Como en los viejos tiempos

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LATERCERA Sábado 15 de octubre de 2016
Sociedad
Espectáculos
CRITICA DE DISCOS
Como en los
viejos tiempos
Marcelo Contreras
Crítico de música
E
STA ha sido
una década
dulce y
amarga para
Green day.
Lo último
fue un descalabro, la auto-indulgente trilogía ¡Uno!, ¡Dos! y
¡Tré! editada en 2012. Pero
en 2015 entraron de una,
al primer año de postulación, al Salón de la fama
del Rock and Roll mientras Iron maiden, por citar
uno de varios casos, sigue
a la espera. Green day encarna un clásico moderno
representativo de estos
tiempos del rock como
opción musical de segundo orden para la juventud.
Engendró todo ese punk
pop y emo ligero y afectado propio del nuevo milenio -Blink 182, My chemical romance, Fall out boy, que provoca naúseas en
fans de vieja escuela. Sin
embargo Green day tiene
una fortaleza que no se
puede subestimar. Cuando se trata de momentos
críticos, el trío de Billy Joe
Armstrong, Mike Dirnt y
Tré Cool se encuentra en
su elemento. Sucedió en
1994 con Dookie, cuando
el grunge volaba en pedazos junto a la cabeza de
Cobain, y asumieron el relevo de lo que rock estadounidense con chapa alternativa y respaldo corporativo ponía en vitrina.
Pasó en 2004 cuando
EE.UU. decidió repetirse
el plato con la administración Bush y publicaron
American idiot, el álbum
que los consagró como súper estrellas y banda de
estadios. Y sucede ahora
que el imperio enfrenta
otra encrucijada política.
No significa que Revolution radio hable en particular de la actual campaña presidencial, sino de
una contingencia que en
la pluma de Billy Joe se
plasma caótica y también
propicia para ciertas nostalgias propias de un padre de familia de 44 años.
En este disco desfilan,
aleatoriamente, la brutalidad policial sin tregua en
el país del norte, junto al
narcisismo y la soledad en
las redes sociales, combinada con el ansia de exposición a como de lugar.
Revolution radio es, ante
todo, un ejercicio de concentración con el grupo
produciendo por cuenta
propia. A partir de American idiot asumieron el manual de Pete Townshend
de The Who para un género de su invención, la ópera rock, un tipo de álbum
conceptual donde los temas funcionan individualmente y a la vez como parte de un relato mayor, aún
así suscritos a la concisión
del pop. La primera, Somewhere now, según Billy
Joe su favorita entre las
canciones que abren cada
uno de sus álbumes, alterna entre guitarras acústicas y riffs explosivos catapultados por una base rítmica bombástica, junto a
una declaración de desazón sobre el presente y el
futuro. Bang bang es el arquetipo de la canción
Green day, esa virtud de la
que recelaba la escena californiana que les vio nacer: la ejecución ajustada,
feroz y burbujeante en una
sola entrega, junto con incluir un mini solo de Tré
Cool que nos recuerda la
legión de imitadores que
dejó su estilo. Con sus casi
siete minutos Forever
now, expone una suit de
punk con giro power pop,
quiebres acústicos y un remate con aires de ensueño
y grandilocuencia. La mitad de las canciones bordea los tres minutos subrayando que el mensaje
debe ser directo, sin rodeos, rápidamente pegajoso, como lo hicieron en sus
mejores discos. Y este, sin
duda alguna, es uno de
ellos.
Revolution Radio
Green Day
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