JMJ... Cada una de nosotras llevamos estas letras en la insignia... Ellas marcan el estilo de vida al que hemos sido llamadas. Si, somos de la JMJ. Somos de la familia de Nazaret. Pero... a las hermanas de Polonia la JMJ se nos ha vuelto otra llamada más en el año 2014, cuando el Papa Francisco en Rio de Janeiro anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Cracovia, Polonia. Poco después Hna. Marisa y Hno. Txetxi nos preguntaron: “Estais dispuestas a acoger el grupo amigoniano para la JMJ en Wroclaw?” ¡Claro que estamos dispuestas! ¡Qué mejor que vivir la JMJ con jóvenes que vibran con nuestra propia espiritualidad! ¡No nos los vamos a perder! Y ahí mismo comenzamos con los preparativos para acoger al grupo amigoniano en Wroclaw y Cracovia. Era septiembre de 2014. Luego (y no es ninguna exageración) miles de llamadas telefonicas, cientos de e-mails, decenas de encuentros, cursos, preguntas, respuestas, trabajo en diferentes equipos, planes, cambios, horas de dedicación y sobre todo muuuucho corazón... para por fin poder responder a esa pregunta insistente “Are you ready?” - ¿Estais preparados?... “¿Estaís preparados para decir SI a Cristo?” que el Papa Francisco hacía a los jóvenes: Si. Nos hemos ido preparando para poder renovar nuestro SI y acoger a Cristo que nos iba a llegar en cada uno de los peregrinos... En Polonia hay un refrán que dice “Huésped en casa – Dios en casa”. Y lo hemos palpado en julio de este año. En nuestra Parroquia, éste Dios que llegaba, tenía 193 rostros diferentes... 90 jóvenes de los grupos amigonianos (JuvAm, Zagales, Colaboradores...) procedentes de España, Nicaragua, Perú y Colombia (junto con Hna Milena, y Hnos Txetxi, J.A. “el Barbas” y Jens) y 103 Colombianos de la delegación de la Diócesis de Bogotá, acompañados de dos religiosas y cinco sacerdotes. Una Iglesia jóven, alegre, ilusionada, que celebra la fe y vive la misericordia... Ésta es la Iglesia que hemos acogido, el Cristo que venía buscando nuestro SI. Pero ésta también es la Iglesia que se ha despertado en nuestra Parroquia de San Antonio de Padua. Ha sido una gran experiencia de colaboración con los hermanos franciscanos, los jóvenes, adultos y mayores que han puesto lo mejor de sí, para que los “Días en la Díocesis en Wrocaw – Galilea” (cada una de las diócesis de Polonia era un lugar bíblico en torno al cual se realizaba el programa) sean una vivencia inolvidable. Galilea: lugar de llamada y de misón. Ya en los preparativos hemos sido testigos de muchas cosas muy bellas: de como el colegio donde se hospedó el grupo amigoniano y las familias que acogian a los peregrinos de Colombia abren sus puertas y sus corazones; de como lo mismo un profesor de universidad como dos chicas jóvenes se ofrecen para “enseñar al que nos sabe”: llevar un cursillo de español para las familias y voluntarios (¡y la gente quiere aprender! ¡Los de 16 años junto con los de 70!); de como de repente, tras un solo anuncio, aparecen varios volontarios que hablan español y quieren colaborar en las traducciones durante la JMJ, aunque parecía que no hay demasiada gente que hable éste idioma aquí en Polonia; de como los jubilados de nuestro Club Nazaret se ofrecen para ayudar a cocinar para los amigonianos, aunque tengan que madrugar y trasnochar... Y muchos pequeños milagros de la Providencia más... Si, de la Providencia que se manifiesta cuando uno se reconoce necesitado... Por fin después de los largos meses de preparación el día 7 de julio llegaron dos primeras peregrinas: Yohana y Karel - la avanzada del grupo de Colombia. Las acogimos en nuestra casa y acompañamos en los últimos preparativos antes de la llegada de su grupo de la Delegación de Bogotá que llegó el día 20 de julio. 424 personas de las que 103 se quedaron en nuestra parroquia. Fue muy bonito presentarles “sus familias polacas”... Un momento en el que la obra de misericordia de posada al peregrino” “dar se hacía realidad ante nuestros ojos. Esta misma noche tuvimos una celebración de bienvenida en la que oramos con textos de Sta. Sor Faustina y nos dejamos interpelar por un teatro sobre la misericordia preparado por jóvenes de nuestra parroquia. El grupo amigoniano llegó el día 21 de julio trás haber recorrido lugares carismatícos en España, pasado por Lourdes y Gelsenkirchen (Alemania, donde tienen casa los Hermanos). Se instalaron en el colegio y llegaron a la casa parroquial donde los jubilados del Club Nazaret junto con Hna Marta y “dar de comer al hambriento” cosas muy sabrosas y “dar de beber al sediento”... Este día fue dedicado a la visita por la ciudad Hno Rafal ofm practicaban lo de de Wroclaw, como también conciertos y presentaciones artísticas de peregrinos de diferentes partes del mundo. Cabe destacar que en Wrocaw se acogió más de 15 mil jóvenes de 40 paises diferentes. La ciudad estaba inundada de ríos de gente jóven que cantaban en muchisimos idiomas diferentes pero sonreían todos por igual... “¡ gente normal!” -decían los habitantes de Wroclaw al ver a esta alegre multitud que parecía ser lo contrario de lo que se piensa sobre los jóvenes..., pero que era muy, muy real. Viernes, día 22 de julio fue momento de realizar obras de misericordia. En nuestra parroquia hay diferentes centros y lugares que la practican durante todo el año y que éste día Por fin llegó acogieron por unas horas la ayuda de los jóvenes. A algunos les tocó cocinar en el Comedor para transeúntes, a otros hacer galletas con citas bíblicas para llevar a un albergue de transeúntes, hacer mosaico con el logo de la JMJ junto con minusválidos en los Talleres Ocupacionales, hacer juegos deportivos con niños del barrio, o pintar el muro del jardín de los franciscanos llenándolo con mensajes de valores que se viven en sus paises de origen - trabajo en el que colaboraron también con minusválidos. Por la noche se hizo adoración de la Cruz - fuente de misericordia. “La misericordia de nuestro Señor se manifiesta sobre todo cuando Él se inclina sobre la miseria humana” (Papa Francisco). Podemos obrar la misericordia..., pero antes nosotros mismos somos los que necesitamos de ella... Y Dios no deja de regalarnos su amor cercano, tierno, maternal, generativo, entrañable...misericordioso. San Francisco, Sta. Clara, P. Luis Amigó han sido personas que habiendo experimentado la misericordia sabían hacerla vida para los demás... Y ésto es una llamada también para nosotros! Éstas son algunas pinceladas de la reflexión que nos acompañó desde la mañana del sábado 23 de julio, ya que éste día comenzó con una catequesis de la Hna. Cecilia Pasquini, Consejera General a la que agradecemos enormemente su disponibilidad y la ilusión con la que se hizo presente en la JMJ amigoniana en Wroclaw... Máxime que le tocó dejar Roma por unos días en plenos preparativos para el Capítulo General. A la catequesis siguió el paso por la Puerta de Misericordia de la Catedral de Wroclaw, el Ángelus con el Arzobispo y Eucaristía en grupos linguisticos. La tarde la pasamos en el estadio de la ciudad disfrutando del “Festival Singing Europe” dentro del marco de Wrocaw – Capital Europea de Cultura. Nos divertimos en el concierto de Sor Cristina Scuccia (la monja que ganó el programa “La voz de Italia”) y escuchamos un coro de mil coristas que interpretó cantos de diferentes países de Europa y que al final del concierto se multiplico considerablemente, ya que el último canto lo entonaron 25 mil personas presentes en el estadio. ¿A que no adivinais que es lo que cantamos? Resulta que el canto que conoce y canta todo el mundo es... “Qué viva España”. El día 24 de julio, domingo ya olía a despedida... En la Misa Mayor dimos gracias a Dios por estos días vividos en Wroclaw. Los jóvenes rompieron la rutina de la Eucaristía solemne típica de Polonia intercalando cantos con guitarra y palmas a los cantos acompañados por el tradicional órgano... Las peregrinas de Colombia bailaron unos pocos bailes típicos de su país... Y los polacos presentes no sabían si lloran de alegría o de tristeza, porque va asomando el momento de la despedida... Los colombianos pasaron la tarde con “sus familias polacas” y los amigonianos con la suya: con los voluntarios jóvenes y con los jubilados de corazón jóven, con los franciscanos y con nuestra comunidad... Escuchamos también catequesis de Hno Marino Martínez Pérez, General de los Terciarios Capuchinos y el compartir de grupos amigonianos de diferentes partes del mundo. Por la noche no quedaba más remedio que hacer la maleta para poder de madrugada tomar el rumbo a Cracovia. Primera etapa ya terminó. Pero antes de dejar Galilea de Wroclaw y subir al Campus Misericordie de Cracovia queremos agradecer de corazón a la Hna Soledad López. Ella es la que se llevó un buen susto cuando Hna Marisa le preguntó si estaría dispuesta ir a Polonia. Pero... no era más que “destino JMJ”. ¡Tan sólo unos días, pero para nosotras tantísimo! Gracias Sole, por habernos ayudado tener nuestro hogar abierto para todo el que necesitaba descansar, comer, ser escuchado, reponerse de sus dolencias, orar, lavar y planchar, dormir... Gracias por haber sido hermana para cada una de nosotras – con sencillez, sin mucho ruido pero con mucho corazón... Los días del 25 de julio al 1 de agosto que duró na JMJ en Cracovia los pasamos como preregrinas: durmiendo las cinco (Milena, Bozena, Ana, Marta y Alicja) en una habitación en el piso de una jóven de Jufra que nos acogió a nosotras y a otras 3 chicas de Ucrania, o bien acogidas por una familia polaca, o bajo estrellas en el Campus Misericordie... viajando en tranvías tan llenos de gente que era imposible caerse,... pero si cantar “Bienaventurados los misericordiosos” en todos los idiomas del mundo; caminando, caminando y caminando... ¡como toca en peregrinación! intentando ver de cerca al Papa Francisco (y haber conseguido una foto tan sólo con su doble 100% reciclable); sacando y metiendo la capa de lluvia 15 veces al día; escuchando con la misma atención las catequesis de los obispos, homilías del Papa y las inquietudes de los jóvenes que buscan vivir su fe de forma radical... sonriendo cada vez que se nos acercaba algún jóven de cualquiera de los 187 paises presentes en Cracovia y en el idioma que se decía: “Hermana, ¡una selfie!”..., para luego marcharse en seguida... repartiendo cientos de pulseras, llaveros, chapas, folletos y marcapáginas de las dos Congregaciones en el stand en el Centro Vocacional... A la vez que explicabamos muy “llamados para amar” y que “la misericordia convierte al lobo feroz en un manso cordero”... convencidas de que todos somos disfrutando del encuentro con unos 35 jóvenes que llegaron a nuestro taller de discernimiento vocacional “¿Cómo el amor?” escuchar en el que compartimos nuestras búsquedas y deseos hondos con la samaritana, buscamos juntos como sumergirnos en nuestra interioridad para descubrir ahí al Señor a través de encuentro, diálogo, gestos, Palabra viva y danza contemplativa; pero sobre todo celebrando a Cristo que nos ha convocado a todos, como nos lo ha recordado el Papa “tantos jóvenes pertenecientes a pueblos, culturas, lenguas tan diferentes con un solo motivo: celebrar que Jesús está vivo en medio nuestro”... Francisco nada más llegar a Cracovia: Si, estaba vivo y presente en esta Iglesia jóven, empapada de la alegría del Evangelio, que sabía bailar para el Señor y quedarse en silencio en las tiendas de la Adoración o en la vigilia con el Papa en la última noche, cuando no se sabe si más luz aportaban las velas en nuestras manos o o la densidad de este momento donde dos o tres se han congregado en el nombre de Jesús. Dos o tres miliones... Hoy podemos decir con toda la certeza de que aquello que hemos cantado tantísimas veces en el Himno de la JMJ de Cracovia “Bienaventurados los misericordiosos” se ha hecho realidad, lo hemos visto, lo hemos oido, lo palparon nuestras manos... La misericordia trae la felicidad. Las familias que acogían a los peregrinos y los voluntarios de la parroquia hasta hoy nos expresan que ha sido una experiencia que les ha marcado, por la que dan gracias a Dios... Y ojalá sepamos entre todos cultivar aquello que ha comenzado con la JMJ... Hermanas, os agradecemos de corazón vuestra oración y los mensajes con los que nos habeis asegurado de vuestro recuerdo especial en estos días... Agradecemos a Milena, Txetxi, “el Barbas”, Jens, Jurgen y David por haberse hecho jóvenes con los jóvenes para vivir mano a mano, corazón a corazón esta JMJ... Ahora es Panamá la que ha cogido el testigo. A ver si somos capaces de animar a los jóvenes a “dejar el sofá, ponerse las zapatos” y vivir esta experiencia de la universalidad y comunión, de una fe viva que trae alegría y compromete... De que es posible vivir en paz, contentandonos con lo suficiente, creyendo en la bondad del otro, sintiéndonos orgullosos de creer en Jesús... Los jóvenes necesitan que alguien les anime y acompañe en su camino... ¿Sabremos convocarlos y llevar al encuento con Cristo que está vivo y promete una vida plena? Un fuerte abrazo de vuestras hermanas de Wroclaw, Polonia Bożena, Ana, Mª del Carmen, Marta y Alicja