4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 43 El Enemigo Interno. Subversión en el ámbito educativo Facundo Cersósimo Prof. de Historia, UBA “Hasta el presente, no hemos tocado sino una parte emergente del iceberg en nuestra guerra contra la subversión […] Ahora, nos hace falta destruir las fuentes que forman y adoctrinan a los delincuentes subversivos, y estas fuentes se encuentran en las universidades y en las escuelas secundarias.” ACDEL VILAS El objetivo del presente trabajo es demostrar la amplitud del concepto de enemigo interno que manejaron las Fuerzas Armadas Argentinas, el Ejército en particular, durante la última dictadura militar. Para ello me centraré en el ámbito educativo, utilizando como fuente un documento publicado por el Ministerio de Cultura y Educación titulado “Subversión en el ámbito educativo. (Conozcamos a nuestro enemigo)”, de 1977. Si bien existen artículos y obras que hacen referencia al problema de la educación durante la última dictadura militar, y particularmente a dicho documento, los enfoques propuestos son más pedagógicos que históricos. Para un desarrollo más claro el trabajo se encuentra dividido en tres partes. En la primera describo brevemente cómo se introduce la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) y el concepto de enemigo interno en la Argentina. En la segunda, me avoco más detenidamente a analizar cómo se refleja en el ámbito educativo la aplicación de la DSN, mostrando la redefinición más amplia que cobra dicho concepto. Aquí es donde se trabaja la fuente seleccionada. Finalmente, en las conclusiones, destaco las particularidades del “modelo argentino” a partir de lo visto en el último apartado. Mirando hacia el viejo continente Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el ejército francés debe enfrentar en la península de Indochina a los guerrilleros del Viet Minh al mando de Ho Chi Minh. Después de estar años a la defensiva, las tropas vietnamitas deciden atacar en Cao Bang, donde derrotan por primera vez a los franceses. Sin embargo, es en los primeros General Acdel Vilas. Historia 43 4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 44 El enemigo interno. Subversión en el ámbito educativo Ho Chi Minh. 44 ESPACIOS meses de 1954 cuando los ejércitos de la IVa República sufren su peor derrota en una guerra colonial, en la batalla de Dien Bien Phu. Esta humillación para el ejército francés es seguida por una mesa de negociación con los vietnamitas que da como fruto los Acuerdos de Ginebra de 1954. A partir de allí queda dividido el territorio de Vietnam, por el paralelo 17, en dos Estados. En noviembre del mismo año, sin tiempo para recuperarse del golpe recibido, se inicia un nuevo conflicto en otra colonia francesa: Argelia. Producto de la experiencia reciente, comienzan a producirse cambios hacia el interior del ejército francés, impulsados particularmente por oficiales subalternos que estuvieron en el territorio de Vietnam, y observan cómo la tradicional preparación para guerras convencionales ya no es eficaz ante un enemigo que usa las técnicas de la guerra de guerrillas. Charles Lacheroy es uno de los principales teóricos de lo que comienza a llamarse la guerra revolucionaria, y el responsable de introducir dentro de la Escuela Superior de Guerra de París estas teorías. Para 1954 la promoción nº 68 inaugura una comisión llamada “Guerra ideológica: enseñanzas de la guerra de Indochina”, para los oficiales que estudian en esa casa de estudios. Lo central de la nueva concepción de la guerra revolucionaria es que el enemigo no presenta batalla abiertamente sino que se mezcla con la población civil como un pez lo hace en el agua, retomando la frase de Mao. Por lo tanto es necesario retirarle el agua, aislarlo y derrotarlo. Para ello cobra vital importancia la obtención de información mediante los aparatos de inteligencia, como también la guerra psicológica para obtener el apoyo de la población. Por otro lado, estos cambios se producen en el marco de la Guerra Fría; cualquiera que se oponga al orden occidental y cristiano pasa a ser un agente del comunismo internacional. Las fronteras con el enemigo ya dejan de ser geográficas y pasan a ser ideológicas, es decir que el enemigo está dentro de la misma población civil. Es así que el nuevo conflicto en Argelia no es interpretado por el ejército francés como una guerra colonial sino como una lucha contra el comunismo. Durante esta coyuntura que viven las tropas francesas en Argelia es cuando el Ejército argentino comienza a formarse en la nueva concepción de la guerra revolucionaria. En 1957, a dos años de ser derrocado Juan D. Perón y en pleno proceso de “desperonización” del Ejército, se incorpora en la Escuela Superior de Guerra (ESG) una misión militar francesa integrada en un comienzo por los tenientes coroneles François Pierre Badié y Patrice R. Jacobe de Nourois, sumándose más tarde los tenientes coroneles Robert Louis Bentresque y Jean Nogués. Entre 1957 y 1962, año en que finaliza la misión, se encargan de dictar cursos en la ESG y publicar artículos en la revista de dicha institución. Allí brindan las enseñanzas necesarias para capacitar a los militares argentinos en la guerra subversiva (terminología ofrecida por los mismos franceses), tocando todos los temas atinentes a la misma: guerra psicológica, obtención de la información mediante técnicas de tortura, etc. Pero la misión no sólo abarca un contingente que enseña dentro de la ESG, sino que los primeros dentro de su promoción son enviados a Francia a realizar cursos en diferentes centros de estudio, especialmente en la Ecole Supérieure de Guerre de París. Al regresar, la mayoría de los oficiales ocupan un lugar importante dentro de la ESG, como directores, subdirectores o en la revista de la institución donde narran sus enseñanzas. Entre los que enseñan allí se encuentran el coronel Carlos Rosas, los tenientes coroneles Pedro 4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 45 Facundo Cersósimo Tibiletti, Cándido Hure, Manrique M. Mom y Alcides López Aufranc. La impronta francesa dentro del Ejército en los años que dura la misión militar es fundamental para comprender el accionar durante la última dictadura. Si bien hacia 1962 la influencia comienza a decrecer, incrementándose los vínculos con los Estados Unidos, en este período se sientan las bases teóricas y prácticas en la lucha contra lo que denominan la subversión. Entre los años 1961 y 1963 ya se pueden observar los primeros frutos de la nueva formación. En octubre de 1961 se realiza en Buenos Aires el primer curso interamericano de guerra contrarrevolucionaria. En 1962 se redacta un manual teórico y práctico titulado Instrucciones para la lucha contra la subversión, publicándose en el mismo año la obra Guerra revolucionaria comunista, del entonces coronel Osiris Villegas. Además, en estos años, Carlos Rosas, desempeñándose como Jefe de Operaciones del Estado Mayor, realiza el operativo Hierro Forjado, donde se cuadricula el territorio en diferentes zonas, subzonas y áreas, técnica similar a la utilizada por los franceses en Argelia. En testimonios posteriores son los mismos militares argentinos quienes reconocen su deuda con los franceses. En una entrevista que le concede a la periodista francesa Marie-Monique Robin en mayo de 2003, el general Ramón Díaz Bessone, uno de los principales ideólogos del Ejército y, como veremos más adelante, responsable de redactar el documento que analizamos en el próximo apartado, manifiesta que “en materia de guerra revolucionaria, la influencia de sus compatriotas fue absolutamente capital […]. Lo principal que nos enseñaron es que para luchar contra una agresión revolucionaria o subversiva, hay que tener un buen aparato de inteligencia, de lo contrario no se puede hacer nada contra un enemigo que no lleva uniforme y que por lo tanto es imposible de identificar”. Por otro lado, Jorge Rafael Videla, primer presidente de la dictadura, comenta en agosto de 1998 que “la decisión de atacar la subversión de la manera en que lo hicimos no se tomó de un día para otro. La incorporación de la doctrina operativa ya era antigua, al igual que la hipótesis de una subversión interna. Se remonta a 1962, con la experiencia de Argelia. El hecho de dividir el país en cinco zonas y cada una de ellas en subzonas, existía desde hacía largo tiempo. Cuando llega 1976, lo único que queda por hacer es desempolvar la alfombra”. Bajo la concepción de que el enemigo es interno, la población en su totalidad se transforma en sospechosa: “La generalización (y el abuso) de la idea de que el enemigo puede estar escondido entre la población, divide en forma maniquea a toda la sociedad, transformando a todo opositor no ya en un aliado potencial del comunismo sino en subversivo”. Es así que un lugar donde las Fuerzas Armadas ponen énfasis en el control y la lucha contra la subversión, es el ámbito educativo, según los militares, sitio clave de infiltración comunista. Subversión en el ámbito educativo El concepto de enemigo interno cobra en la Argentina una amplitud mayor que en el caso francés, ya que la política de desaparición sistemática de personas, original del modelo argentino, repercute no sólo sobre integrantes de una organización político militar, sino también sobre cualquier persona que, para las Fuerzas Armadas, pueda ser considerada colaboradora o perturbadora de la sociedad occidental y cristiana: obreros, empresarios, sacerdotes, deportistas, conscriptos, artistas, periodistas, personas vinculadas a ámbitos educativos, etc. En este Massera, Videla y Agosti, los dicatores responsables del golpe del ‘76. Historia 45 4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 46 El enemigo interno. Subversión en el ámbito educativo Dos libros prohibidos por la dictadura. 46 ESPACIOS último caso nos detendremos a analizar una fuente primaria. Como lo indica la frase del general Acdel Vilas que encabeza el trabajo, uno de los objetivos centrales para los hombres que dirigen el Estado Terrorista luego de 1976 es eliminar también las fuentes que adoctrinan y forman a los subversivos. Según el análisis que efectúan las autoridades militares, aquellas se hallan no sólo en las Universidades, sino también en las escuelas secundarias, primarias y hasta en… los jardines de infantes. En 1977 se elabora un documento titulado “Subversión en el ámbito educativo. (Conozcamos a nuestro enemigo)”. El mismo es publicado por el Ministerio de Cultura y Educación, a cargo en ese entonces de Juan José Catalán. Es conocido informalmente como el “documento Díaz Bessone” (debido a quien se indica como autor), por entonces Ministro de Planeamiento de la Nación y consta de cuatro capítulos y una serie de anexos. Entre los objetivos a alcanzar se menciona “la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino”, además de que “los docentes conozcan mejor a los enemigos de la Nación y (…) que las generaciones venideras puedan decir de los educadores de hoy que cumplieron con su deber”. El documento parte de la concepción de que el comunismo se propone ganar las mentes de la población y que para ello se infiltra en los centros de formación. Así aparecen semejanzas con la obra Guerra revolucionaria comunista, mencionada anteriormente. En ella se anota dentro de un apartado, bajo el título “Infiltración”, que la misma “consiste en el despliegue de la infraestructura comunista en todos los planos de la vida nacional, en especial en los centros formativos de la clase intelectual (escuelas, colegios, universidades)”. Como el comunismo se propone, según la DSN, actuar sobre las mentes de las personas desde la infancia, el folleto ministerial se enfoca en los ámbitos preescolar y primario. Así, observamos un apartado que trata exclusivamente de tales niveles. La justificación es que “…se ha advertido en los últimos tiempos una notoria ofensiva marxista en el área de la literatura infantil. En ella se propone emitir un tipo de mensaje que parta del niño y que le permita ‘autoeducarse’ sobre la base de la ‘libertad y la alternativa’”. Esto lleva a la prohibición de una cantidad importante de libros destinados al público infantil, como Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Bornemann o El Principito de Antoine de Saint Exupéry, entre otros. Aquellos cuentos que demuestran una ‘ilimitada fantasía’, que tratan temas alejados de ‘nuestra realidad’ o que muestran aspectos ‘sórdidos’ de la vida (pobreza, migración, analfabetismo, pesimismo) son censurados. Investigaciones sobre la política educacional de la última dictadura militar califican a la misma como pedagogía de la sospecha. Es la concepción de que toda la población se transforma en posible colaboradora de la subversión, pero aplicada al interior del ámbito educativo. De esta manera se llega a la paranoia de prohibir la matemática moderna por servir a la difusión del marxismo debido a su relativismo, su condición enigmática, su negación de los postulados de la lógica formal y las similitudes entre la teoría de los conjuntos y el comunismo en la primacía de lo colectivo y la agrupación. Sin embargo, el documento no se enfoca principalmente en el ámbito de la educación preescolar y primaria, sino más bien sobre los niveles secundario y terciario y universitario, en los cuales actúan más abiertamente las BDSM (Bandas de Delincuentes Subversivos Marxistas), siglas utilizadas en 4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 47 Facundo Cersósimo el lenguaje castrense. El agudo análisis militar detecta que el marxismo comienza a penetrar en la Universidad desde la Reforma de 1918. Luego, dedica largas páginas a describir las organizaciones que actúan en esos niveles, como la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), la Juventud Universitaria Peronista (JUP), la Juventud Guevarista (JG), etc., detallando sus orígenes, objetivos y acciones. Remarca que los fines de las mismas en el ámbito de la cultura y la educación son: 1) captar ideológicamente a la juventud, futura conductora de la Nación, que en sucesivas generaciones alcanzará y mantendrá el dominio del Estado bajo el yugo marxista, 2) reclutar adeptos para engrosar las filas de sus actuales organizaciones, 3) evitar la modificación de planes y sistemas que pudieran perjudicar sus objetivos disociadores y su prédica marxista encubierta, 4) mantener encubierto al personal docente partidario. Divide, en forma maniquea, entre “los alumnos que sólo buscan un título para desempeñarse en la vida” y los agentes subversivos que quieren cooptarlos mediante reclamos aparentemente justos como: “por una mayor capacidad estudiantil”, “que no haya limitación para el ingreso”, “comedor universitario”, etc. Así se concibe a la subversión como un agente externo ajeno a la civilización occidental y cristiana que viene a intoxicar el organismo, en este caso la Nación Argentina. Por eso es necesario extirparlo. Se retoma un viejo discurso en nuestra historia, vinculado al organicismo, que había sido utilizado a fines del siglo XIX y principios del XX, referido al inmigrante europeo, principalmente judío. En el caso de la última dictadura militar esta ideología reaparece, mediada ahora por la concepción de la guerra contrarrevolucionaria, y por una idea de lo que se denomina guerra justa, proporcionada por la Iglesia Católica, donde recuperan autores como San Agustín, Santo Tomás, Francisco Suárez, entre otros. En este nuevo contexto el virus es el subversivo, y para extirparlo es lícito cualquier método. El fin justifica los medios y la absolución del pecado por parte de la Iglesia. Conclusiones A partir de lo descripto se pueden visualizar los alcances que tiene para la última dictadura militar el concepto de enemigo interno. A diferencia del caso francés, se le da aquí una amplitud mayor: no es sólo un integrante de una organización político militar, sino todo aquel que, según argumenta la dictadura, propaga ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana. Quiénes son los que propagan estas ideas queda a consideración de los máximos responsables del gobierno militar. Por lo tanto, como declara Ramón Díaz Bessone en 1982, el objetivo central no es eliminar a la guerrilla, como muchas veces se argumenta: “El motivo del derrocamiento del gobierno peronista en marzo de 1976, no fue la lucha contra la subversión (…). Nada impedía eliminar a la subversión bajo un gobierno constitucional (…). La justificación de la toma del poder por las Fuerzas Armadas fue clausurar un ciclo histórico”. Para clausurarlo es necesario atacar fundamentalmente Roger Trinquier, teórico francés de la Doctrina de la Seguridad Nacional seguida por los militares argentinos Historia 47 4-48 Historia BN 7/30/08 2:31 PM Page 48 El enemigo interno. Subversión en el ámbito educativo Rafael Videla y Ramón Díaz Bessone. los sindicatos, a través de sus delegados y comisiones internas, los ámbitos culturales, los religiosos ligados a la Teología de la Liberación, los ámbitos educativos en todos sus niveles, etc. En este trabajo nos detuvimos a analizar el último caso a través de un documento emitido por el Ministerio de Cultura y Educación. Allí observamos no sólo la influencia francesa sino también la particularidad del modelo argentino, adicionándole a la DSN ideas del organicismo de fines del siglo XIX y de la guerra justa proporcionadas por la Iglesia Católica argentina. Mostramos cómo recae la sospecha sobre la totalidad de la población civil y hasta entre los propios pares de la fuerza. Así, el documento utilizado, emitido por las autoridades militares, fue sacado de circulación porque podía favorecer los designios del enemigo, ya que los docentes lo estarían utilizando para explicar la ideología del comunismo. Por lo tanto el enemigo interno cobra límites difusos, sin una frontera clara entre quienes son o no posibles sospechosos. Como lo menciona uno de los máximos teóricos franceses en la DSN, Roger Trinquier: “Todo individuo, toda organización que, de alguna manera, favorezca los designios del adversario será considerado enemigo y tratado como tal”. Treinta mil personas fueron consideradas enemigas y tratadas como tales. Este modelo se complementa con una práctica (trágica originalidad argentina) como es la desaparición sistemática de personas. Más trágico aún es que se exporta a países de Centroamérica dada su “efectividad”. De las dictaduras del cono sur, la Argentina es visualizada como la que mejor combate a la subversión. Así es que asesores argentinos entrenan a militares de otros países, concibiendo a estas acciones como parte de la misma guerra a nivel mundial. Ya derrotado el enemigo fronteras adentro, ahora es el turno de ir a buscarlo al exterior. 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