CADA DIA, LA VIDA ENTERA… Es curioso cuántas cosas pueden ocurrir en un día. Cuántas historias, pensamientos, ideas pasan por cada jornada. Como una pequeña biografía. Y es que, cada día, me asomo a la vida entera. AMANECER. Todo por escribir. “Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo…” (Sal 62) Cada día es una oportunidad, como una hoja en blanco, en la que podré escribir episodios diferentes. El amanecer es la hora de las posibilidades. Entonces es posible elegir cómo emplearé mi tiempo, qué dirección tomarán mis pasos, hacia qué personas caminaré… Como la vida misma. Tengo tantas posibilidades… Enséñame, Señor, a elegir bien. A apostar por un camino, el que sea. A tomar esa página en blanco y escribir en ella un relato que hable de amor, de fe y de encuentro. Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de enfermar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. Eclesiastés 3, 1-8 VENGO AQUÍ, MI SEÑOR Vengo aquí, mi Señor a olvidar las prisas de mi vida. Ahora sólo importas Tú. Dale la paz a mi alma. Vengo aquí, mi Señor a que en mí lo transformes todo nuevo... AMOR, QUERER E INTERÉS TOMAR UN CAFÉ. Nunca estamos solos “ Ellos insistieron: Quédate con nosotros” (Lc 24,29) Para encontrarte saldré No ha de faltar, cada jornada, un rato para compartirlo del amor que me encierra con alguien. Quien dice un café dice un paseo, o al menos un del querer que me aísla tiempo para escribirse y estar en contacto. Es la vida misma la que del interés que me ciega nos hace movernos hacia los otros. Es la vida misma la que nos pide apoyarnos en otras gentes, compartir lágrimas y risas, esfuerzos y proyectos, preguntas y respuestas. Señor, que nunca falten en mi vida los otros. Hoy te pido por ellos, por todos esos otros importantes en mi vida. UN RATO DE OCIO. “Les dijo: vosotros, venid aparte, a un sitio despoblado, a descansar un rato” (Mc 6,31) Al ver la tele, o leer una novela, o tocar un rato la guitarra, o escuchar algo de música. Tiempo gastado, tiempo perdido, tiempo aprovechado de otra manera, tiempo descansado en realidad. Tiempo en el que me asomo al talento de otros, a la creatividad humana, a la diversidad y variedad de gentes que imaginan historias… Señor, enséñame a tener tiempo gratuito en mi vida, de ese en el que pasa todo, y pasas tú por El. LA HORA DEL EVANGELIO. “Más vale ser humilde de espíritu con los sencillos, que partir el botín con los soberbios” (Prov 16,16) Todo lo anterior puede ser evangelio… pero también está bien cuando, en mis días, hay un rato para Dios y su mundo. Puede ser unos minutos para la oración, un rato tranquilo en el que me dispongo a sentarme en Tu mesa, al participar en la Eucaristía. Puede ser el tiempo de voluntariado –o de trabajo- en el que comparto un rato con gentes que me recuerdan las bienaventuranzas…. Ellos son los pobres, los rotos de nuestro mundo… ...a adentrarme en tu paz que me serena... MEDIODIA. La vida en marcha. “Cuida bien de tu grey, preocúpate de tus rebaños...” (Prov 28,23) Durante buena parte de cada jornada toca ...a pedir que me enseñes tu proyecto... instalarse en los hábitos, en las actividades que van generando rutinas: el trabajo, el esfuerzo, los estudios… Es la vida misma la que tiene mucho de habitual, de normal. No todo puede ser vertiginoso, especial, distinto, fascinante.... Hay muchos momentos en los que lo cotidiano es sencillo, sin fuegos de artificio. Señor, ayúdame a descubrir tu presencia en lo rutinario. A descubrir dónde estás en las horas grises del día, a buscarte siempre, y a construir, con mis manos, con mi corazón, con mis acciones, algo bueno… LA HORA DE COMER “Danos hoy nuestro pan de cada día” (Lc 11,3) Que hay que reponer las fuerzas. Es un momento especial. Porque tener la mesa bien provista, en este mundo, no está al alcance de todos… por eso mismo, aunque no siempre me doy cuenta, es importante percibir lo que tiene de privilegio, de bendición, de oportunidad. Que sirva para reponer las fuerzas. Para gustar los frutos de la creación. Para comprender, con júbilo, todo lo que me das… LA NOCHE. GRACIAS, SEÑOR “Y sed agradecidos” (Col 3,15) Al final del día uno llega cansado. Otra página escrita. Otro episodio imborrable en mi historia. Y, muchas veces, sin darme cuenta, mucho vivido, mucho ganado, mucho aprendido –incluso en los días más complicados. Por eso, Señor, que no me olvide nunca de vivir agradeciendo. Sobre todo, agradeciendo. Agradeciendo esos nombres, esos rostros, esas vidas que se cruzan con la mía. Esas oportunidades infinitas que me brindas. Esos cafés compartidos. Esos espacios, preñados de Ti… Gracias, Señor. Ahora toca dormir, sabiendo que mañana resucitaré, para empezar de nuevo… LA NOCHE Camino, pero con paso demasiado lento todavía tengo flores del desierto en mis brazos todavía tengo en mis cabellos rocío de los valles de la humanidad primera. Apenas reconozco en qué me he convertido, presiento que la noche no ha pasado, no termina presiento que ya no hay regreso, resbalan de mis manos todos mis deseos. SOLO QUISIERA QUE EL AMOR TENGA LA FUERZA DE UN CICLÓN EN MIS ENTRAÑAS RECONOCERTE EN EL DOLOR SENTIR EL ECO DE TU VOZ CUANDO ME LLAMAS Quisiera sentir el suave roce de tu aliento perderme, entre Tus manos sólo estremecerme, perderme para encontrar Tus huellas, dejar que tú me lleves y caminar por ellas. La noche ha llegado sin decirme nada, desnudo, sin sentido me he quedado en la batalla, desnudo, y no me siento frágil, seduces en silencio y rompes mis palabras…