IV. RESEÑAS 129 IV. RESEÑAS El recreo de la infancia. Argumentos para otro comienzo Eduardo Bustelo, Ediciones Siglo XXI, Buenos Aires, Argentina, 2007, 197 páginas. Las publicaciones de Eduardo Bustelo se sitúan en temas de infancia y se ubican en el terreno de la planificación y el desarrollo. En “El recreo de la Infancia”, el autor realiza una reflexión filosófica-política para vislumbrar desde allí, caminos de emancipación efectivos para los niños y jóvenes, en una época donde se proclaman sus derechos. El libro “El recreo de la infancia”, constata lo que ha sido la expansión del capitalismo y su tendencia globalizadora impuesta desde el mercado. Al influjo de esta lógica, vendría a operar un proceso de debilitamiento de la capacidad socializadora de instituciones como la familia y la escuela, en una dinámica, como lo señala la sociología de avanzada de “destradicionalización”. 131 IV. RESEÑAS En lo que atañe a la infancia y adolescencia, el proceso de mutación cultural vendría a incentivar una dinámica creciente de individuación, donde lo central, estaría en la búsqueda identitaria, desde donde, el poder hegemónico buscaría incrementar sus grados de influencia. 132 En este escenario, y en contrapunto con las formas inéditas de conducta de los jóvenes, adolescentes, y también de manera creciente de los niños, donde caben, la violencia, las nuevas sociabilidades y las formas de habitar la urbe, Bustelo, busca develar la lógica en que opera este orden de lo social, y de esta forma desentraña los condicionamiento a los que son objetos los niños y las familias. Así propone el autor, que los niños no constituyen en primer lugar una amenaza para el orden estatuido, sino a la inversa, el sistema vendría a restringir y restar libertad a su desarrollo. En el centro de su preocupación, se articula por una parte; la irradiación del poder y la dominación, y desde otra, la conformación de la ciudadanía y los espacios democráticos en la constitución del protagonismo de la infancia, vista como una auténtica emancipación. García Méndez, prologuista del libro y en sintonía con el autor, señala que el potencial emancipatorio de la infancia, tiene relación con avanzar en una vida acorde con las aspiraciones y potencialidades de los sujetos. Es allí donde se proyecta el nuevo comienzo y se anticipa el nuevo recreo de la infancia. Asumiendo la originalidad de la infancia como etapa de vida, pero haciendo hincapié en su condición subordinada, Bustelo desde la lectura de la biopolítica, postula que el poder actúa en la regulación de los cuerpos y en la construcción de la subjetividad, y es capaz de absolutizar un dominio por encima del consentimiento de los sujetos. Desde esta fisonomía, levanta como hipótesis central, que el sistema vigente interviene sin resistencias, para plasmar una mirada hegemónica de la infancia, donde la docilidad del niño nos habla, no de su voluntad, sino de su subordinación. La categoría de nuda vida, (la vida desnuda abandonada a si misma) anticipada por Walter Benjamin, sirve al autor para entender el estado de máxima precariedad. Bustelo se referirá a la cruel condición, en la que se condena a la muerte, a una infancia carente de futuro, pero donde prevalece la impunidad de una sociedad que conoce las causas, pero carece de la voluntad para removerlas. Los “niños de la guerra”, como se ha llamado, representan, en este sentido, la extrema instrumentalización de la infancia, explica el autor. Frente al estado de necesidad, Bustelo, examina los dispositivos ideológicos, entre ellos el uso de la “compasión organizada”, como un mecanismo tendiente a ocultar la preexistencia de las relaciones de exclusión y desigual acceso que definen la pobreza. En consideración a esto, es en el terreno de la política donde tiene lugar la reversión de un cierto statu quo que en apariencia incluye a quienes efectivamente se encuentran excluidos. Crítica el ejercicio de una solidaridad egoísta, a la base de las acciones de responsabilidad social, las que según el autor culminan en una voluminosa práctica de recaudación, que no cambiaría la suerte final de los niños. Lo que el autor busca comprender es la lógica del ejercicio de una “dictadura de la filantropía” que deja en manos de unos pocos, lo que una sociedad democrática debiera resolver participativamente. También hace referencia al caso de la compañía del rubro de entretención “Disney”, planteando cómo afecta la expansión del sistema capitalista y el impacto de la industria cultural en la subjetividad de los niños y niñas. En su análisis, el mercado es el actor que construye para la infancia una amplia zona de proyección de necesidades estereotipadas. Se juega en este terreno, según Bustelo, el mayor despliegue del influjo del 133 IV. RESEÑAS mercado operando desde la estética y de los valores, un sentimiento que busca doblegar a la infancia a una condición de consumidores, y condicionar sus códigos alterando el valor del amor paternal, para transformarlo en un provisor de objetos. Siguiendo a Guy Debord, estaríamos todos, pero de preferencia los niños, inmersos en una sociedad del espectáculo, parodiando a Jean Baudrillard, en una sociedad de lo desechable. Es aquí, según Bustelo, donde la cultura mediática se vuelve una “máquina de fabricar frustraciones”. En este contexto, la familia desordenada en su lógica interna, oprimida desde la economía y colonizada por los medios, no es capaz de resistir el paso de la reproducción del sistema. 134 En el terreno de la socialización secundaria, que encuentra en la escuela su principal agente, el condicionamiento biopolítico; (aquel que engendra disposiciones para la obediencia y desaloja las razones para su explicación) termina sustituyendo al alumno por el consumidor, lo que vuelve irrelevante la experiencia escolar. En esta instancia, el niño en cuanto alumno, no aparece como sujeto de aprendizaje, sino como objeto de enseñanza. En la misma esfera el autor analiza la entronización de la visión economicista en el desarrollo de la educación, en tanto, soslaya la riqueza de la interlocución pedagógica, en aras del incremento de la empleabilidad. Con ello, los niños en cuanto alumnos, verían mermadas las posibilidades de un desarrollo armónico y menos unilateral. En el capítulo tres, Bustelo retoma la génesis de la ciudadanía. Vuelve a las categorías de la política griega, de zoé, como expresión que reconoce la vida pura, el simple hecho de vivir, y el desarrollo del bios, como construcción relacional de la ciudadanía, donde cabe entender la política como transformación. En esta perspectiva, apunta el autor, se ofrece un programa genuino en materia de derechos como un nuevo horizonte en la contienda política, en tanto búsqueda permanente de espacios para la emancipación de los niños, en que ellos consigan efectivamente ser tales. En el capítulo final, tras examinar las nociones teóricas que buscan comprender la infancia como construcción socio - cultural, reafirma la idea de entender la infancia como una categoría histórico – política. Desde aquí señala las coordenadas para una lectura apropiada: la idea del otro comienzo, por tanto de la consideración de la presencia de la infancia como un referente ético; la visión diacrónica del niño de hoy en día, relativa al diagnóstico de su condición real; la tensión en que este se instala, entre la autonomía y la heteronomía, es decir la tensión presente en la construcción de sus propios motivos e intereses; y la apuesta política de la infancia como categoría emancipatoria, que permita también mirar la vida de los adultos en términos de la realización de sus proyectos de vida originales. Así, estaríamos ante la posibilidad de salir de la somnolencia de la modernidad tardía. Desde la algarabía infantil, (del bullicio, el juego, los gritos, las risas, el movimiento acelerado y la libertad), se ubica para el autor del libro “la posibilidad recreadora de un nuevo orden social”. Hernán Medina Rueda Sociólogo, Unidad de Estudio, Sename. 135 IV. RESEÑAS