Natalia Marles Corrales Instructora Técnico en ejecución de la danza y Técnico en ejecución de clases grupales orientadas al fitness EL BALLET ROMÁNTICO “LA SÍLFIDE” Y LOS INICIOS DE LA ZAPATILLA DE PUNTA El ballet también conocido como danza clásica, es una técnica dancística estilizada que coloca en escena bailarines que normalmente desarrollan un argumento específico de una historia. Dependiendo de la época, el país y la corriente, el ballet incluye danza, pantomima, teatro y tecnología. El ballet romántico es uno de los estilos de ballet que surgió en el romanticismo, éste refleja el culto a la bailarina y la lucha entre el mundo terrenal y el espiritual. Tuvo su inicio exactamente con la obra “La Sílfide” en 1832. “La Sílfide” es un ballet en dos actos coreografiado por Filippo Taglioni y con música de Jean Schneitzhoeffer. El argumento de “La Sílfide” fue creación de Adolphe Nourrit y relata la historia de un espíritu del aire, una sílfide, que ama al joven escocés James, quien, aunque está comprometido, se enamora de ella. Esta obra dictó constantes fundamentales para el ballet: las zapatillas de punta de satén (que fueron introducidas por la reconocida bailarina Marie Taglioni) y el tutú romántico en muselina clara semitransparente, largo hasta un poco por debajo de la rodilla que le da a los personajes el carácter espectral y puro que necesitan transmitir. Las puntas y el tutú romántico crean ideales de cuerpos femeninos con las características de etereidad y pureza. Natalia Marles Corrales Instructora Técnico en ejecución de la danza y Técnico en ejecución de clases grupales orientadas al fitness La técnica que entonces se encontraba en desarrollo, se denomina, hoy, técnica académica del ballet. Ésta, sugiere sus movimientos partiendo de la base de un imaginario vertical y a partir de este imaginario se desarrolla una construcción del cuerpo cerebral, normativa y geométrica. Existe una estrecha relación entre los desarrollos tecnológicos para la escena y la concepción de cuerpo de una época determinada. La concepción del cuerpo durante el Romanticismo se funda en la tendencia en la que prima el sentimiento sobre la razón, en la sobrevaloración de la naturaleza, el interés por lo exótico, la propensión a lo heroico, la inclinación al ensueño poético, y la íntima libertad del espíritu que iría ligada entonces al individualismo que se ve reflejado en un proceso de autosuficiencia humana. En el ballet “La Sílfide” se ven reflejados los anteriores aspectos y características del romanticismo, el exotismo y la sobrevaloración de la naturaleza por ejemplo se pueden observar con claridad en las locaciones en las cuales se representa o se desarrolla la trama de la historia, el primer acto en una aldea escocesa, y el segundo en un bosque de niebla. La bailarina clásica representa una joven virtuosa, etérea y grácil cuyo movimiento es ligero. El cuerpo ideal femenino del romanticismo debe poseer también las características de delgadez y palidez. Además de poseer todas estas características, las bailarinas están vestidas con muselinas semitransparentes blancas que representan la pureza de su ser. Y las zapatillas de punta en satén son el desarrollo tecnológico más importante en la escena, que se utiliza claramente para reafirmar el ideal de cuerpo femenino etéreo del romanticismo. Todas las características importantes sobre las cuales se funda el Romanticismo, son bien representadas en el arte de la época. Las condiciones políticas, económicas y sociales hacen parte de la vida de cada uno de los seres que habita un espacio determinado en un tiempo específico; y los artistas no son ajenos a su entorno, por el contrario tienen una sensibilidad especial que les permite plasmar en sus obras un sentir propio, que definitivamente está atravesado por el contexto. En definitiva, el ballet de “La Sílfide” posee en sí mismo el espíritu del romanticismo, y la construcción de cuerpo femenino que se elabora en esta obra, por medio de los elementos tecnológicos para la escena, es sin duda el ideal de cuerpo femenino romántico.