Inducción del parto ( 29-Sep-2000 )

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In: Recent Advances in Equine Reproduction, B. A. Ball (Ed.)
Publisher: International Veterinary Information Service (www.ivis.org), Ithaca, New York, USA.
Inducción del parto
( 29-Sep-2000 )
M. MacPherson
Department of Large Animal Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, University of Florida, Gainesville, Florida,
USA.
Traducido por: M. Marino, Area de Teriogenologia, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires, Argentina (6-Nov-2001).
Introducción
La inducción del parto ha sido utilizada en la yegua en casos de preñes de alto riesgo, por razones de conveniencia y con
fines de docencia e investigación [1-3]. Este procedimiento es ventajoso para controlar a las yeguas que en partos previos han
experimentado distocias o separación prematura de la placenta. Pueden requerir asistencia en el parto las yeguas que
presentan problemas en la gestación tales como ruptura del tendón pre-púbico (Fig. 1) o hidroalantoides. Sin embargo, la
inducción del parto en la yegua se encuentra asociada a efectos colaterales indeseables como son la distocia, separación
prematura de placenta (Fig. 2), hipoxia fetal y dismadurez [1-4]. Para lograr un potrillo viable, es fundamental seleccionar
cuidadosamente a la yegua antes de inducir el parto.
Figure 1. Yegua con ruptura del tendón prepúbico (cortesia del Dr. Peter Daels). - Para ver esta imagen
en su tamaño completo, diríjase al sitio www.ivis.org . -
Figura 2. Separación prematura y expulsión de la membrana corioalantoidea (cortesia del Dr. Peter
Daels). - Para ver esta imagen en su tamaño completo, diríjase al sitio www.ivis.org . -
Criterios para la inducción del parto
Un prerrequisito para inducir el parto en la yegua, es determinar si el potrillo es capaz de sobrevivir fuera del útero. En el feto
antes del parto se producen varios procesos fisiológicos, que aseguran la supervivencia después del nacimiento. Después del
parto el feto normal debe poseer una reserva energética adecuada, pulmones e intestinos funcionales y la capacidad de
succionar, deglutir y mantener la temperatura corporal [5]. En la mayoría de las especies domésticas, unas pocas semanas
antes del nacimiento, la maduración fetal está relacionada con el incremento de la actividad adrenocortical [6]. A diferencia
de otras especies, hasta 24/48 horas antes del parto, el feto equino posee escasa actividad adrenocortical. La maduración final
del potrillo se produce solamente durante este período. Por consiguiente, el feto equino presenta alto riesgo de
premadurez/dismadurez si se produce el parto en el momento inadecuado.
Se identificaron varios indicadores que sugieren la "madurez materno-fetal" para el parto. Purvis [7], describió tres criterios
considerados esenciales para realizar la inducción del parto.
1. Duración adecuada de la gestación,
2. Desarrollo mamario y producción de calostro/leche,
3. Relajación cervical.
Duración de la gestación - El primer criterio, duración adecuada de la gestación, fue definido por Purvis como mínimo 330
días desde la fecha del último servicio. Purvis obtuvo buenos resultados, al inducir yeguas con una gestación de más de 330
días desde el último servicio. Sin embargo, la duración de la gestación es altamente variable entre las yeguas, oscilando entre
los 320 a 360 días (promedio 340 días) [8]. La época del año también influye en la duración de la gestación [9-10]. Las
yeguas que paren durante el invierno (días cortos), en general tienen una gestación más larga, mientras que las que paren
durante la primavera y el verano (días largos), tienen una gestación más corta. Por lo tanto, no todos los fetos han madurado a
los 330 días de gestación. Purvis reconoció que la duración de la gestación, no podía ser el único indicio adecuado para
determinar la madurez fetal para el nacimiento.
Figura 3. Glándula mamaria bien desarrollada en una yegua (cortesia del Dr. Peter Daels). - Para ver esta
imagen en su tamaño completo, diríjase al sitio www.ivis.org . -
Desarrollo mamario y producción de secreciones (Fig. 3) - El desarrollo mamario y la producción de calostro son los
indicadores más confiables de la madurez fetal para el parto. El calostro es primordial para la supervivencia del neonato,
tanto como fuente de inmunoglobulinas y nutrientes. Además Ousey y colaboradores [11] correlacionaron la concentración
de electrolitos en la secreción mamaria con la madurez fetal. El grupo demostró que en 16 yeguas en estudio, las
concentraciones de calcio aumentaron en forma marcada 24/48 horas antes del parto. Además, hasta 3 a 5 días antes del
parto, las concentraciones de sodio fueron mucho más elevadas que las de potasio, momento en que se invirtió la relación
sodio/potasio. Las concentraciones de los electrolitos en la secreción mamaria (calcio, sodio y potasio), fueron comparadas
con los parámetros neonatales indicativos de la adecuada madurez del potrillo para el parto. Los investigadores determinaron
que un aumento de calcio a más de 10 mmol/L en la secreción mamaria y la inversión de la relación sodio/potasio estaban
altamente correlacionados con la madurez fetal.
Para la determinación exacta de la concentración de electrolitos mamarios, se requiere un espectrofotómetro de llama o un
analizador químico de laboratorio. Usando estos sistemas, la elevación de la secreción de calcio por encima de 40 mg/dl y la
concentración de potasio mayor que la de sodio (potasio mayor o igual a 30 mEq/ml y sodio menor o igual a 30 mEq/ml)
indica generalmente, madurez fetal en una preñez normal. Los cambios en los electrolitos de la secreción mamaria, se
producen generalmente durante las horas nocturnas, coincidiendo con el período en que la mayoría de las yeguas paren. Se
encuentran disponibles métodos rápidos para medir la concentración de calcio iónico (Ca++) o de carbonato de calcio
(CaCO3),. Estos métodos o kits miden la secreción mamaria de Ca++ utilizando el cambio colorimétrico con cintas que
cambian del verde al rojo (Predict-A-Foal®) o la titulación de una muestra diluida hasta que se producen cambios de
coloración del rosa al azul (Titret®). Los kits para muestra diluida son algo más complicados que los de las cintas
colorimétricas. De los kits disponibles en el comercio, Ley [12] encontró que el Titret® es el más confiable y repetible para
predecir el parto dentro de las 24 horas. Utilizando este kit, se determinó que las yeguas con una secreción mamaria de
CaCO3 mayor o igual a 200 ppm, tenían una probabilidad de 54% de parir dentro de las 24 horas, de 84% dentro de las 48
horas y de 97% de hacerlo dentro de las 72 horas. La mayoría de las yeguas parieron al poco tiempo, cuando la secreción
mamaria de CaCO3 se encontraba entre 300 y 500 ppm. Las yeguas con una secreción mamaria de CaCO3 menor a 200 ppm,
tenían menos del 1% de probabilidades de parir dentro de las 24 horas de realizado el test [13].
En algunos casos, la concentración de electrolitos en la secreción mamaria, puede no ser un factor confiable que indique la
inminencia del parto. Ley [13], determinó que el 2% de las yeguas de una población estudiada, parió dentro de las 24 horas
cuando la concentración de CaCO3 era inferior a 200 ppm. Las muestras tomadas en las primeras horas del día, pueden no
reflejar los cambios de electrolitos, que van a producirse durante la tarde o la noche poco antes del parto. La secreción de
electrolitos mamarios puede ser muy rápida o no presentar variaciones, especialmente en yeguas primerizas. Frecuentemente
en estas yeguas, el desarrollo mamario y la producción de calostro se produce inmediatamente antes del parto. Por otro lado,
se puede observar un desarrollo mamario precoz con cambios electrolíticos en la secreción, en yeguas que presentan
patología placentaria. Rossdale y colaboradores [14], monitorearon la secreción de electrolitos mamarios en yeguas que
presentaban anomalías en la preñez. En un estudio utilizando veinticinco yeguas, diecisiete (68%), presentaron una elevación
en la secreción de calcio mayor a 10 mmol/L, antes de los 310 días de gestación. Dieciseis (94%) de las diecisiete yeguas con
estas características, presentaban patologías placentarias. Diez (63%) de los dieciseis potrillos fueron paridos muertos, o
murieron poco después del nacimiento. Los resultados de estos estudios indican que los cambios en los electrolitos mamarios,
de yeguas primerizas o de yeguas con preñeces patológicas, deben ser interpretados cautelosamente.
Relajación cervical - La relajación del cervix es el último criterio enunciado por Purvis [7] considerado crítico para lograr un
parto inducido exitoso. La importancia de la relajación cervical es una cuestión discutida en relación a la toma de decisión en
la inducción del parto en la yegua. Numerosos estudios sobre la relajación cervical [15] citados en la literatura médica
humana, asocian una relajación insuficiente del cervix con falla de inducción, partos prolongados y altas tasas de cesáreas.
Los estudios en medicina veterinaria [1,3] demuestran que la inducción al parto en las yeguas puede realizarse en forma
exitosa aún cuando éstas presenten un cérvix cerrado y con tapón mucoso, al final de la primera fase del parto. En un estudio
reciente [16] las yeguas con dilatación cervical espontánea (determinada por el examen digital transvaginal) antes de la
inducción del parto, expulsaron los potrillos con más facilidad que aquellas que presentaban un cervix cerrado. Los potrillos
nacidos en menos tiempo desde la administración de oxitocina, presentaron una mejor adaptación neonatal. Los potrillos de
yeguas que presentaron dilatación cervical se pararon y mamaron más rápidamente y presentaron menos signos de asfixia
intraparto (hipercapnia, mala adaptación neonatal) que los nacidos de yeguas con cérvix cerrado. Las yeguas que mostraron
patologías intraparto (separación prematura de placenta, distocia) presentaban un cérvix cerrado antes de la inducción.
Rigby y colaboradores [17] investigaron más aún el rol de la dilatación cervical pre-inducción después de la administración
de prostaglandina E-2 (PGE-2) para la relajación cervical antes de la inducción del parto. La prostaglandina E-2 se administra
en forma rutinaria en mujeres, para relajar y dilatar el cérvix antes de la inducción de un parto [18,19]. En varios estudios en
mujeres, la PGE-2 aumentó en forma significativa la dilatación cervical, acortó el intervalo inducción-parto, mejoró los
resultados de la inducción reduciendo la incidencia de las cesáreas. [19,20]. Rigby y colaboradores, trataron a 7 yeguas con
2,5 mg de PGE-2 intracervical y 4 yeguas con solución fisiológica intracervical. La dilatación cervical pre-tratamiento, fue
evaluada en todas las yeguas determinando cuántos dedos podían penetrar con facilidad el cuello del útero. El número de
tratamientos con oxitocina requeridos para la inducción de la ruptura de la corioalantoidea, fue similar para ambos grupos.
Las yeguas tratadas con PGE-2, mostraban mayor tendencia a presentar dilatación del cérvix antes de la inducción, que las
tratadas con solución fisiológica. Los potrillos paridos por las yeguas tratadas con PGE-2, mostraron un reflejo de succión
más precoz que los potrillos de yeguas tratadas con solución fisiológica. Los autores determinaron a partir de este estudio que
la dilatación cervical antes de la inducción favorece un período de expulsión más rápido, produciendo un impacto positivo en
la adaptación neonatal del potrillo. Además los autores reconocieron que el tratamiento con PGE-2, favoreció la dilatación
del cérvix, pero especularon que la manipulación cervical podría contribuir a las modificaciones observadas en el cérvix antes
de la inducción.
Resumiendo, se puede decir que ningún criterio predice en forma concluyente la realización exitosa de un parto inducido en
la yegua. El desarrollo mamario adecuado, las modificaciones en los electrolitos de la secreción mamaria y la dilatación
cervical, son todos factores importantes a tener en cuenta antes de la inducción del parto.
Métodos de inducción
Drogas utilizadas - Varias drogas y métodos han sido utilizados en la inducción del parto en la yegua, incluyendo
glucocorticoides, prostaglandinas y oxitocina. Los glucocorticoides tienen una eficacia limitada para inducir el parto en la
yegua [4,21,22] aunque han sido de utilidad para la inducción en muchas otras especies. En la yegua, la inducción del parto
con glucocorticoides requiere de la administración en altas dosis y de prolongados intervalos de tratamiento.
La administración de prostaglandinas exógenas ha sido utilizada en forma efectiva, para la inducción del parto en la yegua.
La prostaglandina natural (PGF-2 alfa) y los análogos sintéticos (fluprostenol, fenprostaleno, prostaleno) producen una
poderosa contracción miometrial [23,25]. Sin embargo la prostaglandina natural no es un agente confiable para la inducción
del parto en la yegua [4]. Se indujo el parto en forma efectiva usando fluprostenol [1,23], fenprostaleno y prostaleno [25]. El
intervalo inducción-parto con fluprostenol [11], fenprostaleno y prostaleno [25] es muy variable (de 1 a 6 horas) y puede
durar mucho más tiempo que un parto espontáneo o que uno inducido con oxitocina [23]. En las inducciones realizadas con
prostaglandinas se obsevó la presencia de neonatos con alteraciones de la adaptación, debilidad y fracturas de costillas [1].
Actualmente, el fluprostenol, fenprostaleno y prostaleno no se encuentran disponibles en el mercado veterinario.
La oxitocina está considerada como la droga de elección para la inducción del parto en la yegua [1,26]. Esta droga tiene un
efecto rápido, observándose la expulsión del feto dentro de los 15 a 90 minutos después de la administración [1,7,27].
Las características de la inducción se encuentran relacionadas con la actividad de la oxitocina, encontrando muy pocos
efectos adversos en el potrillo a término [1,7,27,28]. Han sido descritos varios métodos y dosificaciones en la utilización de
la oxitocina como agente inductor, utilizándose una inyección en forma de bolo de 20 a 120 UI por vía intramuscular o
endovenosa. También se ha utilizado la inyección de 2,5 - 20 unidades de oxitocina subcutánea o intramuscular a intervalos
de 15 minutos y la infusión endovenosa de 60 a 120 UI de oxitocina diluidas en 1 litro de solución fisiológica suministrada a
un ritmo de 1 unidad/minuto [1,7,27].
Métodos de inducción utilizando oxitocina - Investigadores en Texas [16] recientemente compararon diferentes métodos de
administración de oxitocina en la inducción del parto en la yegua para determinar los efectos de los mismos sobre el potrillo.
Fueron utilizados tres tipos diferentes de tratamientos: 1) 75 UI de oxitocina en forma de bolo intramuscular; 2) 15 UI de
oxitocina en Inyección intramuscular cada 15 minutos, con una dosis total de 75 UI; 3) Administración endovenosa de
oxitocina en un litro de solución de cloruro de sodio 0,9 % a un ritmo de 1 UI/minuto, con una dosis máxima de 75 UI. A
continuación se midió el intervalo que transcurría desde la administración de oxitocina hasta el parto y los parámetros de
viabilidad normal en el neonato. Ninguno de los tres métodos empleados modificó el intervalo de tiempo promedio
transcurrido desde la administración de la droga hasta el desencadenamiento del parto. También fueron similares en los
potrillos de los diferentes grupos, los parámetros de viabilidad, los gases sanguíneos y la concentración de cortisol
plasmático. Los partos más prolongados produjeron signos de menor vitalidad neonatal (tiempo en pararse y mamar). Las
yeguas que presentaban relajación cervical pre-inducción, tuvieron un parto más rápido y potrillos más vigorosos. Con base
en estos resultados, los autores concluyeron que el método de inducción utilizado tiene poca influencia en la viabilidad del
potrillo. La selección del caso y la utilización de los criterios anteriormente enunciados para la inducción del parto en la
yegua son factores fundamentales para el éxito del procedimiento.
Dosis de Oxitocina - Inicialmente, Purvis [7,29] habló poco sobre los efectos adversos en la madre y en el potrillo de altas
dosis de oxitocina (120 UI) en la inducción del parto. Hillman [2] usó entre 20 UI y 100 UI de oxitocina por vía
intramuscular, para inducir el parto en 37 yeguas, y observó el tiempo de aparición y la magnitud de los signos del parto.
Hillman concluyó que dosis menores de oxitocina (20 UI, intramuscular), indujeron al desarrollo de partos más prolongados.
Contrariamente, encontró que mayores dosis de oxitocina (100 UI, intramuscular) acortaron el parto y acentuaron los signos
de parto.
Pashen [27] investigó la utilización de dosis muy bajas de oxitocina (2,5 a 10 UI por vía endovenosa) para la inducción del
parto en 4 yeguas pony y en una burra con gestaciones que oscilaban entre los 323 y 334 días. El parto en las yeguas pony se
produjo después de la administración de 2,5 a 10 UI de oxitocina por vía endovenosa. Además se constató que el metabolito
plasmático de la prostaglandina (PGFM) se encontró en niveles similares a los encontrados en yeguas con partos espontáneos
[30]. Pashen concluyó que bajas dosis de oxitocina eran fisiológicas y eficaces para inducir el parto en las yeguas. Además
sugirió que altas dosis de oxitocina eran innecesarias y potencialmente perjudiciales para la yegua y el potrillo, basado en
comunicaciones de complicaciones presentadas en las mujeres tratadas con altas dosis de oxitocina. Camillo y colaboradores
[31] repitieron el trabajo de Pashen con una ligera modificación en el protocolo. Se determinó la concentración de calcio en
la secreción mamaria de 24 yeguas que tenían 320 días de gestación. Las yeguas que tenían 8 mmol/L de calcio iónico,
fueron consideradas próximas a parir, por lo que se les administró una dosis de 2,5 UI de oxitocina por vía endovenosa. Las
yeguas que no parieron dentro de la hora de la administración de oxitocina fueron consideradas inmaduras para parir. Estas
yeguas recibieron una nueva dosis de oxitocina (2,5 UI endovenosa) diariamente hasta que parieron. Catorce de diecisiete
yeguas (82%) parieron después de la primera inyección de oxitocina, una yegua parió después de la administración de la
segunda dosis y dos yeguas parieron después de la tercera dosis. El grupo de investigadores concluyó que una dosis baja y
única de oxitocina (2,5 UI endovenosa) fue eficaz para inducir el parto en las yeguas. Además, los investigadores sugirieron
que este esquema de inducción es solamente efectivo en yeguas que tienen fetos maduros. Ellos consideraron que las yeguas
que parieron en días subsiguientes a la inyección inicial, no respondían a la oxitocina debido a que el feto se encontraba en la
fase final de maduración.
Usando un modelo in vitro, Ousey y colaboradores [32] investigaron recientemente el efecto de la dosis de oxitocina sobre la
contractilidad miometral de yeguas preñadas. Las tiras de miometrio fueron obtenidas de 33 yeguas preñadas, con una edad
gestacional entre 60 y 340 días. Las muestras fueron colocadas en un baño con una solución para tejido muscular, donde
fueron tratadas con diferentes dosis de oxitocina. En este preparado se evaluó la tensión miometrial, la amplitud y la
frecuencia contractil de las tiras de miometrio. El tratamiento con oxitocina produjo un aumento de la contractilidad
miometral respecto a la tensión de reposo, en forma directamente proporcional a la dosis administrada. Después de la
administración de oxitocina, la amplitud de la contracción miometrial aumentó mientras que la frecuencia de la misma
disminuyó. No se encontró ninguna correlación entre la respuesta a la oxitocina y la edad gestacional. Los resultados de este
estudio, demostraron que la respuesta del miometrio a la oxitocina, es un efecto relacionado con la dosis.
Conclusiones
En resumen, existen varios factores que condicionan el éxito de un parto inducido en la yegua. La madurez fetal es
fundamental para la supervivencia del potrillo después del nacimiento. La evaluación de los electrolitos de la secreción
mamaria, la dilatación cervical y la edad gestacional facilitan la adecuada selección de la yegua a inducir y la supervivencia
neonatal en un parto inducido. La oxitocina es actualmente el agente de elección para la inducción del parto en la yegua. Los
diferentes métodos de administración de oxitocina no influyen en la adaptabilidad neonatal después del parto inducido. Las
dosis bajas de oxitocina son efectivas para inducir al parto en la yegua. Dosis altas de oxitocina son innecesarias y pueden ser
inapropiadas para la inducción del parto en la yegua.
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