Una Nación Se Desmorona 25 Lección 10 La Reconstrucción del Templo LEA: Esdras 3:1-3,9-13; 4:1-24; 5:1-5 ¿QUE VAS A ESTUDIAR?: Esta lección mostrará cómo los judíos empezaron la reconstrucción del templo y los problemas que se les suscitaron a causa de esto. VERSICULO PARA MEMORIZAR: “Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; ...” – (Esdras 5:5). Narración Ciertamente fue un gran espectáculo ver casi 50.000 personas marchando de regreso a casa. Debe haber tomado un buen tiempo hacer el viaje y ciertamente fue agotador caminar todos aquellos cientos de millas (kilómetros). Cuando llegaron a Jerusalén, los judíos estaban muy felices de regresar a casa. Pero lo que vieron fue muy triste en cierta manera. Imagínese la desilusión de las personas mientras veían solamente unas pocas piedras de lo que una vez fue el palacio real y las hermosas casas. No obstante, el peor espectáculo fueron las ruinas del una vez hermoso templo de Salomón. Deben haber habido lágrimas mientras las personas contemplaban las cenizas y recordaban cuán grande y hermosa había sido la ciudad. Pero al menos miles de judíos regresaron a su hogar en Palestina. A partir de este momento, estos judíos en Palestina fueron llamados “hebreos”. Los judíos que decidieron no regresar a Palestina, sino más bien quedarse en tierras extranjeras, llegaron a ser conocidos como los “Judíos de la Dispersión”. Poco después de que llegaron, todas las personas empezaron a reunirse en Jerusalén para ofrecer un sacrificio. Jesúa y Zorobabel encontraron la gran roca dónde una vez había estado el altar del Señor. Procedieron a edificar un altar sobre esa base. Luego, por vez primera en muchos años, fue hecho un sacrificio al Señor sobre el altar. Esta fue la manera como el pueblo le mostró a Dios cuán agradecidos estaban por regresar a casa. Su hogar, una vez llamado Judá, empezó a ser llamado Judea. Al año siguiente, el pueblo empezó a reconstruir el templo bajo el liderazgo de Zorobabel el príncipe y Jesúa el sacerdote. La primera cosa que tuvo que ser hecha fue limpiar el terreno de manera que el templo pudiera ser edificado. Después de encargar a los albañiles para hacer estos, Zorobabel envió algunos mensajeros a Tiro y Sidón para comprar algunos arboles de cedro. Estos grandes arboles de cedro fueron llevados por mar hasta Jope, y luego llevados desde Jope hasta Jerusalén (3:7). Pronto estuvo puesto el fundamento del templo, y el pueblo alabó al Señor “... Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel ...” (Esdras 3:11). Creo que no todos estaban cantando. Algunos de los ancianos que habían visto el templo de Salomón empezaron a llorar. Sabían que este nuevo templo no serían tan precioso y encantador como el viejo templo de Salomón. No mucho antes algunos enemigos habían tratado de detener a los judíos de edificar el templo. Habían otras personas en Judea aparte de los judíos que eran llamados samaritanos. Cuando los judíos habían sido removidos de su tierra muchos años antes, los asirios habían traído a otras personas a la tierra de Judea. Y estos eran los nietos y bisnietos de estas personas que trataron de detener a los judíos. Estaban temerosos de que si los judíos construían su templo, se volverían poderosos y matarían a todos los samaritanos. Por eso, un día, estos samaritanos vinieron a Zorobabel y dijeron, “... Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios ...” (Esdras 4:2). Pero Zorobabel sabía que estaban mintiendo, de manera que rehusó que los samaritanos les ayudaran. Este incidente convirtió a los judíos y a los samaritanos en enemigos acérrimos por cientos de años después de esto. No es de sorprenderse que los samaritanos A NO TACIONES NOT 26 A NO TACIONES NOT Una Nación Se Desmorona trataran de hacer que los persas impidieran a los judíos de construir el templo. Ciro, el rey de Persia, simpatizaba de los judíos y les habría ayudado, pero murió. El hijo de Ciro, Asuero, no le caían bien los judíos tanto como su padre, pero murió en corto tiempo. Artajerjes se convirtió luego en el rey de Persia. Los samaritanos le escribieron una carta y le dijeron, “Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado” (Esdras 4:13). Artajerjes creyó esta carta, de manera que detuvo a los judíos de edificar el templo. Ninguna obra fue hecha sobre el templo no terminado durante muchos años. Después de varios años, dos profetas de Dios hablaron al pueblo. Uno era Hageo, y dijo, “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová” (Hageo 1:8; cfr. Esd. 5:1 y 6:14). El otro profeta, Zacarías, habló: “Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros” (Zac. 4:9). Cuando los judíos oyeron estas palabras, empezaron a trabajar de nuevo en el templo. Un poco tiempo después, Darío se convirtió en rey de Persia. En nuevo templo fue finalmente terminado 21 años después que Zorobabel empezara a trabajar en este. Aunque el nuevo templo era más grande que el de Salomón, no fue tan hermoso como este y no costó tanto. Y, no estaba allí el Arca del Pacto, porque esta había estado perdida por muchos años. Pero al menos los judíos podían adorar a Dios en el templo. ¿Qué Deberías Aprender? 1. El pueblo estaba agradecido con Dios. Cuando los judíos llegaron a su tierra de origen, estaban muy felices. No obstante, no se olvidaron de Dios. Construyeron un altar y ofrecieron un sacrificio al Padre Celestial. Al hacer esto, estaban mostrando a Dios cuán agradecidos estaban. A menudo, cuando las personas están felices se olvidan de Dios. Nunca nos debemos olvidar de agradecer a Dios por las cosas buenas que tenemos. “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18). 2. El pueblo terminó el templo. Edificar el templo fue un trabajo grande. Requirió de mucho tiempo, mucho hombres, y mucho material. A pesar de eso, el pueblo estaba determinado a hacerlo. Cuando sus enemigos los detuvieron, el pueblo puso su fe en Dios y terminaron el trabajo. Nada es demasiado grande para que lo hagamos si ponemos nuestra fe en Dios y lo hacemos. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Cor. 9:8). Repaso A. Nombre el lugar: 1. La tierra a la cual regresaron los judíos. ______________. 2. La ciudad donde el altar fue edificado. ________________. 3. Las ciudades de donde vinieron los árboles de cedro. _______ y _______. 4. La ciudad a la cual los árboles de cedro fueron por mar. ______________. B. Nombre el pueblo: 1. Los judíos en Palestina eran llamados. ________________. 2. Los judíos en otros países eran llamados. __________________________ 3. Qué pueblo trajo otras nacionalidades a Palestina. ___________________ C. Nombre las personas: 1. Nombre el sacerdote en esta lección. _________________ 2. Nombre las personas que limpiaron el terreno para el templo. ___________ 3. Nombre las personas que clamaban mientras el templo empezó a ser construido. ___________________ 4. Nombre los dos profetas de Dios en esta lección. _______ y ___________ 5. Nombre cuatro reyes persas mencionados en esta lección. ___________________ ___________________ ___________________ ___________________