RELACIONES EE.UU.-CUBA La reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, fechada el miércoles 17 de diciembre, ha sido la noticia excluyente y más importante registrada en estas postrimerías del año 2014. Los anuncios simultáneos de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro dieron así un paso decisivo en la finalización de enfrentamientos y ruptura de relaciones desde enero de 1961, así como también se tradujo en un alivio del embargo comercial. El acercamiento entre los dos países tuvo como consecuencia inmediata un intercambio de presos: Cuba liberó al contratista estadounidense Alan Gross, detenido hace cinco años por supuestas actividades de espionaje, mientras Estados Unidos hizo lo mismo con Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, tres cubanos detenidos por similares delitos en el estado de Florida. Además se indicó que Cuba envió de regreso a Estados Unidos a un oficial de inteligencia de origen cubano que trabajó para Washington y llevaba casi 20 años preso en la isla, cuyo nombre se mantiene en reserva. Cuba también se comprometió en el marco de este acuerdo, a liberar más de 50 presos políticos, Estados Unidos anunció una serie de medidas que favorecerán el comercio y las comunicaciones con la isla, además de iniciar los trámites para eliminar a Cuba de la lista de países que favorecen el terrorismo. Por cierto que nos congratulamos de este acontecimiento que pone fin a una distorsión severa en la relación “de buena vecindad” entre países americanos. Sin embargo lamentamos que tan largo enfrentamiento no haya podido terminar con el régimen despótico llevado a cabo por los Fidel y Raúl Castro, régimen que en nuestro país algunos que hoy nos dirigen quisieron emular empuñando las armas contra las instituciones demócrata-republicanas. Pero no estamos solos en esta percepción negativa por el corto alcance en esa materia. En Washington, legisladores tanto demócratas como republicanos mostraron su oposición al anuncio efectuado por Obama, e incluso varios advirtieron que el Congreso frenará cualquier esfuerzo por levantar el embargo económico a Cuba., un aspecto clave en la normalización de las relaciones entre los dos países. El senador republicano de origen cubano Marco Rubio, calificó de “inexplicable” la decisión del presidente Obama, “de premiar al régimen de Castro”, y que la flexibilización del embargo “no traerá más democracia a Cuba, ni la liberación de los presos políticos”. Por su parte el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, manifestó que las medidas de apertura hacia Cuba forman parte de “una serie de concesiones sin sentido a una dictadura que maltrata a su gente y conspira con los enemigos” del país. Y agregó que “los estadounidenses no nos olvidemos de nosotros mismos. Hablamos hoy porque tenemos la responsabilidad moral de no olvidar a cualquiera que anhela la libertad y la dignidad”. El embargo a la isla aún vigente se impuso en 1960 y fue reforzado en 1962 como respuesta a las expropiaciones realizadas por el régimen cubano de empresas y propiedades de estadounidenses en la isla. No obstante en 1992 el embargo adquirió forma de ley, y en 1996 el Congreso aprobó la llamada Ley Helms-Burton que eliminó definitivamente la posibilidad de hacer negocios con Cuba. En 1999 el presidente demócrata Bill Clinton amplió las restricciones impidiendo a filiales extranjeras de empresas estadounidenses realizar transacciones comerciales con la isla. La eliminación de estas restricciones supone la intervención y el voto en el Congreso, que ahora con mayoría republicana parece más lejana la posibilidad de una aprobación. ¿Cuál será el futuro de este episodio? Nadie es capaz de dar una respuesta certera y creíble.