Bloque Espiritual N°91 ¿Cómo Venció Jesús las Tentaciones? Leemos en San Mateo 4:1-10, “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Mas Él respondiendo dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” En diferentes mensajes a través de su profeta Dios ha dado la respuesta: Y entonces nos damos cuenta que a la edad de treinta, Él fue bautizado en el río Jordán por Juan el Bautista (Lucas 3:21-22). Y cuando Él fue bautizado, subiendo luego del agua, nos damos cuenta que el Espíritu Santo, Dios, como en forma de paloma, descendió del cielo, y una Voz, diciendo: “Este es Mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Y la correcta traducción de eso, es: “En quien tengo complacencia habitar”, porque Dios estaba dentro de Cristo. Y miren, cuando Él descendió sobre Él, llegó a ser el Ungido, el Mesías. [1] Él se fue derechito al desierto y fue tentado por el diablo. ¡No lo ven, en cuanto llega una bendición espiritual, miren al diablo levantándose para robártelo si pudiere! [2] Esa es sólo la forma en que sucede. Cuando uno recibe el Espíritu Santo, la primera cosa es que el diablo viene con las tentaciones. Cuando uno reclama su sanidad, verán al diablo venir trayendo de nuevo la enfermedad diciendo que uno está mal. Ése es el tiempo para ponerse de pie, porque uno no debe testificar lo que ve o siente. Uno da testimonio de lo que ha creído. Correcto. Agárrese de eso. [3] E inmediatamente (como vencedor) regresando de ser tentado, Él salió sanando a los enfermos, echando fuera demonios, poniendo en libertad a la gente. Veamos, entonces. La primera cosa que Él hizo fue empezar a predicar el Evangelio y a sanar a los enfermos, a todos aquellos que estaban oprimidos por el diablo. Miren, tomemos algunas de Sus señales. Miren, ¿es Él, el Mesías? Miren, nosotros comprendemos que ellos habían tenido sanidad Divina aun antes que Él viniera a la tierra. ¿Cuántos saben eso? El estanque de Betesda era una señal de sanidad. Y por todas las edades ellos han tenido toda clase de sanidades. Pero debía haber una señal siguiendo a ese Mesías. Él tenía una señal Mesiánica. Y si Él era el Mesías, lo cual es el Ungido, el Cristo, entonces debía haber una señal del Mesías siguiendo al Mesías. Hay una señal que sigue al creyente (Marcos 16:17-18). ¿Creen Uds. eso? Dios es un Dios de señales, prodigios, y milagros. Y si Él era así la primera vez, entonces Él es así la segunda vez, Él es así la tercera vez, Él es así todo el tiempo. [1] Siempre las señales y maravillas siguen a la Iglesia de Dios, por donde quiera, siempre ha sido así, y siempre lo será. [4] Fíjense: la primera cosa que Él hizo después de Su tentación en el desierto, Él vino como el Mesías ungido, el Mesías, el Cristo. Cristo significa: "El Ungido". Él nació "Jesús", el hombre (Mat. 1:20-25), pero cuando el Espíritu Santo entró en Él, Él era el Mesías ungido. La Biblia dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (II Cor. 5:19). Dios viviendo en Él, la Plenitud de la Deidad estaba en Él (Col. 2:9-10). “Dios vació todo lo que Él era en Cristo; Cristo vació todo lo que Él era en la Iglesia”. En el Día de Pentecostés cuando ellos estaban reunidos, cuando descendió esa Columna de Fuego, se separó en lenguas repartidas y se asentaron sobre cada uno de ellos, mostrando que Dios mismo se estaba repartiendo entre Su pueblo (Hechos 2:1-4). Esa es la razón que yo me paro hoy entre las iglesias de la manera que lo hago; tenemos que juntarnos. Mientras más juntos estamos, más de Dios está presente. No que yo estoy en contra de las denominaciones o demás, no; pero no ponga una barrera o una cerca. Todos nosotros somos hijos de Dios por medio del Nuevo Nacimiento. [5] En Mateo 4, vemos a Jesús siendo tentado del diablo. Él venció las tentaciones personales del diablo por medio de la Palabra, y solamente la Palabra. En cada una de las tres pruebas mayores que correspondieron directamente a la tentación en el Huerto de Edén (Gen. 3:1-7), el deseo de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (I Juan 2:16), Jesús las venció todas por medio de la Palabra. Eva cayó a la tentación personal de Satanás al no emplear la Palabra. Adán cayó por desobediencia directa a la Palabra. Pero Jesús venció por la Palabra. Déjeme decirle esto: ésta es la única manera de ser un vencedor, también es la única manera de saber si Ud. está venciendo, porque la Palabra NO PUEDE fallar. [6] El fue tentado en todo igual que nosotros. ¿Qué hizo Él? Él la conquistó. Y ¿qué fue lo que nos dijo? “Resistid al diablo y él huirá de vosotros” (Santiago 4:6-7). Él conquistó la enfermedad por nosotros. Él conquistó la tentación por nosotros, quebró las puertas; le quitó la llave al tentador (Apoc. 1:18), y se la dio al creyente, de la Simiente de Abraham (Mat. 16:19), y dijo: “Si él te tienta, resístelo, y él huirá de ti”. ¡Oh, Señor! Resístanlo. Él conquistó ambas cosas, muerte e infierno. Él se levantó al tercer día, diciendo: “Yo he vencido. Y porque Yo vivo, vosotros también viviréis” (Juan 14:19, Hechos 2:32-36). ¡Oh, qué promesa! Eso es para la Simiente de Abraham. Él conquistó la tumba, se levantó al tercer día, para nuestra justificación. Cuando Él se levantó, Él fue nuestra justificación. ¿Qué nos hace eso a nosotros? Él conquistó la enfermedad. Él conquistó la muerte. Él conquistó el infierno. Él conquistó la tumba. Él conquistó la tentación. [7] Cuando Satán trató de atraparlo, dijo: “Yo te daré todos estos reinos del mundo. Son míos”. Con la misma cosa que él vino a Eva, primero convirtiendo el pan, respecto a comer y demás. “Yo haré todo esto si tú me adorares, tú simplemente ven y únete a nuestro grupo”. Jesús dijo: “Escrito está; ‘no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’”. [8] El fue tentado por su apetito. Porque como el hombre físico tiene que vivir de pan, así el hombre espiritual tiene que vivir del Espíritu. Antes que el hombre físico pueda comer pan, el trigo tiene que morir. O la cebada, o el maíz, o de lo que el pan fue hecho, tiene que morir. Y antes que el hombre espiritual pudiera vivir, Jesucristo tuvo que morir. [9] Él dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre..” (San Juan 6:51-58). Ahora, pero cuando Él se encontró con satanás, o satanás se encontró con Él, Él no usó ninguno de Sus excelentes dones, lo cual yo creo que todos los poderes de los cielos estaban en Él. Pero Él nunca usó ninguno de ellos para derrotar al enemigo. Cuando Él se encontró con satanás, satanás lo tentó. Él dijo: “Está escrito: ‘No sólo de pan vivirá el hombre’”. Luego, sobre el pináculo del templo, Él lo enfrentó nuevamente con la Palabra de Dios. Cuando lo llevó a la montaña, Él lo volvió a enfrentar con la Palabra de Dios, mostrándonos así como nuestro ejemplo, que la Palabra de Dios derrotará al enemigo en cualquier lugar, en cualquier parte, a cualquier hora. Escrito está. [10] Y recuerden, permítanme decir esto, hermanos. La iglesita aquí ha comenzado por una línea de los dones, ¿ve?, los dones están entrando en la iglesia. Pero aunque hubiesen dones o no, si nunca hubiese un don, déjenme decirles, que el don no siempre derrotará al enemigo, pero la Palabra sí. La Palabra le hace frente en dondequiera. Y Jesús, cuando Él estuvo en la tierra, probó eso. Él fue Dios manifestado en la carne. Pero Él nunca usó ninguno de Sus dones tan finos para derrotar al enemigo. Cuando Él se enfrentó con el enemigo, lo enfrentó en el terreno de la Palabra, y le dijo: “Escrito está”. Y el enemigo le respondió: “Escrito está”. Y Él dijo: “También está escrito”, y así, hasta que venció al enemigo. Y por eso es que estamos aquí, para enfrentarnos con el enemigo, con el material que Dios nos ha dado para ese fin. [11] Continuamente a Satanás luchó contra él, e incluso utilizó las Escrituras, y Jesús le respondía, “Y está escrito también.” Y Jesús venció a Satanás sin utilizar ninguno de los dones Divinos que Él tenía, demostrando que hasta el más débil de los Cristianos puede derrotar a Satanás sobre la Palabra de Dios. Y esa es la razón por la que trato de traer a la persona delante–no de un individuo, el predicador, sino de Cristo, y Cristo está en Su Palabra. ¿Creen eso? Escuchen esto. “En el principio era el Verbo. Y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, murió y resucitó, y está en nosotros hoy en día, la misma Palabra que estaba en el principio. Esta Biblia es la Carta de Dios. Y todas las promesas en Ella le pertenecen a usted, si usted puede creerla y aceptarla con el tipo correcto de actitud. Está en vosotros, la esperanza de la gloria, Cristo. [12] ¡Jesús venció por la Palabra y la humildad – así debemos hacer! Allí lo tienen, hermanos. A través de mansedumbre, a través de dulzura, a través del Espíritu Santo es que conquistamos. No algún gran y poderoso gigante intelectual, sino aquel que puede humillarse es el hombre que conquista (Romanos 8:37). El hombre que puede ser tratado mal y todavía ser un siervo de Cristo, ese es el conquistador. [13] Él lo llevó hasta donde hasta el más débil de los cristianos podría tener el privilegio de usarlo. Él dijo: “Está escrito que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Ahí lo tiene. “El hombre no vive sólo de pan.” Entonces Jesús fue llevado bajo tentación al pináculo del templo, y le fue dicho: “Haz un milagro para mí. Déjame ver como haces uno.” Ven ustedes, aquel mismo enemigo sigue vivo hoy. “Déjame ver algo. Déjame traerte a alguien, y sánalos para mí.” ¿Ven? Es el mismo diablo. El diablo se lleva a su hombre, pero nunca su espíritu. Dios se lleva a Su hombre, pero nunca Su Espíritu. El Espíritu que estaba sobre Elías, vino sobre Eliseo, de Eliseo pasó Juan el Bautista, etcétera. El mismo Espíritu que estaba en Cristo está en Su Iglesia, y será hasta que Jesús venga para unir a ese Cuerpo con el Suyo en la gloria. Ciertamente. Satanás desciende en un hombre religioso, tan religioso y de renombre como se puede ser, y obrará y perseguirá a la Iglesia del Dios viviente, se lleva a su hombre, pero no su espíritu, porque lo pondrá en otro. Miren a los fariseos y a los saduceos, que académicos eran, cuan educados, qué inteligentes, cuan santos. Tenían que ser nacido de un cierto linaje. Tenían que salir de una determinada tribu. Tenían que ser tan eruditos y tan santos, pero sin embargo rechazaron a Cristo. Y digo esto con respeto, pero las mismas cosas suceden hoy. Dios está moviendose con Su Espíritu a través de la tierra, haciendo señales y prodigios. Y escuchen bien, amigos míos, no quiero asustarles o hacerles daño, pero quiero decirles la verdad. Ustedes están buscando que suceda algo que ya ha sucedido. Lo siguiente es la venida del Señor. Está pasando por encima de tu cabeza. No lo sabías. Recuerden el día en que están viviendo. ¡Pon atención a lo que estás escuchando! Despiértese. Dios no vive en el glamour. Dios vive en la humildad. El glamour viene de Satanás. Él vive en la humildad. Cuando Él estuvo aquí en la tierra, llego a ser el más humilde entre los hombres, el más pobre entre los hombres. ¿Quién querría el glamour? Satanás. Él quería que su reino sea más grande que el de Miguel, así que lo estableció en el norte, en su intento de opacarlo, el hijo de la mañana (Isaías 14:12-14). Ahora, observe cuando Él estaba aquí, entonces, después de que empezó Su tentación, Él pasó a través de Su tentación y soportó. ¿Cómo? A través de la Palabra. Permanezcan en la Palabra. [2] No somos salvos por obras, o lo que hagamos. No es lo que yo he hecho lo que me ha salvado. Es lo que Cristo hizo lo que me salvó. ¿Ven? Yo no tengo santidad. Y si tratara de decir: “Bueno, yo dejé de tomar. Dejé de fumar. Dejé de robar, mentir, etc.” Eso es lo que yo he hecho por mí mismo. Tendría algo de que presumir. Pero yo no deje nada. Él tiene que venir a mí y sacar esas cosas de mí. ¿Ven? Eso es todo. Entonces no es lo que yo he hecho. Es lo que Él ha hecho. Y entonces, el Espíritu Santo entonces permanece y crece diariamente, sólo crece, haciéndose más y más grande; eliminado las cosas, las preocupaciones, la tentación. A medida que usted los vence, el Espíritu Santo toma su lugar. Si usted tiene una verdadera tentación maligna der algo que no está bien; supera esa cosa unas cuantas veces, y mira si tu testimonio no florece debido a eso. [14] Referencias: [1] "Jesucristo el mismo" (61-0118), par. 39-40 / [2] "Señores Quisiéramos Ver A Jesús" (57-1211), par. 25-27+34 [3] "¿Crees Tu Esto?" (50-0716, Minneapolis), par. 57 / [4] "¿Crees Tu Esto?" (50-0115, Houston), par. 56 [5] "Señores, Quiéranos Ver A Jesús" (60-0109), par. E26 / [6] "Edad De Laodicea", Libro Edades, pg. 381, par. 167 [7] "El Patriarca Abraham" (64-0207), par. 63-64 / [8] "La Palabra Hablada Es La Simiente Original" (62-0318E), pg. 97 [9] "Aguas De Separación" (55-0121), par. 10 / [10] "Ministerio Explicado" (50-0711), par. 16 [11] "Preguntas Y Respuestas" (61-0112), COD par. 23-25 / [12] "Qué Es Eso En Tu Mano" (55-1120), par. 30 [13] "Apoc. Cap. 5 Pt 1, Serpiente Herida" (61-0611), par. 145 / [14] "Hechos Del Espíritu Santo" (54-1219E), par. 39 “Bloque Espiritual” – Boletín de la Palabra Revelada de esta hora, es presentado a Ud. por: Gerd Rodewald, Friedenstr. 69, D-75328 Schömberg, Alemania www.biblebelievers.de, Fax: (+49) 72 35 33 06 Publicado por “Publicaciones Palabra Hablada” del Perú, América del Sur “…viene uno con un Mensaje que cuadra perfectamente con la Biblia, y una obra rápida dará la vuelta a la tierra. Las simientes saldrán en los periódicos, en material de lectura, hasta que cada Simiente predestinada de Dios lo haya escuchado.” [Hno. Branham en C.O.D., 62-0527, pár. 179]