CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO El Realismo literario tiene como fin representar de forma detallada y objetiva la vida cotidiana y los problemas de la sociedad burguesa de la segunda mitad del siglo XIX. - Verosimilitud: el Realismo literario perseguía que tanto los ambientes como los personajes de sus novelas resultaran parecidos a la realidad de la época y, por tanto, creíbles. No se debe confundir realismo con realidad: en la novela realista ni los personajes ni las tramas son reales; son de ficción pero podrían ser auténticos porque se parecen a la realidad. Son, por tanto, verosímiles. - Objetividad: para alcanzar ese parecido con la realidad (verosimilitud), el escritor realista utilizaba una técnica de observación y documentación de la realidad. En la medida de lo posible, trataba de reflejarla de la forma más fiel y objetiva de que era capaz. - Descripciones abundantes y minuciosas: el autor realista no escatima en detalles de ambientes y personajes con el fin de lograr un asombroso parecido con la realidad. - Tiempo y espacio: se mezclan espacios reales (la ciudad, las calles, los lugares de trabajo...) en un marco cronológico contemporáneo (las obras están ambientadas en su época) y con un fondo histórico real (se hacen referencias a los acontecimientos históricos recientes) para presentar unos hechos ficticios pero verosímiles. - Narrador omnisciente: el narrador conoce todo lo que sucede, penetra en la conciencia de los personajes, describe sus pensamientos y emociones. Pretende resultar objetivo pero con frecuencia deja entrever su opinión. - Personajes: por una parte son seres individuales, con sus características físicas y psicológicas particulares; por otro lado son retratados como seres sociales y representan los valores y comportamientos de su clase social (generalmente la pequeña burguesía). Se presta especial atención a los personajes femeninos (muchos títulos de este período hacen referencia a sus protagonistas femeninas: La regenta, Madame Bovary, Anna Karenina, Fortunata y Jacinta, etc.). - Lenguaje: en el lenguaje del narrador predomina un léxico sobrio, sin connotaciones, con el fin de reflejar la realidad de manera objetiva; en los diálogos, por el contrario, se reproduce fielmente el habla de los personajes (coloquialismos, vulgarismos, rasgos dialectales) para lograr en ellos un efecto de verosimilitud mayor. - Temas: se percibe la sensación de desencanto que contagió a los intelectuales tras el fracaso de las revoluciones de 1848, de ahí que muchas novelas de este período tengan como tema central el fracaso del individuo en algún aspecto (amor, familia, conflictos sociales, mundo laboral...). - Intención del autor: algunas novelas realistas encierran una defensa de una postura ideológica o una crítica social; son las llamadas “novelas de tesis”. CARACTERÍSTICAS DEL NATURALISMO El Naturalismo nace a partir de la estética realista; es, por tanto, una evolución de esta corriente. Fue una corriente liderada por el escritor francés Émile Zola, para quien el ser humano está determinado por dos factores: el medio ambiente y la herencia biológica (el entorno en el que nace el individuo le marcará de por vida; su destino está escrito y no puede escapar de él). Además, admite la concepción materialista del ser humano, por la que los instintos condicionan la conducta (el individuo queda reducido a sus instintos, a su condición de animal). Al tratarse de una evolución del Realismo se mantienen gran parte de los rasgos de estilo señalados más arriba; no obstante, existen novedades propias de esta nueva corriente: - Espacio: existe una predilección por los ambientes sórdidos y míseros. - Personajes: hay una preferencia por las clases más bajas y trabajadoras (la mina, la fábrica...). Los personajes a nivel individual sufren malformaciones físicas y taras psíquicas. Asimismo, son habituales las técnicas descriptivas de animalización y cosificación de los personajes. - Temas: se ahonda en aspectos morbosos, sombríos y feístas, y se retrata sobre todo a las clases más bajas y el ambiente marginal. Temas como la mendicidad, la prostitución o las duras condiciones de los obreros se convierten en ejes de las novelas. - Lenguaje: se incorpora léxico científico y técnico para describir con precisión las malformaciones y enfermedades de los personajes. - Intención: todas las obras encierran una firme denuncia de las injusticias sociales y un deseo de reforma de la sociedad (asistencia médica, educación, condiciones laborales...). En su ensayo La cuestión palpitante (1880), Emilia Pardo Bazán trató de difundir en España las ideas naturalistas de Zola pero la corriente no terminó de calar debido al peso de la religión en nuestro país. La escritora alabó la técnica narrativa y la presencia de una realidad miserable en las novelas pero rechazó el determinismo en nombre de la religión (no podía admitir que el ser humano estuviera determinado por su medio social, sino que defendía el libre albedrío, es decir, la libertad del hombre para escoger su propio camino y trazar su destino a través de sus actos conscientes e individuales, sin importar el ambiente social que le rodea).