Ese hombre es como el árbol plantado a la orilla de un

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Contribución de Momentos de Decisión
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Ese hombre es como el árbol plantado a la orilla de un rió, que da su fruto a su tiempo y
jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!
Salmos 1:3
No se mucho de jardinería, pero hay algo de lo que estoy seguro. Después de
muchos años de observar la naturaleza, he descubierto una gran verdad: los árboles que
están a la orilla de algún río, por lo general, tienen mejor follaje que los que están en algún
lugar desierto.
Esto es simplemente, porque tienen más cerca la frescura del agua que el río trae a
diario. Todos son árboles, todos están bajo el rayo del sol, todos hacen fotosíntesis. Pero la
cercanía del agua es lo que les garantiza su bienestar.
David compara a este árbol con la persona que tiene su mente y su corazón bien
cerca de la palabra de Dios. Dice que ella es como ese río de vida, que fluye
permanentemente y que puede refrescar tu vida, para hacerla abundante.
Los árboles no caminan. Pero si pudieran elegir donde vivir, estoy seguro que todos,
sin excepción, optarían por estar cerca de un río. Ninguno sería tan tonto de elegir un lugar
árido y desolado, pudiendo estar en un lugar fresco y agradable.
Nosotros sí podemos caminar, y podemos elegir donde estar. Y muchas veces
somos tan tontos que elegimos buscar agua en el desierto de nuestras malas decisiones,
antes que refrescarnos en la palabra de Dios.
Pensamos que somos muy audaces cuando desobedecemos a Dios y hacemos lo que
tenemos ganas. Pero no nos damos cuenta, que es como querer calmar la sed con agua
salada. Parece que refresca, parece que calmaría la sed, pero no lo hace. Y lo que es peor,
trae como consecuencia más sed. Así pasa cuando plantamos nuestra vida en otro lugar que
no sea la palabra de Dios, cuando lo que metemos en la cabeza son ideas que Dios no
aprueba.
Pensamos que somos muy audaces llevándole la contra a Dios y desobedeciendo
sus mandamientos. Y sólo cuando es demasiado tarde, nos damos cuenta que estamos secos
y sin fruto. Dios prometió que quienes se refresquen en su Palabra, serán bendecidos. Los
que son fieles a su Palabra son los que no se marchitan. Y David agregó: todo lo que hacen,
les sale bien.
Refréscate en Dios, y garantiza tu éxito.
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