EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Recepción en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la interpretación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Natalia Paola Mansilla* RESUMEN: El presente ensayo tendrá por objeto el análisis del derecho a la libertad de expresión- derecho a la información en el régimen de los servicios de comunicación audiovisual. Un estudio de los aspectos más relevantes y controvertidos de la “ley de medios”; específicamente, el límite a la cantidad de las licencias, la obligatoriedad de la adecuación, el plazo de un año de adecuación desde la fecha de su sanción, como así también el carácter intransferible de las licencias adjudicadas. Aspectos que fueron causantes de los debates más ríspidos en la opinión pública, sobre si la ley garantizaba el derecho a la libertad de expresión al permitir el acceso al mercado de medios otras voces que la concentración restringía; o si por el contrario, la ley restringía el derecho a la libertad de expresión a aquellos sujetos que ya tenían sus licencias por el régimen anterior y que por el nuevo, debían desprender. Para superar dicho debate, se hará un análisis de la resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el famoso “fallo de la ley de medios”. Con argumentos propios y con algunos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se consideraran los más importantes para interpretar el ejercicio de la libertad de expresión en el mercado de servicios de comunicación audiovisual. PALABRAS CLAVES: Libertad de expresión. Medios de comunicación. Ley de medios. Fallo de la ley de medios. Control de constitucionalidad. 1. Marco constitucional del derecho libertad de expresión – derecho a la información. Con respecto a la recepción constitucional del derecho a la libertad de expresión, se encuentra receptado en la constitución nacional originaria desde 1853 Si bien, en sentido estricto el derecho a la libertad de expresión no se encuentra receptado expresamente en la constitución formal. Es decir, se puede detectar que no hay norma expresa que reconozca el derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, como explica Bidart Campos, esto no debe entenderse como una negación al derecho. Sino más bien una laguna de nuestro ordenamiento jurídico que es posible llenari. En este sentido, Sagüés interpreta que el art. 14 CN incluye una versión de la libertad de expresión específicamente la de publicar ideas sin censura. Pero estima que hay una libertad constitucional de expresión mucho más amplia que la mera publicación de textos (…)ii. En ese contexto, pues, se entiende que la libertad de expresión es el género y la libertad de prensa es una de las tantas especies de la libertad. * Estudiante de sexto año de la carrera Abogacía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FDSC) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Ayudante de cátedra en las materias Derecho Constitucional, Derecho Público Provincial y Municipal, y Derecho Administrativo en la FDSC, UNC. Becaria del sistema de becas de pregrado del Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales (CIJS) de la FDCS, UNC. Ayudante de investigación de alumno en CIJS, FDCS, UNC. Asimismo por más que no haya norma expresa que aluda a la libertad de expresión, no significa una negación a tal derecho en virtud del artículo 33 CN referido a los derechos implícitos. La cláusula de los derechos no enumerados define en el art. 33 C.N.: “Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.”iii Luego del año 1994, la última reforma constitucional reforzó la recepción constitucional de este derecho. Puesto que, en función de los artículos 75 inc. 22 y 31 CN nuevos tratados internacionales de derechos humanos que reconocen el derecho a la libertad de expresión en sentido formal asumieron jerarquía constitucionaliv. En consecuencia, el derecho a la libertad de expresión se enuncia en un sentido más extensivo y expreso integrando el nuevo bloque de constitucionalidad federal. Con motivo de los cambios producidos por la reforma constitucional de 1994 con la incorporación de los tratados de derechos humanos el derecho a la libertad de expresión adquiere una nueva dimensión social, esto es, el derecho a la información. 2. La conceptualización del derecho a la libertad de expresión- derecho a la información. La nueva conceptualización del derecho a la libertad de expresión exige comprenderla en un sentido bifásico. Es decir, un mismo derecho de dos fases, un faz individual comprensiva del derecho a la libertad de expresión; y correlativamente, una faz social que implica el derecho a la información. El carácter interdependiente de estas fases implica que se hable de un derecho indivisible, indivisible de contenido bidimensional. Con respecto al ejercicio del derecho, es necesario hacer referencia a una serie de precondiciones para hacerlo posible, que son compartidas en el ámbito del sistema interamericano de derechos humanosv entre ellas: a) Sólo sería posible de ejercer en una sociedad democrática; b) El estado debe ser garante obligatorio de este derecho debiendo asegurar todas las condiciones de un ejercicio democrático o lo más plural posible. Sin poder con su accionar, en procura del ejercicio democrático, caer en la censura previa. Es decir, se prohíbe la censura previa de cualquier índole; c) Sin perjuicio de ello, se admiten las responsabilidades ulteriores por un ejercicio abusivo del derecho libertad de expresión/ derecho a la información. Es importante advertir que como este artículo tiene por objetivo analizar los servicios de comunicación audiovisual es necesario aplicar estas precondiciones al objeto de estudio. En función de ello, el ejercicio del derecho a la libertad de expresión – derecho a la información sólo es posible de ejercer en un ámbito de una pluralidad de medios de comunicación dónde se permita expresar todas las opiniones y correlativamente ser todas recibidas por el conjunto de la sociedad. Se prohíbe la censura previa pero con el límite de las responsabilidades ulteriores en los supuestos de un ejercicio abusivo del derecho. 3. Nociones de mass medias o medios de comunicación Para introducirnos a la regulación normativa y legal del derecho a la libertad de expresión en el ámbito de los servicios de comunicación audiovisual como objetivo último de este ensayo; antes, se hace necesario antes hacer unas referencias a qué se entiende por medios de comunicación. Se entiende por medio de comunicación desde una noción básica o genérica según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) como “1. m. Órgano destinado a la información pública.” Desde una perspectiva sociológica, puede definirse medio de comunicación “al instrumento o forma de contenido por el cual se realiza el proceso comunicacional o comunicación. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los medios masivos de comunicación (MCM, medios de comunicación de masas o mass media). Se caracteriza la comunicación como un tipo diferenciado de actividad social que implica la producción, trasmisión y recepción de formas simbólicas (…)” Para la perspectiva jurídica, el concepto de los medios de comunicación social encarna un medio o instrumento de vital importancia para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Puesto que, los medios de comunicación implican medios, vehículos o instrumentos para el efectivo ejercicio del derecho. En este mismo sentido, lo afirma la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la Opinión Consultiva 5/85 sobre Libertad de Expresiónvi. Esta Opinión considera que los medios de comunicación tienen como contenido una función social en el ejercicio de la libertad de expresión. Por ello, deben estar abiertos a todos sin discriminación o más exactamente, que no haya individuos o grupos que, a priori, estén excluidos del acceso a tales medios, exige igualmente ciertas condiciones respecto de éstos, de manera que, en la práctica, sean verdaderos instrumentos de esa libertad y no vehículos para restringirla. Son los medios de comunicación social los que sirven para materializar el ejercicio de la libertad de expresión, de tal modo que sus condiciones de funcionamiento deben adecuarse a los requerimientos de esa libertadvii. El funcionamiento de los mass medias garantiza el ejercicio del derecho a la libertad de expresión-derecho a la información a cualquier ciudadano. La diferencia radical entre el ejercicio del derecho de una persona por fuera o dentro de un medio de comunicación social, es la trascendencia masiva y social que tiene el ejercicio realizada por este último. Puesto que, se remite a una gran cantidad de destinatarios. Es por ello, que se recalca la importancia socio-cultural de la actividad y la necesidad de declararla de interés público. En definitiva, los medios de comunicación representan un proceso social de comunicación que efectiviza el ejercicio del derecho. Por lo que, la actividad de los medios constituye un interés público para el desarrollo sociocultural de la población. 4. La regulación normativa del mercado de los medios de comunicación En Argentina, a partir del año 2009 la configuración del mercado de los medios de comunicación se encuentra regulada por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26522viii. La nueva ley regula entre otros aspectos: el carácter y alcance de la actividad los servicios de comunicación audiovisual, la regulación del mercado de los servicios de comunicación audiovisual, los derechos y obligaciones de los diferentes sujetos que participan el mercado, las condiciones para adquirir las licencias o autorizaciones para ejercer la actividad de un mass media, número máximo de licencias por titular, los tipos de prestadores y su participación en el mercado de medios, plazo de adjudicación, los mecanismos de adecuación y sus plazos de adecuación a la normativa, sanciones administrativas, etc. Entre los aspectos más transcendentes de la actual ley de servicios de comunicación audiovisual en comparación al antiguo régimenix son: una nueva concepción del derecho a la libertad de expresión-derecho a la información, mayor cantidad de tipos de prestadores habilitados a ejercer un medio de comunicación, los topes máximos del número de licencias por cada tipo de prestatario y su plazo para ejercerlo. Temas, estos últimos, que serán analizados a continuación. 5. La concepción del derecho a la libertad de expresión – derecho a la información en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Como se advirtiera, la concepción del contenido del derecho a la libertad de expresión ha mutado hacia un carácter bidimensional inclusiva de una faz colectiva del derecho; esto es, el derecho a la información. En relación a la regulación de servicios de comunicación audiovisual se ha regulado a través de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual LSCA Nº 26.522. En esta normativa se puede detectar la recepción del carácter bidimensional del derecho. En primer lugar, la LSCA en el artículo 2 al regular el carácter y alcance de la actividad los servicios de comunicación audiovisual expresa normas relativas a la concepción bidimensional del derecho a la libertad de expresión. Estas normas enuncian expresamente la dimensión social derecho cuando disponen: “La actividad realizada por los servicios de comunicación audiovisual se considera una actividad de interés público, de carácter fundamental para el desarrollo sociocultural de la población por el que se exterioriza el derecho humano inalienable de expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas y opiniones(…)” . En este sentido la actividad desplegada por los medios de comunicación debe ser respetuosa de la exteriorización del derecho humano inalienable de expresar como así también de recibir difundir e investigar informaciones, ideas y opiniones. De este modo, la actividad que se le reconoce a los medios de comunicación debe garantizar no sólo la faz activa e individual del derecho –libertad de expresión–, sino además, la faz pasiva y colectiva – derecho a la información–. En segundo lugar, la ley al momento de determinar los derechos y obligaciones de los diferentes sujetos va haciendo referencia del sentido y alcance bifásico del derecho. A los medios de comunicación se les reconoce el derecho a la libertad de expresión; correlativamente, se reconoce a la sociedad el derecho de recibir todas las informaciones, ideas y opiniones expresadas por esos medios. Por su parte, el estado tiene la obligación de garantía de ambos derechos cuando enuncia en el art. 2: “(…) el Estado debe salvaguardar el derecho a la información, a la participación, preservación y desarrollo del Estado de Derecho, así como los valores de la libertad de expresión (…)” En tercer lugar, cuando la LDSCA regula los objetivos para los servicios de comunicación audiovisual en su art. 3 de su extensa lista, algunos de ellos se refieren expresamente a la concepción bidimensional en los siguientes términos: El inc. a) despeja toda duda acerca de la concepción de la libertad de expresión en el bloque de constitucionalidad federal de la siguiente forma: “La promoción y garantía del libre ejercicio del derecho de toda persona a investigar, buscar, recibir y difundir informaciones, opiniones e ideas, sin censura, en el marco del respeto al Estado de Derecho democrático y los derechos humanos, conforme las obligaciones emergentes de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y demás tratados incorporados o que sean incorporados en el futuro a la Constitución Nacional; (…)” En pocas palabras, en una primera lectura a la ley de servicios de comunicación audiovisual se puede afirmar que en los distintos aspectos que va regulando es respetuosa de la concepción bidimensional del derecho a la libertad de expresión– derecho a la información detectada en el marco constitucional. 6. Aspectos relevantes de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. 6.1 La conformación del mercado de medios y los tipos de prestadores Los prestadores que integran el nuevo mercado de medios se encuentra regulado por el art. 21 de la ley. Dicho artículo establece que los servicios de comunicación audiovisual serán operados por tres (3) tipos de prestadores: 1) de gestión estatal, 2) gestión privada con fines de lucro y 3) gestión privada sin fines de lucro.x Son titulares de este derecho: a) personas de derecho público estatal y no estatal; b) personas de existencia visible o de existencia ideal, de derecho privado con o sin fines de lucroxi. 6.2 El tope máximo de licencias Por su parte, la ley también regula la participación que cada prestador puede tener en el mercado de medios. En el artículo 45 establece la participación a través de un régimen de multiplicidad de licencias con tope máximo. El fundamento legal de regular este aspecto es garantizar los principios de diversidad, pluralidad y respeto por lo local; y con ello garantizar las limitaciones que genera la concentración de licenciasxii propiciado por la antigua regulación. En tal sentido, la participación se regula y conforma de la siguiente manera: Una persona de existencia visible o ideal podrá ser titular o tener participación en sociedades titulares de licencias de servicios de radiodifusión, sujeto a los siguientes límites: 1. En el orden nacional: a) Una (1) licencia de servicios de comunicación audiovisual sobre soporte satelital. La titularidad de una licencia de servicios de comunicación audiovisual satelital por suscripción excluye la posibilidad de ser titular de cualquier otro tipo de licencias de servicios de comunicación audiovisual; b) Hasta diez (10) licencias de servicios de comunicación audiovisual más la titularidad del registro de una señal de contenidos, cuando se trate de servicios de radiodifusión sonora, de radiodifusión televisiva abierta y de radiodifusión televisiva por suscripción con uso de espectro radioeléctrico; c) Hasta veinticuatro (24) licencias, sin perjuicio de las obligaciones emergentes de cada licencia otorgada, cuando se trate de licencias para la explotación de servicios de radiodifusión por suscripción con vínculo físico en diferentes localizaciones. La autoridad de aplicación determinará los alcances territoriales y de población de las licencias. La multiplicidad de licencias —a nivel nacional y para todos los servicios — en ningún caso podrá implicar la posibilidad de prestar servicios a más del treinta y cinco por ciento (35%) del total nacional de habitantes o de abonados a los servicios referidos en este artículo, según corresponda. 2. En el orden local: a) Hasta una (1) licencia de radiodifusión sonora por modulación de amplitud (AM); b) Una (1) licencia de radiodifusión sonora por modulación de frecuencia (FM) o hasta dos (2) licencias cuando existan más de ocho (8) licencias en el área primaria de servicio; c) Hasta una (1) licencia de radiodifusión televisiva por suscripción, siempre que el solicitante no fuera titular de una licencia de televisión abierta; d) Hasta una (1) licencia de radiodifusión televisiva abierta siempre que el solicitante no fuera titular de una licencia de televisión por suscripción; En ningún caso la suma del total de licencias otorgadas en la misma área primaria de servicio o conjunto de ellas que se superpongan de modo mayoritario, podrá exceder la cantidad de tres (3) licencias. 3. Señales: entendiéndose por señales al contenido empaquetado de programas producido para su distribución por medio de servicios de comunicación audiovisual. La titularidad de registros de señales deberá ajustarse a las siguientes reglas: a) Para los prestadores consignados en el apartado 1, subapartado "b", se permitirá la titularidad del registro de una (1) señal de servicios audiovisualesxiii; b) Los prestadores de servicios de televisión por suscripción no podrán ser titulares de registro de señales, con excepción de la señal de generación propia. Cuando el titular de un servicio solicite la adjudicación de otra licencia en la misma área o en un área adyacente con amplia superposición, no podrá otorgarse cuando el servicio solicitado utilice la única frecuencia disponible en dicha zona. 6.3 El plazo máximo de licencias y su prórroga La ley de servicios de comunicación audiovisual en el artículo 39 establece el plazo de la adjudicación de diez (10) años desde la fecha de la resolución de la AFSCA que autoriza el inicio de las emisiones regulares. Por su parte en el artículo siguiente regula que las licencias otorgadas serán susceptibles de prórroga por única vez por un plazo de diez (10) años previa celebración de audiencia pública realizada en la localidad donde se preste el servicio. Al mismo tiempo esas licencias serán controladas cada dos años, para evitar que con la incorporación de nuevas tecnologías -la digitalización- un licenciatario multiplique sus señales, generando un nuevo modo de concentración.xiv 6.4 La prórroga ya concedida en la vieja Ley de Radiodifusión Otro aspecto importante es cómo se interpreta en la nueva ley; la prórroga de las licencias ya concedidas por la “vieja” ley de radiodifusión. Este aspecto se encuentra regulado en la LSCA en el art. 158 que establece: “los actuales titulares de licencias legalmente otorgadas para explotar algunos de los servicios regulados por esta ley, que hayan obtenido renovación de licencia o prórroga, no podrán solicitar una nueva extensión de plazo por ningún título, quedando expresamente habilitados para participar en concursos y/o procedimientos de adjudicación de nuevas licencias.xv” 7. ¿Qué tipo de mercado garantiza la libertad de expresión-derecho a la información? Un mercado plural o un mercado concentrado De esta nueva regulación legal, comenzaron a generarse cambios y tensiones en el plano material de la administración de las licencias de los medios de comunicación y de la opinión pública. Por un lado, se manifestó un discurso a favor del periodismo independiente y de la libertad de expresión; y por el otro, uno a favor de medios de comunicación más democráticos donde otras voces son escuchadas consecuentemente se garantizaría una mejor libertad de expresión. Discursos que forman parte de la realidad que atraviesa Argentina y justificaron la relevancia del estudio. La situación fáctica planteada, fue la causa de un considerable accionar judicial entre los diferentes sujetos. Por un lado, los titulares de las licencias de medio de comunicación privadas; y por el otro, la administración estatal, representadas en el poder ejecutivo nacional a través de la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). Los primeros fundamentaron sus pretensiones, en la defensa del derecho a la libertad de expresión y la consecuente lesión a este derecho, si su derecho a la propiedad de las licencias fuera afectado por la ley, configurándose así, una censura indirecta. Y los segundos, pretendieron la defensa y ejecución de la ley de medios, como órgano responsable de su ejecución. Permitiendo con ello, el ejercicio de una libertad de expresión más democrática no hegemónica, que involucre a diferentes voces y así, garantizar la libertad de expresión. Ante la discusión sobre qué tipo de mercado de medios garantiza el derecho a la libertad de expresión. Si un mercado concentrado causado por la “vieja” Ley de Radiodifusión o si uno más plural propio de la “nueva” Ley de Servicios de Comunicación; pero que restringe coactivamente el número de licencias ya adquiridas por el antiguo mercado. Esta discusión quedó zanjada por el emblemático fallo de la Corte sobre la “Ley de Medios”. Así, se considera de suma importancia comprender cuál es la postura de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) en el derecho a la libertad de expresión a la hora de interpretar y aplicar la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual. Si la aplicación o no de la ley, es considerada una garantía al derecho a la libertad de expresión o si por el contrario, una censura indirecta por la quita de licencias por exceder el topo máximo legal. 8. La interpretación de la CSJN en materia de derecho a la libertad de expresión- derecho a la información en la aplicación de la ley de servicios de comunicación audiovisual 8.1 Consideraciones genéricas Las interpretaciones que se esbozaron sobre el sentido y alcance de las normas que regulan el actual mercado de licencias de los medios de comunicación han sido de las más contradictorias y opuestas. En consecuencia, como interprete máximo de las leyes, la Corte Suprema permitirá superar la discusión en torno a la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en relación al derecho a la libertad de expresión- derecho a la información. Para ello, se hará un análisis de la sentencia sobre la “Ley de Medios”xvi de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es importante aclarar que se analizará xvii específicamente el fallo y no, la jurisprudencia de la Cortexviii. 8.2 Caso Grupo Clarín y otros c. Poder Ejecutivo Nacional y otros s/acción meramente declarativa. 8.1.1 Hechos El grupo económico titular de licencias de servicios de comunicación audiovisual representado por Grupo Clarín S.A., Arte Radiotelevisivo S.A., Cablevisión S.A., Multicanal S.A., Radio Mitre S.A. y Teledigital Cable S.A. interpuso la acción declarativa de inconstitucionalidad con el objeto de declarar la inconstitucionalidad de los artículos 41, 45, 48 segundo párrafo, 161 y concordantes de la ley de servicios de comunicación audiovisual Nº 26522 y la inaplicabilidad de dichas disposiciones respecto de las licencias y señales de las que resultaban ser titulares al momento de promulgarse la norma. El juez de primera instancia rechazó la demanda. Contra dicho pronunciamiento el litisconsorcio actor, el Estado Nacional y la AFSCA, interpusieron sendos recursos de apelación. La Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Civil y Comercial declaró la inconstitucionalidad del art. 45 apartado 1, inc. c y párrafo final; art. 45 apartado 2 incs. c y d, y párrafo final; art. 45 apartado 3 en su totalidad; y el art. 48 segundo párrafo. Que contra dicho pronunciamiento de la Cámara interpusieron recursos las partes. La Cámara se pronunció sobre la admisibilidad de los recursos extraordinarios deducidos por el Estado Nacional y por la AFSCA. Por el mismo pronunciamiento, la alzada concedió los recursos extraordinarios promovidos por Cablevisión. En la instancia extraordinaria, la CSJN declaró por mayoría, que la norma es constitucional. 8.1.2 Las pretensiones iniciales de las partes El Grupo Clarín expresó que el art. 41 afecta la libertad del comercio y el derecho de propiedad, al prohibir sin fundamento alguno la libre disponibilidad de acciones o cuotas partes de las sociedades titulares de licencias, así como la transferencia de éstas. Por su parte, el art. 45 establece un régimen de multiplicidad de licencias cuyos límites desbaratan la sustentabilidad operativa y económica de la empresa y, en consecuencia, estas restricciones afectan directamente la independencia de las demandantes así como la libertad de prensa y expresión que les asegura la Constitución Nacional. Además, sostuvo que el art. 161 obliga a desprenderse de activos estratégicos en el irrisorio plazo de un año, provocando un gravísimo e irreparable daño patrimonial. Sostuvieron que sus licencias, después de ser prorrogadas por diez años por decreto de necesidad y urgencia 527/05- ratificado por Cámara de Senadores- vencen casi a fines de la década 2020, por lo que proyectaron planes de negocios que incluye enormes inversiones. La norma impugnada desconoce la situación, perjudica la titularidad, sin ofrecer indemnización alguna obligándolas a vender activos vitales en el exiguo plazo de un año a precio vil a quienes gocen del beneplácito de la autoridad de aplicación. Arguyeron que el segundo párrafo del artículo 48 es inconstitucional, pues configura una amenaza para sus derechos adquiridos que cuentan con tutela constitucional, al negarle la posibilidad de invocarlos frente a arbitrariedades actuales o futuras. El Estado Nacional a su oportunidad contestó la demanda. Entre sus pretensiones en síntesis expresó que el vínculo jurídico que une a un licenciatario con su licencia es de carácter administrativo y no se asemeja al derecho de propiedad sino que se trata del otorgamiento temporal de un privilegio, sometido a estrictas condiciones, que en modo alguno puede generar un derecho adquirido a favor de quien lo detenta. Respecto de las licencias de servicios complementarios cuya titularidad invocan Cablevisión S.A., Multicanal S.A., y Teledigital S.A., expresó que mediante resolución 557-COMFER-09 se denegó el pedido de fusión por absorción solicitado por la primera de aquellas empresas, con sustento en que infrinja lo dispuesto por el art. 43 inc. b de la Ley de Radiodifusión Nº 22285. En función de ello, postuló que la actora no sólo no era titular de las licencias invocadas sino que tampoco pudo serlo con arreglo al régimen anterior. Sostuvo que las afirmaciones de la actora relativas a que el régimen de multiplicidad de licencias es irrazonable desde el punto de vista económico y de defensa de la competencia, carecen de sentido. Adujo que no media lesión a la libertad de comercio, debido a su naturaleza, no son susceptibles de comercialización ni pueden ser objeto de propiedad. Con respecto al artículo 161 de la ley 26522, expresó que el plazo de un año previsto por aquel precepto feneció el 9 de setiembre de 2011, en virtud de lo dispuesto por la resolución 297-AFSCA-10, por lo que todo daño originado por la norma sólo podría haberse configurado –por vía de hipótesis- a partir de esa fecha. 8.1.3 La decisión de la Corte La Corte decidió por mayoría la constitucionalidad de las normas cuestionadas de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522. El fallo se conforma según los votos de los jueces Lorenzetti y Highton (en forma conjunta), Petracchi (según su voto), Argibay (en disidencia parcial), Maqueda (en disidencia parcial) y Zaffaroni (por su voto). Se declara constitucional el art. 41 de la ley 26522 por mayoría, según los votos de los ministros: Lorenzetti, Highton, Maqueda y Argibay. En cuanto sujeta la transferencia de licencias a la autorización estatal y establece limitaciones a la enajenación. Se declara constitucional el art. 45 por mayoría de los ministros Lorenzetti, Highton, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni. En relación al ap. 1, inc. c) (24 licencias de cable); ap. 1, párr. final (35% del total de habitantes o abonados); ap. 1, inc. b) (no permite ser titular de más de una señal de contenidos); ap. 2, incisos c y d (licencia de cable o 1 licencia de TV abierta en orden local); ap. 2, párr. final (3 licencias locales); ap. 3, en su totalidad (1 señal de contenido para titulares de licencias de radio y tv abierta y 1 señal propia para los titulares de licencias de cable). Se declara constitucional las limitaciones previstas en el art. 45 por lo cual deben desprenderse de las licencias y registros que exceden dichos límites Se declara constitucional el art. 161 por mayoría de los ministros Lorenzetti, Highton, Petracchi y Zaffaroni. En lo atinente al plazo de adecuación a la ley de servicios de comunicación audiovisual; cuyo plazo es constitucional y como tal ya se encuentra vencido. Y respecto la última norma cuestionada, el art. 48, segundo párr. fue declarada constitucional por mayoría de los ministros: Lorenzetti, Highton, Petracchi, y Zaffaroni. En cuanto, el régimen de multiplicidad de licencias previsto en esta ley no podrá alegarse como derecho adquirido. 8.1.4 Los principales argumentos En un primer momento la Corte hace referencia al marco constitucional en el que se sitúa el conflicto. A tal fin, realizó consideraciones sobre la dimensión individual y colectiva de la libertad de expresión y sobre el rol que debe asumir el Estado en cada supuesto –específicamente en materia regulatoria- para garantizar su efectiva vigencia. En segundo lugar, argumentó que la libertad de expresión puede lesionarse directa e indirectamente y se determinará si en el caso se encuentra comprometida la libertad de expresión del Grupo Clarín, para lo cual se realizaron ciertas consideraciones sobre el criterio utilizado por esta Corte en el leading case “Editorial Rio Negro”. En tercer lugar, la Corte fijó un estándar de escrutinio constitucional que corresponde utilizar para el control de cada uno de los artículos cuestionados, examinándose los requisitos que hacen a su razonabilidad. Analizando los arts. en el siguiente orden: 45, 161, y 41. La CSJN identifica los derechos, que según las partes, se encuentran en conflicto. Las posiciones de las partes conducen a analizar el derecho a la libertad de expresión desde sus dos dimensiones: la individual y la colectiva. Citando a la Corte Interamericana de Derechos Humanos expresa que la libertad de expresión tiene una dimensión individual y otra social. Dicha expresión requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo; pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno. Que en su faz individual el derecho a la libertad de expresión es el derecho personal que tiene todo individuo a hacer público, a trasmitir, a difundir y a exteriorizar – o no hacerlo- sus ideas, opiniones, creencias, críticas, etc. a través de cualquier medio (conf. Germán Bidart Campos, Tratado elemental de derecho constitucional argentino, Ediar, tomo I, pag. 271 y ss) Que desde esta visión, la libertad de expresión se constituye en la exteriorización de la libertad de pensamiento a través de la cual se promueve la autonomía personal y el desarrollo de quien la ejerce como individuo libre. Entendida de este modo – como facultad de autodeterminación- el ejercicio de la libertad de expresión admite una casi mínima actividad regulatoria estatal. Que en su faz colectiva –aspecto que promueve la ley impugnada- la libertad de expresión es un instrumento necesario para garantizar la libertad de información y la formación de la opinión pública. Desde este punto de vista, la libertad de expresión se constituye en una piedra angular de la existencia misma de una sociedad democrática (OC 5/85, párrafo 70) como sistema de autodeterminación colectiva por el cual los individuos toman las decisiones que fijan las reglas, principios y políticas públicas que regirán el desenvolvimiento de la sociedad política. Como lo ha manifestado la Corte de los Estados Unidos: “se trata de la esencia misma del autogobierno” (Garrison v. Lousiana”, 379 U.S. 64, 1964). La Corte en reiterada jurisprudencia dijo también que la libertad de expresión no sólo atañe al derecho individual de emitir y expresar el pensamiento sino incluso al derecho social de información de los individuos que viven en un estado democrático (doctrina de fallos: 306:1892; 310:508). Que de esta perspectiva el debate democrático exige el mayor pluralismo y las más amplias oportunidades de expresión de los distintos sectores representativos de la sociedad. De lo contrario, no existirá un verdadero intercambio de ideas, lo que generará como consecuencia directa un empobrecimiento del debate público afectando las decisiones que se tomen de manera colectiva. La libertad de expresión, desde esta visión, se constituye fundamentalmente en precondición del sistema democrático. La Corte IDH citada por la CSJN ha manifestado que la libertad de expresión resulta “condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada (…), una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre” (OC 5/85, párr. 70), y que los medios de comunicación en una sociedad democrática son verdaderos instrumentos de la libertad de expresión y no vehículos para restringirla, razón por la cual es indispensable que recojan las más diversas informaciones y opiniones (caso, “Ivcher Brosteín”, párr. 149). Que para lograr este objetivo resulta necesario garantizar el acceso igualitario de todos los grupos y personas a los medios masivos de comunicación o, más exactamente, como lo ha manifestado el tribunal interamericano en la ya citada OC 5/85 “que no haya individuos o grupos que, a priori, estén excluidos del acceso a tales medios”, lo que exige “ciertas condiciones respecto de éstos, de manera que, en la práctica, sean verdaderos instrumentos de esa libertad y no vehículos para restringirla. Son los medios de comunicación social los que sirven para materializar el ejercicio de la libertad de expresión, de tal modo que sus condiciones de funcionamiento deben adecuarse a los requerimientos de esa libertad” (párr. 34). Que a diferencia de los que sucede con la libertad de expresión en su dimensión individual donde –como se dijo- la actividad regulatoria del estado es mínima, la faz colectiva exige una protección activa por parte del estado, por lo que su intervención aquí se intensifica. Los medios de comunicación tienen un rol relevante en la formación del discurso público, motivo por el cual el interés del Estado en la regulación resulta incuestionable. Ello es así, en tanto “en la sociedad actual, los medios de comunicación masiva, como la televisión, radio y prensa, tienen un innegable poder en la formación cultural, política, religiosa, etc. de todos los habitantes. Si estos medios son controlados por un reducido número de individuos, o bien por sólo uno, se está, de hecho, creando una sociedad en donde un reducido número de personas, ejercen el control sobre la información, y directa o indirectamente, la opinión que recibe el resto de las personas. Esta carencia de pluralidad en la información es un serio obstáculo para el funcionamiento de la democracia. La democracia necesita del enfrentamiento de ideas, del debate, de la discusión. Cuando este debate no existe o está debilitado debido a que las fuentes de información son limitadas, se ataca directamente el pilar principal del funcionamiento democrático” (Declaración de principios sobre Libertad de Expresión, aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en octubre de 2000, principio 12, punto 55). Que en este marco, el estado puede optar por la forma que estime adecuada para promover las oportunidades reales de expresión por parte de los ciudadanos y robustecer, así, el debate público. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha apuntado que “en los términos amplios de la Convención, la libertad de expresión se puede ver también afectada sin la intervención directa de la acción estatal. Tal supuesto podría llegar a configurarse, por ejemplo, cuando por efecto de la existencia de monopolios u oligopolios en la propiedad de los medios de comunicación, se establecen en la práctica, medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones (OC 5/85, párrafo 56). Que una de las formas que el estado podría elegir para asegurar el debate libre y robusto sería la de dejar librado al mercado el funcionamiento de los medios de comunicación e intervenir a través de las leyes que defienden la competencia cuando se produzcan distorsiones –como las formaciones monopólicas u oligopólicas, abuso de posición dominando, etc. que afecten la pluralidad de voces. Bajo este sistema, el estado – a través de la autoridad competente- podría castigar a aquellos actos o conductas que se constituyen en prácticas restrictivas de la competencia y que pueden resultar perjudiciales a la libertad de expresión en su faz colectiva. Este sistema supone la intervención a posteriori de la autoridad pública, la que trabajará caso por caso para ir corrigiendo las distorsiones que afectan el objetivo buscado. Que otra forma que tiene el estado de asegurar el mayor pluralismo en la expresión de ideas es a través de la sanción de normas que a priori organicen y distribuyan de manera equitativa el acceso de los ciudadanos a los medios masivos de comunicación. En este supuesto, le corresponde al estado decidir cuáles serán las pautas que considera más adecuadas para asegurar el debate público y el libre y universal intercambio de ideas. Desde este punto de vista, la política regulatoria tiene por fundamento garantizar la pluralidad y diversidad de voces que el sistema democrático exige. Que la libertad de expresión en su faz individual puede lesionarse de manera directa o indirecta. Sobre esta última, la Convención Americana de Derechos Humanos establece, en su art. 13.3 “no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”. El modo indirecto de lesionar la libertad de expresión es el que interesa en el caso, dados los términos en que ha sido planteada la cuestión por la actora, cuando sostiene que la ley, al afectar la sustentabilidad económica del grupo, viola su libertad de expresión. En el leadind case “Editorial Rio Negro S. A. c/ Neuquén”, esta Corte ha señalado que los actos indirectos son, en particular, aquellos que se valen de medios económicos para limitar la expresión de ideas. Que el criterio expuesto no resulta aplicable a esta causa. En efecto, a diferencia de lo acontecido en el caso “Editorial Rio Negro” en el que, según se expresó, existían medidas discriminatorias tomadas por el estado contra el medio actor. En el sub lite la ley en cuestión regula el mercado de medios de comunicación sin efectuar distinción alguna respecto a los sujetos alcanzados por sus disposiciones. En otros términos, la ley 26522 no establece reglas dirigidas a afectar a un sujeto o alguna clase de sujetos y no a otros. Por el contrario, promueve la libertad de expresión en su faz colectiva estableciendo límites iguales a todos los titulares de licencias. Que a tal fin la actora argumentó que la ley –especialmente el régimen de multiplicidad de licencias impuesto por el artículo 45- afecta su libertad de expresión porque priva a su parte de sustentabilidad operativa y económica. Que no se encuentra probado en autos que la adecuación del Grupo Clarín al régimen de licencias previsto en la ley ponga en riesgo, desde un punto de vista económico u operativo, la subsistencia del grupo ni de cada una de las empresas que lo integran. Que de las consideraciones precedentes llevan a concluir que de acuerdo con las constancias de la causa, en el caso no se encuentra afectado el derecho a la libertad de expresión del Grupo Clarín, en tanto no ha sido acreditado que el régimen de licencias que establece la ley ponga en riesgo sus sustentabilidad económica. En el presente caso, se evalúa una ley general que promueve la libertad de expresión en su faz colectiva y no genera diferencia alguna entre sus destinatarios. De ahí que, en casos como el presente, la violación indirecta a la libertad de expresión requiere la afectación de la sustentabilidad económica de la empresa. 8.1.5 La constitucionalidad de las normas cuestionadas 8.1.5.1 El artículo 45 ley 26522 El art. 45 de la ley que regula el límite máximo de licencias por prestador es avaluado por la Corte con el principio de razonabilidad. Evalúa si el medio escogido por el legislador resulta idóneo para alcanzar los fines que se propone y si la restricción que conlleva guarda proporción con los beneficios que se derivan de aquellos fines. En cuanto a los medios escogidos por el legislador, el art. 45 establece límites a la cantidad de licencias y registros de servicios audiovisuales en cabeza de una misma persona, sea en forma directa o a través de la participación en sociedades titulares de licencias o registros. Que tales limitaciones previstas en el art. 45 implican que la actora deberá desprenderse de las licencias y registros que exceden los límites. Con relación a los fines de la norma, las mencionadas restricciones persiguen como objetivos centrales fomentar la libertad de expresión como bien colectivo y preservar el derecho a la información de todos los individuos. En palabras de la ley, lo que se busca es garantizar los principios de diversidad pluralidad y respeto por lo local. En criterio de la Corte, no se requiere un mayor esfuerzo expositivo para concluir que las medidas en cuestión resultan idóneas para cumplir los objetivos mencionados en tanto las restricciones contenidas en el art. 45 a la cantidad de licencias y registros aparecen como apropiadas para permitir la participación de un mayor número de voces. Es evidente que a través de la limitación de la cantidad de licencias y registros a todos los operadores de medios se podría evitar la concentración y ello permitiría una mayor participación y diversidad de opiniones. No debe perderse de vista que el régimen de multiplicidad de licencias que impugna la actora surge de la propia ley y no de un acto emanado de la autoridad administrativa, ley que, además, ha sido precedida de numerosos proyectos durante los últimos treinta años, fue debatida ampliamente dentro y fuera del Congreso y finalmente sancionada por una importante mayoría de legisladores, representantes de numerosas corrientes políticas. Por otra parte, el espíritu de la ley es coherente con el derecho de los consumidores a la información y con la defensa de la competencia. El primer derecho previsto en el art. 42 de la CN, favorece el acceso de voces plurales. La defensa de la competencia, que está previsto como derecho de incidencia colectiva en el artículo 43 CN, importa la regulación del mercado para evitar la constitución de monopolios y el abuso de posición dominando, ya que, en ambos casos, se perjudica a la población. El principio es que en un modelo de mercado perfecto cuanto más oferentes existan, más competencia habrá, mejorarán los precios y la calidad de los productos, y los consumidores recibirán los beneficios. En cambio si hay pocos oferentes con capacidad de imponer sus decisiones en un mercado relevante, podrán aumentar los precios o disminuir la calidad, perjudicando a los usuarios. En la medida en que las ideas y la información constituyen bienes que se difunden a través de los medios de comunicación, si hay concentración, sólo algunas ideas o algunas informaciones llegarán al pueblo, perjudicando seriamente el debate público y la pluralidad de opiniones. En razón de los argumentos precedentes de la CSJN concluye que se encuentran cumplidos los requisitos para reconocer la validez constitucional al art. 45 de la ley. 8.1.5.2 El artículo 161 de la ley 26522 La CSJN, en segundo lugar, examina las normas contenidas en el artículo 161 de la ley 26522 denominado “adecuación”, el que dispone: “Los titulares de licencias de los servicios y registros regulados por esta ley, que a la fecha de su sanción no reúnan o no cumplan los requisitos previstos por la misma, o las personas jurídicas que al momento de entrada en vigencia de esta ley fueran titulares de una cantidad mayor de licencias, o con una composición societaria diferente a la permitida, deberán ajustarse a las disposiciones de la presente en un plazo no mayor a un (1) año desde que la autoridad de aplicación establezca los mecanismos de transición. Vencido dicho plazo serán aplicables las medidas que al incumplimiento —en cada caso— correspondiesen. Al solo efecto de la adecuación prevista en este artículo, se permitirá la transferencia de licencias. Será aplicable lo dispuesto por el último párrafo del artículo 41.” La Corte se expide sobre el art. 161 en dos aspectos: los derechos adquiridos y la brevedad del plazo de adecuación. En relación al aspecto de los derechos adquiridos, no es está en presencia de un caso de expropiación por razones de utilidad pública, ni de revocación de actos administrativos por motivos de oportunidad, mérito o conveniencia, ni del rescate de un servicio público. Se trata de un sistema de desinversión por el cual los sujetos alcanzados por la ley se encuentran obligados a adecuarse al nuevo régimen legal en materia de multiplicidad de licencias y, en consecuencia, deben transferir dentro de un plazo todas aquellas que resulten necesarias para ajustarse al límite actualmente dispuesto por la norma. En relación a los derechos adquiridos que alega el grupo actor es doctrina de la Corte que nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento de un régimen jurídico (Fallos: 267:247; 308:199; entre muchos otros). Sostener que existen relaciones jurídicas que resulten insusceptibles de modificación implicaría sobreponer el interés privado de un particular por encima del interés de la comunidad, lo cual resulta inadmisible y contrario al texto constitucional (art. 17). La existencia de derechos adquiridos en ningún modo puede eximir a un sujeto del cumplimiento de un nuevo régimen normativo. Sobre la naturaleza jurídica de las licencias de radiodifusión la Corte expresó que las mismas integran el concepto constitucional de propiedad, que comprende todos los intereses apreciables que el hombre puede poseer fuera de sí mismo, de su vida y su libertad (Fallos, 145:307). En caso que nuevas normas causen perjuicios patrimoniales que no encuentran la condigna reparación en el sistema establecido, pues en tales supuestos el menoscabo económico causado origina el derecho consiguiente para obtener una indemnización como medio de restaurar la garantía constitucional vulnerada. En la regulación de la ley 26522, el legislador contemplo una forma de compensar la restricción al derecho de propiedad como modo de paliar las consecuencias negativas que la aplicación de la nueva legislación pudiera generar, en la medida en que el sistema de desinversión previsto permite que los titulares de licencias transfieran a un tercero las que tengas en exceso y obtengan a cambio un precio. Esta posibilidad de obtener un precio se extiende a los distintos casos contemplados en el Decreto Reglamentario 1225/10 y en la resolución 297/2010 dictada por la AFSCA, estos son transferencia voluntaria, oferta por la AFSCA, y transferencia de oficio. Por lo demás, la Corte advierte, que cualquier eventual perjuicio que pudiera sufrir el licenciatario como consecuencia de este proceso de desinversión podría ser reclamado con fundamento en los principios de responsabilidad del Estado por su actividad lícita (Fallos, 328:2654). Por los argumentos antes expuestos la Corte desestima el reconocimiento de derechos adquiridos sobre las licencias de radiodifusión que justifiquen la aplicación de una tutela inhibitoria a favor de los titulares de licencias. Con relación al cuestionamiento del plazo en razón de su brevedad, más allá de los inconvenientes operativos y de los eventuales e hipotéticos perjuicios patrimoniales invocados por la actora, no surge ningún elemento concreto que permita sostener ni justificar de algún modo la declaración de inconstitucionalidad del plazo de un año previsto en la ley. Que es importante advertir que el plazo de un año previsto en la norma venció el 28 de diciembre de 2011 (fallos, 333:1885 y 335:705). De ahí que, además de los argumentos que conducen a la constitucionalidad del plazo, no puede dejar de valorarse que ya han transcurrido casi dos años desde su vencimiento, lo cual justifica que el artículo 161 de la ley resulte plenamente aplicable, con la aclaración de que el plazo de un año allí se previsto se encuentra vencido. 8.1.5.3 El artículo 41 de la ley 26522 El artículo 41 denominado “transferencia de las licencias” establece que: “las autorizaciones y licencias de servicios de comunicación audiovisual son intransferibles. Excepcionalmente se autoriza la transferencia de acciones o cuotas partes de las licencias luego de cinco (5) años de transcurrido el plazo de la licencia y cuando tal operación fuera necesaria para la continuidad del servicio (…)” La norma transcripta consagra, como principio, la intransferibilidad de las licencias de servicios de comunicación audiovisual. Sin perjuicio de ello, autoriza excepcionalmente su transferencia luego de transcurridos cinco años desde su adjudicación, cuando la operación fuera necesaria para la continuidad del servicio, siempre que los titulares originales retengan al menos el 50% de la voluntad social. La transferencia en tales casos, está sujeta a la previa aprobación de la autoridad de aplicación. Al considerar a la comunicación audiovisual como una actividad social de interés público, el principio de la transferibilidad brinda especial importancia al carácter intuitu personae del titular de la licencia, constituyéndose en un medio adecuado para la consecución del fin social que persigue. Cabe resaltar que las licencias son otorgadas luego de un análisis de las condiciones económicas, técnicas y jurídicas de los solicitantes. 8.1.6 Los votos de los ministros 9.2.6.1 El voto del ministro Patracchi En un mercado que está altamente concentrado, las restricciones a la concentración de la propiedad de los medios audiovisuales aparecen como necesarias a fin de lograr la diseminación más amplia posible de la información de fuentes diversas y antagónicas, es que la propiedad conlleva el poder de seleccionar, editar y elegir los métodos, manera y énfasis de la presentación, por lo que, en principio, es posible pensar que permitir un único actor dominar la oferta mediática, o al menos, preponderar en forma decisiva, habrá de representar una amenaza potencias a los intereses de los consumidores y del pluralismo. Cuando la concentración empresarial supera ciertos límites puede afectar la efectiva libertad de comercio por dominio del mercado, pero cuando la concentración se produce en el “mercado de información” ella puede restringir la libertad de expresión y el derecho a la información de la sociedad. Quien se vea afectado en sus derechos adquiridos frente a normas generales puede reclamar judicialmente la reparación que legalmente le corresponda en virtud de la garantía constitucional de propiedad, lo que debe entenderse como el reflejo de la regla jurisprudencial conforme la cual nadie tiene derecho al mantenimiento de un régimen jurídico. 8.1.6.2 El voto del ministro Dr. Zaffaroni Ningún estado responsable puede permitir que la configuración cultural de su pueblo quede en manos de monopolios u oligopolios, pues con ello estaría renunciando a cumplir con los más altos y primarios objetivos que le señala la Constitución, que determinan su efectiva vigencia y hacen que sus palabras sean ella misma de conformidad con su contexto. La homogeneización de la cultura a través de la monopolización de los medios audiovisuales sería la destrucción del pluralismo, como lo es cualquier uniformización por definición antípoda de la igualdad republicana y democrática, en tanto el derecho a ser diferente quedaría a merced de los intereses pecuniarios –o de cualquier otro ordende los grupos económicos dominantes. Permitir la centralización de los medios audiovisuales, renunciando a una regulación razonable –que puede discutirse o ser todo lo perfectible que se quiera- en estos tiempos de revolución comunicacional y, más aún, con nuestras características, sería simple y sencillamente un suicidio cultural. 8.1.6.3 La disidencia parcial del ministro Dr. Maqueda El artículo 48 de la ley 26522 es inconstitucional, en cuento establece un régimen de multiplicidad de licencias de servicios de comunicación audiovisual no podrá alegarse como derecho adquirido, pues existe un derecho subjetivo digno de protección de quienes, a partir de la expresa conformidad del Estado. Tanto el otorgamiento y prórroga de las licencias reconocidas por el Estado al grupo económico accionante bajo el régimen de la ley de radiodifusión anterior, se deriva con claridad de la existencia de un derecho adquirido, entendido aquel, como el que ha sido definitivamente incorporado al patrimonio de una persona y que, como tal está amparado por los arts. 14 y 17 CN. La asignación de las licencias de servicios de comunicación audiovisual, es evidente que, tanto en el momento del otorgamiento como durante el plazo de su duración, dichas autorizaciones deben estar rodeadas de las mayores garantías posibles, pues, en definitiva, de esa forma se previenen intervenciones o restricciones de la libre expresión. Las normas constitucionales que autorizan la regulación estatal del mercado audiovisual no pueden entenderse como una facultad del congreso para desconocer los derechos de los administrados, pues, de admitirse esa posibilidad, el estado lograría afectar la garantía de propiedad privada y de libertad de expresión establecida a favor de la actora. 8.1.6.4 La disidencia parcial de la ministra Dra. Argibay La cancelación por el gobierno de las licencias para la operación de medios de comunicación, fundada en razones de oportunidad y conveniencia que es presupuesto para la operatividad del art. 161 de la ley 26522, restringe la libertad de expresión que se ejercita a través de los medios de comunicación que opera el grupo económico de la actora y dicha restricción no ha sido válidamente justificada y por ello no puede ser convalidada judicialmente. La ejecución del esquema contenido en el art. 45 de la ley 26522 deberá esperar el vencimiento de cada una de las licencias otorgadas o en su caso, su cancelación por motivos atribuibles al licenciatario. 8.1.6.5 La disidencia del ministro Dr. Fayt Es objetable la validez constitucional del art. 41 de la ley en la medida que prohíbe la transferencia de licencias de servicios de comunicación audiovisual, pues, un rasgo distintivo del derecho de dominio es la potestad que tiene el titular de disponer del objeto sobre el que recae. El artículo 45 de la ley 26522 son normas restrictivas de los derechos del grupo económico titular de licencias, importan una restricción indebida de la autoridad pública en el ámbito de la privacidad que resguarda el art. 19, primera parte, CN. Las limitaciones contenidas en el art. 45 ap. 2 incs. a y b de la ley 26522 solo encontrarían amparo constitucional si fueran resarcidos los perjuicios que su implementación ocasione en los derechos de los actuales licenciatarios de servicios de comunicación audiovisual, de conformidad con las reglas que rigen la responsabilidad del estado por los daños derivados de su actividad lícita. 9. Conclusión A lo largo la presente ensayo se ha trabajado sobre el contenido y alcance de la libertad de expresión en relación al mercado de licencias de comunicación audiovisual. En primer lugar, se realizó un estudio y análisis del derecho, y aspectos más relevantes a la luz de la ley de servicios de comunicación audiovisual N° 26.522. A continuación, se consideró la interpretación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en torno a la libertad de expresión y la constitucionalidad de los aspectos más controvertidos en la ley de servicios de comunicación audiovisual en el famoso “fallo de la ley de medios”. El criterio de la Corte se resume en los siguientes argumentos: Respecto al contenido a la libertad de expresión, interpreta en el mismo sentido a la Corte Interamericana de Derecho Humanos. Así la libertad de expresión tiene una dimensión individual y otra social. Dicha expresión requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo; pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno. Que en su faz colectiva –aspecto que promueve la ley impugnada- la libertad de expresión es un instrumento necesario para garantizar la libertad de información y la formación de la opinión pública. Desde este punto de vista, la libertad de expresión se constituye en una piedra angular de la existencia misma de una sociedad democrática. Respecto al artículo 45 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que establece límites a la cantidad de licencias y registros de servicios audiovisuales en cabeza de una misma persona. La Corte declara la constitucionalidad de la norma. Porque a través de la limitación de la cantidad de licencias y registros a todos los operadores de medios se podría evitar la concentración y ello permitiría una mayor participación y diversidad de opiniones. Por otra parte, el espíritu de la ley es coherente con el derecho de los consumidores a la información y con la defensa de la competencia. El primer derecho previsto en el art. 42 de la CN, favorece el acceso de voces plurales. La defensa de la competencia, que está previsto como derecho de incidencia colectiva en el artículo 43 CN, importa la regulación del mercado para evitar la constitución de monopolios y el abuso de posición dominando, ya que, en ambos casos, se perjudica a la población. El principio es que en un modelo de mercado perfecto cuanto más oferentes existan, más competencia habrá, mejorarán los precios y la calidad de los productos, y los consumidores recibirán los beneficios. En cambio si hay pocos oferentes con capacidad de imponer sus decisiones en un mercado relevante, podrán aumentar los precios o disminuir la calidad, perjudicando a los usuarios. En la medida en que las ideas y la información constituyen bienes que se difunden a través de los medios de comunicación, si hay concentración, sólo algunas ideas o algunas informaciones llegarán al pueblo, perjudicando seriamente el debate público y la pluralidad de opiniones. En relación al artículo 161 de la ley que obliga a la adecuación y a su plazo de un año para realizarlo, la Corte argumenta en dos sentidos: los derechos adquiridos y la brevedad del plazo de adecuación. En relación a los derechos adquiridos que alega el grupo actor es doctrina de la Corte que nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento de un régimen jurídico (Fallos: 267:247; 308:199; entre muchos otros). Sostener que existen relaciones jurídicas que resulten insusceptibles de modificación implicaría sobreponer el interés privado de un particular por encima del interés de la comunidad, lo cual resulta inadmisible y contrario al texto constitucional. En relación al plazo de un año que enuncia la ley, advierte que el plazo de un año previsto en la norma venció el 28 de diciembre de 2011 (fallos, 333:1885 y 335:705). Sin embargo, al momento del dictado de la resolución, ya había transcurrido casi dos años desde su vencimiento, lo cual justifica que el artículo 161 de la ley resulte plenamente aplicable, con la aclaración de que el plazo de un año allí se previsto se encuentra vencido. Respecto al artículo 41 sobre la calidad intransferible de las licencias la Corte considera que la comunicación audiovisual como una actividad social de interés público, el principio de la transferibilidad brinda especial importancia al carácter intuitu personae del titular de la licencia, constituyéndose en un medio adecuado para la consecución del fin social que persigue. Cabe resaltar que las licencias son otorgadas luego de un análisis de las condiciones económicas, técnicas y jurídicas de los solicitantes. i [ ] BIDART CAMPOS, GERMÁN Manual de la constitución reformada, Bs. As, Ed. Ediar, 1998. t. II pág. 17. ii [ ] SAGÜÉS, NÉSTOR PEDRO Manual de Derecho Constitucional Bs. As. Ed. ASTREA, 2007 pág. 692. iii [ ] CONSTITUCIÓN NACIONAL, Constitución de la Nación Argentina, Bs. As., Ed. La Ley, 2008. p. 3. iv [ ] El derecho a la libertad de expresión tiene recepción constitucional en función de los arts. 75 inc. 22 y 31 CN en los tratados internacionales de derechos humanos. Entre ellos, en el artículo 19 de Declaración Universal de Derecho Humanos (DUDH); artículo 19.1 en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP); en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH). v [ ] La Organización de Estados Americanos (OEA) es una organización internacional de carácter gubernamental. En su seno ha desarrollado un sistema interamericano de derechos humanos que tiene por objeto la protección de los derechos humanos focalizando mecanismos de protección de los derechos humanos contra las violaciones de los estados miembros del sistema. La implementación de los mecanismos de protección ha habilitado la actuación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La primera tiene la función principal de llevar adelante procesos judiciales internacionales contra los estados miembros de OEA denunciados de la violación de derechos humanos. Mientras que la Comisión de Derechos Humanos tiene por función realizar observaciones, informes y someterlos ante la Asamblea General de OEA. En función de la actuación de estos órganos se manifiesta la interpretación del sentido y alcance de las disposiciones que conforman la Carta de OEA. Y en consecuencia, forman una fuente de interpretación fundamental. vi [ ] OPINIÓN CONSULTIVA 5/85 SOBRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Disponible en URL: <http://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_05_esp.pdf> vii [ ] Ibíd. pág. 10 [viii] LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL N° 26.522. <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/155000-159999/158649/norma.htm> 28/5/2014. Disponible en URL: Fecha de consulta: ix [ ] Anteriormente el mercado de medios de comunicación estaba regulado por la “vieja” Ley de Radiodifusión Nº 22.258 del año 1980 dictada por el Poder Ejecutivo Nacional en un gobierno de facto. Esta regulación es considerada el antecedente inmediato a la actual Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522. x [ ] La actual conformación del mercado de medios según los tipos de prestadores es más amplia en comparación al mercado de medios anterior. Antes con la regulación de la Ley de Radiodifusión podían ser prestadores únicamente según su artículo 8 las personas físicas o jurídicas titulares de licencias de radiodifusión, adjudicadas de acuerdo con las condiciones y los procedimientos establecidos por esta Ley; y el estado Nacional, los estados provinciales o las municipalidades, en los casos especialmente previstos por la ley. Ahora, con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se puede apreciar una extensión de quiénes pueden ser los prestadores, admitiendo a la gestión privada sin fines de lucro y a las personas de derecho público no estatal. Esto permitiría el acceso a los medios de comunicación a sujetos que antes no estaban autorizados como los cultos religiosos, las sociedades de fomento, las mutuales, las asociaciones civiles, los sindicatos y otros participantes de la vida cultural y comunitaria. [xi] LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL N° 26.522. <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/155000-159999/158649/norma.htm> 28/5/2014. Disponible en URL: Fecha de consulta: [xii] Ídem. xiii [ ] Ídem. xiv [ ] La nueva ley establece una reducción del plazo de las licencias en comparación a la ley de radiodifusión. En esta ley, establecía en el artículo 41 que se adjudicaban por un plazo de 15 años con posibilidad de prorrogar por 10 años más. Por su parte si la licencia se ubica en una zona que requiere de fomento o frontera se otorgaran por un plazo de 20 años. [xv] LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL N° 26.522. <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/155000-159999/158649/norma.htm> 28/5/2014. Disponible en URL: Fecha de consulta: xvi [ ] CSJN, “CASO GRUPO CLARÍN Y OTROS C. PODER EJECUTIVO NACIONAL Y OTROS S/ACCIÓN MERAMENTE DECLARATIVA.” de fecha 29/10/2013 Disponible en URL: < http://www.cij.gov.ar/nota-12394-La-Corte-Suprema-declar--laconstitucionalidad-de-la-Ley-de-Medios.html> xvii [ ] Si consideráramos técnicamente “jurisprudencia” en el sentido que enseña Belluscio como un conjunto de sentencias de los tribunales, doctrina que contiene el conjunto de sentencias, o el criterio sobre un problema jurídico establecido en una pluralidad de sentencias concordes, no nos hallaríamos ante la jurisprudencia de la CSJN. Puesto que, la CSJN se ha expedido sobre el fondo de la cuestión en un único caso relativo a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; el conocido caso “Grupo Clarín” o “Fallo de la Ley de Medios”. [xviii] BELLUSCIO, AUGUSTO C Técnica jurídica para la redacción de escritos y sentencias. Reglas gramaticales, Ed. La Ley, Bs. As., 2006.