El Ataque Cerebral Información El Ataque Cerebral aparece cuando el suministro de sangre al cerebro se ve súbitamente bloqueado, o cuando se rompe un vaso sanguíneo del encéfalo. Al carecer de oxigeno, las células nerviosas del área afectada no pueden funcionar y mueren en cuestión de minutos. Al igual que la falta de flujo sanguíneo al corazón se denomina infarto de corazón, la carencia de flujo sanguíneo en el cerebro o una hemorragia súbita en el mismo se conoce cono un infarto cerebral. Aunque el ataque cerebral es sufrido por el cerebro, puede afectar a todo el cuerpo. Entre sus consecuencias se cuentan carencias cognitivas y de memoria, problemas de habla, dificultades emocionales, dolor y problemas en sobrellevar la vida cotidiana. La parálisis es un resultado frecuente tras un ataque cerebral, a menudo afectando a un solo lado del cuerpo (hemiplejia). Esta parálisis o debilidad puede efectuar únicamente a la cara, un brazo o una pierna, o a todo un lado del cuerpo o cara. Una persona que sufre un ataque cerebral en el hemisferio izquierdo del cerebro sufrirá una parálisis del lado derecho del cuerpo o paresas. Por el contrario, quienes lo sufran en el derecho, se verán afectados por deficiencias en el lado izquierdo del cuerpo. Existen cuatro tipos de principales de ataques cerebrales. La trombosis cerebral y la embolia cerebral son las más comunes, sumando alrededor del 70‐ 80% de todos los ataques cerebrales. Están causados por coágulos que bloquean una arteria. Las hemorragias cerebrales y subaracnoideas tienen su origen en la ruptura de vasos sanguíneos. Tienen tasas de fatalidad mucho más altas que los ataques cerebrales causados por coágulos. Isquemia es el término utilizado para hacer referencia a la falta de oxigeno y nutrientes en las neuronas cuando hay un riego sanguíneo inadecuado. La isquemia puede desembocar en un infarto, la muerte de células cerebrales que terminan siendo reemplazadas por una cavidad rellena de liquido (el infarto) en el cerebro lesionado. Según la American Stroke Association, alguien en EEUU sufre un ataque cerebral cada 45 segundos. Es la tercerea causa de muerte nacional, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer en todas sus formas. El ataque cerebral es la principal causa de discapacidad grave a largo plazo en EEUU. En la actualidad viven alrededor de 4,500,000 personas que han sufrido ataques cerebrales. Factores de Riesgo: Los factores de riesgo más importantes en los casos de ataques cerebrales son la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el tabaquismo. Otros incluyen el consumo abusivo de alcohol, consumo de drogas ilegales y condiciones genéticas o congénitas, especialmente anomalías vasculares. Otro factor de riesgo es el incremento en la cantidad de glóbulos rojos en la sangre. Es exceso de estos espesa la sangre y aumenta las posibilidades de coagulo. Síntomas: Los síntomas de ataque cerebrales incluyen entumecimiento o debilidad repentinos, especialmente en un lado del cuerpo; confusión o problemas al hablar o al comprender el lenguaje oral; problemas visuales en uno o ambos ojos; problemas súbitos al caminar, mareos, falta de equilibrio y coordinación o dolores de cabeza fuertes sin causa aparente. Tratamiento: El ataque cerebral isquémico se trata eliminando la obstrucción restableciendo el flujo sanguíneo en el cerebro. En el ataque cerebral hemorrágico, el médico intentara prevenir la ruptura y la hemorragia de aneurismas y malformaciones arteriovenosas. Cuando el flujo sanguíneo del cerebro es interrumpido, algunas células cerebrales mueren inmediatamente y otras quedan en peligro. A menudo, las células dañadas pueden ser salvadas gracias a la administración temprana de un fármaco disolvente de coágulos llamado activador de plasminogeno de tejido (aTP) en las tres primeras horas después del ataque. Por desgracia, únicamente un 3‐5% de quienes sufren un ataque cerebral llega al hospital a tiempo para recibir tratamiento. La repuesta apropiada a un infarto cerebral es la acción de urgencia. – Cada minuto perdido entre la aparición de los síntomas y la llegada a urgencias reduce las limitadas oportunidades que ofrece la potencial intervención. Mientras tanto, se desarrollan otros medicamentos neuroprotectores que evitan la ola de danos tras el primer infarto. Recuperación temprana: El cerebro a menudo compensa el daño infligido por un ataque cerebral. Algunas células cerebrales que no mueren vuelven a funcionar. A veces, una región del cerebro adopta las funciones de otra que ha sido dañada por el ataque. Quienes sobreviven a un ataque cerebral experimentan a veces una recuperación significativa y sin precedentes que no parece tener explicación. Las pautas generales de recuperación muestran que el 10% de sobrevivientes se recuperan casi totalmente; el 25% mantiene pequeñas discapacidades; el 40% las sufre de mayor importancia y necesitan cuidados especiales; el 10% requieren cuidados intensivos en instalaciones asistenciales; el 15% mueren poco después del ataque. Rehabilitación: Esta no invierte los efectos de un ataque cerebral pero devuelve al paciente fuerza, capacidad y seguridad, de modo que pueda continuar con sus actividades diarias a pesar de los efectos de la enfermedad. Las actividades pueden consistir en : habilidades de movilidad tales como alimentarse, asearse, bañarse y vestirse; habilidades de movilidad tales como pasarse de una cama a una silla, caminar o moverse en una silla de ruedas; habilidades comunicativas; habilidades cognitivas relacionadas por ejemplo con la memoria y la resolución de problemas; habilidades sociales que le permitan interactuar con otras personas. La rehabilitación comienza en el propio hospital, tan pronto como sea posible. Para quienes están estables, la rehabilitación puede comenzar dos días después del ataque cerebral y debe continuar mientras sea necesario después del alta hospitalaria. Las opciones de rehabilitación pueden incluir la unidad de rehabilitación del hospital, una unidad de vigilancia intensiva, un hospital especializado en rehabilitación o servicios asistenciales en casa o a largo plazo en una institución de atención especializada. El ataque cerebral puede causar problemas en el razonamiento, conciencia, atención, aprendizaje, sentido común y memoria. El afectado de un ataque cerebral puede no ser consciente de su entorno. Son frecuentes los problemas de expresión lingüística cuando los lóbulos izquierdos del cerebro se ven afectados. Asimismo, los sobrevivientes pueden experimentar dolor, entumecimientos incómodos o sensaciones extrañas debido a diversos factores, como el daño sufrido por regiones sensoriales del cerebro, la posible rigidez de articulaciones o discapacidad de un miembro. Muchos pacientes se ven afectados por espasticidad (rigidez muscular). Esta rigidez impide los afectados hacer cosas cotidianas tan sencillas como sostener una cuchara o atarse los zapatos. Una combinación de medicación y terapia física puede ayudar a relajar los músculos. Algunos sobrevivientes a ataques cerebrales pueden ser candidatos a la administración de baclofeno intratecal. En esta práctica, se coloca una bomba en la pared abdominal del paciente que libera pequeñas dosis de baclofeno líquido en el fluido que circunda a la medula espinal. Esto relaja los músculos sin los efectos adormecedores que a menudo vienen asociados con el fármaco. El ataque cerebral puede también implicar problemas emocionales. Los pacientes de un ataque cerebral tienen dificultar al controlar sus emociones y pueden expresar emociones inapropiadas en determinadas situaciones. La depresión aparece comúnmente. Una persona deprimida puede negarse a tomar medicamentos o hacer de esto una tarea complicada, puede no sentir motivación para realizar ejercicios que sin duda le permitirán mejorar la movilidad o pueden mostrarse irritables. La depresión puede crear un círculo vicioso – que priva al afectado de contactos sociales, lo que a su vez agravara la depresión. La familia puede ayudar estimulando el interés por el resto de personas y animando al paciente a participar en actividades de ocio. La depresión crónica puede ser tratada mediante asesoramiento, terapia de grupo y medicación antidepresiva. Los sobrevivientes de un ataque cerebral encontraran que tareas que solían ser sencillas se han convertido en extremadamente difíciles o imposibles. Muchos dispositivos de adaptación y variadas técnicas pueden ayudar a estas personas a mantener su independencia y a funcionar cada día de manera fácil y segura. Los hogares pueden siempre ser adaptados a las necesidades personales del paciente. Circle of Rights, Inc. 11 Dunwich Manor Place Gaithersburg, Maryland 20877 Tel: 301-229-1355 susanhemery@starpower.net doritadd@msn.com