¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ Dolores Pineda Tenor; Margarita Riquelme Viñas Unidad de salud mental infantil y juvenil. Hospital Neurotraumatológico de Jaén lolitita83@gmail.com Síndrome amotivacional, Consumo precoz, Adolescencia, Cannabis, Hospital de día. RESUMEN: Diversos estudios muestran que el consumo regular de cannabis en un contexto de abuso o dependencia, tiene la capacidad de producir alteraciones conductuales, cognitivas y psicopatológicas que van desde los trastornos psicóticos a los afectivos, consumo de otras drogas ilegales y otros riesgos para la salud. Una de las consecuencias asociadas al consumo, es el denominado síndrome amotivacional, descrito en 1968. En la actualidad, la OMS no reconoce su existencia como entidad clínica. No existen conclusiones precisas acerca de su desarrollo y se tiende a referirse a éste, como propio de la intoxicación crónica por cannabis. Las clasificaciones actuales DSM IV y CIE 10 proponen varios diagnósticos posibles para encuadrar la diversa sintomatología que aparece como parte de este síndrome Se presenta el caso clínico de una chica de 17 años consumidora de cannabis de inicio precoz (antes de los 12 años), que acude a la Unidad de Salud Mental Infantil procedente de urgencias. Presenta sintomatología psicótica que desaparece de forma rápida. Al alta es derivada al hospital de día donde muestra un cuadro clínico que refleja el denominado síndrome amotivacional. Se realiza una revisión de este síndrome y se expone el diagnóstico diferencial, de acuerdo a las propuestas realizadas en las clasificaciones señaladas. Finalmente se realiza el diagnóstico de Deterioro cognitivo persistente (F12.74), dado que la sintomatología que presenta es fundamentalmente la alteración de tipo intelectual. 1 13º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com ¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ INTRODUCCIÓN: Esta comunicación surge con la intención de promover la reflexión sobre los efectos que el consumo de cannabis puede provocar a nivel psicopatológico, en concreto cómo puede afectar a la población infanto-juvenil, pues el inicio de su consumo tiene lugar a edades cada vez más tempranas. El consumo regular de cannabis tiene capacidad de producir cambios conductuales, cognitivos y psicopatológicos en contexto de abuso o dependencia de esta sustancia. La edad de inicio en el consumo del cannabis es un factor determinante en la evolución de los efectos de esta droga sobre la salud. Los resultados de los distintos estudios permiten afirmar que la adolescencia es un periodo crucial. Expondremos el caso de una joven atendida en la Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil del Complejo Hospitalario de Jaén, cuya sintomatología fue objeto de estudio e intervención por parte del equipo multidisciplinar. El Cannabis es actualmente la droga ilegal más consumida tanto en Europa como en Estados Unidos. En España es la más extendida y se inicia el consumo a una edad cada vez más temprana. Al igual que sucede en el resto de Europa, la prevalencia más elevada de consumo de cannabis en España se produce entre los jóvenes. Según datos del National Institute on Drug Abuse, al menos 94 millones de norteamericanos (el 40% de los mayores de 12 años) y 70 millones de personas en la UE (o el 22% de la población adulta) han consumido cannabis alguna vez en la vida (2). En nuestro país, datos aportados por el Observatorio Español de drogas revelan que más de 8,6 millones de personas (28,6%de la población entre 15 y 64 años) han consumido marihuana o sus derivados en alguna ocasión (3). Como podemos observar a tenor de estos datos, y pese a la evidencia científica que demuestra los efectos adversos de su consumo tanto en la salud física como mental, el cannabis suele considerarse una droga menos peligrosa que otras, lo que lleva a su expansión y uso incluso para fines terapéuticos (ej. Analgesia, sedación…) (1). Los riesgos de esta sustancia hoy en día se relativizan produciéndose un clima de aceptación social cada vez más extendido, que tiende a desdramatizar en lugar de alertar y prevenir a la población de sus perjuicios sobre la salud. Los jóvenes son una población especialmente vulnerable para iniciarse en el consumo del cannabis, pudiéndose identificar diferentes factores de riesgo como actitudes más abiertas hacia las drogas, menor resistencia frente a la presión social y determinados rasgos de personalidad , que pueden conducir a relaciones, contextos o situaciones de mayor riesgo para el consumo de drogas. Por otro lado las dificultades escolares, ambientes de bajo nivel socioeconómico o una atmósfera familiar negativa caracterizan los entornos de riesgo (2). El consumo de cannabis a edades tempranas y de alta frecuencia se asocia con un mayor riesgo de problemas, más graves cuando se suma al uso de tabaco o a problemas previos de salud mental. En relación a la edad habría que destacar que los consumidores más tempranos (11-12 años) se caracterizan por una peor resistencia a la presión de grupo y peores puntuaciones en factores escolares, autoestima y relaciones familiares frente a los no consumidores de cannabis, mientras que los que inician el consumo más tarde (14-15 años) presentan un nivel intermedio en estas variables (2). Estos datos indican cuanto menos una clara asociación (si bien no disponemos de evidencias que confirmen causalidad) entre el consumo precoz y las alteraciones a nivel psicológico y de rendimiento funcional en niños y adolescentes (5). -213º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com ¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ Entre los efectos destacar (1): adversos a corto y largo plazo provocados por el consumo cabría A) Efectos agudos: 1. Ansiedad,disforia, pánico y paranoia. Especialmente en nuevos consumidores 2. Alteración de la atención y de la memoria y déficit psicomotor. 3. Posibilidad o aumento de riesgo de accidente de tráfico. B) Efectos crónicos: 1. Síndrome de dependencia que se caracteriza por incapacidad para abstenerse o para controlar el consumo de droga. 2. Formas sutiles de alteración cognitiva que afectan la atención y la memoria, que persisten mientras los consumidores permanecen. 3. Alteración en la formación y educación de los adolescentes pues su aprendizaje puede estar limitado. 4. Entre los que comienzan a edades tempranas aumenta el riesgo de progresar a un uso duro de cannabis o de otras drogas ilegales. 5. Aumento del riesgo de esquizofrenia y psicosis graves. 6. Aumento del riesgo de trastornos depresivos y síndrome amotivacional. Será en este último punto 6 en el que centraremos nuestra exposición. PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO: La paciente, de 17 años, es traída a urgencias por su familia por protagonizar episodios autolesivos y parasuicidas, en el contexto de conflictos con su actual pareja. Sus padres refieren alteraciones en su comportamiento y agresividad concomitante a estos episodios, lo cual constituye motivo de ingreso en la planta de hospitalización de la Unidad de Salud Mental Infantil. Como antecedentes personales destacan el consumo de Cannabis desde los 10 años, crisis de ansiedad reactivas y según refería ella, haber sufrido maltrato físico y psicológico por parte de su pareja. En cuanto a su evolución durante el ingreso cabría resaltar manifestaciones de hostilidad, inquietud e irritabilidad, mostrándose poco colaboradora. Cierta tendencia al aislamiento en su habitación, y suspicacia (al inicio de la hospitalización), pero sin clara ideación autorreferencial. Con el paso de los días se produce un giro en la sintomatología presentada inicialmente hacia un cuadro con manifestaciones similares a los síntomas negativos esquizofrénicos y la depresión, que hacen que al alta se considere la inclusión de la paciente en Hospital de Día para su observación y posterior diagnóstico diferencial. En su participación en las actividades terapeúticas se observa un claro enlentecimiento psicomotor, latencia de respuesta incrementada, inexpresividad facial y nula reactividad emocional, hipomimias, abulia, anhedonia, apatía, aislamiento social y deterioro cognitivo (déficits atencionales y dificultad para mantener la concentración). Tras estudiar el caso concluimos que esta sintomatología respondía al Síndrome Amotivacional, (trastorno inducido por el consumo de cannabis precoz y continuado realizado por la paciente), debido a la marcada falta de interés por el entorno e indiferencia afectiva que manifestaba la paciente. SINDROME AMOTIVACIONAL: Uno de las consecuencias más clásicamente asociadas al consumo de cannabis es el síndrome amotivacional, descrito en 1968 por Smith. Hasta el momento no existe un consenso acerca de su existencia como entidad clínica propia e independiente. Se define como un estado de pasividad e indiferencia, caracterizado por disfunción generalizada de las capacidades cognitivas, interpersonales y sociales debido al consumo de cannabis durante años y que persistiría una vez interrumpido dicho consumo (1). El paciente se vuelve apático, sin energía, sin interés, con indiferencia afectiva, suele ganar peso y parece extremadamente perezoso. Tiene desgana para hacer cualquier actividad prolongada que requiera atención o tenacidad. Como resultado, la mayoría de ellos tienen pobre desempeño escolar y laboral, ya que suelen presentar dificultades para el estudio y aprendizaje (1). -313º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com ¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ Aunque se trate de un trastorno aparentemente bien delimitado, no es reconocido por las principales clasificaciones internacionales. Para la OMS, sigue sin estar suficientemente diferenciado este “síndrome amotivacional” de los efectos directos de la intoxicación crónica por cannabis, por lo que en lugar de hablar de s. amotivacional, la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) propone las siguientes entidades (6): F12 Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de cannabinoides. F. 12.71 Trastorno de la personalidad o del comportamiento inducido por cannabinoides (para aquellos pacientes con un consumo reciente pero no actual que presenten este síndrome). F. 12.72 T. afectivo residual inducido por cannabinoides (incluiría sintomatología depresiva-distímica atribuible al abuso de cáñamo). F.12.74 Deterioro cognitivo persistente inducido por cannabinoides. Por su parte, la DSM IV (Diagnostic and Statistical manual of mental disorders) tampoco recoge este síndrome como una entidad nosológica independiente, pero sí refleja que en consumidores crónicos puede aparecer un síndrome distímico que cursaría con letargia, anhedonia, y alteraciones del humor. Otros autores en cambio lo consideran como un genuino síndrome depresivo o secundario al deterioro cognitivo(1). Tampoco existe una categoría de trastorno afectivo inducido por cánnabis en la DSM IV-TR. La relación entre un trastorno afectivo y el consumo de cannabis es más intensa en las mujeres y cuando el consumo se ha iniciado de forma más precoz y las dosis son mayores. No existen hipótesis científicas convincentes sobre el mecanismo fisiopatológico del síndrome amotivacional, y los estudios rigurosos sobre el tema en las dos últimas décadas son muy escasos. Por todo ello, en la actualidad no se considera la existencia del síndrome amotivacional por cannabis, sino que se aceptan como explicaciones más razonables el efecto de la intoxicación crónica sobre la memoria en consumidores intensivos, las diferencias de personalidad, las características psicológicas de la adolescencia o la enfermedad psiquiátrica preexistente, en lugar de reconocer un síndrome psiquiátrico independiente (4). DETERIORO COGNITIVO: Este constituye otra área de interés en relación a las consecuencias que el consumo de cannabis tiene en el funcionamiento neuropsicológico y el rendimiento cognitivo. Ciertas funciones cognitivas se ven directamente afectadas por el consumo de cannabis, apareciendo alteraciones en: memoria a corto plazo, atención, velocidad de procesamiento, estimación del tiempo, funciones ejecutivas, flexibilidad cognitiva y control motor. (Todas estas capacidades se encontraban mermadas en nuestra paciente). Aunque algunos déficits pueden persistir semanas meses o incluso años después de abandonar el consumo, generalmente parecen recuperarse los niveles normales tras un periodo extenso de abstinencia (1). No esta claro por tanto, si existe o no deterioro cognitivo permanente en consumidores crónicos. La principal preocupación respecto a estas alteraciones gira en torno a aquellos consumidores habituales, especialmente los más jóvenes, que presentan un rendimiento cognitivo disminuido consecuencia del consumo regular durante una etapa crucial para su desarrollo mental y académico como es la adolescencia, y cuyas consecuencias personales pueden no ser tan reversibles (1). -413º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com ¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ En el caso que estudiamos, durante el seguimiento en el Hospital de Día se observó una permanencia en el tiempo de la sintomatología, fundamentalmente de las alteraciones cognitivas. Se produce una mejoría después de varios meses aunque no se produce una remisión completa con lo que apoyaría el carácter de reversibilidad del cuadro. Hay estudios que relacionan la persistencia de algunas alteraciones neurocognitivas con el consumo de cannabis temprano (antes de los 17 años). CONCLUSIÓN: Finalmente el diagnóstico diferencial consistió en dilucidar si la sintomatología que manifestaba la paciente era producto de una alteración en su personalidad derivada del consumo, un trastorno de tipo afectivo residual, o bien el resultado del deterioro cognitivo producido por este tóxico (ciñéndonos a los criterios de la CIE-10). Concluimos que existían alteraciones en todas estas áreas, y que supondría un diagnóstico limitado el tener que excluir alguna de ella, pues aunque el deterioro cognitivo fuera el síntoma más evidente, era indudable que se había producido una afectación a un nivel de funcionamiento más global. Se evidenciaban déficits en sus capacidades de relación interpersonal con ausencia de iniciativa en situaciones sociales, junto a un claro enlentecimiento en su capacidad de respuesta verbal y motriz cuando se le instaba a ello; escasa o nula resonancia afectiva, mostrando una expresión facial de indiferencia y neutralidad emocional; falta de interés generalizado en cualquier tema o actividad… etc. En definitiva se objetivó un cambio drástico en el comportamiento y personalidad que había mostrado previamente. Este amplio abanico de manifestaciones psicopatológicas refleja la dificultad a la hora de delimitar el cuadro clínico en una categoría diagnóstica concreta. Las clasificaciones internacionales no aceptan en sus códigos el sindrome amotivacional aunque no niegan su existencia. Es incluído entre los cuadros afectivos inducidos por el consumo crónico. Así, la propuesta actual más cercana sería su valoración como cuadro depresivo o pseudodepresivo inducido por el consumo crónico de cannabis, que sería resultado de los efectos directos de la intoxicación crónica de la sustancia. No existen aún conclusiones claras acerca de este síndrome, pero parece que en su desarrollo podrían mediar múltiples factores socioculturales, alteraciones psicológicas o incluso factores de personalidad. Todo ello nos lleva a la reflexión sobre la necesidad de que las clasificaciones internacionales valorarán la inclusión de categorías nosológicas más amplias, que dieran cuenta de la complejidad de la psicopatología que puede derivarse del consumo de cannabis y que podemos observar en determinados consumidores que atendemos en la práctica clínica diaria. -513º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com ¿SÍNDROME AMOTIVACIONAL? CONSUMO DE CANNABIS DE INICIO PRECOZ Bibliografía: 1. Gutierrez-Rojas L, De Irala J, Martínez González MA. Efectos del cannabis sobre la salud mental en jóvenes consumidores. Rev Med Univ Navarra/Vol 50, Nº1,2006,3-10 2. Fernández-Artamendi S, Fernández-Hermida JR, Secades-Villa R, García-Portilla P. Cannabis y salud mental. Actas Esp Psiquiatr 2011;39(3):180-90 3. PNSD: Informe 2007 del Observatorio Español sobre Drogas. Situación y tendencias de los problemas de drogas en España. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2007 4. Caudevilla F, Cabrera A. Efectos psicológicos del Cannabis. FMC. 2008;15(5):282-90. 5. Macleod Oakes R, Copello A, Crome L, Hckman M, Oppenkowski T, Stokes-Lampard H, Smith GD.Consecuencias psicológicas y sociales del cannabis y otras drogas ilícitas consumidas por los jóvenes: informe sistemático de estudios longitudinales de la población general. RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 43 – 2005 6. CIE-10 Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y problemas relacionados con la salud.OMS. 7. DSM- IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales Barcelona: Masson.2002. -613º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com