El Mecenazgo en Argentina Universidad de Barcelona Departamento de Economía, Hacienda Pública, Derecho Financiero y Tributario EL MECENAZGO EN ARGENTINA Debates, problemas y propuestas sobre sistemas jurídicos de incentivos tributarios a la cultura de Julián Kopecek Septiembre de 2004 Prefacio En el presente trabajo se analizará la repercusión del debate originado por el tratamiento de la denominada “ley de mecenazgo” en la República Argentina. El tratamiento de esta Ley, mediante propuestas, contrapropuestas y sus repercusiones ha sido el hecho político-cultural más trascendente de la última década. Una ley de mecenazgo es un instrumento capaz de crear condiciones más propicias para que se concreten aportes privados en pos del desarrollo de la actividad artística. El impacto positivo que puede tener una legislación apropiada para promover un mayor compromiso privado en el financiamiento de las artes es bien conocido en muchos países. Argentina no cuenta hasta el momento con una legislación que regule su instrumentación. "La palabra “mecenazgo” que deriva de Mecenas. Cayo Mecenas fue amigo del Emperador Augusto. Rehusó toda clase de honores, aunque con frecuencia quedaba encargado de la administración del Imperio, durante la ausencia del soberano. Empleó sus inmensas riquezas en favorecer las letras y las artes, y protegió, entre otros, a Virgilio, Horacio y Propercio, murió en el año 8 antes de Cristo. Gracias a la ayuda dispensada por Mecenas, su nombre ha pasado a la posteridad como sinónimo de generoso protector de las artes, asociándose a alguien que sostenía a un artista, un poco para gozar de sus obras, un poco para contagiarse el brillo de la cultura."[1] Durante el siglo XX algunos empresarios decidieron unir su marca a algún emprendimiento cultural. Los semiólogos ya habían visto que la imagen de una firma ganaba con esto una especie de prestigio por contigüidad. El mecenazgo en Argentina desde hace tiempo es impulsado por distintos sectores que han propuesto variados proyectos. Hasta hoy, el aporte privado ha contribuido con la cultura solamente http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 aplicando como "costo" los gastos de sus participaciones en el sector, recurso que disminuye el porcentaje de su impuesto a las ganancias. Lo que se busca con una ley de mecenazgo es generar un nuevo modo de participación del sector privado aportándole seguridad jurídica. En el año 2001 se daban las condiciones políticas para encarar definitivamente esta ley. Finalmente luego del tratamiento Legislativo llegó a la necesaria instancia de promulgación en el Poder Ejecutivo. El fin del año 2001 fue muy traumático para las instituciones argentinas. La crisis política, social y económica obligó a que renunciara el presidente De La Rúa y posteriormente su sucesor. Así, la asamblea legislativa designó Presidente a Eduardo Duhalde. A él le toco la oportunidad de analizar el texto legislativo. Las observaciones que señalaron algunos sectores de la cultura, y el informe presentado por la Secretaria del área, indujeron al Presidente a decidir el veto de la norma. De esta manera el Ex Presidente Eduardo Duhalde vetó la ley enviada por el Congreso de la Nación el 4 de enero de 2002, al recoger las distintas críticas y opiniones desfavorables que había cosechado. En el año 2004, las actuales autoridades constitucionales bajo la Presidencia del Dr. Néstor Kirchner a través de la Secretaría de Cultura de la Nación, vuelven a presentar una Ley de Mecenazgo al Congreso Nacional y a su vez, distintos diputados han presentado recientemente proyectos sobre el tema, y las discusiones y polémicas vuelven a producirse… El mayor obstáculo para la aprobación de esta norma es el enfrentamiento político entre gobierno y oposición y también, entre sector privado y sector público. La desconfianza mutua ha impedido avances concretos en este campo. Es muy amplio el campo del quehacer cultural que puede beneficiarse de la protección, las donaciones y patrocinio de fundaciones y organizaciones empresariales, si el Estado establece adecuados mecanismos impositivos. Este trabajo se propone como un aporte técnico-académico, despojado de intereses políticos y económicos, para encontrar soluciones al respecto y encontrar un sistema jurídico de incentivos justo que aporte al quehacer cultural de la Argentina. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 1.1. Introducción Perfilando el nivel más amplio, para contextualizar la participación privada en el sostenimiento económico de la cultura, nuestro tema de análisis, nos preguntamos acerca del derecho del individuo a la cultura. Esto es, ubicar en primera instancia a la Cultura dentro de los Derechos Humanos. El derecho individual a la cultura, teniendo en cuenta lo que fue expresando en el marco normativo internacional puede definirse como el derecho que tiene toda persona humana a: · Participar libremente en la vida cultural de la comunidad. · Gozar de las artes. · Disfrutar de los beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los descubrimientos científicos y sus aplicaciones. En estos términos fue expresado en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (IX Conferencia Internacional Americana, Bogotá, 30 de marzo al 2 de mayo de 1948), en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 10 de diciembre de 1948) y en el Pacto internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Naciones Unidas, 16 de diciembre de 1966) [2] A. Robertson amplía la consideración de estos textos, en su interpretación del significado del derecho a la cultura: una de las finalidades de la cooperación cultural internacional es "hacer que todos los hombres tengan acceso al saber, disfruten de las artes y de las letras de todos los pueblos, se beneficien de los progresos logrados por la ciencia en todas las regiones del mundo y de los frutos que de ellos derivan, y puedan contribuir, por su parte, al enriquecimiento de la vida cultural"[3] Señala finalmente, que el derecho a la cultura es tener derecho en un doble aspecto: un papel pasivo de acceder y gozar y un papel activo de participar y contribuir; estimando que el beneficiarse del progreso científico "es una ventaja adicional, pero quizá no sea esencial"[4] Irme Szabó[5] http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 pone de relieve la dependencia mutua de los aspectos activo y pasivo de la cultura al observar que los hombres disfrutan de la cultura lo mismo que la crean; insistiendo en que, además de ejercitarse en grupo o comunidad, el disfrute efectivo del derecho a la cultura no es posible si no se articulan otros derechos económicos y sociales, puntualizando que el derecho a la cultura para los pobres del mundo entero tiene que empezar por su propia liberación de la miseria, de la enfermedad y del analfabetismo. Insertos en esta dimensión internacional nos proponemos analizar la legislación cultural en Argentina, y en particular la Ley de Mecenazgo y para ello es necesario previamente repasar la historia de las instituciones encargadas de los asuntos culturales y, sobre todo, hacer algunas reflexiones sobre las normas jurídicas y su orden jerárquico con respecto a la Constitución Nacional que al ser la norma superior, representa el nivel máximo dentro del ordenamiento jurídico nacional y se la conoce con el nombre de "Ley Suprema", "Ley de leyes", "Carta Magna". Las demás normas no pueden contrariar las disposiciones de la Constitución Nacional. 1.2. Los Derechos Culturales en la Constitución Nacional En la Constitución Nacional de 1853 y reformada por la Convención reunida en 1860, no se enuncia la palabra “cultura o arte” sin embargo en el Capítulo de Declaraciones, Derechos y Garantías en el Artículo 14 sita que: “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; ...de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.” Sin lugar a dudas que la libertad de prensa, de culto y de enseñanza forman parte sustantiva de los derechos culturales de una nación y esta concepción es reafirmada en el Artículo 32 dice que “El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal”. Pero la primera vez que se explicita el término “cultura” en la Carta Magna fue durante el gobierno de Juan Domingo Perón, (líder del Partido Justicialista), que mediante la Convención Constituyente de 1949, aprueba una nueva Constitución Nacional para la República Argentina, en donde se incluyen por primera vez en la historia nacional a los derechos sociales de los trabajadores y en su Capítulo III, Artículo 37 declara los siguientes derechos especiales: del Trabajador, de la Familia, de la Ancianidad y de la Educación y la Cultura. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 Referente a la cultura dice: “5.El Estado protege y fomenta el desarrollo de las ciencias y de las bellas artes, cuyo ejercicio es libre; aunque ello no excluye los deberes sociales de los artistas y hombres de ciencia. Corresponde a las academias la docencia de la cultura y de las investigaciones científicas postuniversitarias, para cuya función tienen el derecho de darse un ordenamiento autónomo dentro de los límites establecidos por la ley especial que los reglamente." "7.Las riquezas artísticas e históricas, así como el paisaje natural, cualquiera que sea su propietario, forman parte del patrimonio cultural de la nación y estarán bajo la tutela del Estado, que puede decretar expropiaciones necesarias para su defensa y prohibir la exportación y enajenación de los tesoros artísticos. El Estado organizará un registro de la riqueza artística e histórica que asegure su custodia y atienda a su conservación.” El 16 de septiembre de 1955, el general retirado Eduardo Lonardi –hijo de un músico italiano y perteneciente a la rama de artillería– dirige en la Provincia de Córdoba un levantamiento militar que se extiende a Buenos Aires y a otras ciudades. El movimiento golpista contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón recibe apoyo de la marina de guerra al mando del contralmirante Isaac Francisco Rojas. Mediante un golpe de estado Juan Domingo Perón es depuesto el 16 de septiembre de 1955 por el levantamiento militar. El General Lonardi se hizo cargo del gobierno hasta noviembre de ese año, momento en el que lo reemplazó en la Presidencia, el general Pedro Eugenio Aramburu. El gobierno militar se dedica a desmontar la maquinaria justicialista y a borrar todo lo que recuerde al gobierno derrocado. El Partido Justicialista, también llamado Peronista, es disuelto. Mediante el decreto Nº 4146 de 1956 el Gobierno Militar desconoce la Constitución Nacional de 1949 y restablece la Constitución fundadora de 1853/60. Fue realmente importante que la cultura haya tenido el precedente constitucional de 1949, aunque en principio fue restringido solamente a su concepción artística o de las bellas artes. Pero incorpora al concepto patrimonio cultural “las riquezas artísticas e históricas, así como el paisaje natural”, http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 lo cual es un avance sustantivo a la época ya que la concepción antropológica de la cultura en Argentina, salvo en reducido ámbitos, no se había difundido hasta fines de los ‘50. Derogada la Constitución de 1949 por la Convención Nacional de 1957 desaparece también el artículo citado que otorgaba jerarquía constitucional a la cultura. Es definitivamente en la reforma de 1994, donde se recupera e incorpora a la Constitución Nacional una moderna concepción social de la cultura que es: ligarla a la concepción del progreso económico del país con su desarrollo “armónico”, implicando así, a la investigación científica y tecnológica, el fomento de la identidad y el respeto por la pluralidad cultural existente en nuestro país, la libre creación y la circulación de las obras de arte, e incorporando constitucionalmente el renovado concepto de “patrimonio cultural” incluyendo a los espacios artísticos y sobre todo, a los medios audiovisuales. Así deja sentado en la Constitución Nacional, que el Congreso Nacional tendrá atribuciones para dictar leyes que protejan desde el patrimonio inmueble, la arquitectura urbana, monumental, bibliográfica y documental; el patrimonio mueble, obras de arte, artesanales y de interés artístico-histórico; y el patrimonio no físico, integrado por las tradiciones orales, las lenguas no escritas y las tradiciones no verbales. La incorporación explícita de los derechos culturales se logra en la Reforma Constitucional de 1994, en su Capítulo 4 en la Atribuciones del Congreso, en el Artículo 75: “19.- Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento. Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen. Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y de sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales. Dictar leyes que protejan la identidad cultural y la pluralidad cultural, la libre creación y la circulación de las obras del Autor, el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.” Diez documentos internacionales (dos declaraciones y ocho tratados que incluyen los que citábamos al comienzo de esta introducción) tienen jerarquía constitucional. Así lo establece el artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional Argentina, que reformado en 1994 dice: "Corresponde al Congreso... aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. · La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; · la Declaración Universal de Derechos Humanos; · la Convención Americana sobre Derechos Humanos; · el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; · el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; · la Convención sobre la prevención y la Sanción del Delito de genocidio; · la Convención Internacional sobre la eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; · la Convención sobre la Eliminación de todas la Formas de Discriminación contra la Mujer; · la Convención contra la Tortura y otros Tratos o penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; · la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ellos reconocidos." Haberles otorgado a estos tratados jerarquía constitucional superior a las leyes fue el resultado de una tendencia que se manifiesta en la mayoría de las constituciones escritas con intención, por parte de los Estados, de obtener la adecuación de sus legislaciones nacionales a las normas del derecho internacional. Toda legislación cultural que reconoce derechos culturales es un instrumento imprescindible para desarrollar e impulsar las políticas en ese campo. No obstante, es conveniente tener presente que en Argentina, la legislación cultural se caracteriza por su falta de coherencia y organicidad, situación que de resolverse facilitaría la adopción de políticas que favorezcan al sector. No sólo con formular la legislación, el problema queda resuelto. Una norma jurídica no es un fin en si misma, es, más bien, un instrumento de ordenamiento de la comunidad. Lo que da principio de solución es la toma de decisiones por parte de la voluntad política expresada a través de una legislación pertinente. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 Para no forzar su significación ni esperar más que aquello que realmente puede proporcionar es necesario reconocer que la legislación es una expresión ordenada de la voluntad de la sociedad. En la medida en que se reconozcan los alcances que brinda como herramienta intelectual y de acción, podrá ser utilizada en su real dimensión y dentro de los límites en los cuales se constituye en un instrumento poderoso para solucionar problemas y dar respuestas efectivas a los conflictos. Cuando se logra formular una legislación técnicamente correcta o literariamente impecable puede quedar sólo en este nivel formal, pero es necesario profundizar más allá para que sirva como producto cultural idóneo al reconocer, describir, instrumentar y consolidar algunas de las creencias o presunciones básicas que conforman nuestra cultura. 1.3. Instituciones encargadas de los asuntos culturales en Argentina En la Argentina la preocupación cultural en el comienzo de su historia institucional y hasta 1930, estuvo limitada al ámbito de la política cultural ligada a las tradiciones del mecenazgo oficial. Un incipiente movimiento de creación de archivos, museos y bibliotecas populares o públicas representó en dicho período una de las expresiones de acción cultural del Estado liberal de la época. A título de ejemplo puede citarse la política de fomento de las bibliotecas populares en todo el país, implantada por el Presidente Domingo F. Sarmiento con motivo de la Ley 419 del 23 de septiembre de 1870. Hasta ese momento, el interés del Estado no se había alejado de la idea de lo que supuestamente debe contar todo país culturalmente organizado: su Biblioteca Nacional, su Museo Nacional, su Teatro Nacional y su Archivo Nacional. Simultáneamente a la creación de teatros y museos oficiales, comenzó la preocupación por una formación académica de los artistas locales, prueba de lo cual lo constituyen los conservatorios y academias de música, arte dramático y bellas artes creados durante los últimos años del siglo XIX, ya sea de carácter oficial o constituidos privadamente con apoyo de los poderes públicos. Pero en 1933 fue creada la Comisión Nacional de Cultura que sería el primer órgano institucionalizado del área en nuestro país. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 La Comisión Nacional de Cultura, funcionó hasta mediados de la década del 50. De acuerdo con su norma de creación se componía por 12 miembros escogidos de la siguiente forma: el rector de la UBA (Universidad de Buenos Aires), el presidente del entonces Consejo Nacional de Educación, el director de la Biblioteca Nacional, el presidente de la Academia Argentina de Letras, el presidente de la Comisión Nacional de Bellas Artes, el director del Registro de la Propiedad Intelectual y miembros de las sociedades de escritores, autores teatrales, compositores y dos representantes del Congreso Nacional. Entre los fines de esta Comisión estaban la creación de premios de estímulo y becas de perfeccionamiento artístico, literario y científico dentro del país y del extranjero, que serían otorgados por el Poder Ejecutivo Nacional a propuesta de la Comisión. En el año 1958 fue creado el órgano financiero más importante en nuestro país puesto al servicio de la cultura, el Fondo Nacional de las Artes (FNA) [6] De esta manera se cubrió un vacío en la historia legislativa y administrativa a nivel nacional. El FNA era un organismo autárquico que mantenía relaciones con el Poder Ejecutivo Nacional por intermedio del entonces Ministerio de Hacienda de la Nación, dado su carácter de “Banco Nacional de la Cultura”. Estaba dirigido por un Directorio de 14 miembros, 12 de los cuales eran personalidades destacadas en las diferentes actividades artísticas, los otros dos directores eran representantes del Gobierno Nacional: uno del área de Cultura y el otro del Banco Central de la República Argentina. Los miembros del directorio eran designados por el Poder Ejecutivo Nacional, aunque los 12 directores artísticos eran elegidos por un período de 4 años renovables por mitades cada bienio. El órgano ejecutivo del FNA estaba a cargo del “Presidente del FNA” quien además de presidir el Directorio ejecutaba todas las disposiciones resueltas por el Cuerpo Colegiado. La http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 organización del sistema de ayuda financiera que constituyó el FNA fue estructurada en base a diversas líneas de crédito, por ejemplo: a) Créditos destinados a estimular, desarrollar, salvaguardar y premiar las actividades artísticas y literarias en el país y el extranjero; b) Créditos destinados a la construcción y adquisición de salas de espectáculos, galerías de arte, estudios cinematográficos y cualquier otro inmueble necesario para el desarrollo de labores artísticas; c) Créditos a organismos oficiales de cultura con destino a la promoción, difusión y estímulo de actividades artísticas; d) Créditos personales para financiar sus actividades artísticas. Dicha línea de créditos se sostenía gracias a la autarquía financiera del organismo, considerada clave para el éxito de su gestión y para la rápida puesta en marcha de planes operativos de fomento que fue originalmente garantizada por la Ley Orgánica del FNA de la siguiente manera: a) Se lo dotó de un capital inicial de 200 millones de pesos moneda nacional aportado por el Gobierno Nacional. Dicho capital inicial no podía afectarse a las operaciones del FNA con excepción de los intereses del mismo; b) La línea de crédito se financiaba mediante una serie de recursos y gravámenes creados por el art.6 del decreto-ley 1224/58 y denominado “Fondo de fomento a las artes”, a saber: un importe equivalente al 10% del precio de toda localidad o entrada a las fiestas danzantes o bailes que se efectuaran en base a reproducciones musicales mecánicas, los derechos de autor devengados del dominio público pagante, el 5% del precio de todo aviso de carácter comercial que se transmitiera por las estaciones de radio y televisión, y demás recaudación que pudiese obtenerse por cualquier título, inclusive por legado, herencia o donación al FNA, multas y recursos que se determinaron especialmente. El “dominio público pagante”[7] es un instrumento financiero ejemplar en lo que respecta al financiamiento público cultural. Consiste en la utilización de los derechos de autor de las obras artísticas, literarias e intelectuales, etc.; que por el transcurso de un período de tiempo posterior al fallecimiento de sus respectivos creadores, han pasado al dominio público, siendo a partir de entonces, recaudado anualmente y pasa a formar parte del presupuesto con que cuenta el FNA para los subsidios y créditos destinados a los creadores contemporáneos. Durante sus primeros 8 años de gestión el sistema financiero creado funcionó exitosamente sobre la base de una regular recaudación de los recursos aludidos http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 conforme a las previsiones originarias, lo cual permitió una rápida capitalización de fondos que fueron volcándose sucesivamente a la actividad cultural pública y privada del país en sus diferentes disciplinas, generando un desarrollo social inusitado; a nivel individual, colectivo e institucional. Mediante las 27 delegaciones del FNA en el interior del país se llevó a cabo una acción verdaderamente federalista acordando préstamos a organismos oficiales, instituciones privadas, becas de estudio, subsidios cinematográficos, régimen de estímulo de las artesanías y ayuda financiera a artesanos, se formó la única cinemateca especializada en filmes de arte de la Argentina y una amplia línea de publicaciones culturales. A partir de 1968, pierde su carácter de “Banco Nacional de la Cultura” y su estrecha vinculación con el Ministerio de Hacienda, pasando a la jurisdicción de la entonces Secretaría de Educación de la Nación. Allí comienza el deterioro de sus ingresos que fueron reducidos con sucesivas leyes dictadas en los años 68 y 69 cuya sanción significó la progresiva desafección de recursos que habían sido previstos originalmente. La Resolución 3324 de la Conferencia General de la UNESCO celebrada el 1970 cita al Fondo de las Artes de la Argentina, como antecedente para la creación del Fondo Internacional para la Promoción de la Cultura. Esto no significó demasiado para las autoridades argentinas, ya que sólo 24 meses después, el FNA pierde la autarquía financiera y la independencia política alcanzada, por sucesivas intervenciones del Gobierno Nacional en el Directorio. Actualmente el FNA es un organismo descentralizado de la Secretaría de Cultura de la Nación, que por el camino de su historia ha perdido la mayoría de sus recursos, sólo conservando los aquellos provenientes del dominio público pagante. A pesar de su reducido presupuesto, cuenta con un destacado rol y prestigio en el campo cultural internacional. “En los países occidentales un antecedente directo de creación de un ministerio específico se da con la constitución del Ministerio de Asuntos Culturales de Francia por un decreto del 24 de julio de 1959 del presidente de la República de Francia, general Charles De Gaulle. El nuevo Ministerio con su estructura diversificada y su competencia tan general es una creación de la V República y concreta la voluntad de acrecentar la acción cultural global del Estado, dándole ciertas nuevas orientaciones, menos dirigidas hacia la conservación y más hacia la creación, la difusión, la animación. Reconoce, a su vez, como antecedente remoto la constitución durante el Segundo Imperio del Ministerio de la Casa del Emperador y las Bellas Artes (1862)”.[8] http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 André Malraux logró unificar competencias que, en materia cultural y artística, se hallaban distribuidas en diversos ministerios y que a su entender, tal dispersión restaba posibilidades para llevar una política global y coherente. La idea de democratización cultural nunca tuvo mayor magnitud que con la política Malraux, entre sus objetivos estaban el de “hacer accesibles las obras maestras de la humanidad, en primer lugar, de Francia, al mayor número de franceses; asegurar la más amplia audiencia al patrimonio cultural francés y favorecer la creación de las obras de arte y del espíritu que pueden enriquecerlo”.[9] El “Ministère de la Culture et de la Communication” es el más grande y complejo del mundo occidental, esta conformado por un gabinete ministerial, una administración central dedicada a los archivos, a los museos, al libro y la lectura, al patrimonio, al “environnement” cultural, a la enseñanza de las artes y a la formación de agentes para la acción cultural, al teatro y los espectáculos, a la música y a las danzas, y a las artes plásticas. Sumémosle a la administración central en París una vasta estructura regional y departamental en todo el territorio francés, ya que el alcance nacional del Ministerio de Cultura se logra mediante los “Consejeros” asignados a las Mairies (Alcaldías) para el control de la gestión en museos; en el área del libro y la lectura, de etnología, de la música, de las danzas, del teatro y de las artes plásticas; etc. El Ministerio de Cultura francés y su exitosa política cultural llevada a cabo por el ministro Malraux tuvo repercusiones políticas en gran parte del mundo y Argentina a mediados de los años 60, ya que hasta ese momento se llevaba a cabo una política más similar al mecenazgo público británico, tomando en cuenta para esta afirmación, a la Comisión Nacional de Cultura de principios de siglo y luego el FNA y que las áreas de cultura ocupaban sectores marginales del poder burocrático-administrativo. La jerarquización burocrática de la cultura fue promovida a partir de mayo de 1964 con motivo de la creación de la Subsecretaría de Cultura dependiente del Ministerio de Educación y Justicia de la Nación. “La nueva Secretaría debía asistir al ministro en todo lo inherente a la tutela y conservación del patrimonio cultural y la protección y fomento de la actividad artística”, según consta en los fundamentos de su creación. Posteriormente, en 1973, se creó la Secretaría de Estado de Cultura, también como un organismo dependiente del Ministerio de Educación. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 A menos de 10 años después se produjo la más importante reestructuración administrativa del área de Cultura, en 1981 se dispuso la creación de la Secretaría de Cultura pero ahora como dependencia directa del Presidente de la Nación. Lamentablemente, esto ocurrió durante la dictadura más férrea que vivió Argentina, durante la presidencia del Gral. Videla. El lugar alcanzado por el Dr. Julio César Cancedo fue el más alto de la estructura burocrática del área de “cultura” de la Administración Pública Nacional hasta el momento, asignándosele funciones específicas de un Ministro de Cultura. Si bien este suceso puede enmarcarse en el fuerte control ideológico perseguido por aquel gobierno, su experiencia no debería ser objetivada por tal motivo. Su ejercicio ha sido de singular importancia, ya que fue la única vez que el Secretario de Cultura participaba de las reuniones del Gabinete Nacional y podía requerir presupuesto de forma directa al Presidente de la Nación sin las “filtraciones” naturales del Ministro de Educación de turno. La situación sólo logró sostenerse por dos años, ya que al asumir el gobierno constitucional de 1983 nuevamente volvió a producirse otra reforma administrativa, y paradójicamente la Secretaría de Cultura volvió a ser una dependencia del Ministerio de Educación y Justicia con el consabido recorte de poder administrativo, político y sobre todo “presupuestario”. La historia de las instituciones argentinas dedicadas al área de cultura es muy inconstante, pero finalmente, durante la década del 90, ya en democracia, la Secretaría de Cultura de la Nación se constituye como un organismo directamente dependiente de la Presidencia de la República. En la actualidad, la Secretaría de Cultura de la Nación (SCN) como órgano fundamental de formulación de políticas culturales para la República Argentina y su organigrama (del tipo tradicional) muestra la organización de la SCN[10]: Asimismo, dependen de la SCN los siguientes organismos http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 descentralizados: · Fondo Nacional de las Artes · Instituto Nacional del Teatro · Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales · Academias Nacionales [1] Técnicas y Recursos para la Gestión Cultural, “Master a Distancia en Gestión Cultural”, Universidad de Barcelona, Pág. 8 [2] Harvey Edwin. "Derechos culturales en Iberoamérica y el mundo". Ed. Tecnos,1990. [3] Robertson A. "Los derechos humanos y la cultura", en Culturas, volumen V, núm. 1, 1978, p.25. [4] Idem p.27. [5] Citado por Robertson p. 30-31. http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05 [6] Información extraída de "Los 15 años del Fondo Nacional de las Artes", Publicación del FNA, 1973. [7] "El dominio público pagante puede extenderse a obras que por otras causas no están amparadas por el copyright, por ejemplo, al producido por el folklore nacional anónimo, etc.". Harvey Edwin, "Reflexiones sobre el financiamiento de la cultura. Problemas y Perspectivas". Informe Final. Primer Seminario Regional sobre el financiamiento de la Cultura (1984) p. 80. [8] Harvey Edwin ,"Políticas culturales en Iberoamérica y el mundo", Ed. Tecnos, Madrid, (1990), p.163. [9] Idem, p. 164. [10] Fuente: www.cultura.gov.ar http://wwww.observatur.edu.ar - Observatorio Turístico - Universidad Nacional de Lanús Powered by Mambo Generated: 20 November, 2016, 15:05