Hacer Click ¿Por qué con algunas personas "hacemos click" mientras que con otras chocamos? ¿has sentido envidia de los que poseen la cualidad de caer bien sin esfuerzo? ¿crees que se pueda cultivar esa cualidad? ¡Sí, sí se puede cultivar, sólo depende del interés que pongamos en lograrlo! Según estudios y prácticas, nos bastan de 2 a 10 segundos para formarnos una primera impresión, buena o mala de las personas, por eso nunca tendremos una segunda oportunidad para que causemos una buena primera impresión. Las empresas invierten mucho dinero en capacitación lo cual es algo positivo, pues como decía Mark Twain, es mejor formar al personal y perderlo que no formarlo y mantenerlo. Pero a pesar de ese empeño en mejorar la atención, el servicio al cliente y en construir relaciones significativas, en lugar de avanzar hemos retrocedido. Y ello por dos razones: la primera es la diferencia entre educación y formación. La formación nos proporciona el cómo, dónde y cuándo, mientras que la educación nos proporciona el porqué. "Hacer click" es una cuestión de educación, más que de formación, pues para lograrlo hay que poseer unas cualidades internas de manera que la aceptación y la amabilidad con la gente sea parte de nuestra idiosincrasia, no simplemente una conducta adquirida o porque es parte de nuestro trabajo. La mayoría de los empleados que han recibido un buen adiestramiento son eficientes a la hora de tratar a los clientes, pero pocos “caen bien a la primera” La primera razón por la que pocos consiguen "hacer click" es que han recibido una formación que les ha proporcionado respuestas al qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo, pero les falta averiguar ”el por qué” La segunda razón del mencionado retroceso es que el trato con el cliente se reduce al concepto de "ser cordial y amable", muy pocos se adentran en el arte de establecer una relación genuina, sincera y honesta. La tecnología ha sustituido las relaciones personales en lugar de potenciar las relaciones positivas. Es real que los correos electrónicos han aumentado nuestra facilidad de comunicarnos pero también es real que ha dañado las relaciones personales, se ha perdido el trato personal, el sentir a la gente, ya no necesitamos conocerlas, solamente tener sus correos. Hoy todos estamos viviendo el “Síndrome de estar ocupado”, siendo esta la razón por la que preferimos enviar mensajes instantáneos que la visita personal, que afianza las relaciones humanas. No sólo hay que dejar correos y mensajes en el buzón de voz. Hay que tener siempre presente que no basta con establecer contacto sino que hay que conectar con el cliente… ¡y sólo se logrará tratando con él cara a cara, conociendo sus gustos, sentimientos y no sólo su e-mail! ¿Estás de acuerdo?