Sanidad de la hija de Jairo

Jesús salió de la barca. Estaba a orillas del lago
de Galilea. De repente, mientras Él estaba allí
con sus discípulos, una gran multitud lo rodeó.
Era una gran multitud que buscaba ayuda,
muchas personas que querían ser sanadas.
De la multitud, la voz más triste y desesperada
era la de Jairo, un líder de la sinagoga. “Mi hija,
mi pequeña, se está muriendo”, lloraba
mientras caía a los pies de Jesús. “Por favor,
ven a ayudarla. Si pones tus manos sobre ella,
yo sé que vivirá”.
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Entonces, Jesús y Jairo pasaron entre la gran
multitud, con la gente empujándolos por todas
partes. Ellos caminaron lo más rápido posible, pero
era difícil abrirse paso entre tantas personas. En
ese momento, algunos hombres de la casa de Jairo
se esforzaron por acercarse y encontrarlos. “Es
demasiado tarde”, suspiraron. “Lo sentimos
mucho, pero tu hija ya está muerta”. Entonces,
mirando a Jesús dijeron: “No tiene sentido
molestar al Maestro”. Pero Jesús no se había dado
por vencido. “Yo sé lo que tú más temes”, le dijo a
Jairo, “pero no tengas miedo. Cree y tu hija
será sana”.
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Entonces continuaron caminando hacia la casa de
Jairo; cuando llegaron, encontraron otra multitud:
mucha gente llorando, agobiada por el dolor de la
muerte de la pequeña.
“¿Por qué están llorando? ¿Por qué están
gimiendo?”, Jesús preguntó a la multitud. “La niña
no está muerta. Ella solo está dormida”.
El llanto cesó. Todo se calmó. Luego una persona
se rió y después otra. Pronto toda la multitud reía
con ellos, pero no era una risa de alegría, sino que
se burlaban de Jesús por haber dicho que la niña
solamente dormía.
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Entonces, ¿qué hizo Jesús? Llamó a tres de sus
discípulos, Pedro, Jacobo y Juan hacia un lado.
“Vengan conmigo solo ustedes tres” ”, les dijo,.
Y junto con Jairo y su esposa, entraron a la casa
para ver a la niña.
Ella estaba acostada, tal como todos decían.
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Entonces, Jesús tomó su mano y le dijo:
“Pequeña, levántate”.
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Y ella lo hizo. Ahí en la habitación, con su mano
en la mano de Jesús, la pequeña se levantó.¡y
caminó por el cuarto!
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Jairo, su esposa y los discípulos de Jesús
estaban maravillados.
Jesús les dijo que no le contaran a nadie lo
que Él había hecho.
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“Ahora”, dijo Jesús mirando alrededor de
la habitación, “¡creo que la niña necesita
comer algo!”
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1. ¿Dónde estaba Jesús cuando se bajó de la barca?
6. ¿Cómo respondió la multitud a las palabras de Jesús?
7.
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b.
c.
d.
a.
b.
c.
d.
a.
b.
c.
d.
A orillas del lago de Galilea.
En el desierto.
En la cima de una montaña.
De vacaciones
2. Además de sus discípulos, ¿con quién estaba Jesús?
a.
b.
c.
d.
Con una multitud de gente que necesitaba ayuda.
Con su familia.
Con el capitán del bote.
Con su perro.
3. ¿Qué necesidad llevó a Jairo hasta Jesús?
a. Quería que Jesús sanara a su pequeña que estaba muriéndose.
b. Quería que Jesús sanara a su pequeño.
c. Quería que Jesús fuera a cenar a su casa.
d. Quería que Jesús orara por él.
4. Cuando algunos hombres vinieron y dijeron que la niña había muerto, ¿qué le dijo Jesús a Jairo?
a.
b.
c.
d.
“Cree y tu hija será sana”.
“Lo siento, no llegamos a tiempo”.
“Deberíamos haber venido ayer”.
“Deberías ir a tu casa y consolar a tu esposa”.
5. ¿Qué le dijo Jesús a la multitud que estaba llorando en la casa de Jairo?
a.
b.
c.
d.
La niña está dormida.
La niña está en el cielo.
Por favor, váyanse a sus casas.
No les dijo nada.
Se rieron y se burlaron de Jesús.
Lloraron aún más fuerte.
Conversaban en voz baja unos con otros.
Decidieron comer algo.
¿Quiénes entraron a la casa con Jesús, junto con Jairo y su esposa?
Pedro, Jacobo y Juan.
Solo Pedro.
Un doctor.
Nadie más.
8. ¿Qué hizo Jesús después de entrar a la casa?
a. Tomó la mano de la pequeña y dijo: “Pequeña, levántate”.
b. Descansó por un rato.
c. Comió algo.
d.Oró.
9. ¿Cómo se levantó la pequeña y caminó alrededor de la habitación?
a. El poder de Jesús la sanó y le dio la fuerza para caminar.
b. Finalmente se cansó de estar acostada y se
levantó.
c. Sus padres la ayudaron a levantarse.
d. Decidió llamar a sus amigos para que la ayudaran.
10. ¿Qué aprendemos de esta historia?
a.
b.
c.
d.
Jesús puede resucitar a las personas de la muerte.
A Jesús no le agradan las grandes multitudes.
Asegúrate de tener un doctor cerca de tu casa.
No te enfermes cuando tu familia está lejos.