Historia de Internet y su futuro flexible Leonard Kleinrock Tribuna Repase en este apasionante artículo la historia de Internet de la mano de uno de sus 'padres', el afamado Leonard Kleinrock . El presente artículo vincula la historia de Internet con la historia de las comunicaciones inalámbricas. Se rastrean los primeros pasos en la conmutación de paquetes y posteriormente se repasan los acontecimientos más importantes en la historia del desarrollo de Internet. A continuación, se presenta una visión de hacia dónde se dirige Internet, haciendo énfasis en donde aparecen la participación de los usuarios, las aplicaciones y servicios flexibles y la innovación. Se anticipa la existencia de una red con movilidad absoluta, ubicuidad, personalización, adaptabilidad, videoadicción y sorprendentes aplicaciones, como nunca antes se hubieran imaginado. INTRODUCCIÓN INTERNET HOY EN DÍA Las aplicaciones de las tecnologías de la comunicación que responden a las necesidades de nuestra industria y nuestra sociedad han experimentado cambios significativos desde los albores de las telecomunicaciones, hace ya un siglo. La infraestructura digital de cable e inalámbrica de la que disfrutamos hoy en día y que sirve a una vastísima comunidad de usuarios de todo el mundo, ha sido testigo de la convergencia de las tecnologías digitales y analógicas, así como de la voz, los datos, el vídeo, el texto, la imagen, el fax, los gráficos y los medios de streaming. Internet es la manifestación actual de todos estos adelantos y el vórtice alrededor del cual gira el torbellino de cambios y de mejoras, no sólo en lo que a la infraestructura se refiere, sino también en las aplicaciones, los usuarios, los servicios y las innovaciones tecnológicas. Internet lidera el avance de la sociedad de la información del siglo XXI. Ha conseguido penetrar en nuestras instituciones, y ha cambiado nuestro comportamiento y nuestras actitudes de manera fundamental. En la actualidad, más de mil millones de personas utilizan Internet en todo el planeta. Las generaciones más jóvenes son incapaces de concebir una época en la que no pudieran compartir fotos, chatear con los amigos, ver vídeos o comprar en línea. Es imposible atrasar el reloj hasta el mundo que existía antes de Internet. El secreto del poder de Internet reside en el hecho de que engloba a todo el mundo y les anima a compartir con los demás sus ideas más creativas, sus conocimientos y su trabajo de forma interactiva a través de Internet. La filosofía fundacional de Internet, basada en la apertura y en la comunidad, propició un entorno idóneo para su expansión masiva en sus primeros años. Internet tiene ante sí un futuro flexible, y la forma que adopte dependerá de cómo lo definamos tanto nosotros como las circunstancias. Pero si algo es seguro, es que será una red con movilidad absoluta, ubicuidad, personalización, adaptabilidad, videoadicción y sorprendentes aplicaciones, como nunca antes se hubieran imaginado. Sin embargo, a medida que el mundo avanza hacia una sociedad en la que personas, dispositivos, aplicaciones y servicios están permanentemente conectados, resulta útil echar la vista atrás y repasar los pioneros y las fuerzas motrices que hicieron posible que hoy disfrutemos de estos maravillosos avances. Con demasiada frecuencia olvidamos que muchas de las tecnologías de las que disfrutamos hoy en día fueron concebidas, desarrolladas e implantadas hace ya muchos años por auténticos visionarios. Volvamos al pasado y exploremos la herencia tecnológica que hemos recibido antes de lanzarnos a una visión de hacia dónde nos dirigimos. LO QUE SE DECÍA POR AQUEL ENTONCES ¿Quién dijo lo siguiente y cuándo? "Un hombre de negocios podrá dictar instrucciones en Nueva York y que éstas aparezcan inmediatamente y por escrito en su oficina de Londres, o donde sea. Podrá llamar desde su despacho a cualquier abonado telefónico del mundoUn dispositivo no más grande que un reloj y no demasiado caro permitirá escuchar en cualquier lugar, en alta mar o en tierra firme, música o canciones, el discurso de un político, la ponencia de un científico eminente o la homilía de una misa que se están pronunciando en cualquier otro lugar, independientemente de la distancia que les separe. De igual modo, cualquier imagen, carácter, dibujo o impresión podrá transferirse de un lugar a otro [1]." Al leer esta cita, resulta difícil no pensar que la persona que habla estaba preconizando la llegada de Internet. Hace referencia a una conexión mundial entre un gran número de usuarios, a la comunicación instantánea y a la transmisión de voz, imágenes y datos mediante el uso de un aparato de un tamaño reducido. Resulta sorprendente pensar que esta cita es de hace 100 años (de 1908) y que el que la pronunció fue el célebre Nikola Tesla, uno de los héroes olvidados de la tecnología, cuyas contribuciones a los campos de las comunicaciones y la generación de energía, entre otros muchos, fueron enormes. Su entendimiento y su lucidez eran proféticos. Sin embargo, en aquel tiempo no todo el mundo lo tenía tan claro, como demuestra por ejemplo, una cita del gran Heinrich Hertz, el primero en crear ondas de radio en un laboratorio en condiciones controladas, que afirmó: "No creo que las ondas inalámbricas que he descubierto lleguen a tener ninguna aplicación práctica." Esta cita ha pasado a la historia junto con otras famosas "meteduras de pata" de los padres de la tecnología, como las siguientes: "Este 'teléfono' tiene demasiadas deficiencias como para plantearnos seriamente que se pueda convertir en un medio de comunicación. El aparato no tiene el más mínimo valor para nosotros" (Memorando interno de Western Union, 1876); "Se trata de un invento asombroso, pero ¿quién iba a querer utilizarlo?" (Rutherford B. Hayes, presidente de EE.UU. a Alexander Graham Bell en 1876, al ver el teléfono por primera vez); "s imposible que un aparato más pesado que el aire pueda volar" (Lord Kelvin, presidente de la Royal Society británica, 1895); "Todo lo que se podía inventar ya está inventado" (Charles H. Duell, funcionario de la Oficina Norteamericana de Patentes, 1899); "Creo que existe un mercado mundial quizás para unos cinco ordenadores." (Thomas Watson, presidente de IBM, 1943). "¿Para qué iba a querer alguien tener un ordenador en casa?" (Ken Olson, presidente y director de Digital Equipment Corp., 1977). A principios de los sesenta, yo mismo tenía ese pensamiento de miras estrechas cuando mi desarrollo de conmutación de paquetes fue rechazado por la dirección general de la que entonces era la mayor empresa de redes del mundo, AT&T, alegando que la conmutación de paquetes no funcionaría, e incluso si lo hiciera, no querían tener nada que ver con ello. A Guglielmo Marconi, uno de los pioneros de la radio, le honra el haber hecho la siguiente reflexión al final de su vida: "¿He aportado al mundo algo positivo o he contribuido a hacer el mundo más amenazante?". Se podría decir que Marconi fue uno de los primeros en vislumbrar el lado oscuro de las comunicaciones globales; como sabemos, en el día de hoy estamos amenazados por correo basura, virus, denegaciones de servicio, robos de identidad, fraudes, botnets, pornografía y un largo etcétera. Algunos de estos pioneros asentaron las bases para la revolución inalámbrica en la que nos encontramos hoy y que es una de las fuerzas motrices -si no la principal- del desarrollo de Internet. Si queremos investigar los orígenes y la historia de Internet con seriedad, debemos empezar por presentar una breve historia de las comunicaciones inalámbricas. BREVE HISTORIA DE LAS COMUNICACIONES INALÁMBRICAS Las comunicaciones inalámbricas cuentan con una larga historia. La primera referencia que tenemos son los documentos que investigan la relación entre electricidad y magnetismo (especialmente el célebre experimento realizado en 1820 por Hans Christian Orsted en el que se demostró que un cable conductor de corriente podía desviar la aguja magnetizada de una brújula). No pretendemos entrar con profundidad en este tema, sino que nos limitaremos a repasar someramente el desarrollo de la radio, que supuso el primer paso hacia la radiotransmisión de paquetes y la creación de la red de telefonía móvil actual, que es uno de los componentes importantes de Internet. Un hecho determinante fue la predicción matemática de la existencia de las ondas de radio que realizó James Clerk Maxwell en 1864. En un trabajo asombroso, Maxwell fue capaz de anticipar matemáticamente la radiación de las ondas electromagnéticas (esto es, que los campos electromagnéticos se expanden a la velocidad de la luz en forma de ondas polarizadas). En referencia al trabajo de Maxwell, Einstein exclamó: "La especial teoría de la relatividad debe sus orígenes a las ecuaciones de Maxwell sobre los campos electromagnéticos". Desgraciadamente, Maxwell falleció en 1879, antes de que su predicción pudiera demostrarse experimentalmente. La demostración experimental llegó poco después de la muerte de Maxwell. En 1878, David E. Hughes logró enviar y recibir mensajes en código Morse, dando a las ondas de radio su primera aplicación práctica. Más adelante, en 1888, Heinrich Hertz demostró la existencia de las ondas de radio utilizando un transmisor y un receptor primitivos. No fue hasta 1893 cuando el siempre innovador Nikola Tesla realizó los primeros experimentos de "telegrafía inalámbrica". Un año más tarde, en Rusia, Alexander Popov construyó en Rusia el primer receptor de radio, que se presentó públicamente en 1895, y más adelante desarrolló el primer servicio de radio fuera del laboratorio. En 1894, Oliver Lodge logró transmitir señales de radio en la Universidad de Oxford mediante un aparato conocido como "coherer", que a su vez se basaba en el descubrimiento realizado en 1890 por el físico francés Édouard Branly; no obstante, Tesla había llevado a cabo el mismo expermiento el año anterior y Marconi lo realizaría al año siguiente. También en 1894, Jagadish Chandra Bose realizó una transmisión radiofónica de corto alcance en Calcuta, India, utilizando microondas con una longitud de onda milimétrica. Su investigación sobre las señales inalámbricas remotas fue la primera en la que se empleó una conexión con un semiconductor para detectar las ondas de radio, adelantando así la existencia de los semiconductores de tipo P y de tipo N. En 1895, Guglielmo Marconi logró transmitir señales inalámbricas a una distancia de más de un kilómetro y medio del laboratorio que tenía instalado en su casa en las afueras de Bolonia, Italia. Éste fue el pistoletazo de salida para una serie de experimentos para transmitir ondas de radio a distancias cada vez mayores. En 1896, Tesla consiguió transmitir señales inalámbricas a una distancia de 48 kilómetros; en 1898, Popov estableció una comunicación desde un barco hasta la estación costera que se encontraba a una distancia de más de 9 kilómetros, y en 1899, a más de 48 kilómetros, en 1897 Marconi realizó una serie de experimentos de transmisión por radio a través de una conexión entre la isla de Wight y Bournemouth, Inglaterra, a unos 21 kilómetros, una conexión entre las dos orillas del Canal de la Mancha (utilizando un oscilador de Tesla) en 1899 y, finalmente, en 1901, la transmisión de la primera señal radiofónica trasatlántica, a una distancia de más 3.500 kilómetros. En 1897 Marconi obtuvo una patente británica (presentada en 1896) para el telégrafo inalámbrico, y fundó la primera emisora de radio del mundo, que se convertiría más adelante en la empresa Marconi Wireless Telegraph Company. En 1900 Nikola Tesla obtuvo las patentes estadounidenses (presentadas en 1897) para las técnicas básicas que mejorarían sustancialmente las transmisiones radiofónicas. A Marconi se le denegó la patente estadounidense en 1900, y de nuevo en los tres años siguientes. Sin embargo, en 1904, la Oficina de Patentes estadounidense cambió de opinión y le concedió la patente. Mucho más adelante, en 1943, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocó esta decisión, confirmando la patente de Tesla. En 1900, Reginald Fessenden realizó la primera transmisión de voz a través de la radio. En 1906, Lee de Forest inventó el "audión", que ahora se conoce como la válvula amplificadora de triodo, un componente esencial de los sistemas de radio. En 1909, Marconi obtuvo el premio Nobel de Física por sus contribuciones a la radio. Resulta interesante que los pioneros de la radio se influyeron mutuamente en el descubrimiento de ideas y la adopción de líneas de investigación. Aunque trabajaban y pensaban de forma independiente, sus descubrimientos se sincronizaron desde varios continentes. Gracias a estos progresos, la radio llegó a todos los rincones del planeta. Sin embargo, hasta la era digital, en las últimas décadas del siglo XX, la tecnología inalámbrica no se empezó a desarrollar en importantes direcciones, entre las que se cuentan la telefonía móvil digital, las redes móviles ad hoc la radiotransmisión de paquetes de datos, las redes de acceso inalámbricas, las plataformas inalámbricas portátiles, etc. Todas ellas han contribuido a que Internet exista tal y como la conocemos hoy. A continuación emprenderemos un viaje por la historia de Internet. BREVE HISTORIA DE INTERNET LA LABOR DE ARPA Uno de los acontecimientos precursores de Internet fue un hecho que captó la atención del mundo entero y que causó gran preocupación en Estados Unidos: el lanzamiento del satélite soviético Sputnik, el primer objeto creado por el hombre que orbitaría entorno a nuestro planeta. Sucedió el 4 de octubre de 1957, dentro del Año Geofísico Internacional. El lanzamiento cogió a Estados Unidos por sorpresa y generó un sentimiento de que este país se había quedado rezagado en la carrera científica y tecnológica. Como respuesta, en febrero de 1958 el presidente Eisenhower creó la Advanced Research Projects Agency (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada, ARPA por sus siglas en inglés), que tenía como objetivo que el país comunista no volviera a aventajar a los americanos en la carrera tecnológica. Uno de los departamentos del ARPA era la Information Processing Techniques Office (Oficina para las Tecnologías de Procesamiento de la Información, IPTO por sus siglas en inglés), que financiaba la investigación en el campo de las ciencias de la computación. En sus primeros tiempos, realizó importantes avances en lo que se refiere a tiempo compartido, redes (el origen de Internet), redes de transmisión de paquetes por satélite y por radio, inteligencia artificial, procesamiento de señales digitales, computación de alto rendimiento, hipertexto, y mucho más. J.C.R. Licklider, del Massachussets Institute of Technology (Instituto Tecnológico de Massachussets, MIT por sus siglas en inglés) se convirtió en el primer director de la IPTO en octubre de 1962. Poco antes, había lanzado sus visionarias ideas acerca de una Red Intergaláctica [2] en las que preconizaba un sistema de ordenadores conectados entre sí que unirían a todas las personas en un universo de información. Este concepto le sirvió para ampliar, en 1960, sus ideas acerca de la simbiosis entre el hombre y el ordenador [3], en las que predecía que los hombres y los ordenadores trabajarían juntos, maximizando las fuerzas de cada uno de forma simbiótica. Aunque Licklider es el padre de la idea de la Red Intergaláctica, no propuso ningún plan para implantar este sistema. Licklider abandonó la IPTO en 1963 y regresó al MIT. La dirección de la IPTO pasó entonces a manos de Ivan Sutherland, que también provenía del MIT, y ocupó el cargo desde 1964 hasta 1966. Durante su mandato, Ivan realizó una visita a la Universidad de California Los Angeles (UCLA) y propuso que en el campus se creara una red de tres nodos para conectar tres ordenadores IBM que se encontraban en distintos departamentos. Por desgracia, una red tan cooperativa traía consigo factores políticos que fueron imposibles de superar, por lo que el experimento tuvo que aplazarse. Sin embargo, dentro del ARPA la idea de crear una red de ordenadores continuó desarrollándose y en 1965, Sutherland firmó un contrato con a Larry Roberts, del MIT, para crear una conexión datos de 1.200 bps a través de la red telefónica entre el ordenador TX-2 del Laboratorio Lincoln del MIT y un ordenador Q-32 del System Development Corporation de Santa Mónica, California [4]; la distancia entre uno y otro suponía que había que cruzar el país entero. La conexión funcionó, pero puso de manifiesto la dificultad de realizar conexiones entre ordenadores. Para que éstas funcionaran, se necesitaban redes más sofisticadas y protocolos apropiados. En 1965 y con el apoyo de Licklider, Ivan contrató a Robert Taylor, de la NASA, para que ocupase el cargo de director adjunto de la IPTO; al año siguiente, sucedería a Ivan como director. En el desempeño su cargo, Taylor reconoció también la necesidad de contar con una red, en este caso para que conectara a los distintos ordenadores del ARPA, de forma que pudieran compartir hardware, software y aplicaciones. Este proyecto pronto se convertiría en ARPANET, y, para gestionarlo, en 1966 Taylor contrató Larry Roberts -al que ya hemos mencionado- como investigador jefe de la IPTO, más adelante veremos esto en profundidad. LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN CONVERGENTES Al igual que sucedió con los padres de la radio, en la comunidad de investigadores que creó los pilares de la tecnología de Internet se produjo una sincronía de ideas. Las primeras ideas sobre redes surgieron en puntos muy alejados: en Cambridge, Massachussets, en la costa este de los Estados Unidos, en Santa Mónica, California, en la costa oeste, y en Gran Bretaña, al otro lado del Atlántico. Son las ciudades en las que se encuentran el MIT, la RAND Corporation y el National Physical Laboratory británico (Laboratorio Nacional de Física, NPL por sus siglas en inglés). Nos referiremos a cada línea de investigación por el nombre del centro en el que se desarrollaban. La línea de investigación del MIT: Llegué al MIT en 1957 para cursar un master en Ingeniería Eléctrica. No tenía ninguna intención en realizar un doctorado; no estaba interesado en el mundo académico y tenía poca confianza en que pudiera realizar una investigación verdaderamente avanzada (no sabía que los estudiantes de postgrado realizaban buena parte de los trabajos de investigación más innovadores). Aunque mis planes eran entrar a trabajar en el Laboratorio Lincoln del MIT una vez finalizados mis estudios, mi director de proyecto, el catedrático Frank Reintjes me convenció para que me quedara en el MIT y comenzara los estudios de doctorado. Decidí hacerlo solo si encontraba un tema de investigación cuyo resultado tuviera repercusión, por lo que me puse en contacto uno de los profesores legendarios del MIT: Claude Shannon, padre de la teoría de la información, y le pedí que me aceptara en su grupo de trabajo, a lo cual accedió, afortunadamente para mí. La mayoría de mis compañeros de grupo estaban trabajando en el campo de la teoría de la información, en el que Shannon ya había resuelto la mayoría de los problemas. Sin embargo a mí no me interesaba esta línea, ya que pensaba que los problemas que quedaban sin resolver eran muy complicados y relativamente irrelevantes. Al mismo tiempo, al haber trabajado en el Laboratorio Lincoln y en el MIT, donde me encontraba rodeado de ordenadores, se me ocurrió que tarde o temprano esos ordenadores deberían estar comunicados entre sí. También me di cuenta de que la red telefónica existente era completamente inadecuada para ese tipo de comunicaciones y que había una enorme necesidad de desarrollar una nueva tecnología de redes. Por aquel entonces, mantuve una conversación con el catedrático Ed Arthurs, que había estado trabajando como asesor en un proyecto confidencial del que lo único que podía revelar era que trataba sobre la comunicación entre ordenadores. Enseguida me planteé que solucionar estos problemas era un reto fascinante y que, esperaba, tendría una gran repercusión en los ordenadores y en los avances tecnológicos en general. El desafío intelectual y la magnitud de sus posibles repercusiones me parecían enormemente atractivos, por lo que en 1959 empecé mi doctorado en este campo. En 1962 finalicé mi tesis doctoral [5] en la que desarrollaba una teoría matemática de las redes de paquetes, que es la tecnología en la que se basa Internet hoy en día. Mis resultados resultaron apropiados para hacer realidad la visión de Licklider. En 1964 publiqué mi tesis en forma de libro [6]. Mi investigación se centraba en las cuestiones de la escalabilidad, la evaluación de rendimiento, el diseño de redes de gran tamaño, el control adaptativo distribuido, el encaminamiento jerárquico, los recursos compartidos, el acceso bajo demanda, la paquetización de los mensajes y las ventajas de los sistemas compartidos de gran tamaño. Además establecí los principios básicos del comportamiento de estas redes. En una publicación de abril de 1962 [7], fui el primero en presentar la idea de la fragmentación de mensajes en bloques de tamaño fijo (que posteriormente recibirían el nombre de "paquetes"). La mayor parte de estos primeros trabajos se resumen en una publicación reciente [8]. Uno de mis principales objetivos era desarrollar una metodología de diseño que se pudiera aplicar a redes muy extensas, y la única forma de lograrlo era mediante introducir el concepto de control distribuido, que implica que todos los nodos comparten la responsabilidad del control del enrutamiento de la red, por lo que a ninguno de estos se le adjudicaría una tarea no adecuada; de esta forma, la red es más robusta. Para mí ha sido una satisfacción ver cómo en la actualidad esta metodología de diseño se ha exportado a miles de millones de nodos en Internet. Ni Licklider ni yo conocíamos nuestros respectivos trabajos, aunque habíamos realizado nuestras investigaciones en el MIT, pero, irónicamente, la combinación de nuestros trabajos asentó los pilares para la tecnología y la aplicación de Internet, aunque esto no se realizaría hasta años después. La línea de investigación del RAND: Paul Baran, de RAND Corporation, en Santa Mónica, trabajó de 1960 a 1964 en las comunicaciones militares con el objetivo de utilizar la redundancia y la tecnología digital para desarrollar una red de comunicaciones robusta. Sus primeros esfuerzos, en 1960, se centraron en la aplicación de la redundancia para mantener comunicaciones multilaterales fiables en una red formada por enlaces poco fiables [9]. En septiembre de 1962 publicó un trabajo [10] en el que ampliaba estos resultados e introducía el uso del envío de bloques de tamaño fijo y de los procedimientos de encaminamiento alternativo adaptativo con control distribuido. Este delicado sistema de enrutamiento fue sumamente innovador. En agosto de 1964 produjo un conjunto de once importantes informes [11] en los que desarrollaba muchos detalles de este diseño. Aunque esta línea de investigación era independiente de la que yo había realizado en el MIT, en muchos aspectos, los resultados que uno y otro obtuvimos eran complementarios. La línea del NPL: En 1965, Donald Davies, del NPL británico, empezó a trabajar en redes de paquetes y ese mismo años acuñó el término "paquete". En un documento interno [12] fechado en junio de 1966, Davies describía su diseño para una red de datos y utilizaba mi teoría para calcular el rendimiento de ésta. Davies dio una charla en marzo de 1967 en la que recomendaba el uso de esta tecnología para diseñar una red de conmutación de paquetes (PSDN), y en octubre de 1967 publicó un documento [13] junto a su grupo del NPL en el que los detalles de este diseño se describían por primera vez en una publicación abierta. Esto llevó a la creación de la Data Communications Network (Red de Comunicaciones de Datos) del NPL, una red de nodo único que entró en funcionamiento en 1970. Un artículo de 1969 de Roger Scantlebury aportaba más detalles sobre su diseño [14]. La Data Communications Network comprendía los elementos básicos de lo que actualmente podemos encontrar en las redes de conmutación de paquetes. Por desgracia, el Gobierno británico no creyó oportuno realizar un esfuerzo financiero para financiar la investigación en esta dirección. Éstas fueron las tres líneas de investigación principales: la línea del MIT (Kleinrock), la línea del RAND (Baran) y la línea del NPL (Davies). Cada una de ellas desarrolló por separado elementos distintos de la tecnología de conmutación de paquetes. Hasta donde yo sé, ninguna de las tres líneas estaba al corriente del trabajo de las otras, si bien, tal y como he señalado anteriormente, Davies citó mi libro [6] en su primera publicación [12]. En un segundo plano, ARPA estaba dispuesto a catalizar este trabajo mediante la implantación de una red que evolucionaría hasta convertirse en Internet. Y LAS LÍNEAS CONVERGEN Las líneas del MIT y del ARPA convergieron en 196364, cuando Licklider y yo conocimos nuestros respectivos trabajos. Por aquel entonces, yo había aceptado un puesto como profesor en la UCLA. Sin embargo, aún no había planes de de implantar una red. Las relaciones entre el MIT y el ARPA se estrecharon dos años más tarde (1966) cuando Bob Taylor, del ARPA, reconoció la necesidad de crear dicha red y, tal y como hemos dicho antes, contrató a Larry Roberts del MIT para que dirigiera el proyecto (fue nombrado director de la IPTO en 1969). Roberts conocía bien mi primera investigación en el MIT (fuimos compañeros de clase, como también lo fue Sutherland) y mis resultados le convencieron de que una red de paquetes funcionaría sin que los paquetes se cayeran por desbordamiento de los buffers. Según sus propias palabras [15], "antes de llevar a la práctica un plan que implicaba millones de dólares y arriesgar mi reputación necesitaba saber que iba a funcionar. Sin el trabajo de Kleinrock sobre redes y teoría de colas nunca hubiera dado un paso tan arriesgado". En abril de 1967 Roberts organizó una reunión para decidir el diseño de ARPANET a la que se convocó a los principales investigadores del ARPA y en la que se trataría la creación de ARPANET y se decidirían los principales aspectos de su diseño. Wesley Clark, del laboratorio Lincoln del MIT, propuso la idea de instalar un ordenador independiente enfrente de cada nodo para que sirviera de pasarela a la red y descargara a los ordenadores host conectados de la mayoría de las funciones de conexión de red. A este ordenador independiente se le denominó "procesador de mensajes de interfaz" (IMP por sus siglas en inglés) y era sería (prácticamente) idéntico a los demás IMP de la red. Herb Baskin de la universidad UC Berkeley insistió en que una red que conectara ordenadores (a tiempo compartido) podría mantener un tiempo de respuesta de ida y retorno máximo de medio segundo si tuviera que proporcionar un comportamiento interactivo. Por lo tanto, decidimos establecer un tiempo máximo de respuesta de medio segundo para los mensajes cortos. Estábamos convencidos de que la fiabilidad era crucial, y nos dimos cuenta también que la especificación de fiabilidad del 99,99% de las redes telefónicas no era apropiada para las redes de transmisión de datos. Así que simplemente establecimos que la red no fallara si un conmutador o un enlace se caían, lo cual implicaba lo que hoy en día se conoce como topología de doble conexión. Yo insistí en que si ésta iba a ser una red experimental, debíamos incluir en su diseño las herramientas que permitieran realizar las mediciones en la red, para lo cual los conmutadores debían contar con enganches en la red que permitieran la creación de paquetes rastreables, debían incluirse generadores de tráfico artificial, recogerse las medidas y enviarse, etc. Una vez propuestas estas herramientas, y establecidos los fundamentos teóricos para la creación de estas redes, ARPA decidió que mi laboratorio de la UCLA sería el primer nodo de la red y que se convertiría en el Network Measurement Center (Centro de Mediciones de la Red) [16], que realizaría unas pruebas de carga de la red en funcionamiento. Teniendo como base las decisiones adoptadas en esta reunión mantenida en abril de 1967, Roberts preparó un documento sobre el diseño de ARPANET [17] y lo presentó en el Simposio sobre Principios de los Sistemas Operativos en octubre de 1967. Scantlebury también se encontraba allí presentando el documento del NPL [13], escrito por Davies et al. Fue en este encuentro con Scantlebury cuando Roberts tuvo por primera vez constancia [18] de las ideas sobre conmutación de paquetes de Davies y del trabajo de Baran. En junio de 1968, Roberts escribió un plan para ARPA [19] en el que proponía que éste construyera una red que permitiera a los investigadores iniciar sesiones en los ordenadores de los demás compañeros a través de la red y acceder a muchos de los recursos de cada ordenador. Taylor tardó menos de tres semanas en aprobar este plan. Casi de inmediato, Roberts comenzó a trabajar en el borrador de una solicitud de ofertas [20] para la construcción de la red y la envió a 140 contratistas potenciales a mediados de 1968. El contrato fue otorgado en enero de 1969 a una empresa de Cambridge (Massachussets): Bolt, Beranek and Newman (BBN). El jefe de proyecto del equipo de BBN era Frank Heart, que reunió un equipo conformado por Dave Walden, Bernie Cosell, Severo Ornstein, Ben Barker, Will Crowther y Bob Kahn para que modificaran y programaran el miniordenador Honeywell DDP-516 que funcionaria como IMP. El equipo de BBN presentó un diseño muy elegante que cumplía con las especificaciones recogidas en la solicitud de ofertas de ARPA. Este diseño se describía en el Informe 1822 para la interconexión de un host y un IMP redactado por Bob Kahn, encargado del diseño del sistema en BBN. Teniendo en cuenta que la UCLA sería el primer nodo de ARPANET, BBN recibió el encargo de instalar allí el primer IMP el 1 de septiembre de 1969, sólo ocho meses después de la concesión del contrato a BBN. En UCLA, reuní un equipo de investigación formado por estudiantes de postgrado de informática (Jack Zeigler, Gerry Cole, Carl Hsu, Al Dobieski, Gary Fultz y Mario Gerla) para que realizaran los estudios analíticos, el diseño y las mediciones para la futura red; un equipo de software (dirigido por Steve Crocker y formado por Jon Postel, Vint Cerf, Charlie Kline y Bill Naylor) encargado del diseño y la implantación de protocolos de red avanzados; y un ingeniero de hardware, Mike Wingfield, cuya labor era implantar la interfaz Host-IMP. El equipo contaba también con muchos otros miembros. Nuestro trabajo consistiría, principalmente, en preparar las conexiones en tanto que primer nodo de ARPANET. Se formaron otros grupos similares en la comunidad de investigadores. Cabe destacar que la cultura de la comunidad ARPANET por aquel entonces se basaba en la investigación abierta, en las ideas y el trabajo compartido, sin prepotencia alguna por parte de los superiores y con una enorme confianza en los miembros del grupo. Esta cultura provino, en gran medida, de la inteligente dirección del ARPA (Roberts y Taylor), que permitían un amplio margen de libertad y flexibilidad en nuestros esfuerzos investigadores. Sus exigencias en materia de informes de seguimiento, reuniones, visitas a las instalaciones, supervisión, etc. fueron mínimas. Como investigadores principales, delegábamos el desarrollo posterior y la puesta en marcha de los protocolos y el software en un grupo de investigadores y estudiantes de postgrado de todo el país que se organizaban en un equipo de cooperación sumamente efectivo en lo que a la obtención de resultados se refiere. Estábamos completamente convencidos de que el control de la red debía residir en sus usuarios y no en las operadoras, los proveedores o en el ámbito empresarial en general. Como investigadores y creadores nos movía un fuerte sentido de comunidad, donde las ideas y sus resultados se compartían libremente entre todos. La satisfacción para nosotros no provenía de la propiedad exclusiva, sino más bien de poder compartir nuestros trabajos creativos con los demás. El 3 de julio de 1969, dos meses antes de que Internet viera la luz, UCLA emitió un comunicado de prensa [21] en el que se anunciaba la inmediata puesta en funcionamiento de ARPANET. En ese anuncio yo fui el encargado de describir el aspecto que tendría la red y cuáles serían típicamente sus aplicaciones. En el último párrafo afirmé: "En la actualidad, las redes de ordenadores están todavía en pañales, pero según vayan creciendo serán más sofisticadas y probablemente asistamos a la difusión de los 'servicios informáticos', que, al igual que en la actualidad ocurre con la electricidad y el teléfono, estarán presentes en los hogares y oficinas del país". Me sorprende gratamente comprobar cómo mi comentario sobre las utilidades informáticas se anticipó a la aparición de los servicios IP basados en la web, cómo la referencia a la electricidad y el teléfono se adelantó a la capacidad de conectarse en cualquier lugar a una red siempre disponible e "invisible" y cómo la observación sobre los hogares y las oficinas anticipó el acceso ubicuo. Lo que no fui capaz de prever es que mi madre, ya fallecida, se conectaría a Internet a sus 99 años; o sea, no supe anticiparme al fuerte aspecto social que implica Internet y a su repercusión sobre todos los aspectos de nuestra sociedad. Pero estudiaremos esta cuestión más adelante; por el momento continuaremos siguiendo el curso de historia 1969 fue un año muy especial en él ocurrieron una serie de acontecimientos de gran importancia: Estados Unidos envió un hombre a la Luna, en una granja del Estado de Nueva York se celebró el festival de Woodstock, los New York Mets ganaron la Serie Mundial de béisbol, Charles Manson celebró su sangrienta bacanal en Los Ángeles y nació Internet. Todos estos acontecimientos recibieron una amplia publicidad en todo el mundo, excepto la creación de Internet, que llegó sin avisar: no hubo grabadoras, ni cámaras ni cobertura mediática. Sin embargo, la repercusión de este acontecimiento se deja sentir ya en todos los aspectos de nuestras vidas. El 2 de septiembre de 1969 se logró un gran hito: la conexión del IMP recientemente instalado en UCLA al host de esta universidad, un SDS Sigma-7. De esta forma se establecía el primer nodo de la incipiente red. Aquel día, el bebé que era Internet vio la luz por primera vez. En octubre, BBN instaló un segundo IMP en el Stanford Research Institute (Instituto de Investigación de Stanford, SRI por sus siglas en inglés) en Menlo Park, California, después de lo cual se conectó el primer enlace de alta velocidad y unió esos dos IMP a una velocidad de 50 kbps (lo cual por aquel entonces se trataba de una velocidad asombrosa). Un poco más adelante, en el mes de octubre, el SRI conectó su host DEC 940 a su IMP. El próximo acontecimiento fue el envío del primer mensaje de host a host por Internet desde UCLA, que hizo que el bebé Internet balbuceara sus primeras palabras. Esto sucedió a las diez y media de la noche del 29 de octubre de 1969, cuando uno de mis programadores, Charlie Kline, y yo procedimos a conectarnos al host del SRI desde el host de UCLA. El procedimiento consistía en escribir "log" con el sistema en la configuración del SRI con el fin de que éste fuera capaz de completar el resto del comando, esto es, añadir "in" para formar la palabra inglesa "login" (iniciar sesión). Charlie y Bill Duvall, el programador del SRI, estaban conectados telefónicamente a fin de comunicarse verbalmente según se transmitía el mensaje. En UCLA escribimos la "l" y le preguntamos al SRI si la habían recibido; "Tenemos la 'l'", respondieron. A continuación escribimos la "o" y les preguntamos si la habían recibido. "Tenemos la 'o'". Entonces UCLA escribió la "g" y preguntó si la habían recibido, ¡pero el sistema se cayó! Mal empezábamos. Pero el segundo intento funcionó. Así que el primer mensaje enviado por Internet se cayó, pero para ser precisos se trató de una palabra profética "lo", como en la expresión inglesa "lo and behold!" (expresión arcaica equivalente a "¡alabado sea Dios!"). EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE INTERNET En esta sección repasaremos los acontecimientos más importantes en el desarrollo de Internet, con el año en el que sucedieron y sus protagonistas, si procede. 1969: Se despliegan los cuatro primeros nodos de ARPANET en el siguiente orden: UCLA, SRI, Universidad de California en Santa Barbara y Universidad de Utah. 1969: Howard Frank colabora en el diseño de la topología de red de ARPA. 1969: Steve Crocker crea la serie Request For Comments ("Solicitud de comentarios" o RFC por sus siglas en inglés) y publica su primer RFC [22], titulado Host Protocol. 1970: ARPANET atraviesa Estados Unidos, con conexión de UCLA (California) a BBN Technologies (Massachussets). 1970: The Network Working Group (NWG) lanza el primer protocolo de host a host (host-to-host), llamado Network Control Program (NCP) [23]. Éste fue el primer protocolo de la capa de transporte de ARPANET, que más adelante fue sustituido por el Protocolo de Control de Transmisión (TCP). 1970: En el marco de una importante conferencia, se dan a conocer una serie de documentos acerca de la tecnología de ARPANET [24]. 1970: Norm Abramson desarrolla en Hawái Alohanet, una red de radiotransmisión de paquetes con una velocidad de 9.600 bps basada en la técnica ALOHA de acceso múltiple aleatorio. 1971: BBN Technologies crea el procesador de la interfaz de terminal para permitir a un terminal conectarse a ARPANET sin necesidad de conectarse a través de un host. 1972: Ray Tomlinson, de BBN Technologies, lanza el correo electrónico e introduce el símbolo @. 1972: Primera demostración pública de ARPANET en la Conferencia Internacional de Comunicaciones por Ordenador (ICCC por sus siglas en inglés), celebrada en Washington, D.C. y organizada por Bob Kahn. 1972: Alohanet de Norm Abramson se conecta a ARPANET. De esta conexión nació la Packet Radio Net (PRNET) y se convertiría en la primera red adicional conectada a ARPANET. 1973: Packet Satellite Net (SATNET) se conecta a ARPANET, a través de un canal compartido Intelsat IV 64 kbps. Se trata de la primera conexión internacional: conectó inicialmente, a Estados Unidos con el Reino Unido. En este punto ya existían tres redes interconectadas. 1973: Se publica un análisis detallado del rendimiento del Aloha ranurado [25], en el que se demuestra que es básicamente un sistema inestable sin un control dinámico adecuado. 1973: Motivados tras la conexión de las tres redes, Bob Kahn y Vint Cerf diseñan el Transmission Control Protocol (TCP) y publican la idea formalmente en 1974 [26]. Esta arquitectura permitió la interconexión de redes de paquetes de distintos tipos y la comunicación entre máquinas a través redes interconectadas. 1973: En un memorando divulgado en el Xerox Research Center de Palo Alto, Bob Metcalfe plantea las bases tecnológicas de lo que será Ethernet. 1975: Publico un memorando acerca del rango de transmisión óptimo para la radiotransmisión de paquetes [27]. 1975: La gestión de ARPANET se transfiere a la Defense Communications Agency (DCA). 1976: Se desarrollan los protocolos X.25 para redes públicas de conmutación de paquetes. 1977: En una demostración internacional, TCP se utiliza para conectar tres redes (ARPANET, PRNET y SATNET) en tres continentes distintos. 1978: TCP se convierte en TCP/IP gracias al esfuerzo de Danny Cohen, David Reed y John Schoch para generar un sistema que soportara tráfico en tiempo real y permitir la creación del User Datagram Protocol (UDP) sobre IP. 1979: Se crea Usenet, precursora de los tablones de anuncios y foros de Internet actuales. 1979: En una reunión convocada por Larry Landweber se concibe la creación de CSNET. La National Science Foundation (NSF) lo funda a principios de 1981. Este centro permitió conectar a muchos más investigadores informáticos a la creciente Internet. 1980: Ethernet se comercializa a través de 3-Com y otros distribuidores. 1981: IBM presenta su primer ordenador personal (PC). 1983: TCP/IP se convierte en el estándar oficial de ARPANET. 1983: La DCA separa MILNET de ARPANET. 1984: Paul Mockapetris diseña el sistema de nombres de dominio (DNS por sus siglas en inglés). 1986: NSFNET (National Science Foundation's Network) salta a la red con una velocidad de 56 kbps. En 1988 pasa a 1,5 Mbps y en 1991 a 45 Mbps. 1988: La Computer Science and Telecommunications Board de NRC elabora su primer informe [28], en el que propone la creación de una red de investigación nacional ( National Research Network). El entonces senador Al Gore quedó muy impresionado por esta iniciativa. 1988: Robert Morris suelta el primer gusano de Internet. La red empieza a mostrar su lado oscuro. 1989: UCLA celebra el 20º aniversario de Internet 1989: Tim Berners-Lee propone un proyecto global de hipertexto, que pasará a conocerse con el nombre de World Wide Web (WWW). 1989: NSFNET sustituye a la red troncal de ARPANET. 1991: El Congreso de Estados Unidos promulga la High Performance Computing and Communication Act (Ley de Computación y Comunicaciones de Alto Rendimiento), gracias a la defensa de Al Gore. 1991: Tim Berners-Lee lanza el primer sitio web accesible a través de Internet. 1991: El NSF modifica su política de usos aceptables para permitir el tráfico comercial en Internet. 1992: Se funda la Internet Society. 1992: El número de hosts de Internet supera el millón. 1993: Marc Andreessen y Eric Bina, del National Center for Supercomputer Applications (NCSA), de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, lanzan el navegador Mosaic. 1994: Lawrence Canter y Martha Siegel lanzan el primer envío masivo deliberado de spam [29] por Internet (el primer mensaje de spam [30] se había mandado mucho antes, en 1978) pero no desencadenó la avalancha de spam a la que estamos sometidos en la actualidad. 1994: Se lanza el navegador Netscape. 1994: BBN Technologies celebra el 25º aniversario de Internet. 1995: Netscape comienza a cotizar en Bolsa y el auge de las "punto com" arranca con la convicción de que está naciendo una "nueva economía". 1995: Bill Gates publica el memorando interno para Microsoft "The Internet Tidal Wave" ("La oleada de Internet") [31]. 1996: La Telecom Act (Ley de las Telecomunicaciones) de 1996 liberaliza las redes de datos. 1996: Los envíos de correo electrónico en Estados Unidos superan a los de correo postal. 1997: Se crea el consorcio Internet2. 1997: IEEE lanza el estándar 802.11 (WiFi). 1997: Barry Leiner et al. publican el artículo "A Brief History of the Internet" ("Breve historia de Internet") [32]. 1998: Comienzan a aparecer los primeros blogs. 1998: Empiezan a desplegarse los primeros equipos de voz sobre IP (VoIP). 1999: UCLA celebra el 30º aniversario de Internet. 1999: Presentación de Napster. 2000: La burbuja de las "punto com" muestra signos de explotar. 2001: Napster es obligado a suspender sus servicios. 2001: El inglés deja de ser el idioma de la mayoría de usuarios de Internet. Desciende hasta una cuota del 45%. 2001: Internet tiene quinientos millones de usuarios. 2002: En Estados Unidos, las conexiones de banda ancha superan a las de módem. 2003: Se popularizan las flashmobs (concentraciones de personas en un lugar público convocadas a través de Internet). 2004: UCLA celebra el 35º aniversario de Internet. 2004: Los ingresos provenientes de la telefonía móvil en Estados Unidos ascienden a 50.000 millones de dólares, igualando a los ingresos provenientes de la telefónica fija también en Estados Unidos. 2004: Estados Unidos lidera el mundo en promedio de minutos de duración de las llamadas a través del teléfono móvil. 2004: Las ventas de teléfonos con cámara incorporada superan las ventas combinadas de cámaras fotográficas digitales y tradicionales. 2005: Se venden 812 millones de teléfonos móviles y 219 millones de ordenadores portátiles. . 2005: Google es la niña mimada de Internet. 2005: Crecen las redes P2P (peer-to-peer); el fallo del Tribunal Supremo estadounidense respalda la postura de la Recording Industry Association of America (Asociación Estadounidense de la Industria Discográfica o RIAA por sus siglas en inglés). 2005: Grokster cierra. 2005: Desaparece AT&T, que llegó a ser la mayor compañía del mundo. 2005: AT&T reaparece cuando SBC la adquiere y adopta su nombre. 2005: Google lanza Google Maps y Google Earth. 2005: Las tecnologías Web 2.0 se van generalizando. 2005: MySpace registra más páginas vistas que Google. 2006: Google compra YouTube. 2007: AT&T vuelve a convertirse en la mayor operadora estadounidense. 2007: Comienza el auge de anuncios de TV, aplicaciones y contenidos móviles 2007: Apple presenta su iPhone. 2007: Microsoft compra acciones en Facebook, valorando a la empresa en 15.000 millones de dólares estadounidenses. 2007: Google despliega Android, su plataforma abierta de telefonía móvil. Es evidente que Internet es una fuerza vital que ha crecido considerablemente desde sus inicios. A partir de las cifras que podemos encontrar en materiales publicados [33], hemos elaborado el gráfico de la Fig. 1, que muestra el año en que el número de servidores (hosts) de Internet superó por primera vez 10k, donde k oscila entre 0 y 9. La lista de acontecimientos que hemos presentado pone de relieve los avances que han hecho falta para llegar a donde estamos hoy. Las personas que han contribuido a su desarrollo han sido, en primer lugar, los pioneros, seguidos por los implementadores, después los que le dotaron de valor añadido, más tarde los encargados de los lanzamientos y, por último, ¡no olvidemos a los multimillonarios! UNA VISIÓN DEL FUTURO FLEXIBLE A medida que nos adentramos en el siglo XXI, vale la pena recordar las predicciones recogidas por Licklider y por el comunicado de prensa de UCLA en 1969. Ninguna de dichas visiones se ha cumplido totalmente aún, pero estamos en el buen camino. Licklider predijo un futuro en el que estaríamos todos conectados a un mundo de información que mejoraría la simbiosis entre hombre y ordenador; es justo decir que lo primero ya ha sucedido y que lo segundo está empezando a suceder. En mi propia predicción del comunicado de prensa de UCLA pueden distinguirse cinco elementos: que la tecnología de Internet estará en todas partes, siempre accesible, siempre conectada, que todo el mundo podrá conectarse desde cualquier lugar con cualquier dispositivo y en cualquier momento, y que será invisible. Internet casi hace pleno. Los tres primeros elementos los cumple al dedillo. Sin embargo, Internet, tal y como lo conocemos en la actualidad, no ha logrado aún los dos últimos elementos de aquella predicción, que son fundamentales no sólo para permitir que se creen otros tipos de servicios y aplicaciones de red completamente nuevos, sino también para conseguir la facilidad de uso y la disponibilidad asociadas a las aplicaciones de consumo auténticamente multimedia. La clave del futuro de Internet es que la evolución no se está produciendo fundamentalmente en su estructura central, sino en los márgenes. Es en los márgenes donde están surgiendo la participación de los usuarios, las aplicaciones y los servicios flexibles y la innovación. Uno de los motores más potentes del desarrollo en ese ámbito es el rápido crecimiento e implantación de las capacidades inalámbricas. A mi modo de ver en los próximos años, Internet atravesará cinco fases, algunas de ellas ya en camino de hacerse realidad, y todas ellas impulsadas por la implantación de la tecnología inalámbrica. Estas cinco fases son las que se describen a continuación. COMPUTACIÓN NÓMADA Hoy en día los usuarios viajan de lugar en lugar y a menudo se encuentran con variaciones importantes en la plataforma informática a la que tienen acceso, en la calidad de las impresoras y pantallas disponibles, en el dispositivo de comunicación empleado, así como en el ancho de banda disponible (incluido el caso, ahora común, de una desconexión total). La computación nómada tiene como objetivo crear un sistema que sea capaz de ofrecer al usuario un servicio de Internet libre de dificultades en cualquier dispositivo, lugar y momento. Cuando un usuario llega a un destino en el "extranjero", todo le resulta extraño. Nuestra tecnología nómada debe permitir a los usuarios acceder amigablemente a la red en este nuevo entorno. El objetivo de la computación nómada es precisamente permitir a los usuarios y programas ser lo más eficientes posible, así como que se vean lo menos afectados posible por ese entorno de conectividad incierta y ubicaciones desconocidas. La "nomadicidad" consiste en dar la impresión de conectividad aunque el usuario esté desconectado, y facilitar de forma transparente el acceso a servicios de Internet en sus desplazamientos. Con este fin, se deben mejorar las infraestructuras, pero también es preciso que las aplicaciones sean accesibles de forma remota. Si bien es cierto que muchos de los factores que permiten la nomadicidad son independientes de la disponibilidad de elementos inalámbricos, uno de los componentes clave es la disponibilidad de un acceso inalámbrico que permite tanto una conexión sin ataduras como el acceso en un entorno móvil. ESPACIOS Y REDES INTELIGENTES Un espacio inteligente se refiere a pequeños dispositivos inteligentes embebidos en el mundo físico y conectados a Internet. En la actualidad, los usuarios ven el ciberespacio como si estuviera atrapado tras las pantallas de sus terminales. Pero la mayoría de los usuarios desconoce lo que sucede tras esa pantalla; es como si estuviera en otro mundo. Se acerca el momento en que Internet descienda al mundo real. La mayoría de los objetos de nuestro entorno físico estarán habilitados para conectarse a Internet a través de tecnología embebida. Estos dispositivos embebidos interactuarán entre sí creando un espacio inteligente, dotando, a su vez, de inteligencia al entorno. Así, nuestro entorno inmediato adquirirá vida con esta tecnología embebida. Estará presente en paredes, suelos, en nuestras mesas, lámparas, ropa, gafas, neveras, coches, en las habitaciones de hotel, en nuestros relojes de pulsera, nuestros cinturones, uñas, y otras partes de nuestros cuerpos. Del mismo modo, tendremos una "red corporal" que conecte todos los dispositivos que portemos y se comunicará con las redes corporales de otros, así como con el resto del espacio inteligente en el que estaremos inmersos. Esta tecnología embebida estará compuesta por sensores, accionadores, lógica, memorias, procesadores, comunicadores, cámaras, micrófonos, altavoces, pantallas, etiquetas RFID (etiquetas de identificación por radiofrecuencia), entre otras cosas. Cuando entre en una habitación dotada de esta tecnología embebida (una habitación inteligente), la habitación sabrá que acabo de entrar. Podré conversar con la habitación en un lenguaje natural para pedirle información acerca de un tema determinado, y es posible que cuatro libros me respondan mostrando su índice de contenidos (y posiblemente uno de ellos me informará de que se encuentra en el despacho de mi colega, al otro lado del pasillo). La Web me presentará enlaces e información en un lenguaje natural, en vídeos, en imágenes, a través de pantallas incorporadas en gafas, con hologramas y con otras tecnologías de interfaces intuitivas orientadas a las personas. Es evidente que el desarrollo de las comunicaciones inalámbricas es clave para muchos de los avances que acabo de describir. A medida que vayamos mejorando el ancho de banda y el alcance de nuestra infraestructura inalámbrica, podremos ir disfrutando de espacios cada vez más inteligentes. Uno de los campos de investigación más emocionantes es el del uso de enlaces inalámbricos de bajo consumo, corto-alcance y un ancho de banda muy grande que permitan una reutilización espacial del espectro más eficaz y eficiente. COMPUTACIÓN UBICUA La computación ubicua se refiere a la posibilidad acceder a servicios de Internet desde cualquier lugar. La primera tecnología que permitió disfrutar de acceso ubicuo a redes de datos, a pesar de ser una solución de baja velocidad, fue el módem de acceso telefónico. Después llegaron soluciones de mayor velocidad de acceso en forma de DSL a través de lo pares de cobre, los cable módems, accesos vía satélite, distintas tecnologías celulares (3G y sus variantes), WiFi, WiMax y la fibra. Gracias a estas tecnologías, la computación ha ido más allá de sus límites. Hemos sido testigos de la proliferación de WiFi por todo el mundo, de un acceso móvil realmente ubicuo, de la aparición del ultra-wideband en varias carteras de productos, de la aparición de la radio cognitiva en nuestros estándares, de un mayor uso del RFID en la gestión de inventarios (entre otros ámbitos) y del avance de los protocolos IEEE Zigbee en las redes de sensores ubicuas de bajo coste, entre muchas más innovaciones. CONVERGENCIA En la actualidad, somos testigos de un avance espectacular de las plataformas portátiles convergentes que reúnen contenido, funciones y servicios. Una persona que lleve un reloj digital, un mensáfono bidireccional con e-mail, un teléfono móvil, un reproductor de MP3, una PDA, una cámara, un GPS y un ordenador portátil llevará: ¡ocho pantallas, seis teclados, cinco altavoces, tres micrófonos, ocho relojes, ocho baterías, siete cargadores y cuatro dispositivos de comunicación! Esto es absurdo. Sería mucho mejor integrar todas las funciones en un único dispositivo, y de hecho hemos visto progresos importantes en este sentido. Así, el smart phone (teléfono inteligente) convergente de hoy en día ya contiene las siguientes funciones: teléfono móvil, mensajería, calendario, correo electrónico, acceso a Internet, cámara, reproductor de música, juegos, Bluetooth, Wi-Fi y auriculares inalámbricos. Las mejoras a corto y largo plazo incluirán, sin duda, una pantalla táctil, de gran tamaño y de alta resolución, un procesador potente, mucho espacio de almacenamiento, una batería con una duración considerable, un sistema intuitivo de introducción de datos, videoteléfono, reproductor de películas, televisión móvil, mapas por GPS, brújula, acelerómetro y una radio definida por software; todo esto en un dispositivo de bolsillo. Es previsible que los teléfonos móviles vayan evolucionando hasta convertirse en dispositivos de comunicación multifunción. Pero todo esto tendrá un precio. Los teclados son cada vez más pequeños, pero mis dedos no. Las pantallas son cada vez más reducidas, y yo cada vez tengo la vista más cansada. Habrá que prestar más atención a la interfaz de usuario. El dispositivo portátil emergente podrá utilizarse con distintos enfoques, según el usuario en cuestión. Desde el punto de vista tradicional, es un teléfono; desde el punto de vista de Hollywood, una TV minúscula; desde el punto de vista de Silicon Valley, un PDA; para la industria de los videojuegos, es una Gameboy. Pero lo cierto es que es un medio completamente nuevo. Para los usuarios, será la cuarta pantalla, después de la pantalla de cine, la de televisión y la del PC. Alrededor de estos dispositivos convergentes ha surgido toda una variedad de nuevos servicios, como los tonos de llamada en espera, el streaming de música, las descargas de canciones completas, las descargas de video clips, las descargas de videos completos, los juegos de azar, las apuestas y los deportes, cada uno de los cuales supone una industria de miles de millones de dólares. Ha surgido un segmento completo de aplicaciones y servicios en el ámbito de los servicios basados en la localización. Están los servicios de localización ya existentes: mapeo básico, búsqueda de direcciones y listados del tipo páginas amarillas. Pero hay otros servicios nuevos basados en la localización que incluyen servicios de mashup que permiten a los usuarios crear, etiquetar y anotar sus propios mapas. Existe la noción de un servicio pasivo basado en la localización que va enviando al usuario, mientras navega por un espacio físico, sugerencias como "éste es un restaurante de calidad" o "éste es el Ayuntamiento de la ciudad". Existen servicios basados en la localización más activos, en los que se entrega información temporal; por ejemplo, dejar una nota para nuestra pareja que le diga "compra leche aquí" o que avise de que ciertos "familiares o amigos están por la zona" o "está en cartel este interesante concierto en este auditorio"; también podría recibir un anuncio de una tienda que ofrezca un descuento en ese momento. Es probable que los teléfonos con cámara puedan leer códigos de barras o cupones directamente. Pero no todo puede o deber converger en un único dispositivo. Ya estamos siendo testigos de ciertos signos de divergencia en una serie de dispositivos y ámbitos. Por ejemplo, no queremos el auricular Bluetooth en el dispositivo, sino situado cerca del oído. El marcapasos debemos llevarlo instalado en el propio cuerpo, no en el teléfono móvil. Además, hay que contar con los locos por la tecnología que prefieren llevar todo integrado en el cinturón. Están empezando a aparecer en los supermercados carros de la compra inteligentes que llevan integrada su pantalla inteligente. Se están diseñando y construyendo habitaciones inteligentes con que integran funciones avanzadas distribuidas a lo largo de la habitación y en nuestra oficina o en nuestro hogar. En nuestros automóviles y otros vehículos se están implantando dispositivos inteligentes que ofrecen de servicios avanzados e integrados; pero claro, uno no espera que todos esos servicios estén integrados en un dispositivo de bolsillo. AGENTES INTELIGENTES A medida que la tecnología de agentes inteligentes vaya madurando, se irán implantando en toda la red. Estos agentes inteligentes son módulos autónomos de software con la función de extraer datos, trabajar sobre ellos, observar tendencias, realizar tareas de forma dinámica y adaptarse al entorno. Con este fin se están desarrollando -e incluso implantando- una serie de tecnologías que incluyen estas funciones. De hecho, hemos visto ejemplos en la industria financiera, en los motores de búsqueda, en los botnets y en las redes P2P, entre otros. A medida que tengan más capacidad, es probable que estos agentes generen un tráfico considerable y ofrezcan más funciones para admitir toda una serie de aplicaciones. CONCLUSIÓN El auge de las redes ad hoc, de las redes de sensores, la computación nómada, las tecnologías embebidas, los espacios inteligentes, el acceso ubicuo, la convergencia de contenidos, funciones y servicios, y la implantación de agentes inteligentes permitirá al ciberespacio adentrarse en nuestro mundo físico, dotarnos de acceso en cualquier lugar y revelar nuevas perspectivas y oportunidades. La desaparición de estas tecnologías en la infraestructura (como le ha sucedido a la electricidad) apunta a que estas tecnologías se integrarán en sistemas globales que cubran nuestras necesidades de información y de toma de decisiones de forma adaptable y dinámica. Salvo en lo antes expuesto acerca de los servicios y aplicaciones convergentes, mucho de lo que aquí se ha descrito es infraestructura, y la infraestructura es mucho más fácil de predecir que las aplicaciones y los servicios. De hecho, si hacemos una retrospectiva de la historia de Internet, veremos que han sido las aplicaciones y los servicios los que nos han sorprendido, surgiendo de la nada de forma completamente imprevisible. Algunos ejemplos son el correo electrónico, la World Wide Web, las redes P2P para el intercambio de archivos, las redes sociales, los blogs o la generación e intercambio de fotos y vídeos, entre un largo etcétera. Podemos predecir sin riesgo a equivocarnos que seguiremos sorprendiéndonos con la súbita aparición y explosión de aplicaciones y servicios insospechados hasta ahora. De hecho, en mi mente, hemos alcanzado un punto de no retorno en el siguiente sentido. Hasta hace poco, nuestra infraestructura de redes era el motor de creación de nuevas aplicaciones y servicios. A medida que la capacidad de nuestra tecnología aumentaba, las aplicaciones le iban a la zaga. Aumentó el ancho de banda, se crearon plataformas y medios de almacenamiento más pequeños y más baratos, pantallas mejores, acceso inalámbrico en todas partes, etc., y las aplicaciones empezaron a explotar toda esa oferta. Pero a su vez las aplicaciones estaban constreñidas por los límites de nuestra tecnología, y sólo mejoraban al hacerlo ésta; es decir, la tecnología marcaba el ritmo de las aplicaciones. En cambio, ahora hemos llegado a un punto de no retorno en el que las aplicaciones están tomando la delantera. Son las aplicaciones (y los servicios) los que están empujando y guiando a la tecnología, que está intentando ponerse al nivel de las exigencias, cada vez mayores, de dichas aplicaciones. Se ha producido una inversión total de papeles. Es muy probable que se trate del nuevo motor del futuro y que ofrezca un nivel considerable de flexibilidad e imprevisibilidad. Recientemente, David Reet, del MIT, observó otra tendencia. Señaló que en el pasado la red era el centro y el usuario debía pensar en formas de conectarse y encajar en la tecnología, aplicaciones y servicios de una red global. Reed señala que ese modo de pensar ha cambiado: que ahora el usuario piensa en un entorno en el que él está en el centro. Los usuarios son el núcleo de sus redes personales dinámicas y son ellos los que se expanden para incluir exclusivamente a aquellas redes de aplicaciones, servicios y grupos de afinidad con los que interactúan. En mi visión del futuro flexible de Internet, veo a los usuarios accediendo a la red no sólo desde el ordenador de su trabajo, sino también en cualquier momento y desde cualquier lugar, tengan el dispositivo que tengan, sin ataduras, de forma segura, y con un ancho de banda suficiente. Habrá pequeños dispositivos integrados ubicuamente en el mundo físico, que ofrecerán las funcionalidades de accionadores, sensores, lógica, memorias, procesamiento, comunicadores, cámaras, micrófonos, altavoces, pantallas, etiquetas RFID, etc. Habrá agentes inteligentes implantados por toda la red, cuya función será la de extraer datos, trabajar sobre ellos, observar tendencias, realizar tareas de forma dinámica y adaptarse al entorno. Habrá un aumento considerable en el tráfico de red generado, no tanto por la acción de los usuarios, sino por los dispositivos integrados y los agentes inteligentes. Habrá grandes colecciones de sistemas auto-organizados que controlarán redes inmensas y rápidas. Cantidades ingentes de información se transmitirán por las redes de forma instantánea y al tiempo serán objeto de un procesamiento exhaustivo para alimentar los sistemas de control y de soporte a la toma de decisiones que nuestra sociedad haya establecido. Veo todo esto y mucho más mientras nos adentramos con paso firme en el siglo XXI. Así, preveo que Internet será básicamente una infraestructura invisible que hará las veces de sistema nervioso global de las personas y los procesos de este planeta. Leonard Kleinrock. Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). REFERENCIAS [1] W. W. Massie y C. R. Underhill, "The Future of the Wireless Art", Wireless Telegraphy and Telephony, 1908, pp. 6771. [2] J. C. R. Licklider y W. Clark, "On-Line Man-Computer Communication", Spring Joint Comp. Conf., National Press, Palo Alto, CA, Mayo de 1962, vol. 21, pp. 11328. [3] J. C. R. Licklider, "Man-Computer Symbiosis", IRE Trans. Human Factors in Elect., vol. HFE-1, Marzo de 1960, pp. 411. [4] T. Marill y L. Roberts, "Toward a Cooperative Network of Time-Shared Computers", Conferencia de otoño de AFIPS., Octubre de 1966. [5] L. Kleinrock, "Message Delay in Communication Nets With Storage", tesis doctoral, MIT, 1962. [6] L. 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