INFORME DE ETIOPÍA - SEQUÍA Y HAMBRUNA 2002-03 ACTUALIZACIÓN AGOSTO 2003 INTRODUCCIÓN El 7 de diciembre de 2002, el Gobierno etíope, a través de su primer ministro, Meles Zenawi, realizaba un llamamiento a la comunidad internacional solicitando ayuda para hacer frente a una hambruna que amenazaba la vida de 14 millones de personas. Según las autoridades etíopes y la ONU, la situación era peor que la de 1984 que provocó la muerte de un millón de personas. Según las estimaciones de Naciones Unidas, sólo hasta marzo de 2003 hacían falta 300.000 toneladas de alimentos para asistir a más de 6 millones de etíopes. Para todo el año 2003 eran necesarias 1,4 millones de toneladas de comida. Muchos temían que se repitieran las imágenes que hace 19 años traspasaron las fronteras del Norte. Pero esta vez la situación era diferente. Los sistemas de alerta temprana de Naciones Unidas y del Gobierno etíope reaccionaron a tiempo y dieron la voz de alarma. No hubo que esperar a que apareciesen cuerpos esqueléticos para conocer la magnitud de la crisis. Pero ¿dónde están los niños famélicos? Aquí la gente no está muriendo de hambre. No hay historia que contar. La queja la formula un periodista italiano que ha viajado desde Roma con el objetivo de contar “una nueva hambruna” a sus lectores. Está decepcionado. Ciertamente, la escena esta vez es diferente. Hay pobreza, mendicidad, rostros que imploran, pero no hay muertos. Porque en Etiopía no hay hambruna. Todavía. Pero la habrá, aseguran el Gobierno y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, a menos que once millones de personas en situación de extrema vulnerabilidad reciban ayuda alimentaria durante 2003. Agencia EFE. 14-12-2002 Seis meses después del llamamiento conjunto del Gobierno etíope y Naciones Unidas para asistir a la población afectada por la hambruna, la situación empeoró. En mayo, el número de personas que requerían ayuda urgente había aumentado en más de un millón. Así se puso de manifiesto en una nueva petición de ayuda realizada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y las autoridades del país. Según un informe hecho público por el Sistema de Alerta Temprana etíope, más de 12,6 millones de ciudadanos dependían de la ayuda internacional. Las previsiones para los próximos meses no eran muy optimistas debido al incremento de precios y a la falta de reservas. Afortunadamente, en julio las aportaciones y promesas de los países donantes alcanzaron por primera vez un ritmo que, de mantenerse, permitirá satisfacer las necesidades básicas de la población en riesgo. El último informe1 elaborado a partir de la información recogida por catorce equipos de diferentes agencias, coordinados por la Comisión de Preparación y Prevención de Desastres (DPPC) asegura que 2,4 millones de personas más necesitan asistencia alimentaria de aquí a final de año. Esto significa que, en la actualidad, más de 13,2 millones de etíopes requieren ayuda alimentaria. Para asistir a esta población en riesgo, se estima que hacen falta 617.647 toneladas más de cereales, legumbres y aceite vegetal. 1 Ethiopia Network “On Food Security” FEWS NET Monthly Report, 14 agosto de 2003. http://www.fews.net/current/monthlies/report/?submit=y&m=1000993&f=et Área de Prensa Departamento de Comunicación 2 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN NECESITADA DE AYUDA ALIMENTARIA En rojo millones de personas dependientes de la ayuda alimentaria en enero. En gris “ de “ dependientes de la ayuda alimentaria en abril. En azul “ de “ dependientes de la ayuda alimentaria en agosto. La mayoría de los nuevos casos se concentra en la mitad oriental del país y el informe del DPPC apunta varias causas para dicho aumento. Así, entre otras se señala que la falta de semillas, la errática y pobre distribución de las lluvias en la estación corta en algunas zonas (aunque en general la temporada ha sido buena), la incapacidad de las familias para reponerse de la escasa producción del año pasado, los servicios públicos de salud inadecuados, las escasas oportunidades de empleo con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo y la falta total o parcial de ingresos procedentes de la venta de productos como el café o la pimienta, habrían empujado a miles de familias a depender de la distribución de alimentos. Según FEWS NET, el sistema de alerta temprana financiado por la Agencia norteamericana de cooperación (USAID), los actuales compromisos de la comunidad internacional respecto al envío de ayuda alimentaria valdrían para asumir el último incremento de demandantes de alimentos. Sin embargo, el DPPC considera necesario anticiparse a nuevos aumentos por lo que ha realizado un llamamiento a los donantes para reunir 200.000 toneladas de cereales y 50.000 de legumbres. De esta forma, se pone de manifiesto que a pesar de la estabilización de la crisis, las necesidades de ayuda y sobre todo de apoyo para proyectos de desarrollo a largo plazo, siguen siendo enormes. Siguiendo con el último informe de la Comisión de Desastres, en julio se ha restablecido la ración mensual de 17 kilogramos por persona tras los recortes de los Área de Prensa Departamento de Comunicación 3 meses pasados.2 Sin embargo, todavía hay una preocupación entre los donantes dado que esta ración equivale a 2.000 kilocalorías (kilocalorías por persona y día) y todavía queda por debajo del estándar internacional de requisitos mínimos situado en 2.100 kilocalorías. ZONAS Y POBLACIÓN MÁS AFECTADAS Las zonas más afectadas se encuentran en la región de Afar, el norte de la región Somali, Oromiya, Amhara, Gambella y Tigray. En estas regiones, los niveles de desnutrición, sobre todo entre los niños menores de cinco años, llegaron a aumentar de forma alarmante en los últimos meses de 2002. Como muestra el mapa, todavía en la actualidad existen distritos donde más del 75% de la población rural depende de la asistencia alimentaria. La población más afectada por la desnutrición son los niños, los ancianos y las madres con niños en periodo de lactancia. Los casos más graves son aquellos que presentan una desnutrición severa. En sus diversas manifestaciones, la desnutrición severa es, sin duda, la más grave de las enfermedades nutricionales y generalmente provoca dos males: el Kwashiorkor y el Marasmo. El Marasmo está ocasionado principalmente por deficiencias energéticas y es fácil de percibir por la gran delgadez del niño. Esta enfermedad se desarrolla generalmente uno o dos años después de superar la etapa de lactancia y entre aquellos menores que sufren de diarrea crónica. En el caso del marasmo severo, éste se ve acompañado por una profunda debilidad. Los niños en esta situación pierden grasa y músculo y adquieren una apariencia esquelética. Además de ser tener una estatura más baja que la que le corresponde por su edad, sufren infecciones frecuentes. Otros síntomas son la piel seca y arrugada y el pulso y respiración lentos. 2 “La falta de recursos para hacer frente a la crisis es tal que algunos organismos han tenido que reducir la ración diaria. Es el caso del PMA que ha disminuido la ración de quince kilogramos por persona al mes a 12,5 kilos”. Nota de prensa de Ayuda en Acción, 30 de mayo de 2003. http://www.ayudaenaccion.org/index.asp?MP=&MS=&TC=I&IDC=2&noticia=283 Área de Prensa 4 Departamento de Comunicación El kwashiorkor -palabra originaria de Ghana- está causado por un déficit proteico y se presenta generalmente en los últimos meses de lactancia y entre niños de tres a cuatro años de edad. Se caracteriza por la retención de líquido o edema, alteraciones en la piel, cambios en el color del cabello, pérdida de apetito, apatía y, comúnmente, anemia y diarrea. La acumulación anormal de líquido puede hinchar el abdomen. Algunos chicos pueden sufrir a la vez marasmo y kwashiorkor. DESNUTRICIÓN Mientras la canalización global de la ayuda alimentaria y las reservas de alimentos parecen ser suficientes para el resto del año, los índices de desnutrición en algunas zonas el país están aumentando. Esto es debido a fallos en los sistemas de detección de población en riesgo y al complicado acceso a determinadas zonas que dificulta el reparto de la ayuda. De acuerdo con los datos de Unicef, se estima que 60.000 niños menores de cinco años presentan síntomas de desnutrición severa. En la actualidad existen 42 Centros Terapéuticos de Alimentación que sólo pueden asistir a 3.000 niños, apenas un 5% del total. IMPACTO EN LA AGRICULTURA La escasez de agua en Etiopía no se debe sólo a la irregularidad de las precipitaciones. La falta de políticas e infraestructuras de aprovechamiento de los cientos de lagos y ríos del país, así como de otros recursos hídricos como las aguas subterráneas, conducen al país a una escasez crónica. El último informe elaborado por la Unesco desmiente, en gran medida, la afirmación del último emperador etíope que aseguraba que su país era la torre de agua de África. Según el organismo de Naciones Unidas, Etiopía dispone de 1.749 metros cúbicos de agua por persona al año y ocupa el puesto 137 de los 180 países analizados en este aspecto. Esta escasa disponibilidad de agua es especialmente grave en un país en el que más del 80% de la población depende de la agricultura y el pastoreo, actividades que suponen alrededor del 54% de los ingresos del país. Además, este mismo estudio muestra que sólo once países cuentan con peores sistemas de abastecimiento de agua que Etiopía. Por otra parte, la falta de lluvias ha venido a castigar a un país en el que la escasez de alimentos se ha convertido en crónica en los últimos años. En un año con un índice de lluvia normal, algunas zonas sólo producen alimentos para seis meses, pero tras una sequía como la del año pasado algunas regiones sólo han obtenido cosechas para alimentar a la población durante tres meses. Este déficit crónico de alimentos ha provocado que en los últimos cinco años, cerca de cuatro millones de personas hayan recibido ayuda alimentaria para superar los periodos de hambruna. En Etiopía, los principales cultivos son el sorgo, el trigo, el maíz y el tef, cereal autóctono del país. Según la Unidad de Emergencias de Naciones Unidas para Etiopía, hubo regiones donde se perdió entre el 60 y el 70% de la cosecha de sorgo en las tierras altas y el 95% en las tierras bajas. Las causa inmediata de esta reducción ha sido la sequía que afectó diversas áreas del país durante 2002. El año pasado no comenzó a llover hasta mediados de julio, y las lluvias finalizaron a mediados de agosto. Además, la estación corta (belg) del que depende el 5% del cereal del país y que tiene lugar en febrero y marzo no tuvo lugar. Área de Prensa Departamento de Comunicación 5 Esto ha provocado que muchos cultivos no llegaran a germinar. Es el caso del maíz que se secó sin ni siquiera llegar a producir fruto. La falta de agua ha sido tal que el sorgo, uno de los cultivos más resistentes a la sequía, también se perdió en su mayoría. Cada espiga apenas pesaba 100 gramos frente a un año normal en los que daba medio kilo por espiga. En muchos campos de trigo, se perdió más del 80% de los granos y el tef escasamente alcanzó una altura de 15 cm cuando debería superar los 50. MUERTE DEL GANADO Las primeras consecuencias de esta tremenda sequía fueron la muerte de miles de cabezas de ganado, según un informe conjunto del Gobierno etíope y de la ONU, en un país en el que tres de cada cuatro etíopes viven de la agricultura de subsistencia. “En la temporada corta de lluvias – explica Enderasie, técnico agrícola del Gobierno no cayó una sola gota y estas lluvias son muy importantes porque el pasto del ganado depende en gran parte de ellas. Esto ha provocado la muerte de gran cantidad de animales en julio y agosto de 2002”. Sólo en North Shoa, 250 kilómetros al norte de la capital etíope, murieron más de 8.000 cabezas de ganado en dos meses. Hay que señalar que para un agricultor etíope el ganado, además de proporcionarle leche y ayudarle a trabajar, supone sus reservas para superar periodos de escasez. La pérdida de estos animales constituye la ruina para los campesinos. “Para un agricultor etíope –aclara Teka coordinador de desarrollo rural de la Woreda (conjunto de poblaciones) de Alaje- el ganado, además de proporcionarle leche y ayudarle a trabajar, constituye todos sus ahorros. La muerte de estos animales supone la ruina para los granjeros de la zona”. En algunas regiones, los agricultores han aplicado estrategias de supervivencia para sobrevivir a la crisis y mantener, en la medida de lo posible, su modo de vida. Es el caso de los granjeros del valle de Ray que, desesperados por la falta de pastos y tras haber agotado las escasas cosechas de las que disponían, han optado por alimentar a sus vacas y bueyes con los propios cactus que protegían las parcelas. Pero los animales, debido sobre todo a la falta de agua, eran incapaces de digerir estos alimentos y enfermaban irremediablemente. “En otras ocasiones, la población migraba a regiones vecinas en busca de pastos, pero ahora las woredas limítrofes también se encuentran en la misma situación a causa de la falta de lluvias”, explica Wubshet Ergetie, coordinador de proyectos de la región norte de Ayuda en Acción Etiopía. Si la situación de los agricultores es difícil, más complicada aún era la tesitura en la que se encuentran los pastores etíopes. Algunas etnias, como los nómadas afar que se dedican fundamentalmente al pastoreo, no encontraron ni pastizales ni agua en cientos de kilómetros. En una situación como esta, los pastores son más vulnerables y tienen menos medios para enfrentarse a la sequía. Los pastores padecen en una situación como la que sufre Etiopía una mayor inseguridad en su sistema de sustento. Su actividad económica es más sensible en los periodos de crisis como el actual. Esto es así porque durante las sequías el ganado pierde gran parte de su valor. Área de Prensa Departamento de Comunicación 6 “Muchos están intentando vender el ganado pero cuando lo llevan al mercado nadie quiere comprárselo porque es muy difícil encontrar pastos para alimentarlo. Los precios del ganado han caído, un buey que suele valer 1.500 birr (176 euros) ahora se está vendiendo por 300 birr (35 euros). Sin embargo el precio de los cereales no ha dejado de aumentar. El año pasado, el ganado empezó a morir en julio y agosto, pero la población teme que este año, el resto de sus animales ni siquiera sobreviva a marzo. En Doba, el año pasado se podía conseguir con una cabra 300 kg de maíz, mientras que este año son necesarias 3 cabras para 100 kg del mismo cereal.” Enderasie, técnico agrícola del Gobierno en Medina. Región Amahara. Diciembre 2002 LLEGAN LAS LLUVIAS La estación prolongada de lluvias (llamada meher y que tiene lugar de junio a septiembre) de 2003 ha traído precipitaciones que superan las producidas en los últimos años en el mismo periodo. Además, la estación belg (de mediados de abril a principios de mayo) también trajo importantes precipitaciones que han permitido a los campesinos plantar cultivos para la estación meher que serán cosechados a partir de octubre. La disponibilidad de pastos, fundamental para la supervivencia del ganado, también ha aumentado tras las últimas lluvias, según informa el Sistema de Alerta Temprano de Ganado etíope (LEWS) Así, en áreas de pastoreo como Borena (región de Oromiya), la zona meridional de la región Somali o el sur de la región Afar, las precipitaciones han servido para recobrar los pastos y los recursos hídricos. El LEWS afirma que en el sur del país la disponibilidad de agua y forraje es adecuada e incluso queda por encima de los niveles considerados normales. La previsión para los próximos 90 días indica una posible mejora en las zonas de pasto del sur del país. Sin embargo, estas previsiones también hablan de una disminución de forraje y agua en la parte oriental de Etiopía. PRECIOS DEL CEREAL El mes de julio ha dejado otro aspecto positivo que permite albergar esperanzas sobre una favorable evolución de la crisis etíope. Julio es un mes en el que normalmente los precios de los cereales suelen subir pero, por primera vez desde noviembre de 2002, los precios de venta al por menor han permanecido estables. En junio, en el mercado de Addis Abeba, los precios se mantenían un 45% por encima del nivel histórico (1995 – 2002) En julio esa diferencia había disminuido hasta el 31%. Este descenso se debe a las favorables condiciones climáticas que se han dado en muchas áreas durante los últimos meses y las buenas perspectivas para los próximos meses. A esto hay que añadir que los cálculos para la próxima cosecha muestran que la producción estará en la media o incluso por encima de ésta. El descenso del precio del cereal debería favorecer a los consumidores, fundamentalmente a los sectores más pobres de la población que, hasta el momento, no han podido satisfacer sus necesidades alimenticias acudiendo a los mercados. Área de Prensa Departamento de Comunicación 7 MALARIA, LA NUEVA AMENAZA Es previsible que las precipitaciones de la estación corta (belg) y las previsibles buenas lluvias de la sesión larga (meher), que tiene lugar de junio a mediados de septiembre, terminen con la sequía. Sin embargo, estas lluvias pueden traer un nuevo peligro para una población castigada ya por la falta de alimentos como es la malaria. Esta enfermedad es la tercera causa de muerte del país y se ha convertido en un mal endémico que afecta al 75% de la población. De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, cada año se producen entre cinco y seis millones de nuevos casos y en el último lustro la incidencia de la enfermedad se ha incrementado. En un año de epidemia la malaria causa la muerte de 100.000 personas. Zonas de extensión de Malaria En rojo zonas tradicionales de riesgo de Malaria. En verde áreas con mayor número de casos de marzo a junio 2003. Aunque las tradicionales zonas de riesgo de la malaria están localizadas en regiones situadas a 1.500 metros por debajo del nivel del mar, brotes recientes han extendido la enfermedad a las regiones altas (highlands) debido a las elevadas temperaturas. Amhara, Oromia y SNNP son las regiones donde los servicios de salud han reportado un mayor número de casos. En concreto, en los meses de marzo, abril, mayo y junio, 200.000 personas han contraído la enfermedad en estas tres regiones. Área de Prensa Departamento de Comunicación 8 Expertos del Ministerio de Salud creen que podría tener lugar una epidemia de malaria de septiembre de 2003 a junio de 2004. Se espera que esta epidemia plantee un grave problema de salud pública entre una población cuya vulnerabilidad ante la enfermedad es alta a causa de un periodo prolongado de desnutrición. ¿POR QUÉ SURGE LA CRISIS ALIMENTARIA? Las causas inmediatas de la situación fueron la sequía que afectó a diversas partes del país y, sobre todo, a las regiones del centro, norte y este de Etiopía. En 2002, la estación larga (meher en etíope), que normalmente tiene lugar de junio a septiembre, se retrasó y las primeras gotas no cayeron hasta mediados de julio. Sólo un mes después dejó de llover lo que provocó que muchas regiones perdiesen hasta el 70% de su producción de cereales (sorgo, maíz y trigo) Además, la estación corta (belg), de febrero y marzo, no tuvo lugar y de ella dependen una parea importante de los pastos para el ganado. Esto causó la muerte de miles de vacas y bueyes, el único sustento de muchas familias etíopes. La deforestación es uno de los principales problemas medioambientales de Etiopía. La única fuente energética del país es la leña y el carbón procedente de la tala indiscriminada de árboles, hecho que está provocando una masiva deforestación. Esto conlleva una reducción paulatina de la superficie cultivable y de la productividad agrícola como consecuencia de la pérdida de la capa fértil. A la escasez de lluvias hay que unir otros factores que habrían desencadenado la crisis: - El desgaste económico y humano que supuso la guerra con Eritrea entre 1998 y 2000. Se estima que este conflicto costó al país un millón de dólares al día. - El lastre de la deuda externa tiene para los países en desarrollo costes financieros y sociales muy elevados. La deuda externa etíope ronda los 6.000 millones de dólares (el equivalente al PIB del país) y su pago cuesta al país el 10% de su PIB. - La caída de los precios del café en el mercado internacional ha arruinado a miles de familias campesinas ya que se trata del producto etíope más exportado. El café supone el 60% de los ingresos del país. Etiopía pierde por la caída de los precios en los mercados mundiales el doble de lo que ahorra por el alivio de la deuda. Un informe oficial aseguraba antes de que se desatara la crisis que la mayor preocupación del Gobierno para el año 2002 era “el impacto de la bajada de los precios del café y de los cereales sobre los pequeños agricultores”. - La población ha crecido de forma vertiginosa. Etiopía ha pasado de 42 millones de habitantes en 1984 a casi 70 millones en la actualidad. - La productividad de la agricultura etíope es muy baja. Esto se debe a unas técnicas agrícolas rudimentarias y a un sistema de posesión de la tierra (de propiedad estatal) puesto en entredicho y que según algunos expertos, no favorece la inversión ni el cuidado de la tierra. El Gobierno es propietario de toda la tierra del país y cede a los agricultores parcelas de una hectárea. A los granjeros se les asigna una parcela pero no se les facilita formación en técnicas agrícolas ni fertilizantes, lo que impide un correcto aprovechamiento del terreno. Además, los agricultores sienten que la tierra no es de su propiedad y no realizan mejoras ni invierten en sistemas que protegen la capa fértil. Piensan que en unos años la Área de Prensa Departamento de Comunicación 9 parcela en la que trabajan va a cambiar de manos por lo que incluso llegan a abandonarla para migrar a las ciudades. Otros analistas, sin embargo, consideran que la propiedad de la tierra en manos privadas acentuaría la diferencia social entre las personas con recursos para comprar y las que no, lo que aumentaría la exclusión de los agricultores más pobres. - El Sida lastra el desarrollo de África. En el caso de Etiopía, la extensión de la epidemia no alcanza las cotas de otros países del África subsahariana pero la enfermedad ya afecta a la capacidad productiva del país. En Etiopía existen más de 2 millones de personas afectados por el VIH/Sida. La mayoría son personas en edad productiva lo que resta capacidad al país e impide que se transmitan los conocimientos entre generaciones. A esto hay que unir los cientos de miles de huérfanos que está causando la enfermedad. El último estudio sobre el impacto en las economías africanas de la epidemia del Sida publicado por el Banco Mundial (BM) ha alertado sobre las consecuencias de la extensión del virus. Según este organismo, la pandemia provocará en África, en sólo tres generaciones, un “colapso económico”. En el caso del sur de África y de la propia Etiopía, se apunta al Sida como uno de los causantes de la inseguridad alimentaria en la que viven millones de personas ya que la pandemia está afectando a la población productiva, fundamentalmente a campesinos y maestros. RESPUESTA DE AYUDA EN ACCIÓN Y ACTIONAID ETHIOPIA A principios de año, ActionAid Ethiopia, nuestra Organización sobre el terreno, puso en marcha varios proyectos para paliar la situación de inseguridad alimentaria en Doba, Legehida, Dalocha y Silti. Estas zonas sufrieron una crisis masiva causada por una sequía que extendió la inseguridad alimentaria de una forma desconocida desde la hambruna de 1984-85. Se estimó que cerca del 62% de la población de Doba, el 65% de Legehida y el 26% de Dalocha vivieron amenazadas por el hambre. La intervención tenía un doble objetivo: combinar una ayuda a corto plazo que cubriese las necesidades más inmediatas, con una asistencia a medio y largo plazo que impida que situaciones de este tipo se vuelvan a repetir. Enfoque de la intervención Ayuda en Acción y ActionAid Ethiopia consideran que dentro de una estrategia de desarrollo a largo plazo se debe tener en cuenta la raíz, entendida como causa, de una emergencia que se repite cíclicamente. En el corto plazo y ante una crisis de tal magnitud, son los gobiernos los que deben asumir las mayores responsabilidades aunque en el caso concreto de Etiopía el Gobierno no podía hacer frente a la emergencia por sí mismo. Esta imposibilidad llevó a ActionAid Ethiopia a poner en marcha un programa que, de forma inmediata, evitara la muerte de los más pobres y vulnerables pero que, a medio plazo, también paliara el impacto de la hambruna. En este sentido se incluyen la venta de los enseres y útiles de labranza, la migración a otras zonas, el abandono de las tierras y de su preparación para próximas temporadas o la salida de la escuela. La ayuda se facilitó, en unos casos, a través de las ONG locales y, en otros, a través de las autoridades de la zona. En Legehida, contamos con la colaboración de la contraparte Rift Valley mientras que en Doba nuestro socio local fue ERSHA. En el caso de la woreda de Dalocha y de la zona de Silti, apoyamos a los gobiernos locales en los proyectos de distribución de alimentos y de rehabilitación. Área de Prensa Departamento de Comunicación 10 ActionAid Ethiopia movilizó 369.753 dólares para financiar sendos proyectos de emergencia de los cuales ya se ha hecho uso de 278.683,59. El 59% de ha destinado a sufragar los programas de comida por trabajo, el 40% de esta cantidad se ha empleado en la adquisición de suplementos nutricionales para niños y el 1% restante sirvió para costear la puesta en marcha del programa de emergencia. El 27% de estos fondos fueron aportados por Ayuda en Acción (101.301 dólares) y el resto gracias a las colaboraciones de otros ONG integrantes de ActionAid Alliance. Esta asistencia alimentaria se efectuó mediante programas de alimento por trabajo, con el objetivo de no crear una dependencia de las familias beneficiarias respecto a la ayuda. Tabla 1: Programas de Comida por trabajo* Zona No. De adultos Doba 13.288 Legehida 1.250 Dalocha 16.659 Total 31.197 *Basado en una ración de 12.5kg/persona por mes Coste en dólares 64.305 20.527 65.739 164.984 Este programa ha permitido la realización de los siguientes trabajos: - - - Conservación de tierras: En Doba se ha construido un dique de contención de 24 metros y se crearon terrazas para evitar la pérdida de suelo de cultivo. En Dalocha se realizaron trabajos de conservación de la capa fértil en 179 km y se han cimentado 7,3 km de acequias. Infraestructuras: Para facilitar el acceso a las comunidades se mejoró y acondicionó las pistas y carriles. En Legehida se limpiaron 79 km para construir una pista, en Doba se realizaron trabajos de mantenimiento en 67 km de carriles mientras que en Dalocha se construyeron 12 nuevos kilómetros de pista. Suministro y almacenamiento de agua: En Legehida se construyeron 22 estanques con una capacidad de 29.040 metros cúbicos. En Doba fueron 27 los depósitos creados con una media de 157 metros cúbicos de capacidad y en Dalocha se crearon 24 estanques. La mayoría de estos depósitos están destinados para conservar agua para el consumo de animales. Además, en Doba se realizó la construcción de un pozo y en Legehida se llevaron a cabo trabajos de mantenimiento de 40 puntos de agua tradicionales. Estanque de 430 m3 de capacidad. Legehida. - Formación: En Legehida se finalizaron los trabajos de reforma de seis escuelas y de dos centros ACCESS (educación no formal) Además, se renovó el mobiliario de la escuela y los centros de ACCESS. Actividades agrícolas: En Doba se prepararon 60 hoyos para la elaboración de abono orgánico (compost) En la actualidad está en marcha un programa de Área de Prensa Departamento de Comunicación 11 rehabilitación para proveer de semillas a 1.578 granjeros en Dalocha. También está prevista la construcción de ocho abrevaderos en el mismo distrito y se han adquirido herramientas de labranza por valor de 4.076 dólares que podrán ser usados por toda la comunidad. “Los últimos cuatro años mi familia se tambaleaba para sobrevivir a la sequía. La comida almacenada menguaba, los animales morían, los bueyes que ayudaban a arar la tierra estaban exhaustos. Mi marido emigró en busca de trabajo y esa fue la última vez que lo vi. Este año, ERSHA y Ayuda en Acción Etiopía han ganado la carrera por las vidas de mi familia. Gracias a ellos, la sequía no ha causado muertes ni migraciones en mi familia. Mis dos hijos no han tenido que abandonar la escuela y hemos podido mantener nuestras propiedades. El programa Comida por trabajo ha generado recursos que nos ayudaran a producir más”. Fetiya Mohammed, 40 años y madre de tres hijos. Beneficiaria del programa de Ayuda en Acción en Doba. Además de estos programas de comida por trabajo también atendimos a aquellas personas que no podían trabajar (como discapacitados, ancianos y niños) y que recibieron ayuda alimentaria gratis. El alto índice de desnutrición infantil detectado en estas localidades, donde el 15% de los menores mostraban signos de malnutrición, llevó a ActionAid Etiopía a diseñar un programa específico para atender a los niños y niñas de las comunidades citadas. En este sentido, facilitamos alimentación suplementaria a 8.122 niños y niñas menores de cinco años a los que se les asistió con raciones que oscilaron de 3 a 4,5 kilogramos de comida al mes que les proporcionaba las calorías diarias necesarias. Tabla 2: Programa de Alimentación Suplementaria para Niños Zona No. De niños Doba Legehida Silti Dalocha Total 5.686 2.400 6.667 1.885 16.638 Toneladas métricas distribuidas 128 tn 36 tn 30 tn 6,6 tn 200,6 Tm Coste en dólares 64.455 20.527 3.780 15.987 104.749 En este sentido, hay que señalar que los primeros datos sobre esta evolución nos permitieron confirmar que las raciones de comida distribuidas hasta el momento estabilizaron la situación nutricional de los niños atendidos. UNA CRISIS CÍCLICA Esta emergencia constituye la peor hambruna desde la crisis del bienio 1984-85. En aquella ocasión, la combinación de la falta de alimentos, la sequía y los conflictos internos que sufría el país terminaron con la vida de un millón de personas. En aquella ocasión, el Gobierno presidido por el teniente coronel Mengistu, ocultó la situación y la ayuda llegó tarde. La mayoría de las muertes fueron producto de las epidemias (fundamentalmente cólera) que se desataron en los campos y en los que se agolpaban miles de personas a la espera de comida Esta vez, el Gobierno de Meles Zenawi ha reaccionado con tiempo y la distribución de la ayuda se ha efectuado antes de que la situación de miles de etíopes fuera irreversible. Las infraestructuras han mejorado y la distribución de la ayuda ha estado mejor organizada. Además, en la actualidad Etiopía cuenta con Sistema de Detección Precoz que ha permitido que las alarmas saltaran antes de que la gente empezara a morirse y que la ayuda llegara antes de que se produjera la catástrofe. Área de Prensa Departamento de Comunicación 12 “Se ha conseguido salvar muchas vidas en Etiopía. La gente no ha muerto a cientos de miles como fue el caso de la sequía de 1984 y la respuesta de los donantes en esta ocasión ha mejorado notablemente”. La coordinadora de la ONU manifestó tras una reunión con el primer ministro etíope que éste la había impresionado con su “compromiso para ocuparse de la crisis humanitaria en el país” Carolyn McAskie, coordinadora operaciones de emergencia de la ONU para Etiopía. elmundo.es 13-Junio-2002 Pero Etiopía sufre periodos de escasez de alimentos de forma periódica. En los últimos cinco años, 4 millones de personas han recibido ayuda alimentaria constante para poder sobrevivir en los períodos de hambre que se suelen producir en los meses que preceden a la cosecha. El incremento de la población y el escaso rendimiento de los cultivos amenazan con convertir la escasez de alimentos en un problema crónico. PROYECCIÓN DE LAS NECESIDADES ALIMENTARIAS DE ETIOPÍA3 Fuente: FewsNet, Agosto 2003. Según las estimaciones sobre necesidades de alimentos, 13 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria entre 2003 y 2004 a pesar del considerable aumento de la producción esperado. Proyectos a largo plazo Además de las acciones puestas en marcha como respuesta a la hambruna, Ayuda en Acción promueve en Etiopía proyectos a largo plazo con el objetivo de reducir la dependencia de la lluvia y, por ende, los riesgos de inseguridad alimentaria. Con este 3 Estas estimaciones sobre las necesidades de alimentos para los próximos años están realizadas sobre la base del crecimiento de la población, de a las proyecciones sobre la capacidad productiva, de importación y de recepción de ayuda del país. Los valores sobre la ayuda alimentaria proceden de la Comisión de Prevención de Desastres y del Programa Mundial de Alimentos. La población teórica sin acceso al alimento se obtiene de dividir el déficit de comida por la consumición per capita requerida cada año. Área de Prensa Departamento de Comunicación 13 objetivo, Ayuda en Acción promueve prospecciones acuíferas que ayuden a sobrevivir al ganado y que permita a los agricultores obtener cultivos en épocas de carestía como la actual. Para ello hemos facilitado asistencia técnica y materiales (bombas de agua, plásticos y herramientas) a 3.700 familias campesinas para poner en marcha parcelas de cultivo con irrigación. Esta es una de las principales preocupaciones de las ONG presentes en el país. En este sentido se manifiesta Mesfin Tefera, coordinador del proyecto que Ayuda en Acción impulsa en Lalomama: “La comunidad internacional debe apoyar al pueblo etíope con alimentos pero esta ayuda debe estar ligada a la puesta en marcha de programas de desarrollo sostenible. Si sólo se facilita grano, el problema volverá a repetirse. Para evitarlo, hace falta apoyo económico que ponga en marcha programas de comida por trabajo y sistemas de microcréditos que sirvan para poner en práctica actividades económicas que generen nuevos ingresos”. Vulnerabilidad y dependencia El objetivo de estos proyectos a largo plazo es reducir la vulnerabilidad de la población etíope ante la reducción de las precipitaciones o la bajada de precios de los productos que cultivan. Para ello resulta fundamental mejorar la formación y las técnicas de cultivo y, sobre todo, diversificar la producción. De hecho, Ayuda en Acción viene aplicando diversos programas para paliar la dependencia de las comunidades en las que trabaja. Así en Alaje, un proyecto impulsado por nuestra Organización desde 1996, hemos introducido una nueva variedad de ganado que produce siete litros de leche al día frente al litro/día que se obtiene de la vaca más común en la zona. En esta woreda (distrito) a 650 kilómetros al norte de Addis Abeba, también estamos promoviendo la producción de miel a través de la provisión de colmenas a las familias de las comunidades con las que trabajamos. La ayuda alimentaria no debe conformarse sólo con un objetivo de mejora del estado nutricional, sino que debe perseguir igualmente la creación de medios de vida sostenibles que garanticen un acceso estable al alimento. Por este motivo, resulta fundamental promover la puesta en marcha de nuevas actividades económicas que proporcionen nuevos ingresos a las familias. En muchos casos, la inseguridad alimentaria se debe no tanto a la escasez de alimentos como a la incapacidad para acceder a ellos que padecen los sectores más desfavorecidos. Con este objetivo, Ayuda en Acción viene trabajando en Etiopía desde 1995 y está presente en el país mediante seis áreas de desarrollo en las que se llevan a cabo proyectos de desarrollo a largo plazo. Área de Prensa Departamento de Comunicación 14 BIBLIOGRAFÍA Vulnerabilidad y desastres. Causas estructurales y procesos de la crisis de África, Karlos Pérez de Armiño, Cuadernos de trabajo de HEGOA nº 24, Bilbao (1994) INTERNET Etiopía, más allá de la sequía. Intermón Oxfam y Global Express http://www.intermonoxfam.org/cms/HTML/espanol/668/global_eti_revista_cast.pdf Comisión de Naciones Unidas para la delimitación de la frontera Eritrea-Etiopía http://www.un.org/NewLinks/eebcarbitration/ Misión de las Naciones Unidas en Etiopía y Eritrea http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/unmee/facts.html Guía del Mundo http://www.guiadelmundo.com/paises/ethiopia/ Global Geografia (italiano) http://www.globalgeografia.com/africa/etiopia.htm Periódico Addis Tribune (inglés) http:/www.addistribune.com/ Periódico Ethiopia Daily (inglés) http://www.ethiopiadaily.com Área de Prensa Departamento de Comunicación 15