Don Leopoldo García llego a Londres expulsado de Chile un

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AMNISTÍA INTERNACIONAL
NOTA
04 de Noviembre de 2013
AI Index: AMR 22/015/2013
Tras 40 años, sobreviviente de tortura Chileno encuentra justicia
Tras casi 40 años de exilio en un suburbio de Londres, Leopoldo García, es el primer chileno
sobreviviente de tortura en ganar un proceso judicial histórico. La Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha decidido que Chile debe encontrar a los responsables de sus abusos y
brindarle indemnización. Aquí, su historia de abusos, sobrevivencia y lucha.
Para Leopoldo García, quien ahora tiene 80 años, olvidar al menos por un día la tortura que
sufrió bajo el régimen de Pinochet hace 40 años es una tarea imposible.
Es que cada vez que mira al espejo, puede ver las marcas y cicatrices.
“Perdí los dientes, con la culata de una metralleta, tengo el brazo quebrado, la columna
mal…un desastre. Actualmente sigo con lo que me pasó en aquellas fechas… y voy a morir
con esto,” explica.
Antes del golpe de estado de Pinochet el 11 de septiembre de 1973, Leopoldo trabajaba como
jefe del departamento de apuestas del hipódromo de Santiago de Chile y era militante del
Partido Socialista. Su pesadilla comenzó pocos días después del golpe militar, cuando fue
detenido por la policía, el 16 de septiembre de 1973.
Leopoldo fue trasladado a la Primera Comisaría de Carabineros de Santiago de Chile donde lo
mantuvieron incomunicado y sin cargos. Allí fue torturado para que confesara el paradero de
otros compañeros vinculados al Partido Socialista. Cada dos o tres horas, la policía le ataba las
manos y pies y le vendaba los ojos, golpeándole la cabeza y sumergiéndolo en agua.
De allí, lo trasladaron al Estadio Nacional donde la tortura continúo y se intensificó por tres
meses. El siguiente año y medio lo pasó en los campos de detención de Chacabuco, Ritoque y
Tres Álamos. Su familia pudo visitarlo en muy pocas ocasiones mientras estuvo detenido.
“Lo que pasaba por mi cabeza [cuando me estaban torturando] es que mi gente estaba ya toda
muerta y que faltaba que me mataran a mi no más. Uno ve lo peor,” dijo.
Pero un día, casi sin aviso, las autoridades le comunicaron que sería liberado, aunque bajo la
condición que debería dejar el país.
“Me enteré que íbamos a ser expulsados. En parte pensé que podía ser mi salvación y
pensando que la cosa iba a tener solución rápida,” recuerda Leopoldo.
El 12 de julio de 1975, Leopoldo y parte de su familia abandonaron Chile rumbo a Londres,
sin hablar inglés y casi con lo puesto.
Lo que pensaron como una salvación, pronto se convirtió en el nuevo capítulo de una difícil y
larga lucha.
Sobreviviendo lejos de casa
Leopoldo es una de cientos de miles de personas que fueron expulsadas de Chile por el
régimen de Augusto Pinochet.
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Adaptarse a su nuevo hogar fue un proceso lento y difícil.
La tortura le produjo una discapacidad permanente que le ha impedido trabajar o aprender
inglés.
“Pensaba que iba a estar dos años [en Londres] pero llevo casi 40 años aquí. Esto es chocante.
He perdido mis amistades, he perdido a todo el mundo, incluso no puedo trabajar, no puedo
hacer nada de lo que yo hacia en Chile. Estoy encajonado”.
Tras un largo proceso de solicitudes, Leopoldo pudo obtener algunos beneficios económicos
previstos en Chile por su condición de exonerado político. Sin embargo, por no estar viviendo
en su país, no tiene acceso a otras medidas de reparación en el ámbito de salud para víctimas
de tortura, sumamente necesarias en su caso.
El exilio de Leopoldo, agravado por la tortura y la denegación de justicia, ha sido duro también
para su familia. Su mujer, María Elena Otilia García no tuvo otra opción que dejar su trabajo
en Chile y dedicarse al cuidado de su marido. Sus tres hijas – menores de edad cuando
llegaron a Londres -- tuvieron que enfrentarse a un nuevo escenario académico sin hablar el
idioma y en un contexto cultural completamente distinto al de su país natal.
La familia también perdió todas sus posesiones y ahorros que tenían en Chile.
Leopoldo y su familia están muy agradecidos al Reino Unido pero todavía recuerdan lo difícil
que fue comenzar una nueva vida en un país diferente hace casi 40 años.
“A nuestras tres hijas les afectó mucho el exilio. Al final pudieron adaptarse al país, pero les
tomó tiempo por el idioma. La más pequeña, que tenía cuatro años y medio en ese momento
tuvo que ir a una escuela para niños con capacidades diferentes y hacer terapia del habla. No
fueron a la universidad a pesar de que la mayor tenía muy buenas notas en Chile y quería ser
arquitecta,” dijo María Elena.
“También sufrimos discriminación. Cuando nos mudamos a nuestro primer departamento los
vecinos no nos querían. Nos tiraban botellas de leche y huevos en nuestra casa, dejaban
bolsas de basura en nuestra puerta… era terrible.”
Tras haber pasado más de la mitad de sus vidas en Londres, dicen que ahora es muy difícil
volver a vivir en Chile.
El largo camino hacia la justicia y la reparación
Las cosas comenzaron a cambiar para Leopoldo y su familia cuando, en abril de 1994,
decidieron tocar la puerta de REDRESS, una organización con sede en Londres de ayuda a
víctimas de tortura.
Con su asesoramiento, en mayo de 2002, la familia García se embarcó en una denuncia ante
el sistema interamericano contra el Estado chileno en reclamo por la falta de justicia y
reparaciones.
Más de dos años después, en octubre de 2005, el caso fue admitido por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos que en 2011 lo remitió a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Los abogados de REDRESS argumentaron que ni Leopoldo ni su familia han tenido acceso a
justicia ni a reparaciones adecuadas. Han hecho un llamado a Chile para que remueva todos
los obstáculos que previenen su acceso a la justicia, como la Ley de Amnistía. Además,
argumentaron que la pensión que recibe como exonerado político se reajuste para tener en
cuenta el mayor costo de vida en Londres y por la restitución de los ahorros que tenía en Chile.
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La Corte Inter Americana de Derechos Humanos falló que Chile debe finalizar, lo antes posible,
una investigación sobre los abusos sufridos por Leopoldo y llevar a los responsables a la
justicia. La Corte, además, dijo que Leopoldo debería recibir una indemnización.
“Este fallo es positivo. El estado Chile ahora debe asegurar que aquellos que torturaron al
señor García enfrenten la justicia,” dijo Guadalupe Marengo, Directora Adjunta para las
Américas de Amnistía Internacional.
Este es el primer caso de un superviviente de tortura en Chile de la época de Pinochet que
llega a esta instancia internacional. Leopoldo tiene claro que es Chile quien tiene que asumir
la responsabilidad de lo que le ocurrió 40 años atrás y de las consecuencias que tuvo para él y
su familia el exilio.
“Estoy muy agradecido de los ingleses por darme su acogida. Voy a morir aquí, pero es Chile
quien tiene que asumir su responsabilidad. Yo no soy de aquí, soy de Chile,” insiste Leopoldo.
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