Jóvenes cineastas por la diversidad sexual

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juventud rebelde
SÁBADO
28 DE SEPTIEMBRE DE 2013
ESPECIAL
05
SEXO
SENTIDO
A cargo de MILEYDA MENÉNDEZ sentido@juventudrebelde.cu
Jóvenes cineastas
por la diversidad sexual
Jóvenes realizadores abordan los tantos temas del amplio y diverso campo de la
sexualidad humana, en el aquí y el ahora de nuestra sociedad
Ilustración: redadolecentesvih.ning.com
Uno está enamorado
cuando se da cuenta de que
otra persona es única.
Jorge Luis Borges
por FRANK PADRÓN
EL arte cubano, durante décadas,
cubrió con un manto de silencio el
tema de la diversidad sexual. Afortunadamente los tiempos cambian.
A partir de la cismática década
de los 90, la literatura (con los llamados novísimos de la narrativa) y
la plástica (dentro del fuerte e iconoclasta movimiento de mediados
de los 80) tenían al gay como una
suerte de huésped ilustre, al punto de que en la década siguiente
era difícil no encontrar, sobre todo
en la cuentística, algún ejemplo
que, de un modo u otro, no aludiera al tema.
Sin embargo, el cine y la televisión continuaron padeciendo el retraso y la timidez, y el homosexual
—y otras identidades semejantes—, con la peculiaridad de sus
conflictos y la singularidad de
su(s) mundo(s), seguía siendo persona non grata en la representación fílmica, o la integraba de modo tan superficial y maniqueo, que
lo mejor parecía ser el silencio.
Fresa y chocolate (1993), sabemos, fue el «velo rasgado», y a partir de entonces los abordajes son
cada vez más audaces, más inclusivos y tan polémicos como la misma realidad que los alimenta.
La Muestra de Nuevos realizadores (o Muestra Joven Icaic, tal
se le nombra de un tiempo a acá)
ha sido vanguardia en ese sentido,
cierto que con las mismas diferencias cualitativas que se aprecian
en cualquiera de los muchos temas y conflictos que esos bisoños
cineastas focalizan en sus filmes,
pero es evidente que hay una
suerte de movida respecto a la
diversidad erótica, con idénticas
diferencias estilísticas y conceptuales, de género(s) —en todos los
sentidos del término— que implica el hecho.
Tras un botón de muestra en
mayo, cuando el Cine Club arribó a
su quinto aniversario (Iris, 2013,
Erián Ruiz, en torno a la maternidad con signo lésbico), hace apenas unos días, ese espacio propuso una breve pero representativa (y
sí, ¡diversa!) selección en el tiempo
que recorre asimismo otros enfoques, poéticas y re-presentaciones.
Afuera (2013), de Vanessa Portieles y Yanelvis González (premio
de producción en la más reciente
edición de la Muestra), se ubica
en el difícil contexto de 1994. Centrado en un ambiente de marginalidad, hace un inteligente uso de la
retrospectiva para sugerir, más que
detallar, una relación homoerótica
en la cárcel adonde va a parar el
protagonista.
Y hablando de ambientes marginales, muy bien los ha captado
Lala Miñoso en su ficción AM
(2012),el cual presenta con sutileza
y sentido del humor algunos sujetos que pueblan el mapa de lateralidades sociosexuales: el proxeneta, la(el) prostituta(o), el foráneo
que llega en busca de paraísos
sexuales, y la doble moral del supuesto «macho a toda prueba» que
abunda en tales ambientes.
Sabemos que una identidad erótica que ha centralizado no pocos
discursos estéticos —más allá del
cine— a partir de los finales del
siglo pasado ha sido el transgénero. Sobre las peculiares miradas
que les lanzan nuestros jóvenes cineastas dan fe también algunos
cortos seleccionados en esta breve panorámica.
Tacones cercanos (2008), de
Jessica Rodríguez, nos acerca a la
vida de una joven trans que fue
agredida por un hombre, historia
que se transmite a los espectadores en una sucesión de primeros
planos y afiches que apuntan (y
homenajean) el referente almodovariano que sirve de inspiración al
título.
Uno de los primeros acercamientos al tema lo hizo el holguinero Yan Montana con su corto
documental M & K, que se acerca
a un trans en provincia, con todas
Encuentros
ESTE miércoles es la peña en la
Universidad de La Habana, a partir de las 4:30 p.m., en el patio de
la Facultad de Matemática. ¿Qué
es lo más atractivo de tu persona?
Ese es el tema.
Eliza, una lectora guantanamera,
propone que habilitemos un espacio para que cada quien comparta
su historia de amor preferida. Ya lo
hicimos, hace dos veranos, pero podemos repetir la experiencia: en no
más de una cuartilla cuéntanos de
ese flechazo especial que te marcó
la vida. Aceptamos envíos en octubre y noviembre, y seleccionaremos
los textos que se publicarán en diciembre, para despedir el año.
las coordenadas sociales, familiares y psicológicas que ello implica.
Ella trabaja (2007), de Jesús
Miguel Hernández, legitima los
derechos laborales de la comunidad trans en Cuba, y en torno a la
religión, vocación y relación con los
padres, ese mismo director discursa en Autorretrato con árbol
(2010) mediante un texto lleno de
sutilezas.
Como siempre,las proyecciones
de cada tercer martes mensual en
la sala 23 y 12 acarrearon inquietudes y criterios. El habitual Enrique
lamentó que estos notables acercamientos al tema desde el patio
y por los jóvenes no conozcan espacios mayores (la TV, según él,
sería lo ideal), aunque se le aclaró
que la Muestra Joven Icaic ha extendido su radio fuera de su festival, con proyecciones sistemáticas
incluso en provincia.
Un matrimonio hetero manifestó su solidaridad con la protagonista de Tacones cercanos, considerando el caso el colmo de la homofobia,y repudiando con total energía lo que consideran todo un crimen, mientras una joven que se
confesó lesbiana comentó su preocupación de que otros sujetos de
la diversidad atrajeran mayores enfoques fílmicos que las mujeres, a
lo que se le contestó que, afortunadamente, esa injusticia —real—
está siendo reparada.
Hombres y mujeres que se aman
fuera de lo heteronormativo conforman, desde distintos puntos de
vista, estos y otros audiovisuales
que nos hicieron reflexionar el pasado martes en la noche, pantalla
mediante, en torno a tantos temas
del amplio y diverso campo de la
sexualidad humana, en el aquí y
ahora de nuestra sociedad.
Pregunte
sin pena
Y. M. Hace siete años tengo
una relación con un hombre
cuyos problemas con la bebida lo llevan hasta la agresividad, aunque nunca me
ha levantado la mano. Al
principio nos llevábamos
bien y logramos superar los
conflictos con mi familia.
Yo estudiaba en la Universidad y nos tuvimos que
separar porque si me llamaba y yo no estaba luego
discutía mucho. Retomamos la relación porque me
prometió que ya no bebería,
pero son más los días que
bebe. Ahora quiero tener hijos y él no pone interés, no
cambia y dice que yo lo
quiero controlar. No me atrevo a terminar porque es una
persona de buenos sentimientos y lo quiero mucho.
Él tiene 29 años y yo 26.
A veces nos sentimos en
situación de crisis esperando que el otro cambie para
realizar nuestro deseo,
cuando en realidad deberíamos cuestionar nuestra
posición respecto a lo que
pasa. Con él tienes la certeza de sentirte amada, pero posiblemente eso no sea
suficiente para que actúe
como tú deseas. Es ahí donde podrías analizar si quieres seguir el proyecto de cambiarlo o si tal vez debas
cambiar tu proyecto.
Llama la atención que
esa historia se forjó alrededor de situaciones límites,
un elemento que habla de
tu papel en esta relación:
Parece haber una atracción
que crece en ti con la percepción de que él sucumbe
cada vez más ante la bebida y la violencia. A veces
nos empeñamos tanto en
querer salvar a los otros que
olvidamos preguntarnos por
su deseo y el nuestro.
En lugar de cuestionarlo
a él, analiza esa actitud de
circunscribirte a esperar por
alguien que no da indicios
de cambio, ni tú tampoco.
¿Qué te mantiene ahí por
tantos años y qué ganas
en esa posición de heroína
romántica?
Mariela Rodríguez Mén dez. Máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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