Polita. - Euskararen jatorria

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Polita 2013 01 18 “El adjetivo euskerico 'polit' y sus variantes vienen sin duda del adjetivo latín 'politus' ”…, es una frase hecha a medida de los papanatas. Polit, de Politus-­‐Pulcher-­‐Pulchrè, dicen basándose en el Latín clásico. Rebuscar en los diccionarios o documentos del comienzo del renacimiento para apoyar esta aseveración es como buscar un transistor entre basura de la segunda guerra mundial: pasar el rato. Hay que ir más abajo, ¿pero donde?. Volvamos otra vez al Latín que es donde hay carros de documentos; las formas principales de denominar a la belleza, a lo bonito, alternan entre “Pulcher-­‐
pulchrum”, “Bellûs”, “Formosus” y hasta “Amenus” y “Venustus”, siendo frecuente la búsqueda de la relación canónica entre la primera forma y el participio y adjetivo “Politus” que equivale (por definición) a pulido, bruñido. Llegado a esta voz, puede ser procedente echar un vistazo al Euskera, donde el morfema “Po”, voz perdida para el uso como otras tantas desde hace milenios, se encuentra enquistada en muchas otras voces complejas conservadas en romances cercanos y en el Euskera, como “poco”, “poda”, (que se suelen hacer derivar del latino “pütaminis”, saneo, cuando sugiere “corte a tope”) o en “po-­‐
ttolo”, “compendio de miniaturas”, “po-­‐ttoka”, pasitos pequeños, “polaina”, parte mínima, “po-­‐oilo”, pollo, “po-­‐pa”, popa, etc... y equivale a “un elemento mínimo”, en general y como paradigma, al polvo que se desprende al frotar materiales o al que se considera el principio de la vida “po-­‐len”. El propio “polvo” que en los idiomas itálicos y germánicos europeos, se complica de occidente a oriente, al partir de los brevísimos “po” portugués y gallego a través del “polvo” castellano (en realidad “pol-­‐bo” que equivale a “polvo auténtico”) y que se va complicando con el avance hacia oriente con las series “por”, “pols”, “poeder”, “poudre”, “powder” “polvere”, “pulveris”… hasta el sánscrito “paudara” para desesperación de quienes dicen que la evolución viene del Este, vence con facilidad a otras formas como las eslavas del tipo “pra-­‐prasok” y a las bálticas y aisladas siempre discordantes. El trabajo con “Li” en Euskera, es también muy generoso, su significado es rozar, frotar, pulir. También son “li” las briznas arrancadas por la fricción. La lima latina y vasca, tanto la que se refiere a la corrección de un texto, como la del mecánico, no son más que la expresión de algo capaz de rascar de corregir, donde “li” es lo dicho y “ma” es el afijo que indica potencial, capacidad de hacer algo. En el caso de la lima, está muy claro, el útil para gastar. Li también aparece en “lija” (li eixa) que los profesionales no acertando a datar lo asignan al Celta y que en el modesto Euskera significa “lo que frota”. Por el mismo camino va “limiste”, palabra poco usada pero que se trata de un paño segoviano de lana que se usa para pulir. ¿Qué han preparado nuestros etimólogos para explicarlo?, que el nombre es británico y que corresponde a la ciudad de Lemster (Leomister). 1 La verdad es que Leomister fue famosa por su lana, pero me extraña que en el país de las merinas compraran lana inglesa para paños. Además, el contraste con el Euskera, muestra siempre tonos muy profundos. Ya se ha dicho la significación de “li” y a muchos euskaldunes les sonará “mis” (una de las formas de llamar al tejido, presente en el vasco “misara”, sábana, tejido llano, o en el castellano “camisa” (gan-­‐misa) o tejido para cubrir), de manera que en clave vasca y funcional, “limiste” es tan solo lo que es: “trapo para bruñir”. Volviendo al “pulvis pulveris” y al “politus”, hay dos opciones, o tragarse la propuesta latina porque está documentada de forma abundante (aunque nadie explique su origen) y poner el cero de la evolución ahí o considerar la posibilidad de que un misterioso sustrato anterior le aportó los morfemas claves. Puede que el problema sea llamar Euskera a ese sustrato, porque para el Euskera, entre la Academia (la nuestra), las cátedras de Euskara e Indoeuropeo y cientos de toneladas de libros, ya han marcado un límite geográfico (Aquitania-­‐La Rioja?) y otro histórico – lingüístico o puede que el problema sea la dificultad para investigar… y para cambiar. En resumen, “po-­‐li” indica tan solo “arrancar polvo” y “polita” sería el participio, es decir, la piedra, la gema, el cuerno, hueso o madera pulidos, nada mas. Y a nuestros antepasados parecía gustarles tanto, que junto a “eder”, “apain”, “iaio”, “taxa”, “eder”, “galant”, “arrullo”, “dotore” y aún alguna forma mas como “muñuño”, “pinpirin”, “lirain” o “pitxi”, no tuvieron empacho en incluir a lo pulido como una forma más de belleza: “polita”. ¿Mas argumentos?. Jabi 2 
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