Vicente Gómez En Madrid se demuestra la necesidad de una organización que desborde al Sindicato. form ar una sociedad fascista en de­ m ocrática. Lo im portante, creo, es rechazar siem pre a la burguesía a nivel individual. Villa T rabajador del Metro Yo creo que el periodo huelguístico no ha term inado. Continuaremos arrancando a la burguesía „concesio­ nes“ como le estamos arrancando libertades. El proceso final será ter­ minar con el aparato sindical. Y es cierto que hay corrientes de trabaja­ dores que están contra los pactos interclasistas por lo que supone de riesgo para la clase, aunque se com ­ prende la im portancia que puede te ­ ner la incidencia de los partidos en el aparato del Estado a la hora de trans­ Nuestra huelga se acabó en el m o­ mento más oportuno: de no hacerlo así hubiese habido muchos despidos. Y aunque no m ilitarizando, el Ejército sí intervino, incluso poniendo en ries­ go la seguridad de los viajeros, pués los trenes circulaban sin revisión pasándose las estaciones. En junio tenemos convenio colectivo nuevo: el sentimiento general, sobre todo a nivel de dirección, es guardar fuerzas de cara al mismo. Es justo destacar el papel jugado por el com ­ Jo sé D am ián C a b alle ro . en fábricas. Esto el sindicalismo tiene que tenerlo en cuenta. Segundo: de cada huelga realizada, la clase obrera ha de salir fortalecida. Una huelga fracasada puede generar fustración obrera. Tercero: a niveles polí­ ticos, insisto, faltan líderes capaces de llevar la huelga a buén puerto. Cuando las huelgas salen bien, los líderes se potencian. Luego creo re­ sulta peligroso separar la lucha polí­ tica y la sindical. A niveles políticos existe un pacto interclasista que re­ vierte a niveles sindicales en la lucha política contra el sistema. Lo im por­ tante es ver como se golpea y quién golpea en este país. Por ejem plo: en M adrid, el día 20, la clase obrera no acudió a la concentración por la am ­ nistía. No acudió porque no existe identificación entre sus luchas, entre las auténticas masas y la dirección política en muchas ocasiones. De cada huelga realizada la cla se o b re ra ha de s a lir reforzada. pañero Aranda, hombre independiente pero que ha dem ostrado, por ejem plo frente a líderes del P .C ., una autén­ tica responsabilidad y es seguido por las masas; luego, hemos desbordado a Sindicatos: estos incluso llegaron a ofrecernos 5 millones si aceptábam os su m ediación, frente a la limosna de 4 que nos daba la empresa: preferi­ mos el laudo del Estado, al margen de los verticales. Juan Rubio Se abre ahora un periodo de reposo, de explicitación. Faltan por conseguir los objetivos fundam entales: reivindi­ caciones económ icas y destrucción del Sindicato. H ace falta también una explicitación política. Fundamental es reforzar las vanguardias con cursillos a nuevos militantes. En este sentido la lucha no ha sido estéril. Nuestro objetivo en un plazo inmediato es el convenio colectivo de este año, independentem ente de las acciones g ene­ ralizadas del movimiento obrero, en el que Banco, precisam ente este año se ha incorporado plenamente. EXPRÉS ESPAÑOL / Marzo 1976 José Damián Caballero Una huelga fracasada ge n e ra fu s tra c ió n . Se han roto muchos tabús, se ha gol­ peado a la represión, esto ya no re­ pliega a la gente. De cara a los C on­ venios habrá más movimientos. Se ha fortalecido la unión, y adquirido más confianza en las propias fuerzas. 17