Texto de Castellano Para grado 10º y 11º Programa de Bachillerato a Distancia www.bachilleratohumanista.com Castellano para grado 10° y 11° Núcleo 1 Literatura española INTRODUCCIÓN Literatura española, literatura creada en España y escrita en español, desde el siglo XI hasta nuestros días. Para más información sobre obras escritas en las otras lenguas de España y de obras escritas en español fuera de España, véase Literatura vasca; Literatura catalana; Literatura gallega; Literatura hispanoamericana y también las literaturas de cada país americano de habla española. LA EDAD MEDIA Hasta la edad media, con la aparición del Cantar de mío Cid, no se puede hablar de literatura española propiamente dicha. Hasta ese momento, se sospecha de la existencia de una poesía románica popular en aquellos estratos que no fueron totalmente asimilados por al-Andalus; de hecho, una jarcha, una de las composiciones más antiguas dentro del territorio español, no es más que la última estrofa de las moaxajas o muwassahas, unos largos poemas escritos en árabe o hebreo en España. La literatura medieval española se caracteriza por ser un crisol en el que se desarrollaron temas profanos y religiosos en diversos géneros literarios con claras influencias de las ricas culturas judía e islámica, que florecieron en la península Ibérica en aquel periodo. Los siglos XI y XII Como se ha señalado anteriormente, las obras más antiguas en lengua española son unas breves composiciones líricas de tema amoroso denominadas jarchas, composiciones escritas en lengua romance que datan de mediados del siglo XI. A continuación en el tiempo, se sitúan los poemas épicos compuestos por los juglares, 2 que los recitaban o cantaban en las plazas públicas o en los castillos. Los temas principales de estas epopeyas eran las luchas que enfrentaban a los caudillos de los diversos reinos cristianos de la península Ibérica contra los moros que habían conquistado la península a comienzos del siglo VIII, así como las rivalidades suscitadas entre los nobles castellanos y los de los otros reinos cristianos. La épica española reflejaba la influencia de la poesía germánica, árabe y sobre todo francesa, pero se distingue de sus modelos en que aborda los acontecimientos históricos de la época, en lugar de temas antiguos o mitológicos. Tanto en las jarchas como en los poemas épicos se encuentran ya algunos de los rasgos característicos de lo que será la literatura castellana: la ausencia de elementos maravillosos y el realismo de los temas que trata; el ejemplo más antiguo que se conserva del arte de los juglares es el anónimo Cantar de mío Cid (c. 1140), que narra las fortunas y adversidades de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. Esta composición —verdadera obra maestra del arte narrativo que exalta las virtudes del coraje, la lealtad y la entereza— destaca por el realismo y la fuerza de sus personajes. La leyenda de los infantes de Lara, El cerco de Zamora y El poema de Fernán González son otros cantos épicos importantes. Siglos XIII y XIV En el siglo XIII los escritores cultos comenzaron a refundir en verso castellano las vidas de los santos, las leyendas moralizadoras y otros relatos antiguos, comunes en latín. Esta actividad poética, conocida como mester de clerecía, se desarrolló primero en los monasterios, caracterizándose, a diferencia del mester de juglaría, por una estricta observancia de la métrica. El poeta más representativo del mester de clerecía es Gonzalo de Berceo, poeta riojano que desarrolló su actividad como miembro del monasterio de San Millán de la Cogolla, y que recreó las narraciones piadosas dándoles forma de poemas y confiriéndoles una frescura y fervor renovados. Entre sus obras destaca los Milagros de Nuestra Señora, pequeña colección de 25 narraciones en verso, que cuenta diferentes milagros de la Virgen con carácter alegórico y de gran calidad literaria. La prosa literaria castellana surge con fuerza en la persona de Alfonso X el Sabio. Castilla fue uno de los primeros estados europeos en desarrollar este tipo de literatura, muy diferente a los poemas que venían escribiéndose hasta entonces. Una multitud de jurisconsultos, historiadores, traductores y especialistas en diversos campos del saber trabajaron bajo su supervisión en un formidable intento de recopilar todo el conocimiento de la época en la Escuela de traductores de Toledo. Para ello, recurrieron a fuentes islámicas, judías y cristianas, pues el reino de Castilla era en aquella época un punto de encuentro para las personas doctas de las tres culturas. Este trabajo en conjunto estimuló el flujo de la cultura oriental hacia el occidente europeo. La prosa castellana, que con Alfonso X se convirtió en un poderoso medio de expresión, alcanzó la madurez artística en la obra de su sobrino, el infante Don Juan Manuel, quien 3 escribió la colección de relatos didácticos El conde Lucanor (1335). Hacia 1305 apareció el primer libro de caballerías español de cierta longitud —El caballero Zifar—. La poesía de Juan Ruiz, también llamado Arcipreste de Hita, forma parte de lo más selecto de la literatura española. Sus ideales y recursos estilísticos eran en principio los de la edad media, pero supo expresar su individualidad de una manera que se asemeja más a los escritores renacentistas que a los medievales. Su Libro de Buen Amor es una colección de poesías escritas en forma de autobiografía satírica y contiene ejemplos de prácticamente todas las formas y temas poéticos de la edad media. La fama de que gozó el Libro de Buen Amor, desde el momento en que fue escrito, hizo que los juglares recitaran de forma oral los pasajes más divertidos, para divulgarlos entre el pueblo llano. Al igual que su contemporáneo Geoffrey Chaucer, Juan Ruiz contempla la vida con un aguzado sentido del humor, semejante a los textos de la literatura goliárdica. Siglo XV Durante el siglo XV la producción literaria española aumentó de un modo espectacular. Los poetas más destacados de este periodo son Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, Juan de Mena y sobre todo Jorge Manrique, quien en las Coplas a la muerte de su padre dio expresión perfecta a la aceptación cristiana de la muerte. Las historias de los poemas épicos estaban reunidas en los romanceros, colecciones de romances que se cantaban con acompañamiento instrumental. Con las modificaciones introducidas por los juglares, el romancero adoptó su forma definitiva, ocupándose también de los acontecimientos de cada época. Durante el siglo XV floreció la literatura satírica e histórica. Con el reinado de los Reyes Católicos comienza una nueva etapa en la literatura española, que se caracteriza por el pleno desarrollo del humanismo y la lectura directa de los textos clásicos de Roma y Grecia. El humanista más destacado de la época fue el gramático y lexicógrafo Antonio de Nebrija, autor de la Gramática de la lengua castellana (1492). En este periodo cobró también forma definitiva la novela de caballerías española más famosa e imitada, el Amadís de Gaula (1508). A semejanza suya se publicaron muchas novelas de caballerías durante el siglo XVI. La Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea (1499), escrita por Fernando de Rojas, es otra de las obras más significativas de la literatura española. La Celestina es una novela dialogada que combina elementos narrativos y teatrales. Las fuentes literarias de esta obra, que ejerció una influencia considerable en la literatura posterior, son latinas y medievales, pero expresan un concepto de la vida que difiere con radicalidad del espíritu religioso de la edad media. El argumento desarrolla una historia de amor apasionado: el joven Calisto busca la ayuda y la complicidad del siervo Sempronio y la trotaconventos o alcahueta Celestina, para convencer a Melibea de que le entregue su amor. Las vidas de estos personajes se entrelazan de tal manera que es 4 la causa de su perdición. Nunca hasta entonces se había presentado la tragedia de la vida en la literatura española con tal profundidad psicológica y tanta maestría en el manejo de los medios de expresión. La madurez artística y el dominio de los registros estilísticos de Fernando de Rojas fueron un modelo valiosísimo para los escritores del siglo de oro español, que se inició poco después de la publicación de esta obra pionera. EL RENACIMIENTO Y EL SIGLO DE ORO Bajo el reinado de Carlos I, España dominó gran parte de Europa y estableció un imperio colonial en América. Durante este periodo los escritores españoles siguieron las tendencias filosóficas y artísticas del renacimiento. En el campo de la ideas, Erasmo de Rotterdam fue quien ejerció mayor influencia. Las obras de algunos de sus discípulos españoles, entre los que se encontraban el filósofo Luis Vives y el teólogo Juan de Valdés, fueron muy leídas y se tradujeron a diversas lenguas europeas. Lo mismo cabe decir de las obras de su contemporáneo Antonio de Guevara, divulgador e historiador franciscano. Durante este periodo se escribieron diálogos humanísticos, especialmente por parte de los seguidores de Erasmo, y se cultivó la historiografía. Los historiadores más importantes del renacimiento y el siglo de oro español son Diego Hurtado de Mendoza y el jesuita Juan de Mariana. Romanticismo Pese a que el siglo de oro español había servido de inspiración y modelo a escritores románticos de otros países, España no alumbró autores románticos significativos hasta la década de 1830. El romanticismo fue introducido con éxito en el teatro español por Ángel Saavedra, duque de Rivas, con Don Álvaro o la fuerza del sino (1835). Discípulo del duque de Rivas fue el poeta y dramaturgo José Zorrilla, quien comparte con aquél el mérito de haber recuperado los temas legendarios e históricos en brillantes poemas narrativos. El espíritu romántico de rebeldía está representado por José de Espronceda, considerado por algunos críticos como el mejor poeta español de este periodo. Para muchos, sin embargo, la obra de Espronceda se ve superada por la de Gustavo Adolfo Bécquer, quien, además de su obra en prosa dedicada a resucitar el gusto por lo sobrenatural y el misterio de épocas remotas titulada Leyendas, asentó su fama sobre su obra poética, Rimas, que fue componiendo a lo largo de su vida. Las Rimas son composiciones breves y generalmente con rima asonante que tratan diversos temas, desde el motivo de la poesía y sus fundamentos, hasta el amor y la soledad. Otra representante de este periodo de renovación es Rosalía de Castro, que escribe tanto en castellano como en su lengua materna, el gallego. 5 La prosa romántica de más calidad se encuentra en los escritos de los costumbristas, autores que describieron al pueblo y sus costumbres desde una nueva perspectiva y que a menudo desarrollan su labor desde las páginas de los periódicos. Uno de los autores más destacados del costumbrismo es Mariano José de Larra, cuyos artículos satíricos describen una sociedad a la que critica sin pudor, con una prosa directa y moderna. Su novela El doncel de Don Enrique el Doliente sigue la moda de la novela histórica impuesta por Walter Scott. La narrativa, por el hecho de aparecer también en los periódicos, experimenta un crecimiento de lectores, especialmente la novela de folletín que aparece por entregas o capítulos a lo largo de varios días o semanas en la prensa. Realismo En la segunda mitad del siglo XIX, se produce un cambio en el pensamiento y la cultura españoles que tuvo su traducción en un nuevo movimiento literario: el realismo. El realismo español alcanzó su máximo esplendor con la obra de Benito Pérez Galdós, quien figura entre los grandes novelistas europeos de todos los tiempos. En una serie de 46 relatos históricos agrupados bajo el título de Episodios nacionales (1873-1879 y 1898-1912), Galdós interpreta la historia del siglo XIX de España en forma novelada. Por otra parte, Galdós escribió novelas de tesis en las que se abordan los problemas religiosos, sociales o políticos. Su tesis principal —la maldad de la intolerancia religiosa— es desarrollada con vigor en su novela Doña Perfecta (1876), pero sus obras maestras son una serie de novelas realistas, entre las que destaca Fortunata y Jacinta (1887), que retratan la sociedad madrileña. Otros novelistas describieron la vida en diversas regiones españolas: José María de Pereda retrató la vida de Santander; Pedro Antonio de Alarcón y Juan Valera, la de Andalucía; y la condesa Emilia Pardo Bazán, la de Galicia. Pardo Bazán y Clarín (seudónimo del novelista Leopoldo Alas) adoptaron las técnicas del naturalismo. Valera, por el contrario, se distingue de los realistas por su afán de perseguir la belleza más que la exactitud. Los otros dos novelistas de este periodo que adquirieron renombre internacional son Armando Palacio Valdés y Vicente Blasco Ibáñez, que en sus novelas retrata la realidad más dura de los trabajadores de la huerta valenciana. 6 Literatura Hispanoamericana del Siglo XX La literatura hispanoamericana contemporánea surge con la llegada a finales del siglo XIX del modernismo de José Martí, Rubén Darío, José Asunción Silva, apartándose de un canon literario específicamente europeo. Gabriel García Márquez, premio Nóbel de la Literatura en 1982 Gabriel García Márquez es escritor y novelista y entre sus mayores éxitos se encuentra el Premio Nobel de la literatura de 1982. Nace en Colombia el 6 de Marzo de 1928 como uno de los doce hijos del matrimonio entre Gabriel Eligio García, que trabajaba como telegrafista en el momento del nacimiento del autor, y Luisa Santiaga Márquez, quien pertenecía a la aristocracia rural no acaudalada de la zona bananera de Colombia en la costa del Atlántico y el Caribe. Era hija de un coronel del ejército que había participado en numerosos conflictos bélicos colombianos y quien fue un personaje muy importante dentro de la vida del escritor pues convivió con él hasta los ocho años. García Márquez afirmaría con posterioridad a su muerte: "A partir de entonces (de la muerte del abuelo materno) ya no me ha sucedido nada importante en la vida". Este abuelo sirvió igualmente de modelo de los diversos "coroneles" que atraviesan las distintas obras de García Márquez como personajes emblemáticos que tal vez no sean más que figuraciones entorno a ese abuelo, Nicolás Márquez Iguarán. Gabriel García Márquez Cien Años de Soledad – Resumen de los capítulos: 1. Capítulo Macondo era el pueblo de José Arcadio Buendía, un habitante con gran imaginación, casado con Úrsula Iguarán, que solía comprar inventos a Melquiades, el cabecilla de un grupo de gitanos que aparecían una vez al año con novedosos artilugios. Entre los objetos que le compró había un imán para buscar oro, una lupa a la cual le pretendía dar aplicaciones militares, mapas portugueses y instrumentos de navegación. La mayoría de sus experimentos se frustraron, como consecuencia llevó a cabo una expedición para conocer otros pueblos, descubrió que Macondo estaba rodeada por agua. 7 Los primeros dos hijos de José Arcadio y Úrsula fueron José Arcadio, el mayor y Aureliano, el pequeño. Al año siguiente cuando volvieron los gitanos ya no estaba con ellos Melquíades, que había muerto. La novedad que trajeron los gitanos aquel año fue el hielo. 2. Capítulo Antes de vivir en Macondo, José Arcadio y Úrsula habían vivido en una ranchería situada en la sierra con sus respectivas familias, se casaron a pesar de ser primos, un precedente indicaba que de un matrimonio en el cual hubieran vínculos familiares podía surgir un hijo con cola de cerdo, pero eso no ocurrió. José Arcadio mató a Prudencio Aguilar (un vecino del pueblo), en un duelo de honor, pero este se le aparecía después de muerto. Estas circunstancias llevaron a José Arcadio a abandonar la sierra junto con otras familias, se establecieron al lado de un río y formaron un nuevo pueblo, Macondo. El primogénito, José Arcadio empezó a mantener relaciones sexuales con Pilar Ternera, una mujer que se dedicaba a leer las cartas, no tardó en quedarse embarazada. Cuando llegaron los gitanos, el primogénito vio a una joven gitana de la cual se enamoró rápidamente. Al día siguiente este se había fugado con los gitanos y la chica. Úrsula al enterarse fue en su busca, José Arcadio se hizo cargo de Aureliano y de nueva hija, llamada Amaranta. A los cinco meses regresó Úrsula sin su hijo pero con gente de otros pueblos. 3. Capítulo Úrsula y José Arcadio aceptaron al hijo de Pilar Ternera de mala gana. Le llamaron Arcadio. Los niños de la casa eran cuidados por Visitación, una india que había llegado a Macondo huyendo de una peste de insomnio. Regresaron los gitanos, pero no había ni rastro de José Arcadio. También llegaron a Macondo unos traficantes de pieles que llevaron a la casa de los Buendía una niña y una carta, la carta era de alguien que les conocía y pedía a Úrsula y a José Arcadio que la acogieran ya que era familia lejana y no tenia padres. La llamaron Rebeca, esta trajo al poblado la enfermedad del sueño, que afectó en poco tiempo a todo el poblado, pero que gracias a una fórmula de Melquíades pudieron curar. Úrsula decidió ampliar la casa, la cual intento hacer pintar de azul un corregidor que llegó a Macondo mandado por el gobierno. José Arcadio no solo se negó a pintarla, si no que le impuso unas condiciones para quedarse en el pueblo. 4. Capítulo Se organiza una fiesta para inaugurar las reformas de la casa, se compra un instrumento desconocido en Macondo, es la pianola. Para instalar la pianola y enseñar su funcionamiento viene Pietro Crespi, un italiano de refinados modales que se enamora de Rebeca. Esta le corresponde pero por medio está Amaranta que también se ha enamorado del italiano. Rebeca y Pietro fijan una boda que Amaranta intentará evitar, por eso Úrsula decide mandarla de viaje. Melquíades había muerto ahogado en el río y había sido enterrado en medio del terreno destinado al cementerio. Pilar Ternera 8 cansada de esperar a José Arcadio se acuesta con Aureliano que va a buscarla una noche a su casa para calmar el amor que siente por Remedios, la hija pequeña del corregidor, después de confesárselo a Pilar esta lo arregla para conseguir fijar la boda. José Arcadio Buendía se trastoca y tienen que atarlo a un árbol para que no destroce la casa después de volver a ver a Prudencio Aguilar. 5. Capítulo Aureliano y Remedios Moscote fueron casados por el padre Nicanor. Ese mismo día se tendrían que haber casado Rebeca y Pietro Crespi si este no hubiera recibido el día antes la noticia de la muerte inminente de su madre. La boda no se podía realizar hasta al cabo de tres años, ya que por esos tiempos ya se habría acabado el templo. Pero el hecho que llevó al aplazamiento indefinido fue la muerte de Remedios poco antes de cumplirse los tres años. Vuelve a Macondo José Arcadio. Rebeca al verlo se enamora del y deja al italiano, tres días después se casan. Amaranta intenta seducir a Pietro que le propone matrimonio pero ella le sugiere esperar un tiempo. En Macondo tuvieron lugar unas elecciones en que Aureliano debido a su amistad con el corrector descubre que los conservadores amañan las elecciones. Esto le lleva a buscar la revolución en favor de los liberales. Aureliano pasa a ser el coronel Aureliano Buendía 6. Capítulo El coronel Aureliano se va de Macondo para unirse a las fuerzas liberales y deja a Arcadio a cargo de Macondo, este fue el peor de los gobernantes que tuvo Macondo y llevo a cabo diversos fusilamientos. Úrsula evitó el fusilamiento del corregidor. Arcadio busca tener relaciones sexuales con Pilar Ternera, ya que este no sabe que es su madre. Pilar le manda al dormitorio a Santa Sofía de la Piedad con quien tiene una hija. Arcadio acabo fusilado en la plaza del pueblo por los conservadores. El coronel Aureliano tuvo diecisiete hijos con diecisiete mujeres distintas durante la guerra. Amaranta rechaza la propuesta de matrimonio de Pietro Crespi que acaba suicidándose. 7. Capítulo La guerra terminó en mayo, el coronel Aureliano y Gerineldo Márquez (su hombre de confianza) fueron hechos prisioneros. Aureliano fue condenado a muerte y su último deseo era morir en Macondo. Cuando se disponían a fusilarlo apareció José Arcadio con una escopeta y consiguió que lo soltaran. El capitán Roque Carnicero (capitán del pelotón de fusilamiento) y sus seis hombres intentaron salvar al general liberal Victorio Medina, pero cuando llegaron ya lo habían fusilado. El coronel Aureliano consiguió reunir un ejército y proclamó la guerra al régimen. Le nombraron jefe de las fuerzas revolucionarias. Gerineldo Márquez fue nombrado por 9 Aureliano jefe civil y militar de Macondo. Gerineldo le expresó a Amaranta su intención de casarse con ella, pero Amaranta lo rechazó. Aureliano mandó una carta a su madre avisando de que José Arcadio Buendía se moriría pronto, por eso lo sacaron de debajo del castaño y lo amarraron a la cama. José Arcadio tardó poco en morir. 8. Capítulo Aureliano José intenta acostarse con su tía Amaranta pero esta lo rechaza. Aureliano visita Macondo y se lleva a su hijo Aureliano José a la guerra. Posteriormente llegan a Macondo rumores de que Aureliano ha muerto. El alcalde de Macondo es el general conservador José Raquel Moncada, este es amigo de Aureliano que lo acabará fusilando cuando restablezca el control de Macondo. Aureliano José deserta del ejercito para intentar conquistar a Amaranta pero esta lo vuelve a rechazar ya que echa en falta a Gerineldo Márquez. Mientras, Úrsula recibe en casa a diez hijos de Aureliano, todos son Aureliano. Aureliano José es asesinado por el capitán conservador Aquiles Ricardo en medio de la calle. 9. Capítulo Gerineldo Márquez vuelve a ser rechazado por Amaranta. Entretanto Aureliano regresa a Macondo. Cuando Aureliano fue a entregar los objetos personales del general. Moncada a su viuda, le quemó y saqueó la casa. Teofílo Vargas se había apoderado del mando central liberal y Aureliano a propuesta de un capitán decide matarlo para hacerse con el poder. Pero debido a los remordimientos decide matar al capitán que se lo había propuesto. Aureliano recibe la visita de un comisionado de su partido que le propone unas reformas contrarias al pensamiento liberal, pero aun así las acepta. Gerineldo interpretó el acuerdo como una traición y fue condenado a muerte por sus palabras. Después de la intervención de Úrsula, Aureliano rectifica e intenta acabar con la guerra firmando la rendición. A continuación intento suicidarse pero se salvó. 10. Capítulo Arcadio y Santa Sofía de la Piedad tuvieron gemelos. Uno era Aureliano II, que se casó con Fernanda del Carpio y engendraron a José Arcadio. El otro era José Arcadio II. Las aficiones de los dos hermanos eran muy distintas, José Arcadio II se dedicaba a criar gallos de pelea y Aureliano II se dedicaba primero a leer libros y manuscritos y luego a tocar el acordeón. Los gemelos compartieron sin enterarse a la misma mujer, Petra Cotes, pero fue Aureliano II quien tuvo una hijo con ella que fue educado por Úrsula para que fuera cura en un futuro. También es Aureliano II quien convive con Petra Cotes a pesar de estar casado con Fernanda, pero es que las relaciones con Petra hacen que los animales se reproduzcan rápidamente. Remedios la bella, que es la otra hija de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, fue la reina del carnaval que se celebró en Macondo, en que apareció una comparsa procedente de otro pueblo de la cual la reina era Fernanda del Carpio,(que así se dio a conocer en Macondo). Pero a media noche la comparsa atacó el pueblo. José Arcadio II salvó a Remedios y Aureliano II salvó a Fernanda. 11. Capítulo 10 Fernanda y Petra se encuentran enfrontadas por el amor de Aureliano II. Finalmente Fernanda acepta la relación con Petra y decide vivir en casa de su marido. Al año de casados, tienen un hijo al que ponen el nombre de José Arcadio, al cabo de un tiempo tuvieron a una hija que recibe el nombre de Renata pero a la que todos llamarán Meme. Aureliano recibe la visita de sus diecisiete hijos en el carnaval. El miércoles de ceniza el padre Antonio Isabel les marcó a todos con una cruz de ceniza en la frente que resultó imborrable. Solo uno de los hermanos se quedó en Macondo, fue Aureliano el Triste que quiso instalarse en una supuesta casa abandonada, en que encontró a una vieja Rebeca, que todos creían muerta. En otra visita de los Aureliano a Macondo, le arreglaron entre todos la casa, que tenía muchos desperfectos. En esta visita se queda a vivir Aureliano Centeno que ayuda a su hermano en una fábrica de hielo. Aureliano el Triste le pide dinero a Aureliano para traer el ferrocarril al pueblo, al cabo de medio año lo consiguió. 12. Capítulo La llegada del ferrocarril provocó la llegada de diversos inventos y de todo tipo de gente. La belleza de Remedios provoca algunas muertes accidentales y un día en que estaba plegando las sabanas junto a Fernanda y Úrsula desaparece volando junto con las sabanas. Un cabo de policía mató a un niño por derramar sobre el un refresco. Aureliano asistió a la matanza y dijo que cualquier día armaría a sus hijos para acabar con los gringos. Durante esa semana asesinaron a todos sus hijos menos al mayor, Aureliano Amador que consiguió escaparse. Aureliano quiere promover la guerra total y busca la ayuda de Gerineldo Márquez que le dijo que había envejecido mucho. 13. Capítulo José Arcadio se va de Macondo para ir al seminario y Meme se va a un colegio de monjas. Úrsula empieza a perder la visión hasta quedar ciega pero intenta que la familia no se de cuenta. Úrsula queda relegada a las tinieblas y pierde el control de la casa en favor de Fernanda, que decide echar a José Arcadio II de la casa por trabajar en la compañía bananera. Aureliano II se va a vivir con Petra Cotes y se vuelve gordo a causa de su gran apetito, come tanto que organiza concursos gastronómicos. En una ocasión comió tanto que se encontró al borde de la muerte. Desde ese momento Empezó a visitar a Fernanda cada día. Meme llevó a su casa a cuatro monjas y a sesenta y ocho compañeras de clase a pasar una semana de vacaciones con su familia, en ese tiempo destrozaron parte de la casa. Por ese tiempo reapareció José Arcadio II que basaba su tiempo en hacer pescaditos de oro. 14. Capítulo Muere Aureliano Buendía y se decreta el luto en la casa. Al cabo de un tiempo es Amaranta quien lo hace después de predecirlo. Fernanda tiene un hija con Aureliano II que recibe el nombre de Amaranta Úrsula. Cuando esto sucedió Meme ya había terminado los estudios y era concertista de clavicordio. Pronto se enteró de que su 11 padre solo estaba en la casa para guardar las apariencias de su romance con Petra Cotes. Meme se aficiona a la bebida y una noche después de haber estado bebiendo enferma. Tenía entre sus amigas a tres norteamericanas con las que pasaba buena parte de su tiempo, pero conoce a Mauricio Babilonia, que era un mecánico de la compañía bananera del cual no tardó en enamorarse. Un día Fernanda los descubre besándose en el cine, Meme es castigada sin poder salir de la casa, pero sigue viendo a Mauricio, que se cuela en la casa cada noche hasta que Fernanda lo descubre y lo denuncia a la policía como a un ladrón. Cuando lo ven colándose le pegan un tiro y lo dejan in! valido. Entretanto Úrsula había cumplido cien años y ya no se movía de su cama. 15. Capítulo Después de la lesión de Mauricio Babilonia, Fernanda se lleva a Meme a un convento donde tiene a un hijo de su antiguo romance con Mauricio. El niño se llama Aureliano. Meme no volvió a hablar y se pasó el resto de su vida pensando en Mauricio hasta que ella muera en un hospital de Cracovia. Al cabo de unos meses del abandono de Meme, Fernanda recibió en Macondo a una monja que le entregó a Aureliano. Fernanda dijo a la familia que lo había encontrado en el río en una canastilla y lo metió en una habitación de la casa. José Arcadio II organizó una gran huelga para poder tener fiesta los domingos, este hecho produjo la llegada del ejercito a Macondo y se vio la posibilidad de una guerra civil. Las autoridades concentraron a los trabajadores en una plaza de Macondo y una vez allí y después de darles unos minutos para que se fueran, abrieron fuego. José Arcadio II se despertó en un tren lleno de cadáveres después haber perdido el conocimiento a causa del impacto de una bala. José Arcadio II bajó del tren y se fue andando a Macondo, una vez allí se dio cuenta que las autoridades habían conseguido esconder la matanza de tres mil personas. Los familiares de las víctimas dan por hecho que estos han regresado a sus tierras natales con la compañía bananera. Los soldados registran la casa, y en el cuarto de Melquiades o de las bacinillas, se esconde José Arcadio II, un soldado lo mira sin verlo. 16. Capítulo Llovió cuatro años once meses y dos días. Durante este tiempo a Fernanda se le escapó de la habitación el niño y cuando su abuelo lo vio decidió cuidarlo. Al ver que la lluvia no para Aureliano II se va a casa de Petra Cotes donde se estará tres meses antes de volver a su casa. Una vez en su casa Fernanda le dice que casi no queda comida pero este no se inmuta, pero debido a una discusión con Fernanda, Aureliano II decide ir a buscar comida. Úrsula se trastoca y Aureliano II decide buscar el tesoro que se encontraba en un San José y que Úrsula había escondido esperando el regreso de su propietario. Pasados ocho meses del final de la lluvia Aureliano volvió con Petra Cotes. 17. Capítulo Úrsula mejora con la llegada del buen tiempo y decide limpiar la casa, pero meses después muere con unos 120 años. José Arcadio abandona Roma antes de hacer los 12 votos perpetuos y regresa a Macondo. Aureliano II y Petra cotes viven de las rifas muy felices hasta que el enferma, entonces decide hacer una gran rifa para conseguir dinero y poder mandar a Amaranta a estudiar a Bruselas. Después de la marcha de esta a Bruselas, muere Aureliano II a la vez que también lo hacía José Arcadio II después de enseñar a leer y a escribir a Aureliano. El día de su muerte fue el nueve de Agosto. En el entierro las tumbas se confundieron. También había muerto anteriormente Rebeca. 18. Capítulo Santa Sofía de la Piedad se va de la casa de los Buendía harta de limpiar y no se vuelve a saber nada de ella. Fernanda había muerto cuatro meses antes de la llegada de José Arcadio, al llegar mandó a Aureliano a su cuarto y recogió a niños del pueblo para que jugaran en la casa. Una noche los niños vieron luz en el antiguo cuarto de Úrsula, la luz procedía de debajo de las losas, donde se encontraba la cripta en que Úrsula había escondido el dinero del San José. José Arcadio reformó la casa, pero hecho a los niños de ella y concede la libertad a Aureliano al enfermar. Pero Aureliano se queda en la casa estudiando los pergaminos. En estos tiempos llega a la casa el único superviviente de los Aurelianos, era Aureliano Amador, pero al no reconocerlo no le dejaron entrar. En ese momento dos policías le dispararon en plena calle. José Arcadio fue asesinado por los niños a los que había echado, estos le ahogaron y se llevaron tres sacos de oro mientras Aureliano estudiaba. 19. Capítulo Regresa a la casa Amaranta Úrsula casada con un flamenco llamado Gastón, los dos tenían un acuerdo de no tener hijos antes de cinco años de casados. Al llegar a la casa la reformó con gran ilusión. Gastón intenta establecer un correo aéreo. Antes de la llegada de Amaranta Úrsula, Aureliano había conocido a Nigromanta, una negra con la que entabló amistad y que después de la llegada de Amaranta Úrsula se convirtió en su amante. Aureliano también se había hecho amigo de cuatro jóvenes que visitaban la misma librería, eran: Álvaro, German, Alfonso y Gabriel. Su amistad era más fuerte con Gabriel ya que este creía en el Coronel Aureliano, porque su abuelo era Gerineldo Márquez. Aureliano se enamoró de Amaranta Úrsula, a la cual le expresó sus sentimientos un día, pero ella lo rechazó. Aureliano fue a un nuevo burdel donde conoció a Pilar Ternera, esta después de que Aureliano le contara sus sentimientos, le dijo que Amaranta Úrsula le estaría esperando en algún lado. Esa tarde Aureliano después de haber bebido hizo el amor con Amaranta Úrsula después de una primera oposición por parte de ella. En la habitación de al lado se encontraba Gastón que no se dio cuenta de nada. 20. Capítulo El propietario de la librería al cual llamaban el sabio catalán se había marchado del pueblo. Por carta recomendó a los cinco amigos que abandonaran Macondo y así lo hicieron uno por uno menos Aureliano que se había quedado amando a Amaranta Úrsula, aprovechando que Gastón se había ido a Bruselas a comprobar el funcionamiento de su correo aéreo. Cuando Amaranta Úrsula se enteró del regreso de 13 Gaston le mandó una carta explicándole sus sentimientos en favor de Aureliano. La respuesta de Gastón fue de desearles la felicidad. Cuando Pilar Ternera murió la pareja esperaba un hijo, Aureliano preocupado por la posibilidad de que Amaranta Úrsula fuera su prima buscó en los archivos de la iglesia, al no encontrar nada decidieron aceptar la versión de la canastilla. El hijo que tuvieron se llamó Aureliano, pero este nació con una cola de cerdo. No se preocuparon porque no conocían la historia y pensaron cortársela más adelante. Pocas horas más tarde moría desangrada Amaranta Úrsula. Aureliano estaba desolado y estuvo deambulando por el pueblo. Al amanecer regresó a casa y no encontró a su hijo en la canastilla donde lo había dejado. Aureliano vio a su hijo llevado y comido por las hormigas que habían estado asaltando la casa desde hacía meses. En aquel momento su mente desveló las claves de los pergaminos, inmediatamente los pudo descifrar y descubrió su procedencia y que Amaranta Úrsula era su tía. Los documentos resultaron ser la historia entera de toda su familia. Mientras leía los pergaminos descubrió que en cuanto acabara de leer, él moriría y Macondo, con él, desaparecería. 14 Núcleo 2 Literatura hispanoamericana LITERATURA CONTEMPORÁNEA La Revolución Mexicana, iniciada en 1910, coincidió con un rebrote del interés de los escritores latinoamericanos por sus características distintivas y sus propios problemas sociales. A partir de esa fecha, y cada vez en mayor medida, los autores latinoamericanos comenzaron a tratar temas universales y, a lo largo de los años, han llegado a producir un impresionante cuerpo literario que ha despertado la admiración internacional. Poesía En el terreno de la poesía, numerosos autores reflejaron en su obra las corrientes que clamaban por una renovación radical del arte, tanto europeas —cubismo, expresionismo, surrealismo— como españolas, entre la cuales se contaba el ultraísmo, denominación que recibió un grupo de movimientos literarios de carácter experimental que se desarrollaron en España a comienzos del siglo. En ese ambiente de experimentación, el chileno Vicente Huidobro fundó el creacionismo, que concebía el poema como una creación autónoma, independiente de la realidad cotidiana exterior; el también chileno Pablo Neruda, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971, trató, a lo largo de su producción, un gran número de temas, cultivó varios estilos poéticos diferentes e incluso pasó por una fase de comprometida militancia política, y el poeta colombiano Germán Pardó García alcanzó un alto grado de humanidad en su poesía, que tuvo su punto culminante en Akróteras (1968), un poema escrito con ocasión de los Juegos Olímpicos de México. Por otro lado, surgió en el Caribe un importante grupo de poetas, entre los que se encontraba el cubano Nicolás Guillén, que se inspiraron en los ritmos y el folclore de los pueblos negros de la zona. La chilena Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura (1945) otorgado por primera vez a las letras latinoamericanas, creó una poesía especialmente interesante por su calidez y emotividad, mientras que en México el grupo de los Contemporáneos, que reunía a poetas como Jaime Torres Bodet, José Gorostiza y Carlos Pellicer, se centró esencialmente en la introspección y en temas como el amor, la soledad y la muerte. Otro mexicano, el premio Nobel de Literatura de 1990 Octavio Paz, cuyos poemas metafísicos y eróticos reflejan una clara influencia de la poesía surrealista francesa, está considerado como uno de los más destacados escritores latinoamericanos de posguerra, y ha cultivado también la crítica literaria y política. 15 Teatro El teatro latinoamericano continuó su proceso de maduración en gran cantidad de ciudades, en especial Ciudad de México y Buenos Aires, en las que se convirtió en un importante vehículo cultural, y vivió un periodo de afianzamiento en otros países, como Chile, Puerto Rico y Perú. En México pasó por una completa renovación experimental, representada por el Teatro de Ulises (que comenzó en 1928) y el Teatro de orientación (en 1932), activados por Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Celestino Gorostiza, que culminaría con la obra de Rodolfo Usigli y continuaría con la de un nuevo grupo de dramaturgos, con Emilio Carballido a la cabeza. Por otro lado, entre los más destacados autores de teatro argentinos se encuentra Conrado Nalé Roxlo. Ensayo Los ensayistas posteriores al modernismo han sido muy activos, han adoptado una dirección nacionalista y más universal, y han ofrecido una gran variedad de puntos de vista intelectuales. La generación del Centenario de la Independencia de 1910 tuvo representantes como José Vasconcelos, conocido por su sueño utópico de una “raza cósmica” (La raza cósmica, 1925), el erudito dominicano Pedro Henríquez Ureña, autor de Seis ensayos en busca de nuestra expresión (1928), y Alfonso Reyes, supremo mexicano universal, humanista completo y autor de Visión de Anáhuac (1917). Por otro lado, el ensayista colombiano Germán Arciniegas sobresale como un cualificado intérprete de la historia en El continente de siete colores (1965), y el argentino Eduardo Mallea, autor de Historia de una pasión argentina (1935), destaca entre los novelistas de ese país. Narrativa A partir de comienzos de siglo, la novela latinoamericana en español ha experimentado un enorme desarrollo que ha pasado por tres fases: la primera, dominada por una gran concentración en temas, paisajes y personajes locales, se vio seguida por otra en la que se produjo una extensa obra narrativa de carácter psicológico e imaginativo ambientada en escenarios urbanos y cosmopolitas, para llegar finalmente a una tercera en la que los escritores adoptaron técnicas literarias contemporáneas, que condujeron a un inmediato reconocimiento internacional y a un continuo y creciente interés por parte del mundo literario. La narrativa de carácter regional tuvo en el argentino Ricardo Güiraldes, autor de Don Segundo Sombra (1926), la culminación de la novela de gauchos; al colombiano José Eustasio Rivera creador de La vorágine (1924), de la novela de la jungla, y al venezolano Rómulo Gallegos Freire, autor de Doña Bárbara (1929), de la novela de las 16 planicies. La Revolución Mexicana inspiró el género propio: “la literatura de la Revolución Mexicana”, que inauguró Mariano Azuela, autor de las novelas Andrés Pérezmaderista (1911) y Los de abajo (1915), y a Gregorio López, que escribió El indio (1935). La situación de los indígenas atrajo el interés de numerosos escritores mexicanos, guatemaltecos y andinos, como el boliviano Alcides Arguedas, que trató el problema en Raza de bronce (1919), y el peruano Ciro Alegría, autor de El mundo es ancho y ajeno (1941), mientras que el diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias, que recibió en 1966 el Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel de Literatura, se reveló como un excelente autor de sátiras políticas en su obra El señor presidente (1946). En Chile, Eduardo Barrios se especializó en novelas psicológicas como El hermano asno (1922), y Manuel Rojas se alejó de la novela urbana y cultivó una especie de existencialismo en Hijo de ladrón (1951). Otros escritores, entre los que se cuenta María Luisa Bombal, autora de la novela La última niebla (1934), cultivaron el género fantástico. En Argentina, Manuel Gálvez escribió una novela psicológica moderna acerca de la vida urbana, Hombres en soledad (1938). En este país, así como en Uruguay, se desarrolló una rica corriente narrativa donde se hacía gran énfasis tanto en los aspectos psicológicos como fantásticos de la realidad. Así, el argentino Macedonio Fernández abordó el absurdo en Continuación de la nada (1944), mientras que Leopoldo Marechal escribió una novela simbolista, Adán Buenosayres (1948), y Ernesto Sábato una novela existencial, El túnel (1948). Jorge Luis Borges, por otro lado, fue en sus comienzos un poeta ultraísta y, más tarde, se convirtió en el escritor más importante de la Argentina moderna, especializado en la creación de cuentos (Ficciones, 1944), traducidos a numerosos idiomas. Colaboró en varias ocasiones con Adolfo Bioy Casares y despertó el interés por la novela policiaca complicada y por la literatura fantástica. Bioy Casares fue pionero en el terreno de la novela de ciencia ficción con La invención de Morel (1940), y el uruguayo Enrique Amorim inauguró la novela policiaca larga con El asesino desvelado (1945). Otro de los escritores que obtuvieron inmediato reconocimiento internacional por su brillantez y originalidad fue el argentino Julio Cortázar, en especial debido a su antinovela experimental Rayuela (1963). Entre los autores uruguayos centrados en la novela psicológica urbana se encuentran Juan Carlos Onetti con El astillero (1960) y Mario Benedetti con La tregua (1960). La nueva novela mexicana evolucionó a partir del crudo realismo como consecuencia de la influencia de escritores como James Joyce, Virginia Woolf, Aldous Huxley y, especialmente, John Dos Passos y William Faulkner. Con un escenario y una trama de carácter local, a la que añadieron nuevas dimensiones psicológicas y mágicas, José Revueltas escribió El luto humano (1943) y Agustín Yáñez Al filo del agua (1947). Juan Rulfo escribió en un estilo similar su Pedro Páramo (1955), mientras que Carlos Fuentes, en La región más transparente (1958), alterna lo puramente fantástico y psicológico con lo regional, y Juan José Arreola, autor de Confabulario (1952), destaca 17 por sus fantasías breves, de carácter alegórico y simbólico. Otros novelistas han experimentado con técnicas multidimensionales, como, por ejemplo, Vicente Leñero, creador de la novela Los albañiles, que ganó el Premio Biblioteca Breve en 1963 y que el autor convirtió en pieza dramática en 1970, y Salvador Elizondo, que escribió Farabeuf (1965). Entre los restantes novelistas latinoamericanos que han escrito en español y que han conseguido reconocimiento internacional, el antiguo regionalismo ha sido superado por nuevas técnicas, estilos y perspectivas extremadamente variadas. La etiqueta estilística realismo mágico se puede aplicar a muchos de los más destacados narradores — aquellos capaces de descubrir el misterio que se esconde tras los acontecimientos de la vida cotidiana. El novelista cubano Alejo Carpentier añadió una nueva dimensión mitológica a la novela ambientada en la jungla en Los pasos perdidos (1953), al tiempo que su compatriota José Lezama Lima consiguió crear en Paradiso (1966) un denso mundo mitológico de complejidad neobarroca. Por otro lado, el peruano Mario Vargas Llosa descubrió a sus lectores variadas perspectivas escondidas en el aparentemente cerrado mundo de una academia militar en La ciudad y los perros, novela que consiguió en 1962 el Premio Biblioteca Breve y que fue una de las que inauguró el boom de la Literatura latinoamericana, mientras que el colombiano Gabriel García Márquez, galardonado con el Premio Nobel en 1982, se dio a conocer internacionalmente con su novela Cien años de soledad (1967), en la que, a través de una mágica e intemporal unidad, logró trascender el ámbito puramente local en el que se desarrolla la trama narrativa. Con la obra de estos escritores, la novela latinoamericana escrita en español no sólo alcanzó su mayoría de edad, sino que parece estar atrayendo la atención de un público internacional cada vez más numeroso. 18 Núcleo 3 Palabra y Oración Adjetivo Adjetivo, parte variable de la oración que acompaña opcionalmente al sustantivo en el sintagma nominal, para calificarlo (adjetivo calificativo) o determinarlo (adjetivo determinativo), concordando con él en género, número y en algunas lenguas también en caso. Véase Concordancia. ADJETIVO CALIFICATIVO En la gramática tradicional se le llama nombre adjetivo, y comparte con el sustantivo el género, el número y alguna función gramatical. Forma El adjetivo, desde un punto de vista formal, está compuesto por un lexema o raíz, que aporta el significado de la palabra, y unos morfemas que lo completan. Los morfemas son de dos tipos: constituyentes y facultativos. Los constituyentes u obligatorios son los gramaticales de género (masculino y femenino) y número (singular o plural). Como el adjetivo calificativo no tiene un género específico, se limita a adoptar el del sustantivo al que acompaña. Puede presentar dos formas: una variable, que ofrece una terminación para el masculino y otra para el femenino, cuya oposición es -o/-a, -e/a, ø/a: bueno/buena, rubiete/rubieta, cantarín/cantarina, y otra invariable, cuya única forma sirve para ambos géneros: rebelde, infantil. Cuando aparecen antepuestos a un sustantivo masculino, algunos adjetivos presentan una forma apocopada: mal asunto / mala noticia. Véase Apócope. El adjetivo toma el mismo número que el del sustantivo, ya que ha de establecer la concordancia con él. Los adjetivos que en singular terminan en vocal átona forman su plural añadiendo una -s; los que en singular acaban en consonante o en vocal tónica, lo hacen añadiendo -es. 19 El artículo no es, como ocurre con el sustantivo, un morfema del adjetivo. Si en un sintagma aparecen un artículo y un adjetivo sin ningún sustantivo al que completen, el artículo sustantiva al adjetivo. Véase también Sustantivación. Los constituyentes facultativos del adjetivo son los prefijos y sufijos, que modifican el significado del lexema. Los sufijos pueden ser: aumentativos, diminutivos y derivativos. Ejemplos de análisis de adjetivos desde el punto de vista formal: Bajito: baj- (lexema), it- (morfema diminutivo), -o (morfema gramatical de género), -ø (ausencia de morfema gramatical de número). Mexicanas: Mexic- (lexema), -an- (morfema derivativo), -a (morfema gramatical de género), -s (morfema gramatical de número). Algunos adjetivos se han formado a partir de palabras primitivas que originalmente no tenían esta categoría gramatical, pues eran sustantivos, adjetivos o verbos, pero a las que al añadir a su lexema un morfema derivativo, además de darles éste un nuevo significado, las ha convertido en adjetivos: Colonia, colonial; trigo, trigueño; azul, azulado; amar, amable; oír, oíble. Otros se han formado a partir de dos palabras primitivas: barbilampiño, agridulce. Grado del adjetivo Casi todos los adjetivos (los que señalan propiedades o características cuantificables) pueden presentar su cualidad en diferentes grados de intensidad o plenitud para mostrarla tal cual es, para establecer una comparación entre dos elementos o para potenciar al máximo la cualidad del adjetivo. El grado positivo presenta la cualidad del adjetivo en su término medio, sin ponerla en relación con ninguna otra: alegre, bondadoso. El grado comparativo presenta la cualidad del adjetivo en relación con otra, estableciendo su superioridad (más generoso), igualdad (tan agradable) o inferioridad (menos risueño) con respecto a ella. Más, tan y menos son adverbios, adyacentes del adjetivo al que acompañan; el segundo término de la comparación se establece mediante otros marcadores, los nexos conjuntivos comparativos que y como. El grado superlativo expresa la cualidad en su más alto grado, marcando una relación absoluta (superlativo absoluto) mediante: a) los adverbios muy, extraordinariamente, enormemente, altamente, extremadamente: Muy especial, enormemente listo. b) los prefijos archi-, extra-, requete-, super-: Requetelimpio, superinteligente. 20 c) con los sufijos -ísimo o d) locuciones adverbiales: la mar de simpático. -érrimo: listísimo, celebérrimo. El superlativo puede ser también relativo, si expresa la máxima cualidad de algo o alguien en relación con otras personas, animales o cosas de un grupo determinado: Sonia es la más simpática de mis amigas (de superioridad), Juan es el menos complaciente de la clase (de inferioridad). Muy es incompatible con la terminación ísimo: muy buenísimo. Procedentes del latín, en español se conservan comparativos y superlativos irregulares que conviven con las regulares correspondientes. Así, del bueno surge el comparativo mejor y el superlativo óptimo, que pueden alternar con más malo y muy malo. Los demás comparativos y superlativos irregulares son: de malo: peor; pésimo de grande: mayor; máximo de pequeño: menor; mínimo de alto: superior; supremo o sumo de bajo: inferior; ínfimo. Además, existen otros superlativos irregulares, procedentes del latín, de carácter culto o literario, cuyas formas más usadas son: acre: acérrimo amable: amabilísimo amigo: amicísimo antiguo: antiquísimo áspero: aspérrimo benévolo: benevolentísimo célebre: celebérrimo cierto: ciertísimo o certísimo cruel: crudelísimo fiel: fidelísimo frío: frigidísimo fuerte: fortísimo libre: libérrimo mísero: misérrimo noble: nobilísimo nuevo: novísimo pobre: paupérrimo pulcro: pulquérrimo 21 sagrado: sacratísimo salubre: salubérrimo simple: simplicísimo Estos superlativos presentan otra forma popular o coloquial, como amiguísimo, asperísimo, cruelísimo, integrísimo... Algunos adjetivos tienen formas duplicadas en el superlativo con variaciones fonéticas: bonísimo/buenísimo, fortísimo/fuertísimo, o cambios de grafías: antiquísimo (derivado de antiguo). Potísimo, „muy poderoso‟ y ubérrimo, „muy abundante y fértil‟ son superlativos cultos, no existen en español adjetivos en grado positivo de los que se hayan formado. Relacionados con los comparativos y superlativos tradicionales están los aumentativos, diminutivos y los despectivos, que establecen también una relativa idea comparativa y que se hallan a medio camino entre la flexión y la derivación. Función El adjetivo calificativo puede acompañar a un sustantivo, apareciendo antepuesto o pospuesto a éste, o puede aparecer de forma independiente realizando las siguientes funciones: a) adyacente: modificador o adjunto de un sustantivo. Puede aparecer antepuesto o pospuesto a éste: un „claro’ día, un niño „alegre’. b) atributo o predicado nominal, si en la oración aparecen los verbos ser o estar: Mis amigas son „simpáticas’. c) predicativo: Vi a Raúl muy „enfadado’. d) núcleo de un sintagma adjetivo: Está „lleno’ de alegría. e) núcleo de un sintagma adjetivo sustantivado: El „verde’ me gusta. f) aposición: mi amigo, „feliz por verme’, me abrazó. En algunos países de América es frecuente la adverbialización de los adjetivos: Toca „lindo’. El participio equivale a un adjetivo, por lo cual puede realizar sus mismas funciones. Si el participio conserva su naturaleza verbal puede ir complementado por otras palabras y formar una proposición de participio. 22 Significación El adjetivo calificativo expresa una cualidad del sustantivo al que acompaña o con el que se relaciona. Puede ser especificativo o explicativo. El especificativo es el que delimita (especifica) la significación del sustantivo; aporta una información necesaria, por lo que no se puede suprimir sin que varíe sustancialmente el significado de la frase. Suele ir pospuesto al sustantivo: El libro ‘pequeño’ está sobre la mesa. El explicativo o epíteto aporta una información ya conocida e intrínseca al significado del sustantivo; por lo tanto, si se prescinde de él no varía notablemente el significado de la frase: Dejó su huella en la ‘blanca’ nieve. Aparece antepuesto al sustantivo. La posición que ocupa el adjetivo con respecto al sustantivo al cual acompaña suele estar muy relacionada con lo semántico. Generalmente se afirma que en español el hablante goza de una cierta libertad para anteponer o posponer el adjetivo al sustantivo en función de su preferencia o intencionalidad: prado verde, verde prado; la casa alta, la alta casa, pero hay veces en las que la norma impone su anteposición o posposición; así se dice, por ejemplo, mujer casada, color azul, cosa difícil de conseguir. A veces cambia el significado del adjetivo dependiendo de su posición: buen hombre/hombre bueno, pobre hombre/hombre pobre, mala comida/comida mala. ADJETIVOS DETERMINATIVOS Los adjetivos determinativos acompañan al nombre en el sintagma nominal para actualizarlo: limitan la significación del nombre de varias formas. Si delimitan la significación en el espacio se trata de adjetivos demostrativos, del tipo este, ese, aquel. Si refieren el significado del nombre a las relaciones de posesión, se trata de adjetivos posesivos, del tipo mi, mío, tu, tuyo, su, suyo; las formas breves, que son apocopadas, se emplean sólo antepuestas al nombre; las plenas van pospuestas y tienen un carácter estilístico. Si limitan la significación del nombre y la cuantifican u ordenan, se trata de adjetivos numerales, del tipo dos, segundo, doble, mitad. Esta clase de adjetivos se ve seriamente discutida por algunas escuelas lingüísticas: las que admiten su existencia distinguen entre numerales cardinales, que dan cuenta de la cantidad, como tres o trescientos; numerales ordinales, los que refieren la significación a un determinado orden, como tercero o tricentésimo. Hay otros tipos de adjetivos determinativos, los que presentan al nombre de forma deliberadamente imprecisa; se trata de los indefinidos, como algún, ningún, todo, cierto o semejante. Todos los adjetivos determinativos pueden pasar a funcionar como pronombres; a su vez, pueden acompañar a un pronombre en función de adjetivo. A veces un solo nombre puede ir acompañado por más de un tipo de adjetivos determinativos: las dos primeras sillas son para esos amigos tuyos. Salvo en un caso así, los adjetivos determinativos se anteponen al nombre; la posposición ofrece posibilidades estilísticas: Este cuadro es de Miró; el cuadro este es de Miró. 23 Adverbio Adverbio, parte de la oración que sirve para modificar, precisar, matizar o ampliar el significado de un verbo, de un adjetivo, de otro adverbio, de un sintagma nominal, de un sintagma preposicional o de una oración. Es una categoría gramatical heterogénea, caracterizada por su invariabilidad, con algunas excepciones, ya que muchos adverbios pueden admitir morfemas de sufijación; ejemplo: de ahora, ahorita. Carecen de morfemas de concordancia con otros elementos de la oración; ejemplo: Luisa está mal. Los niños están mal educados. FORMA En español, los adverbios no tienen unidad morfológica; por lo tanto, los hay con formas simples: hoy, mañana; con formas compuestas: anteayer; e incluso con formas complejas, como las locuciones adverbiales: a lo grande, de vez en cuando. El adjetivo adverbializado es también un adverbio: bajo, alto, oscuro, rápido; también se adverbializa con sufijos como -mente, que se forma así: si el adjetivo tiene dos terminaciones se utiliza la forma femenina: buena/buenamente, loca/locamente; si el adjetivo sólo tiene una terminación, se añade el sufijo —mente: atrozmente, felizmente. Muchos adverbios tienen la posibilidad de admitir morfemas de sufijación para formar aumentativos, diminutivos o superlativos. Aumentativos: lejotes, arribota. Diminutivos: despacito, cerquita, ahorita, lueguito, poquito, prontito, tempranito. Superlativos: cerquísima, lejísimos, prontísimo, tardísimo, poquísimo, muchísimo, tempranísimo. Igualmente, algunos adverbios admiten la gradación, característica de los adjetivos, por medio de la anteposición de cuantificadores (más, menos, mucho, poco, muy): Mucho mejor, poco antes, muy abajo, más cerca. FUNCIÓN Según la gramática tradicional, el adverbio es un modificador del verbo, de un adjetivo o de otro adverbio. Juan estudia bastante (bastante modifica al verbo). Él es bastante torpe (modifica al adjetivo). Lo hizo bastante bien (bastante modifica al adverbio bien). También pueden ejercer por sí mismos el valor de oración, con significado completo: ¿Vendrás a casa esta tarde? ‘Sí’. ¿Saldrás hoy? ‘Probablemente’. Equivalen a: Sí, iré a tu casa esta tarde, y Probablemente saldré hoy. 24 A veces el adverbio afecta a toda la oración, utilizado como recurso lingüístico por el hablante: Increíblemente, Carmen vino. También pueden desempeñar función de nexos o conectores entre oraciones: Lo harás ‘como’ yo quiera. Iré ‘cuando’ pueda. SIGNIFICACIÓN Los adverbios se pueden clasificar tradicionalmente en varios grupos, en cuanto a sus valores léxico-semánticos: Adverbio de tiempo: luego, ahora, antes, después, ayer, hoy, mañana, entonces, tarde. Adverbio de lugar: cerca, lejos, aquí, allí, arriba, abajo, fuera, alrededor, allá, ahí. Adverbio de modo: bien, mal, así, despacio, deprisa, aprisa, gratis... Y la mayoría de los terminados en -mente: lentamente, rápidamente, felizmente. Adverbio de cantidad e intensidad: más, menos, poco, bastante, demasiado, muy, mucho, apenas, casi, medio, algo, nada. Adverbio de afirmación: sí, también, ciertamente, claro, desde luego, en efecto, asimismo. Adverbio de negación: no, nunca, jamás, tampoco. Adverbio de duda: acaso, quizás, tal vez, probablemente. Junto a esta clasificación, hay que señalar otra que obedece a criterios funcionales: Adverbios demostrativos: aquí, entonces, ahora, así, luego, tal, tanto. Adverbios relativos: donde, como, cuanto, cuando. Adverbios interrogativos: cuándo, dónde, cómo, cuánto, qué. En cuanto a su significación, se pueden señalar dos tipos de adverbios: situacionales y nocionales. Adverbios situacionales o deícticos: son aquellos que señalan la situación extralingüística espacial y temporal; por ejemplo: „Aquí’ no ha venido. ‘Allí’ ocurrió el accidente. ‘Hoy’ me han hecho un regalo;. ‘Mañana’ te llamaré a casa. Los adverbios de lugar establecen como punto de referencia a los interlocutores del discurso, en relación con los demostrativos: 1ª persona: aquí, acá; 2ª persona: ahí; 3ª persona: allí, allá. Existen formas locativas o de situación estática, como dentro: El libro está ‘dentro’ del cajón; y formas direccionales, que marcan movimiento, adentro: Pasa ‘adentro’ de la casa. Con los adverbios de tiempo, se dan dos posibilidades en cuanto a la relación hablanteoyente: en la primera, la situación actual, creada por el hablante que expone al oyente, es el momento del discurso, y corresponde al mundo comentado; en la segunda, el 25 hablante narra hechos que se refieren a un contexto diferente, que no es en el que se hallan el hablante y el oyente, y corresponde al llamado mundo narrado. Referencia al presente. Indican simultaneidad: ahora, hoy. Referencia al pasado. Indican anterioridad: ayer, anoche. Referencia al futuro. Indican posterioridad: mañana. Ejemplo: „Hoy’ hace frío, ‘ayer’ hizo buen tiempo y ‘mañana’ no sabemos si nevará. Adverbios nocionales o conceptuales: son los adverbios de modo, y expresan cómo se realiza la acción. Gran parte de los adverbios de modo están formados a partir del femenino del adjetivo, al que se le añade el sufijo -mente. Provienen de un ablativo absoluto: Fríamente, „con la mente fría‟; calurosamente, „con la mente calurosa‟; generosamente, „con la mente generosa‟. Otros adverbios de modo están constituidos por la misma forma del adjetivo en masculino singular. Alto, claro, firme: Habla „claro’. También se pueden formar con una preposición y un sustantivo, creando una sola palabra: Apenas (a + penas), despacio (de + espacio). ‘Apenas’ tengo tiempo. Los adverbios de cantidad expresan modificaciones cuantitativas y presentan igual forma que los pronombres indefinidos y numerales, excepto los apócopes muy y tan. Los adverbios de cantidad se clasifican en: adverbios de tipo gradativo: poco, mucho, bastante, algo, demasiado; intensivos: más, menos, tanto; múltiplos: doble, triple; partitivos: medio. Los adverbios de orden están relacionados con los numerales ordinales y sirven para expresar series, primero o primeramente, último o últimamente, sucesivamente, alternativamente, finalmente, por ejemplo: Primero trabajó, finalmente descansó. Los adverbios relativos e interrogativos se refieren a un antecedente. Pueden ejercer una doble función, igual que los pronombres relativos. Introducen oraciones subordinadas y desempeñan una función sintáctica. Los hay de lugar, donde, adonde: Ésa era la calle ‘donde’ vivía; de tiempo, como cuando: Llámame el lunes, ‘cuando’ vayas a venir; de modo, como: Duerme destapado, ‘como’ le apetece. Los adverbios interrogativos sirven para preguntar por una circunstancia; son tónicos, llevan tilde y exigen una respuesta: ¿’Dónde’ estabas ayer? En el museo. ¿’Cuándo’ vendrás? Mañana. ¿’Cómo’ estás? Bien. Los adverbios modalizadores u oracionales, incluidos dentro de los adverbios conceptuales, modifican a toda la oración con sentido completo. Los hay de afirmación: sí, ciertamente, cierto, claro, exacto, justo, bien; de negación: no, nunca, jamás, tampoco, quia, ca; de duda: quizás, acaso, tal vez. 26 LOCUCIONES ADVERBIALES Las locuciones o frases adverbiales son una serie de formas lingüísticas múltiples que han quedado en el uso de la lengua como expresiones fijas y que adquieren la función y valor del adverbio: a escondidas, a hurtadillas, a ciegas. En muchas ocasiones están compuestas por una preposición unida a sustantivos, adverbios o adjetivos: Enfrente, encima, despacio, debajo, acaso, adentro. Si se consideran estas unidades como adverbios, no hay ninguna razón fundada para no aceptar otros grupos análogos separados gráficamente: A oscuras, de pronto, a duras penas, de frente, de súbito, por fuera, a bulto, a tientas, a regañadientes, en secreto, en particular. Artículo Artículo, constituyente obligatorio del sintagma nominal que se antepone al nombre para actualizarlo y señalar si el sustantivo es conocido o no por el emisor, receptor o ambos. Se clasifica en determinado o definido e indeterminado o indefinido. Las antiguas gramáticas tomaban al artículo como una de las partes de la oración; en la actualidad se le considera un morfema gramatical del sustantivo, con el que se combina, y del cual nos indica el género y el número. Puede estar precedido de un preartículo (todo un hombre) o seguido de un pos artículo (la misma casa). FORMA Las formas que presenta el artículo son: Determinados: masculino singular: el; femenino singular: la; neutro singular: lo; masculino plural: los; femenino plural: las. Indeterminados: masculino singular: un o uno; femenino singular: una; masculino plural: unos; femenino plural: unas. No existe la forma de neutro plural. Los artículos determinados proceden del demostrativo latino ille, illa, illud. Ille evolucionó en castellano hacia la forma masculina el; illa dio origen a dos formas femeninas: él y la; illud se trasformó en el neutro lo. El artículo indeterminado procede del numeral latino unus, una, unum; está relacionado con los indefinidos y los numerales. Puede ser correlativo de otro: „Uno’ es inteligente, otro tonto, e 27 intercambiable en algún contexto con algún o alguno: Debe haber ocurrido ‘un’ / algún accidente. El artículo neutro lo sólo se utiliza en español para sustantivar (véase Sustantivación) adjetivos o proposiciones, puesto que no existen sustantivos neutros: Me gusta ‘lo alegre’; ‘lo que me dices’ me divierte. Cuando el artículo el lleva delante las preposiciones a o de se contraen y constituyen las formas contractas al y del respectivamente: a + el > al: Mañana iremos ‘al’ cine; de + el > del: El agua ‘del’ río está helada. Sólo si el artículo entra a formar parte de un nombre propio como El Escorial, un apellido o sobrenombre: el Viti, o el título de una obra puede mantenerse la separación: Fueron ‘a El’ Escorial; Al torero Santiago Martín se le conoce con el sobrenombre ‘de El’ Viti; Fui al estreno ‘de El’ perro del hortelano. Cuando el sustantivo al que precede comienza por a o ha tónicas, se escriban o no con acento ortográfico, el artículo femenino singular que aparece delante toma la forma el (procedente del femenino illa latino) en lugar de la: el ala, el hada; pero toma la forma la si el artículo precede a un adjetivo o va en plural: „la alta’ torre, las alas, las hadas. Se exceptúan de esta regla los nombres de las letras a y h: la a, la hache, y aquellos sustantivos que empiezan por a tónica, cuya forma es igual para el masculino que para el femenino y en las que sólo la forma del artículo que le antecede nos permite distinguirlo: el / la árabe. Sin embargo, no todos los sustantivos que comienzan por a tónica son femeninos: el átomo / los átomos, el acto / los actos. El artículo indeterminado un también es femenino si le sigue una palabra que comience por a, ha tónicas: un águila / unas águilas. FUNCIÓN El artículo siempre funciona como determinante del sustantivo al que acompaña, o como determinante de aquello que aparezca sustantivado porque convierte en sustantivo de discurso todo aquel elemento al cual antecede y que originalmente no fuera un sustantivo: El gato atrapa ‘al ratón’; Yo compré ‘lo que me pareció mejor’. SIGNIFICACIÓN El artículo es un determinante semánticamente vacío, no obstante, el que aparezca en español el artículo determinado o el indeterminado, o el que el sustantivo vaya o no precedido de un artículo, hace que en el sustantivo se produzcan diferencias semánticas. Un sustantivo, que sin artículo tiene un valor genérico o es una simple abstracción para los hablantes, precedido de un artículo determinado, se convierte en algo conocido 28 tanto para el emisor como para el receptor; por el contrario, el artículo indeterminado designa un nombre no conocido por uno de los dos o por ambos a la vez y lo presenta. El término casa es genérico, mientras que la casa es algo concreto. Cuando un objeto es desconocido se utiliza para nombrarlo por primera vez un artículo indeterminado, pero si se vuelve a mencionar con posterioridad se hace uso del determinado porque ya ha sido presentado al receptor y éste lo identifica con algo concreto. El artículo determinado tiene, pues, un valor deíctico o referencial: En la tienda vi ‘un armario’; „el armario’ era grande y lindo. Sin embargo, puede no aparecer el artículo si el nombre está en plural: Llevamos bananas ‘al’ mercado, o si el sustantivo hace alusión a una realidad no contable: Vendo trigo. En alguna ocasión, la presencia o ausencia del artículo establece una clara oposición de significados: busco abrigo / busco el abrigo / busco un abrigo. Uno, una pueden utilizarse como significando de „uno cualquiera‟. pronombres personales indefinidos, con el En una relación de sustantivos o sintagmas yuxtapuestos o coordinados entre sí, el artículo puede aparecer escrito una sola vez y sobrentenderse en las demás: La fe, esperanza y caridad son virtudes. Si dos o más sustantivos agrupados pertenecen a distinto género, el artículo prefiere la forma masculina a la femenina casi siempre. No se han de confundir los artículos con los pronombres o adjetivos que tienen su misma forma: lo, los, las: los artículos van siempre delante de un sustantivo o elemento sustantivado; los pronombres nunca acompañan a ningún sustantivo, siempre lo sustituyen y se refieren a personas; un, unos: como artículos designan a personas, animales u objetos indeterminados; como pronombres tienen un significado numeral o de aproximación. 29 Núcleo 4 Palabra y Oración Determinantes Determinantes, unidades gramaticales que permiten limitar el referente potencial de un sintagma nominal, o cuantificar un sintagma nominal. En español, la clase de los determinantes incluye el artículo, los demostrativos, los posesivos, los cuantificadores (numerales e indefinidos), así como una serie de elementos léxicos que indican identidad o cantidad: otro, diversos, incontables. Su distribución es siempre prenominal, es decir, preceden a un nombre común, con el que concuerdan en género y número. Por otra parte, la coaparición de determinantes y el orden de los mismos están restringidos, de forma que no puede decirse *ese su libro ni *todas tres personas, al no poder combinarse demostrativos y posesivos ni el cuantificador todo con numerales, y, aunque pueden combinarse demostrativos y cardinales o todo y demostrativos, solo pueden hacerlo en un orden determinado: esos tres libros, todos estos años. Desde el punto de vista semántico, los determinantes convierten al sintagma nominal en una expresión referencial o una expresión cuantificada. Todo sintagma nominal, para pasar del plano de la lengua al del habla, debe ser actualizado. La actualización sitúa los conceptos genéricos en un espacio y tiempo concretos. Para ello, la lengua cuenta con diferentes procedimientos, como el uso de determinantes o del plural. Así, mientras que *pasa coche es una oración agramatical por no haber sido actualizado el sintagma nominal, pasan coches no lo es, pues el plural actualiza al sustantivo en un uso que se considera genérico. Obsérvese que ciertos sustantivos, los que denotan masas y son, por tanto, no contables, no necesitan de tal actualización: come carne. Asimismo, los determinantes actualizan y al mismo tiempo determinan la significación de un sustantivo: pasa el/este coche no sólo sitúa al sustantivo en el discurso sino que restringe su significado referencialmente al relacionarlo con una entidad coche presentada anteriormente en dicho discurso. Toda determinación es, por tanto, una actualización, pero no al contrario. Sin embargo, no todos los determinantes producen expresiones referenciales. Así, los cuantificadores convierten al sintagma nominal en una expresión cuantificada, actualizada pero no determinada en el discurso: pasan tres coches no relaciona las tres entidades coche con ningún otro lugar del discurso. De igual forma que el plural y los nombres no contables pueden producir sintagmas nominales actualizados genéricos, es decir, que se refieren genéricamente a la clase de entidades o al tipo de material (come carne no significa que coma una carne concreta), 30 el artículo en español puede producir también referencias genéricas. Así, mientras que en el elefante se escapó de su jaula la referencia es concreta, en una oración como el elefante es un mamífero es genérica y designa a todos los miembros de su clase. Finalmente, las mismas categorías léxicas que funcionan como determinantes, excepto el artículo, pueden comportarse como pronombres. Oración (gramática) Oración (gramática), unidad lingüística mínima, dotada de significación, que no pertenece a otra unidad lingüística superior, con sentido completo, autonomía sintáctica y figura tonal propia. La oración como unidad estructural está constituida por dos sintagmas fundamentales: sintagma nominal y sintagma verbal, que son los constituyentes inmediatos de la oración y corresponden a las funciones de sujeto y predicado. Desde el punto de vista semántico, el sujeto es un sintagma nominal que realiza la acción verbal, del cual se afirma, niega, pregunta, exclama, duda o se desea algo; el predicado es un sintagma verbal con el que se afirma, niega, se pregunta algo del sintagma nominal. Sujeto es la persona u objeto del que se dice algo, y predicado es un sintagma verbal que expresa todo lo que se dice del sujeto gramatical; esta relación gramatical establecida entre sujeto y predicado da lugar a las oraciones bimembres: Luis trabaja. Sujeto y predicado son las funciones sintácticas básicas de la oración. En oposición se dan las oraciones unimembres, que pueden ser enunciados con sentido completo, aunque sin alguno de los dos elementos organizadores básicos de la oración, es decir, sin el sintagma nominal o sin el sintagma verbal, o, a veces, el núcleo de ambos: Buenas tardes; !Socorro!; y las oraciones impersonales, aquellas que carecen de sujeto gramatical: Llueve; Hay mucha gente; Es primavera. La oración, como unidad de habla real con sentido completo que es en sí misma, puede contener un solo juicio (oración simple) o más de uno (oración compuesta). La oración simple se caracteriza por tener como núcleo del predicado un solo verbo en forma personal, e indica una sola acción verbal: La casa es grande. La oración 31 compuesta o compleja se caracteriza por tener dos o más verbos e indica más de una acción verbal: Luis se alegra tanto cuando sus hijos triunfan. CLASIFICACIÓN DE LA ORACIÓN SIMPLE 1. Según la naturaleza del predicado, la oración obedece a las relaciones entre el verbo y sus complementos y el modo de significado del verbo: atributivas y predicativas, según estén formadas por un predicado nominal o por un predicado verbal: David es arquitecto; Virginia trabaja en Barcelona. Las oraciones atributivas expresan cualidades del sujeto, y se constituyen fundamentalmente con los verbos ser y estar, aunque pueden utilizarse otros verbos, los llamados cuasi atributivos: encontrarse, hallarse, parecer, vivir...: Sergio se encuentra alegre; Sergio está enfermo; Sergio parece agotado. El verbo funciona como cópula o unión. Las oraciones predicativas expresan acciones o comportamientos del sujeto: Luis escribe poesías. Se construyen con verbos predicativos, que son el núcleo significativo del predicado verbal: Los perros juegan en el jardín. Las oraciones predicativas pueden presentar diferentes formas: activas y pasivas, según el sujeto realice la acción verbal o la reciba: David compra una casa; Una casa ha sido comprada por David. Las oraciones activas, según las relaciones sintácticas y significativas, pueden ser: a) Transitivas, que son oraciones construidas con complemento directo: Carmen vende libros. b) Intransitivas, que son las oraciones que carecen de complemento directo: Daniel come en el restaurante. c) Reflexivas, que son oraciones en las que el sujeto realiza la acción y también la recibe; incluyen un pronombre reflexivo. Se distinguen dos tipos de oraciones reflexivas, directas e indirectas. En las directas, el complemento directo coincide con el sujeto: Virginia se lava. En las indirectas, el complemento indirecto coincide con el sujeto: Virginia se lava las manos. d) Recíprocas, que son las oraciones en el sujeto denota a varias entidades que realizan y reciben la acción mutuamente: Virginia y David se quieren. Las oraciones recíprocas, igual que las reflexivas, pueden ser directas o indirectas. Son directas cuando el pronombre funciona como complemento directo, e indirectas cuando el pronombre funciona como complemento indirecto: Virginia y David se besan la cara. 32 e) Personales, que son las que llevan sujeto gramatical, explícito o implícito, que realiza o recibe la acción verbal: Sergio lo hizo; Lo vio (sujeto él o ella). f) Impersonales, que son oraciones unimembres que carecen de sujeto. Pueden ser impersonales de fenómenos meteorológicos o de la naturaleza: Nieva; se construyen con formas verbales en tercera persona del singular. Las impersonales gramaticalizadas carecen de sujeto y se construyen con verbos que, en otros usos lingüísticos, no son impersonales, haber, hacer, ser: Hace calor; Hay mucho público; Es primavera. Las impersonales reflejas se pueden considerar variantes de las pasivas reflejas: Se vive feliz, oraciones con verbo en singular que carecen de sujeto pasivo expreso. Impersonales ocasionales son las oraciones que carecen de sujeto, por su intencionalidad en la expresión o porque el sujeto es indeterminado: Dicen que canta; Comentan que...; se construyen con verbo en tercera persona del plural por lo que no son impersonales propias, en alguna de estas expresiones, según el contexto, podríamos conocer el sujeto. Las oraciones pasivas se clasifican en propias e impropias: a) Pasivas propias tienen significado pasivo, el sujeto recibe la acción verbal y el verbo está en forma pasiva. Se llama primera de pasiva cuando lleva el complemento agente expreso: La ciudad fue conquistada por los romanos, y segunda de pasiva a la oración que no lleva el complemento agente expreso: La ciudad fue conquistada. b) Pasivas impropias o pasivas reflejas son las oraciones que tienen significado pasivo; el sujeto recibe la acción del verbo, pero éste se construye en voz activa: Se alquilan pisos. Sólo se utiliza en tercera persona con el pronombre se, que marca la pasiva refleja y acompaña a la forma activa del verbo: Se venden libros; se utiliza en la lengua publicitaria y generalmente aparece sin el complemento agente, ya que el hablante intenta ocultar quién es el agente de la oración expresada: Se alquilan pisos, razón portería. 2. Según la actitud del hablante ante lo que expone, actitud que se manifiesta a través de la entonación. La intencionalidad del hablante individualiza las oraciones ante el contenido de su propio enunciado y así éstas se clasifican en enunciativas, interrogativas, exclamativas, imperativas o exhortativas, desiderativas, optativas y dubitativas o de probabilidad. a) Enunciativas, también llamadas declarativas o aseverativas, expresan la conformidad o disconformidad lógica del sujeto con el predicado. Se caracterizan por la ausencia de recursos lingüísticos específicos y por el uso del modo indicativo; pueden ser afirmativas, si enuncian la conformidad objetiva del sujeto con el predicado: La casa es blanca; Daniel estudia; o negativas si enuncian la disconformidad objetiva del sujeto con el predicado: La casa no es blanca; Daniel no estudia. 33 b) Interrogativas, son las oraciones utilizadas para expresar preguntas, para requerir una respuesta verbal al interlocutor en el proceso de la comunicación. El español carece de marcas sintácticas obligatorias específicas de la interrogación. La entonación es suficiente para señalarlas. En la lengua escrita se marcan con signos de interrogación al comienzo y al final: ¿Viene Sergio? ¿Sergio viene? Se pueden distinguir: Interrogativas totales e interrogativas parciales. Las totales preguntan por todo el contenido de la oración y su respuesta es sí o no: ¿Estuvo Sergio ayer en tu casa? Las parciales, preguntan sólo por un elemento de la oración, que aparece representado por un pronombre interrogativo, por un adverbio interrogativo o por una conjunción o locución interrogativa: ¿Quién ha llamado? ¿Dónde vas? ¿Por qué lo has hecho? Las oraciones interrogativas retóricas marcan preguntas cuya respuesta es conocida: ¿Cómo podría yo negarme? o que equivalen a mandatos o peticiones: ¿Te callas de una vez? Las interrogativas directas son aquellas que reproducen exactamente el discurso del hablante: ¿Qué hora es?; y las interrogativas indirectas, aquellas en las que la pregunta está suavizada y no va entre signos de interrogación; utiliza verbos que expresan lengua y pensamiento: Quisiera saber qué hora es; Pregúntale qué desea; Me gustaría saber qué hora es. c) Exclamativas, expresan emociones directas; se distinguen principalmente por la entonación, un énfasis articulatorio y una curva melódica distinta de la entonación habitual: ¡Se acerca el momento!; ¡Qué alegría! Predomina la función expresiva; el hablante manifiesta toda su emoción y expresa con mayor fuerza sus sentimientos: ¡Qué hermoso es amar! Según la forma que presenten, las oraciones exclamativas pueden ser de dos tipos: analíticas y sintéticas. Las exclamativas analíticas son las que presentan forma oracional: ¡Qué feliz soy! y las exclamativas sintéticas son las que se expresan de forma abreviada o reducida, aunque significativa, y equivalen a oraciones exclamativas analíticas o enteras. Son las que se expresan mediante interjecciones: ¡Ah! ¡Oh! Los vocativos: ¡Niño! O frases exclamativas: ¡Madre mía! d) Exhortativas o imperativas, expresan mandato, exhortación o simple ruego: Ven aquí; Tráeme el pan; Salid ya. Estas oraciones pertenecen solamente a la comunicación interpersonal. Predomina la función apelativa; el hablante intenta influir en el oyente para que actúe de una forma determinada. El sujeto gramatical sólo puede ser la segunda persona, a veces el interlocutor; se trata de un vocativo y no del sujeto: Carmen, ven aquí (Carmen, vocativo); Juan, tráeme el pan (Juan, vocativo); Chicos, salid ya (Chicos, vocativo). Se construyen con verbo en imperativo: Venid, o en presente de subjuntivo, si el mandato es negativo: No vengáis, aunque pueden aparecer otras formas de expresión imperativa, en construcciones: a + infinitivo: A callar, con verbos en futuro: No matarás, con verbos en presente de indicativo: Tú lo haces ahora, con oraciones en forma interrogativa: ¿Dónde vas? (Tú no vas). e) Optativas o desiderativas, son aquellas oraciones que expresan contenidos cuya realización se desea; se caracterizan por el uso del modo subjuntivo, modo de la irrealidad y de lo subjetivo. Con el empleo del presente, la realización del hecho que 34 deseamos va referida al presente o al futuro: Ojalá apruebe; Descanse en paz. Con el imperfecto de subjuntivo, la realización deseada puede referirse al pasado o al futuro: Ojalá aprobase; son las optativas potenciales, en las que el deseo se considera realizable (menos probable) en mayor o menor grado. En las optativas irreales el deseo se considera de imposible cumplimiento, o bien se sabe que no se ha cumplido; aparecen marcadas por la interjección ojalá, el adverbio así y también el nexo que: Ojalá hubiese aprobado; Así viviese mi padre; Que Dios te ayude. f) Dubitativas y de posibilidad o probabilidad en las que el hablante cree que su juicio corresponde a la realidad objetiva, formula su pensamiento con una oración afirmativa o negativa. Expresa su incertidumbre mediante adverbios de duda: acaso, quizás, tal vez. El modo utilizado es el indicativo si la duda está atenuada y el subjuntivo si presenta mayor intensidad dubitativa: Acaso está en Madrid; Quizás lo haga; Tal vez sea verdad. La posibilidad y la probabilidad en pasado o en futuro se expresan mediante el potencial: Serían las diez. O mediante medios léxicos: Probablemente son las doce, con perífrasis verbales deber de + infinitivo: Deben de ser las doce. La oración compuesta y la oración simple coinciden en cuanto que forman un periodo oracional que expresa una unidad de comunicación sentida como tal por los hablantes; se diferencian en la expresión o en la forma gramatical que expresan: Sergio desea mi éxito (oración simple); Sergio desea que yo tenga éxito (oración compuesta). La oración compuesta o compleja es, gramaticalmente, un periodo oracional complejo, formado por dos o más oraciones simples, que indican una sola unidad de comunicación, o unidad significativa. No es la expresión de dos o más oraciones simples agrupadas, sino la expresión de un contenido unitario que se estructura en varias oraciones: Daniel desea que su hermano tenga éxito en sus exámenes (desea su éxito). Véase Oraciones adjetivas o de relativo; Oraciones adverbiales o circunstanciales; Oraciones sustantivas o completivas; Oraciones coordinadas; Oraciones yuxtapuestas. 35 Núcleo 5 Revisión y análisis de textos Comentario de texto Comentario de texto, análisis que se realiza sobre un texto escrito desde varios planos o puntos de vista con el fin de determinar su naturaleza y características generales o particulares. Una lectura compresiva e identificativa del tipo de texto es lo primero que se debe hacer. El método o métodos que se sigan pueden ser tan diversos como los textos comentados; no obstante, es necesario dar unas pautas imprescindibles para hacer un comentario correcto. AUTOR, OBRA, GÉNERO Hay que hacer referencia al autor y su obra, si se conoce. En cuanto al género, término complejo, puede aplicarse la siguiente clasificación: Los géneros literarios se clasifican en: mayores y menores; los géneros mayores son: Lírica, expresión de los sentimientos del autor, „yo subjetivo‟, está escrito en prosa o verso. Épica, es la narración del mundo exterior, observado por el autor, en prosa: novela, cuento y leyenda; en verso: cantares de gesta, romances... Dramática o género teatral, analiza las vivencias de los personajes de ese mundo exterior: tragedia, comedia o drama. Y géneros menores: Oratoria, pretende persuadir por medio de la palabra: discurso, arenga, conferencia, charla... Didáctica, género con fines formativos y educativos: ensayo, artículo, conferencia... Historia, narración de acontecimientos pasados: crónicas, reportajes... TIPO DE ESCRITO Y NATURALEZA DEL TEXTO Un texto puede pertenecer a uno de estos cuatro tipos de escritos básicos: A) Narración, se cuentan acciones: predominio de dinamismo: frases cortas, abundancia de verbos... B) Descripción, se expresan circunstancias: cualidades, ambientes, paisajes; texto de acción lenta, predominio de sustantivos, adjetivos... C) Exposición, escrito en el que se pretende comentar objetivamente un tema: se comunican ideas y 36 opiniones; predominio de lenguajes técnicos especializados... D) Argumentación, es la exposición de un tema, pero sometido a debate, aportando datos que sustenten lo que se afirma. Es más subjetivo que la exposición... Los textos, por su naturaleza y contenido temático, se pueden clasificar en: periodísticos, científicos, publicitarios, humanísticos, jurídicos, literarios... Además, hay circunstancias espaciales que también se deben considerar en un comentario, como la fecha en que el texto fue escrito; si la fecha no aparece expresada, se intenta deducir por el contenido significativo del texto, analizando el contexto histórico-social al que el texto responde. Conviene destacar: el tiempo externo, en el que está escrito el texto, y el tiempo interno al que se refiere su contenido. COMENTARIO EXPLICATIVO DEL TEXTO En esta fase se anota lo que el autor dice y cómo lo dice: Explicación del contenido, comentario de los términos, datos, conceptos básicos del texto, asociándolos, si es posible, con los conocimientos que se tengan. Señalar también el plan ideológico del texto, así como el pensamiento del autor. Análisis de la forma, valoración general del estilo y de las características formales del texto: la estructura: analítica, sintética, encuadrada, paralela... y caracterización del lenguaje: culto, popular; normativo, incorrecto..., y rasgos que presenta: rasgos fónicos: grafías, reducción de grupos consonánticos, acentuación, entonación...; rasgos morfosintácticos, categoría gramatical dominante: sustantivos, adjetivos, verbos...; presencia o ausencia de determinantes; coordinación o subordinación; periodos largos o periodos cortos... rasgos léxico-semánticos, clases de palabras: simple, compuesta, derivada...; connotación, denotación y uso figurado del lenguaje. COMENTARIO CRÍTICO Surge de la respuesta razonada, que el texto sugiere al lector, y se deben puntualizar varios aspectos: Juicio crítico es asentir, disentir o matizar el contenido del texto, expresando el grado de precisión, objetividad o subjetividad manifestados por el autor. Asociación y relación del texto, con otras tendencias, movimientos o temas conocidos. Interés del texto, con relación a su época, como representación de una corriente de pensamiento, por su relación o vigencia actual, por su originalidad de contenido de enfoque o forma. 37 Resumen Resumen, exposición abreviada de un tema o materia, tanto realizada de manera oral como escrita. Se puede resumir cualquier asunto, desde la teoría de la relatividad hasta una excursión por el Amazonas, o el argumento de una película. En los trabajos escolares, un resumen es una síntesis de las ideas más importantes de un libro, texto, explicación, conferencia, etcétera. Debe ser breve, conciso, con frases cortas y sin juicios críticos. Si se presenta escrito, debe estar precedido por la palabra RESUMEN. Si se expone oralmente, debe redactarse primero un esquema que sirva de pauta. En el lenguaje periodístico, la entradilla de una noticia es el resumen de la misma y se redacta con las pautas anteriores. Ensayo Ensayo, composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del autor sobre un tema y que se centra, por lo general, en un aspecto concreto. Con frecuencia, aunque no siempre, el ensayo es breve y presenta un estilo informal. El género se diferencia así de otras formas de exposición como la tesis, la disertación o el tratado. ORIGEN DEL ENSAYO Si bien algunas obras de escritores latinos como Cicerón, Séneca y Plutarco pueden considerarse prototipos del género, el ensayo es fundamentalmente creación del escritor francés Michel Eyquem de Montaigne. El desarrollo de esta forma literaria es resultado de la preocupación por el ser humano demostrada durante el renacimiento, que estimuló la exploración del yo interior en relación con el mundo exterior. Los Ensayos de Montaigne (como el propio autor quiso llamar a las breves y personales meditaciones en prosa que comenzó a publicar en 1580) surgieron en una época de grandes cambios intelectuales y sociales; un periodo en el que los europeos revisaron sus opiniones y valores sobre temas de muy diversa naturaleza: la muerte y la posibilidad de una vida futura, el viaje y la exploración o las relaciones sociales. Temas que todavía hoy son los principales asuntos del ensayo contemporáneo. ANONIMATO Y SEUDÓNIMOS 38 El declive del individualismo renacentista animó a los ensayistas a escribir bajo seudónimo o permanecer en el anonimato. No obstante, los temas que abordaban seguían estando condicionados por sus puntos de vista personales. El uso del seudónimo a menudo persuadía a los lectores de tener algo en común con el autor. Así por ejemplo, no sólo con el fin de protegerse sino también con la voluntad de establecer una relación con sus lectores, el escritor satírico irlandés Jonathan Swift firmó Las cartas del pañero (1724-1725) con el nombre de Un pañero, y fingió ser un economista en Modesta proposición para impedir que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o para el país (1729). En ambas obras ofrece comentarios sumamente provocadores sobre las condiciones de vida en Irlanda. Otros autores contemporáneos de Swift, como Joseph Addison y Richard Steele se proponían reflejar las observaciones de un ciudadano del mundo sobre cuestiones políticas y sociales. Charles Lamb, uno de los grandes maestros ingleses del género, utilizó el seudónimo de El amable Elia, nombre que tomó prestado de un clérigo. El novelista William Makepeace Thackeray firmó Los papeles de Yellowplush (1837-1838) que pretenden ser las observaciones de un ciudadano corriente sobre cuestiones sociales y literarias con el seudónimo de Michael Angelo Titmarsh. DIVERSOS ESTILOS DE ENSAYO Comoquiera el ensayo se presta a la expresión de un amplio espectro de preocupaciones personales y su estilo no es ni mucho menos fijo. Ni siquiera se inscribe en los límites de la prosa, como ponen de manifiesto los poemas de Alexander Pope, Ensayo sobre la crítica (1711) y Ensayo sobre el hombre (1733). El ensayo es un género flexible que el autor desarrolla y cultiva a su antojo. Puede ser de carácter formal, como los Ensayos o consejos civiles y morales (1527-1625) del filósofo y estadista inglés Francis Bacon; o distendido y coloquial, como Sobre el placer de la caza, del crítico inglés William Hazlitt. También puede ser lírico, como Los bosques de Maine, de Henry Thoreau. En ocasiones puede adoptar la forma epistolar, como se pone de manifiesto en las obras del escritor británico Oliver Goldsmith (Ciudadano del mundo, 1762). Entre los más atrevidos experimentadores del siglo XX destaca el escritor estadounidense Norman Mailer, creador de un estilo que combina la biografía, el documental, la historia, el periodismo y la ficción en obras como Ejércitos de la noche (1968), donde reflexiona sobre las protestas que levantó la Guerra del Vietnam. Otros Conceptos de Ensayo 39 El género que hoy se conoce con el nombre de ensayo es una modalidad literaria realizada enprosa a medio camino entre la producción artística y el tratado científico. El término procede de la obra de Montaigne Essais de Messire Michel, seigneur de Montaigne, publicada en 1580. Con el término “Essais” quería decir que su libro exponía experiencias. Eran, efectivamente, 94 capítulos en que el autor trataba de sí mismo, de sus puntos de vista personales ante temas variadísimos: la amistad, los libros, la naturaleza humana. Este nuevo género fue imitado por el inglés Francis Bacon, cuyos ensayos aparecieron en 1587. No tardó en difundirse por toda Europa. En España, el término ensayo, en esa acepción es muy tardío, pero el género quedó instaurado con las obras de fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). El ensayismo cobra fuerza en el s. XIX con nombres como Larra, Clarín... pero será la Generación del 98 la que dé un nuevo giro al género. Unamuno lleva sus dudas y paradojas; Ortega su agudeza literaria. Hoy el ensayo sirve para analizar aquellos aspectos y problemas que la sociedad tiene y ofrecer una reflexión sobre los mismos. Es un género muy ligado a las circunstancias de un momento histórico, y por tanto, acusa los cambios y alteraciones de cada época. Se trata de un escrito en el que el autor presenta, a ser posible con originalidad, un tema cualquiera, destinado a lectores no especializados. Puede ser muy breve, o constar de varias páginas. Cualquier tema puede ser objeto de un ensayo. El tono adoptado puede ser serio, pero también humorístico y hasta satírico. Sus canales ordinarios de difusión son la prensa y el libro. Se trata de un género híbrido en el que se desarrolla el análisis de datos, hechos e informaciones objetivas tratados de un modo personal desde una perspectiva subjetiva. La combinación de objetivismo y subjetivismo es una de las características más destacadas. El ensayista expone yargumenta de un modo personal. En el ensayo, por cuanto no se dirige a lectores especializados, emplea un lenguaje animado de imágenes y recursos. Quienes lo cultivan suelen prestar una especial atención a la forma. Muchas veces el ensayista sacrifica el rigor científico y la exhaustividad para dar al texto un aire más ameno y dinámico y promover así su difusión. El ensayo se apoya básicamente en dos modos de discurso: la argumentación y la exposición. De todas formas no renuncia a otras formas expresivas como el diálogo, la descripción o la narración. En resumen, el ensayo es un género que... Suele abordar temas humanísticos, filosóficos, sociológicos, históricos y científicos (variedad temática) 40 No tiene una estructura predeterminada (estructura libre) Se expone y se valora un tema (enfoque subjetivo) Breve Rasgos Lingüísticos: 1. Función representativa (exposición de un tema). En el ensayo predomina una triple intención: persuasiva (se busca convencer al lector de un determinado punto de vista) ;expresiva (el punto de vista es subjetivo, fruto de una interpretación personal) y estética (en el desarrollo del tema subyace una voluntad de estilo, de ahí que se le considere un género literario). 2. Tono confidencial (el autor opta por un acercamiento al lector; huye del distanciamiento afectivo característico de los textos científicos y jurídicoadministrativos). 3. Empleo de la lengua culta 4. Destinatario minoritario, heterogéneo, culto (no especializado en la materia) 5. Presencia de figuras literarias (símil, metáfora, ironía...) // Léxico connotativo // 1ª persona gramatical // predominio de estructuras oracionales complejas 41