Innovación para la excelencia operativa El juego del trabajo Por Hugo Rubinfeld “Soy testigo de los extraordinarios resultados productivos que se consiguen en las plantas con la aplicación del concepto novedoso de “El Juego del Trabajo”; rompe todos los paradigmas y logra una mejor actitud y disposición para el trabajo en equipo, así como la identificación de los trabajadores con los objetivos de la empresa y una participación activa del capital humano en la mejora continua. El sistema obtiene una significativa disminución en los tiempos de respuesta al cliente con una notable mejora en los índices de calidad y productividad del proceso; este es un gran aporte a la industria de la confección, que debería aplicar toda empresa, sea productiva o de servicios, que busca la Mejora Continua”. Ing. Alfredo Temoche López, Jefe de Ingeniería de Procesos Corporación Fabril de Confecciones S.A. Somos parte de una realidad que nos impulsa a rediseñar organizaciones inteligentes, ágiles para operar en distintos mercados y flexibles para responder con oportunidad a los requisitos de nuestros clientes. El Juego del Trabajo es una propuesta que integra nuestra actitud hacia el trabajo y el máximo aprovechamiento de los recursos productivos, con resultados que sustentan la competitividad de la empresa y su permanencia en el mercado. Los mercados de hoy Mucho se ha hablado de las exigencias competitivas que presentan los mercados actuales, en un escenario internacional que día a día se vuelve más inestable para las economías de todo el orbe. Nos guste o no la apertura comercial es una realidad que sacude a la industria en cada nación, y obliga a replantear lo que se está haciendo en las empresas con el fin de no perder terreno frente a los competidores locales y foráneos, para conservar la vitalidad del negocio y de la fuente de trabajo. Con frecuencia enfatizo que esta situación conlleva un reto para los directivos y profesionales de hoy, que está asociado a un llamado a la reconversión con el objetivo de rediseñar organizaciones inteligentes, ágiles para operar en distintos mercados y flexibles para responder oportunamente a los requisitos de sus clientes. Considero que esta premisa es la piedra angular para la competitividad de 48 Textiles Peruanos / 10 un negocio de cualquier giro: instaurar un ambiente de máxima flexibilidad en los procesos, en contraposición a los sistemas convencionales o tradicionales que se caracterizan por la rigidez y lentitud de respuesta a los cambios de todo tipo. Veamos por qué: En los mercados de hoy se pueden identificar ciertas características bien definidas, como una constante que va más allá del tipo de producto y de las fronteras comerciales: a. Alta rotación de productos: Los diseños se van renovando con una velocidad creciente, lo que hace que el ciclo de vida para una amplia gama de productos y servicios sea cada vez más corto. Basta con remitirnos a décadas pasadas para recordar cuántos años duraba en el mercado un determinado modelo de automóvil de marca, el cual experimentaba apenas ligeras modificaciones en su diseño, comparado con la renovación constante que se da en la actualidad. b. Máxima velocidad de respuesta: Aunado a lo anterior, los clientes exigen que esa variedad de diseños esté disponible de inmediato por lo que reducen los plazos de entrega de sus proveedores; incluso los penalizan con sanciones económicas si no cumplen a tiempo con las cantidades solicitadas. c. Calidad: La oferta más amplia de productos y servicios también se vincula con un número mayor de compañías que compiten para que- darse con una fracción del mercado. En estas condiciones, las exigencias de calidad han aumentado y este factor cobra más fuerza como ventaja comparativa cuando el cliente toma la decisión de compra. d. Productividad y costos operativos: Los tres conceptos anteriores se tienen que priorizar en la empresa de hoy, asegurando en paralelo un nivel de eficiencia que maximice la productividad global y reduzca los costos operativos. En otras palabras, se deben reunir las habilidades para generar nuevos diseños, entregarlos a tiempo cumpliendo las cantidades requeridas y asegurando un nivel aceptable de calidad, con la capacidad de hacerlo en condiciones óptimas de productividad y mínimos costos en todas las áreas. Flexibilidad y Polifuncionalidad Los sistemas de operación flexible responden a esta realidad abordando ciertos factores clave de la empresa. Por eso se enfocan a la drástica reducción de los inventarios en proceso, que causa un efecto directo sobre los tiempos de demora productiva (el tiempo que se tarda en responder a los pedidos de los clientes), a incrementar los niveles de calidad y productividad de manera contundente, y a consolidar con el cumplimiento de Condiciones de los mercados Competencia global estos objetivos la competitividad del negocio y su rentabilidad. Esta es la consigna que defino como el máximo aprovechamiento de los recursos productivos, en un ambiente de operación flexible enfocado a la plena satisfacción del cliente. Si el propósito es cumplirla, digo que el primer paso para impulsar este proceso innovador debe llevarse a cabo en los sistemas, procedimientos y métodos operativos de cada compañía involucrando a los distintos niveles jerárquicos y considerando los aspectos técnicos y humanos de la organización. En la siguiente fase, se determinaría la incorporación de nuevas tecnologías aplicables para profundizar en las mejoras obtenidas durante la primera etapa. Aclaro que esta secuencia responde a una cuestión lógica que, a mi entender, es evidente: ¿qué sentido tendría realizar grandes inversiones en tecnología si los métodos de trabajo son deficientes, o si no tenemos preparado al capital humano para sacar el mejor provecho de esta decisión? Y cuando digo “preparado”, no me refiero sólo a la capacitación requerida para operar una máquina o equipo de última generación. Mi concepto de lo que representa la cualidad de “preparado” va mucho más allá puesto que comprende, además de dichos conocimientos, la actitud, la disposición y el compromiso de las personas con los objetivos de su grupo de pertenencia, que estará definido según el ámbito operativo en el que se desempeñe el individuo, ya sea una planta, comercio u oficina. Para comprender a fondo este concepto, partamos de la base de que en todo proceso se presentan alteraciones en el flujo productivo y cuellos de botella, en general relacionados con dos variables: 1.El tiempo requerido para realizar cada una de las actividades u operaciones (SAM por la sigla en inglés de Standard Allowed Minutes) es diferente para cada una de estas. 2. El ritmo de trabajo o nivel de desempeño de cada persona es dife- Renovación constante de los diseños Alta rotación de productos y servicios Producción en lotes pequeños Plazos de entrega reducidos Alta exigencia de calidad Oferta de precios competitivos Innovación: EL JUEGO DEL TRABAJO Equipos de trabajo cuyos integrantes son responsables de un proceso completo Resultados Drástica reducción de costos operativos Flexibilidad a los cambios en el proceso Nuevo concepto: el Trabajador-Jugador Mejora continua en la calidad Miembros del equipo polifuncionales, capacitados en distintas actividades Reducción del inventario en proceso Optimización constante en el uso de los recursos Prioridad en el servicio al cliente rente, aun cuando exista la misma motivación en ellos. Esto tiene que ver con la velocidad y precisión desarrolladas durante su tarea, inherentes a las habilidades naturales del individuo, a su formación y capacitación técnica, y por supuesto a las ganas e interés personal que vuelque en su trabajo. En el esquema de producción convencional o tradicional los trabajadores tienen asignada una actividad o un número reducido de estas, por lo que es habitual la presencia de inventarios en proceso más altos para compensar los desequilibrios en el flujo de la producción. Esto tiene una consecuencia directa sobre el tiempo de demora productiva, ese tiempo que tarda una unidad de producción desde que entra a la primera operación del proceso hasta que sale de la línea, ya terminada. Por lo tanto, si queremos flexibilizar este esquema para reducir los inventarios y los tiempos de respuesta a los pedidos de nuestros clientes, la primera condición será capacitar a los trabajadores para que sean polifuncionales, es decir, que puedan realizar distintas actividades dentro de la línea de producción. Esta característica permite destrabar los cuellos de botella y responder a los imprevistos que pueden causar atrasos en la línea, puesto que el personal estará preparado para apoyar en distintas Máximo aprovechamiento de las áreas de trabajo Reducción en los tiempos de respuesta al cliente Significativo incremento en la productividad operaciones cuando la situación así lo requiera. Con esta formación, se promueve el desarrollo pleno de las capacidades de cada trabajador con el objetivo de hacerlo especialista en un proceso completo, y no en actividades u operaciones aisladas. Entiendo que la consigna de la polifuncionalidad, unida al análisis exhaustivo de los métodos para la optimización constante en el uso de todos los recursos involucrados en un proceso, es la respuesta contundente a las exigencias de flexibilidad y excelencia operativa que antes mencioné, características del entorno competitivo actual. Jugar a trabajar: la respuesta innovadora Sin embargo, podemos definir a la polifuncionalidad de la fuerza de trabajo como una condición necesaria, sin lugar a dudas, pero no suficiente para lograr los objetivos que nos plantea la realidad descrita. Esta afirmación se basa en lo que ocurre en la práctica cuando se realiza una actividad de conjunto, en la que distintas personas interactúan para obtener un resultado común, fruto del esfuerzo colectivo. Para comprender mejor su contenido, hagamos una analogía con lo que pasa en cualquier equipo deportivo, por ejemplo en el ámbito del fútbol. En ese contexto, podremos identificar que los sistemas de juego han evoTextiles Peruanos / 10 49 lucionado desde hace más de tres décadas, desde que se desarrolló el concepto del “fútbol total”. Desde entonces los equipos se transformaron para dejar de lado la posición fija de cada jugador, dando lugar a un conjunto dinámico en el que los integrantes están preparados para cubrir distintos roles en el campo de juego. Así pueden apoyar a sus compañeros en defensa o en ataque, cambiando las posiciones según lo requieran las circunstancias del partido. Hasta aquí, podemos visualizar con claridad el paralelo entre uno y otro grupo para reflexionar desde una perspectiva técnica sobre los beneficios que significa la polifuncionalidad en una actividad colectiva. Pero como mencioné, esta es una condición necesaria, mas no suficiente. Porque más allá de cuestiones técnicas, cuando cada miembro del grupo no sólo acepta esta regla sino que además la practica dando lo mejor de sí y la vive en cada partido, se genera un efecto sinérgico que se traduce en los resultados. En este ambiente, cada uno de los jugadores no sólo asume este compromiso, sino que también lo disfruta, consciente de los beneficios que puede aportar a su equipo. Aquí es donde se da la segunda condición necesaria para alcanzar la excelencia operativa, puesto que lo contundente y determinante para los resultados, además de la capacitación técnica, es contar con la disposición y el compromiso propio del individuo cuando este se ha identificado con su grupo de pertenencia. Como apasionado que soy de los deportes, fundamento esta aseveración en las conclusiones que obtuve tras mucho tiempo de observar el desempeño de distintos equipos competitivos en todo el mundo, profesionales y amateurs, incluso en algunos de los que yo formé parte. Aclaro que además del juego en sí mismo, siempre me interesó la dinámica que se da en las relaciones humanas dentro del grupo, así como las conductas y actitudes que manifiestan sus miembros y que le dan la identidad propia al equipo. En todos los casos, mi análisis terminaba en una conclusión contundente: Cuando el grupo se consolida sobre fuertes lazos de armonía y afectividad, sus capacidades se potencian y este efecto se proyecta en los logros y resultados obtenidos. Porque he 50 Textiles Peruanos / 10 El proceso de inducción previo a la implementación del sistema es la clave para que el jugar a trabajar se viva como una realidad en el equipo operativo. Durante esta etapa se sensibiliza a los jugadores sobre la práctica de ciertos principios, se les explica el espíritu y contenido de cada uno de ellos, así como la trascendencia que tienen para la vida del grupo. comprobado que cuando la persona se siente parte de un grupo de pertenencia con las características que describí, incluso cuando los niños en un parque se integran en un juego de conjunto, hay un elemento común a todos los escenarios: están dando lo mejor de sí mismos y disfrutan con plenitud cuando lo hacen. Si consideramos al trabajo como una actividad de conjunto, en la que interactúan distintas personas desarrollando alguna actividad que es parte de un proceso, con un objetivo común que depende de la unión de los esfuerzos individuales… ¿por qué no cultivar ahí también los lazos de armonía y afectividad que apreciamos en los equipos competitivos exitosos? ¿Qué pasaría si al hacer nuestro trabajo pusiéramos la misma pasión, entrega, ganas de ganar y esfuerzo incondicional que ponemos cuando jugamos, a la vez que lo estamos disfrutando? Así surgió esta propuesta productiva a la que llamé El Juego del Trabajo, convencido de que este nombre refleja su espíritu innovador: venir a jugar, no a trabajar…a jugar en serio un juego productivo, que consiste en hacer cada día mejor lo que hacemos, optimizando cada parte del proceso, disfrutándolo plenamente. Por un lado, se trata de capacitar al nuevo trabajador-jugador en la aplicación de diversas técnicas y herramientas orientadas al máximo aprovechamiento de los recursos productivos y a potenciar la flexibilidad de los procesos en cualquier tipo de actividad. Por el otro, buscando avivar en él la posibilidad de hacerlo con placer, con ganas, con alegría, con el compromiso incondicional y la dedicación que se ponen cuando se juega en serio, ya sea en un partido del barrio o en un torneo de alta competencia. El hecho de contar con trabajadoresjugadores es un privilegio que más de una organización desearía para sí misma, cualquiera sea la naturaleza del trabajo que desarrolle. Porque los beneficios de esta filosofía se multiplican en las distintas áreas operativas de la empresa, ya sea en un taller, en una planta industrial, en la oficina, en los centros de venta, en un hotel, en un hospital, en fin, en todo lugar donde deben realizarse diversas actividades, a cargo de personas responsables de llevarlas a cabo. De esta manera, la puesta en marcha del sistema promueve mejoras que exceden al área de producción o manufactura y llevan a replantear desde el diseño de los productos, el uso de determinadas materias primas, la planeación y compra de estas, la programación de las líneas de producción, el nivel del inventario en proceso, la revisión de los requisitos de calidad, los programas de mantenimiento preventivo, los métodos de trabajo de cada operación y los procedimientos administrativos para el pago de incentivos, hasta el manejo del producto terminado en el almacén, entre otros aspectos propios del negocio. El efecto positivo multiplicador que se logra luego del análisis crítico de estos puntos, es en gran medida el factor clave para dimensionar la magnitud de los resultados. En otras palabras, tiene un alcance que va mucho más allá del incremento de la eficiencia de la mano de obra directa, que podría suponerse en una primera instancia. Y en forma análoga podemos proyec- tar estas mejoras aun cuando el producto de salida del proceso no sea un bien material o tangible, como es el caso de los servicios o los procedimientos administrativo. Siempre que exista una combinación de tareas a cargo de distintas personas responsables de llevarlas a cabo, la práctica del concepto del trabajador-jugador será un factor determinante para el logro de los objetivos comunes del grupo. En síntesis y retomando el análisis del entorno competitivo que envuelve a las empresas contemporáneas, sin duda concluiremos que alcanzar la excelencia operativa en estas condiciones es una aspiración que debemos hacer realidad para asegurar la permanencia de nuestro negocio y de las fuentes de trabajo. Y esta exigencia nos lleva a enfrentar las condiciones imperantes con determinación, sí, pero también con una altísima dosis de innovación. En este sentido, jugar a trabajar es el cambio de paradigma que marcará el inicio de la reconversión de la empresa, construida sobre la base de su recurso más valioso -el capital humano- que disputa el partido de cada día con el ánimo y el vigor de un equipo cohesionado. La práctica del sistema Veamos ahora de qué manera se pueden poner en práctica los principios y conceptos fundamentales del sistema. Para ilustrarlo, se plantea el análisis de ciertas actividades que casi sin excepción se realizan en toda empresa de un modo convencional. • Planeación y programación El proceso de planeación, programación y control de la producción, es reconocido como el punto de partida fundamental para determinar una serie de actividades posteriores que se realizan en la compañía, las que requieren un exhaustivo trabajo de coordinación precisa y sistemática entre las áreas comercial y productiva. Desde la perspectiva de El Juego del Trabajo, la metodología a seguir determina una dinámica de interacción permanente como elemento clave para el éxito, en la que los “jugadores” participantes son quienes tienen a su cargo diversas funciones vinculadas con las áreas mencionadas. Tomando como ejemplo a la industria textil y de indumentaria, para una producción multiestilo -contraria al tipo de producción masiva o repetitiva– la optimización del proceso de planeación resulta esencial para sentar las bases de maxima eficiencia operativa, a la vez que se brinda la plena satisfacción al cliente. El cambio radical que promueve el sistema consiste en el espíritu de optimización con el que se abordan las prioridades comerciales y de producción, al buscar un equilibrio que preserve la productividad de la planta. Porque si hablamos de reaccionar con inteligencia a lo que nos pide el mercado, esto implica la apertura y disposición de las partes para negociar los cambios en la producción frente a los vaivenes de la demanda. En particular, en aquellas situaciones que pueden dañar la eficiencia productiva debido a un manejo inadecuado de los cambios en la línea. Es evidente que esta afirmación cobra una fuerza contundente cuanto más variables intervienen en un proceso; a mayor complejidad del producto y cambios constantes, las respuestas no optimizadas generan un deterioro que termina desplomando la productividad de un negocio, y con ello sus posibilidades de supervivencia. Por lo tanto, los conceptos de planeación y programación unidos a la negociación racional para optimizar los cambios en las líneas productivas, tiene que asumirse como una condición de carácter radical. Esto es así, porque aun cuando el sistema se basa en la actitud y disposición del capital humano comprometido con un objetivo de conjunto, las posibilidades de éxito no pueden vincularse con exclusividad a las ganas que ponen las personas para desempeñar su trabajo. Por el contrario, el logro de los objetivos responde a una programación integral que articula las distintas variables que influyen de manera directa o indirecta, antes y durante el proceso operativo, en la que nada debe dejarse librado al azar, ni suponer que se resolverá con la buena voluntad del equipo de trabajo, por más valiosa y positiva que esta sea. • Estudio del Trabajo En toda organización, el Estudio del Trabajo es un conjunto de técnicas que constituye el instrumento fundamental para buscar, en forma constante, el incremento de la productividad de los distintos factores involucrados en el proceso de transformación. El beneficio fundamental que aporta esta actividad consiste en obtener información técnica confiable para evaluar los costos operativos y la productividad real de la planta. El Juego del Trabajo establece un modelo renovado para la puesta en práctica de las herramientas convencionales de ingeniería, como la elaboración del diagrama de operaciones, los estudios de métodos y tiempos, el balanceo de la línea de producción, y el diseño del lay-out correspondiente. Siguiendo los principios operativos del sistema, estas herramientas se aplican mediante una acción colectiva en la que participan profesionales del área, técnicos y mandos medios. Así, se cuestionan los métodos para llegar al óptimo, con la suma de los aportes y experiencias individuales. En lo que respecta al nivel operativo básico, la capacitación se orienta a determinar y cubrir las necesidades de polifuncionalidad de los operarios. Así se establece un plan de formación en diversas operaciones, en las que los jugadores son entrenados de forma intensiva. Por ejemplo -continuando con el caso de la industria del vestido- si el equipo produce un jean, cada jugador tendrá asignadas al menos cinco operaciones para su aprendizaje, distribuidas en dos o tres tipos de máquinas. El propósito esencial de esta capacitación es preparar a cada jugador para que conozca todas las operaciones que intervienen en el proceso, siempre que esto sea posible. Cabe destacar que en función de la complejidad del producto y del número de actividades, máquinas y equipos que forman parte de la línea productiva, no siempre este objetivo se puede cumplir en su totalidad. Sin embargo -como ya se destacóla esencia de esta consigna es lo relevante, puesto que la base para flexibilizar el proceso y alcanzar los máximos niveles de eficiencia operativa radica en contar con jugadores capaces de realizar el mayor número posible de operaciones, con la actitud y disposición para apoyar a sus compañeros del equipo cuando las condiciones de la línea lo requieran. • Calidad Este es otro parámetro relevante para materializar el salto de excelencia que promueve el sistema. El valor agregaTextiles Peruanos / 10 51 do que aporta El Juego del Trabajo en este aspecto, es la instauración de una dinámica interactiva entre las áreas que permita hacer realidad los objetivos de máxima optimización de este factor. Tal como se describió en el caso de la aplicación del Estudio del Trabajo, la formación para el aseguramiento de calidad acorde a los principios del sistema involucra a profesionales, técnicos y mandos medios responsables de distintas áreas y funciones. De esta manera, se establecen los acuerdos y compromisos de las partes para determinar los criterios a aplicar sobre las especificaciones de cada producto. El espíritu de estos acuerdos es idéntico al que anima las actvidades relacionadas con la programación de la producción: asegurar la satisfacción del cliente, respondiendo en este caso a sus expectativas de calidad, preservando a la vez la productividad global de la compañía. También se aplican las dinámicas del tipo cliente-proveedor, con el propósito de capacitar y sensibilizar a cada jugador en el conocimiento de las normas y su preciso cumplimiento. En las reuniones periódicas del equipo, los jugadores explican los requisitos de calidad de sus respectivas operaciones y exponen sus inquietudes al resto de los integrantes. En conjunto, analizan los detalles que afectan la calidad de cada operación y sugieren alternativas de mejora. El Juego del Trabajo: ¿Dos conceptos contrapuestos, o una estrategia factible para la innovación productiva? Si bien la reseña anterior ilustra sobre la forma en que el sistema se desarrolla en ciertas actividades propias de una empresa industrial, es razonable que para muchos existan dudas sobre la viabilidad de integrar en la práctica dos conceptos que parecen tan opuestos, como juego y trabajo. Aunque los ejemplos expuestos tienen el fin de abordar el tema desde una perspectiva pragmática, es entendible que se cuestione hasta qué punto podría llevarse a la práctica un sistema con las características de El Juego del Trabajo. En otras palabras, ¿será posible concretar en el ámbito laboral el cambio de paradigma de “ir a jugar, no a trabajar”, para materializar los benefi52 Textiles Peruanos / 10 cios que se plantearon sobre aquellos parámetros que reflejan la efectividad de un proceso? No es raro que frente a este tipo de propuestas aflore el escepticismo, para dar lugar a cuestionamientos sobre la objetividad de las afirmaciones realizadas. Tal vez esto es así porque la esencia del sistema vincula actitudes y sentimientos que se hacen presentes en dos ámbitos que parecen tan disímiles, como el del juego y el del trabajo. Analicemos entonces dichos cuestionamientos. Juego y trabajo: ¿conceptos que se contraponen? La respuesta la encontramos en una realidad contundente que hoy envuelve al mundo de la industria y los negocios. En principio, puede parecer que este se encuentra muy distante de las situaciones que viven quienes disfrutan del deporte y participan en un juego; sin embargo, existen ciertas similitudes que cada vez se identifican con mayor fuerza en ambos contextos, el deportivo y el empresarial. Una de las razones fundamentales que explican este comportamiento la encontramos en las condiciones competitivas de una economía globalizada, donde la apertura de las fronteras comerciales es el común denominador. Lo considero así porque cada empresa abre sus puertas día tras día para ser parte de un juego, que es jugado con toda la seriedad y exigencia en el desempeño en pro de los resultados, como ocurre en cualquier liga de alta competencia en la que una distracción por mínima que sea nos puede dejar “fuera del campeonato”. En este escenario cabe preguntarnos entonces qué ocurre con la actitud que la empresa adopta frente al juego competitivo de cada día. Aclaro que cuando digo empresa me refiero en particular al capital humano en los distintos niveles jerárquicos, desde el propietario y los directivos, hasta el sector operativo más básico. Porque si aceptamos que se trata de jugar un juego de alta competencia cada día, todos deberíamos replantearnos la actitud que volcamos en ese juego del trabajo. Por ejemplo, sería bueno preguntarnos si dicha actitud es la que se observa en los equipos competitivos, en los que el ser humano se transforma cuando se siente parte de un grupo cuyos miembros están dispuestos a compartir esfuerzos y sacrificios, disfrutando plenamente lo que hacen. Desde esta perspectiva, podemos reconocer la importancia que supone la integración de la persona en su grupo de pertenencia, con el que cada trabajador se identifica. Esta premisa lo lleva a reconocer y valorar su rol así como el de sus compañeros dentro del equipo, y a disfrutar del hecho de venir a trabajar jugando. Por esta razón, aun cuando aparenten ser conceptos antagónicos, lejos de considerarlo una controversia encuentro en el juego deportivo ciertas características dignas de recrear en el ambiente laboral. Cuando esta proyección se hace realidad la dicotomía juego-trabajo desaparece, y ambos conceptos se conjugan para dar lugar al nivel de excelencia operativa requerido en las organizaciones de hoy. Jugar a trabajar: ¿realidad o ficción? Si aceptamos la hipótesis de considerar al trabajo como un juego de alta competencia, se trata de hacer presente en nuestro ámbito laboral esa actitud de entrega y compromiso con el objetivo común que experimentan los jugadores de un equipo, cuando este se sustenta sobre la armonía de los vínculos interpersonales. ¿Será posible recrear un entorno como este en nuestro campo de trabajo, o será una mera fantasía? Para responder a esto primero quiero destacar una realidad propia de toda actividad grupal, en la que distintas funciones o tareas son llevadas a cabo por diferentes personas. Sea en el ámbito empresarial o el deportivo, profesional o amateur, observo que más allá de las normas y procedimientos inherentes a cada organización, hay una componente que actúa como el efecto disparador del potencial de su capital humano. Este elemento diferencial estará presente en cualquier grupo, siempre que sus miembros se vinculen mediante sólidos lazos de pertenencia, cultivados y desarrollados a lo largo de su experiencia colectiva. Es el que hace que el juego, cualquiera sea su naturaleza, se juegue en condiciones de máxima entrega y solidaridad del equipo, privilegiando el interés del conjunto sobre el individual de cada una de las partes. Esta dinámica operativa genera para el jugador un sentimiento de mayor seguridad en sí mismo; él participa de forma activa en la mejora constante del proceso, opina y sus propuestas son escuchadas por compañeros y jefes. Gracias a su perfil polifuncional, su perspectiva es la del experto en un proceso completo, no en una sola operación, lo que alimenta su creatividad para la resolución de problemas operativos en conjunto con los miembros del equipo. Por otra parte, un buen proceso de inducción previo a la implementación del sistema es la clave para que la esencia de esta propuesta se viva como una realidad en vez de considerarse una fantasía utópica. Durante esta etapa, se sensibiliza a los jugadores en la práctica de ciertos principios que se les dan a conocer, y se les explica el espíritu y contenido de cada uno de ellos, así como la trascendencia que tienen para la vida del grupo. En síntesis, la viabilidad de jugar a trabajar radica en el cumplimiento de dos consignas fundamentales para la vida del grupo. Una de ellas tiene que ver con la capacitación técnica del jugador, que lo transforma en polifuncional para intervenir en distintas actividades del proceso según las circunstancias que se presentan en cada jornada. La otra consigna tiene relación con su desarrollo humano, con la evolución del trabajador individualista y aislado, hacia el nuevo concepto del trabajador-jugador solidario que interactúa con su grupo de pertenencia dando su mejor esfuerzo. Cuando ambas condiciones se cumplen, jugar a trabajar deja de ser una utopía para transformarse en una realidad contundente. El Juego del Trabajo: una estrategia de innovación productiva Si ya pudimos vislumbrar la idea de jugar en nuestra empresa el juego competitivo de la excelencia operativa, ahora es momento de evaluar los efectos esperados por practicarlo. Esta situación de mejora para cada negocio, planta, taller o unidad productiva, podríamos proyectarla hacia cualquier tamaño y tipo de empresa. Porque cuando el capital humano está preparado, la propuesta es válida tanto para una multinacional, una Pyme, una institución educativa, una oficina de gobierno, en fin, cualquier estructura en la que se realicen distintas actividades, a cargo de diferentes personas. En cualquiera de estos casos, el venir a jugar, no a trabajar marcará una diferencia en la forma de hacer lo que hacemos, con un efecto directo sobre la reducción de los costos operativos y los indicadores de la productividad. Y lo más importante, además de afianzar la competitividad de la empresa El Juego del Trabajo impulsa una visión innovadora del capital humano, que ahora disfruta jugando el partido de cada día y comparte sus esfuerzos y logros con su grupo de pertenencia. Pero más allá de opiniones personales y conceptos teóricos, nada mejor para evaluar la propuesta que los resultados obtenidos a través de las experiencias reales de aplicación. Por lo tanto, se comparten a continuación una serie de evidencias objetivas que avalan los beneficios de El Juego del Trabajo en distintas empresas que implementaron el sistema. Las evidencias objetivas Si hablamos de los resultados concretos que podemos esperar con la práctica del sistema, hay distintos factores que tienen que ver con la organización e infraestructura de la empresa previa a la implementación, puesto que cada una tiene su propia realidad, y en este sentido los resultados no se pueden generalizar. Por ejemplo, hay casos reales en los que el incremento de la productividad global de la compañía alcanzó el orden del 300% dado que la implementación del sistema flexible produjo un efecto sinérgico en el conjunto de las áreas operativas. Cuando se logra este nivel en los resultados se destaca como factor preponderante la conversión de operarios indirectos, que generalmente realizan tareas que no generan valor agregado sobre el producto -actividades de transporte, alcanzadores, cortadores de hilos o cadenas, etc.-. El sistema transforma a estos operarios indirectos en jugadores productivos dentro de su equipo, capacitándolos y asignándoles operaciones que incrementan el valor del producto, por lo que su tiempo de presencia se convierte en un aporte de minutos reales producidos para incrementar la eficiencia del módulo. Por otra parte, quiero enfatizar que cuando se pone en marcha el sistema se promueve la máxima optimización en todas las áreas, y en todas las actividades, no sólo las relacionadas con la mano de obra directa. A modo de síntesis, se puntualizan algunos de los logros obtenidos a partir de la práctica de El Juego del Trabajo en distintas compañías: •Una importante empresa de corsetería mexicana con una amplia trayectoria en el mercado, logró al cabo de 6 meses un incremento de productividad del 90%. Lo más significativo en este caso fue que partió de un inventario en proceso equivalente a 45 días de producción y lo redujo a un promedio de 6 horas, lo que tuvo un efecto inmediato en los tiempos de respuesta al cliente, en el nivel de calidad de los productos y en el costo del capital inmovilizado en concepto de inventarios. • Otra empresa del rubro de corsetería orientada a un mercado masivo con elevados volúmenes por estilo, contaba con un inventario en proceso de 10 días y lo redujo a un Textiles Peruanos / 10 53 promedio de 5 horas. En este caso, la productividad se incrementó el 110%. • Una compañía dedicada al mercado de moda en el rubro de jeans, con una producción multiestilo que requiere cambios permanentes y volúmenes bajos por tipo de producto, mejoró el servicio al cliente al implementar el sistema y confeccionar simultáneamente distintos modelos, reduciendo así los tiempos de entrega de cada colección. Este logro tuvo lugar en un marco de incremento de la productividad del orden del 120%. Si bien estos resultados se relacionan con casos reales de aplicación, hay otro que se destaca en particular por la contundencia y objetividad de las evidencias que se presentan, puesto que pueden ser comprobadas en función del carácter público inherente a ellas. El proyecto al que se hace referencia fue desarrollado en la empresa peruana Textil San Cristóbal, reconocida por su trayectoria en el mercado local e internacional, cuyo proceso integrado se orientaba en una primera etapa a la producción de telas, que a su vez abastecían a una siguiente fase productiva de confección de prendas de vestir, exportadas para marcas de primer nivel internacional. 54 Textiles Peruanos / 10 Al finalizar el proyecto y luego de evaluar los resultados obtenidos con la práctica, uno de los directivos aportó sus conclusiones sobre las experiencias vividas durante la implementación. Se trata del Ing. Ricardo Gómez Lazarte, quien fungía en aquel entonces como Director de Operaciones de la empresa. Su testimonio aparece como un aporte a mi reciente libro -precisamente, titulado El Juego del Trabajo- en un capítulo dedicado a las opiniones que vertieron sobre el sistema expertos y profesionales de distintas áreas. En este apartado, el Ing. Gómez Lazarte menciona cómo conoció la propuesta, manifiesta su identificación con los principios del sistema y evalúa los resultados obtenidos. A continuación se transcribe un párrafo de su autoría, extraído del libro: “Aun cuando estaba seguro de que esta experiencia confirmaría en la práctica las mejoras propuestas por el sistema, comprobé con grata sorpresa cómo los resultados superaron significativamente nuestras expectativas. Y algo muy importante para destacar es que estos logros trascendieron la etapa inicial de la asesoría y se han mantenido con continuidad, prevaleciendo a través del tiempo. Veamos cómo se transformó la vida de nuestra empre- sa a partir de la práctica de El Juego del Trabajo: Por un lado, la productividad de las líneas se incrementó de forma notable y llegó a niveles nunca antes alcanzados, hasta en algunos casos duplicó los valores previos a la implementación del sistema. Como es de esperarse, un incremento de esta magnitud tuvo su efecto inmediato en la reducción de los costos de producción, así como en la mejora de todos los indicadores relevantes de la compañía. Los niveles de calidad del producto también tuvieron un incremento, con la consiguiente reducción en los costos de procesos adicionales por composturas”. (El Juego del TrabajoCapítulo 6, Editorial Pearson, 2011). Es importante destacar que las condiciones previas a la implementación del sistema en la compañía eran similares a las existentes en la mayor parte del sector textil-confección en América Latina, caracterizado por la agresividad de una abierta competencia en la disputa del mercado. Fue en esas circunstancias que el Director de Operaciones tomó la iniciativa para instaurar la metodología de El Juego del Trabajo en un sector específico, que sería utilizado como muestra piloto, para comprobar los beneficios que se podrían lograr mediante una optimización integral de la gestión productiva. Si el proyecto tenía éxito, se extendería para llevar la implementación del sistema al resto de los sectores productivos del grupo, en los que participaban más de 2700 operarios. Así las cosas, hubo un compromiso recíproco en la relación empresa-consultora para poner en marcha El Juego del Trabajo en una de sus plantas ubicada en la localidad de Chincha, Ica. El proyecto se llevaría a cabo en un sector conformado por cuatro líneas de trabajo que cubrían dos turnos de producción. Al finalizar esta experiencia piloto – aún en el año 2008– se obtuvieron resultados más que satisfactorios que superaron todas las expectativas, tal como lo documentó con su testimonio el Director de Operaciones. Sin embargo, poco después de la implementación piloto tuvo lugar la primera crisis financiera internacional (año 2009) cuyo origen se dio en los Estados Unidos. Al encontrarse en ese país los principales clientes de la empresa, las consecuencias inmedia- tas fueron la baja considerable en los volúmenes de venta, lo que resultó en la suspensión del proyecto de expansión del sistema a otros sectores del grupo industrial. Es comprensible que esta experiencia deje una sensación de ciclo inconcluso, a causa de factores ajenos al proyecto que fueron determinantes para las decisiones tomadas con posterioridad a la validación de los resultados obtenidos. Cabría entonces preguntarse: ¿Por qué tomar este caso como un ejemplo de aplicación? A comienzos de 2009, la crisis financiera era incipiente y aún no se tenía conocimiento pleno de la debacle que sobrevendría más adelante, a la que se hizo referencia. Luego de la puesta en marcha del sistema en el sector piloto y comprobando su efectividad con los resultados obtenidos, la empresa decidió participar en el concurso organizado por una institución académica de muy destacado nivel, en conjunto con uno de los medios de prensa más relevantes del Perú. Para competir por el primer lugar, la compañía presentó el proyecto de implementación de El Juego del Trabajo, puesto que el certamen tenía el fin de reconocer y premiar los mejores aportes y la actitud innovadora en las empresas, así como difundir sus logros y fomentar los ejemplos de casos reales de aplicación. Se trataba del Concurso de Creatividad Empresarial, organizado cada año por una de las universidades más prestigiosas del país, la UPC (Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas) con el auspicio de El Comercio, el periódico más importante del Perú. Con ese propósito, Textil San Cristóbal presentó el proyecto realizado y los beneficios obtenidos por la transformación del sistema productivo, destacándose un significativo incremento de la productividad del orden del 100%, acompañado de un alto índice de efectividad en la optimización de las distintas variables involucradas en el proceso. Como logros adicionales a estas apreciaciones, se consideraron relevantes la notable mejora en la calidad de los productos, la drástica reducción en el ausentismo, así como una muy significativa baja del nivel de inventario en proceso. Como resultado de este emprendimiento, la compañía calificó entre los finalistas y obtuvo un título de reconocimiento que ostenta con orgullo en su planta de Chincha, prueba de un premio muy merecido por todo el grupo de trabajo que participó en el proyecto. En conclusión, si se pretende hacer referencia a evidencias objetivas, considero que no hay una más rotunda y determinante que la que se acaba de exponer. Si los logros fueron convalidados al punto de ameritar esta distinción, otorgada por una universidad de prestigio como la citada, existe una garantía de total y absoluta imparcialidad en el juicio emitido, que avala la certeza y veracidad del testimonio aportado por la empresa. Disponible en la cadena de librerías SBS, o por internet entrando a: htpp://www.sbs.com.pe Conclusión Hugo L. Rubinfeld Tanto en este como en los demás casos citados, reitero que más allá de cuestiones técnicas que por supuesto resultan fundamentales para el sistema, la formación del capital humano y la maduración del grupo de pertenencia con sus estrechos lazos de afectividad fueron esenciales para los logros obtenidos. A manera de conclusión, pienso que en el mundo de los negocios se tiene muy claro que a esta altura de las circunstancias la innovación en los métodos -en la forma de hacer las cosas- es una fuerza vital que requiere cualquier empresa de hoy para mantener su posición competitiva, y con ella la continuidad de las fuentes de trabajo de sus colaboradores. Contamos con un bagaje de conocimientos, técnicas, disciplinas y sistemas reconocidos en el entorno universal, desarrollados por potencias mundiales y que debemos considerar en las actividades y en los procesos de todo tipo; no podemos desechar esa información ni los beneficios inherentes a la aplicación de sus metodologías. Pero no olvidemos la idiosincrasia propia de nuestras latitudes, para que actúe como un elemento capaz de agregar valor a las herramientas operativas heredadas de otras culturas. Esta es la esencia de El Juego del Trabajo: innovar para crear un ambiente de excelencia operativa, donde el capital humano se compromete, da lo mejor de sí y disfruta de formar parte de su grupo de pertenencia. Ingeniero industrial graduado en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Director del Estudio HLR Consultores y profesor universitario internacional, es autor de diversos artículos en diarios y revistas especializadas de varios países de América, donde su trayectoria es ampliamente reconocida. Ha impartido conferencias, seminarios y asesorías en Europa, Asia, África y gran parte de los países de nuestro continente, tales como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico y USA. Ha colaborado como experto internacional en proyectos impulsados y supervisados por el Banco Interamericano de Desarrollo – BID. Es autor del libro “Sistemas de Manufactura Flexible – Un Enfoque Práctico”, publicado en español en Latinoamérica y en India, en su versión en inglés. Es autor del libro “El Juego del Trabajo” – Editorial Pearson – México. Con más de 30 años de experiencia en la consultoría para empresas de manufactura y de servicios, es pionero en la implementación de sistemas flexibles en Latinoamérica, adaptando la técnica japonesa del “Just in Time” con aportes propios. Correo electrónico: hlr@hlr.com.ar/hlrubinfeld@yahoo.com Conozca esta propuesta productiva en una entrevista al disertante por CNN en: http://www.youtube.com/watch?v=99Vl 6iY7Ht4 Textiles Peruanos / 10 55