LO IMAGINARIO EN LOS GRUPOS Aportes de la

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Universidad de Buenos Aires – Facultad de Ciencias Sociales
Equipo de Cátedras del Prof. Ferrarós
LO IMAGINARIO EN LOS GRUPOS
Aportes de la Escuela Francesa: Didier Anzieu
Lic. Adriana Sonis
Imaginario – Fantasmático
La Escuela Francesa de grupos comienza alrededor del ’50. Entre sus representantes encontramos a Bejarano, Käes y Anzieu.
En su libro El grupo y el inconsciente, Anzieu cuenta que sus primeros trabajos tuvieron el título de “La realidad imaginaria de los grupos” y
que ésa era la primera vez que el concepto de imaginario era aplicado al grupo. “…Término vago que se presentó a confusiones…”, por eso
reemplaza imaginario por fantasmado o fantasmático.
Pero la palabra fantasmado es inexistente en castellano, así que lo reemplazamos por fantasma. Pero dice que conserva el término
imaginario ya que fue el término original de todo un trabajo de hipótesis.
¿Cuál es una de estas hipótesis?
“…El vínculo interhumano primario es la circulación fantasmática…”.
Para poder entender la existencia de un grupo, hay que visualizarlo como una pantalla en la que se proyectan fantasías. Entonces, primero
vamos a trabajar el concepto de fantasía y luego ver cómo juegan en lo grupal.
Se escucha decir que fantasía es lo opuesto de realidad, pero ¿acaso nuestras fantasías no manifiestan nuestras realidades más íntimas?
Mis fantasías son reales, por ejemplo, mi fantasía es que todos los alumnos lean diariamente la bibliografía.
Anzieu dice que “…el fantasma es la realidad psíquica individual por excelencia, ya que nos convertimos en sujeto cuando el fantasma
adquiere en él una organización definitiva, el fantasma inconsciente es quien opera la individuación…”. Pero ¿cuándo tenemos fantasías?
Tenemos fantasías en todo momento. Cuando uno entra a un práctico y cree que todos tienen grupo formado y uno no, que todos están
integrados menos uno.
Cuando dormimos tenemos fantasías, el sueño es la expresión por excelencia de nuestras fantasías y tenemos fantasías en las Teorías
Sexuales Infantiles que explicaban todo lo que no sabíamos.
En el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis, dice que “…son estructuras fantaseadas típicas que el psicoanálisis reconoce
como organizadoras de la vida, de la fantasía, cualesquiera que sean las experiencias personales de los individuos…”.
En el presente trabajo, fantasma, fantasmático, fantasía e imaginario se van a tomar como sinónimos.
Las fantasías operan permanentemente en nosotros, por lo tanto, operan en todo encuentro con otro u otros. Anzieu dice: “…Todo
encuentro vivido como auténtico o intenso entre dos o varios seres humanos es un encuentro que ha despertado, movilizado y activado en
los interesados sus fantasmas personales conscientes e inconscientes…”.
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Todo tipo de fantasía tiene tres elementos que se repiten en cualquier situación en que se manifieste.
El primer elemento es que quien tiene la fantasía, está en la fantasía, ya sea como protagonista o ya sea como observador. Pero el sujeto
se encuentra presente.
El segundo elemento es que son imágenes visuales, pero no como si fueran diapositivas, o sea, aisladas, sino que están conectadas,
tienen un argumento, un guión. Hay una trama que estructura las imágenes.
El tercer elemento es que toda fantasía expresa algo del deseo. La definición de Laplanche y Pontalis del Diccionario de Psicoanálisis dice
“…escenificación o guión imaginario en el que se halla presente el sujeto y que representa, en forma más o menos deformada por los
procesos defensivos, la realización de un deseo, y en último término, de un deseo inconsciente…”.
Estos deseos están disfrazados por mecanismos de condensación, desplazamiento, negación. Por ejemplo, decimos que no tenemos
ningún temor de presentarnos a un final, entonces nos quedamos dormidos y la mesa cerró. O por ejemplo, transformación en lo contrario:
“entendí perfecto esto de lo que es un grupo operativo”, pero cuando se le pregunta sobre grupo operativo…
Pero lo más importante es que remite a un deseo y lo que tenemos que entender como futuros profesionales es que la conducta no se
agota en la causa manifiesta. Nuestra conducta es la puesta en escena de deseos. Estos deseos pueden ser conscientes o inconscientes,
pero el fantasma remite. Esto quiere decir que hay instancias previas.
Tres escenarios
Hay tres escenarios donde se expresan las fantasías:
1)
Fantasías conscientes o ensueños diurnos: nos suceden a plena luz del día.
Por ejemplo, hay todo un aparato publicitario propagandístico que el tema de la fantasía lo conoce muy bien, alimentan ensueños diurnos
continuamente, voy por la calle y alguien me va a descubrir para una propaganda de cigarrillos.
Hay un sinnúmero de objetos que tienden a ser vistos como “el objeto”, como “esto es”, lo que obtura la contradicción inherente entre
necesidad y satisfacción.
Ese objeto mata la necesidad, genera la satisfacción total. Son los objetos fetiches que todos compramos en cómodas cuotas: “usted
cumplir, usted ganar”.
Recordemos también que esto del deseo surge de la primera experiencia de satisfacción. Vamos a explicar el origen de la primera
experiencia de satisfacción que genera el deseo.
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El bebé en el antro-materno no tiene carencias, todas sus necesidades están cubiertas, no hay registro de necesidad, alimento, calor. El
antro-materno es un lugar nutricio, el bebé está totalmente contenido, protegido. ¿Qué pasa en la situación de nacimiento? Ambos se
preparan para el nacimiento, para el bebé es un momento de mucho displacer. Freud dice que es una experiencia traumática. De gran
caos. Hay un cambio: de un lugar conocido tiene que pasar a uno desconocido, de un medio líquido a uno que no lo es, hay fenómenos
sonoros, luces y lo más importante, tiene que respirar y la respiración es dolorosa.
A partir de respirar, tiene que alimentarse de otra manera, antes era por el cordón, el bebé nace indefenso, no puede ir a buscar su
alimento, entonces a nivel corporal siente una tensión, un desequilibrio interno. Esa tensión le produce dolor, dolor que descarga por el
llanto y es la madre o sustituto que le da significación a ese llanto, que lo descifra y alimenta, el bebé comienza a succionar y se alivia la
tensión interna, desaparece el displacer pero por un rato, porque después empieza otra vez.
Es lo que Freud llama experiencia de satisfacción, sucesivas experiencias de satisfacción van a dejar una huella, una inscripción
inconsciente. No es de una sola vez, sino de reiteradas experiencias. Recordemos que el aparato psíquico se va construyendo,
constituyendo.
Después de varias experiencias el bebé evoca esta cadena asociativa: tensión, descarga motora, gratificación, que es lo que permite la
primera representación mental que va a ser la primera inscripción psíquica, esta experiencia es fundante, funda el aparato psíquico del
bebé. En el Diccionario de Laplanche y Pontalis encontramos “… al presentarse de nuevo esta necesidad, se producirá, en virtud de la
ligazón establecida, una moción psíquica dirigida a recargar la imagen mnémica de dicha percepción e incluso a evocar ésta, es decir, a
restablecer la situación de la primera satisfacción: tal moción es la que nosotros llamamos deseo, la reaparición de la percepción es el
cumplimiento del deseo…”.
A partir de esta huella, esta inscripción, es que durante toda la vida vamos a buscar objetos, personas, para satisfacer el deseo.
Por lo tanto, volverlo a tener genera una fantasía de similitud, pero nunca lo vamos a alcanzar (tengamos en cuenta esto cuando más
adelante, hablemos de que el grupo representa el objeto de deseo).
2)
Otra área de expresión de la fantasía son los sueños, con la lógica del proceso primario, con la no contradicción.
Los sueños expresan fantasías que tienen status de realidad en nosotros y operan (ya veremos esto cuando Anzieu dice que se entra al
grupo como al sueño, como intento de realización de deseos).
En la Biblia dice “…de noche mis entrañas me instruyen…”.
3)
El tercer tipo de fantasías está relacionada con las Teorías Sexuales Infantiles, preguntas que tuvimos en nuestra niñez
relacionadas con el sexo, con el origen de la vida y con la diferenciación sexual.
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Hemos elucubrado teorías que explican lo que nuestros padres no nos explican y aunque lo expliquen, tienen más status que lo que nos
explican.
Son las fantasías originarias, el argumento es la explicación del:
‐ origen del sujeto: la fantasía es la escena primaria (coito parental), haberla presenciado;
‐ origen de la sexualidad: la fantasía es haber sido seducidos por un adulto;
‐ origen de la diferenciación sexual: la castración, la fantasía sería que todos habríamos sido iguales, con pene, y algunas
lo habrían perdido (dualidad fálico-castrado).
¿De dónde vienen estas fantasías?
Si bien nos diferencian también nos unifican (ya veremos que estas diferencias y semejanzas corresponden al tercer organizador).
Freud dice que son transmitidas filogenéticamente. ¿Cómo puede ser que heredemos escenas? ¿Quién no pensó que fuimos adoptados?
Podemos pensar que heredamos la cultura. Si bien el Complejo de Edipo es universal, lo importante es ver cómo opera en la realidad de
cada sujeto, en la propia fantasmática.
Entonces seríamos nosotros los artesanos individuales con que organizamos fantasías de un argumento milenario.
Las fantasías originarias están y son irreductibles a los recuerdos, no tienen que ver con la experiencia, porque sino, uno piensa que una
mamá para que el hijito crezca sano, nunca le va a decir “si te tocas, te la corto”, entonces ese nene no va a tener angustia de castración y
no es así.
¿Nuestras fantasías organizan la realidad o la realidad la organizo en relación a mis fantasías?
Estas fantasías pertenecen a la infancia de la humanidad, están en la cultura para ser recordadas antes que nazcan.
Las fantasías son el soporte de nuestras Teorías Sexuales Infantiles.
Las fantasías son el soporte de nuestros sueños.
¿De qué se nutren esas fantasías?
De lo escuchado y vivenciado pero organizado de otra forma. Asociamos lo vivido con lo oído en relación con nuestra fantasmática y de la
misma manera organizamos lo grupal.
En el Mercader de Venecia, Shakespeare dice: “…Dime, dónde nacen las fantasías, en el corazón o en el cerebro, cómo se producen,
dónde se nutren, contéstame. Responde, se engendran en los ojos, se alimentan de miradas, ya desde la cuna, donde se acuestan…”.
Estamos en un mundo rodeado de fantasías, las producimos pero también somos producto de ellas.
Venimos a traer fantasías a un lugar en donde nos tenemos que hacer cargo que existen fantasías.
Un hijo que llega a una familia ocupa un lugar fantaseado, no es lo mismo el lugar de llegar para salvar a una pareja que bueno, ya que
está…
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Fantasía y grupo
Si bien fantaseamos en todo momento, hay momentos más proclives al fantaseo: ante una situación de encuentro.
Anzieu dice que el grupo es una puesta en común de las imágenes interiores y de las angustias de los participantes.
Es un lugar de fomentación de imágenes.
Entre el grupo y el propio grupo, entre el grupo y la realidad, hay una relación imaginaria.
Hay un cuento chino de un maestro con su alumno. Estaban los dos y el maestro le decía que no podían hablar porque había mucha gente.
El alumno mira y dice: “no hay nadie maestro”. Entonces contesta: “está usted y yo, está lo que usted piensa de mí y lo que yo pienso de
usted, está lo que yo pienso que usted piensa de mí y está lo que usted piensa que yo pienso de usted”.
Desde que hay dos o más personas, hay circulación fantasmática.
El grupo potencializa la emergencia de fantasías. Nadie está exento, no hay personas sin fantasías, ni grupos sin fantasías ni sociedades
sin fantasías.
¿Cómo nos constituimos?
El yo se constituye como centro imaginario e ideal, en sus relaciones con el medio todo se refiere a su yo. Hay un sentimiento de dominio.
Todo gira alrededor del bebé que lo es todo para la mamá, “yo ideal” pero… (el yo ideal es distinto al yo que aspira a un ideal).
Este yo arcaico1 subsiste. Esta ilusión de completud nos constituye.
¿Qué nos pasa cuando entramos a un grupo?
Hay ciertos deseos que se activan, el de fusión, reencontrar una unidad. Siempre se ingresa con un monto de fantasía y este ingreso
conlleva la amenaza de ser llevados a aquel momento en el cual no nos habíamos constituido como sujeto, como sujetos deseantes.
Amenaza la “ilusión” de completud del yo. En el grupo corro el riesgo de no existir más.
Mi ilusión de completud está rota en tantos pedazos como integrantes hay, mi unidad imaginaria se fragmenta.
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La autora se refiere al “yo ideal”.
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El grupo así es una amenaza primaria para el individuo. El yo es cuestionado. Tantos deseos diferentes no son soportados. El grupo nos
lleva a un lugar en el cual aún no nos hemos constituido.
Por eso la pregunta “¿quién soy?” es la pregunta que la situación de grupo suscita en cada miembro. Los primeros encuentros están
consagrados a luchar contra esta imagen. Por otro lado, la fantasía de fusión, que no van a haber situaciones displacenteras igual que en el
vientre materno o en el paraíso perdido (ilusión de yo ideal).
Anzieu dice que la situación de grupo es vivida como fuente de angustia, con la misma intensidad que es vivida como realización imaginaria
del deseo. El grupo, como el sueño, como el síntoma, es la asociación de un deseo y una defensa.
¿Cuál es la fantasía de un alumno que llega al práctico sin leer la bibliografía?
Podemos pensar que ingresa con la fantasía de que en este grupo se obtura el no saber, acá se va a saber todo, pero cuando hay cosas
que no se entienden la frustración aumenta. Entonces uno puede por esa frustración seguir el hilo de pensar cuál era la fantasía: el grupo
se constituye para obturar el desconocimiento.
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El grupo como sueño
Dijimos que al entrar a un grupo se activan deseos.
Anzieu dice que se entra al grupo de la misma manera que se entra al sueño (no tiene nada que ver con quedarse dormidos en el
práctico).
Cuando se ingresa al grupo, al igual que al sueño, hay que hacer cierto ritual, en el sueño hay una retracción de cargas del mundo externo,
apagamos la luz, nos ponemos ropa de dormir. Es una regresión que todos hacemos dentro de las 24 horas. La tensión en la realidad
disminuye. Cuando entramos a un grupo cerramos la puerta, no podemos estar si hay ruidos en el pasillo.
Pero si bien en lo manifiesto en el sueño dejamos afuera la realidad, sucede que la realidad re-aparece re-organizada a la luz de los
deseos.
¿Y cuando entramos a un grupo?
Si uno entra en un grupo como a un sueño, ¿qué pasa con nuestras fantasías? Puede pasar que nuestras fantasías las repleguemos, es el
silencio, protegemos la identidad amenazada. O por ejemplo, una negación de una fantasía con otras, que alguien traiga algo al grupo y
entonces se dice “lo que vos traés no tiene nada que ver con nada ni con ninguno de nosotros” y pueden estar una hora hablando de que
eso no tiene nada que ver. Anzieu dice “… la unidad aparente de un grupo puede forjarse en la coalición defensiva contra tal fantasma
individual, del que es hecho portador un chivo expiatorio…”, sucede también que se observan fases a veces muy largas de discusiones
abstractas, de querellas entre personas, de análisis psicológicos silvestres y hasta acrecentamiento de la violencia.
Se puede dar también lo que Anzieu llama poner por delante un fantasma. Por ejemplo, yo tengo la fantasía de encontrarme con mi madre
y otra tiene la fantasía de haberse encontrado con su hija.
En el grupo, como en el sueño, el aparato psíquico sufre una triple regresión: cronológica, tópica y formal.
‐Cronológica: en el sentido cronológico la regresión supone una sucesión hacia el origen. Designa el retorno del sujeto a etapas
primeras, ya superadas, de su desarrollo: narcisismo. “…Como consecuencia de la regresión cronológica, la exaltación
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De “Diógenes el Linyera”.
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narcisista que se produce se traduce en que la vivencia que aporta toda confrontación con los demás implica una amenaza
contra la integridad…”.
‐Tópica: al yo ideal, quien trata de realizar la fusión con el seno, fuente de todo placer.
‐Formal: la regresión designa el paso a modos de expresión y comportamiento de un nivel anterior desde el punto de vista de la
estructuración y de la diferenciación del sujeto. Así como los chicos juegan a ser grandes, acá es al revés, actúan como si
fueran chicos, juego de palabras, gestos, mímicas, etc.
Los tres organizadores
Las fantasías individuales tienen un efecto convocante. ¿Qué convocan? Convocan a la resonancia fantasmática. Las fantasías individuales
no se comparten.
La fantasía individual genera la resonancia. ¿Qué es la resonancia? Es un concepto de la física, cuando uno dice “me sonó tal cosa que se
dijo en el teórico” o “tal cosa que dijiste me quedó”, entró en resonancia. En física, las ondas de un diapasón pueden movilizar otras según
su magnitud y longitud, un movimiento genera otro. En el grupo, hay una especie de caja de resonancia.
Anzieu dice “…es el reagrupamiento de algunos participantes alrededor de uno de ellos, el cual hace ver o da a entender, a través de sus
actos, de su manera de ser o sus palabras, su fantasma individual inconsciente…”. Vamos a leer un trabajo que ejemplifica esto del grupo
como caja de resonancia.
Misterio de los grupos
Una persona habla y relata una experiencia, varias personas escuchan atentamente. Cada persona recibe el mensaje,
mensaje que convoca otras experiencias. Un relato de abandono es subjetivado a través de muchas experiencias de
abandono.
(Lic. Roberto Fernández, Los caminos de… El Dorado, 2º Congreso Metropolitano de Psicología, 1983).
Una madre cuenta que abandona a su niño y esto es escuchado a través de múltiples actores diferentes, porque cada cual enfoca su propio
dial. La rama argumental acá se abre en abanico, la pantalla proyectiva permite visualizar un mosaico de sujetos que son abandonadores y
abandonados. Los personajes madre y niño no pueden ser vistos a través de los ojos de los oyentes, porque entre los ojos de los oyentes y
los personajes madre y niño se interponen los personajes subjetivos de cada uno de ellos. Una madre para otro es madre, para otro es
padre, para otro es jefe, algunos escuchan madre y otros escuchan amante. Un niño para el grupo es niño, marido, hermano, abuelo.
Palabra madre se oye tía, abuela, hija.
El grupo es una caja de resonancia que grita las palabras.
Subjetividades que niegan los personajes originales. Se da acá un asesinato de la subjetividad. Se roba la escena inicial. Cada interlocutor
pasa la película de su propia historia, todas las películas se proyectan en la gran pantalla de lo imaginario. El tiempo pasa, el frenesí
disminuye. La historia es más nítida, más completa. El niño es niño de diferentes colores y calidades. EL argumento cambió, es de todos,
circuló por todos y entró en todos los intersticios. Este es el misterio, el entrecruzamiento de la dinámica de los grupos.
Entonces, la fantasía individual genera la resonancia fantasmática instaurando la ilusión grupal, que es una restauración colectiva de los
narcisismos individuales amenazados, es una reacción defensiva.
El grupo es erigido en objeto libidinal y funciona en el psiquismo de los integrantes como yo ideal. El estado de ilusión grupal tiene su
expresión manifiesta como un sentimiento de euforia y bienestar: “somos el mejor grupo, estamos todos bien”. La unión es el lema y las
diferencias no existen.
Es un intento de revivir la experiencia de fusión y negar la separación. Esto no es más que una “reacción defensiva” frente al temor que
sienten los miembros de perder su propia “individualidad” (unicidad), su identidad, de recibir de sí mismos tantas imágenes distintas como
ojos distintos perciben, o bien, de quedar aislados, sin lugar asignado.
Todo grupo revive las primeras experiencias de fusión-separación originales, es decir, con la madre. La ilusión es un intento de volver a
recrear el estado de fusión y negar la separación.
Para transformar la situación de “el grupo y yo” o “el grupo y no-yo”, se la convierte en “yo soy el grupo”, “el grupo soy yo”, “todos son uno” y
“el grupo es todos” (todos para uno y uno para todos).
En el estado de ilusión grupal no hay discriminación sujeto-grupo, ni reconocimiento de lo semejante y lo diferente, lo propio y lo ajeno, de
las jerarquías, de las diferencias sexuales. Es un grupo nucleado por el principio de placer. Obviamente para que el grupo esté en situación
de ilusión grupal, cada uno de los miembros debe tener la representación interna del mismo, lo que equivale decir que el grupo se halla
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catectizado libidinalmente. Puesto que no existe discriminación sujeto-grupo, ni discriminación inter-miembros, ni diferenciaciones de ningún
tipo, en este estado rige en el grupo una teoría igualitaria, y el menor rasgo de diferenciación será rechazado.
Así, podemos decir que éste es el primer organizador (término que Anzieu toma de Spitz): el “organizador” es el resultado de una
integración, es lo que permite articular al sujeto y el conjunto del cual es parte.
1)
La ilusión grupal, primer organizador psíquico intenta constituir un aparato psíquico grupal a partir de un aparato psíquico
individual. El aparato psíquico grupal es una ficción sostenida en un grupo mítico que tiende a concretarse.
Dice Anzieu que “…hay grupo y no simple reunión de individuos cuando a partir de los aparatos psíquicos individuales se tiene
a construir un aparato psíquico grupal…”.
Esta tendencia a constituir un aparato psíquico grupal a partir de un aparato psíquico individual es una tendencia a la
isomorfia.
Así como el aparto psíquico individual se apoya en el cuerpo biológico, el aparato psíquico grupal no se resigna a perderlo, de ahí las
metáforas: el grupo come, el grupo habla, piensa.
El aparato psíquico individual tiene una estructura grupal. Ya vimos que la fantasía tiene un guión, una trama argumental, es una
escenificación. El aparato psíquico grupal tiene una estructura psíquica, el grupo funciona a modo de una instancia psíquica.
La ilusión grupal es un fantasma que organiza, su función es defensiva, Anzieu también lo llama contra-fantasma originario. Pero
recordamos que sin un primer momento de fusión, nosotros no somos, sin la ilusión grupal un grupo no puede constituirse.
Si bien niega las fantasías originarias, está en su esencia hacer un grupo:
‐ niega el origen de su existencia, niega la escena primaria, nacimiento por partogénesis.
‐ niega diferenciación de los sexos, por la ideología totalitaria.
‐ niega la circulación de otro deseo que no sea el de fusión materna, no circulan otros fantasmas, por eso su cohesión es
inestable.
Como existe en el ser humano no sólo la tendencia a la fusión con el seno materno, sino también la tendencia al crecimiento, que implica
discriminación y separación, llega un momento en que este estado fusional de ilusión grupal no se tolera, y es necesario salir de él. Los
hechos de la vida rompen esa célula cerrada, paraíso recuperado, donde los sentimientos fraternales no incluyen rivalidad.
2)
Entonces pasamos a un segundo organizador: la imago. Pertenece al mismo orden de realidad que el fantasma. Es una
representación inconsciente. Son universales, imago de padre, madre ambivalente.
Tiende a proporcionar un estado de equilibrio entre la tendencia a la isomorfia y homomorfia, al poder comenzar a desprenderse de la
isomorfia permite la ambivalencia. Se puede diferenciar realidad interna y externa, la homomorfia permanece esbozada, se pasa de una
imago a otra.
3)
El tercer organizador: fantasías originarias, tendencia a la homomorfia. Se admiten las diferencias, pues hay un reaseguro en
común que es el origen, tienen en común el origen.
Hay una poesía de John Lennon que dice:
Quizás no hubiera demasiada diferencia entre Mao y Nixon
Si los dejáramos desnudos
Quizás no hubiera demasiada diferencia entre M. Monroe y Jerry Lewis
Si examináramos sus ataúdes
Quizás no hubiese demasiada diferencia entre la Casa Blanca y el Kremlin
Si contáramos sus ventanas
Quizás no hubiera demasiada diferencia entre R. Welch y Jerry
Si oyéramos el latido de sus corazones
Porque todos somos agua de diferentes ríos
Por eso es tan fácil encontrarse
Todos somos agua en este vasto, vasto océano
Y algún día nos evaporaremos juntos
Quizás no hubiera demasiada diferencia entre Rockefeller y tú
Si los oyéramos cantar
Quizás no hubiera demasiada diferencia entre tú y yo
Si mostráramos nuestros sueños
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Porque todos somos aguas de diferentes ríos
Y pro eso es tan fácil encontrarse
Las fantasías originarias nos son comunes, pero en cada uno de nosotros operan de manera diferente. Aunque no las vemos, las fantasías
originarias siempre están, gracias a ello nos discriminamos y nos juntamos.
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