Editorial 2008 será un año propicio para desenmascarar a Uribe y a su régimen fascista que sigue cabalgando sobre un sartal de mentiras, acolitado por los grandes medios de información que con sucesos mediáticos esconden la realidad nacional. El pueblo colombiano no puede seguir sosteniendo a un gobernante mafioso, paramilitar, apátrida, camorrero y desalmado como el presidente de la república porque eso lesiona los intereses de la patria, nos aísla del mundo y nos subyuga casi a nivel de esclavitud al imperio del norte, acaso es digno que nos represente como presidente un tipo que tiene profundas falencias morales, un tipo que autorizo las licencias a las pistas y vuelos de pablo escobar para transportar cocaína, acoso no fue Uribe el que creó y amparo legalmente al paramilitarismo en las tristemente celebres convivir; maquinas del terror que masacraron a miles de colombianos, acaso Uribe no es el socio político del casi medio centenar de congresistas presos por paramilitarismo, pues estos eran de su partido y los votos fueron endosados a la elección de tan “ilustre” personaje, sin olvidar el esfuerzo que ha hecho para re direccionar y producir un relevo generacional en el paramilitarismo a través de la supuesta desmovilización en la perversa ley de “justicia y paz”, lo cierto es, que hoy están más estrechas las relaciones del estado con el paramilitarismo, con mentiras repetitivas siguen engañando a Colombia y al mundo con el cuento que ya no existen paramilitares, amén de esto en Colombia se profundiza la desigualdad social, aumentó el desempleo y el alto costo de la vida, pues ya se impuesta hasta el aire que respiramos, el país se privatiza, campea la corrupción, los valores se degradan cabalgando a prisa de la mano de Uribe, a esto se le suma la incapacidad para resolver el canje de prisioneros negándose a reconocer la realidad nacional frente al conflicto social y armado; A sido Uribe el que se ha negado con sus lamentables inamovibles y sus razones de estado a resolver el canje de prisioneros, siendo este un acto humano en la confrontación de dos fuerzas en contienda como la que hoy existe en nuestro país, si Uribe no ha sido capaz de dar ese paso elemental, menos será capaz de buscar la paz que tanto anhelamos los colombianos. 1