los alumnos de la Escuela que.en el bajo se hallaba instalada. La

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BOLETÍN DE LA, REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA.
los a l u m n o s de la Escuela q u e . e n el bajo se hallaba instalada.
La plaga resistió todas las medidas que contra ella se t o m a r o n ,
causando la desesperación del Inspector de enseñanza p r i m a r i a
q u e llegó á pensar hasta en prender fuego á la casa. El autor de
la nota discurre sobre la probabilidad de llegar al resultado a p e tecido sitiando por h a m b r e al temible arácnido, pues nó e u c ó n trando medio de alimentarse, s e g u r a m e n t e llegaría á desaparecer
en breve.
. • .
- Como respuesta á esa nota m e parece oportuno dar á conocer
otra q u e tengo entre mis papeles relativa á este m i s m o arácnido
la cual dice así:
D. Antonio Pretel N a v a r r o , Médico-cirujano de Bienvenida
(Albacete), me envió hace algún tiempo, en consulta, varios ejemplares de u n arácnido, que no es otro que el Argas reflexus, refir i é n d o m e algunas particularidades acerca de ellos que m e hicieron, desear recibir noticias m á s precisas acerca de lo observado
sobre estos, a n i m a l e s , las cuales me facilitó, á ruegos del Sr. Pretel, D. Francisco Y a g ü e , de Alcaráz, dueño de la ñ n c a donde
existe el referido arácnido. R e u n i r é dichas noticias, que creo i n teresantes, e n la forma concreta que él lo hace, contestando á mis
preguntas*
- Estos a n i m a l e s , m e dice, h a n sido siempre desconocidos a q u í
hasta que se construyó la nueva casa, sin haberse e n c o n t r a d o en
otras, en las que hay también palomares, donde se h a n buscado
con interés, así como en los pichones y palomas. Salen de las paredes por estrechos resquicios, y especialmente por las j u n t a s de
las puertas y por la unión del piso con aquéllas, encontrándose
individuos do diferentes tamaños. Se h i n c h a n como de s a n g r e ,
a u n q u e no h a y a n picado á persona ni a n i m a l a l g u n o , pues entre
los que ahora se h a n recogido los h a y llenos, sin que la casa se
h a y a habitado hace tiempo. Se les ha sorprendido en el m o m e n t o
de picar á una persona^ .observándose q u e la picadura pasa casi
desapercibida al hacerla, pero al poco rato va apareciendo u n
círculo inflamatorio, d u r o , rojo, erisipelatoso, q u e produce g r a n
p r u r i t o y ardor, d u r a n d o este estado u n a s treinta h o r a s , al cabo
d e cuyo tiempo empieza á disiparse la inflamación, no sin qup
el lesionado sufra m u c h o por causa del picor, q u e le lleva hasta
a r a ñ a r s e y producirse* erosiones en la piel, pero aparte de las molestias locales, no causan al h o m b r e mayores daños, n o o b s e r v á i i r
dose ni fiebre'ni malestar general. Verifican su salida de los hue^
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