazismo crea una nueva subjetividad que se expresa en esa configuración, en una obra entendida en el doble sentido del resultado de un acto material y de una intención espiritual. La puesta en escena se convierte en una ficción, sólo aparente al desmentir la realidad de lo que hasta entonces se ha entendido como política, como ciudadanía e incluso como existencia. Es en esta acepción más profunda en la que reside la consideración estética del nazismo, que suele confundirse con su mera teatralidad, con su simple forma, en un sentido más epidérmico que expresivo. Esa nueva subjetividad que, para Heidegger, supone el reencuentro con un ser oculto bajo los escombros de la metafísica, es la Volksgemeinschaft, la comunidad popular esencial, que el tradicionalismo y el biologismo moderno acuerdan situar sobre la sangre, entendiendo por ello su concreción física más elemental -un fluido delicado, fácilmente contaminado, transmisor de la vida y de los defectos-, pero también una mística, un símbolo que encierra en su síntesis la pertenencia a un pueblo, a una raza. La sangre define una pertenencia que no puede arrebatarse más que a través de la muerte individual, pero que sigue fluyendo en el destino de una comunidad voluntariosa. Esa íntima apropiación de lo que se considera la base de la existencia, su esencia material sólida e indudable, lejos ya de los cenagosos parajes críticos de la Razón, sólo debe protegerse de su infección, de la presencia de factores que no son nuestros, aunque lo parezcan, aunque tengan los suficientes elementos miméticos como para poder provocar un estado febril, una debilidad o la quiebra misma de nuestro cuerpo. Los recursos de la máxima espiritualización se convierten, de esta manera, en los instrumentos de una concreción materialista que sobrecoge por su determinismo. 25. La idea de la Volksgemeinschaft es un recurso mítico, que corresponde a una modernización del nacionalismo en la época de las masas. Contiene, ciertamente, los factores de un arcaísmo, de prejuicios sólidamente instalados en la cultura popular. Pero sólo se realiza en el siglo XX por los recursos de justificación científica, progresista, de que dispone, por los abundantes medios de propaganda, y por su coincidencia con las necesidades de la nueva sociedad industrial, tanto para los sectores populares que se adhieren a este principio como de Si esto es un cuerpo http://seneca.uab.es/hmic 137 El nazismo como fascismo “auténtico” la elite económica que ve en él un prodigioso instrumento de armonización. La virtud del fascismo fue ofrecer la respuesta a una demanda social polivalente, que procedía menos de una doctrina elaborada pacientemente que de una serie de experiencias. Está claro que, en el otro lado, en el campo de la izquierda revolucionaria, el movimiento se nutría también de la sensibilidad, de los sucesos por los que pasaba cada individuo, de las aspiraciones a vivir los problemas y resolverlos de una forma conjunta. Es decir, todo aquello que Bloch, con la atención a estos factores de nostalgia y emotividad que dio a su obra tanta eficacia analítica, denominó la corriente cálida del marxismo: “en ella se manifiestan la intención liberadora y la tendencia real materialísticamente humana, humanamente materialista, en cuyos objetivos se realizan todas estas desmitificaciones. De ahí el poderoso recurso al hombre humillado, esclavizado, envilecido, abandonado; de ahí el recurso al proletariado, comprendido como lugar de la agitación y revuelta que debe llevar a la emancipación. El objetivo es la humanización de la naturaleza y la naturalización del hombre, cuya cantera es la materia en desarrollo. (...) El marxismo, en tanto que ciencia de la corriente cálida se refiere pues exclusivamente a ese ser-en-posibilidad –In-Möglichkeit-Sein- positivo (...); que, en el seno mismo de la esfera humana, significa el Totum utópico, es decir, esta libertad, esta patria de identidad en la que el hombre y el mundo dejan de comportarse como extraños.” El principio de esperanza que Bloch deseaba inculcar a una genealogía de los movimientos de emancipación humana se corresponde, también, con lo que el nazismo ofreció a sus seguidores. Quien no se coloque en esta posición difícilmente llegará a comprender su potencia atractiva, y se conformará con establecer, como usualmente se hace, su fascinación en términos enfermizos – algo que, por otra parte, concede a los nazis una buena corroboración del carácter biológico de las valoraciones. Y, casi siempre, se arrebatará lo patológico a lo “comprensible”, distinguiendo entre los elementos de cohesión social, progreso económico, modernización industrial, por un lado, y exterminio por el otro. Además de entorpecer la coherencia del proyecto nazi, desde la fábrica de mercancías organizada hasta la fábrica de la muerte administrada con no menos eficacia, esta consideración esquizofrénica acaba por impedir la aceptación de resonancias de exterminio en el mismo arranque de formas de exclusión radical que ya aparecen hoy en su visión más amable, en forma de propuestas nacional-populistas radicales, o incluso en su versión más mórbida, con los crímenes de masas en las guerras civiles europeas, con las limpiezas étnicas a las que hemos asistido sin atender a su correcta genealogía en nuestra cultura. 26. El mito implica afrontar los problemas de la sociedad moderna de acuerdo con los principios del biologismo, de esa mezcla de determinación genética y de seguridad de pertenencia comunitaria que ofrece el racismo. La nueva identificación supera el concepto de ciudadanía porque supera la esencia de la política liberal o democrática. De hecho, porque reduce el demos a bios; porque construye la vida natural como sustento de la propia afirmación colectiva; una afirmación no política, sino de especie en un sentido no universal. La consistencia del discurso y el vigor de la propuesta, al ser vivida, reside en su tranquilizante aspecto de retorno a la naturalidad. Sin embargo, el racismo es una fabricación cultural, no la mera constatación de las leyes de la naturaleza. Al contrario de que algunos podrían entender –aunque los más sagaces fascistas no se equivocaron en ello-, el nazismo no fue la simple lectura de los elementos proporcionados por una realidad intransigente, sino que en esa misma observación existía un criterio, una ideología, un método de selección de pruebas, de su traducción a la actividad social, de mayor o menor optimismo en las posibilidades de integración de los individuos considerados defectuosos y, desde luego, en la misma determinación teórica de lo era la normalidad. Aun así, esa culturización de lo que se presentaba como simple obediencia a las leyes de la sangre iba acompañada de las reglas de la biología y del prestigio del científico. El profesional de las diversas áreas de la ciencia y la tecnología goza de una contemplación http://seneca.uab.es/hmic 138 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego sacerdotal que le permite hacer de interlocutor con la realidad, convirtiéndose en un verdadero intérprete que descodifica el idioma oscuro de la naturaleza y permite su comprensión por los creyentes cabizbajos. El ritual científico se suma a los aspectos religiosos del nazismo como una liturgia moderna, que exigirá la participación de todos en los grandes sacrificios comunitarios que definirán dónde empieza y acaba el pueblo elegido, los destinados al paraíso, y donde residen los infieles genéticos a los que espera una temporada en el infierno. 27. El proyecto racial puede ir señalizando los límites de la identidad, puede rasgar la tierra para abrir profundas fronteras donde no cabe la ambivalencia. Lo que está en juego no es ya un problema de opinión, sino que todo se reduce a una cuestión vital. La violencia interna de esta ideología precede y acompaña a la presunta barbarie de sus actos, a la suntuosa irracionalidad de sus crímenes. En una sociedad embriagada por el conocimiento radical de su propia existencia, de su inmortalidad intergeneracional, después de los años de humillaciones, de marginación, de incertidumbre, el nazismo puede ir apretando el ritmo de su propia realización, avanzar hacia su consumación en el exterminio. Pero esa dinámica sólo es comprensible como tal, como proceso que viene de muy lejos y por ello permite llegar también hasta Auschwitz. La tensión de esa comunidad en marcha tiene que ser, en primer lugar, una detección de quienes no le pertenecen, aprovechando la búsqueda de responsables de las desdichas, de la insatisfacción de amplias capas de la población que quiere sentirse la verdadera comunidad. El triunfo más arrollador del fascismo no fue el de imponer una dictadura, sino el de poder convencer a tantos ciudadanos, que habían disfrutado de ese carácter en tiempos de la República, de la caducidad de la idea misma de ciudadanía, de la superación de los propios márgenes de la política. Quienes siguieron considerándose extraños a ese planteamiento serían el objeto del terror, de la represión; serían una coartada para la dureza del control social y una verificación de la propia identidad de los creyentes. El mundo de los campos de concentración, incluso cuando se regula a través de la normativa de Dachau, poco tiene que ver con un sistema penitenciario convencional: se trata de un salto en la visión misma de la extranjería, de la expulsión de la vida comunitaria, de la creación del enemigo por la vía de descubrirlo, de la misma forma que se descubre una bacteria, una molécula o una reacción química. La naturalización de la disidencia, su conversión en insalubridad, convierte en castigo en una terapia, la dominación en una depuración, la ejecución en un acto de higiene. Al mismo tiempo, la cohesión nacional se realizaba sobre la base de la salud, del prestigio de ser social, de ser un “buen alemán”, carente de los derechos políticos constitucionales que había concedido la democracia, pero en posesión de una identidad convertida en el auténtico derecho. 28. La formulación de esta posesión o pérdida de derechos se produce, en un estado racial, por la vía de la serie de operaciones de control, tutela y represión sanitarios ofrecidos por los poderes públicos, que representan los derechos superiores de la comunidad en una tarea prioritaria. La salud de cada individuo no es ya un tema personal o un aspecto de la solidaridad y la protección del Estado. Es un asunto que incumbe a toda la comunidad porque ésta desea realizar un proceso de purificación. Tal dinámica, que irá siendo cada vez más dura a medida que el régimen se consolida y, en especial, en los años de la guerra mundial, parte de la legitimación del poder absoluto de la ciencia, de su capacidad de diagnóstico infalible y del derecho a usarlo como base de acciones legales, como las decisiones de esterilización, o clandestinas, como la “eutanasia” administrada por las oficinas de Tiergartenstrasse número 4. En cualquier caso, el secreto o la publicidad no desvirtúan lo fundamental de una práctica que, incluso cuando es silenciada, tiene elementos de legitimidad profunda a ojos de sus autores, por establecerse en el seno de una comunidad que se identifica con criterios raciales radicales: es decir, no sólo los de la observación de la desigualdad de base genética, sino los de las prácticas de lo que Peukert llamó un pesimismo eugenista, más destinado a evitar la reproducción e Si esto es un cuerpo http://seneca.uab.es/hmic 139 El nazismo como fascismo “auténtico” incluso la supervivencia que a estimular el nacimiento de nuevos seres sanos. En un ambiente cultural tan infestado de consideraciones arbitrariamente científicas, que iban adquiriendo cada vez más elementos de subjetivismo, prejuicio y puesta al servicio de las necesidades del régimen, la construcción de la imagen de lo asocial suponía -en contacto con tradiciones jurídicas y biológicas con docenas de años de existencia- la determinación de una pertenencia y de una exclusión. Ambos factores resultan complementarios en un proceso de consolidación del sistema por la vía de su depuración. No sólo porque permite la liquidación del disidente, sino porque proporciona un criterio de respetabilidad y autoestima a quienes son considerados miembros de pleno derecho de la comunidad, de la raza, del pueblo: es decir, asegura un elemento de inclusión. Aun cuando pueda parecer una afirmación desorbitada, que se extrema aquí para reforzar lo que interesa señalarse, lo que va en el primer momento ideológico no es la extrañeza, la designación de los adversarios raciales, sino su contrario: la inclusión de los Volksgenossen. El segundo momento es, aunque aparezca casi simultáneamente, la apreciación de los Gemeinschaftfremde, su clasificación en cualquiera de las categorías que autoriza su esterilización o su segregación de la comunidad, pasando a instalarlos en los espacios cada vez más definitivos de los campos de concentración o recluyéndolos en zonas reservadas para su vida aislada, como ocurrirá con los gitanos o con los judíos. Lo que importa, cuando hemos establecido tan frecuentemente el carácter deplorable de esa expulsión del mundo –pues de eso se trata, antes de que pueda procederse a la matanza-, es cómo tal ejercicio de ostracismo radical, que afecta al propio cuerpo y capacidad reproductora de las personas afectadas, se convierte en un factor de asunción de una vida plena por quienes están a salvo. Cómo la mutilación deviene posesión completa de la propia potencialidad, cómo la vida entera en su sentido más elemental se convierte en un privilegio, en la medida en que otros no la tienen. De qué manera el acto de reproducción admitida y estimulada por la comunidad pasa a ser un hecho público en el que se reconoce la pertenencia al grupo de los sanos, de los puros, de los superiores, estableciendo así una forma de retribución afectiva que se suma a las condiciones de éxitos económicos del régimen, atenuando sus fracasos y poniendo en primer lugar, a primera vista, la satisfacción de las aspiraciones más elementales de los miembros reales del Volk. Esas nuevas relaciones sociales no son, por tanto, un tema que flota en el etéreo mundo de las valoraciones morales o de las consideraciones metafísicas. Acercarse a estos elementos, a su legitimidad, al apoyo o normalización que obtuvieron, supone comprender un área indeclinable de la cohesión alcanzada por el régimen, así como un aspecto que suele desdeñarse de una oposición silenciada, humillada como sólo podía hacerse en una comunidad organizada de acuerdo con criterios raciales. En ella, la esterilización alcanzaba los rasgos de un estigma cruel, que reducía a las víctimas a una automarginación, a la aniquilación de su dignidad, al vaciado de su conciencia de individuo con derechos iguales a los otros, aunque hubieran sido revocados temporalmente. Arrebataba, como ninguna otra opción ideológica, como ninguna otra forma de poder, el camino que lleva a la esperanza. Y lo hacía con el contraste del entusiasmo de sus partidarios numerosos, de los millones de personas que, a pesar de haberse formado en los valores de la democracia, creyeron en su inversión más profunda, no sólo en su limitada cancelación. Ahí residió el horror. Ahí reside aún el peligro. 29. La buena disposición de las elites económicas procedió de la funcionalidad del racismo en la nueva organización del trabajo y en la manipulación de los problemas sociales. Weimar había ofrecido un modelo de cohesión que los industriales aceptaron por el riesgo mayor de una radicalización del poderoso S.P.D., pero que esperaron alterar en cuanto las condiciones se hicieran más propicias, algo que ocurrió con la quiebra del modelo socialdemócrata a comienzos de la década de los treinta. Tales gerentes de la industria entendieron muy pronto que las salidas meramente reactivas no bastaban. Entendieron lo que una tradición historiográfica no ha deseado o soportado ver: que el nazismo, es decir, la comunidad de sangre, podía resultar http://seneca.uab.es/hmic 140 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego operativo para la organización del trabajo en una sociedad industrial avanzada. La Ley Fundamental de 1934, tal como lo demostró en un célebre trabajo Tim Mason, al comentar el debate sobre arcaísmo y modernidad en la Alemania nazi, utilizaba un lenguaje arcaico para construir las formas más avanzadas de disciplina laboral. Las diversas regulaciones del Frente Alemán del Trabajo, las agencias destinadas a crear un ambiente distendido, a ofrecer una propaganda obrerista, a dar premios de buena conducta, a proporcionar alegres viajes, no eran simples ornamentos de una política de represión. Eran partes esenciales de una neutralización de la lucha de clases, que necesitaba destruir la posible resistencia de un movimiento obrero nutriente de las mayores organizaciones socialistas de la Europa central y occidental. Y se fundamentaban en la capacidad de reproducir, a escala, la Volksgemeinschaft en una Betriebsgemeinschaft, cuyos rasgos de organismo celular habían de preservarse de toda interrupción, disidencia o indisciplina. No siempre se consiguió la adhesión, pero se redujo la oposición a formas suaves de absentismo laboral, mientras los irreductibles, quienes trataban de restaurar la autonomía de la clase, eran rápidamente enviados a campos como Dachau. La superación del desempleo fue un mecanismo que actuó, al mismo tiempo, como factor de crecimiento económico, cumplimiento de una superioridad del Tercer Reich frente a la catástrofe social de la democracia y como satisfacción de la primera reivindicación de los trabajadores destrozados por el paro. Esa victoria puede ser matizada recurriendo a las cifras de paro encubierto, como el que podía representar la expulsión de la mujer del mundo del trabajo; pero se trató de un éxito sobre todo porque se percibió como tal. En la tradición cultural alemana, en la memoria colectiva, las generaciones de la postguerra, especialmente los miembros de una zona gris formada por quienes habían vivido en el régimen sin entusiasmo ni oposición, recordaban complacidos la derrota del desempleo y la espectacular recuperación de la potencia económica del país. Tim Mason ha resaltado el empeoramiento de los salarios; Richard Overy ha considerado los efectos de una coyuntura favorable; Harold James ha denunciado el carácter bastante tradicional y poco “revolucionario” de las medidas adoptadas por el régimen en los años de restauración de la economía tras la catástrofe de fines de los años veinte. Sin embargo, lo que importa es el impacto de una comparación: el recuerdo de una democracia devastada por la crisis, por un desempleo interminable, por la quiebra moral que éste supuso, y el presente de un avance hacia el pleno empleo, la mejora de las magnitudes básicas de la economía y la sensación de una regeneración nacional. Todo ello verificaba las promesas hechas por Hitler a mediados de 1933. Todo ello proporcionaba legitimidad al conjunto del proyecto racial. 30. La consolidación económica se realizó, así, en un marco comunitario biologista que parecía corroborar las apreciaciones de los industriales que convocaban, desde comienzos de siglo, certámenes literarios para premiar trabajos que observaran la “solución” de la cuestión social desde el punto de vista del racismo. La dinámica de la economía de guerra pudo proporcionar, al mismo tiempo, la imagen de una colaboración de clases que mantenían su propia especificidad, a través de una renovación constante del pacto productivo, pero también puso las bases de un mito desarrollista, racionalizador de la producción a través de una imagen de comunidad de trabajadores, cuya desigualdad funcional nada tenía que ver con el antagonismo de clase. La forma más audaz de construir esa imagen puede hallarse en reflexiones sobre organización –y, por tanto, disciplina- de las relaciones laborales realizadas por algunos magnates de las nuevas formas de producción, especialmente la fordista. Pueden hallarse también, en recursos de una utopía industrial tan frecuente en la ciencia-ficción contemporánea, en la que desaparece el productor activo, que es deshumanizado y sustituido por un modelo robótico, desalmado, pieza de la maquinaria más que dueño del ingenio. La casta de ingenieros, técnicos, planificadores y empresarios se convierte en una clase dominante en un sentido mucho más impresionante de lo que podían haber sido los primeros capitanes de la Si esto es un cuerpo http://seneca.uab.es/hmic 141 El nazismo como fascismo “auténtico” industria. Pasan a adquirir los rasgos de un grupo selecto dentro de la raza, una especie de grandes reproductores, capaces de asegurar el alimento a los menos dotados, de rastrear los beneficios, de organizar la caza de plusvalía, de otear las posibilidades de reinversión, de delatar las presas fáciles de la demanda. Esa autopercepción va construyéndose en la teorización de una nueva cohesión fabril, una racionalización que busca la eficiencia, de la misma manera que se busca la fuerza, el poder, la voluntad, la pureza. Se trata de una cuestión de aumento de beneficios, sin duda. Se trata de los recursos para incrementar la explotación. Pero es, además, la edificación de una forma de poder, de un escenario de dominio que se hace también forma estética, en la filmografía futurista de Weimar. 31. Si el nazismo se establece como una vía de modernización no sólo tecnológica, sino también ideológica, gracias a la construcción de factores de persuasión comunitaria en que se basa el ejercicio de la exclusión y de la explotación, no ocurre en menos medida en lo que suele presentarse como el aspecto arcaico del proyecto nazi: el antisemitismo y el cumplimiento del Holocausto. Se trata de un tema que debe reflexionarse con delicadeza extrema, con una especial cautela, por haber consistido en una forma específica de expulsión de la comunidad y de exterminio. No de una forma cualquiera, fácilmente sustituible por otro chivo expiatorio. Pero, al mismo tiempo, el proyecto racial no se reduce, ni siquiera en su aspecto de masacre, a los judíos. Esta doble advertencia no facilita la interpretación, pero nos pone en el camino de una verdadera comprensión de lo que sucedió, tratando de devolver a las víctimas lo que merecen: la causa de su muerte, siempre oculta bajo la retórica de los “excesos”, de los “errores”, de los “abusos” de autoridades inferiores o de la patología de los dirigentes máximos del régimen. Es una operación delicada porque devuelve Auschwitz a la historia de nuestra cultura. No lo hace una parte necesaria en una especie de fatalismo retrospectivo, sino una posibilidad que se convirtió en hecho, procediendo de una dinámica de opciones y oportunidades, de proyectos ideológicos y de urgencias de coyuntura. Es un análisis áspero, porque recalcar la calidad de unos seres en los procedimientos terminales del nazismo no es arrebatar importancia a la muerte de otros, no implica de ninguna forma establecer una nueva clasificación valorativa, que llegue a despojar de dignidad a los que no fueron asesinados como judíos, sino como simples Untermenschen eslavos, o como gitanos, o como homosexuales, comunistas, socialdemócratas o católicos. Algo que parecería reiterar la normativa misma de las autoridades del Tercer Reich. Debe afirmarse, por tanto, que la exclusión básica se refiere a aquellos individuos que se consideran defectuosos o infrahumanos. Pero que una exclusión necesaria como forma específica de hallazgo de lo opuesto se encuentra en la imagen del judío. Pues de eso se trata: no sólo de los judíos, sino de lo judío, es decir, de una figura, de un tipo ideal, de un símbolo con todos los atributos que hacen de él lo contrario a la comunidad de sangre. Sus valores, sus horizontes ideológicos, su ser mismo son una inversión, un reflejo del ario que debe ser recluido en el otro lado del espejo, en una vida paralela y virtual, o llevado al territorio de la muerte, cuya extranjería se pensará como vitalidad de la nación. 32. Los debates entre los historiadores han ido pautando una discrepancia fundamental, basada en el principio del prejuicio tradicionalista o de la aplicación pervertida de la ciencia. Uno de los últimos trabajos de Detlev Peukert llevaba por título, precisamente, La “solución final” desde el punto de vista del espíritu de la ciencia. La reflexión del historiador alemán tan prematuramente desaparecido introdujo otra vuelta de tuerca en las consideraciones de la historiografía funcionalista, para la que el holocausto era el resultado de una dinámica propia de la competencia entre las diversas autoridades del Tercer Reich, arrebatándo al genocidio un sentido lineal, teleológico, que se iniciaría en la fundación del partido y, antes de eso, en la cultura völkisch. Lejos de extraerlo de la ideología nazi, Peukert hacía del exterminio una parte precisa de una degeneración del biologismo político, una versión pesimista de los avances de la http://seneca.uab.es/hmic 142 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego ciencia que, como antes se ha indicado, se expresaba en la preferencia por depurar en un sentido negativo frente a la de mejorar la salud del grupo. Con ello, se planteaba una nueva síntesis interpretativa entre funcionalismo e intencionalismo, permitiendo la superación del debate entre quienes se inclinaban por un examen de la compleja maquinaria caótica del nazismo y quienes se orientaban a creer en el papel de la ideología hitleriana como elemento primordial en las decisiones políticas. Saul Friedländer ha señalado, además, que las investigaciones más recientes han ido permitiendo superar otra dicotomía: la que separaba a quienes contemplaban el racismo antisemita como un factor mítico arcaico y a aquéllos que veían en el exterminio sólo su aspecto de modernización, al establecer el peso de las tradiciones neorrománticas antisemitas en la población alemana; una memoria de prejuicio heredado y transmitido que hizo posible la divulgación de su aspecto moderno. 33. Los ya innumerables trabajos sobre el Holocausto han ido señalando el ritmo al que el régimen fue sometiendo la represión de los judíos, desde los primeros decretos de separación de la función pública, al poco tiempo de establecerse el nuevo gobierno, hasta la aceleración del desalojo de cualquier actividad económica y la reclusión de los en zonas especiales, tras los acontecimientos de 1938, pasando por las leyes de Nuremberg y por las sucesivas ordenanzas que iban limitando el oxígeno social de los judíos. Importa, sin embargo, considerar la forma en que, además de insertarse en unas necesidades cambiantes del régimen –como han descrito perfectamente autores como Burrin o Graml-, a fin de medir el proceso antisemita, la fabricación del judío como condensación del otro absoluto pudo asegurar un relieve ideológico, también estético, a la configuración de la comunidad. La construcción del judío no se hizo sólo con criterios morales o económicos, sino con referencias a un ideario de belleza y autenticidad. Es obvio que, en toda sociedad racial, donde la valoración del cuerpo resulta un aspecto crucial, al mostrar éste la rectitud, la pureza, la salud y la pertenencia, debía caricaturizarse al judío, haciendo de su apariencia física un elemento desagradable, ajeno, corrupto: un escenario de su carácter. Una cultura que venera la fuerza, la violencia, el poder, incluso cuando sus individuos no ejercen esos atributos personalmente, tiene que fijar una imagen del judío que es, en primer lugar, una forma. Su contenido tiene que manifestarse en unos rasgos coherentes con esa penumbra orgánica y espiritual donde reside el vicio de una raza peligrosa, contaminante, que anhela la destrucción de la propia pureza. El judío no es alguien, sino un artefacto ideológico. El problema para los judíos alemanes, orientales o de cualquier lugar de la Europa ocupada durante la guerra fue la necesidad de que, por la propia esencia de una comunidad racial, ese concepto tuviera que concretarse en personas determinadas, muchas de las cuales ni siquiera se consideraban judías en primer lugar. Su drama fue ser convertidas en la idea del judío que se hacían los nazis para poder seguir el camino que se les había asignado. 34. En sus recuerdos sobre Auschwitz, Jean Améry señala los problemas que podía tener un intelectual en el campo. La experiencia concentracionaria podía resultar más llevadera para los delincuentes comunes, acostumbrados a una arbitrariedad permanente, a la supervivencia, a defender su comida, a la violencia desesperada de los presos que reiteraba la suprema violencia del espacio penitenciario. Para el intelectual, la búsqueda de algún sentido resultaba una tortura atroz, que procedía de la incomprensión de las intenciones de los guardianes: “El hombre de espíritu se resistía más que sus camaradas no intelectuales a ponerse siquiera al corriente de aquellas circunstancias inimaginables. La costumbre, adquirida tras un largo entrenamiento de cuestionar las apariencias de la realidad cotidiana, le impedía la mera aceptación de la realidad del campo, pues ésta se oponía con demasiada rotundidad a todo cuanto hasta el momento había considerado posible y exigible respecto al ser humano. En libertad sólo había tenido trato con gente abierta a la argumentación respetuosa y racional, y no parecía dispuesto a comprender e absoluto una verdad harto sencilla, a saber: que frente a él, es decir, frente al Si esto es un cuerpo http://seneca.uab.es/hmic 143 El nazismo como fascismo “auténtico” prisionero, las SS empleaban una lógica del exterminio que en sí misma operaba con tanta coherencia como en el mundo exterior la lógica de la conservación de la vida. Se debía mostrar siempre un afeitado perfecto, pero la posesión de adminículos para afeitarse estaba severamente prohibida y sólo se permitía ir al barbero una vez cada catorce días.” . Dejemos a un lado la reticencia que puede causarnos la distinción entre gentes de espíritu y gentes “poco cultivadas”, que podría tener una secuencia de valores inadmisibles, aunque la delicadeza de Améry resuelve el tema por una simple elección de campo de su propia experiencia, sobre todo al señalar la absoluta falta de utilidad de los intelectuales en el trabajo necesario a los SS, o el carácter superfluo del conocimiento filosófico cuando se sufre un dolor físico. Hemos citado a Améry para considerar un aspecto esencial de su experiencia, que no siempre llega a hacer explícita satisfactoriamente: la realización del proyecto nazi en la degradación del preso. No se hace referencia aquí a lo que es más usual, es decir, la soberbia abyecta con que podía contemplarse la progresiva reducción de las víctimas a seres precarios, al límite de sus fuerzas, camino de abandonarse como los “musulmanes”. Se trata de algo, quizás, más terrrible: la verificación del materialismo biológico del nazismo al hacer de sus prisioneros un mero cuerpo, un conjunto de órganos que responden solamente a las funciones elementales, carne que sólo desea cumplir con sus necesidades primarias, vida desnuda, originaria. En sus propias víctimas, los nazis construyen un ente biológico que es sólo eso, que se pretende rebajar a sus operaciones mínimas de supervivencia, a la satisfacción pura de la alimentación, de la defecación, del apareamiento, así como a una noción cada vez más desmoralizada de sus frustraciones: el hambre, la sed, el miedo. El dolor, claro está, y una conciencia pura del dolor que establece la primacía del cuerpo. El dolor no se comunica, se padece, no se expresa más que en aullidos, de una forma animal, hasta que el abandono lo convierte a uno en cosa. De la persona al cuerpo, del cuerpo a la materia inerte y, al final, la extinción marcada por la desnutrición, por la enfermedad voraz a la que ninguna defensa corporal se opone, o el asesinato en las cámaras selladas. Poco después de la masacre, Thomas Mann escribía el prólogo a la edición alemana de unos relatos de Dostoyevsky. En buena medida, la reflexión del escritor se refería al valor de la vida humana y a la creatividad procedente de un estado enfermizo, aplicando esta consideración a la obra de Nietzsche y a la del novelista ruso. En ambos casos, Mann exaltaba aquella existencia en el infierno vital de la que había brotado la capacidad de comprender las fuerzas íntimas del Mal, la autenticidad de la existencia y el verdadero sentido de la salud moral: “Me interesa (...) el fenómeno de la enfermedad como grandeza o de la grandeza como enfermedad –es la diferencia de las perspectivas bajo las que puede considerarse la enfermedad: como reducción de la vida o como exaltación de la vida. Ante la enfermedad como grandeza o la grandeza como enfermedad, el mero punto de vista médico se demuestra pedestre o insuficiente, o al menos unilateralmente naturalista: el asunto tiene su aspecto espiritual y cultural, que tiene que ver con la vida misma y su exaltación, su progresión, y sobre el que el simple biólogo o médico entiende poco. Digámoslo claramente: un humanismo madura o se recompone a partir del olvido, que arranca el concepto de vida y de su vigor de las manos de la biología, que cree tener un derecho especial y exclusivo sobre él, y se compromete a administrarlo de una manera más libre, también más piadosa, y sobre todo más acorde con la verdad. Porque el ser humano no es un ser exclusivamente biológico.” 35. Los judíos constituyen una zona especial en que el proyecto nazi puede sintetizarse. No en vano, después del fracaso de la ofensiva en Rusia y de la entrada de los Estados Unidos en la guerra, que marcan el principio del fin del Tercer Reich, la Conferencia de Wannsee organiza con meticulosa eficiencia el traslado y masacre de los judíos de toda Europa, reglamentando las operaciones que se habían ido realizando desde la ocupación de Polonia de una forma más o menos sumaria. Los judíos pasan a ser un cliente especial del proyecto de exterminio, distintos a la muchedumbre de prisioneros soviéticos fusilados, dejados morir de hambre y frío, muertos http://seneca.uab.es/hmic 144 DOSSIER-2003 ISSN 1696-4403 Ferran Gallego por exceso de trabajo y falta de nutrición, por malos tratos reiterados. Son algo distinto, incluso, a la complicada relación con los gitanos, que fascinaban a Himmler por su pureza, pero que acabarán siendo minuciosamente clasificados y llevados al exterminio tras años de marginación y aislamiento que aprovechan viejas leyes emitidas por la misma democracia de Weimar. En Auschwitz, en Chelmno, en Sobibor, en Treblinka; en lo que, para abreviar, hemos venido llamando Auschwitz a secas, inculcando a la palabra un significado universal, la carga de un concepto y no sólo la referencia a un lugar, se levanta un monumento a la libertad y a la vida. La libertad del verdugo a través de la muerte de su víctima. La vida de la comunidad, desinfectada de sus elementos patógenos. Esa masacre industrializada, que se combina con la continuidad de la producción, a poca distancia de los campos, utilizando la mano de obra que será extinguida en las cámaras de gas; ese crimen masivo se realiza con un orden limpio, con una eficacia burocrática que no excluye el sadismo de algunos, pero que se escenifica en el sórdido ambiente de una esterilización. Si en el estadio de Nuremberg se manifiesta el espectáculo de la adhesión concreta y simbólica a la comunidad, en Auschwitz se expresa una forma más ardua de depuración, que define la suerte de los excluidos para poder distinguir el destino de la comunidad. Ese macabro edificio que fabrica la muerte con la misma eficiencia con que la IG Farben fabrica mercancías, a escasos kilómetros, es contemplado por quienes han entendido el fascismo como la consumación de su fuerza, como el ejercicio de su voluntad. La muerte de Dios decretada por Nietzsche y asumida por Heidegger levanta la soledad de un pueblo libre, sólo determinado por la raza que posee y que le posee. La destrucción es su primera forma de creación, de dotarse de significado, de cobrar la imagen de su poder. Su dominio extremo sobre la vida y la muerte convierte a ese pueblo en un dios moderno, provisto de la tecnología y de las razones ideológicas que no sólo le permiten recurrir al Holocausto, sino que se lo exigen como cumplimiento de su tragedia. 36. Las razones de oportunidad establecidas por Christian Gerlach; los análisis sobre la política económica del exterminio que ha desarrollado Götz Aly; la brutalización del frente oriental como “entrenamiento” y marco propicio tan convincentemente señalado por Omer Bartov; todos estos criterios han permitido iluminar aspectos concretos de las condiciones que pudieron dar ritmos precisos al proceso. Moshe Postone ha planteado incluso la relación entre el concepto marxista de “fetiche”, de abstracción de relaciones sociales, y el uso del judío como concreción de un anticapitalismo romántico, que los nazis resuelven en el Holocausto como destrucción del capitalismo financiero: “La fábrica capitalista es un lugar donde se produce valor, producción que, “desgraciadamente”, debe tomar la forma de una producción de bienes. Lo concreto se produce como apoyo necesario de lo abstracto. Contrariamente a lo que se cree, los campos de exterminio no eran la versión del horror de esa fábrica; más bien es preciso ver en ellos la negación ‘anticapitalista’ grotesca, aria, de ésta. Auschwitz era una fábrica de ‘destruir valor’, de destruir las personificaciones de lo abstracto. Su organización era la de un proceso industrial diabólico cuyo objetivo era ‘liberar’ lo concreto de lo abstracto. El primer paso para hacer realidad ese objetivo consistía en deshumanizar a los judíos, es decir, arrancarles la ‘máscara’ de humanidad para mostrarlos tal como ‘eran realmente’, sombras, cifras, abstracciones. El segundo paso consistía en exterminar esas abstracciones, en transformarlas en humo, pero también en intentar recuperar sus últimos vestigios de ‘valor de uso’ material y concreto, los vestidos, el oro, los cabellos, el jabón”. Una tesis fascinante, que niega las consideraciones de los funcionalistas al resaltar la especificidad de los judíos, aunque establece un nuevo funcionalismo de base no estrictamente racial. Sin embargo, este funcionalismo debe comprender, además, esa función estética –en su sentido más hondo y terrible- que cumplió Auschwitz, no sólo como simulación o ficción plástica, sino como escenario visual, como espacio de expresión de una relación de dominio absoluto, como diálogo entre la vida y la muerte, como dependencia donde se acumulan los recursos de seducción, no Si esto es un cuerpo http://seneca.uab.es/hmic 145 El nazismo como fascismo “auténtico” sólo los de náusea, del Tercer Reich. La comprensión de ese factor de instrumento cultural que posee el campo se adapta a su carácter distinto a cualquier forma de régimen penitenciario anterior, a sus rasgos específicos, distintivos, al convertir ese trabajo en una obra invertida: no se trataba de dar vida a las cosas, de construir sobre la materia una forma humana, de edificar belleza, sino de todo lo contrario. La realización más radical del fascismo consistía en convertir en materia el espíritu, el cuerpo en cosa, la vida en muerte. Un acto que debía reiterarse todos los días porque, más allá de sus objetivos, tenía un sentido propio en su misma secuencia. Una toma de posición en el mundo, una adquisición de conciencia de poder, de inimaginable dominio sobre la totalidad. Esa era la utopía fascista. Sólo el nazismo pudo llevarla hasta sus últimas consecuencias. Por ello, los esfuerzos revisionistas para arrebatar la lógica del nacionalsocialismo, por la vía de negar la eficiencia de las cámaras de gas, burlan el sentido íntimo del régimen que trata de edulcorarse. Además, establecen una línea imaginaria que se detiene a las puertas de los barracones homicidas, cuando la vida misma en el campo, al margen de lo que pueda ocurrir en los espacios de esa muerte ritual, forman un aspecto de la misma liturgia, provocan la muerte de otra forma, buscan la degradación, el despojo, la aniquilación de una vida auténtica. La Vernichtung, la conversión en nada de los otros ha empezado mucho antes de que se cruce el umbral de la última morada, antes de que se abra la espita y el gas acuda a provocar la suprema agonía. Bellaterra, diciembre 2002 146 http://seneca.uab.es/hmic DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Josep Fontana DEBATS Recuperar la història de la Segona República Espanyola Josep Fontana (Universitat Pompeu Fabra) Resum / Resumen / Abstract L'article recull un discurs de Josep Fontana pronunciat l'octubre de 2002 a la Universitat Autònoma de Barcelona on reflexiona entorn la necessitat de formular una nova lectura història de la Segona República espanyola, de la guerra civil i del franquisme. / El art’iculo recoge un discurso de Josep Fontana pronunciado en octubre del 2002 en la Universitat Autònoma de Barcelona donde reflexiona acerca de la necesidad de formular una nueva lectura de la historia de la Segundaa República espa;ola, de la guerra civil y del franquismo. / The article collects a speech of Josep Fontana pronounced in October, 2002 in the Universitat Autònoma of Barcelona where analises the need to formulate a new reading of the history of the Second Republic, the civil war and of the franco's regime. Paraules clau / Palabras clave / Key Words Dictadura, franquisme, Guerra Civil, Segona república. / Dictadura, franquismo, guerra civil, segunda república. / Victatorial, franco’s regime, civil war, second republic . 1. S'ha dit en moltes ocasions que un dels aspectes més negatius de la transició espanyola havia estat la renúncia a investigar la història del franquisme, per tal d'ocultar-ne les responsabilitats. Només cal veure que ha calgut esperar vint-i-cinc anys perquè els aspectes essencials de la repressió fossin estudiats de manera adequada (i que aquesta feina encara no s'ha acabat). M'agrada veure que el senyor Alfonso Guerra recupera ara la memòria de l'exili i reclama "el reconocimiento a los españoles que sufrieron el destierro por profesar ideas de libertad y modernidad" . 2. Se li pot retreure que potser era molt abans, quan tenia el poder, que calia que hagués pres consciència d'aquest deure. I li objectaria també que la llibertat i la modernitat no eren les soles coses per què combatien, sinó que n'hi havia d'altres, com la igualtat i la justícia, que no eren menys importants. Això em porta a una altra omissió molt greu de la nostra historiografia, com Resum / Resumen / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 147 Recuperar la història de la Segona República Espanyola és la de l'estudi de la segona república espanyola. I ací em temo que la culpa no és ben bé de la transició, sinó de la renúncia, per part dels presumptes hereus de l'esquerra espanyola derrotada el 1939, del llegat dels seus antecessors. 3. Me'n vaig adonar fa uns anys, quan en un curs d'estiu de Santander, un dels patriarques del PSOE ens va venir a explicar els seus antecedents ideològics per acabar sostenint que ells eren els legítims hereus de Joaquín Costa, sense arribar a esmentar ni una sola vegada Pablo Iglesias, que, pel que es veu, li resultava un referent incòmode. La qual cosa em porta a pensar que no ha estat tant la dreta com la pròpia esquerra la que ha volgut aquest oblit del que va ésser la república, reduïda a una mena d'antecedent de la guerra civil, que serveix per tal d'explicar el conflicte del 1936 com el resultat dels excessos dels uns i dels altres que avui, feliçment, hem superat i que per això mateix convé que oblidem. Com antídot us invito a llegir un dels textos més nobles que s'hagin escrit sobre la república. 4. Un text, per altra banda, molt breu, d'unes deu pàgines: l'article que Manuel Azaña va publicar en 1939, ja a l'exili, amb el títol de "Causas de la guerra de España". Azaña diu en ell que seria un error veure el moviment de juliol del 36 com una resolució desesperada que una part del país va adoptar per por d'un risc imminent. Recorda que els complots contra la república van començar gairebé des de la seva instauració, que s'havia produït sense violències, en mig d'una alegria general. L'obra de govern de la república va començar d'acord amb els principis clàssics de la democràcia liberal, excepte en les qüestions econòmiques, en què calia intervenir per tal de fer front a les conseqüències de la crisi mundial, en especial a l'agricultura. "Con socialistas ni sin socialistas -escriu- ningún régimen que atienda al deber de procurar a sus súbditos unas condiciones de vida medianamente humanas podía dejar las cosas en la situación que las halló la República". 5. El nou règim arribava amb l'herència del desastre de la dictadura de Primo de Rivera, en plena crisi mundial i en un moment en què el món, espantat pel perill soviètic, virava a la dreta, de manera que els diplomàtics de les grans potències van transmetre als seus governs la idea que el d'Espanya era un govern mig bolxevic i van contribuir a aïllar-lo des del seu naixement mateix. La veritat és que la major part d'aquests diplomàtics no entenien gens ni mica el que passava: l'ambaixador nord-americà a Madrid, per exemple, al qual el triomf de la república va agafar per sorpresa, estava convençut que Alfons XIII era adorat pel poble espanyol i el 13 d'abril va enviar un telegrama al departament d'Estat dient que la derrota a les eleccions "no s'ha de prendre com implicant necessàriament un canvi d'una forma de govern monàrquica a una altra republicana; un canvi de ministeri, però, podria produir-se aviat". 6. El dia 16, indignat pel tomb dels esdeveniments, deia: "el poble espanyol, amb la seva mentalitat del segle XVII, captivat per falsedats comunistoides, veu de sobte una terra promesa que no existeix. Quan els arribi la desil·lusió, es tombaran cegament cap a allò que estigui al seu abast i si la dèbil contenció d'aquest govern hi deixa pas, la molt estesa influència bolxevic pot capturar-los". I acabava: "No puc aconsellar el reconeixement immediat d'aquest règim, per bé que calgui alguna manera de modus vivendi per tractar amb ell, ja que d'altra manera jo no estaria degudament acreditat". Aquesta opinió sobre el govern era tant més injustificada quan l'ambaixada nord-americana no sabia ni qui eren els polítics que arribaven al poder. En una semblança dels nous ministres que envia a Washington el 15 d'abril es diu d'Alcalá Zamora: "D'acord amb la premsa va néixer a Andalusia i té 55 anys d'edat". De Lerroux: "no hi ha informacions recents; d'acord amb un despatx de l'ambaixada de fa un any era aleshores líder http://seneca.uab.es/hmic 148 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Josep Fontana del grup radical del Partit Republicà" (!). I de Manuel Azaña: "no trobo cap referència de part de l'ambaixada. L'agregat militar es refereix a ell com un associat a Alejandro Lerroux. Aparentment un "republicà radical"". 7. A banda d'aquesta hostilitat internacional, el nou govern havia d'enfrontar-se a uns problemes interns que era urgent de resoldre, en primer lloc el de la propietat de la terra i la situació dels camperols; però també d'altres com el de les reivindicacions catalanes, la limitació del poder de l'Església i una necessària reforma militar, que havia de tornar a les seves dimensions justes un exèrcit hipertròfic de gene-rals, el nombre dels quals havia augmentat alegrement com a compensació per les suposades heroïcitats dels comandaments de la guerra d'Àfrica. Convé que no oblidem que el Franco que el 3 de febrer del 1926 era nomenat general --a 33 anys, el més jove d'Europa, se'ns diu sempre-- havia aconseguit els ascensos com a premi de la fredor amb què havia dut els seus homes a la mort. Sense això, aquest oficial que havia sortit de l'Acadèmia d'infanteria amb el número 251 dins d'una promoció de 312, hauria fet una carrera mediocre que l'hauria dut a les seves velleses, com a màxim, a governador militar d'una província de segona. 8. Que la política de les esquerres a l'inici de la república no era enterament equivocada ho demostraria que aconseguís d'evitar l'extensió a Espanya de la crisi econòmica mundial. Els índexs econòmics espanyols mostren unes davallades moderades, o una estabilitat, i fins i tot un cert creixement en alguns terrenys. Comparant-les amb les dades dels anys 1925-1929, les importacions de cotó en floca estaven el 1935 un 20% pel damunt, la llana condicionada a Terrassa i Sabadell, un 34%. 9. La renda nacional havia pujat també entorn d'un 10%. La millora de les condicions de treball, conseqüència en bona mesura del fet que ara l'activitat sindical no fos reprimida, va fer pujar la massa salarial i va augmentar la capacitat de consum de la població, generant un creixement interior, deslligat de la conjuntura dels mercats mundials. Res ací que s'assembli al desastre de la recessió als Estats Units o a Alemanya, amb la caiguda brutal de la producció i els milions d'aturats, que serien, en el cas alemany, el cultiu que afavoriria l'ascens del nazisme. Cal dir, a més, que tot plegat era fruit d'una política reformista elemental i limitada. De fet una mesura important com la de la reforma agrària es va emprendre amb tal timidesa i amb tant pocs recursos -com va dir Camilo Berneri, "es va aplicar a dosis homeopàtiques"-, que es pot dir que tot just si havia començat el 1936. 10. Però és que allò que combatien els terratinents i els cacics, el que els va dur realment a la guerra, era molt menys l'amenaça, relativament remota, de la reforma agrària, que la molt més immediata que sorgia de la llibertat que s'havia donat als camperols per tal de sindicar-se i negociar les seves condicions de treball. S'estava produint un canvi, no pas espectacular, però transcendent, que implicava la ruptura de la relació tradicional de forces que permetia els propietaris rurals, amb la col·laboració dels funcionaris de l'estat, els jutges i la guàrdia civil, mantenir el control de la vida local, desvirtuant o neutralitzant les lleis reformistes que es publicaven en temps de la monarquia. 11. Angelina Puig va fer fa uns anys una tesi que utilitzava procediments d'història oral per investigar la història dels emigrants d'un poble de Granada establerts a Sabadell després de la guerra civil. Va voler també que parlessin de la seva situació abans d'emigrar, i els més vells, els que havien viscut en temps de la república, van venir a descobrir-nos un panorama que, per mi al menys, que, alimentat pels tòpics habituals, esperava sentir-los parlar de les gràcies i desgràcies de la reforma agrària, em va obrir els ulls. Ni una paraula de reforma agrària. El que Paraules clau / Palabras clave / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 149 Recuperar la història de la Segona República Espanyola en sortia era un quadre de la vida local d'aquells anys que mostrava els propietaris acollint inicialment el nou règim amb tranquil·litat, ja que estaven acostumats a veure canviar els governs sense que el seu entorn social es modifiqués, de manera que van pensar que ara seria el mateix. 12. Es van alarmar, en canvi, en veure que els camperols començaven a organitzar-se per negociar els seus salaris i reivindicar els seus drets sense que la guàrdia civil els reprimís d'entrada, com sempre havia passat. Per això, quan les dretes van pujar al poder el 1933, els terratinents i els cacics van refermar de nou la seva autoritat: van baixar els salaris i els camperols que s'havien afiliat a un sindicat o s'havien distingit com a partidaris de l'esquerra van sofrir tota mena de persecucions, expulsant-los dels llocs en que treballaven i negant-los la contractació com a jornalers. Això va passar a Andalusia, com a Albacete, a Cuenca -on els treballadors de Barajas de Melo diuen: "cuando pedimos trabajo, el alcalde nos dice que 'comamos zarzas y república'"-, a Ciudad Real -on els de Solanda del Pino asseguren que "para perseguirnos, prefieren dejar la tierra sin cultivar antes que dárnosla a nosotros"-, a Toledo, on, segons explica Arturo Barea, a finals de 1933 els propietaris començaven a treure tots els que s'havien afiliat a un sindicat "y a no dar trabajo más que a los que se sometían a lo de antes". 13. També va ésser el triomf de la dreta l'ocasió que els conservadors catalans van aprofitar per denunciar la "llei de contractes de conreu" que havia aprovat el Parlament de Catalunya. Un bon dia, en temps del franquisme, un vell dirigent d'Unió democràtica em confessava: "encara que, ben mirat, tampoc no n'hi havia per tant". Se'n podien haver adonat abans. La naturalesa del conflicte entre grans propietaris i treballadors us permetrà d'entendre reaccions com la que va tenir, en juliol del 1936, un terratinent de la província de Salamanca, el Conde de Alba y Yeltes, Gonzalo de Aguilera, que va explicar personalment a un periodista que el dia 18 de juliol mateix "hizo ponerse en fila india a los jornaleros de sus tierras, escogió a seis y los fusiló delante de los demás. Pour encourager les autres, ¿comprende?". 14. O que encara avui, en un llibre publicat en 1998 -i vull remarcar la data perquè no es pensi que es tracta d'un pamflet de la guerra civil- quan s'enumeren els greuges que van dur Pedro Sainz Rodríguez a col·laborar amb la insurrecció feixista, trobem aquesta descripció dels horrors intolerables de la república, que repeteixo sense afegir ni treure res: "Se obligaba a los terratenientes a roturar y cultivar sus tierras baldías, se protegía al trabajador de la agricultura tanto como al de la industria, se creaban escuelas laicas, se introducía el divorcio, se secularizaban los cementerios, pasaban los hospitales a depender directamente del estado...". Vetací el bolxevisme republicà denunciat amb tot detall. Us he explicat això per remarcar que no és veritat que fos la por a ésser desposseïts de les seves propietats el que va posar els terratinents en peu de guerra. 15. Es senzillament un dels molts tòpics que enterboleixen la nostra comprensió de la història de la república i que convé que combatem. Com, per posar un altre exemple, els tòpics que fan referència al paper de l'Església espanyola en el fracàs republicà i en l'organització de la revolta i que pretenen reduir-ho tot a poca cosa més que el contrast entre un personatge intransigent com el cardenal Segura i un altre de negociador com l'arquebisbe Vidal i Barraquer. El pobre Segura era un titella que no va pintar gran cosa en el transcurs de la seva vida, ni quan feia pastorals contra la república, ni quan, a les seves velleses, es negava a deixar el cap de la taula a la senyora Franco i aconseguia que el govern del Caudillo intentés de fer-lo marxar del país, com havia fet la república. http://seneca.uab.es/hmic 150 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Josep Fontana 16. El que ens caldria conèixer molt millor, per contra, és la forma en què el teixit de les organitzacions patrocinades per l'Església va muntar la contraofensiva per aturar els intents de laicisme de la república. Quan la Ley sobre confesiones y congreagaciones religiosas va prohibir l'ensenyament als ordes religiosos, les organitzacions catòliques van actuar ràpidament i entitats com la Sociedad Anónima de Enseñanza Libre, que apareixia com una associació laica, o les organitzacions de pares de família catòlics van passar a fer-se càrrec dels vells col·legis dels religiosos, amb el resultat que Herrera Oria podia dir el 1940 que "gracias a esta fortaleza en la lucha de las órdenes religiosas y de seglares, sobre todo de los padres de familia organizados, pudieron las órdenes religiosas educar a tantos o más jóvenes que antes". 17. A la vegada que organitzaven campanyes contra el cinema i les lectures immorals. Es a dir, contra el que en els criteris eclesiàstics del temps es considerava immoral. Si voleu entendre de què va la cosa només us diré que en la primera llista de llibres prohibits que es publica a Valladolid el 1936 figuren entre els totalment prohibits les faules de La Fontaine, gairebé tot Pérez Galdós, inclosa la major part dels 'Episodios nacionales', Baroja, Unamuno, Valera, alguns llibre d'Azorín, tot Goethe, els articles de costums de Larra, tot Gabriel Miró, la Celestina o el Libro del Buen Amor... I que entre els "tolerados", només aptes per a lectors madurs i autoritzats, hi ha els de Gustavo Adolfo Bécquer, les Novelas ejemplares de Cervantes, el Lazarillo de Tormes, l'Ideario español de Ganivet, el Gil Blas de Santillana, els contes de Perrault, el Buscón de Quevedo o El diablo cojuelo de Vélez de Guevara. 18. I el que és encara més important d'entendre, i caldria estudiar, en comptes de perdre el temps amb els exabruptes del cardenal Segura, o amb les bones intencions de Vidal i Barraquer, és la forma en que aquesta xarxa eclesiàstico-civil va funcionar en poblacions com Valladolid i parlo de Valladolid perquè hi ha un estudi recent que ens proporciona alguna informació sobre aquest tema- com un element de preparació i suport de la insurrecció del 1936 i, després del seu triomf, com a base del control intel·lectual i social dels anys de postguerra . 19. Això de l'ensenyament religiós -que, com sabeu, encara porta cua- em du a remarcar que un dels aspectes "revolucionaris" de la república que les dretes no podien tolerar era justament la seva preocupació per l'educació popular. Hereus d'una vella tradició il·lustrada, els republicans van creure que educar la població era el camí que havia de dur-los a mobilitzar-la per un programa de transformació social. I s'hi van dedicar amb un entusiasme que mai no s'havia conegut a Espanya -i que no s'ha tornat a conèixer després. S'acostuma a oblidar que entre els primers decrets republicans en figura un que creava de cop 7.000 places de mestres i augmentava el sou dels ensenyants. 20. Es va fer una gran tasca de formació de mestres, es van construir més de setze mil escoles, a la vegada que es desenvolupaven programes de difusió cultural que volien portar a tots els racons del país el llibre o el teatre. No endebades els francesos deien que aquesta república espanyola era "la república dels professors". Un escriptor cubà passava revista a la gran quantitat de noms d'intel·lectuals que ocupaven càrrecs polítics o diplomàtics i deia: "En todas las avanzadas del régimen figuran profesores y escritores, representantes de esa pequeña, casi exigua, burguesía intelectual que siempre estuvo residenciada bajo la monarquía" . 21. Es ben sabut com va ésser de dura, de sagnant, la repressió adreçada contra els mestres o la supressió inicial per part de les autoritats franquistes de molts dels instituts de segon ensenyament que havia fundat la república, per considerar-los sobrers. La cosa anava molt més enllà: la voluntat de liquidar fins a les seves arrels intel·lectuals el projecte reformista republicà explica que es fessin públics plantejaments com els que van aparèixer en un diari de Sevilla als Paraules clau / Palabras clave / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 151 Recuperar la història de la Segona República Espanyola primers dies de la guerra, en un article significativament titulat "A las cabezas" en què es deia: "No es justo que se degüelle al rebaño y se salven los pastores. Ni un minuto más pueden seguir impunes los masones, los políticos, los periodistas, los maestros, los catedráticos, los publicistas, la escuela, la cátedra, la prensa, la revista, el libro y la tribuna, que fueron la premisa y la causa de las convulsiones y efectos que lamentamos". 22. El rector de la Universitat de Saragossa, per la seva banda, proposava la crema de llibres com una mesura higiènica convenient i necessària. Per què calien llibres? En 1937 Pemán defensava en un discurs davant de Franco, que aprovà entusiasmat el que deia, un ensenyament simplista i adoctrinador, d'imposició dels valors "de arriba a abajo, misionalmente", exemplificat en aquesta afirmació: "El catecismo o el refranero, que hablan por afirmaciones, son más creídos que los profesores de Filosofía, que hablan por argumentos". Ja se sabia que això de pensar era un vici estrangeritzant i malsà. Així ho deia, al menys, un llibre publicat el 1939 per un "asesor técnico del Ministerio de Educación Nacional": "Europa es el mundo ideal del 2 y 2 son 4- me dijo un día mi maestro. A lo que yo le respondí-: --Y España es el mundo pasional del 2 y 2 son 5". Aquesta apologia de l'irracionalisme anava acompanyada per una referència a Angel Ganivet, que hauria dit que a un poble que ha conquerit el món no se li pot fer perdre el temps mirant per un microscopi (que era justament el que estava fent Ramón y Cajal pel temps en què Ganivet deia aquestes bajanades). 23. L'essencial per aconseguir aquest retrocés de la racionalitat era combatre el que Pemartín anomenava "el necio fetiche del siglo estúpido: la superioridad de la ciencia sobre la fe". La mena d'ensenyament que es propugnava havia d'ésser una barreja de patrioterisme i religió. No tinc gaire dubtes que el senyor Pemartín i la senyora Pilar del Castillo s'haurien entès prou bé. Convé de no caure en la trampa d'admetre que allò que va moure la revolta del 1936 va ésser la por a una amenaça revolucionària immediata, perquè aquesta amenaça no existia. 24. Només cal llegir un document que no s'acostuma a citar, com és el Pacte-programa del Front popular, publicat a la premsa el 16 de gener del 1936, per comprovar que no anava més enllà de la proposta de "restablir l'imperi de la constitució" i procurar que es desenvolupessin les lleis orgàniques derivades d'ella dins del respecte als principis constitucionals. Al pacteprograma els republicans es negaven explícitament a acceptar cap dels punts de transformació revolucionària que proposaven els socialistes i feien una declaració tan inequívoca com aquesta: "La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática, impulsado por razones de interés público y progreso social". 25. I hem de recordar també el pes insignificant en aquells moments dels comunistes, que no tenien cap mena de representació al govern i que no estaven pas aleshores per revolucions. El que va passar el 1936 va ésser la conseqüència del fet que la dreta espanyola no estava disposada a acceptar una nova etapa reformista com la de 1931 a 1933, amb el perill afegit del desenvolupament de les promeses implícites en la constitució, per moderades que fossin. Un estudi sobre Saragossa sosté que la burgesia local va jugar un temps a la carta possibilista fins al febrer del 1936, i que en veure els avenços de l'esquerra, optà per animar els militars que es preparaven per revoltar-se i, un cop obtinguda la victòria, va poder realitzar el seu vell somni d'"eliminar violentamente de la escena todas aquellas fuerzas políticas y sociales (...) que habían ofrecido (...) un proyecto socio-político alternativo al de las élites españolas" . En alguns casos la cosa estava preparada des d'abans. http://seneca.uab.es/hmic 152 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Josep Fontana 26. A Andalusia molts dels que no s'havien decidit a prendre part en l'intent de Sanjurjo del 1932, van canviar d'idea després del moviment revolucionari de les esquerres del 1934, que, encara que fracassés, els va espantar. Francisco Espinosa ha mostrat que les oligarquies andaluses, aterrides davant l'amenaça del perill que havien cregut córrer, van preparar un pla d'eliminació sistemàtica dels seus enemics, reals o imaginaris, que es van apressar a posar en pràctica l'estiu del 1936, en una operació d'extermini que va començar a escala local, però que es va generalitzar pel mes d'agost quan, diu Espinosa, "se decidió desde la más alta instancia golpista la eliminación masiva de toda persona marcadamente asociada a la experiencia republicana: políticos, intelectuales y dirigentes obreros" . 27. De fet sabem que abans de les eleccions de febrer de 1936 els militars estaven ja decidits a acabar d'una vegada amb el joc democràtic, qüestió en què coincidien amb l'actitud de la dreta tradicional, que manifestava la seva voluntat de "votar para dejar de votar algún día" . En un document secret adreçat a la Unión Militar Española, Mola sostenia que convenia donar el cop abans de les eleccions: "Sería un error funesto plantear la batalla a la revolución en el terreno del sufragio y de la actuación legalista (...). 28. Hay que evitar las elecciones, de las cuales sacarían algunos partidos de izquierda argumentos para intervenir en el gobierno (...). Nada de turnos ni transac-ciones; un corte definitivo, un ataque contra-rrevolucionario a fondo es lo que se impone, (...) la destrucción del régimen político actualmente imperante en España. (...) En el porvenir, nunca debe volverse a fundamentar el estado ni sobre las bases del sufragio inorgánico, ni sobre el sistema de partidos (...), ni sobre el parlamentarismo infecundo". No estava contra la revolució, que, com es pot veure, no figura entre els seus temors, sinó contra la democràcia parlamentària. 29. Un dels decrets que havia preparat per aplicar-los en triomfar el cop militar conté tota la seva teoria política: "es lección histórica, concluyente-mente demostra-da, la de que los pueblos caen en la decadencia, en la abyección y en su ruina, cuando los sistemas de gobierno democrático-parlamenta-rio, cuya levadura esencial son las doctrinas erróneas judeo-masónicas y anarco-marxistas, se han infiltrado en las cumbres del poder". Però, malgrat la moderació dels propòsits del front popular -o potser per això mateix, per la capacitat de convivència entre uns partits republicans de centre que volien mantenir els principis democràtics i uns grups d'esquerra que aspiraven a la transformació social per una via pacífica-, allò que representava la república espanyola a l'estiu del 1936 va resultar que tenia una significació i un valor universals. 30. En uns moments de renúncia dels governs democràtics europeus, Espanya va esdevenir una esperança per tots aquells que s'adonaven de l'amenaça que significava l'ascens del feixisme i del risc que implicava la inconscient tolerància d'uns polítics que s'estimaven més conviure amb les dictadures feixistes que amb un règim reformista tan poc revolucionari com el d'Espanya. Els testimonis dels homes que van venir aleshores a jugar-se la vida per defensar la nostra llibertat mostren fins a quin punt estaven convençuts que lluitaven per una causa d'abast universal. Ho veiem quan Koltsov li diu a Gustav Regler: "Si guanyem aquí, aviat podràs tornar a Alemanya" . O en la carta que David Guest, un matemàtic que va morir el 1938, als vint-i-set anys d'edat, lluitant prop de Mora d'Ebre, li escrivia a la seva mare: "aquesta és una de les batalles més decisives que mai s'hagin donat pel futur de la raça humana, i totes les consideracions personals s'esvaeixen davant d'aquest fet" . Paraules clau / Palabras clave / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 153 Recuperar la història de la Segona República Espanyola 31. O en la consciència de Cecil Day Lewis quan escriu: "És a nosaltres que defensaven els que defensaven Madrid" . Els testimonis podrien multiplicar-se gairebé indefinidament. Fa uns mesos, alguns supervivents de la brigada Abraham Lincoln nord-americana van tornar a visitarnos, recordant-nos que van venir a aquest país per lluitar per aquella república finalment derrotada pel feixisme, perquè amb ella defensaven els valors d'una democràcia avançada per la qual pensaven que valia la pena arriscar la vida. I van venir per dir-nos que segueixen creient en aquelles valors i que estan orgullosos d'haver defensat la república. Potser sigui ara a nosaltres, en moments en què aquestes valors tornen a ésser negades, que ens correspon de reivindicar aquell intent de transformació de la societat i de recuperar aquelles esperances, frustrades potser, però no pas caducades. 32. I en aquesta tasca a aquells que ens dediquem a l'estudi de la història ens correspon una part prou important, com és la de acabar amb el silenci, esvair els tòpics malintencionats, analitzar objectivament els encerts i les errades del règim i, sobre tot, liquidar una historiografia feta del remastegament de velles afirmacions repetides de manual en manual per tal de reemplaçar-la amb una altra que tregui a la llum les esperances dels homes i les dones d'aquells temps, per tal de recuperar el que encara hi pugui haver de vàlid en aquell projecte col·lectiu que tenia com a objectius la llibertat i la modernització, com ha dit recentment Alfonso Guerra, però altres coses també que convé no oblidar, com la lluita per una major igualtat i per una major dignitat. Em sembla molt bé que l'esforç dels joves historiadors estigui traient a la llum els crims del franquisme. 33. Ahir mateix, a "La Vanguardia", i amb referència al congrés que tindrà lloc en aquesta mateixa universitat dintre d'uns dies, del qual us avanço que espero uns esplèndids resultats, es deia que la lectura històrica de la guerra civil i del franquisme està iniciant una nova etapa. Es veritat. Però jo voldria que no oblidéssiu, en estudiar els crims del franquisme, que el major de tots va ésser, justament, el d'haver destruït aquesta gran esperança col·lectiva de la segona república espanyola. Es per això que us invito a recuperar-ne la història. Octubre de 2002 http://seneca.uab.es/hmic 154 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias Mónica Bolufer Peruga Jornada Mujer i ciudadanía: del Antiguo Régimen a la Revolución liberal. Departament Història Moderna i Contemporània, Instituto de la Mujer Resumen / Resum / Abstract El artículo recoge la ponencia presentada por Mònica Bolufer en las jornadas Mujer y ciudadanía: del Antiguo Régimen a la Revolución liberal. La autora reflexiona sobre las líneas de continuidad y los puntos de inflexió en la organización social y política en relación con la diferencia de sexos durante el reformismo ilustrado. / L'article recull la ponència presentada per Mònica Bolufer a les jornades Mujer y ciudadanía: del Antiguo Régimen a la Revolución liberal. L'autora reflexiona entorn les línies de continuitat i els punts d'inflexió en l'organització social i política en relació amb la diferència de sexes durant el reformisme il·lustrat. / The article collects the Mònica Bolufer paper presented on debate: Woman and citizenship: of the Old State to the liberal Revolution. The author focus on the lines of continuity and changes in the social organization and politics in relation to the difference of sexes during the reformism illustrated. Paraules clau / Palabras clave / Key Words 155 Ilustración, mujeres, reformismo, Revolución liberal. / Il·lustració, dones, reformisme, revolució liberal. / Illustration, women, reformism, liberal revolution. 1. Uno de los ejes del proyecto de investigación que estamos desarrollando, y que ha presentado su directora, la profa. Isabel Morant, es el estudio de las líneas de continuidad y los puntos de inflexión en la organización social y política de la diferencia de los sexos desde el Antiguo Régimen al nuevo, del mundo cultural y político del reformismo ilustrado al del liberalismo. 2. En este sentido, uno de los planos más interesantes de análisis es el debate sobre la presencia y relación de mujeres y hombres en los ámbitos públicos, más específicamente, en los espacios políticos. Ello exige manejar una noción amplia de política, que abarca: No sólo el gobierno, los espacios y las actuaciones de la política formal, sino también los discursos y las prácticas informales y las cuestiones que afectan a la presencia y la palabra pública: en suma, la cultura política. Que contempla las formas de la opinión pública y el debate político tanto dentro de la monarquía absoluta más o menos ilustrada y reformista (o en sus márgenes) como las nuevas reglas de juego propias del liberalismo. 3. En la España del siglo XVIII, dentro de los límites propios de una sociedad estamental y una monarquía absoluta, el debate político se produjo, en buena medida, en sordina, contenido por la acción y el temor de la censura (gubernamental e inquisitorial), aunque, más allá del Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias enfrentamiento entre conservadores e ilustrados, a partir de 1780 se ha documentado la emergencia de una incipiente corriente liberal, partidaria de la superación de la monarquía absoluta en el sentido de un régimen representativo y constitucionalista según el modelo parlamentario inglés o (entre los ilustrados más radicales) influido por nociones rousseaunianas del contrato social. 4. Los estudios del pensamiento político se han concentrado en la formación y ensanchamiento de esta fisura entre ilustrados, sin tener en cuenta la dimensión política de otros debates, como el que afecta a las responsabilidades, espacios y funciones, públicas y privadas, que debían asumir mujeres y hombres en una sociedad reformada. Ese debate, central en la sociedad de los siglos XVIII y XIX, ha sido, cuando no simplemente ignorado, interpretado como una discusión menor, sin relevancia política, en cuanto que limitada al ámbito privado de la moral, las "costumbres"" y las formas de vida familiares y sociales (la educación, el matrimonio, la maternidad, la sociabilidad...). Sin embargo, desde una noción amplia de "política" que abarque la distribución social, y eventual conflicto, del poder y la autoridad en sus múltiples formas, y que englobe la presencia pública y la expresión de la opinión, ese amplio debate social adquiere sinduda connotaciones políticas, que se muestran, de forma particularmente reveladora, en uno de los espacios característicos de las nuevas modalidades de expresión de la opinión pública constituidas en el siglo XVIII en torno a los nuevos medios de comunicación (la prensa periódica) y ámbitos de sociabilidad (tertulias, cafés, y Sociedades Económicas). Me refiero al debate que dividió a los miembros de la Sociedad Económica Matritense sobre la conveniencia de abrir a las mujeres el acceso a esa institución. La discusión al respecto se inició en 1775, a raíz de la propuesta en ese sentido de uno de sus socios, José Marín y Borda, y se interrumpió después, por razones desconocidas, para retomarse a partir de 1786 hasta su resolución definitiva el año siguiente. El motivo de su reapertura fue la admisión en 1785, a título excepcional, de dos damas de la más alta aristocracia: la duquesa de Osuna y la joven Isidra de Guzmán, investida ese mismo año, como reconocimiento a su erudición y por iniciativa del propio rey Carlos III, doctora y catedrática honoraria de la Universidad de Alcalá. Estas admisiones seguían la tónica general europea, que a lo largo del siglo había tendido a incorporar, de forma excepcional, a mujeres en instituciones que por tradición las excluían (como las Academias oficiales, artísticas, científicas y literarias, sin introducir cambio alguno en sus respectivos reglamentos ni comportar una equiparación con el resto de socios en derechos de asistencia y participación. Obedecían a la lógica del privilegio propia de una sociedad estamental y a la idea de "excepcionalidad" con respecto a su sexo que solía asociarse a las manifestaciones de talento de las mujeres, de modo que quedaba totalmente fuera de cuestión un debate sobre la presencia femenina en esos espacios. 5. En el caso de la Sociedad Económica de Madrid, fue la propuesta de pasar, tal como precisó uno de sus socios, de la " excepción " a la " ley ", modificando en ese sentido el funcionamiento de la institución, lo que planteó el debate. En él participaron, redactando memorias para su lectura y discusión pública en las sesiones de la Sociedad, 8 de sus miembros, algunos de ellos personajes relevantes del panorama cultural y político de la época, que desempeñaban responsabilidades de gobierno, como Jovellanos,Campomanes, Cabarrús, Floridablanca (encargado de transmitir a la Sociedad la decisión real) o, en menor medida, Ignacio López de Ayala, junto a una única mujer, Josefa Amar, que desde 1782 era socia de la Económica Aragonesa, en reconocimiento a su actividad intelectual e inclinaciones reformistas. El debate alcanzó una dimensión pública, nacional e internacional. Un periódico de Madrid, el Memorial literario, publicó en 1786 tres de las memorias (las de Cabarrús, Josefa Amar y Jovellanos, precedidas de una presentación de los editores secundando la opinión favorable (Mem. lit., tomos VII -abril de1786, pp. 473-487; mayo, pp. 74-8- y VIII -agosto 1786, pp. 400- http://seneca.uab.es/hmic 156 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga 438). Al mismo tiempo, el Mercure de France y el Journal Encyclopédique dieron a conocer la polémica a la opinión francesa, traduciendo el texto de Cabarrús,al que a su vez respondió una lectora de aquel país, Mme. Levacher de Vallincourt, con una dura crítica publicada en el Espíritu de los mejores diarios (Esp. nº 73 a 77, 17 al 29-XII-1787). 6. Finalmente, el discurso de Josefa Amar se traduciría al italiano en 1789. ¿Cuál es el significado del debate? ¿Qué estaba en juego? Sin duda, algo de singular trascendencia para sus contemporáneos, que insistieron en subrayar la importancia de la discusión y la novedad que supondría la admisión de las mujeres. 7. A los ojos tanto de sus defensores como de sus oponentes, admitir a las damas en esa "morada del patriotismo" suponía abrirles las puertas de una institución formalizada, cualitativamente distinta de las tertulias o salones, de los espacios de conversación y sociabilidad informal en las que su presencia era frecuente y, en general, celebrada. Sus defensores admitieron que, en caso de aceptarse, ello constituiría una importante ruptura con el pasado. Por ello, ya en 1778 José Marín había manifestado su preocupación por el hecho de que su propuesta, por inusual, pudiera considerarse "malsonante" o "escandalosa". De " revolución politica " la califico Jovellanos, mientras que Josefa Amar afirmó que "no se trata menos que de igualar a las mujeres con los hombres, de darlas asiento en sus Juntas y de conferir con ellos materias de gravedad, cosa que parece fuera del orden establecido e incluso extravagante" (Amar, 1786, 170). Todos se esforzaron en presentar esa novedad en terminos de avance necesario, del lógico progreso de una sociedad que se queria y se imaginaba en proceso de Ilustracion. En efecto, la intensidad que adquirió este debate, el hecho de que implicara a personajes de gran notoriedad y que rebasara el ámbito de la institución en la que se planteó para alcanzar a la opinión pública española y, en cierta medida, europea, así como sus inesperadas semejanzas con el que,años más tarde y en un contexto político bien distinto, se plantearía en la Francia revolucionaria a propósito de la ciudadanía, sugiere que su resolución se consideraba crucial para el buen orden no sólo de estas Sociedades (de Amigos del País), sino de la sociedad española en su conjunto. Y ello porque implicaba, en última instancia, plantearse cuáles debían ser, en lo práctico tanto como en lo simbólico, los espacios y las responsabilidades sociales que cabía asignar a hombres y mujeres en los proyectos del reformismo y en su imaginario social. Por ello la discusión retomó los principales argumentos, viejos y nuevos, que había venido desplegando en el siglo XVIII el debate sobre la distinta "naturaleza" moral, intelectual y sentimental de los sexos y sus respectivas funciones. 8. ¿En qué sentido pueden considerarse las Sociedades Económicas instituciones "políticas"?. En general, las valoraciones de su significado y su importancia (ampliamente discrepantes) se han centrado en los resultados de su actividad (que fueron muy distintos en las diversas Sociedades, unas lánguidas, otras enormemente activas e incluso contestatarias, como la Vascongada). Pero tanto o más revelador que el estudio de las actividades concretas desempeñadas por las Sociedades Económicas es el análisis de su discurso público o su imaginario político, 9. es decir, del modo en que sus miembros, individual y colectivamente, imaginaban ejercer un papel fundamental en la reforma y modernización de la sociedad española. En este sentido, la perspectiva gubernamental no coincide del todo con la idea que los socios albergaban de sus propias funciones y del significado del cuerpo del que formaban parte. Concebidas por Campomanes como conducto de la Paraules clau / Palabras clave / Key Words http://seneca.uab.es/hmic 157 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias 10. Ilustración oficial, como " asociaciones políticas " encargadas de difundir " el amor al Rey y a la Patria " y de colaborar con los proyectos de control y fomento propios del absolutismo ilustrado, en su seno, no obstante, se desarrollaron en algunos casos (especialmente dentro de la Sociedad Económica Vascongada), modos de entender la actividad y la representación política que fueron distanciándose de la 11. monarquía absoluta para poner las bases del primer liberalismo. Así, Manuel de Aguirre llegó a equipararlas con asambleas representativas que debían ejercer una función moderadora del poder real (Sistema de Sociedades Patrióticas y de Seminarios o Casas de Educación, 1785). Aunque tales ideas, por radicales, constituían una excepción en el seno de las Sociedades Económicas, en cualquier caso sus integrantes las consideraban cuerpos representativos de una opinión publica escogida entre lo mejor de la sociedad, por "mérito" y educación más que por nacimiento, y legitimadas por su vocación de servir al "interes general", a la"publica utilidad", y concebían su propia actividad en ellas como una misión "patriótica" y desinteresada a traves de la cual realizaban su condicion de "ciudadanos". Un concepto que, por lo común, entendían dentro del lenguaje político del absolutismo ilustrado, sin ninguna connotación rupturista o revolucionaria. El término "ciudadano" se identificaba en este contexto con el de "amigo del país", designando a individuos que se consideraban socialmente 12. responsables, conscientes de los deberes cívicos derivados de su fortuna, su posición y su educación, que les obligaban a promover la mejora de la patria, a la vez que súbditos respetuosos de un monarca ilustrado. 13. Las Sociedades Económicas, como otras de las múltiples sociedades, academias y clubes de diverso signo que en el siglo XVIII constituyeron manifestaciones de la sociabilidad como concepto y práctica distintiva de las Luces, pretendían erigirse en ejemplos de racionalidad y convivencia no sólo por la respetabilidad y utilidad de sus objetivos, sino también en sus propias normas de admisión y estilos de funcionamiento. Se imaginaban como modelos a escala de la sociedad ideal contemplada por los ilustrados, funcionando a partir de principios de mérito (más que de rango o influencias personales), de libre discusión, colaboración desinteresada y relación igualitaria entre sus socios. Principios que, apenas es necesario subrayarlo, no se cumplían necesariamente en la práctica, pero que configuraban toda una noción emergente de la esfera pública ilustrada como ámbito legítimo (teóricamente abierto, pero implícitamente selectivo y elitista) de expresión y formación de la opinión (en la linea apuntada por Habermas o, en un sentido más histórico, por Chartier). Es este imaginario simbólico, que invistió de significado la constitución y el funcionamiento de las Sociedades Económicas, el que permite entender por qué fue en su seno donde el debate sobre la naturaleza, las responsabilidades y los espacios sociales que debían ocupar hombres y mujeres, desarrollado a lo largo de todo el siglo en múltiples escenarios (de la filosofía a la literatura de creación, la medicina, la pedagogía o la moral), en España como en el resto de Europa, se planteó con un énfasis muy especial y una explícita dimensión política. Los argumentos de la exclusión: el orden político de la vida privada. 14. Cabarrús parecía saberse en posición minoritaria entre los socios, a contracorriente de la tendencia que acabaría imponiéndose, y pugnó por presentarse en su alegato no como un misógino tradicional o un nostálgico de un retorno al pasado sino como lúcido y severo reformador, instalado en el presente y preocupado por construir una sociedad ordenada. Es posible que a modelar su postura negativa y, sobre todo, el tono agrio con que la expresó, concurriesen sus propias vivencias: así, al menos, lo creyó Mme. Levacher de Vallincourt al http://seneca.uab.es/hmic 158 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga atribuir la agresividad y el temor que destilaba su texto a "cierto resentimiento personal". Quienes se han interesado por el pensamiento y la actividad política de este complejo personaje (ilustrado y prerromántico, burgués ennoblecido, servidor del absolutismo y liberal de simpatías rousseaunianas) han tendido a pasar por alto su oposición a la entrada de mujeres en la Sociedad Económica o bien a citarla como una mera anécdota, una rareza o una curiosa paradoja, consignando, en todo caso, con cierta perplejidad el tono misógino de su virulenta diatriba. No obstante, comprender la lógica de sus planteamientos exige ir más allá de la experiencia o los temores individuales para contemplarla como representativa (quizá de una forma particularmente enfática y severa) de actitudes, tradicionales y nuevas, comunes en su tiempo, tanto en España como en el resto de Europa, y que tienen su correlato más próximo en los planteamientos de Rousseau. 15. Cabarrús no se esforzó en maquillar su desconfianza hacia las mujeres,llena de prevenciones hacia las capacidades morales e intelectuales de éstas y de desprecio hacia "la petulancia, los caprichos, la frivolidad y las necesarias pequeñeces que son el elemento de este sexo" (en Negrín, 1984,152). Como a Rousseau, le inquietaba visiblemente la influencia social de las mujeres, de una forma que parecía movilizar no sólo sus temores de reformador, sino también sus más íntimos miedos como hombre. Y este sentimiento lo expresó haciendo uso de un tópico que utilizaran profusamente Rousseau y otros autores de su época: el del "imperio" femenino, es decir, la idea de que las mujeres ejercían, a través de la seducción, un poder ilegítimo sobre los hombres que amenazaba con vaciar de contenido la autoridad masculina ("aquel sexo, siempre temible enmedio de la opresión de que se queja, y que tanto más poderoso quanto domina por la opinión, no se ha contentado con desobedecer las Leyes, en todas las épocas, sino que a su antojo ha vencido o burlado los Legisladores mismos" -p. 151). 16. Para Cabarrús, permitir que las mujeres saltasen de los espacios informales de sociabilidad a la arena pública, participando en las "meditaciones y tareas" de la Sociedad Económica no era una medida de justicia, ni tan sólo una gentileza caballerosa de los socios, sino que suponía claudicar por debilidad ante ese poder clandestino, abriendo así la puerta a serios desórdenes públicos. La simple presencia femenina en la Sociedad turbaría las reuniones, viciando el sacrosanto lugar en el que se debatían temas que afectaban al bien común y haciendo peligrar la compostura y gravedad que habían de caracterizar a la política y sus artífices (lo que denota, como subraya Isabel Morant, una acentuada desconfianza también hacia la capacidad de autocontrol y contención de los hombres en el ejercicio de sus responsabilidades públicas).. Frente a esa amenaza, su ideal de una sociedad ordenada y moral exigía una nítida separación de los espacios entre los sexos y una drástica limitación de la influencia social de las mujeres: "una idea de la que necesita toda la policía moderna término que recoge, en el léxico ilustrado, una de las acepciones del concepto "política"- [es] reprimir la influencia de su sexo y perfeccionar el nuestro" (Negrín, 1984, 156). 17. El orden de las familias y la conveniencia social demandaba, a juicio de Cabarrús, que las mujeres se volcasen en ellas en lugar de participar con los hombres en los espacios públicos, como establecían los designios incuestionables de la naturaleza, eterna valedora de la diferencia sexual: "¿acaso la moda y sus partidarios prevalecerán contra la voz de la naturaleza que sugetó las mugeres a la modestia y al pudor, o contra las relaciones inmutables de todas las sociedades, que impusieron como una obligación civil la fidelidad a sus maridos, el cuidado de sus hijos, y una vida doméstica y retirada?" (p. 80). Los argumentos de la exclusión: el orden político de la vida privada. http://seneca.uab.es/hmic 159 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias 18. Cabarrús titubeaba, como muchos de sus contemporáneos, cuando se trataba de asignar un origen último e incuestionable a la diferencia de los sexos: ¿naturaleza, o más bien costumbre convertida casi en "natural" por el paso del tiempo? En última instancia, eso no parecía importarle demasiado, puesto que invocar a la naturaleza, a la Historia o a la utilidad social eran, ante todo, formas de fijar el destino doméstico de las mujeres haciendo de él un deber cívico. En su visión de la sociedad, la política se concibe como una esfera exclusivamente masculina, mientras que a las mujeres les correspondía dedicarse en exclusiva a sus deberes domésticos para crear, como madres y esposas, la armonía familiar que era condición del buen funcionamiento de lo público: "He visto varias veces, ¡y con qué veneración!¡con qué entusiasmo! una señora, que después de distribuir todas las horas del día entre la religión y la naturaleza, estaba por la noche rodeada de su madre, de sus hermanos, de su marido y de sus hijos, criando por sí misma al uno de ellos: en sus semblantes reinaba la inocente alegría, premio y compañera de la virtud; la paz, la unión, el respeto y el amor de cuantos la acompañan la recompensan superabundantemente de los frívolos e insulsos pasatiempos que ha despreciado" (en Negrín, 1984, 153). 19. Ninguna "ciudadanía" era posible para ellas fuera de los efectos políticos que reportase el virtuoso cumplimiento de las obligaciones que les señalaba como madres y esposas. De una forma tajante de la que no participaban todos sus contemporáneos, Cabarrús expresaba así una idea que éstos compartían: que la domesticidad de las mujeres era de vital importancia para el buen funcionamiento de la sociedad y que plegarse a ella no les suponía ningún coste, pues era acorde con su "naturaleza" y estaba recompensada por los goces de la sensibilidad. Fue Cabarrús quizá el ilustrado español que con mayor claridad y convicción formuló esa noción de la doble esfera como idea normativa: la política y los negocios como espacios masculinos, mientras que el hogar, identificado con el mundo de los sentimientos y la moralidad, como territorio de las mujeres. Sin embargo, su prevención hacia la presencia de las mujeres en los espacios públicos debió ser aprobada por muchos de sus contemporáneos, que compartían su idea de las responsabilidades específicas de los sexos. Así, en enero de 1789, apenas año y medio después de la fundación de la Junta, el Correo de los Ciegos publicó un significativo texto clásico, el célebre discurso (tomado de Tito Livio) en el que Catón el Censor tacha de aberrante que se permita a las mujeres acudir a las asambleas republicanas de Roma y atribuye a tal desorden la corrupción de las costumbres y la política. La admisión como exigencia de las Luces 20. Las memorias favorables a la admision de las mujeres en la Sociedad Economica discrepaban, en mayor o menor grado segun los casos, de este modelo de organización social basado en la radical diferenciación de las cualidades, aptitudes e inclinaciones de los sexos y sus respectivas competencias y responsabilidades. 21. En la mayoría parece dominar un enfoque utilitarista, pragmático, que pretende asociar a las mujeres a la empresa de las Luces, con modalidades de participación y tareas específicas que se hacen corresponder con sus particulares inclinaciones y funciones sociales, como una medida de la que obtener beneficios prácticos, a la vez que responder a unas ciertas exigencias de "corrección política".Algunos http://seneca.uab.es/hmic 160 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga 22. consagraron sus esfuerzos a convencer a los socios de los beneficios que a la sociedad española reportaría la colaboración de las damas. Argumentaban que las instructivas actividades e inquietudes de las Sociedades Patrióticas estimularían la reforma de las costumbres entre las mujeres de las élites, desviándolas de las practicas de vida " frívolas " en favor de la moderación en el gasto, las lecturas 23. formativas, la educación moral y cívica de sus hijos, la racional gestión de su hogar y la vigilancia de sus domésticos, a la vez que su ejemplo y sus actividades caritativas con las mujeres de inferior condición contribuirían a difundir tales virtudes entre las clases populares Es la postura de Jovellanos, quien, aunque no desconfía, en la misma medida que Cabarrús, en la capacidad moral de las mujeres y en su posibilidad de colaborar con los hombres (desde su esfera propia) para procurar los fines del reformismo, comparte con él la idea de que la responsabilidad prioritaria (aunque no exclusiva) de las mujeres en pro de la utilidad común es la que deben ejercer desde sus hogares, como encargadas de grabar en el corazón de los futuros ciudadanos el respeto al orden, dispensando a sus hijos la educación civil y moral "inspirada por la naturaleza, prescrita por la religión, reclamada y deseada por la política". Así, en su Elogio a Carlos III, pronunciado a la muerte del rey y auténtica declaración de principios de la Ilustración, Jovellanos incluyó en su alocución a las socias de la Junta recién constituida, presentes en el acto, para recordarles que ese era el modo en que su sexo debía colaborar al "glorioso empeño de ilustrar la nación para hacerla dichosa": "También vosotras, noble y preciosa porción de este cuerpo patriótico" - interpelaba a las damas de la Sociedad Económica, "también vosotras podéis arrebatar esta gloria, si os dedicáis a desempeñar el sublime oficio que la naturaleza y la religión os han confiado. La patria juzgará algún día los ciudadanos que le presentéis para librar en ellos la esperanza de su esplendor. ..."Hacedlos amantes de la verdad y de la patria (...) y preparadlos para ser algún día recompensa y consolación de vuestros afanes, gloria de sus familias, dignos imitadores de vuestro celo y bienhechores de la nación" (Jovellanos, 1980, pp. 188- 189). 24. En algunas intervenciones (como la del propio Jovellanos, o, sobre todo, Ignacio López de Ayala), los criterios pragmáticos de utilidad se combinan de forma significativa, e incluso quedan hasta cierto punto postergados, a favor de lo que se presentan como valores o principios irrenunciables de orden teórico y moral: nociones como la de " razón " o sentimientos morales como el de de " justicia ". 25. Para quienes así argumentaban, admitir a las mujeres en la Sociedad era la consecuencia que se derivaba, de forma lógica e ineluctable, de aceptar la igualdad intelectual y moral de los sexos, un principio que había quedado más o menos establecido y aceptado, en medios ilustrados, a partir de la polémica desarrollada en torno a los escritos de Feijoo (e la primera mitad de siglo) y que era proclamado con frecuencia en tono retórico, sin que siempre que aceptaran sus consecuencias prácticas. 26. Ignacio López de Ayala, en particular, articuló su memoria desde una noción de individuo basada en la razón como atributo esencial de los humanos y, por definición, carente de diferenciación sexual. A su juicio, esa igualdad no podía cuestionarse en un " siglo ilustrado " y menos aún en el seno de una institución que se pretendía representativa y promotora de la Ilustración, sino que su reconocimiento y plasmación en el orden social constituían un signo necesario del progreso de los tiempos: " En este siglo, y mucho menos en este sitio, no debe disputarse que la mujer es capaz de toda la instrucción y de casi todos los trabajos de los hombres ". Por ello, su memoria, en lugar de justificar la admisión en nombre de su utilidad social, partiendo así del interrogante implícito en otros texto (" ¿por qué (o mas bien, para qué) La admisión como exigencia de las Luces http://seneca.uab.es/hmic 161 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias admitir a las mujeres ? "), planteó la discusión en un plano distinto: " Supuesta la igualdad, ¿por qué hemos de excluir a las mujeres de las Sociedades? ", aproximándose a los planteamientos que Condorcet desarrollaría años más tarde para defender un concepto de ciudadanía extensivo a las mujeres (Sur l¹admission des femmes au droit de cité (1790) y Esquis d¹un tableau sur les progrès de l¹esprit humain (1795). 27. ¿Cuál es la línea de división? El debate no constituyó un enfrentamiento entre ilustrados reformadores y misóginos tradicionalistas, sino que, de forma mas interesante, revela una fisura y un desacuerdo entre los propios ilustrados, como prueba el hecho de que personajes unidos por relaciones de amistad y ciertas afinidades ideológicas (como Cabarrús y Jovellanos) sostuvieran al respecto posturas irreconciliables en lo relativo al papel que su visión de la organización social asignaba a ambos sexos. De ese modo, el debate de la Sociedad Economica viene a representar la tensión entre dos discursos opuestos, enraizados ambos en los presupuestos filosóficos de la Ilustración y las preocupaciones sociales del reformismo dieciochesco. De un lado, el discurso de tono " rousseauniano " que atribuía a las mujeres, en nombre de las Luces, una responsabilidad social y cívica definida exclusivamente en función de su papel doméstico (que a su vez se presentaba como la consecuencia de su peculiar naturaleza física, moral y sentimental), contemplando con desconfianza otras formas de participación femenina en los espacios sociales. De otro, un modo de razonar que admitía para ellas otras fórmulas de participación en las empresas del reformismo, presentando su acceso a la Sociedad Económica como una exigencia ineludible de la Ilustración, y que dejaba espacio a amplias discrepancias y dudas respecto de las formas en que debían desarrollar su actividad y relacionarse con los socios: desde la admisión formal de damas para colaborar con los fines de la Sociedad sin asistir a sus reuniones, a la integración sin distinción de sexo, pasando por la formación de un cuerpo propio y separado, todo lo cual muestra las dificultades y, en última instancia, las resistencias que incluso los defensores de la admisión albergaban respecto de su presencia pública en plano de igualdad y en convivencia con los hombres. No es fácil trazar líneas ideológicas o sociales a las que adscribir unas u otras posturas, que no se corresponden exactamente con la división que suele establecerse, durante los años finales del reinado de Carlos III y la época de Carlos IV, entre ilustrados reformistas, confortablemente instalados en el mundo social y político del Antiguo Régimen (como Floridablanca o Campomanes) y representantes de un liberalismo incipiente (como Cabarrús). Más que corresponder a adscripciones ideológicas clásicas, las distintas opciones remiten a actitudes más profundas de mayor o menor confianza o de abierta sospecha hacia la capacidad intelectual y moral de las mujeres y las relaciones sociales entre los sexos, que a su vez pueden explicarse, al menos en parte, atendiendo a: - Influencias y querencias intelectuales distintas: Cabarrús, ferviente rousseauniano; Jovellanos, lector de los ilustrados escoceses (Ferguson, Millar), defensores del papel de las mujeres como agentes de sociabilidad y civilización. 28. - Experiencias vitales quizá diferentes: entre Josefa Amar y el resto de los participantes, ciertamente, pero también entre los hombres del reformismo ilustrado. Sabemos, sin embargo, que la mayoría de ellos fueron hombres acostumbrados a la relación social con las mujeres en los espacios informales de los salones y tertulias, que algunos apreciaron, en mayor o menor medida, el talento femenino, y que tanto Cabarrús como Jovellanos o López de Ayala mantuvieron una amistad estrecha y afectuosa, llena de respeto y consideración, con la condesa de Montijo, gran dama ilustrada y futura secretaria de la Junta. 29. - Quizá algo más difícil de detectar: el distinto influjo que sobre estos hombres, que gustaban de considerarse reformadores guiados por la razón enla lucha contra viejos y obsoletos prejuicios e instituciones arcaicas, tuvieron ideas muy arraigadas en los más clásicos y comunes http://seneca.uab.es/hmic 162 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga estereotipos de la misoginia tradicional (retomados y naturalizados algunos por autores modernos como Rousseau), como el desprecio hacia la "frivolidad" de las mujeres y sus artes de seducción, que comprometían la gravedad y el autocontrol masculino La perspectiva de Josefa Amar. 30. A todos estos argumentos la memoria de Josefa Amar vino a añadirles un enfoque diferente, el de una mujer ilustrada que estaba y se sabía implicada de un modo distinto que los otros participantes en la cuestión a debate. 31. Cuando en 1785 se reavivó en la Matritense el debate sobre la admisión de damas, ella era la primera mujer, y la única no aristócrata, que formaba parte de una Sociedad Patriótica (la Aragonesa, desde 1782), y esa circunstancia, junto con su incipiente fama de escritora, la legitimaban ante el público y ante los socios para dejar oir su voz . Captó la trascendencia teórica y práctica de la polémica y quiso hacer no sólo de la admisión, sino también de su propia intervención como mujer, la prueba irrefutable de la igualdad de los sexos y la ocasión de un significativo progreso social. Que las mujeres fuesen admitidas en esas asambleas públicas, en pie de igualdad con los hombres, era para ella un modo de que alcanzaran (y de conseguir ella misma) algo del "premio y la recompensa" que les estaban vedados en otros campos ("cerradas todas las puertas al honor y al premio", "desterradas del premio y de la recompensa"...): "Saben ellas que no pueden aspirar a ningún empleo ni recompensa pública." -señalaba en la memoria a la Matritense- "Que sus ideas no tienen más extensión que las paredes de una casa o de un convento " (en Negrín, 1984, 164). 32. Josefa Amar articuló sólidamente los argumentos de su intervención y la envió arropada por una carta de apoyo del censor de la Aragonesa, Antonio Hernández de Larrea. Su texto se dirigía a demostrar de nuevo, con cierta exasperación por haber de argumentar lo evidente, las capacidades de las mujeres, para sostener que su admisión en la Sociedad era una consecuencia lógica, un caso de justicia que no debería generar reserva alguna. 33. "Todavía se disputa sobre el talento y la capacidad de las mujeres como se haría sobre un fenómeno nuevamente descubierto en la naturaleza, o un problema difícil de resolver. ¿Mas qué fenómeno puede ser éste, si la mujer es tan antigua como el hombre, y ambos cuentan tantos millares de años de existencia sobre la Tierra? ¿Ni qué problema después de tantas y tan singulares pruebas como han dado las mismas mujeres de su idoneidad para todo? ¿Cómo es posible que se oigan nuevas impugnaciones sobre esta verdad? Pues ello es cierto que se oyen, y que son de tal naturaleza, que no debemos desentendernos de ellas, porque acreditan que no está aún decidida lacuestión" (Amar, 1786, en Negrín, 1984, 162-163). 34. Consciente de la necesidad de volver una y otra vez sobre esos "prejuicios", que no se debían a mera ignorancia sino que arrancaban del interés y producían consecuencias sociales, trató de convencer a la opinión ilustrada de que, si era insostenible continuar manteniendo la inferioridad de las mujeres, lo era también aceptar tan sólo de palabra su igualdad intelectual. En este sentido, calificó de opresión encubierta, de arbitrariedad disfrazada de galantería, el empeño en seguir excluyendo a las mujeres de los ámbitos públicos de la cultura y el reformismo en razón de sus capacidades "distintas" y, supeustamente, más limitadas, censurándolo como una forma de desigualdad más sutil, pero no menos reprobable, que la "tiranía" o el "despotismo" que los ilustrados atribuían a los pueblos "salvajes" o poco "civilizados" en su relación con las mujeres: "Los hombres instruidos y civiles, no se atreven a oprimir tan a las claras, a la otra mitad del género humano, porque no hallan insinuada La admisión como exigencia de las Luces http://seneca.uab.es/hmic 163 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias semejante esclavitud en las leyes de la creación. Pero como mandar es gustoso, han sabido arrogarse cierta superioridad de talento, o yo diría de lustración, que por faltarle a las mugeres, parecen éstas sus inferiores" (1786, 163-164). 35. La resolución del debate. La Junta de Damas o las estrategias de las mujeres. El 27 de agosto de 1787 una Real Cédula vino a resolver el dilema decretando la admisión de señoras en la Matritense en forma de una Junta de Damas separada y subordinada a la Sociedad, a la que se instaba a tomar a su cargo las tareas "propias de su sexo", identificadas explícitamente con la educación y la reforma de las costumbres y los usos suntuarios. 36. En los años siguientes, la Junta de Damas fue asumiendo, por encargo de la Sociedad Económica o bien a petición propia, otras competencias sobre cuestiones educativas y de beneficencia: se encargaron de gestionar las Escuelas Patrióticas para niñas pobres de Madrid, de prestar materias primas a las trabajadoras textiles y asistir a las mujeres encarceladas. Asimismo, reclamaron y obtuvieron la gestión de la inclusa, apelando a los intereses del reformismo por contener la mortalidad de los expósitos y convertirlos en mano de obra productiva y argumentando su particular responsabilidad y su especial inclinación y capacidad, en tanto que mujeres y madres, para encargarse de ese asunto. Las relaciones entre la Junta de Damas y la Sociedad Económica no fueron fáciles. Aunque los estatutos de la Junta, elaborados por una comisión de socios y aprobados en 1794, establecieron que la Sociedad debía supervisar sus actividades, dar el visto bueno a su informe anual y a las propuestas de admisión, examinar las memorias redactadas por las socias, mediar en sus relaciones con organismos externos y mantener una precedencia protocolaria en actos oficiales, en la práctica la Junta no sólo funcionó de forma bastante autónoma en su toma de decisiones, sus iniciativas o sus relaciones con las autoridades, sino que rechazó la inmiscusion de la Sociedad y defendió por escrito su carácter de cuerpo independiente, vinculado, pero no subordinado, a ella. 37. La presencia de mujeres en otras Sociedades Económicas españolas fue, en general, esporádica y más tardía. Algunas de ellas se plantearon la posibilidad de constituir una Junta de Damas, para acabar desestimándola, como la de Jaén, que suprimió esa propuesta de su borrador de estatutos en 1786, la de Zaragoza, que unos años después de admitir a Josefa Amar dictaminó la "inconveniencia" de formar una Junta de Damas, aceptando el parecer de uno de los socios que entonces había apoyado aquella admisión excepcional, o las de Burgos y Toledo en 1816 y 1818. Algunas, como la Vascongada, prosiguieron la línea de las admisiones individuales y honoríficas. Otras, en fin, llegaron a constituir a finales del siglo XVIII o a lo largo del XIX Juntas de Damas, siguiendo el modelo establecido por la Sociedad Económica de Madrid: las de Murcia (donde a las 3 damas admitidas entre 1788 y 1807 se les sumaron otras 13 entre 1815 y 1819), Granada (de la que formaban parte 6 damas en 1798), Jaén (1820), Cádiz (1827), León (1840-45) o Las Palmas (1871). En todas ellas, de forma explícita o tácita, as socias tenían vedada la asistencia a las ssiones generales. 38. Constituidas en "Junta" o "Sección de Damas", se les asignaban competencias que se consideraban como una extensión en el plano social de sus responsabilidades domésticas como madres y esposas: labores educativas y de beneficencia, especialmente las desarrolladas con mujeres (presas, niñas pobres) y niños (expósitos) y, como en el caso de Madrid, se entendía que debían sujetarse a la supervisión y control de las Sociedades masculinas. Las integrantes de estas asociaciones defendieron celosamente lo que entendían como su esfera de actividad y responsabilidad, apoyándose en una interpretación particular de los discursos que les reconocían papeles sociales y cualidades morales diferenciados de los de los hombres. Y lo hicieron, como muestra el caso de la Junta de Cádiz, estudiado por Gloria Espigado, con http://seneca.uab.es/hmic 164 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga frecuencia en conflicto con las Sociedades Económicas por cuestiones de competencias y de protocolo, signo de la independencia con la que aspiraban a desarrollar su actividad y del empeño con que asumieron ese espacio de poder. Conclusiones 39. 1. Una de las pocas veces en las que el debate se plantea en términos abiertos, en la que se explicitan las razones a favor o en contra de la presencia de las mujeres en los espacios públicos-políticos, haciéndose evidentes las imágenes diversas que sus protagonistas albergan de la sociedad que desean, así como las consecuencias sociales y políticas que temen de la mezcla de los sexos en el ámbito público. Ha indicado Gloria Espigado cómo en momentos significativos de la construcción del orden político liberal, como la discusión constitucional en las Cortes de Cádiz, el debate brilló por su ausencia (y con él, cualquier resolución explícita en términos de inclusión o de exclusión): se impuso, en cambio, el silencio como forma de ocultar el problema, no planteándose siquiera su existencia, y en todo caso la exclusión implícita. Un silencio que no sólo se produce en la discusión sobre temas explícitamente políticos como los perfiles y límites de la ciudadanía (en el que sí se aborda, en cambio, la cuestión de otro colectivo excluido, el de los habitantes de los territorios coloniales), sino que también, como recuerda Isabel Morant en su texto, domina en la consideración de temas que fueron de la máxima trascendencia para el nuevo régimen liberal, como la educación. En general, a lo largo del siglo XIX, como también del XVIII, la "política los sexos", es decir, los esfuerzos por asignarles espacios, ámbitos y funciones diferenciadas y jerarquizadas, consideradas como esenciales para el buen orden de la sociedad, y las disidencias con respecto a las formas más habituales de concebir y ordenar esas diferencias, tuvieron lugar más bien en el plano de la regulación de las costumbres. Así, desde la literatura moral (religiosa y laica), médica y pedagógica, así como en la prensa, la sátira y la literatura de ficción (novelas y teatro fundamentalmente), los proyectos reformistas o los discursos de circunstancias, se construyeron insistentemente modelos de comportamiento públicos y privados, femeninos y masculinos, que coincidían en convertir a las mujeres en artífices de la moral y la armonía doméstica, cifrando en esa responsabilidad su contribución al bienestar público. 40. 2. Señala las posibilidades que ofrecieron a las mujeres el nuevo discurso ilustrado (con su énfasis en la necesaria contribución de todos a la "pública utilidad" y su insistencia en la deseable renovación y modernización de la sociedad española) y las nuevas formas de sociabilidad reformista y de intervención en ámbitos públicos como los de la educación o la beneficencia. Pero al mismo tiempo y de forma muy significativa, ilustra sus límites, que apenas podían contemplar en el orden teórico la igualdad de los sexos y su presencia pareja en los espacios públicos, y de ningún modo admitir su realización material, optando, en cambio, por asociar en todo caso a las mujeres, de forma específica y subordinada, a los objetivos políticos del reformismo y sus actividades. 41. Creo que puede afirmarse, sin forzar el sentido de los conceptos y situando siempre éstos en su contexto intelectual y político, que en el debate de las Sociedades Económicas se enfrentaron, en cierto modo, dos concepciones de la "ciudadanía" femenina, en los términos propios del discurso y las prácticas del reformismo ilustrado, que entendían por ciudadano, de forma un tanto vaga, a la persona (implícitamente, cultivada y con cierta solvencia económica) interesada por el "bien público", consciente de sus responsabilidades sociales y dispuesta a cumplir con ellas. Conclusiones http://seneca.uab.es/hmic 165 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias 42. Para los defensores de la admisión en la Sociedad Económica, por el contrario, que las mujeres cultivadas participasen de ese ámbito de sociabilidad reformista era una forma legítima en la que podían contribuir a la utilidad general, además de un obligado reconocimiento de su condición de individuos racionales e implicados en el bien común, como opinó Hernández de Larrea: "oponerse a que las mujeres sean individuos de las Sociedades Económicas, es a mi ver lo mismo que quererlas despojar del derecho de ciudadanía", aunque se resistieran a contemplar esa participación de otro modo que de forma específica y subordinada. 43. En efecto, para los ilustrados, la vía principal (única, para muchos de ellos) por la que las mujeres podían y debía colaborar en los fines del reformismo era a través de las repercusiones públicas (morales, sociales y políticas) de sus deberes domésticos como esposas y madres, redefinidos de forma más exigente y acorde con el modelo de la familia sentimental que se extendió entre las élites europeas en la segunda mitad del siglo XVIII. Ese era el sentido de múltiples exhortaciones que en la literatura moral, pedagógica o de ficción establecían una relación necesaria entre el orden y moralidad de las familias y el orden social, adjudicando a hombres y mujeres responsabilidades distintas en la construcción de ese modelo doméstico y cívico. Al reprender en 1786 a las mujeres que no amamantaban a sus hijos, 44. recordándoles sus deberes cívicos de "ciudadanas", el médico ilustrado Jaime Bonells hace eco a Cabarrús, para quien la única ciudadanía posible para las mujeres consistía en el cumplimiento, en aras del bien público, de sus obligaciones domésticas: "¿Cómo esperar que sean Ciudadanas las que desdeñan las obligaciones de madre y esposa?". 45. Ambos coincidían así, salvando las distancias en el contexto político, con el ideal de maternidad republicana ("republican motherhood") propuesto en la América anglosajona, durante la guerra de independencia de las Trece Colonias, para reconducir la participación activa de las mujeres en la actividad pública de los comités patrióticos, con el argumento de que su papel en la construcción del nuevo Estado republicano debía realizarse exclusivamente a través de la custodia de la moral en el hogar y la educación de ciudadanos virtuosos (Kerber, 1980). 46. Coincidían también con la concepción rousseauniana del orden ideal de la familia y la sociedad que se impondría en la Francia revolucionaria. En efecto, Cabarrús se expresó en términos similares a los que entre 1790 y 1793 utilizaron aquellos revolucionarios franceses que, como los miembros de la Convención Amar, Chaumette y Prudhomme, se opusieron a ampliar los derechos de ciudadanía a las mujeres, contra quienes, al modo de Olympie de Gouges o de los diputados Condorcet, Romme, Guyomar o Lequinio, dentro y fuera de las Asambleas defendieron la extensión a ambos sexos de los principios revolucionarios de igualdad y libertad (un debate del que testimonian los textos editados por Elisabeth Badinter en ....). Finalmente, el republicanismo jacobino estableció un ideal que marcaría el perfil de la Francia postrevolucionaria: una rígida división de los espacios público y privado, que excluía a las mujeres de la política, considerada en adelante una exclusiva competencia masculina; apartadas de la participación política, a las mujeres se les asignaba la misión de educar a los futuros ciudadanos y de encarnar simbólicamente los valores de la república, representada en la figura de una mujer, como puede apreciarse en estos pasajes con que la propagandística exhortó a las mujeres a renunciar a las actividades políticas para retirarse al santuario doméstico: "Las mujeres no pueden ejercer ninguna influencia sobre el gobierno, sino sobre el carácter y las costumbres de una nación. No deben tomar parte en la administración pública. Sólo de un modo indirecto pueden influir sobre los gobiernos. Ellas forman para la patria ciudadanos virtuosos, y la patria les debe una parte de los servicios que gracias a ellas éstos han podido prestarle". http://seneca.uab.es/hmic 166 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Mónica Bolufer Peruga 47. "La naturaleza ha distribuido los papeles con sabiduría e igualdad. Dejadnos a nosotros las inquietudes y las fatigas del exterior; reinad dulcemente en el interior de los hogares; enseñad los derechos del hombre al niño que apenas balbucea, llevadlo pronto a la tribuna nacional, pero no rivalicéis con nosotros" . 3) Revela los modos en que las mujeres, se contentaran con esa opción o no (como parece ser el caso de Josefa Amar, a tenor de su intervención en el debate, de su actividad y ambición como intelectual y de su experiencia anterior en la Sociedad aragonesa), hicieron uso de ella para explotar y ampliar los límites tolerados para su presencia y actuación en el ámbito público. 48. Incorporadas a las Sociedades Patrióticas, las mujeres de las élites ilustradas obtuvieron una resonancia social a través de sus actividades y se presentaron como sujetos activos en la reforma del país, que pretendían ejercer algún tipo de "representación publica", según afirmó la condesa de Montijo en una carta a Carlos IV. Las damas se apropiaron así de la retórica reformista que asignaba a los miembros de las élites el deber y el privilegio de actuar como "amigos del país", integrantes de la opinión pública ilustrada y promotores de las reformas para realizar en la práctica el ideal social del reformismo: una sociedad ordenada, económicamente productiva, en la que dominase el consenso social en la desigualdad, moderna y cultivada en relación con Europa y presidida por un monarca ilustrado y unas clases dirigentes benévolas y esclarecidas. En el desempeño práctico de responsabilidades sociales y en el orden imaginario, las damas defendieron unas competencias específicas, justificadas bien a través de un discurso de la igualdad entre hombres y mujeres o, con mayor frecuencia, de las cualidades y funciones distintas y complementarias de ambos sexos, en las que fundamentar su consideración de "ciudadanas" en el sentido reformista del término. Del reformismo ilustrado al liberalismo: cuestiones para el debate 49. I. Aprecio una aproximación historiográfica común a una cultura política y un imaginario (el de la Ilustración o el del liberalismo), que trata de dar cuenta de tanto de su complejidad interna como de las múltiples formas de apropiación, por parte de las mujeres en este caso, de su lenguaje y sus prácticas políticas. 50. En este sentido, pienso, con Gloria Espigado, que no debemos despachar transformaciones culturales y políticas tan complejas con sentencias taxativas en términos de "exclusión" o de "incorporación" de las mujeres, entendidas en términos absolutos, sino que éstas, en todo caso, deben matizarse desde la perspectiva de las estrategias individuales y colectivas, como las desplegadas por las mujeres para dejarse oir, constituirse y actuar como sujetos políticos, a través muchas veces . 51. II. Me parece que existe al mismo tiempo una continuidad y una ruptura clave: - En el espacio público-político de las Sociedades Patrióticas de fines del Antiguo Régimen, tan distinto de las Cortes liberales como de las tradicionales asambleas representativas, las mujeres de las élites ilustradas pudieron representarse y, dentro de ciertos límites, actuar como "ciudadanas". En efecto, se apropiaron del lenguaje del reformismo dieciochesco para ampliar los límites de las actividades públicas que les era lícito desempeñar: por ejemplo, en la carta dirigida a Carlos IV por la condesa de Montijo en 1796, reclamando en nombre de la Junta la gestión de la inclusa, argumentaron que "teniendo una representación pública como tenemos" consideraban su deber contribuir al buen orden social y político ocupándose de la infancia abandonada (en Fernández Quintanilla, 1981, p. 151). La posición y actuación de las mujeres (a pesar de los claros límites puestos a su actividad y a su autoridad pública) pueden entenderse, en este sentido, quizá como más próxima al modo en que muchos hombres de las élites Conclusiones http://seneca.uab.es/hmic 167 Mujeres y hombres en los espacios del Reformismo Ilustrado: debates y estrategias ilustradas (no aquellos que ejercieron responsabilidades de gobierno, pero sí aquellos cuya implicación en los asuntos públicos se desarrolló a través de las instituciones reformistas) concebían y practicaban su propia actividad política. 52. - Bajo el nuevo régimen liberal, la constitución de asambleas propiamente políticas (las Cortes, transformadas en su papel), en las que no llegará a plantearse ni siquiera la participación activa de las mujeres, siendo prohibida incluso su presencia como espectadoras, deja más claramente las formas de asociación que les son permitidas en el ámbito, supuestamente no político, de lo social. 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El artículo trata la relación de las españolas con el primer liberalismo, concretamente acerca de las Cortes de 1812. / L'article recull la ponència presentada per Gloria Espigado a les jornades Mujer y ciudadanía: del Antiguo Régimen a la Revolución liberal. L'article tracta la relació de les espanyoles amb el primer liberalisme, concretament entorn les Corts de 1812. / The article present Glory Espigado paper presented in debate: Woman and citizenship: of the Old State to the liberal revolution. The article treats the relation of the Spaniards with the first liberalism, concretely about the Courts of 1812. Paraules clau / Palabras clave / Key Words Ciudadanía, cortes 1812, mujeres, revolución liberal. / Ciutadania, corts 1812, dones, revolució liberal. / Citizenship, woman, courts 1812, liberal revolution. 1. Algunas consideraciones historiográficas de partida 1. Comienzo mi intervención haciendo una serie de consideraciones historiográficas sobre el tema que aquí me convoca. Verdaderamente, tratar la relación de las españolas con el primer liberalismo en nuestro país (aquí solo me referiré a la experiencia en torno a la Cortes de 1812) es toparse con lagunas importantes y con un relativo vacío bibliográfico altamente significativo. 2. Voy a intentar dar dos explicaciones que nos hagan comprender este hecho. Sin duda, la primera viene de comprobar que los periodos cronológicos preferidos por las especialistas han sido aquellos que han reservado un papel más destacado al protagonismo femenino a lo largo de la historia contemporánea. Paradigmático ha sido el interés prestado a la primera mitad del siglo XX, siguiendo la estela de la lucha sufragista, a partir de las posturas de las librepensadoras de fines del XIX hasta llegar a las primeras organizaciones que demandan el voto entre 1918-19, continuando con la rica experiencia de la II república, momento en que se materializa el derecho electoral femenino en nuestro país. En verdad, y eso se notaba en las primeras monografías que tuvimos sobre la historia de las mujeres en España, el interés por descubrir las claves programáticas de un movimiento liberal de mujeres en prosecución de la demanda por excelencia que era el voto, primó en la orientación de estas contribuciones que, no obstante, marcaron, por primera vez un camino a seguir (Geraldin Scanlon, 1976 y Concha Fagoaga, 1985). Resumen / Resum / Abstract http://seneca.uab.es/hmic 171 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal 3. Sin embargo, la evidencia mostraba la debilidad y la dificultad para la constitución de verdaderos movimientos demoliberales entre las españolas de entre siglos. La frustración era evidente y alguien nos advirtió que esto no era suficiente. Mary Nash en un paradigmático artículo publicado en la revista Historia Social (1994), nos lo explicó, intentando que saliéramos del impasse al que nos tenía sometido el modelo sufragista anglosajón, con el que invariablemente tendíamos a comparar los resultados que obteníamos a partir de la pobre experiencia de las españolas. Ella tipificó este feminismo hispano como un feminismo social versus político, empeñado en conseguir mejoras educativas y laborales y desapegado, en buena parte, de reivindicaciones políticas. Resaltó la importancia de este tipo de demandas que, además, se habían construido a partir de una conciencia de agraviadas que apelaba más a la diferencia que a la igualdad, señalando el peso que las argumentaciones de tipo maternalista y doméstico-funcionales, habían tenido en el discurso vindicativo. 4. Pienso que a estas alturas es justo reconocer que la atinada advertencia de Mary Nash se venía ya reflejando en los estudios que se publicaban por entonces. Este punto de vista ayudó también a comprender al liberalismo, y al concepto de ciudadanía que le es intrínseco, como una fórmula política más abierta y más compleja que la simple y mecánica vinculación con el hecho político del voto. En varias profesoras he podido detectar (Pilar Folguera, 2000; Guadalupe Gómez-Ferrer, 2002, y yo misma lo he utilizado: Gloria Espigado, 2002), la alusión al texto clásico de Thomas Marshall (1950) a cuenta de la triple dimensión de la ciudadanía, significada en su acepción política, desde luego, aquella que procura los derechos electorales fundamentales, pero también en su dimensión civil, aquella que garantiza la igualdad ante la ley y reporta los derechos individuales inalienables (propiedad, libertad de expresión, libertad religiosa, inviolabilidad, garantías...) y, finalmente, en su faceta social, que apela a la preservación, bienestar y seguridad del individuo, salvaguardada por los derechos que el Estado liberal debe garantizar, en materias de educación, trabajo, sanidad, vivienda, etc... 5. Abriendo de esta forma una tipología más amplia de derechos a registrar y a conseguir por los excluidos del sistema, qué duda cabe que cobran sentido de primer orden las demandas realizadas por las españolas del siglo XIX que se centraron en las peticiones educativas, laborales y de reforma de los códigos que regulaban la vida familiar y el contrato matrimonial, priorizándolas por encima de los derechos electorales. Desde estos supuestos, toda una serie de escritoras del siglo XIX pueden ser incorporadas al acervo de lucha vindicativa desde esta visión renovada y ampliada de los presupuestos liberales. Toda la pléyade de escritoras isabelinas (Ángela Grassi, Concepción Jimeno, Pilar de Sinués, etc), las relacionadas con la generación krausista (la propia Concepción Arenal), las vinculadas a las reformas del periodo restauracionsista (Emilia Pardo Bazán, Berta Wilhelmi, etc), ha sido analizada y estudiada con detenimiento y ya sin ese sentimiento de inferioridad. 6. Pienso, además, que recientes monografías traducidas al español que tratan sobre las experiencias de las Europeas abundan en conceder a esta línea interpretativa mayor capacidad para la comprensión histórica. Me refiero, al análisis de Gisela Bock (2001) o al estudio de las australianas Bárbara Caine y Glenda Sluga (2000) que, desde una historia sociocultural que proyectan sobre las europeas en la contemporaneidad, marcan, haciendo uso del método comparativo, las similitudes de las trayectorias seguidas en las estrategias vindicativas de las mujeres de distintos países europeos. 7. Especialmente, las últimas se ocupan fundamentalmente de observar, en un estudio de tono thompsoniano, como decimos, cuáles han sido los idearios que han permeado la conciencia de las mujeres más sensibilizadas y de qué manera éstas han elaborado ese stock cultural para http://seneca.uab.es/hmic 172 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino transformarlo en actividad y acción pública, forjando una identidad de ciudadanas que, por ejemplo, en ocasiones no ha apelado a las potencialidades del individualismo liberal y sí se ha mostrado sensible a los resortes que aludían a lo colectivo, a la unidad de destino de los que habitan una nación. El patriotismo y el nacionalismo han proporcionado una coartada de primera magnitud para que las mujeres encontrasen espacios de significación pública en la edad contemporánea, y esto es especialmente evidente en los primeros tiempos de gestación del liberalismo europeo. Esto lo señalo con particular interés porque volveré sobre ello cuando analice las posturas de las mujeres que viven activamente la Guerra de la Independencia contra Napoleón. 8. Sigo dentro de las consideraciones sobre el estado de la cuestión, incluyendo ahora una reflexión propia, que desde luego someto a la valoración de las especialistas aquí presentes. Debemos explicar todavía por qué, aunque la cronología del estudio de la relación entre mujer y poder en España se ha ampliado considerablemente, como hemos dicho al empezar, queda, no obstante, un terreno poco transitado, el periodo inicial de la contemporaneidad, una etapa en la que ya adelanto, y espero mostrar aquí pruebas convincentes de ello, podríamos encontrar material de suficiente interés como para dedicarle mayor atención que la concedida hasta el presente. Si me permitís, os recuerdo que nuestra historiografía pasa muy superficialmente todavía, a mi modo de ver, sobre el papel desempeñado por las mujeres en las fases iniciales y tormentosas de manifestación liberal en el país, desde la Guerra de la Independencia y el primer constitucionalismo gaditano hasta, yo diría, la constitución de células republicanas e incluso internacionalistas de mujeres en el Sexenio democrático. 9. Las razones de esta insuficiencia, pienso, pueden remitir a una variedad de explicaciones, entre las que cabría mencionar, en primer lugar, la juventud de nuestra propia tradición en los estudios de Historia de las Mujeres que ha pospuesto una fase entendida, a priori, como menos brillante y con menor formulación de testimonios de interés, dentro del conjunto de la contemporaneidad. Sin embargo, llama poderosamente la atención que un periodo fundacional, mítico, para la constitución de nuestro liberalismo, como es, sin duda, las Cortes de Cádiz, no haya sido objeto de mayor especulación entre las especialistas. Si bien, pienso que esto va remitir en poco tiempo, y las citas bibliográficas aquí contenidas pueden dar testimonio del creciente interés de las investigadoras, hay que buscar, no obstante, explicaciones para este relativo olvido o postergación de periodo tan significado en nuestra historia contemporánea. 10. Os doy mi versión. De alguna manera podemos estar ante otro espejismo historiográfico semejante al que nos ató en primera instancia al modelo sufragista. En este caso, la influencia, en cierto modo paralizante, provendría de otro país, de Francia concretamente, y de la riqueza bibliográfica que ha dado de sí el estudio de la experiencia de las francesas en el periodo revolucionario abierto en 1789, sin parangón en país europeo alguno y, por supuesto, en España también. Os recuerdo, muy por encima, hechos que todos conocemos sobradamente y que se han convertido en el paradigma de los acontecimientos en que se implican las mujeres en los momentos fundacionales de la práctica constitucional en el vecino país. 11. ¿Qué hacen las francesas? Pues nada más y nada menos que escribir "Cuadernos de quejas" en los momentos previos a la convocatoria de los Estados Generales, tal como demuestra el más famoso de todos atribuido a Mme B.B.; participar en movimientos de protesta que buscan garantizar la subsistencia y que, de pronto, adquieren un cariz político cuando traspasan esa mera frontera de reclamo al consumo y se transforma en presión al rey para que éste vuelva a París, nos referimos a la famosa marcha de mujeres a Versalles; también las francesas adoptan fórmulas de sociabilidad pública propia de los nuevos tiempos constituyendo 1. Algunas consideraciones historiográficas de partida http://seneca.uab.es/hmic 173 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal los primeros clubes republicanos que más tarde serán clausurados por el poder jacobino; siguen, por otro lado, mediando en la actividad política a través de los salones que las grandes damas, como Mme Roland, mantienen abiertos; solicitan una nueva moralidad pública traducida a la forma de vestir de ellas mismas que aspiran a lucir los artefactos simbólicos de la revolución como la escarapela tricolor y el gorro frigio; las nuevas amazonas piden, también, portar armas y formar parte de la milicia patriótica que reporta derechos a los hombres; finalmente, y por si esto fuera poco, dentro de sus intervenciones escritas, se atreven a formular el deseo de ciudadanía para las mujeres, como expresan los textos de Condorcet y el más citado de Olimpia de Gouges. 12. Ante todo esto, habrá que convenir que el ejemplo español en muy poco se va a acercar al modelo de radicalismo de las francesas. Es más, buena parte del protagonismo que podamos atribuir a las españolas estará empañado, y espero que notéis la ironía con que digo esto, con la sospecha de que el altar y el trono, principios más acordes con la defensa de lo viejo, más que con la promoción de lo nuevo, vertebra la razón política de más de una de las mujeres de entonces, y aludo ahora al ejemplo de la madre de la famosa escritora española Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber), Frasquita Larrea y Aherán (de la que en breve serán publicadas las Actas del Congreso que tuvimos en el 2000 en El Puerto de Santa María), anatematizada, relegada por la opinión liberal, dada su filiación al reaccionarismo más recalcitrante. Es decir, a priori, reconocemos que hay pocas y además, sospechamos, escasamente ganadas a la causa liberal. ¿Qué hacer? 13. Pienso que no renunciar a indagar en un periodo histórico de tanta trascendencia para la evolución política del país, independientemente de lo que nos vayamos encontrando. Podemos incluso percibir que la reafirmación pública de las mujeres en este entorno, aún sin seguir patrones ideológicos liberales, en algunos casos, se hizo presente, bien continuando ciertos modelos de sociabilidad a la antigua usanza, tal es el caso del patrocinio de salones y tertulias que las aristócratas y burguesas siguieron regentando, o adoptando nuevas fórmulas de relación social femenina, en la constitución de sociedades patrióticas, como veremos. No nos podemos olvidar tampoco que las mujeres no renunciaron a continuar participando en la discusión política directamente a través de la publicación de folletos o, de forma indirecta, en la traducción de obras claves para la difusión del ideario liberal. También pondremos ejemplos de esto. 14. En todo caso, como vemos, e independientemente de la orientación política adoptada, las mujeres, una minoría, sin duda, y muy limitadas en su radio de acción, no renunciaron a intervenir de muy diversas formas adoptando junto a lo viejo, nuevos patrones de comportamiento social y político, que sirvieron, tanto o más que las ideas, para construir un marco cultural propicio para el desarrollo de la actividad pública, mostrando que las fronteras entre las esferas funcionan más como aspiración normativa del nuevo discurso político que como realidad operante, ante la cual no todas las mujeres se plegaron. 2. Las virtualidades del discurso liberal 15. Para empezar, no podemos pasar por alto el hecho de que el discurso liberal, es contradictorio en sus ansias de universalidad cuando atiende a los derechos de las mujeres. Especialistas de teoría crítica feminista como Carole Pateman, en su libro El contrato sexual (1995) por citar a una de las más significativas, lo han explicado sobradamente. Para ella, el proyecto indidividualista liberal, elabora un concepto de ciudadanía para los hombres y, todavía más, su materialización política, depende de la ratificación de un acuerdo no escrito pero sí implícito entre los mismos, que alude directamente a la salvaguarda de lo doméstico como http://seneca.uab.es/hmic 174 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino espacio de reproducción social, donde las mujeres son recluidas, y que constituye el factor garante de su libertad como individuos. Dicho de este modo, las mujeres no tenían por qué estar entusiasmadas ante el nuevo discurso político que, de entrada, las excluyó de todo tipo de consideración, como veremos también en el caso gaditano. De hecho, la historia del feminismo sufragista, igualitario, o pequeñoburgués, como queramos llamarlo, ha consistido fundamentalmente en forzar el significado de los conceptos liberales, señalando la paradoja y la contradicción de la exclusión operada, hasta lograr la incorporación de las mujeres como sujetos de pleno derecho ciudadano. 16. Pero en las Cortes de Cádiz, lo que nos encontramos son varias posibilidades para la neutralización a toda posible aspiración de protagonismo femenino en el nuevo marco político que se está fraguando. El discurso de los hombres, que parcialmente será discurso liberal, cuando no será servil, pero coincidente en el tratamiento que hay que ofrecer a las mujeres, es, no obstante, variado en su escala de presentación, pero acorde en el objetivo de preservar la exclusividad de lo político a los varones. 17. Como dice la filósofa francesa Geneviève Fraisse (2000), la anulación más afectiva del adversario es aquella que se tramita a través del silencio. La no consideración de la existencia de un problema, ni siquiera para nombrarlo, es el mejor modo de anular todo planteamiento problemático. En nuestras Cortes, este hecho, está sobradamente demostrado, cuando en ningún momento se somete a consideración la realidad de las mujeres. Tal como expresa Bartolomé Clavero (1987), ellas representan "el sexo escondido" en toda la discusión constitucional y, también, Manuel Pérez Ledesma (1991) ratifica la inexistencia de alusiones significativas a las mujeres entre los próceres de la patria, algo también comprobado por Gloria Nielfa (1995). El silencio, tiene como aliado otra actitud igualmente efectiva, se trataría de mencionar la obviedad de la exclusión, dando por sentado la "naturalidad" de los términos que adopta la organización social con respecto a las mujeres, anatematizando, de entrada, cualquier discurso revisionista al respecto. 18. Aquí podríamos incluir tanto la manifestación del liberal Muñoz Torrero como del antiliberal Fray Francisco de Alvarado, el "Filósofo Rancio" que, indirectamente, para demostrar la imposibilidad de un replanteamiento más abierto para la ciudadanía masculina, traen a colación lo antinatural que resultaría cualquier cambio que distorsionara la jerarquía de los sexos. Desde las huestes masculinas y liberales, todavía es posible una tercera y drástica solución y ésta es la de formular, nombrando y arriesgándose, por tanto, a la contestación, la exclusión más tajante. En esta modalidad entraría la prohibición que el Reglamento de las Cortes redactan para que las mujeres ni siquiera se atrevan a pisar los umbrales de la asamblea de ciudadanos, eliminándolas incluso de las galerías que ocupan los curiosos, para que no vean, no discurran, no reclamen. Una última posibilidad, conciliada, podríamos pensar a priori, con los intereses de las mujeres, está en la palabra amable que brota del discurso galante de la excelencia y que, fundamentalmente, lo que hace es reconducir la cuestión. Este discurso será el que se irá prodigando con éxito y será normal localizarlo de forma acompasada con la manifestación de ciertas prerrogativas que pueden ser adjudicadas a las mujeres a partir del reconocimiento de su función social de esposa y madre. Aliado del discurso de las esferas, de la complementariedad sexual, de la naturalización de las funciones biológicas que cumplen las mujeres, de su reclusión en el hogar, dejará un resquicio para la participación tutelada de las mujeres en asuntos que el liberalismo no tendrá inconveniente en dejar en manos femeninas, como extensión social de los roles que las mujeres cumplen "naturalmente". En este apartado, estaría, el reconocimiento de su responsabilidad en el cuidado de la familia, en la educación de los hijos y, como proyección pública de esto mismo, el cuidado de los expósitos, la vigilancia 2. Las virtualidades del discurso liberal http://seneca.uab.es/hmic 175 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal de la educación de las niñas de la clase trabajadora, etc., es decir, como vemos, capítulos relacionados con la beneficencia y asistencia social que, tras la desamortización de la Iglesia y la merma de su capacidad asistencial, alguien debe realizar, todo esto antes de que el Estado interventor reclame para sí estas parcelas de actuación que planean sobre la dimensión social de la ciudadanía. 3. La variada respuesta de las mujeres 19. Ante el silencio, la prohibición, la exclusión, o la reconducción sesgada del problema, deberíamos plantearnos qué hacen las mujeres, cuál es su respuesta al estado de cosas existente. Teniendo en cuenta que deberíamos abundar en la práctica y los discursos femeninos sin esperar cambios fundamentales o radicales, sin sentirnos decepcionados por no encontrar una Olimpia de Gouges a la española. En cambio, deberíamos dar su justo valor a otros comportamientos más sutiles pero no menos significativos, como el ejemplo que da la propia Frasquita que, descaradamente, espeta a su marido, que le hace la indicación de quemar sus Rights of Women de su queridísima Mary Wollstonecraft para que haya paz en el matrimonio, que con mucho gusto lo hará una vez que él los haya leído (Milagros Fernández Poza, 2001). 20. Es con esta mirada atenta a los detalles, nada estridentes por lo demás, con la que deberemos calibrar el paso femenino por este periodo de la historia española, que, siendo observado atentamente, ofrece posibilidades para el comentario contrastado entre la continuidad y la ruptura, que forman parte, tanto una como otra, de una identidad femenina en construcción, al albur del nuevo marco político. 21. En primer lugar, las mujeres siguieron haciendo lo que sabían y solían hacer. Me refiero con ello, a que siguieron cultivando el mecenazgo y la promoción varonil que patrocinaban desde sus domicilios privados, abriendo salones, más bien tertulias, por aquello de no confundirse con el "gabacho", como explicaba Alcalá Galiano en sus memorias al decir que "en aquellos días, nadie en castellano hablaba de abrir salones, pero en cambio se iba a la tertulia". Son muchos los testimonios literarios que tenemos de esta costumbre arraigada aún en el Cádiz doceañista. El propio Alcalá Galiano, nos nombra, junto a otras, por su dispar significación política, las tertulias que convocaban la gaditana Frasquita Larrea, de signo servil y la jerezana Margarita de Morla y Virués, de signo liberal. Observando, con cierto afecto, ésta última, don Antonio carga las tintas en la personalidad de Frasquita a la que consideraba "literata y patriótica acérrima, pero de las que consideraban el levantamiento den España contra el poder francés como empresa destinada a mantener la nación española en su antigua situación y leyes, así en lo político como en lo religioso, y aún volviendo algo atrás de los días de Carlos III, únicos principios y sistemas, según su sentir, justos y saludables" (Alcalá Galiano, B.A.E., p.76 y ss.). También Galdós, hace en sus episodios nacionales mofa de esta actitud femenina, representando dos personajes que son el contrapunto de estas dos salonières. El personaje de Frasquita, que está dibujada con trazos muy poco disimulados, se llama igual, y de ella se dan datos biográficos fidedignos (se dice que es esposa del polígrafo alemán Nicolás Böhl de Faber y madre de la gran novelista española Cecilia Böhl, Fernán Caballero). También se alude y "la Morlá" o "Morla", de la que no se señala dato biográfico significativo. Igualmente, es posible considerar que una de las protagonistas del episodio Cádiz, doña Flora, pueda ser el alter ego de Margarita en la narración, por su identificación con el ideario revolucionario. Me interesa destacar, sobre todo, la opinión negativa que estos dos varones, liberales, de dos generaciones claramente separadas y distintas, proyectan sobre las anfitrionas de esta modalidad de sociabilidad donde las mujeres, aunque con todas las limitaciones que se quiera, tenían un papel reservado (Isabel Morant, 2003). Para Alcalá Galiano la imagen política de Frasquita es http://seneca.uab.es/hmic 176 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino sencillamente retrógrada como hemos visto, pero, si bien Margarita, es amable pero tremendamente fea, cuando se manifiesta como ser pensante, es decir cuando adopta el fourierismo como doctrina política, sencillamente, se vuelve loca (Juan Luis Sánchez Villanueva, 2003). En el relato de Galdós, que está vitalmente algo alejado de los acontecimientos que describe, el hecho de que Doña Flora sea representada como una alcahueta no dice mucho en su favor. Recordemos, también, que para el padre Coloma la imagen de ambas, Frasquita y Margarita, tampoco sale muy favorecida que digamos, la última queda absolutamente ridiculizada por la manía de lucir los estrafalarios tocados que ella misma confeccionaba, en una mala imitación de los turbantes que solía llevar Mme de Staël. Es cierto que, entre los contemporáneos, Alcalá Galiano, Blanco White, el comentario es, quizás, más matizado. No podemos olvidar que ellos han sido animadores de tertulias. Los dos asistían a la que el poeta Quintana tenía en Sevilla antes de su traslado a Cádiz. 22. La postura de José Blanco White es meridiana al respecto y augura con sus comentarios en El Español el tiempo llegado en que se separare la cosa pública del recinto de lo privado, cuando, al referirse al sopor que producen las réplicas y contrarréplicas de un mismo diputado sobre un solo asunto, expresa su disgusto de que las Cortes "más parecen una tertulia que un congreso". De hecho, en este mismo tono de condena de lo que se cuece privadamente va a manifestar su contrariedad por el abuso que la Cámara hace de las sesiones secretas, deliberando "a puerta cerrada" asuntos que debían ser aireados públicamente (José Blanco White, 1990, 5968). Y es que a partir de estos momentos y en un futuro bastante inmediato se irá fraguando unas nuevas formas de conducción de la res publica, donde lo privado, lo particular, no tiene visos de continuar prosperando. La tertulia, tiene sus días contados frente a la nueva sociabilidad que procuran la logia masónica, la sociedad, secreta las más de las veces, dado lo proscrito en que se va a desarrollar el credo liberal en los primeros treinta años del XIX. Cuando la clandestinidad dé paso a la libertad de reunión: el café, el casino, el ateneo, el club político, el partido, finalmente, constituirán las formas de sociabilidad exclusivamente masculinas donde se dirime el camino de la política. 23. Las mujeres, en periodos de guerra, tampoco han eludido un papel arriesgado y activo en favor del bando donde militan sus hijos y sus maridos. Agustina de Aragón es el caso más famoso pero no el único ejemplo de heroicidad entre las españolas. Solo entre las zaragozanas, junto a la archiconocida Agustina de Aragón, las crónicas nos hablan del papel destacado de la Condesa de Bureta, de Casta Álvarez, de María Agustín, etc (Ana Aguado et alt., 1994, 341). Bajo el título significativo de Patriotismo y heroicidad de una española, el periódico liberal El Conciso, daba cuenta el 16 de marzo de 1811, del gesto generoso y arriesgado de Doña María Ángela de Tellería, de 26 años, natural de Elgueta (Guipúzcoa) que había conseguido liberar a soldados hechos prisioneros y conducidos a Durango, en julio de 1809, cuando iban a ser conducidos a Francia. El relato habla de que les llevó ropa de mujer con las que consiguieron despistar a los centinelas y, más tarde, tras recabar prendas y dinero del vecindario, y "vestida de hombre", se arriesgó a volver, llegando hasta los prisioneros que se fueron descolgando por una ventana. Uno de ellos, un capitán de carabineros reales tuvo el infortunio de lastimarse una pierna y ella le dio cobijo y lo mantuvo oculto. Esta "mujer fuerte" como se la califica en el texto, fue finalmente descubierta, perseguida por "400" hombres y hecha prisionera. Todas las presiones para que hiciera acto de delación fueron inútiles y un grupo de patriotas finalmente consigue liberarla. El rotativo gaditano, se congratula de que, después de un sin fin de peripecias, doña María Ángela haya llegado, por fin, a Cádiz, ciudad que sabe reconocer su patriotismo, y pasar por alto, de camino, la continuada trasgresión de su comportamiento, que, en cualquier otra circunstancia, habría sido censurado. 3. La variada respuesta de las mujeres http://seneca.uab.es/hmic 177 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal 24. Las mujeres también manifiestan públicamente su opinión sobre la marcha de la guerra. La publicación, en la imprenta de Jiménez Carreño de un folleto, en el mes de agosto de 1811, con el título de Representación de las Damas españolas a Jorge 3º, rei de Inglaterra, sobre los vagos rumores acerca de la conducta del gobierno inglés, y de sus exércitos en la guerra de España, ocasionó un revuelo de enorme magnitud entre lo que llamaríamos hoy "la clase política" de entonces. Básicamente, lo que hacía el escrito era criticar, adjudicando sutilmente esta opinión a agentes napoleónicos, algunas de las maniobras bélicas realizadas por los ingleses, a los que se acusaba de falta de iniciativa y de interés para trabajar codo con codo con el ejército español, dejando caer alguna velada acusación sobre intereses británicos para no fomentar una beligerancia más acusada (en la mente de todos estaba que una España con dificultades dejaría de controlar con efectividad las colonias americanas). Algunas de las reacciones más furibundas contra el escrito fue la del ya mencionado Blanco White que descalifica la acción de las señoras en la Carta V de su alter ego, Juan Sintierra, que publicara en El Español, periódico que editaba desde su residencia en Inglaterra. No estamos en condiciones de identificar a las españolas que, supuestamente, escribieron la Representación y planea la sospecha de que fuera utilizada una máscara femenina para acusar, con mayor efectividad, la falta de hombría del ejército de su majestad británica. 25. Resulta curioso, sin embargo, que, en ningún momento, se cuestione la autoría femenina, hasta que las propias autoras, para salir airosas del embrollo en que se han metido, echan la culpa a un tercero, su secretario, que en un abuso de confianza dicen- , "escribió por sí y publicó atrevidamente los rumores ofensivos de que toma materia para su folleto". 26. Esto se hace en una segunda entrega que tiene el llamativo título de Declaración de las Damas Españolas sobre la Representación que a su nombre se ha hecho a S.M.B. sobre los vagos rumores acerca de la conducta del gobierno inglés y de sus exércitos en la guerra de España, publicado a los pocos días en la imprenta gaditana de Niel, Hijo. En esta nueva Declaración, las damas vienen a demostrar dos cosas: en primer lugar que conocen a la perfección la situación de la guerra y, en segundo término, que son capaces de tener una opinión, necesariamente política, sobre la misma. El escrito intenta restablecer las relaciones angloespañolas que la Representación ha dislocado. Se refutan, punto por punto, las acusaciones vertidas sobre la falta de iniciativa del ejército inglés y se expresa el deseo de colaboración y amistad con los ingleses. No obstante, en algunos párrafos, no deja de percibirse cierta insistencia en las ocasiones desaprovechadas que remiten al tono de queja del primer folleto y que deja al descubierto la maternidad del mismo, a pesar de ser negada insistentemente. 27. La era de la opinión pública se había abierto definitivamente con la proliferación de hojas volantes, folletos, manifiestos, catecismos sin cuento que conoció la etapa del primer liberalismo gaditano. Sin duda alguna, la expansión de la prensa y su orientación hacia las cuestiones políticas, marcó también una etapa de consolidación para la historia del periodismo en España, fomentando un medio de expresión, especialmente preservado, en principio, por el derecho constitucional, que, en adelante, iba a ayudar decididamente al intercambio de ideas y, a su vez, a la consolidación de redes de identidad política que facilitarían la configuración partidista del liberalismo español. 28. La relación de las mujeres con la prensa de la época, está aún por estudiar, pero empieza a ser conocido el eco que, en los papeles periódicos, tienen las gestas y actitudes patrióticas de mujeres como las que aquí estamos comentando. Otra cosa es hablar de la implicación femenina en la elaboración o edición de un medio de expresión que, tras el reconocimiento de la libertad de imprenta hecha por la Constitución, se ha de convertir en herramienta básica para la http://seneca.uab.es/hmic 178 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino generación de opinión pública de una u otra tendencia política. Cádiz, con la publicación de La Pensadora Gaditana (1763-1764) redactada por Beatriz Cienfuegos, ha ofrecido uno de los primeros ejemplos hemerográficos posiblemente femeninos que tenemos en el país (Cinta Canterla, 1999). La explosión publicística de la Guerra de la Independencia también cuenta con algún ejemplo de interés. Tal es el caso de doña María del Carmen Silva que se hizo cargo del periódico liberal exaltado El Robespierre Español, mientras su marido estuvo preso por cuestiones de censura. También consta que en 1809, doña Eulalia Ferrer, por expresa indicación de su marido, se trasladó a Mallorca donde fundaría el Diario de Palma, permaneciendo a su frente hasta la fecha de regreso a la Península en 1811 (Mercedes Roig, 1977). En el periodo de las Cortes, también salieron a la luz pública periódicos dirigidos a las mujeres pero escritos y editados por hombres, una práctica que sería bastante común en la primera mitad del siglo XIX (Susan Kirkpatrick, 1991). Conocemos la existencia de El Correo de las Damas, publicado en la La Habana hacia 1811 (del 10 de abril al 4 de noviembre) en la Imprenta de Pedro Nolasco Palmer, donde, aparte de la redacción masculina, figuran dos colaboraciones femeninas, la de Amira Zelasgón, autora de un poema y la de Ramona Poneita, remitente de una carta (Inmaculada Jiménez Morell, 1992, 25-27). La edición de El Amigo de las Damas, entre el 1 y 13 de marzo de 1813, se produce en la Imprenta gaditana de Tormentaria, saliendo a la luz siete números (Beatriz Sánchez Hita, en prensa). Aparte de la consideración política de estas publicaciones, su adscripción o no al liberalismo, y el limitado protagonismo femenino que traslucen, es obvio que el constituirse como prensa especializada en cuestiones "femeniles" tiene el valor añadido de fijar y dar a conocer al público en general, el modelo de feminidad que se pretende pasar por óptimo, de modo que la prensa se augura ya como un medio de fijación de los roles femeninos que ha llegado sospechosamente de forma invariable hasta nuestros días (Mónica Bolufer, 1995; Marieta Cantos, en prensa). En términos generales, lo que esta prensa viene a optimizar es un discurso de la excelencia femenina compatible con la formulación expresa de la complementariedad de los sexos y la separación de esferas, todo lo cual bien puede identificarse con la postura más arriba citada como el discurso no de exclusión taxativa y sí de reconducción interesada del problema, una postura que sobradamente demostrará su solidez y flexibilidad, diluyendo o aplazando las críticas de muchas mujeres que, en las décadas centrales del siglo, simplemente retomarán la dirección de este tipo de periódicos pero sin cuestionar fundamentalmente sus contenidos (Iñigo Sánchez Llama, 2000). 29. En esta encrucijada, el protagonismo femenino ha de amoldarse a las exigencias de comportamiento en que queda codificado el patriotismo de las mujeres. Hasta aquí, hemos visto una variada gama de posibilidades, pero nos queda alguna actitud más que comentar. Es aquella que, independientemente de los motivos ideológicos que la mueven y la funcionalidad estrictamente acomodada a los roles de cuidado que le es pertinente, emula decididamente pautas de sociabilidad definitivamente consagradas como óptimas por el liberalismo. Me estoy refiriendo a la constitución pública de asociaciones, juntas patrióticas, que se dotan de un régimen estatutario, que organizan y distribuyen funciones entre sus asociados, que permiten una democracia interna en la elección de puestos y cargos, y que efectúan reuniones periódicas para resolver cuestiones de interés público. Dentro de esta modalidad de sociabilidad liberal, mayoritariamente masculina, también podemos tener ejemplos de alguna incursión femenina que, a diferencia del agrio debate suscitado en su momento para la admisión de mujeres en la Sociedad Económica Matritense, al que se han referido oportunamente los trabajos que nos han facilitado Isabel Morant y Mónica Bolufer, ahora no va ser cuestionada en su materialización. Todavía más, años más tarde, podemos toparnos con un cambio de actitud radical entre los varones que, llegados a un punto, no sólo no cuestionarán sino que alentarán y propiciarán la organización de este tipo de Juntas, como ocurre en Cádiz, hacia 1816 y vuelta a intentar en 1827, cuando finalmente termine por constituirse la Clase V de damas, adherida a la matriz 3. La variada respuesta de las mujeres http://seneca.uab.es/hmic 179 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal masculina de la Sociedad de Amigos del País de la ciudad. Evidentemente esto es posible porque si algo quedó claro en la polémica de 1786-87, es que ellas se iban a reunir separadamente, serían puestas bajo supervisión y se ocuparían de tratar asuntos apropiados a su naturaleza. 30. Pero volviendo al Cádiz de las Cortes, entramos a contar brevemente las peripecias que rodearon la constitución de la Sociedad Patriótica de Señoras de Fernando VII, efectuada en la ciudad de Cádiz en el mes de noviembre de 1811 y que actuaría, al menos, hasta el verano de 1815 (Gloria Espigado y Ana Sánchez, 1999). Es sintomático, aunque no podemos demostrar la relación directa hasta el momento, que en medio de la polémica levantada por la Representación de las Damas y la contestación a ésta en términos de Declaración por las mismas, hay un llamamiento de una gaditana en la prensa que responde a las iniciales L.M.P., hasta ahora sin identificar, solicitando a las señoras la formación de una asociación estable, cuyo objetivo fundamental sería aliviar los horrores causados por la guerra, realizando la labor concreta de vestir "a los beneméritos guerreros" (El Redactor General, 9 de agosto de 1811). La iniciativa tuvo éxito y seguidamente nos vamos a referir a los pormenores de su constitución y funcionamiento. Sin embargo, antes debemos mencionar un intento previo que fue promovido por una enigmática dama que prefirió quedar en el anonimato que veladamente ocultan sus siglas M.C.M. Ella, se atribuye la paternidad de la idea que hizo llegar a la Junta Central en Madrid, en vísperas de su obligada marcha hacia Andalucía. En Sevilla, el 8 de enero de 1809, volvió a reiterar su deseo siendo aprobado el 31 de ese mes. Finalmente, habiéndose nombrado a la reina como protectora de los establecimientos que se habían de organizar tanto en la Península como en las américas, sería designaba para ejercer esta labor la marquesa de Astorga. Junto a otras señoras principales que ocupan el resto de los cargos: Condesa de Altamira, Marquesa de Medina (Sidonia?), marquesa de Villa-Palma y Josefa López de Zillas, recibiendo el visto bueno de la Junta Central en el mes de marzo de 1809. Este intento, que podríamos denominar sevillano para diferenciarlo del que más adelante se materializaría en la ciudad de Cádiz, se dota de estatutos semejantes a los de las gaditanas, pero difiere en dos cuestiones que son de interés. En primer lugar el título que se da a la asociación sevillana responde a los términos de "Real Hermandad Patriótica de Señoras", mientras que en Cádiz adoptará el nombre, como hemos dicho, de "Sociedad Patriótica", lo que puede ser interpretado como una acomodación a los términos más comunes del entorno liberal gaditano en vísperas de la aprobación constitucional. En los estatutos de Sevilla se aprueba una dirección masculina en la persona de Pedro Ribero y Encina, vocal de la Junta Central, mientras que en los de la asociación gaditana no se reconoce tutela masculina alguna, pasando a ejercer la presidencia y la dirección la marquesa de Villafranca, de forma que las señoras parecen actuar autónomamente y sin la supervisión típicamente masculina. 31. Desde luego, no son señoras insignificantes y es, cuando menos, digno de comentario que en estos momentos iniciales de un asociacionismo femenino en España, se confíe la dirección y protección de los establecimientos a las damas de la alta aristocracia que, como veremos, no serán las únicas protagonistas pero sí las que ocupen los puestos más destacados, de manera que esto nos dice mucho acerca de cuál es la representación "natural" que las españolas entienden como apropiada. Son, de todas formas, señoras que han demostrado su valía sobradamente. La marquesa de Astorga, doña Carmen Ponce de León y Carvajal, nacida en Jaén en 1780, era hija de los duques de Montemar y estaba casada con Vicente Osorio de Moscoso y Álvarez de Toledo, marqués de Astorga. Es altamente revelador que la prensa del momento se haga eco de su nombre y le adjudique la traducción de nada más y nada menos que una obra de Mably, Derechos y deberes del ciudadano, precedido de un prólogo que demuestra "su adhesión a los principios sanos de la libertad y de su odio al despotismo, que siempre ha http://seneca.uab.es/hmic 180 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino pesado más directamente sobre las personas de su alta jerarquía", de modo que la expone como ejemplo de la necesaria estabilidad que alcanzaría la Constitución si siguiera su ejemplo la grandeza de España "en sostener con su ilustración e influencia los preciosos derechos del ciudadano" (El Redactor General, 20-IX-1812). La reseña del periódico, aparte de no respetar el anonimato con que se había presentado la traducción, comenta de forma loable sus interpretaciones sobre el texto, haciendo suyo un alegato en favor de la libre circulación de las ideas y en contra del secretismo de las sesiones de los congresos, que privan al pueblo del conocimiento exacto de las deliberaciones de sus representantes, un derecho que no puede ser escamoteado por el reglamento del Congreso que verifica en privado toda alusión o crítica al poder ejecutivo. La traductora viene así a coincidir con la opinión de Blanco White. Parece que la obra tuvo cierta repercusión en la prensa del momento (Beatriz Sánchez Hita, 2002). La marquesa fue dama de la reina Mª Luisa entre 1816 y 1823 y secretaria de la Junta de Damas de la Sociedad Económica de Madrid, entre 1818 y 1820 (Alberto Gil Novales,1991). 32. De doña Tomasa de Palafox (1780-1835) podemos resaltar su filiación y parentesco que la unen a la grandeza de España. Era hija de la Condesa de Montijo, Doña María Francisca de Sales y Portocarrero que fue presidenta de la Junta de Damas de Madrid entre 1787 y 1805. Se ocupó personalmente de la educación de su hija que fue muy esmerada para aquel tiempo. Tomasa casó con Francisco Álvarez de Toledo, hermano del marqués de Medina Sidonia y era cuñada, por tanto, de Cayetana, duquesa de Alba. En el mismo año de su matrimonio en 1798 y producida la muerte de su cuñado recayó en ella y su esposo la titularidad de la casa sanluqueña. Su marido estuvo, según parece, involucrado en el motín de Aranjuez, por lo que tuvo que exilarse. Abandonada la capital, en los prolegómenos de la guerra, cuando la marquesa estaba embarazada de su segundo hijo, don Francisco se incorpora a la vida política y termina siendo elegido diputado por Murcia. Doña Tomasa, inmortalizada por Goya en 1804 como pintora en un cuadro que se conserva en el Museo del Prado, ingresó por méritos propios en la Real Academia de San Fernando en 1805. Verdaderamente fue una mujer con amplias inquietudes sociales y culturales. Destaca su actividad en la matritense, en la que había ingresado como socia hacia 1799, a favor de los niños incluseros y el interés que demostró por la recepción del sistema pedagógico lancasteriano. Otro rasgo que nos revela su carácter excepcional y su sensibilidad hacia el cientifismo de su época, reside en el hecho de que donara el cuerpo de su primogénito para el estudio de la ciencia médica. 33. Estas son las señoras que encabezan las dos asociaciones de las que tenemos constancia. De la de Cádiz, además, conocemos perfectamente su puesta en marcha y funcionamiento. En un discurso que la marquesa de Villafranca dirige en el momento de su constitución en noviembre de 1811 se nombra como promotora de la idea a una enigmática gaditana, doña Engracia Coronel, de la que aún no conocemos más datos biográficos. Finalmente se aprueban sus estatutos y se pone en funcionamiento con el reparto de tareas entre las señoras que entran a formar parte de la sociedad, distribuyéndolas por barrios en los que habían de desarrollar su labor de recogida de fondos que servirían para financiar las empresas de la sociedad, que fundamentalmente van a ser operaciones de reposición de vestuario para los ejércitos españoles. El listado de asociadas, que actualmente estamos investigando, nos señala que hay un segundo nivel de compromiso, pero más importante, que atañe a las mujeres de Cádiz, fundamentalmente, y que revela quién parece gestionar el trabajo de organización fundamental. Esa responsabilidad, parece señalar a las marquesas de Casa-Rábago, madre e hija, la primera de las cuales hace las veces de segunda directora, María de Loreto Figueroa y Montalvo, que es la secretaria y doña Ignacia Valiente de Zaldo que hace las veces de tesorera. Si destacamos sus nombres aquí es porque, y en otro lugar lo hemos tratado (Gloria Espigado, 2003), ellas van a ser el puente que enlace con las constitución de la Junta de Damas de la Sociedad Económica 3. La variada respuesta de las mujeres http://seneca.uab.es/hmic 181 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal de Amigos del País de Cádiz, que tendrá un primer intento fallido entre 1817-1819 y finalmente, se constituirá definitivamente en 1826, siendo su primera presidenta, hasta su muerte en 1861, doña Josefa Fernández de Rábago. De este modo se concreta la red de sociabilidad femenina desde las damas que componen la Junta de Madrid, (marquesa de Astorga, marquesa de Villafranca), la Sociedad Patriótica de Señoras de tiempos de la Guerra de la Independencia y la formación, más tarde, de la Junta de Damas de la Sociedad Económica de Amigos del País de Cádiz. 34. La labor desarrollada por la Asociación Patriótica de Damas de Fernando VII se extiende desde su fundación a finales de 1811 hasta el verano de 1815, fecha en que el propio rey recompensa el trabajo de las señoras con la concesión de un distintivo, dando por cerrado su ciclo de actuación. Un memorial que se conserva en el Ayuntamiento de Cádiz da cuenta pormenorizadamente de toda la gestión de la asociación. Su activismo fue mayor en el año de 1812, etapa en la que se recauda la mitad de los fondos que gestiona la Sociedad. A partir de esa fecha y posiblemente debido al levantamiento del cerco sobre Cádiz, la actividad disminuye probablemente porque muchas de las damas volvieron a sus puntos de origen. Las señoras conseguirían reunir en todo este tiempo casi 900.000 reales que sirvieron para pertrechar a los soldados (en un caso a todo el batallón de infantería de Guadix de 850 unidades). Por la magnitud de la empresa y por la escrupulosa relación de distribuidores y trabajadoras con que se relacionan las damas, debemos evitar pensar que se trata de una labor realizada en el ámbito privado de sus domicilios particulares, aunque ellas insistan en presentarse como hacendosas costureras, acomodándose al estereotipo de feminidad aceptable. Pura retórica para unas damas que estaban acostumbradas a transgredir los límites de lo privado, que debieron recorrer y transitar todo el perímetro urbano en busca de recursos, que hicieron visitas, organizaron actos y gestionaron fondos venidos también de fuera de la Península, concretamente de La Habana y Vera Cruz. También parece haber sido una asociación con cierta proyección exterior, ya que en varias ocasiones se comenta la labor realizada por las asociadas de Jerez, El Puerto de Santa María y Zafra. 4. El binomio patria/nación: coartada para la acción pública de las mujeres 35. Las damas conocerán finalmente, ya en tiempo de su disolución, el agradecimiento del rey que las condecorará con una insignia alusiva de su firme patriotismo, de modo que aquellas que no han podido ni siquiera pisar la asamblea de ciudadanos, como individuos de pleno derecho, sí van a obtener proyección pública a partir de su reconocimiento como parte del colectivo nacional que se está formando. No debemos olvidar que, al mismo tiempo que se habla de derechos individuales, como señas de identidad del liberalismo en gestación, se incorpora la idea de nación que, además, una guerra de liberación como es la Guerra de la Independencia, ayuda a reafirmar. No es que España fuera inventada ahora, pero sí es cierto que la idea de lo español, como comunidad de destino puede ser reformulada con nuevos bríos a partir de la recepción del romanticismo más conservador. En Alemania, por lo demás, pasaba algo parecido y resulta sorprendente la similitud que presenta, con el caso español, estas asociaciones que evolucionan de forma parecida, una prueba más de que el universo cultural europeo no conocía Pirineos infranqueables. Así nos lo explican Bárbara Caine y Glenda Sluga: "En esta misma época, durante las guerras de liberación contra Napoleón (1812-13), se formaron asociaciones patrióticas de mujeres alemanas bajo los auspicios de las casas reales y de los principados en los estados anti-franceses de habla alemana. Estas asociaciones acabaron cayendo bajo el control de la iglesia protestante y se transformaron en sociedades filantrópicas que promovieron la participación patriótica de las mujeres en la vida cívica de las comunidades locales, en aras del bien social alemán" (Op.Cit., p.95). http://seneca.uab.es/hmic 182 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino 36. Como vemos los conceptos de nación y religión se aúnan y dan forma al patriotismo de las europeas, ofreciéndoles un camino respetable de expresión pública. Son precisamente las nociones de patria, rey y religión, unidas indefectiblemente a la bandera de lucha contra el francés, tal como hemos comprobado en los textos aquí expuestos, las que otorgan la coartada simbólica para que las damas puedan hacer gala de su firme españolidad, saliendo a la arena pública sin peligro de ser desnaturalizadas (como hace Burke cuando opina sobre las envilecidas parisinas que protagonizaron la marcha hacia Versalles), haciendo uso de unas atribuciones que se asocian a su condición de madres del ciudadano. En cualquier caso, no nos puede extrañar que en el vocabulario político que emplean se defienda la monarquía y la fe, el altar y el trono, y no tanto los principios de una ciudadanía activa que les es vetada de entrada. Puestos a elegir una vía alternativa que no vaya a herir suspicacias y que juegue en beneficio de su fama y reputación, sin que cuestionemos una sincera identificación, por su parte, con los valores asociados a la monarquía católica, la defensa de la patria, asumida como defensa de Fernando VII y del catolicismo (la propia Constitución había dado cuenta puntualmente de ambos extremos), estaba dentro de los márgenes de lo aceptable políticamente. Es más, si damos crédito a la interpretación de José Álvarez Junco, existirían dos maneras de reafirmar el espíritu o volkgeist de los españoles, según el uso de un vocabulario preciso acorde con las preferencias políticas de los mismos. Según su interpretación, el uso más extendido del término nación en los liberales, se asocia a la idea tan querida de soberanía nacional, y queda, normalmente exenta de toda alusión religiosa, apelando a la "virilidad" y al valor cívico de la ciudadanía (apreciación obtenida a partir del estudio de El Semanario Patriótico de Quintana). Por el contrario, la idea de patria, conjuntamente con la noción de religión, demuestra su carácter movilizador cuando la arenga se dirige a la población en general y es preferentemente adoptada por las fuerzas más reaccionarias que mostrarían cierta resistencia al uso del vocablo "nación", y como ejemplo cita un poema de la absolutista Manuela López, escrito hacia 1813: "Españoles, viles imbuidos/ en el orgullo y voces seductivas/ de igualdad, libertad y, ¡qué delirio!/nación, independencia, ciudades/ derechos naturales e imprescritos... (José Álvarez Junco, 2001, 348-349). Pienso que para corroborar esta hipótesis deberíamos hacer un análisis pormenorizado de los términos empleados por las mujeres, aunque, de entrada, no me parece determinante dicha apreciación. 37. Así pues, las mujeres no sólo habrían tenido un papel muy limitado en el transcurrir de los acontecimientos sino que, además, éstas habrían militado con más comodidad en el bando absolutista, dada la asimilación de los tres principios identificadores por antonomasia, la tríada: patria, rey y religión. Luego, a poco que observemos, las cosas suelen ser algo más complicadas de lo que a primera vista parecen y tampoco estamos en condiciones de afirmar que lo conocemos todo sobre la experiencia de las mujeres en dicho periodo. Frasquita Larrea ha pasado a representar el prototipo de mujer comprometida con el españolismo más exacerbado y servil. 38. Se la ha nombrado constantemente como promotora de tertulias contrarias al signo liberal y férrea contendiente en la famosa "polémica calderoniana" que la consagra como una exponente activa del romanticismo más reaccionario. Sin embargo, sus escritos, sus cartas, sus lecturas, sus amistades, permiten otros acercamientos que, sin contradecir en lo fundamental lo que ya todos sabíamos, que no se trata de una adalid del liberalismo precisamente, sí la colocan en una posición para el contraste, el matiz, y para expresar que fue una convencida de las capacidades de las mujeres, de algunas mujeres, aceptando el cariz elitista de su pensamiento, cosa habitual, por lo demás en su época (Milagros Fernández Poza, 1996). 4. El binomio patria/nación: coartada para la acción pública de las mujeres http://seneca.uab.es/hmic 183 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal 39. Cierto es que ella misma se pronunció a favor de un patriotismo y catolicismo encendidos en sus alocuciones políticas, tales como"Una aldeana española a sus compatricias" (10 de julio de 1808) o "Saluda una andaluza a los vencedores de los vencedores de Austerlitz en los campos de Bailén" (25 de julio de 1808). Verdad que escribió con tintes antiliberales un texto titulado Fernando en Zaragoza. Una visión en el que daba la bienvenida al rey, cuando posiblemente ya conocía los términos en que se expresaba El Manifiesto de los Persas, y que le valió, incluso la actuación del censor, ante cuyo proceder se defendió esgrimiendo afanadamente el artículo 371 que consagraba la libertad de expresión como derecho constitucional al que no hacía ascos, en cambio. También que vuelve a la carga en la proclama "El general Elío o lo que son los españoles", escrito días más tarde, cuando ya debía conocer el decreto de Fernando VII anulando la obra de las Cortes (Marieta Cantos, 2002). En sus textos políticos, encontramos la misma mezcla de altar y trono, junto a la exaltación y defensa de un patriotismo que hemos visto en sus compañeras de la asociación gaditana. Es incluso posible especular sobre su pertenencia a la misma, ya que, aunque no hemos encontrado su nombre en los momentos fundacionales de la asociación y en los documentos que se conservan, es llamativo el hecho de que en el archivo particular de la familia Osborne se conserve, entre sus papeles, un dibujo de la escarapela conmemorativa que concediera Fernando VII y que al llamamiento realizado a las integrantes de la Sociedad Patriótica para formar la Junta de Damas perteneciente a la Sociedad de Amigos del País de Cádiz, respondiera afirmativamente, lo mismo que haría unos años más tarde su hija Aurora, a pesar de la posición de rechazo en la que se mantenía Nicolás Böhl al respecto (Gloria Espigado, 2003). 40. Por otro lado, la Frasquita de la Guerra de la Independencia, es la que se relaciona amistosamente con José Joaquín de Mora, la que no parece llevar muy mal la residencia en su casa de Chiclana del general invasor Villate y la que se cartea, intentando buscar un elemento de moderación para la marcha política, con José Blanco White. Es, también, la que lee a Chateaubriand y se atreve a escribir a Augusto W. Schelegel, felicitándole por la visión que tiene de los españoles, pero también la que ha leído a Descartes, Kant y Rousseau, la que cita a Willian Godwin adora a Mme de Satël , la que escribe la novela Ela y traduce el Manfred de Byron, el Viaje por Suecia, Noruega y Dinamarca de Mary Wollstonecraft e, incluso, un tratado pedagógico publicado por la inglesa Maria Edgeworth (Antonio Orozco, 1977). Frasquita Larrea se nos muestra como una mujer decidida, fuerte e independiente, capaz de aceptar el reto de la controversia masculina, incluso aquella que le lleva a la ruptura de su matrimonio. Estos rasgos de su carácter le conducen a defender a ultranza la capacidad de entendimiento femenino, aunque en otros aspectos que relacionan a los sexos se muestre más convencional. 41. Es en la valoración de todos estos detalles como debemos dibujar los trazos biográficos de las mujeres de entonces. Mujeres cultas como Frasquita, capaces de mantener una actividad literaria y manifestar una opinión política sobre los acontecimientos en curso. El liberalismo, no era, en principio, una ideología que facilitara el desarrollo de ambas facetas en las mujeres. Estas tuvieron que hacer verdaderos juegos de equilibrio para no quedar desmarcadas totalmente. El reconocimiento público sólo se podía obtener en la observancia de los estrechos márgenes adjudicados al rol de cuidado que profesan las mujeres. La defensa de la patria, la arenga beligerante contra el francés, el sacrificio de las madres, se manifestó como un registro que era aplaudido por propios y extraños. En medio de todo, las mujeres fueron asimilando y haciendo suyos, el lenguaje y las formas de actuación liberales, incluso cuando no se trataba precisamente de identificarse políticamente con ellas. En ocasiones, la cuestión era seguir reproduciendo los hábitos reformistas de los ilustrados. La historiografía liberal no ha sido muy condescendiente con la imagen que nos ha trasmitido de ellas. En nuestras manos está el seguir http://seneca.uab.es/hmic 184 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino indagando y profundizando en nuestros conocimientos para obtener un panorama más completo de las experiencias de las mujeres en esta época que haga verdaderamente justicia a sus empleos y afanes. Bibliografía citada AGUADO, Ana, et alt., (1994), Textos para las historia de las mujeres en España, Madrid, Cátedra. ALCALÁ GALIANO, Antonio, Recuerdos de un anciano, B.A.E., tomo LXXXIII, pp.7678 ÁLVAREZ JUNCO, José, (2001), Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX, Madrid, Taurus. BLANCO WHITE, José Mª (1990), Cartas de Juan Sintierra. Crítica de las Cortes de Cádiz, Edición e Introducción de Manuel Moreno Alonso, Sevilla, Universidad, pp.88-90. BOCK, Gisela, (2001) La mujer en la Historia de Europa. De la Edad Media a nuestros días, Barcelona, Crítica. 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Bibliografía citada http://seneca.uab.es/hmic 187 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal Selección de textos Prohibición de la presencia de mujeres en la Asamblea "Las Cortes Generales extraordinarias han acordado provisionalmente lo siguiente en cuanto a la concurrencia del público a las sesiones: Que se niegue la entrada a las mugeres, que no se admita al público sino en las galerías, que en las galerías se admitan los hombres sin distinción alguna, que el uso de la primera división de la galería baxa a la derecha del dosel quede a disposición del cuerpo diplomático extranjero" Real Isla de León, 26 de septiembre de 1810 El Conciso, 29-IX-1810 Desnaturalización del principio de igualdad entre hombres y mujeres "Convengamos, pues, amigo mío, en que la igualdad por naturaleza que nos presentan estos señores filósofos, es un sueño, y sueño de un frenético de quienes sabemos que tienen malísimas vueltas. La religión nos enseña todo lo contrario; pero aun cuando ella nada nos dijese, ¿necesitábamos nosotros más que extender los ojos de la misma naturaleza? Vemos en ella mujeres ¿Y quién será el loco que diga que son iguales a los hombres? ¿Quién el aturdido que no reconozca lo que San Pablo ha dicho que a ella no le corresponde dominari in virum; y que el varón caput est mulieris? La pequeñez y la finura de su cuerpo, la cobardía y cortedad de su espíritu, la vehemencia de su imaginación y la perpetua volubilidad de sus afectos, ¿no están pidiendo a gritos la protección, la dirección y la solicitud del hombre al mismo tiempo que su interés y amor?... Pues, señor, ¿dónde está la igualdad de nuestros sapientísimos filósofos? Yo no la encuentro sino en el infierno, ubi nullus ordo, sed sempiternus horror inhabitat". Fray Francisco de Alvarado, (Filósofo Rancio), Carta VI, de 27 de agosto de 1811, en Cartas Críticas, tomo I, Madrid, 1824, p.194. Los límites de la ciudadanía liberal "... si llevamos demasiado lejos estos principios de lo que se dice rigurosa justicia sin otras consideraciones, sería forzoso conceder a las mujeres con los derechos civiles los políticos y admitirlas en las juntas electorales y en las Cortes mismas". Actas de las Cortes de Cádiz, Sesión de 6 de septiembre de 1811, intervención de Muñoz Torrero. Recreación de las tertulias gaditanas que hace Galdós "- Verdaderamente, señor don Manuel [Quintana] dijo Amaranta-, eso de la soberanía de la nación, que han inventado ahora... anoche estaban explicándolo en casa de la Morlá, y por cierto que nadie lo entendía; eso de la soberanía de la nación, si se llega a establecer, va a traernos aquí otra revolución como la francesa, con su guillotina y sus atrocidades ¿No lo cree usted?" . "Señores dijo doña Flora-, la libertad de la imprenta es cosa que ha de darnos muchas jaquecas. ¿No han visto ustedes cómo se atreve El Revisor Político a ocuparse de mis tertulias, y de si van o no van a ellas filósofos y jacobinos? ¿Pues acaso entra en mi casa persona que no http://seneca.uab.es/hmic 188 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino sea digna del mayor respeto? No se han atrevido esos pícaros diaristas a nombrarme; pero harto se conoce a quien va dirigido el dardo (...) - La alusión, señora doña Flora dijo un obispo- ha salido, sin duda, de la tertulia de Paquita Larrea, la esposa del señor Böhl de Faber. -¿Que más que escribir una sátira de la tal tertulia con mucha sal y pimienta, retratando a todos los que van a ella, y mandarla al Robespierre para que la estampe? añadió un pavo. - No quiero que se diga que la sátira se ha fraguado en mi casa dijo doña Flora-. En paz con todo el mundo es mi mote, y si a mis tertulias van tantas personas honradas y discretas, es por pasar el tiempo cultamente y no para enredos e intriguillas. - Es preciso defender la libertad de imprenta hasta en las tertulias dijo un obispo o un lechuguino, que esto no lo recuerdo bien. - En las trincheras es mejor repuso doña Flora-. No quiero reñir con Paquita Larrea, que si ella recibe a los Valientes, Ostolazas, Teneyros, a los Morros y Borulles, yo tengo el gusto de que vayan a mi casa los Argüelles, Torenos y Quintanas, y no porque los haya escogido en el haz de los que llaman liberales, sino porque casualmente concordaron en ideas" Benito Pérez Galdós. Episodios Nacionales. Cádiz, Edición de Historia 16, Caja Madrid, 1993, pp 45-46 y .130 Las damas españolas dan su opinión sobre la marcha de la guerra "Las Damas españolas se arrojan en vuestros brazos, y van a hablaros con más verdad que reina en todos los gabinetes (...) los agentes de Buonaparte pretenden inspirarnos odio a vuestra persona augusta, desconfianza en vuestro gobierno, y aversión a vuestros súbditos. Pintan a los caudillos de vuestras armas como ineptos, suspicaces, y asoladores de nuestro suelo atribuyéndoles mengua en las capitulaciones de Junot; desorden en la retirada de Moore; entorpecimiento después de la batalla de Talavera; indiferencia con Ciudad Rodrigo y Badajoz; inconstancia en Chiclana; inacción en la Albuhera; apatía y mala fe en los planes posteriores. Aun más denigran vuestro gobierno, atribuyéndole no solo tibieza hacia nosotros, sino ánimo de destruirnos, fomentando la insurrección de las Américas, y negándonos socorros en la península. Señor, los españoles tienen una sincera y firme confianza en V.M. pero es menester disipar estas invenciones de nuestros comunes enemigos ....." Representación de las Damas españolas a Jorge 3º rei de Inglaterra, sobre los vagos rumores acerca de la conducta del gobierno inglés, y de sus exércitos en la guerra de España. Extracto recogido en El Redactor General, 6 de agosto de 1811. Blanco White se incomoda e ironiza ante la postura las damas "Porque han de saber Vds. Que habrá como cosa de medio siglo que pasé una considerable parte de mi juventud en Cádiz, y aunque no conozco las tímidas bellezas que dirigen el memorial, todavía tengo presentes a algunas de las mamás que habrán mezclado en él sus temores y súplicas, y por vida mía que eran como soles, aunque entonces andaban a la amiga (...) Pues iba diciendo, o empiezo a decir, Señoras mías, que la representación me ha causado la mayor lástima del mundo; no porque yo crea que hay el menor motivo para que se angustien esos corazoncitos, sino porque según veo, los hombres deben estar tan ocupados en guerra y política, que olvidad a Uds. Y las dejan estar cavilando a solas todo el día (...)¿Cómo había yo de creer, repito, que si hubieran Vds. Consultado su representación con un español como los que yo conocí en mi tiempo, les había de haber dejado dirigirse, nada menos que al Rey de la Gran Bretaña para que les desvaneciese las dudas que según la representación misma, han excitado los agentes de Napoleón, acerca de la conducta e intenciones del gobierno británico (...) Por Dios, niñas (hubiera dicho quitándose Selección de textos http://seneca.uab.es/hmic 189 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal el habano de la boca), todo eso es changüí... Estense Vds. Quietas, y no vayan con esos cuentos a Inglaterra, porque dirán que acá alborotamos a nuestras mujeres con chismorrerías, o que las echamos adelante como cuando se empieza un motín" "Carta V. A las damas españolas", en José Mª Blanco White, Cartas de Juan Sintierra. Crítica de las Cortes de Cádiz, Edición e Introducción de Manuel Moreno Alonso, Sevilla, Universidad, 1990, pp.88-90. Las damas niegan la autoría de la Representación y hacen su propia Declaración. "Las Damas españolas han leído el papel que a su nombre se ha publicado en Cádiz en estos días, impreso en la imprenta de Carreño. Declaran pública y solemnemente a V.M. a su gobierno, a su nación, y a sus heroicos militares en España que el autor de este escrito escribió por sí y publicó atrevidamente los rumores ofensivos de que toma materia para su folleto. Este intruso apoderado nuestro se olvidó al escribir su papel no solo de la generosidad de nuestro carácter, sino también de los efectos que necesariamente iba a producir su temerario e imprudente empeño. Desde este mismo instante ha conseguido de parte de nosotras la irritación, y Dios quiera que de parte de V.M. el desprecio (...) Así pues, no queremos, señor, que se nos repute a las damas españolas como autoras de un papel que denigra nuestro sexo, no solo en el concepto de las damas inglesas, sino también de las portuguesas. Muy distantes de querer fomentar injuriosamente la desunión a que conspira ese folleto, y así como la batalla de la Albuhera resplandeció brillantemente entre los soldados de las tres potencias aliadas la hermandad más envidiable, así unido nuestro corazón al de nuestras amigas y aliadas, desmentiremos en todo el tiempo la falsedad de nuestro caviloso carácter. Si la masa masculina de nuestros españoles ya ha gravado (sic) en su corazón el reconocimiento a los servicios que la nación británica ha hecho y está haciendo a la España y Portugal hasta derramar su sangre en abundancia en nuestros campos de batalla, que es a cuanto puede llegar su sacrificio, la masa femenina que lo observa por sus ojos ¿Cómo puede dexar de hacer lo mismo?... Prudencia escritores, prudencia españoles, la terrible lid está empeñada, la unión ha de salvarnos, ¿Queréis patria y ser libres? ¿Queréis rey y religión? No lo esperéis sin el poder unido de Inglaterra: ¿Queréis también américas? Con la unión no os faltarán por más esfuerzos que haga la parcialidad de revoltosos. Este es el concepto de vuestras esposas, de vuestras hijas, de vuestras hermanas. Así piensa, Señor, la gran masa de las Damas y ciudadanos españoles, así nuestro prudente gobierno, así el Congreso augusto de la monarquía española" Declaración de las Damas Españolas sobre la Representación que a su nombre se ha hecho a S.M.B. sobre los vagos rumores acerca de la conducta del gobierno inglés y de sus exercitos en la guerra de España, Cádiz, Imprenta Niel Hijo, 1811. Las damas fundan su Junta patriótica y son arengadas por su presidenta "Señoras: empecemos pues nuestras tareas: distribuyamos nuestros trabajos: no nos detenga la dificultad de la empresa. Ella es grande, es verdad; pero también es grande el bien que nos prometemos: pongamos siempre nuestras miras en la satisfacción que nos resultará de ver vestidos a los soldados; ellos mismos nos llenarán de alabanzas, y nuestros corazones quedarán con el dulce placer que resulta a las almas grandes y sensibles de aliviar a los que a costa de su vida nos están defendiendo: seamos útiles a la Patria, y ya que la debilidad de nuestras fuerzas física nos impide tomar parte activa en la defensa de nuestra Nación, empleemos al menos nuestras fuerzas morales, alentando con nuestros cuidados y con nuestra tierna influencia al soldado que ha de hacer frente al enemigo, rodeado de fatigas y privaciones (....) Consideremos http://seneca.uab.es/hmic 190 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino estas verdades y penetradas de estas ideas, convirtamos nuestras casas en talleres de vestuario para la tropa. En adelante nuestras manos no deberán emplearse en otra cosa que en las útiles y respectivas a las necesidades del exército y de los que sufren en los hospitales. Tal es, Señoras, el objeto de la Sociedad. (...) La íntima fraternidad entre todas las socias, el zelo y actividad nos harán acreedoras a la benevolencia pública, y a que tal vez algún día la Patria pueda poner entre los fastos gloriosos de su santa Revolución, la heroica piedad de las Señoras de la Sociedad Patriótica de Fernando VII. Cádiz, 19 de noviembre de 1811. F. La Marquesa de Villafranca. En la apertura de la Sociedad Patriótica, la Excelentísima Señora Marquesa de Villafranca, su Presidenta, dixo lo siguiente, Cádiz, Imprenta de Josef Antonio Niel, hijo, 1811. Refrendadas por la Regencia la Junta Patriótica en su oración inaugural amplía su esfera de acción "...pues no basta la generosidad de las Señoras de este Ilustre Pueblo, que a pesar de tantos sacrificios como exigen de ellas las circunstancias en que se halla, sin comercio, llevando sobre sí la mayor parte de las cargas de la guerra y reducido su término a solas dos leguas, se han prestado todas a contribuir tan exemplar y generalmente, que más de una vez han visto las Señoras que han formado la subscripción a la mendiga extender su mano trémula por la edad y las enfermedades para depositar en las de las Señoras el precio miserable del sustento que le adquirió su afán y su rubor: sacrificio precioso que honrará la Patria con su eterno reconocimiento, siendo muy dignas de él las Señoras emigradas, que unas en el seno de la misma Junta, y otras por subscripciones, todas concurren a la realización de un plan, de que somos deudoras a su digna fundadora, y que por su tamaño sería impracticable si no contáramos con la generosidad y patriotismo de las personas de nuestro sexo en ambas Américas, bien persuadidas de que emulando nuestros compasivos afanes en auxilio de los generosos defensores de la Religión, del Rey y de la Patria (y más favorecidas de la naturaleza y de la suerte), participarán con nosotras la muy feliz de cubrir la desnudez de nuestras tropas, consagrando a este efecto por contribución periódica o donativos las cantidades de dinero o frutos que estuvieren a su alcance. A esto se dirigen nuestras súplicas, que no oirán con indiferencia las almas sensibles y compasivas de las Señoras de América, y los mares que nos separan no serán bastantes a estorbar la reunión de nuestros patrióticos esfuerzos. Cádiz, 3 de enero de 1812 . Secretaria María Loreto Figueroa y Montalvo Memorial de la Sociedad Patriótica de Damas de Fernando VII, A.H.M.C. El gobierno reconoce la labor de las damas y promete contribuir con recursos "... jamás el gobierno se arrepintió de haber confiado la distribución de sumas cuantiosas a la ilustrada caridad de las Señoras consagradas al servicio de la menesterosa y afligida humanidad (...) sería reo de un silencio criminal si no dixese la generosa empresa que acometieron varias señoras de Madrid ofreciendo cortar y coser todas las camisas de que necesitase el exército en ahorro de media vara de tela en cada una y del coste de sus hechuras. No es sólo Madrid el terreno en que las delicadas manos del bello sexo han cultivado la preciosa planta del amor a la patria: en todos los lugares de la península y de la América, y de todas clases, recoge la historia pruebas de patriotismo que trasmitirá a la posteridad para exemplo, y para convencer de la injusticia con que se ha querido reducir la capacidad de las mugeres al reducido círculo de las humildes y caseras ocupaciones (...) sin dexar de atender otras demandas que se me han hecho con el mismo laudable objeto, destinaré en obsequio de los deseos de V.S. Selección de textos http://seneca.uab.es/hmic 191 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal la cantidad que permitan las circunstancias (...) Aprovecho esta ocasión para suplicar a V.S. que ofrezca mis respetos a los pies de las Señoras de la Junta Patriótica, y mi profunda veneración por sus virtudes públicas... Pedro Ceballos, Secretario de Estado, Cádiz 27 de enero de 1812 El Redactor General, 11-II-1812. Terminada la guerra, ellas piden su disolución y el rey reconoce sus méritos públicamente "Habiendo dado cuenta al Rey de la solicitud de esta Junta patriótica de Señoras que al mismo tiempo que añade una prueba de amor a su Real persona en el voluntario donativo de quince zurrones de añil pide su real beneplácito y licencia para disolverse; S.M. que siempre ha considerado como una de las acciones que tienen mayor derecho a su soberana gratitud la institución oportuna de dicha Junta, que en tan críticas circunstancias cupo distinguirse con servicios en que tan noblemente brillan la lealtad, generosa bizarría y amor patriótico acreditados por las matronas españolas en los casos de mayor conflicto; se ha servido conceder dicha licencia en atención a haber ya felizmente cesado las circunstancias que motivaron su reunión. Pero no queriendo S.M. que se pierda ni la memoria ni el provechoso exemplo de tan útiles servicios se ha dignado resolver que en la Gaceta de la Corte se haga mención honorífica de las circunstancias que tanto la recomiendan; y para que las Señoras que compusieron dicha Junta conserven un testimonio de lo aceptas (sic) que han sido a S.M. sus patrióticas tareas, se ha dignado concederlas la preeminencia de poder usar, con el traje serio o de ceremonia, la cifra de su Real nombre que eligieron por advocación de su Junta, la que llevarán esmaltadas en un brazalete de oro ceñido al brazo izquierdo y cuyo diseño y dimensiones tiene S.M. la benigna complacencia de permitir al gusto y dictamen general de ellas mismas. Al mismo tiempo S.M. se ha dignado admitir graciosamente el donativo de los quince zurrones de añil por el qual me manda S.M. manifestar a la Junta, como en su Real nombre lo hago, su soberano agrado y benevolencia... Pedro Ceballos, Secretario de Estado, Madrid, 15 de julio de 1815 Memorial de la Sociedad Patriótica de Damas de Fernando VII, A.H.M.C, Una aldeana española a sus patricias Una vez fue noble la inercia de nuestra Nación, pues más noble es el reposo que una vana agitación por intereses mezquinos. Pero hoy que el entusiasmo patriótico se ha despertado y que combatimos por nuestra Religión, nuestra independencia y por el Rey que Dios nos ha dado; hoy que podemos desplegar las virtudes que la naturaleza ha vinculado a nuestra Patria; hoy, en fin, nos será fácil levantarnos del abatimiento en que el mundo entero nos ha visto abismado. No nos aterren las armas del desolador universal, no nos acordemos de las victorias que más ha debido a sus ardides que al valor de su brazo. Los españoles no se compran. Y nosotras españolas usemos también las armas que nos son propias. Recordemos a nuestros esposos e hijos sus obligaciones. Pintémosles las dulzuras de una muerte en defensa gloriosa de su Religión y Patria; comparémoslas con la ignominia de una vida esclava y de una vil conformidad con un sistema cuyos ardides confirman su infamia; desterremos la timidez de http://seneca.uab.es/hmic 192 DEBATS-2003 ISSN 1696-4403 Gloria Espigado Tocino nuestros corazones, elevando nuestra alma a aquella altura desde la cual se ve esta vida como un pasaje hermoseado únicamente por nuestras virtudes. ¿Y cuál sería la española que respetase hombres que se dejasen avasallar o por el temor de la muerte o por el bajo interés de la ambición personal?... Esos hombres miserables también venderían la virtud de sus esposas... Y entonces ¿Cuál sería nuestra suerte?... Clamemos pues, con voz de ángeles, que la victoria es nuestra, el Dios de los ejércitos es nuestro Caudillo, que el alma del valiente "crece cuando combate", "que las dudas son traidoras", que nuestra causa es la del que "va y camina por cima de los mares más hinchados", que el alma calculadora es como el vapor de la fangosa laguna que no se eleva hasta la verde colina por temor de los vientos, y en fin que el Todopoderoso y Justo, por sus altas miras, permite que momentáneamente seamos vencidos, su mano nos abre las puertas del cielo ¡Morir o vencer, Españoles! ¡Rogad y persuadid, Españolas! Frasquita Larrea, 10 de julio de 1808. Antonio Orozco Acuaviva, La gaditana Frasquita Larrea. Primera Romántica Española, Cádiz, 1977, pp.260-261. Fernando en Zaragoza. Una visión "Una turba que se llama liberal por antonomasia, esparce opiniones que a no ser hijas de una exaltación desmedida, deberían considerarse como abortos de la perfidia. Estos insensatos, sin más estudios que el pacto social, sin más criterio que el de sus pasiones, y sin más voces que las aprendidas en el diccionario de la revolución francesa, procuran debilitar el antiguo carácter de la nación, sustituyendo frases vacías y altisonantes a pensamientos llenos y robustos, libertad de conciencia al respeto con que sus mayores veneran las decisiones de la iglesia, la petulancia de la pluma al valor de la espada, la mezquina y fría vanidad al santo orgullo de la virtud, el libertinaje al amor, y el interés propio (única cosa en que tienen sustancia) al bien general" Frasquita Larrea, 1814, Imprenta Niel Hijo. Antonio Orozco Acuaviva, La gaditana Frasquita Larrea. Primera Romántica Española, Cádiz, 1977, p. 305. Contestación a la censura "Llevada de los impulsos de una fantasía ardiente y del amor a una Patria idolatrada, me complacía en aquellas imágenes gloriosas que suscitaba la unión de Fernando, Zaragoza, Religión y patriotismo. Sabía que, entre los españoles, unos alababan, otros censuraban la Constitución; veía todos los días impresos que unos celebraban las instituciones modernas, otros las criticaban; había entendido que el artículo 371 de la Constitución permitía la publicación ilimitada de ideas políticas. Sin más estudio escribí sencillamente y sin ironía, no tanto mi opinión (qué esta podía parecerme dudosa) sino lo que había oído en Inglaterra, Francia y Alemania a hombres de letras, lo que había leído en autores estimados y lo que coincidía con mis deseos de conciliar los extremos que la mayor parte de los papeles públicos declaran existentes" Frasquita Larrea, 9 de mayo de 1814. Antonio Orozco Acuaviva, La gaditana Frasquita Larrea. Primera Romántica Española, Cádiz, 1977, p. 308. Selección de textos http://seneca.uab.es/hmic 193 Mujeres y ciudadanía. del antiguo régimen a la revolución liberal 194 http://seneca.uab.es/hmic RESSENYES-2003 ISSN 1696-4403 Josep Alavedra i Bosch RESSENYES Un esguard anglosaxó al món de les confraries reformades DONNELLY, John Patrick, S.J., i MAHER, Michael W., S.J. Confraternities & Catholic Reform in Italy, France & Spain. Missouri (USA), Thomas Jefferson University Press, 1999, Sixteenth century essays & studies, v. 44, 254 pàgines per Josep Alavedra i Bosch (Universitat Autònoma de Barcelona) 1. Nascudes a l´Edat Mitjana, les confraries, van tenir un gran desenvolupament al Renaixement i durant tota l´època moderna1, dins d´una Europa principesca, que des de la reunió del dinovè concili ecumènic celebrat a la ciutat italiana de Trento (1545-1563) contemplava una codificació moderna de la doctrina catòlica, per fer front, entre d´altres, al desafiament protestant. 195 2. A través del reforçament d´antigues germandats i la creació de noves fundacions, les confraries estaven incardinades vers la societat del moment. Ajuntaven a nobles i clergues, i també als estaments més baixos, els quals trobaven en aquestes corporacions pràcticament l´únic lloc de convivència i associació existent durant la societat preindustrial. En efecte, la confraria unia voluntàriament a persones per establir unes noves relacions basades en la fraternitat i la caritat, tot creant xarxes de solidaritat i sociabilitat2, segons diferents pautes. Aquest fet, i el gran desenvolupament de l´associació confraternal, preocupava als reformadors, abans i després del concili tridentí, ja que aquestes confraries operaven dins del mateix camp religiós, sense formar part de la seva estructura orgànica. 3. Malgrat l´impuls donat a les associacions confraternals des de la ciutat italiana, en diferents sessions del concili -en elles hi veurà un potencial per fer front al repte protestant i a la reforma interna-, aquestes s´aniran convertint, emperò, en unes confraries més devocionaries, ajustades a les directrius reformadores3, amb un esforç eclesiàstic per reconvertir-les en un mitjà 1. Així, a la primera meitat del segle XVIII, constatem l´existència de més de 25.000 confraries als territoris de la monarquia borbònica espanyola. Vegis, ARIAS DE SAAVEDRA, I., i LÓPEZ GUADALUPE, M.L. “Las cofradías y su dimensión social en la España del antiguo régimen”, dins Cuadernos de historia moderna, nº 25, monogràfic VI, 2000, pàg. 202. 2. La sociabilitat portada per l´Església a través de la seva xarxa parroquial, sobretot després de Trento, estaria a cavall de l´època moderna i la contemporània, i almenys als territoris de la monarquia hispànica, la parròquia era el centre, per mitjà de confraries, obreries i d´altres associacions eclesiàstiques, d´articulació de l´escassa societat civil. Vegis UCELAY DA CAL, Enric. “Els espais de sociabilitat: la parròquia, els parroquians i la qüestió de les clienteles”, a l´Avenç, nº 171, 1993, pàg. 19. http://seneca.uab.es/hmic Un esguard anglosaxó al món de les confraries reformades d´enquadrament de la població dins d´una altra mena de religiositat molt més institucional, lluny de les pràctiques camperoles, més connectades amb el món de les supersticions i de la bruixeria.4 Amb tot, l´efecte de la Reforma Catòlica sobre les confraries no va ser tant homogeni ni integrador, haventhi, en molts casos, una acomodació i absorció, per part de l´Església, de les distintes realitats socials i culturals de la comunitat. 4. Aquesta heterogeneïtat confraternal, resultant de la presumpta incidència de les directrius tridentines sobre les velles associacions al voltant de les esglésies, és la que queda palesa en els dotze assaigs, editats per John Patrick Donnelly i Michael W. Maher, i, que sota l´encapçalament de Confraternities & Catholic Reform in Italy, France & Spain5 (d´ara en endavant Confraternities), ens vol suggerir l´efecte minso que va tenir la Reforma Catòlica sobre aquestes corporacions, tot i fent atenció a les condicions locals de les diferents confraries estudiades en el volum en qüestió. 5. Abastant el període més intens de l´acció de la Contrareforma, principis del siscents fins a mitjans del segle XVII, els diferents estudis es focalitzen a Itàlia, França i Espanya, i, ens permeten contemplar els distints esforços i tensions de les respectives jerarquies eclesiàstiques locals per tal d´assolir o rebutjar l´uniformització endegada pels reformadors catòlics, i, a la vegada, com aquest esforç afecta a les confraries dels països estudiats. 6. Així, l´assaig de Christopher F. Black, “Confraternities and the Parish in the Context of Italian Catholic Reform” (pp. 1-26), inicia el volum, i, ens situa a l´Itàlia del sis-cents per mostrar-nos les tensions existents a distintes parròquies (Verona, Bologna) entre jerarquia eclesiàstica i elits laiques, responsables de confraries, per tal de fer front a l´administració dels diferents fons econòmics i la consegüent influència en la comunitat, la qual cosa posaria en dubte la consistència de la “nova confraternitat reformada” com a agent religiós de control social. Per contra, la gradual pèrdua d´independència d´una confraria laica de joves a Florència, serveix a Konrad Eisenbichler per constatar, a “Italian Youth Confraternities in an Age of Reform” (pp.27-44), l´efecte de les directrius reformadores, que converteixen l´esmentada confraria en una revitalitzadora de l´Església eixida de Trento, sota l´aixopluc de l´Escola de Doctrina Cristiana. 3. Amb els decrets 8 i 9 de la sessió XXII del concili tridentí, 1562, es donava al bisbe el poder de visitar, i per tant controlar, les confraries de laics. Tanmateix, amb la constitució Quaecumque, de desembre del 1607, el papa Climent VII, definia el marc legal d´actuació de les confraries, havent de tenir, a partir d´ara, el consentiment per escrit de l´ordinari del lloc, el qual abans d´aprovar llurs estatuts, les havia d´examinar i corregir. Vegis ALAVEDRA I BOSCH, Josep. La parròquia, mitjà de cohesió social a l´època moderna. Treball de fi de carrera (inèdit), Universitat Autònoma de Barcelona, 2001, pp. 42-43. 4. En aquest sentit vegeu PUIGVERT I SOLÀ, Joaquim Maria. “Guerra i contrareforma a la Catalunya rural del segle XVII”, dins Serra, Eva (et altri). La revolució catalana de 1640. Ed. Crítica, Barcelona, 1991, pàg. 119. 5. DONNELLY, John Patrick, S.J., i MAHER, Michael W., S.J. Confraternities & Catholic Reform in Italy, France & Spain. Missouri (USA), Thomas Jefferson University Press, 1999, Sixteenth century essays & studies, v. 44, 254 pàgines. Autors: Christopher F. Black, Konrad Eisenbichler, Paul V. Murphy, Michelle M. Fontaine, Michael W. Maher, Nicholas Terpstra, Andrew E. Barnes, Ann W. Ramsey, Christopher W. Stocker, Susan Eileen Dinan, Allyson M. Poska i Maureen Flynn. http://seneca.uab.es/hmic 196 RESSENYES-2003 ISSN 1696-4403 Josep Alavedra i Bosch 7. A “Politics, Piety, and Reform: Lay Religiosity in Sixteenth-Century Mantua” (pp. 45-54), Paul V. Murphy analitza la influència de la família de patricis Gonzaga de Mantua a l´època tridentina, assenyalant-nos la simbiosi que l´esmentada família estableix entre la jerarquia eclesiàstica i el poder local, per obtenir un control específic de les confraries, transformant la seva vessant laica per mitjà de la nova pietat conciliar. 8. L´estudi “A House Divided: The Compagnia de Santa Maria dei Battuti in Modena on the Eve of Catholic Reform”, de Michelle M. Fontaine (pp. 55-73), ressegueix l´evolució d´aquesta confraria disciplinar, adreçada a la pietat i caritat, durant el siscents, la qual, malgrat llurs divisions internes, aconsegueix mantenir el seu caràcter d´assistència, a pesar de la pressió tridentina. 9. La “nova” espiritualitat eixida de la reforma catòlica, que, entre d´altres, promovia la recepció més freqüent del sagrament de la comunió, és estudiada per Michael W. Maher a “How The Jesuits Used Their Congregations to Promote Frequent Communion” (pp. 75-95), on l´autor ens explica com la Societat de Jesús promou la comunió, almenys un cop al mes, a través de l´examen de sis congregacions agrupades entorn del centre apostòlic jesuïta de Gesù, en el bell mig de la ciutat de Roma. 10. El recorregut italià es clou amb l´assaig de Nicholas Terpstra, “Confraternities and Public Charity: Modes of civic Welfare in Early Modern Italy” (pp. 97-121), on se´ns mostra com algunes confraries, de Florència fins a la Vall del Po, porten a terme la tasca d´ajuda als més necessitats, establint una comparació amb el sistema d´ajut del nord de l´Europa protestant. 11. Quatre assaigs tenen per centre d´interès les terres de la monarquia francesa, una terra amb un rerefons sagnant de lluites entre catòlics i partidaris de les corrents protestants: “The Transformation of Penitent Confraternities over the Ancien Régime” (pp. 121-134), d´Andrew E. Barnes, on es fa un recorregut per l´evolució, des de les Guerres de Religió fins a la Il.lustració, de les confraries de penitents cap a unes associacions molt més devocionaries; “From Ontology to Religious Experience: Civic and Sacred Immanence in the Holy Sacrament Confraternities of Paris during the Catholic League” (pp.135-152), a càrrec d´Ann W. Ramsey, que ens suggereix una metodologia ontològica, a través de la confessió i la comunió, per mitjà de la qual es podria establir una simbiosi entre el fet social-religiós i el polític a la França partidària del catolicisme de 1588 a 1594; Christopher W. Stocker, ens presenta “The Confraternity of the Holy Name of Jesus: Conflict and Renewal in the Sainte Union in 1590” (pp. 153-188), aquí l´autor ens parla de l´agrupació de dues confraries, a la França de 1590, entorn de la Confraria del Sant Nom de Jesús per tal de mobilitzar-se en defensa del Catolicisme; i, per últim l´assaig de Susan Eileen Dinan, “Confraternities as a Venue for Female Activism during the Catholic Reformation” (pp.189-214), on l´autora fa un interessant estudi de la inserció i activisme de les dones, relegades per Trento a la clausura, en l´assistència als pobres en la França de la primera meitat del segle XVII. Aquesta es du a terme a través de les Filles de la Caritat, identificada com a confraternitat, i a mig camí d´una ordre religiosa. 12. La conflictivitat generada entre la jurisdicció eclesiàstica, reforçada a partir de Trento, i els governs municipals per la regulació i control de les celebracions i devocions de les confraries, són estudiades per Allyson M.Poska [“From Parties to Pieties: Redefining Confraternal Activity in Seventeenth-Century Ourense (Spain)”, pp. 215-231]; que juntament amb “Baroque Piety and Spanish Confraternities”, de Maureen Flynn (pp. 233-245) -on s´insisteix en l´exteriorització i “teatralitat” de la pietat confraternal post-tridentina- conformen l´espai dedicat a la península ibèrica, i tanquen el volum. http://seneca.uab.es/hmic 197 Un esguard anglosaxó al món de les confraries reformades 13. En definitiva, Confraternities esdevé una mirada crítica a molta part de la historiografia que sosté l´efecte d´uniformització que l´anomenada Reforma Catòlica tindria sobre confraries i altres associacions eclesials; cosa que faria factible poder parlar d´una nova interpretació de les formes de religiositat proposades, compartides, amprades o combatudes per l´Església. En aquest sentit la significació i les connotacions socials de les corporacions confraternals locals estudiades en el present volum obren aspectes tan suggestius com les solidaritats i conflictivitats dels diferents estaments socials, l´àmbit de la seva sociabilitat, la participació de la dona en la religiositat post-tridentina, entre d´altres, que són fonamentals pel coneixement de l´anomenada societat preindustrial. 198 http://seneca.uab.es/hmic