B a t e r í a s Un científico que no "desmaya" C uando Diego Benítez armó las maletas para ir a estudiar una Maestría en Inglaterra no se imaginó que su permanencia en ese país iba a durar mucho más de lo proyectado. Este quiteño de 32 años se fue durante un año gracias a una beca concedida por Fundacyt, pero sus brillantes notas en la University of Manchester Institute of Science and Technology (UMIST) lo calificaron para dos becas más. Así fue como sacó el Ph.D. y hoy es toda una autoridad en materia de Procesamiento Digital de Señales e Instrumentación Biomédica. Quien crea que su carrera profesional es obra del azar está equivocado. Diego sabía bien lo que buscaba desde la época del colegio, cuando fue el mejor estudiante y abanderado del Colegio La Salle. Ya entonces tenía claro su futuro: estudiar Electrónica y Control en la Escuela Politécnica Nacional. Diego habla de su carrera y en sus ojos expresivos brilla una chispa. Su pasión por la ciencia le ha llevado a estudiar en jornadas de más de doce horas diarias, pero ese sacrificio le ha representado réditos. Mientras estudió la Maestría fue el tercero en una clase de 34 alumnos, pese a sus dificultades iniciales para adaptarse al idioma inglés "inglés". Los inicios fueron duros. Tenía 16 materias y recibía clases de nueve a doce y de una a cinco. Enseguida iba a la biblioteca hasta que a las diez de la noche lo sorprendían con el flemático y exacto anuncio del cierre de las puertas. Y, entonces, a continuar el estudio en la casa, hasta la una de la mañana... La época de exámenes era excepcionalmente difícil porque debía rendir ocho un día y los ocho restantes al día siguiente. La única forma de salir adelante era con un estudio continuo. Benítez fue el único latinoamericano que "sobrevivió" a este ritmo de estudios y en cuanto rompió totalmente la barrera idiomática, inició una carrera ascendente. Primero ganó una beca para el doctorado (Ph.D.): cubre la diferencia de costos entre estudiantes extranjeros y locales, pues los foráneos pagan nueve veces más que los ingleses. La segunda beca le ayudó a cubrir sus estudios en la universidad y le preparó el camino para su tesis doctoral, una tesis que tuvo gran repercusión en la comunidad científica internacional. En efecto, Benítez se vinculó a un proyecto que estaban realizando UMIST y el Centro del Corazón de Manchester. Ambas instituciones tenían un convenio para realizar una investigación sobre los desmayos continuos (síncopes), un problema médico cuyas causas buscaban identificar para diseñar un equipo que permita predecir la ocurrencia de un desmayo y tomar medidas de precaución. El proyecto, que debía durar inicialmente tres meses, se extendió por tres años. La parte médica estuvo a cargo del Centro del Corazón, pero Benítez aportó con el procesamiento de las señales del cuerpo humano, integrando varios monitores convencionales y desarrollando métodos de cálculo (algoritmos) para transformar esas señales obtenidas por electrodos en imágenes que pudieran ser identificadas por los médicos. El instrumento virtual para análisis clínico de la función autonómica del sistema cardiovascular -o simplemente Cardio- fue mucho más que la tesis de Benítez y se convirtió en una investigación de largo aliento que hasta hoy continúa en Manchester. Los científicos quie- Muy por debajo del promedio regional Investigadores por cada mil integrantes de la PEA en países seleccionados, 1997 Argentina Bolivia Chile Costa Rica Ecuador América Latina y el Caribe 2,49 0,36 1,33 1,53* 0,32 0,81 La evaluación del componente de capacitación del I Programa de Ciencia y Tecnología llevado a cabo por Fundacyt, con financiamiento BID, reflejó que los becarios fueron seleccionados de manera idónea, accedieron a excelentes escuelas en el extranjero y su desempeño fue óptimo en instituciones de alta competitividad (de 146 becarios, 43 obtuvieron un doctorado (PhD) la mayoría obteniendo becas en la universidad en donde realizaron sus maestrías y con poca inversión adicional para Fundacyt; y 60 beneficiarios que concluyeron maestría son potenciales doctores). La demanda insatisfecha, pues solo se pudo atender al 18% de los postulantes (828), demuestra que es imperativo continuar apoyando la formación de recursos humanos de alto nivel con un sistema que será reforzado en la segunda fase del Programa. Fuente: Ricyt, 2001. / * 1995. Capacitación Diego Benítez, 32, ex becario de Fundacyt, se convirtió en un experto en procesamiento digital de las señales que emite el cuerpo humano. Se ganó sus estudios de doctorado y su tesis de grado tuvo repercución médica internacional. ren descifrar todas las señales que el cuerpo humano emite antes de un desmayo y aspiran algún día prevenir los síncopes. La investigación en Inglaterra está a mucha distancia de la que se realiza en Ecuador, dice Benítez. Y cree que hay dos razones fundamentales: en nuestro país no hay aporte suficiente del Estado hacia esta actividad y la empresa privada no tiene una relación estrecha con la universidad. "En Inglaterra el Gobierno les da dinero a las universidades para investigación a través de una entidad que califica proyectos, según viabilidad, relevancia científica y utilidad futura. A partir de esta valoración se aprueban los financiamientos. Y otra cosa es que la empresa privada trabaja directamente con la universidad. Si una empresa quiere hacer investigación, va a la universidad y financia la compra de equipos, así como becas para los estudiantes que participen en el proyecto". Aunque Diego recibió ofertas para permanecer en el Reino Unido, cree que está en deuda con el país. Por eso ha vuelto para compartir sus conocimientos: es profesor de la Escuela Politécnica Nacional y continuará sus investigaciones con otras instituciones. 5