Perforación uterina tras interrupción voluntaria del embarazo (IVE): hallazgos en TCMD. Poster no.: S-0040 Congreso: SERAM 2012 Tipo del póster: Presentación Electrónica Científica Autores: M. Eisman Hidalgo, Y. Núñez Delgado, E. Olmedo Sánchez; Granada/ES Palabras clave: Genital / Aparato reproductor femenino, TC DOI: 10.1594/seram2012/S-0040 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. 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Página 1 de 9 Objetivos El legrado, también conocido como dilatación y curetaje, es una de las técnicas diagnóstica y terapeútica más utlizada en Ginecologia y Obstetricia, y data de más de un siglo de antigüedad. La técnica con la que se realiza depende del objetivo para el que sea practicado. En el caso de una interrupción voluntaria del embarazo (IVE), lo más habitual es el legrado simple (con legras metálicas) o por aspiración ( con menor tasa de complicaciones). Si bien el IVE, es un procedimiento relativamente sencillo, que puede ser realizado de manera ambulatoria, sin necesidad de hospitalización, el aumento progresivo de este tipo de intervenciones y la accesibilidad del TCMD en nuestros hospitales, hace necesario que el radiólogo se familiarice con este procedimiento y con las posibles complicaciones que se pueden derivar. Dentro de éstas la más frecuente es la retención de restos en la cavidad endometrial, y la más grave la perforación uterina con o sin lesión de otras estructuras intraabdominales. El objetivo de este trabajo es la de describir y conocer los hallazgos observados en TCMD en caso de perforación uterina tras la realización de un IVE. Material y método Descripción de dos casos de perforación uterina tras realización de IVE , a los que se les realizó TCMD con contraste intravenoso (CIV) previa a la intervención quirúrgica, durante el año 2011 en el Hospital Universitario San Cecilio. Resultados 1er Caso: Paciente de 34 años de edad, que acude a las urgencias de ginecologia del hospital derivada de una clínica privada por metrorragia tras la realización de un IVE mediante legras metálicas, en la 12ª semana de gestación, con sospecha de atonía uterina. Tras exploración y ecografía ginecológica se decide realización de TC abdominopélvico sin y CIV en fase arterial y venosa, para descartar perforación uterina, observando una colección heterogénea, de localización anteroinfeiror al útero y craneal a la vejiga, de bordes bien definidos, y unos 7x8.7x7cm (APxTxL)(fig 1 y 2) hiperdensa en el TC sin CIV, Página 2 de 9 que muestra tan solo una pequeña hipercaptación en su porción lateral izquierda (fig 3). Hallazgos que sugieren hematoma postquirúgico tras perforación uterina con sangrado activo. Tras lo cual la paciente fue intervenida de manera urgente para evacuar el hematoma y realizar histerorrafia con sutura continua. 2º Caso: Mujer de 25 años, derivada de una clínica privada por sospecha de perforación uterina durante la realización de IVE con cánula de aspiración, ya que durante el mismo, se visualizó la salida de tejido compatible con epiplon por el agujero cervical externo. Tras la exploración y la ecografía ginecológica se solicita la realización de un TC abdominopélvico sin y CIV en fase venosa, observando: -Una pequeña aréa no captante a nivel del fundus, que se extiende por todo el espesor uterino desde la cavidad endometrial a la grasa periuterina, compatible con la sospecha clínica de perforación e introducción del epiplón hacia la luz endometrial (fig 4 y 5) -La presencia de leve hemoperitoneo en pelvis (fig.5) La paciente fue sometida a una laparoscopia, confirmando la presencia de un pequeña perforación en el fundus por donde penetraba el epiplon, en cual fué extraido mediante pinzas de agarre. Images for this section: Página 3 de 9 Fig. 1: Fig.1.Reconstrucción coronal de un TC abdominopelvico CIV en fase venosa donde se observa el gran hematoma (estrella blanca) localizalizado inmediatamente inferior al útero (flecha blanca). Página 4 de 9 Fig. 2: Fig.2.Reconstrucción sagital de un TC abdominopelvico CIV en fase venosa donde se obseva la localización del hematoma (estrella blanca) con respecto al útero (flecha blanca). Página 5 de 9 Fig. 3: Fig.3. TC abdominopélvico sin y CIV en fase venosa, donde se aprecia el sangrado activo en la porción lateral izquierda del hematoma (flecha blanca). Página 6 de 9 Fig. 4: Tanto la figura 4 como en la 5, se señala con una flecha blanca, el trayecto de la perforación uterina, que comunica la cavidad endometrial y la pelvis. Además se observa contenido de muy baja densidad, en relación a la penetración del tejido epiploico hacia la luz endometrial. Página 7 de 9 Fig. 5: Fig.5. TC abdominopélvico CIV en fase venosa observando alteración del contorno uterino con imagen lineal hipocaptante en relación con la perforación uterina (flecha blanca) y pequeña cantidad de hemoperitoneo (estrella blanca) principalmente a nivel del saco de Douglas. Página 8 de 9 Conclusiones Dentro de las distintas complicaciones del IVE, se sitúa por gravedad en primera posición la perforación uterina. En caso de producirse y siempre que la paciente se encuentre hemodinamicamente estable, la realización de un TCMD con CIV aporta información muy útil al cirujano ya que valora el grado de sangrado, la existencia de sangrado activo y el estado de otras estructuras intraabdominales. Los principales hallazgos en TCMD tras perforación uterina son: el hemoperitoneo, colecciones hemáticas parauterinas, defectos de captación uterina, y neumoperitoneo si se asocia a perforación intestinal. Página 9 de 9