Asistencia respiratoria neonatal, tendencia actual

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An Pediatr (Barc). 2009;70(2):107–110
www.elsevier.es/anpediatr
EDITORIAL
Asistencia respiratoria neonatal, tendencia actual
Neonatal respiratory assistance: current trends
M. Sánchez Luna
Servicio de Neonatologı́a, Hospital Universitario Materno-Infantil Gregorio Marañón, Madrid, España
La asistencia respiratoria ha sido siempre una de las bases de
la terapia neonatal ya que la inmadurez del recién nacido
(RN) prematuro suele manifestarse de forma inicial como
incapacidad de mantener espontáneamente la respiración
de forma eficaz. El manejo respiratorio es un marcador de la
evolución de la neonatologı́a y por eso los cambios en
tendencias, conceptos, modalidades y dispositivos son
habituales, y llegan a ser vertiginosos, como en la última
década. Lo que parece claro es que el cuidado respiratorio
del RN ha dejado de ser el empleo de un protocolo basado en
la experiencia personal para ser una forma más de aplicar
los resultados de la evidencia médica.
Esta evolución en los últimos años se relaciona más con los
resultados obtenidos en investigación sobre el potencial
efecto tóxico del oxı́geno al nacimiento y las estrategias de
protección pulmonar, muy especialmente en la prevención
de la )nueva* displasia broncopulmonar (DBP).
Prevención del efecto tóxico del oxı́geno al
nacimiento
Hoy sabemos que la administración de concentraciones
elevadas de oxı́geno en la reanimación neonatal puede
desencadenar procesos inflamatorios con efectos perjudiciales1. Aunque aún no hay suficientes datos para recomendar el empleo de aire ambiente en lugar de oxı́geno al 100%
en la reanimación neonatal del RN a término, los datos
actuales indican un uso prudente del oxı́geno para una
reanimación eficaz y segura2.
En el RN pretérmino, aun cuando hay datos experimentales que indican un efecto perjudicial de concentraciones
Correo electrónico: msanchezl.hgugm@salud.madrid.org
elevadas de oxı́geno, la evidencia actual no permite
recomendar el empleo de aire ambiente desde el inicio
para su reanimación al nacimiento3; sin embargo, sı́ es
necesario ser especialmente cuidadoso con su empleo.
Estos hechos hacen que debamos incorporar la tecnologı́a
suficiente para poder regular y medir la concentración
de oxı́geno durante las maniobras de reanimación o de
estabilización al nacimiento. Ya la lógica nos indicaba en
nuestra práctica diaria que quizá no fuese necesario
alcanzar una saturación de oxı́geno posnatal muy elevada
y de forma inmediata tras el nacimiento, cuando en la vida
fetal esta saturación es significativamente más baja; sin
embargo, las guı́as y recomendaciones de las diferentes
organizaciones implicadas en la reanimación neonatal han
mantenido el uso de oxı́geno al 100% como el estándar hasta
hace no mucho, pero han cambiado recientemente y se hace
especial hincapié en el uso de monitorización de la
saturación de oxı́geno durante la reanimación neonatal4.
Hoy es necesario que en la zona de reanimación o atención
al RN se disponga de mezcladores de aire-oxı́geno dispositivos especı́ficamente adaptados para él y de sistemas de
monitorización de la saturación de oxı́geno5.
Estrategias de manejo respiratorio y
prevención de la )nueva* displasia
broncopulmonar
Los cambios crónicos que tienen lugar en el pulmón de RN
inmaduros, básicamente antes de la semana 26, y que
definen la llamada )nueva* DBP son diferentes de los
encontrados en la época en que el empleo de la maduración
pulmonar antenatal con corticosteroides y el uso de
surfactante era inexistente o escaso. Hoy el pulmón de la
1695-4033/$ - see front matter & 2008 Asociación Española de Pediatrı́a. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.anpedi.2008.10.009
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)nueva* DBP presenta cambios compatibles con dilatación
de los espacios aéreos, reducción en el número de crestas
vasculares y, por lo tanto, de los futuros vasos pulmonares,
además de disminución del desarrollo de la vı́a aérea con
menos cambios inflamatorios6. Quizá un pulmón inmaduro
en el que se ha administrado surfactante pulmonar exógeno
de forma muy precoz, antes de que la ventilación mecánica
distorsione y rompa el tejido pulmonar, pueda desarrollarse
y crecer de una forma suficiente.
Pero ¿cuáles han sido los factores que han hecho que cambie
de una manera tan drástica la expresión clı́nica de la DBP?
El nacimiento de un RN extremadamente inmaduro, sobre
todo si es antes de la semana 26, es el factor más
determinante; sin embargo, eso no es todo ya que hace
falta algo más que la inmadurez para desarrollar DBP. Como
es bien sabido, la etiopatogenia de la DBP es multifactorial7.
Es probable que el comienzo de esta enfermedad sea
intrauterino, bien por factores genéticos relacionados con
agresión intrauterina, como reacciones inflamatorias por
infección amniótica u otras. Pero lo que es indudable es que
la agresión que se produce en este pulmón inmaduro en el
momento del nacimiento, bien por ventilación o bien por
oxı́geno, es un factor muy frecuente y probablemente
prevenible8 y un cambio general en el manejo de estos
pequeños pueda modificar la incidencia de DBP9.
Vivimos recientemente un cambio en la actitud del
neonatólogo en el manejo de la vı́a aérea de estos pequeños
con un intento de ser menos agresivos y evitar la intubación
y la ventilación mecánica, para intentar prevenir con ello el
desarrollo de DBP10.
La evidencia nos muestra que muchos bebés, aun los más
pequeños, pueden ser manejados de forma no invasiva al
nacimiento, es decir, sin colocar un tubo endotraqueal11.
Pero la duda es si es que cada vez hay más RN inmaduros que
son capaces de respirar por ellos mismos sin necesidad de
colocar un tubo endotraqueal al nacer, o cada vez somos más
conscientes de que esto es posible, y aún más, de que la
intervención que debemos hacer al nacimiento en los RN
más frágiles puede ser menos agresiva.
Sabemos que establecer del volumen residual pulmonar al
nacimiento exige un trabajo muscular importante para
separar las paredes pegadas entre sı́ de la vı́a aérea, y en
las que aún no hay gas, y permitir la entrada de aire. Este
hecho depende, en gran medida, de la presencia de
surfactante pulmonar en cantidad y calidad suficientes
como para evitar el efecto de adhesión de las moléculas
que produce la tensión superficial. Si hay surfactante que
permita el despegamiento inicial de la vı́a aérea, el aire
entra en el pulmón y permanece, lo que da lugar al volumen
residual y comienza el intercambio gaseoso. Este volumen
pulmonar se genera, por un lado, por la acción del
surfactante pulmonar que evita el colapso de la vı́a aérea
y por el importante efecto del cierre de la glotis antes del fin
de la espiración, lo que hace de )freno* al vaciamiento
pulmonar y ayuda a que la siguiente inspiración se realice
sobre un volumen pulmonar previo que reduce la dificultad
de volver a expandir los pulmonares. Ası́ sucesivamente en
los primeros minutos de la respiración se establecerá el
volumen funcional necesario para el intercambio de gases de
forma continua y no sólo durante la inspiración y para que
este volumen proteja al tejido pulmonar de distorsión,
atelectasia y rotura.
M. Sánchez Luna
Es obvio que la colocación de un tubo endotraqueal
evitará el efecto del cierre de la glotis, más aún cuando se
emplean presiones bajas al final de la espiración10.
La disyuntiva es decidir pronto quién puede respirar
espontáneamente y quién necesitará intubación y surfactante precozmente. En este momento no disponemos de
datos objetivos que predigan con antelación a quién le
beneficiará más la actitud invasiva y a quién no sólo no le
representa un beneficio, sino que puede ser contraproducente.
La administración de surfactante no ha reducido la DBP,
sólo en uno de los estudios más iniciales en que se comparó
el efecto de la administración de surfactante artificial sin
proteı́nas con placebo se objetivó un beneficio sobre la
reducción de la DBP12, en todos los demás estudios el
surfactante pulmonar exógeno ha demostrado un efecto
beneficioso en reducir la mortalidad ligada al distrés
respiratorio, y básicamente al desarrollo de neumotórax.
Sin embargo, este efecto es más evidente cuanto más precoz
es su administración, y aún más cuando se administra de
forma profiláctica al nacimiento en RN con edades
gestacionales inferiores a 26 semanas. Por lo tanto, la
decisión final de administrar surfactante en estos pequeños
muy precozmente o profilácticamente o un manejo no
invasivo va a depender de otros factores, como la ausencia
de maduración antenatal con corticosteroides13,14.
Ventilación mecánica invasiva y DBP
La ventilación mecánica invasiva ha evolucionado en los
últimos años de una forma rápida. La ventilación de alta
frecuencia ha demostrado su utilidad como rescate en
enfermedades pulmonares severas no sólo en el RN
prematuro, sino en el nacido a término y lactante pequeño,
como forma de apertura pulmonar reduciendo el trauma en
la vı́a aérea.
Aun cuando los primeros estudios experimentales en
pulmones de animales prematuros ası́ lo indican, no se ha
demostrado un efecto beneficioso en reducir la DBP, tanto
cuando se usa como alternativa a la ventilación mecánica
convencional como cuando se emplea como rescate15,16. Sin
embargo, su uso es muy extendido ya que facilita la
homogeneización del volumen pulmonar y el reclutamiento
de la vı́a aérea de forma más eficaz y con menor agresión
que con ventilación tidal17–19.
La ventilación mecánica invasiva sincronizada con el
paciente hoy es una forma de manejo estandarizado en las
unidades neonatales. Atrás han quedado los tiempos en que
se le presumió una forma muy sofisticada y costosa con
pocos beneficios para los RN. La evidencia ha demostrado su
superioridad frente a la ventilación no sincronizada en la
reducción de la asincronı́a con el respirador, disminución de
sedoanalgesia necesaria, reducción de la variabilidad ciclo a
ciclo de presiones y volúmenes pulmonares, etc.20. Los
nuevos dispositivos de sincronización son suficientemente
sensibles como para captar el inicio de la respiración del
paciente por muy pequeño que este sea. La gran diversidad
de dispositivos empleados y los diferentes diseños en los
estudios de investigación han hecho que los datos de que
disponemos en este momento sean aún algo confusos en
cuanto a cuál es el mejor dispositivo y en qué modalidad.
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Muchas veces es la forma en que se comparan estos equipos
entre sı́ o con otra modalidad de ventilación, como
ventilación de alta frecuencia, lo que hace que tengamos
resultados diferentes18–21.
Hoy es un hecho que la ventilación invasiva sincronizada
con el paciente no sólo es una forma segura con ventajas
frente a la ventilación no sincronizada, sino que además da
información precisa de la mecánica respiratoria en tiempo
real de nuestros pacientes, lo que ha hecho que el
conocimiento y la enseñanza de la fisiologı́a respiratoria
del RN no sean algo al alcance de unos pocos laboratorios,
sino que sea habitual en el manejo intensivo diario.
Además, este mejor conocimiento de la fisiologı́a pulmonar ha favorecido la evolución de soluciones aún más
sofisticadas pero razonables, con ventajas para el paciente
como la ventilación con presión de soporte, sincronización
por flujo inspirado y espirado, ventilación con volumen
objetivo y volumen garantizado, etc.
Manejo no invasivo de la vı́a aérea y DBP
Ante la posibilidad de que un manejo no invasivo de la vı́a
aérea desde el nacimiento pueda reducir la DBP10, en
los últimos años se han realizado múltiples estudios
aleatorizados y controlados con poblaciones amplias de
prematuros que intentan demostrar este posible beneficio.
Sin embargo, hasta la actualidad no disponemos de ningún
dato concluyente en este sentido. Aún más, el mayor estudio
publicado hasta la fecha en que se compara un manejo no
invasivo con presión continua de distensión de la vı́a aérea a
través de dispositivos nasales (CPAPn) y el manejo estándar
no sólo no ha demostrado ningún beneficio, sino que además
el grupo controlado con manejo estándar y ventilación
mecánica ha desarrollado de forma significativa menos
neumotórax que el grupo CPAPn22. Junto a este menor
riesgo de neumotórax, también se ha demostrado una
mayor necesidad de administración de surfactante cuando
realizamos intubación en la sala de partos. Es posible que
esta mayor incidencia de neumotórax cuando se emplea sólo
CPAPn desde el nacimiento se deba precisamente a un
menor uso de surfactante en pequeños que tienen dificultad
respiratoria, pero que son capaces de mantener la saturación de oxı́geno y el intercambio de CO2 a expensas de un
mayor trabajo respiratorio. Esto es más llamativo en los
prematuros más grandes, con más fuerza muscular. ¿Podrı́amos asistir a una mayor incidencia de neumotórax en los
próximos años si hacemos un manejo )demasiado* poco
invasivo del distrés respiratorio? Esto es algo a lo que
deberı́amos estar atentos si se generaliza una atención no
invasiva de la vı́a aérea.
Quizá el empleo sólo de CPAPn no sea suficiente22, por lo
tanto, para conseguir un efecto beneficioso en la reducción
de la DBP.
Aun cuando en estos momentos el uso de CPAPn
representa una forma universal de asistencia respiratoria,
desde el nacimiento o como prevención y tratamiento
del fracaso de la extubación, la mayor evolución en el
soporte respiratorio del RN, y más especı́ficamente del RN
prematuro, la proporciona el manejo no invasivo de la vı́a
aérea.
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La ventilación no invasiva aparece como una alternativa
eficaz y segura a la ventilación invasiva en el paciente
neonatal10. Desde un punto de vista fisiológico la diferencia
más importante entre una y otra es la necesidad o no de
emplear un tubo o un dispositivo que mantengan la
integridad de la glotis (no invasiva) o que la traspase
(invasiva). Los dispositivos de CPAPn no deberı́an incluirse en
este epı́grafe ya que conceptualmente no propician ventilación como tal al ser dispositivos pasivos. Aun cuando se ha
querido asociar cierto componente dinámico en algunos
dispositivos de CPAPn, como el de flujo variable o el de
burbujas, lo cierto es que la ventilación depende exclusivamente del paciente, y es por ello que estos dispositivos
deberı́an incluirse en un apartado de sistemas de soporte o
asistencia respiratoria no invasiva, pero no ventilación no
invasiva.
Sólo si el equipo activamente genera ventilación alveolar,
deberı́amos considerarlo equipo de ventilación no invasiva.
Estos equipos utilizan dispositivos de interfaz con la nariz de
los pacientes iguales que los de las CPAPn, esto es,
prolongadores de material blando y moldeable que se
adaptan a la entrada de las fosas nasales. Hoy sabemos
que estas interfases son las más adecuadas en neonatologı́a.
El problema actual es la escasa literatura cientı́fica que
existe sobre estos equipos, y aún más, el posible uso de
equipos no diseñados especı́ficamente para este fin de
ventilación no invasiva10. Con el empleo de la ventilación
no invasiva tenemos que cambiar algunos de nuestros
conceptos clásicos de manejo respiratorio.
Los equipos tradicionales de ventilación invasiva transmiten de una forma muy eficaz la presión y, por lo tanto, el
volumen desde el sistema de tubuladuras hasta la tráquea
del paciente gracias a la rigidez del tubo endotraqueal: en la
ventilación no invasiva, esta transmisión de presiones y, por
lo tanto, de volúmenes cambia por el efecto de amortiguación que tiene la vı́a aérea proximal del RN, desde su nariz,
tejidos de la cavidad bucofarı́ngea y la propia glotis.
Los tiempos de transmisión de presiones también cambian. Es por lo que los conceptos tradicionales de presión
inspiratoria y velocidad de flujo han de ser necesariamente
diferentes.
Pero el mayor problema es la presencia o ausencia de
coordinación entre la entrada del volumen de gas en el ciclo
inspiratorio y la apertura de la glotis del RN.
Si la sincronización en ventilación invasiva es importante
aquı́, en ventilación no invasiva es fundamental. Puede que
algunos de los ciclos de ventilación no sincronizada
coincidan por causalidad con la apertura de la glotis del
paciente, en ese caso será una ventilación más o menos
eficaz, pero si no coincide, entonces el ciclo no llega al
pulmón, como en el caso de la ventilación invasiva, sino que
se distribuye por la boca, la faringe y el esófago del
paciente.
Es por ello que los dispositivos de ventilación no invasiva
deberı́an ser dispositivos que sincronicen eficazmente con el
esfuerzo respiratorio. Hay estudios en los que se ha comparado
el uso de equipos tradicionales de ventilación no invasiva con
adaptadores para ventilación nasal y otras modalidades como
CPAPn o ventilación invasiva convencional23. En otros casos se
han empleado dispositivos de sincronización, que ya habı́an
demostrado escasa eficacia y seguridad en ventilación
invasiva, ahora de forma no invasiva24.
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Sin embargo, hay datos que indican que hay dispositivos
eficaces y que además esta forma de ventilación no sólo
puede ser útil en la prevención de la reintubación en el
fracaso de la extubación25–27, sino que por primera vez hay
evidencia de que esta forma de ventilación no invasiva
puede ser eficaz en reducir la DBP28.
Estamos viviendo un momento apasionante del desarrollo
de conocimientos y métodos en el manejo respiratorio del
RN. Pero también creo que debemos hacer gala de la
precaución y el respeto por los hallazgos cientı́ficos que
tanto nos ha enseñado a los neonatólogos. Necesitamos que
la industria haga un esfuerzo por desarrollar dispositivos
sencillos y especı́ficamente pensados y creados para la
ventilación no invasiva. Necesitamos estudios, con buenos
diseños y tamaños muestrales suficientes que nos ayuden a
conocer el posible efecto beneficioso de estos equipos en el
manejo no invasivo de los RN, y necesitamos paciencia hasta
tener estos resultados, para esperar a generalizar su uso
cuando esté bien demostrada su eficacia. Mientras, sólo
deberı́amos hacer uso de ellos de forma controlada.
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