Entrevista con Norberto Galasso

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Para recuperar
la energía
nacional
Revista
Director: Eric Calcagno
Año 1 - Nº 1 - Segunda generación
Segunda
quincena de
septiembre
de 2005
$2
La renuncia del Estado a sus obligaciones
de control y regulación, han dejado al
país al borde del abismo energético
- Páginas 6 y 7
Vuelve Qué
“El trabajo de Qué fue dotar de un lenguaje
e ideología precisos que sirvieran
de fundamento para la construcción de un movimiento nacional de vastos alcances”
- Páginas 4 y 5
Entrevista con Norberto Galasso
“Yo creo que proponemos una concepción que sería: el protagonista que
empuja el progreso histórico de los argentinos son las masas populares”
- Páginas 8 y 9
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Revista
EDITORIAL
3
POR
2005.
Hace poco tiempo la Argentina salió del
default externo. Sin embargo, lamentablemente, todavía hay
mucho por hacer. La deuda interna es aún muy grande. Y existe
una prioridad, que no sabe de tiempos políticos ni burocráticos:
solucionar los problemas de la gente.
Cientos de miles de argentinos sin trabajo y otros tantos bajo la
línea de la pobreza; la educación y la salud al borde del colapso, son
postales que se pueden palpar en cada rincón de país. Hoy vivimos en
una nación muy distinta a la que soñaron nuestros queridos
próceres, pese a que la riqueza está a flor de tierra, en minerales, en
agua, recursos pesqueros, en cuencas lecheras y en hidrocarburos.
Qué, la revista que reeditamos a partir de esta semana, luego de
medio siglo, encuentra las mismas necesidades y desafíos
pendientes que su antecesora. Y tenemos la humilde
intención de aportar a la sociedad un conjunto de ideas,
de propuestas que ayuden a romper en algunos aspectos la
inercia de muchos años de entrega total.
Para los memoriosos no hace falta recordar que el padre del
nefasto plan que hundió a la Argentina en el fondo del abismo, y
cuyo objetivo estaba en las antípodas de las propuestas esbozadas
por la revista Qué, fue José Alfredo Martínez de Hoz, un personaje
que solía decir que era lo mismo producir caramelos que acero.
Pero no está de más refrescar la memoria, como ejercicio útil para evitar
cometer otra vez los mismos errores. Por eso también vale citar las políticas
aplicadas durante la década del ‘90, de las manos de Carlos Menem
y Domingo Cavallo, como el broche de oro de la
desindustrialización y desnacionalización de los recursos
clave de nuestro país.
Es cierto que en la Argentina del siglo XXI existe una
tendencia débil de cambiar las cosas, al menos algunas
de ellas. Pero la necesidad de nuestra querida gente, de
millones de compatriotas, es de extremada urgencia. Y
requiere de propuestas concretas, dotadas de inteligencia y valor.
Despojadas de intereses mezquinos. Allí está el motivo principal de la
reaparición de Qué.
Los que formamos parte de este emprendimiento tenemos el sentido
clarísimo de la defensa de los intereses nacionales. Quienes hacemos la
revista Qué segunda generación, entendemos también que el mejor
homenaje a los forjadores de la publicación, desde Raúl Scalabrini Ortiz
hasta Rogelio Frigerio y Arturo Frondizi, sin olvidar el brillante aporte de
hombres como Arturo Jauretche, es retomar su obra. Porque es posible
una Argentina grande y poderosa z
Revista Qué. Director: Eric Calcagno. Editora responsable: Myriam René Chávez de Balcedo. Secretaría de redacción: Carolina Balderrama y Claudio Lentini
Coordinador General: Sergio Rabuszki. Colaboran en este número: Ricardo Andrés De Dicco, Alfredo Eric Calcagno, Horacio Marmureck y Juan Escobar.
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Revista
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EDITORIAL
REVOLUCION
U
en el periodismo
na revolución en el periodismo
produjo el semanario Qué
sucedió en 7 días, fundado y
dirigido por Andrés Calamaro
en 1946. Llegó a vender treinta mil ejemplares, una cifra insólita para la época, con
redactores de la talla de Dardo Cúneo,
Baltasar Jaramillo, Vicente Fatone, Ernesto
Sábato, Jacobo Timerman y Raúl Scalabrini
Ortiz.
Qué reaparece en 1957 en circunstancias
todavía no terminadas de contar.
Presumiblemente, la dirección fue ofrecida a
Scalabrini Ortiz y a Jauretche, quienes en su
condición de peronistas activos no consideraron apropiado aceptar, dadas las condiciones de aquellos días. El destino le ofrece
una oportunidad a Arturo Frondizi, acordando que Rogelio Frigerio, personaje a
quien recién conocía, asumiera la conducción de la revista, cuya cabeza visible fue en
sus comienzos Marcos Merchensky.
Poco tiempo después, Frigerio asume la
dirección definitiva de la
revista, que luego abandona en 1958 para hacerse
cargo de la Secretaría de
Asuntos
EconómicoSociales de la Presidencia.
Por un breve lapso lo
sucede Scalabrini Ortiz y,
posteriormente, Mariano
Montemayor.
Para
comprender
la
filosofía de Qué es preciso
situarse en la época y los
hombres. La revolución de
1955 había desalojado a
Perón del gobierno, dejando profundas
divisiones y heridas irreconciliables en
la sociedad. Frondizi impulsó entonces
la escisión del radicalismo, de cuadros
heterogéneos y con profunda raigambre antiperonista, pero quedó en
minoría, apoyado únicamente por sectores de la pequeña burguesía, los
industriales y una fuerte presencia de
líderes políticos del interior. Debe
abrirse camino hacia las masas y para
eso necesitaba del peronismo y de
dirigentes prestigiosos que lo acompañasen.
El rol de Qué contribuyó decisivamente a tender ese puente que allanaría los obstáculos para que
Frondizi llegara a la presidencia con
su apoyo. La revista se hizo sin gente
con pasado radical, sus integrantes
provenían en su mayoría de la
izquierda nacional y del peronismo
con un toque de nacionalismo
católico que, entre otras cosas,
arreglaría rápidamente las diferencias con la Iglesia.
Ramón Prieto, conspicuo miembro
de lo que posteriormente se denominaría “la usina” del desarrollismo,
hace una descripción ajustada: “Qué
fue un curso de economía política y
un aliciente para la acción política y
social, que valió de la misma manera
para peronistas y no peronistas,
superando sus contradicciones for-
Qué fue un curso de
economía política y un
aliciente para la acción
política y social
males y abriéndoles un camino común en el
que Jauretche ponía la pimienta y sal de su
pe-ronismo, Scalabrini Ortiz la hondura de
su pensamiento nacional y Frigerio los
esquemas en que se ligaban, como parte de
un todo indi-soluble, la economía, la política y ambas con la justicia social”.
Paralelamente, se crearía con los aliados al
naciente frondizismo el “Centro de Estudios
Argentinos”, entidad que, en la misma línea,
dictaba cursos y conferencias sobre los más
diversos temas de economía, historia, cultura, política y hasta cirugía, éstos últimos a
cargo de Ricardo Finochietto y Raúl Matera.
Desde sus comienzos, Qué apoya la candidatura de Frondizi a la presidencia, inaugurando una nueva forma de ejercer el
pe-riodismo político y la práctica política.
En un país convulsionado por la antinomia
peronismo-antiperonismo, que no encontraba salida social ni económica, impone un
lenguaje diferente. Hay denuncia, claro está,
pero en sus páginas se habla de industrialización, integración nacional, pacificación,
unidad latinoamericana y alianza de todas
las clases y sectores sociales, con el objetivo
común del desarrollo armónico espiritual y
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Revista
Por Alfredo E. Calcagno
Doctor en Derecho y
Ciencias Sociales, UBA
material.
Los editores sabían
su quehacer: tenían
que machacar sobre
todo el vasto temario
del interés nacional.
Pero los pro-blemas no
se reducían a simples
enunciados o diagnósticos. Había que exponerlos y estudiarlos, proponer soluciones y
líneas de acción. Por esta
razón, las páginas de
Qué convocaron a especialistas de las áreas más
diversas, quienes conjuntamente con los técnicos
nucleados en el Centro de
Estudios, sumados a la
poderosa gravitación intelectual
de
Arturo
Frondizi y todos los que lo
rodearon, comenzaron a
configurar un programa de
gobierno. No faltaba el
humor, al que contribuyeron Garaycochea, Landrú y otros
más.
Con actitud combativa, pero también
profundamente racional y política, Qué
atrajo a una multitud de jóvenes desencantados del viejo discurso y la lucha estéril,
como también a buena parte de la intelectualidad del peronismo y del radicalismo
disidente. Se suministraban material e
ideas a la política, poniendo la piedra fundamental a la alianza que se haría efectiva
posteriormente. El trabajo de Qué fue dotar
de un lenguaje e ideología precisos que
sirvieran de fundamento para la construcción de un movimiento nacional de
vastos alcances.
El 29 de abril de 1958, a dos días de
L
os diarios y revistas informan acerca
de los acontecimientos políticos,
sociales y económicos de un
momento dado. Pero por su misma
índole, los juzgan desde afuera y rara vez se
convierten ellos mismos en protagonistas de la
historia que relatan. No se trata de la prensa
partidaria o de la inspirada por el gobierno,
usual en las democracias, sino de hechos políticos producidos por medio de la prensa.
Ejemplos clásicos de esta función a escala
internacional, lo constituyen L'Aurore de Paris
(artículos de Émile Zola sobre el Caso Dreyfus,
Paris, 1898), o Combat, de la Resistencia
Francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Entre nosotros, los artículos de Mariano
Moreno en La Gaceta de Buenos Aires de 1810
fueron factores políticos determinantes. Más
de un siglo después, los Cuadernos de Forja
(1935-1946) inspiraron los programas de gobierno peronista y desarrollista. Dentro de este
periodismo-protagonista se filia la revista
asumir Frondizi la presidencia, Qué, en
un número extraordinario, titula: “Un
Programa que Cumplir, con estrecha vigilancia popular”, donde puede leerse: “Aquí
han luchado dos políticas económicas y
sociales que se enfrentan desde hace tiempo para dirimir la senda que tomará la
Nación para el desarrollo de su economía.
Las estructuras que responden a la política
de supeditación del desarrollo de la Nación
a las exigencias de una minoría oligárquica
y sus aliados extranjeros, han sido profundamente conmovidas por la posibilidad de
crecimiento del país...”.
Cualquier parecido con la actualidad, no
es casual .z
se desestatizaron los depósitos bancarios, se
dio autarquía al Banco Central, se liberaron los
precios y se intentaron controlar los salarios.
Frente a esta restauración oligárquica, la
revista Qué se convirtió primero en un centro
de oposición y después en el núcleo donde se
configuró la alianza Perón-Frondizi, que triunfó en las elecciones de 1958. Ello requería un
debate de principios, ideas y perspectivas que
se realizó en la revista. Fue la continuación, en
otro contexto y época, de los Cuadernos de
Forja; en esta tarea estaban presentes dos de
sus más ilustres miembros: Raúl Scalabrini
Ortiz y Arturo Jauretche. Había que darle sentido político a la eventual labor de gobierno,
cuyos ejes deberían ser la integración social,
política y económica (en primer término con la
eliminación de las proscripciones políticas) y la
consolidación de la Argentina industrial. Así,
Qué no fue sólo un relator de la historia, sino
que contribuyó a forjarla. Puede discutirse lo
que ocurrió después; pero es otra historia. La
revista Qué marcó rumbos durante los tres
años que se publicó.
Esto ocurrió entre 1956 y 1958. Casi medio
siglo después, se emprende una tarea con
Qué
La Revista
en
1956-1958 y en 2005
Qué: entre 1956 y 1958 fue
el instrumento para la construcción de un frente político nacional y popular frente
al sesgo colonial y represivo
de la llamada “Revolución
Libertadora”.
¿Cuáles fueron los rasgos distintivos del gobierno
militar que surgió en 1955?
En cuanto al modelo
económico global, continuó la hegemonía del sector industrial, pero ya no
como modelo de consumo
de masas sino concentrador. Se entraba en la
sustitución de importaciones “difícil”, dominada por las empresas
grandes y el consumo de grupos de ingresos
medios y altos (al revés de la “sustitución
fácil”, hegemonizada por los empresarios
medios y chicos y el consumo de masas).
Los beneficiarios y los perjudicados fueron
los inversos a los del sistema peronista: se
transfirieron ingresos de los asalariados al capital y de la ciudad al campo. Un símbolo: el 30
de agosto de 1956, la Argentina se incorporó
al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al
Banco Mundial (en 1957 se firmó el primer
acuerdo stand-by). Se suprimió el Instituto
Argentino de Promoción del Intercambio, IAPI
(es decir, se devolvió a los exportadores la
renta del comercio internacional de cereales),
se eliminaron los controles de cambio y las limitaciones a la entrada de capital extranjero,
inspiración análoga, con
nuevos nombres y dentro de las condiciones
actuales (seguir la tradición no es usar el sombrero del abuelo, sino
comprarse uno nuevo,
como hizo él). La
Argentina está superando un momento de ruptura, de sentido inverso
al de 1955 y esta vez dentro de la legalidad. Sin
embargo, es asombroso
que las reivindicaciones
sigan siendo las mismas:
integración (esta vez social
y económica) y reindustrialización. Parece mentira
que el 40% de la población esté en situación
de pobreza, que se haya vaciado al Estado,
declinado la soberanía nacional, desindustrializado, renunciado a la renta de los recursos
naturales; pero todo eso ocurrió durante el
período neoliberal.
Ahora está claro qué es lo que no se
quiere; pero hay que discutir en detalle lo que
se quiere y la forma de lograrlo. Es indispensable emprender la reconstrucción, para lo
cual debe reabrirse un debate de ideas que
politice (en el mejor sentido de la palabra) la
solución de nuestros problemas. Ojalá la
revista Qué se convierta otra vez en una
fuente de información veraz, en un centro de
debate de ideas, en una forja de propuestas y
en un baluarte de la defensa del interés
nacional y popular.z
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Revista
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ENERGIA
EVOLUCION DEL SECTOR ENERGETICO EN LA ARGENTINA
Para RECUPERAR
la energía
L
nacional
Por
Ricardo De Dicco
Investigador del CEPEN-UBA,
IDICSO-USAL y Grupo MORENO
a Argentina fue pionera
en América Latina, y en el
mundo, en materia de política
energética orientada al desarrollo. Desde los inicios hasta los noventa, petróleo y gas fueron elementos estructurantes en un proyecto nacional de modernización. ¿Cómo se instrumentó ese
proyecto? ¿En qué situación estamos
ahora? ¿Qué podemos hacer?
Cuadro 1. Argentina: abastecimiento energético
Fuentes de Energía
Construcción
A principios del siglo XX, el país contaba
con una oferta de recursos energéticos poco
variada, donde el petróleo y el carbón
(importados) participaban con el 60% en la
satisfacción de las necesidades, la leña con el
30% y otras formas de energía proveían el
10% restante. Desde la creación de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1922, al
final del primer gobierno de Yrigoyen, y
hasta los años ochenta, se expandió la oferta
y la producción de energía en todas sus formas (combustibles derivados del crudo, gas
natural, electricidad) así como se diversificó
La reforma constitucional
de 1949, en su artículo 40,
declaró a los yacimientos
de dominio inalienable
e imprescriptible
de la Nación
1970
1988
2005
Petróleo
68
48
43
Gas
21
41
46
Hidroenergía
1
4
4
Energía nuclear
-
2
2
10
5
5
Otras formas
Fuente: elaboración propia, en base a datos de la secretaría de Energía de la Nación.
el suministro eléctrico (en base al gas natural que distribuía la empresa Gas del Estado
creada por iniciativa del general Perón, poco
antes de asumir su primer gobierno, más la
hidroelectricidad y, en menor medida, la
núcleo- electricidad) (véase el cuadro 1).
Se advierte que, tanto en 1970 como en
2005, el petróleo y el gas abastecen el 89%
del consumo. Lo que varió es el porcentaje
de cada uno: el petróleo cayó del 68% al
43%, y recíprocamente creció el gas.
Hasta las políticas de privatizaciones de
los años ‘90, bajo la gestión del Estado se
formularon e instrumentaron políticas de
planificación energética, que ayudaron a
configurar un aparato productivo industrial
y tecnológico (con Brasil como único competidor en la región sudamericana). Con
respecto a los aspectos normativos de la
política petrolera, desde 1935 y hasta 1949,
la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos correspondió a las provincias (ley
12.161, de 1935). Después, la reforma constitucional de 1949, en su artículo 40, declaró
a los yacimientos de dominio inalienable e
imprescriptible de la Nación, sin posibilidad
de participación de las empresas privadas en
la actividad petrolera.
Destrucción
Hacia 1967, el gobierno militar de
Onganía dicta la ley 17.319 de
Hidrocarburos, todavía vigente, que si bien
establece la propiedad del Estado nacional
sobre los hidrocarburos, permite la participación del capital privado mediante permisos de exploración y concesiones de
explotación. La ley 24.145 de 1992 sobre
Privatización de YPF y Federalización de
Hidrocarburos, sancionada bajo la administración del presidente Menem, revirtió a las
provincias la propiedad de los hidrocarburos, medida que fue confirmada por la
Con la gestión privada,
los activos estratégicos y
económicamente viables del
Estado... fueron dilapidados
y/o transferidos al
exterior ; así como también
se pedieron técnicos
altamente calificados
Constitución de 1994. Así, se desplazó al
Estado nacional de la actividad petrolera.
En relación con los descubrimientos de
yacimientos de hidrocarburos, casi el 97%
fue el resultado de los esfuerzos de exploración realizados por la Administración
Pública entre 1907 y 1988 (a través de YPF
entre 1922-1988). Los resultados son contundentes. Las inversiones de capital de riesgo en los 25 años precedentes a las reformas
menemistas fueron: 119 pozos de exploración en 1966, 84 en 1975, 150 en 1985,
103 en 1988 y 98 en 1990. Mientras que la
gestión privada realizó 60 pozos de exploración en 1995, 30 en 2000, 17 en 2003 y 21
en 2004.
En el contexto del Consenso de
Washington, las reformas neoliberales iniciadas en la Argentina a mediados de los
años setenta se profundizaron con la sanción
de la ley 23.696 de Reforma del Estado (de
1989), que en el sector energético dieron
lugar a una serie de decretos y leyes que privatizaron y desregularon servicios públicos,
con el objeto de transferir las funciones básicas del Estado en materia de gestión, planificación, control y regulación de la cadena
energética al capital privado. Por consiguiente, el mercado ampliado de la energía
se desenvolvió –y se desenvuelve– en forma
anárquica:
I. Con la gestión privada, los activos
estratégicos y económicamente viables
del Estado, que habían sido enajenados
por el modelo neoliberal, fueron dilapidados y/o transferidos al exterior; así
como también se pedieron técnicos alta-
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mente calificados.
II. Tras la desintegración vertical y horizontal de los segmentos del petróleo, el gas y
la electricidad llevada a cabo con las privatizaciones, un puñado de empresas
integró vertical y horizontalmente tales
segmentos. Estas empresas participaron
en cada uno de los eslabones de las cade-
la renuncia del Estado
a sus obligaciones de
control y regulación, han
dejado al país al borde del
abismo energético
7
Revista
nas productivas (desde la extracción de la
materia prima hasta la comercialización
mayorista/minorista y el consumo industrial del producto final). Se conformó así
un mercado de competencia extremadamente imperfecto, con violación de los
propios marcos regulatorios creados
durante las privatizaciones.
III. Los aumentos sistemáticos de los precios
de los combustibles y las tarifas de servicios públicos de la energía aplicados en
los años noventa violaron el Régimen de
Convertibilidad (ley 23.928, de 1991) y
los marcos regulatorios de los segmentos
de gas (ley 24.076, de 1992) y de electricidad (ley 24.065, de 1992); los correspondientes al período 2002-2005 son
violatorios de la ley 25.561 de
Emergencia Pública y Reforma del
Régimen Cambiario (de 2002). No parece
existir demasiada seguridad jurídica.
IV. Nunca se realizó la expansión de la red
troncal de gasoductos y de la red de alta
tensión de energía eléctrica que abastecen
al mercado interno, con lo que se violaron los marcos regulatorios, pese a la
captación de rentas extraordinarias
(transferidas al exterior o presuntamente
invertidas en gasoductos de exportación).
V. Los permisos de exploración y concesiones de explotación de hidrocarburos
adjudicados con la entrega de las áreas
centrales y marginales de las cinco cuencas productivas del país violaron la ley
17.319 de Hidrocarburos (de 1967).
VI. La alta dependencia de los hidrocarburos, la nula inversión de capital de riesgo en exploración, el escaso desarrollo de
fuentes alternativas de energía, las
exportaciones de hidrocarburos y derivados en un país con escasas reservas comprobadas, la renuncia del Estado a sus
obligaciones de control y regulación, han
dejado al país al borde del abismo
energético.
Consecuencias y propuestas
Como resultado de ello, la Argentina
cuenta con menos de una década de disponibilidad de petróleo y gas natural. Es responsabilidad de la administración recuperar el
control del subsuelo para planificar su
explotación y captar su renta (mediante
impuestos y por una empresa estatal).
Podrán así explorarse nuevas reservas y
desarrollarse otras fuentes de energía primaria. Se trata de energías alternativas a los
hidrocarburos (nuclear, hidroenergía y eólica) y combustibles distintos a los derivados
del crudo (biocombustibles, hidrógeno,
etc.). En caso contrario, la Argentina será un
país importador en un contexto de aumentos de precios sin límites de un recurso natural que se agota. Las consecuencias en
materia de soberanía, desarrollo y gasto fiscal serían demoledoras z
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Revista
La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
ENTREVISTA A NORBERTO GALASSO
Medio siglo de Pensamiento Nacional
Por
Eric Calcagno
Director
-¿Cuáles eran las ideas políticas dominantes
cuando salió la revista Qué? ¿Cuáles son las
ideas políticas dominantes ahora..., qué pasó
en este medio siglo?
- En una biografía de Jauretche cuento lo que me
relató Dario Alessandro (padre). Según él, en realidad, la idea de Qué era gestar un movimiento
nacional pero que no se le pudiese decir que era
peronista: es el empuje a Frondizi, que surge de
una conversación que tuvieron Arturo Jauretche,
Rogelio Frigerio y Machinandiarena. Cuando
Qué aparece, planteaban que había que hacer
industria pesada inmediatamente; tenían una
posición bastante crítica, por supuesto había una
abrumadora predominancia gorila en todos los
medios, ¿no?, estamos hablando de Enero del 56.
Luego la revista Qué gira de una posición muy
crítica al peronismo hasta una posición en la que
comienza a ser más pro-peronista; y después
empieza a girar a una posición mas pro-nacional,
no pro-Perón, pero de reconocimiento de los presos peronistas. Hablan de ese tipo de cosas e
instalan la candidatura de Frondizi y ahí es cuando Jauretche, ya exilado, le insiste a Scalabrini
que se conecte con Frigerio para escribir y la
revista tiene un gran crecimiento en ese momento con las cartas de Scalabrini Ortiz, que
empiezan a publicarse todas las semanas en dos
páginas, y tienen entonces una gran influencia.
También existía una posición dura en el sentido
de la resistencia, votoblanquista, totalmente en
contra de cualquier concesión -que después
incluso cuando Perón decide apoyar a Frondizi
hay 800.000 votos en blanco-, donde estaba el
padre Benítez, donde estaba alguna gente del
“comando nacional”, como Cesar Marcos, que
consideran que la intervención de Cooke en el
arreglo con Frondizi era una especie de traición.
- ¿Una traición de Cooke?
- Claro, ellos lo consideran una traicion, rompen
con Cooke. En realidad es Perón quien decide,
como siempre, ¿no?; entonces ahí lo que uno
podría decir es que frente a la abrumadora influencia antiperonista y de los fusilamientos del 9
de Junio y todo eso, se empieza a intentar gestar
de parte de la revista Qué, de Jauretche,
Scalabrini, etc, una posición tomando al tipo
menos gorila, más pasable de los partidos políti-
“Creo que los que no
entienden la necesidad de los
frentes nacionales o de los
movimientos de liberación no
pueden entender la historia
de América Latina”
El compromiso político de
Norberto Galasso se expresa
en una tarea esencial:
ordenar y enriquecer el
acervo del pensamiento
nacional que va de San
Martín, Artigas, Moreno,
hasta Perón, Scalabrini Ortiz
y Jauretche, entre muchos
otros. En tiempos en los
que este paradigma de
pensamiento ha sido
denostado con los más
variados adjetivos, desde
las insólitas acusaciones de
“fascismo” hasta las
descalificaciones
metodológicas en términos
de “populismo”, Galasso
responde desde sus
cincuenta libros y cientos
de conferencias para situar,
desde un ámbito crítico y
reflexivo, el análisis sobre
el carácter histórico de
nuestros problemas y
esbozar las posibilidades
de acción política
concreta. Porque representa
el nexo fundamental que
restablece la formación de la
conciencia nacional de modo
efectivo, luego de una
larga noche de varios
decenios,
agradecemos sus
comentarios en el
momento del
relanzamiento
de la Revista
Qué
cos, pero al cual tampoco se lo podía prohibir,
porque había sido diputado antiperonista y
empieza a gestarse una corriente de frente
nacional; empieza a surgir el frente nacional en
ese momento porque consideran que es la única
vía que el ejército va a admitir, una cosa nacional
pero que viene del radicalismo...
- Y hoy, cincuenta años después, ¿cómo ve al
panorama ideológico?
- Creo que por un lado hay una revitalización, me
parece, de la política y las discusiones ideológicas
con respecto a hace dos años. Todo este período
de Kirchner ha creado cierta expectativa.
- ¿A usted le parece que desde diciembre de
2001 existe un fenómeno de “repolitización” o
un interés renovado por la política?
- Al principio sí, después, cuando las asambleas se
frustran hay un bajón, y ese bajón me pareció bastante fuerte, pero desde entonces las cosas que
dice Kirchner, estas cosas que dice contra el
Fondo Monetario, que dice Cristina que menciona a Jauretche en la feria del libro, ¿no?; y
bueno, el hecho de que aparezca que se sentencie
a un tipo porque era un torturador o que la Corte
funcione de otro modo me da la impresión de que
ha oxigenado la cosa. Como diciendo hay cosas
que se pueden decir y hay cosas que se pueden
hacer, más allá de que en otros aspectos uno diga:
“Bueno, hay asignaturas pendientes bastante
graves”, ¿no?
- Muchas veces se escucha la frase: “A este país
lo echó a perder Perón”¿Y eso a qué se debe?
¿A que se impuso como lugar común, como
sentido común, las culpas del peronismo?
- Creo, por un lado, que eso es producto de la
presencia de los trabajadores que irrumpieron en
este mundo pequeño de clase media, aún en mi
propio barrio, porque no es que acá haya ricos, en
el barrio son tipos de clase media que eran
dueños de la ciudad y que tomaban el taxi tranquilamente e iban al centro o iban al restorán y
tenían lugares e incluso despreciaban al tipo que
se cruzaba si era un trabajador. Resulta que el trabajador empezó a tomar ínfulas y yo creo que
les ha provocado en ese momento una reacción
terrible, que no olvidan...
- ¿Y no estamos ahora en una situación donde
nuevamente el sector del trabajo está, de algún
modo, ofendido y humillado?
- Estamos ahora en una situación bastante compleja, en la que este tipo de personajes que te
digo, es el que le dio masitas y café a los
piqueteros y ahora después, al poco tiempo le
cortan las calles y se pone loco..., pero creo que lo
más importante y desgraciado de este momento
es la fragmentación de todo el campo popular,
¿no?, el hecho de que haya tantas organizaciones
piqueteras, tantos partidos políticos; todo lo contrario de lo que deberíamos hacer, deberíamos
gestar de algún modo un gran frente.
- Con 50 libros publicados, que no es poco,
¿cúal es el sentido que tiene en común toda esa
producción literaria?
- Y, toda esa producción literaria viene a tener en
común la propia experiencia de una persona que
empezó a leer cosas del marxismo cuando tenía
veintitantos años y por una cuestión, digamos de
ética, o de dignidad, o no sé por qué, adhirió a las
vicisitudes de la clase trabajadora y a ponerse a
favor de los oprimidos y al salir a la calle se
encontró con que ningún trabajador era socialista
o comunista, eran todos peronistas. Acá estaba la
Royal cerca, y empecé a conversar con dos vecinos y que uno de ellos me decía: eso hay que
hablarlo con un poco de “kerosene”, así lo llamaban al vino tinto, y entonces un chaqueño, un
roble el tipo, que era peón de ahí de la Royal, era
peronista, y eso me llevó de un modo u otro al
grupo de Ramos... También, gracias a Jauretche
en muchos aspectos, pude desaprender las malas
enseñanzas, pero Ramos era más interesante para
mí porque hacía una síntesis entre lo que yo había
leído de los clásicos, especialmente las cosas que
había leído de Trostki sobre América Latina y
todo eso, y la posición nacional, lo que pasa que
eso me duró a mí del año 63-64, en que me
acerqué a Ramos, hasta el 71, en que no terminé en buenos términos.
- ¿Y en esa cuestión de desa-prender?...
bueno se desaprende..., se trata de terminar con los mitos fundadores del liberalismo argentino ¿y en ese lugar qué
ponemos?
-Yo creo que proponemos una concepción que
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La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
9
Revista
Escribe Galasso...
Perón. Biografía en dos tomos, Colihue, Bs. As., 2005.
Fratelanza. Enrique Santos Discépolo, el reverso de
una biografía, Colihue, Bs. As. 2004.
Textos selectos de Jauretche, en colaboración con
Germán Ibañez, Corregidor, Bs. As., 2004.
Del televisor a la cacerola. Desventuras y replanteos de
un hombre de la clase media de Buenos. Aires, Editora
Cooperativa Astralib, Bs. As., 2002.
De la Banca Baring al FMI (Historia de la deuda
externa argentina). Colihue, Bs. As., 2002.
Socialismo y cuestión nacional, Homo Sapiens, Rosario,
2001.
Ricardo Carpani: Arte y Revolución. Centro Cultural
Enrique Santos Discépolo, Bs. As., 2000.
Seamos libres y lo demás no importa nada. Vida de
San Martín, Colihue, Bs. As., 2000.
Yo fui el confesor de Eva Perón (Conversaciones con el
Padre Hernán Benítez), Homo Sapiens, Rosario, 1999.
sería más o menos ésta: el protagonista que
empuja el progreso histórico de los argentinos
son las masas populares, y esas masas populares
se expresan como pueden, a veces se expresan
con ideologías hasta defensivas, como la bandera
“Religión o muerte”, de Facundo Quiroga, que
aparentemente es una ideología reaccionaria,
pero que en realidad expresaba el rechazo a la
política porteña, y exigía una Constitución, que
se repartieran las rentas de la Aduana. Después se
expresan como clases medias que se incorporan
al aparato del Estado con el yrigoyenismo y
después se expresa con los trabajadores dentro de
un frente de liberación nacional, no en un partido
de clase; pero ese frente de liberación nacional es
importante. Creo que los que no entienden la
necesidad de los frentes nacionales o de los
movimientos de liberación no pueden entender la
historia de América Latina. Excepcionalmente se
produce como lo de Allende, que también era un
frente pero aparentemente un frente de izquierda,
cuando en general todos son frentes más bien
nacionales.
-Tal vez porque a la relación social se le superpone la relación centro-periferia, es ahí donde
donde hay que tener cuidado de no confundirse...
- Bueno, claro, allí entramos en las contradicciones propias del peronismo, donde los trabajadores son la columna vertebral, pero el ministro de economía era Miranda y después era
Gelbard, es decir empresarios, que si bien
adherían a la política de Perón y si bien Gelbard
intentó el impuesto a la renta a la tierra, eran
empresarios y hay un gran crecimiento y un gran
desarrollo dentro del marco del capitalismo. Pero
igual lo mejor que ha pasado en la República
Argentina es eso; porque quizás la sociedad
argentina daba para un crecimiento dentro del
capitalismo y para que los trabajadores ganen
sobre eso y no se plantearan algo que cuestionase
al capitalismo... Capitalismo nacional que en
aquel momento pudo ser y que creo que en este
momento es más difícil; los grandes empresarios
están más bien en el mercado externo, más bien
en otra cosa, ¿no?; no están en la Comunidad
Organizada.
- Cuando usted cita la “Guerra del Paraguay”
como la Historia de la Triple Infamia, la historia oficial escenifica un combate como si
estuvieran peleando Francia contra Prusia, y
entonces no se entiende que gauchos entrerrianos se vayan a pelear junto con los
paraguayos... ¿Cuándo surge la Argentina
como idea de Nación?
- Yo me acuerdo que Jauretche decía “nosotros,
los del pensamiento nacional, hemos ganado la
batalla”. Esto lo decía él cuando vende en poco
tiempo 15 ediciones del Medio pelo en la sociedad
argentina, y consideraba entonces que la batalla
estaba ganada en medio de la marea social del
cordobazo... sin embargo, eso se fue al carajo y
La búsqueda de la identidad nacional en Jorge L.
Borges y Raúl Scalabrini Ortiz, Homo Sapiens, Rosario,
1998.
El Che y la revolución latinoamericana. Ediciones del
Pensamiento Nacional. Bs. As., 1997.
J.W. Cooke: de Perón al Che, Homo Sapiens, Rosario,
1997.
Jauretche, biografía de un argentino. (1901 – 1974),
Homo Sapiens, Rosario, 1997.
Dos Argentinas: Jauretche – V. Ocampo, Homo
Sapiens, Rosario, 1996.
El socialismo que viene, Ediciones del Pensamiento
Nacional, Bs. As., 1996.
Verdades y mentiras acerca de Perón y Eva Perón,
Ayacucho, Bs. As., 1996.
Borges, ese desconocido. Ayacucho, Bs. As., 1995.
La larga lucha de los argentinos. Ediciones del
Pensamiento Nacional. Bs. As., 1995
La revolución de Mayo: el pueblo quiere saber de qué
se trató, Ediciones del Pensamiento Nacional, Bs. As.,
1994.
Mariano Moreno, “el sabiecito del sur”, Ediciones del
Pensamiento Nacional, Bs. As., 1994
Política y economía: Escritos de Arturo Jauretche, Los
Nacional Editores, Bs. As., 1994.
Atahualpa Yupanqui, el canto de la patria profunda,
Ediciones del Pensamiento Nacional, Bs. As., 1992.
“Creo que hay sectores de
clase media que están en el
proceso de replanteo y
digamos de ruptura con
lo que les enseñaron,
de búsqueda”
cuando se fue al carajo vino otra vez una presión
muy fuerte entre el horror de la dictadura y los
intelectuales y los comunicadores sociales y
entonces mucha gente se tragó lo de las privatizaciones. El otro día leía un texto de Luis Alberto
Romero. Dice “nosotros los historiadores de la
universidad ya no coincidimos con lo que se
enseña en la escuela primaria”, entonces ¿para
que están? Porque no coinciden, pero tampoco lo
dicen. Por ejemplo, con respecto a la Revolución
de Mayo, coinciden ahora investigando un poco,
en que no era un movimiento separatista sino que
era un movimiento más bien para desplazar al
virrey y ver qué pasaba en España y que se hace
independentista, separatista en 1814. Mitre
inventó una historia, llegan a decir eso, inventó
una historia para inventar una identidad
nacional. Yo creo que la inventó para generar una
identidad colonial, una identidad funcional a la
clase dominante, una Argentina europeizada,
blanca, mirando al Atlántico.
- Y es esa ideología la que permite la masacre
de los indios, de los gauchos y de la guerra del
Paraguay...
- Seguramente, eso es lo que yo creo que está en
crisis. Es decir, es una Argentina en crisis que
parece que empieza a mirar... lo de Evo Morales,
por ejemplo, la gente sabe quién es Evo Morales,
antes vos decías ¿quién hace política en Bolivia?
No se conocía a nadie, subsiste eso del desprecio
a los paraguayos y la expresión de los bolitas...,
pero yo creo que hay sectores de clase media que
están en el proceso de replanteo y digamos de
ruptura con lo que les enseñaron, de búsqueda.
Es un fenómeno sociopolítico que me parece que
es interesante. Tanto en el Centro Cultural
Discépolo, que queda en Pompeya, como en las
charlas del ND/Ateneo, que es más céntrico, con
más espacio, y donde hay siempre más de
quinientas personas. El primer día había una cola
para entrar de dos cuadras.
- Me da la sensación de que si la Argentina
fuese una película, están los actores, está el
escenario, pero falta el guión. Se toman decisiones a veces correctas, como por ejemplo
todo lo del Fondo Monetario Internacional,
pero no hay un guión de conjunto que nos
oriente de modo efectivo...
- Sí, sí, sí, eso es cierto, y es lo que provoca la distorsión también, porque si hubiera un planteo,
una propuesta alternativa muy clara, que pudiera
resumirse en cuatro o cinco consignas o planteos
o lemas de ese tipo, creo que sería posible tratar
de lograr una mayor cohesión, aunque no es una
tarea muy fácil. z
De Martínez de Hoz a Cavallo. Editorial Fraterna. Bs.
As., 1992.
Liberación Nacional Socialismo y clase trabajadora,
Ayacucho, Bs. As., 1991.
De Perón a Menem. Ediciones del Pensamiento
Nacional, Bs. As., 1990.
El Marxismo y la cuestión nacional, folleto, 1989.
Ramón Doll. Socialismo o Fascismo, CEAL, Bs. As.,
1989.
La larga lucha de los argentinos (y cómo nos contaron
esa historia), Editorial Crear, Bs. As., 1987.
No lo dejemos ahí, Editorial Felipe Varela, Bs. As.,
1987.
Juan José Hernández Arregui; del peronismo al
socialismo. Ediciones del Pensamiento Nacional, Bs.
As., 1986.
Imperialismo y pensamiento colonial en la Argentina,
R.Vera Editor, Bs. As., 1985.
Jauretche y su época. (1901-1955). Peña Lillo Editor,
Bs. As., 1985.
Barajar y dar de nuevo, Los Nacionales Editores. Bs.
As., 1984.
M. Ortiz Pereira, precursor de FORJA, CEAL, Bs. As.,
1984.
Libros y Alpargatas, Los Nacionales Editores, Bs. As.,
1983.
Felipe Varela y la lucha por la unión latinoamericana,
Ediciones del Pensamiento Nacional, Bs. As., 1983.
La izquierda nacional y el FIP, CEAL, Bs. As., 1983.
Scalabrini Ortiz y la lucha contra la dominación
inglesa, Ediciones del Pensamiento Nacional, Bs. As.,
1983.
Manuel Ugarte, un argentino maldito, Ediciones del
Pensamiento Nacional, Bs. As., 1982.
Que al salir salga cortando, Los Nacionales Editores,
Bs. As., 1982.
Escritos inéditos de Enrique Santos Discépolo,
Ediciones Pensamiento Nacional, Bs. As., 1981.
Polémicas de Jauretche, Los Nacionales Editores, Bs.
As., 1981.
Antología de Rufino Blanco Fondona, El Cid Editor, Bs.
As., 1979.
La Nación Latinoamericana, antología de Manuel
Ugarte, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1978.
América Latina. Unidos o dominados, Editorial
Convergencia, Bs. As., 1975.
Manuel Ugarte. Del vasallaje a la liberación nacional.
De la liberación nacional al socialismo. (En dos tomos).
EUDEBA. Bs. As., 1973.
¿Qué es el socialismo nacional?, Ayacucho, Bs. As.,
1973.
Vida de Scalabrini Ortiz, Editorial Mar Dulce, Bs. As.,
1970.
La década infame. (Con otros autores). Editorial Carlos
Pérez. Bs. As., 1968.
Roca. Colección Polémica - CEAL. Bs. As. 1968.
Discépolo y su época, Editorial Jorge Alvarez, Bs. As.,
1966.
Mariano Moreno y la revolución nacional. Editorial
Coyoacán, Bs. As., 1963.
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Revista
La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
UNA NOTA POLITICA
DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD COLECTIVA
¿Qué?... la CIUDADANIA
Los períodos preelectorales suelen actualizar nuestro carácter de ciudadanos, hasta el día en que “la ciudadanía concurre
a los comicios”. En este caso, cuando se habla de ciudadanía se está haciendo referencia al conjunto de los ciudadanos que
ejercen su derecho/obligación del voto. El desafío es ampliar el sentido para profundizar la democracia
Por
Juan Escobar
Analista político
E
l sufragio es un ejercicio básico tanto para
constituirnos en ciudadanos practicantes,
como para legitimar el sistema representativo en el que se basa la democracia. Por
eso decimos que el voto es la base, necesaria aunque
no suficiente, de nuestra ciudadanía. Porque la ciudadanía es un fenómeno, -más precisamente una
práctica-, de carácter multidimensional que abarca
una diversidad de aspectos interrelacionados que
refieren al sujeto que la ejerce, el que por eso mismo
se convierte en ciudadano.
Por eso restringir la ciudadanía al voto es reducirla
a su mínima expresión. Llevarla al límite donde si se
lo traspasa, la ciudadanía tiende a desaparecer. De
hecho se trata de una acción esporádica que si se
identifica sin más con el ejercicio de la ciudadanía,
deja la sensación de una discontinuidad que no llega
a encarnarse en la cotidianeidad de su portador, el
ciudadano. No es casual que ciertos fundamentalistas
de mercado se hayan acostumbrado a insistir periódicamente con la cantinela de quitarle la obligatoriedad al voto.
Y esto último es congruente con la dinámica de los
mercados, que responde a otra lógica, para la que el
derecho es algo ajeno. Esa fría
lógica de la oferta y la demanda,
que expresa una visión unidimensional, donde sólo cuentan
los intereses particulares y todo
es reducido al carácter de mercancía. Donde el individualismo
se convierte en una cárcel que
Por eso el neoliberalismo -que es la
expresión de ese poder económico
cuya única finalidad es
concentrarse más allá de cualquier
límite- suele teñirse de un cinismo
que reconoce el precio de todas las
cosas y el valor de ninguna
pretende aislarnos de toda integración posible al conjunto social. Y por eso desestima cualquier idea de
bien común que exceda el mero clima favorable a los
negocios.
Una visión para la cual el derecho no es más que un
obstáculo al enriquecimiento sin restricciones. Una
visión que conlleva lógicamente a la demonización
del Estado. La realidad entendida como la proliferación de los mercados es propia de ese economicismo cerrado y ciego, para el que la vida humana no es
más que un dato que pierde terreno frente al equilibrio de las cuentas convertido en un fin en sí mismo.
Por eso el neoliberalismo -que es la expresión de ese
poder económico cuya única finalidad es concentrarse más allá de cualquier límite- suele teñirse de un
cinismo que reconoce el precio de todas las cosas y el
valor de ninguna.
En la Argentina, esa tendencia se sintetizó en la
frase según la cual achicar al Estado era agrandar la
Nación. Que encubría en realidad la destrucción del
derecho y el aumento de la injusticia social hasta más
allá de lo tolerable, llevada a cabo por todos los
medios, sin desdeñar los más aberrantes. El pretendido tren de la historia al que nos forzaron a subir, finalmente nos condujo a un campo de concentración
económica y exclusión social. Donde el Mercado se
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La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
convirtió en el procedimiento único establecido para
la atención de las necesidades humanas. Por acción y
omisión de un Estado en retirada. Donde comés si
tenés plata para comprar. Y si no tenés, fuiste.
La sociedad civil, que es decir la parte organizada de
la sociedad, se comportó como una malla de contención frente a la voracidad sostenida de los mercados sin control. Y cuando esa dinámica estalló por los
aires se comportó de manera responsable y solidaria.
Porque la base de la sociedad civil es lo que se conoce
como voluntariado, es decir aquellas personas que
dedican parte de su tiempo a participar en formas
organizacionales orientadas a la atención de necesidades sociales. Que es una forma activa y cons-tructiva de ejercer la ciudadanía.
En la Argentina, el voluntariado abarcaba aproximadamente un millón de personas, lo que no es decir
poco. Con el derrumbe del Modelo de no-país, en
diciembre de 2001, esa cifra se duplicó en el transcurso de un año. Dos millones de personas participando en organizaciones de lo más diversas abocadas
al salvataje de damnificados por un mercado que era
tan libre que se reservaba el derecho de admisión y
permanencia.
Hoy estamos en el comienzo del largo camino que
nos alejará definitivamente del infierno. Ese camino
puede transitarse descansando en los esfuerzos de un
Estado que es de todos. Pero hay muchos argentinos
11
Revista
El desafío de la democracia es
la articulación de los intereses
particulares de manera que
conduzcan al bien común.
La herramienta en nuestras
manos es la ciudadanía. Y es una
herramienta de cambio que se
conoce cuanto más se practica
que no se contentan con esperar. Y que no están
solos. Y suman sus esfuerzos cotidianos contribuyendo a la construcción del bien común, acompañando
el liderazgo de un Estado Nacional que volvió a interpretar las necesidades del conjunto y actúa en consecuencia.
El desafío de la democracia es la articulación de los
intereses particulares de manera que conduzcan al
bien común. La herramienta en nuestras manos es la
ciudadanía. Y es una herramienta de cambio que se
conoce cuanto más se practica. Porque en democracia, el bien común es una responsabilidad colectiva,
pero que se encarna en cada individuo en la medida
que asume su carácter de ciudadanoz
El estilo argentino
Durante la primera mitad del siglo XX,
nuestro país experimentó un crecimiento
paulatino y sostenido del nivel de politización de sus pobladores, que llegó a su
máxima expresión en la década peronista
de cuyo final se cumple medio siglo en
estos días.
La historia se evidenciaba como lucha y
la política era el ámbito natural donde se
definía el sentido y la orientación de la historia. Se vivía con intensidad un compromiso que se asumía político, sin ambages y
sin culpas.
En esa primera mitad del siglo XX se
consolidó la militancia política como el
estilo argentino para ejercer la ciudadanía,
esto es, se estableció como el eje en torno
del cual se organizaba la participación en
las decisiones colectivas, signado por el
debate apasionado de ideas y una acción
decidida sobre la realidad.
La segunda mitad del siglo fue el tiempo
de la expansión sin pausa de los mercados
internacionales sobre las poblaciones
civiles, que terminó dando paso a la etapa
de la globalización económica en cuya
atmósfera estamos inmersos.
La militancia argentina, ese compromiso
puesto en acto, fue evolucionando con el
tiempo, dejando paulatinamente a la
actividad política frente a un Estado que
salvo en breves lapsos, había dejado de ser
el ámbito de participación establecido para
las decisiones colectivas. A medida que se
iban agravando los problemas sociales por
la expulsión de crecientes sectores de la
población por la retirada del Estado, el
compromiso militante se avocaba en
mayor proporción a la atención directa y
solidaria de necesidades concretas.
La militancia, ese estilo argentino de
ejercicio de la ciudadanía, siempre
encuentra el cauce para actuar en la realidad.
Vivimos tiempos de recuperación del
Estado como expresión de una voluntad
nacional y popular de reconstrucción. Nos
resta recuperar plenamente la política
como ámbito de participación colectiva
para la definición y realización efectiva del
Proyecto de País que nos debemos como
Nación. Hay toda una experiencia históri-
ca que precisa de nuestra creatividad para
proyectarnos al futuro cercano como una
comunidad nacional integrada a partir de
la justicia social que, en palabras de
Bernardo Kliksberg, es el mandato ético de
nuestras democracias contemporáneas.
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Revista
La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
CULTURA Y COMUNICACION
NUEVAS O VIEJAS PREGUNTAS, PARA NUEVOS O VIEJOS PROBLEMAS
Por
Carolina Balderrama
Lic. en Comunicación Social
E
l marcado desarrollo de las nuevas
tecnologías de la comunicación y
la información, no solo permitió
(permite) por un lado, la producción de artefactos de alta generación, el
movimiento y la circulación de capitales y
bienes; sino que también promueve “la
ilusión del estar conectado”.
En otras palabras, los bienes culturales y
simbólicos se han transformado en un capital, cuya producción, circulación y acceso no
es de “alcance masivo”. Si a modo de ejemplo tenemos en cuenta que nada más que el
5% de la población mundial tiene acceso a
internet, no sólo podemos decir que la “globalización” se da entre unos pocos, sino también que es notoria y creciente la desigualad
existente en la apropiación de herramientas
tecnológicas que van generando nuevos formas de socialización, que son de inclusión y
exclusión al mismo tiempo.
Los medios masivos posibilitaron a la
audiencia ser partícipes -desde el living de su
casa- de situaciones antes impensadas. Desde
el mítico programa radial de Orson Welles,
pasando por la transmisión mundial
simultánea del hombre pisando la luna, la
Guerra del Golfo Pérsico, el atentado a las
torres Gemelas, la invasión a Irak, entre otros.
DEBATES PENDIENTES
Los avances tecnológicos
de las últimas décadas
modificaron las formas
en las que el ser humano
conoce, crea vínculos
y produce sentidos
sobre la realidad
que no se televisan
No son menores, pues, los debates provocados alrededor de éstos acontecimientos,
como tampoco el control sobre la información impuesto por algunos gobiernos, como
el de Estados Unidos con respecto al accionar
de sus tropas en Irak. Estas limitaciones
sufren la circulación de fotos de sus propias
fuerzas armadas torturando a militares y
civiles, filtradas a través de internet; tanto
como las imágenes del atentado de junio último en Londres, que luego se difundieron a
través de las fotos tomadas por los propios
pasajeros de los trenes en el momento del
atentado. Se puede decir que de alguna manera la tecnología, en éstos casos, permitió
filtrar alguna información que intenta ser resguardada y por qué no, censurada.
Pocos casos como los citados demuestran
que la comunicación forma parte esencial del
ser humano y de su estar en el mundo. Sin
embargo hay una marcada tendencia a entenderla apenas como los sistemas, dispositivos
y modalidades de acumulación y diseminación informativa -televisión, radio, tele-
Es necesario destacar
la importancia de comprender
la comunicación como los
procesos de significación
social, en constante
movimiento y en lucha
de sentidos
fonía, medios, entre otros- y esto potencia
una mirada instrumental del problema, más
aún cuando existe mucho capital invertido en
investigación y producción de tecnología
comunicacional que favorece esta mirada.
Empero, es necesario destacar la importancia de comprender la comunicación
como los procesos de significación social, en
constante movimiento y en lucha de sentidos. Los medios de comunicación cristalizan
maneras de mirar el mundo, interpretan y
arman representaciones de la realidad que la
mayoría de las veces no son cuestionadas,
reforzando estereotipos y naturalizando
desigualdades.
Pistas para el recorrido
En paralelo con estos avances tecnológicos, distintas teorías trataron de dar respuesta a los cambios provocados por este esce-
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La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
nario en constante movimiento que caracteriza a la comunicación y a la información.
En las últimas cinco décadas, algunas de
éstas miradas lograron instalar preguntas y
posibilitar debates.
Hacia fines de los ´50 y durante toda la
década de los ´60 la llamada teoría crítica o
escuela de Frankfurt1 aplica una lectura
marxista a los medios masivos. Esta mirada
destaca la posibilidad de poner en relieve el
alto grado de desigualdad entre los que producen los sentidos en forma masiva y
quienes sólo tienen la posibilidad de ser
receptores. La teoría crítica incorpora el
componente económico en la lectura de la
producción de los medios. Todo lo que producen lo hacen con fines de consumo y las
personas acceden a bienes, hechos culturales y eventos, al igual que a otras mercancías materiales.
Hacia la década del ´70 los Estudios
Culturales2 cobran fuerza en América Latina
y con ellos se relativiza la influencia que los
medios masivos tienen en las personas y los
grupos. Desde esta perspectiva, la cultura de
una comunidad es suficientemente fuerte
como para resistir las influencias de los
medios.
Los estudios culturales ganan terreno
durante la década del ochenta. Surgen con
13
Revista
Cuestiones no tan al margen
En la actualidad, se
plantea la cuestión de un
receptor que resiste a
todo, que es inmune a
cualquier estímulo
fuerza los análisis de recepción y audiencias,
vinculados sobre todo a la lógica del mercado. Si bien los estudios culturales permitieron conocer cuánto de lucha por el poder
hay en la vida cotidiana, no hay que olvidar
lo que son las relaciones de poder en la vida
política y el modo en que las matrices culturales se hacen presentes en ella.
Esta década se caracteriza también por la
institucionalización de las carreras de comunicación social en América Latina y por la
casi nula crítica a la economía y a las políticas de comunicación. Esto último se expresa
en el auge de los estudios de audiencia, mercado y consumo que prevalecen por sobre la
reflexión acerca de la producción, circulación, distribución y apropiación de los
recursos de comunicación e información por
los distintos grupos sociales. A su vez, la
década del noventa, bajo el signo de las privatizaciones y las desregulaciones de mercado, marcan la monopolización de la
propiedad de los medios, de la palabra y
sobre todo el crecimiento de oligopolios
mediáticos.
Llegamos así a un escenario caracterizado
por la escasa participación ciudadana y por la
negación del público como sujetos sociales,
culturales y políticos. Sólo sirven los consumidores.
En la actualidad, se plantea la cuestión de
un receptor que resiste a todo, que es inmune
a cualquier estímulo. Si bien la tecnología no
determina por si misma el contacto con el
otro, podemos preguntarnos ¿a quiénes beneficia? ¿qué tipo de sujeto propone? ¿a quién
pertenece? ¿qué intereses representa?
No es posible negar la centralidad que
tienen las tecnologías de la información y las
industrias culturales en nuestra vida. En ese
contexto, el gran desafío es vincular la política y la comunicación, para construir un
debate que politice el campo de la comunicación y la cultura. Que sea capaz de asumir la
función más humanizante (¿y civilizatoria?)
de la comunicación: dar sentido. Por ausente,
este debate supera los estrechos cánones del
periodismo conservador, cuyos límites a la libertad de expresión es la libertad de empresa.
Es preciso implicar los movimientos sociales
en su diversidad y riqueza, los partidos políticos, la sociedad civil en su creatividad.
Un eficaz punto de partida para la acción
supone pensar varias interrogaciones: ¿Qué
empresas dominan el campo de la comunicación? ¿Qué intereses representan? ¿Qué
tipo de acceso posibilitan a las inquietudes
populares? ¿A quiénes benefician? ¿Cómo
construir, entonces, una política nacional de
comunicación? Son tareas que, sin duda, permitirán cuestionar la forma en que la política
se mediatiza, el color que adquieren o que
pierden los acontecimientos que se miran por
TV, en una sociedad argentina ávida de comunicación, como también de veracidad, de calidad, de diversidad… y de sentido z
1 La Escuela de Frankfurt surgió en Alemania
en 1923. La Teoría Crítica, entendida como
aclaración racional, nació de dos planteamientos: la conjunción de la teoría marxiana con la
de Freud y, por otro lado, el replanteamiento
de los problemas de la teoría y de la práctica en
su aplicación a la nueva Sociedad de Masas. Sus
principales referentes son Theodor W. Adorno,
Max Horkheimer, Walter Benjamín y Herbert
Marcuse.
2 Surgen a mediados de la década del `50 en
Inglaterra. Los estudios culturales comienzan a
hablar de la comunicación como proceso
productor de sentidos. Incorporan una mirada
desde la cultura, la vida cotidiana. Dónde hay
comunicación hay cultura, dónde hay cultura
hay comunicación. Entre sus principales referentes se puede nombrar a: Raymond Williams,
Stuart Hall, Hoggart. Y en América Latina a
Néstor García Canclini y Jesús Martín Barbero.
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Revista
Primera quincena de septiembre de 2005
MEDIOS
1958-HOY
La vida en CUADRITOS
Por
Horacio Marmurek
Analista simbólico
C
onsiderada por algunos un
género menor y por otros el
noveno arte, la historieta en
nuestro país tiene una historia
rica, importante y generosa que ha sido capaz
de alimentar a varios países.
Desde la renacida Caras y Caretas, ya se
conocían los cuadritos con pies, pero la
secuencialidad de imágenes a las que de a
poco se le agregan los globitos se desarrolla
de una manera rápida y veloz. Tan es así que
tuvimos nuestra primera revista compuesta
solamente de historietas -El Tony - aún antes
que en los Estados Unidos. Esa revista pre-
Cuadros dentro de cuadros
No es casual la profusión de adaptaciones de historieta al cine que estamos
presenciando hoy día. La sola limitación
de la imaginación dio presupuesto para
crear la mayor cantidad de escenas que
jamás necesitaron de computadoras para
dar efectos especiales, ni tampoco
obligaron a un guionista a coartarse por
lo irrealizable de una historia.
Es destacable entonces que el sabor
argentino también está presente en esas
adaptaciones que nos entregan desde el
norte, ya sea en esa nevada que presagia
lo peor en la última película de Spielberg
(Guerra de los mundos), que tanto le
debe al Eternauta, como los claroscuros
de Sin City, que abrevan en ese monumento que es Alack Sinner, de Muñoz y
Sampayo. Tampoco es extraño entonces
que esas historias sean siempre deudoras
unas de otras, donde la inspiración pasa
de un lado al otro, aunque la caracterización y los universos ricos y definidos
sean propiedad de la historieta, mientras
que la masividad es propia del cine.
sentó durante setenta años de manera ininterrumpida una selección de historietas.
Este país fue en los años previos al 58, el
de Lino Palacios, Divito, Dante Quinterno,
Ramón Columba y otros, que entregaron a
nuestra historia personajes, que con diferente
éxito pasaron por las manos y los ojos de
miles de argentinos, entre los mas conocidos,
Patoruzú, el Doctor Merengue,
Fúlmine, Pochita Morfoni, y Misterix.
El momento de la historieta en esos años
sólo es el preámbulo para lo que vino
después. Donde el movimiento y el tono
de las historias solo era anecdótico, donde
los personajes en su mayoría eran trazos,
donde la acción era simple, pronto todo
eso sería llenado, revisado, y puesto en
perspectiva, por el nombre de una persona que sigue inspirando con su sola
mención: Héctor Germán Oesterheld.
Oesterheld que era Geólogo de formación, se había dedicado como hobby a
escribir y lo había hecho en la revista Más
allá, pero su estilo, su capacidad, su alma,
fueron el motor que dio a la Argentina la
historieta moderna, aquella que no sólo se
apreció aquí, sino en todo el mundo. Es el
año 1957 el que dará a nuestra “literatura
dibujada” el perfil que ha mantenido hasta
la actualidad, puesto que se comienzan a
hacer cosas nuevas, distintas de las que
se hacen en el resto del mundo, con historias más complejas y más humanas,
que se definen propias y se alejan de
los modelos popularizados desde otros
enfoques.
En parte por un mercado creciente
y por el afianzamiento de Oesterheld
como guionista, aparece Hora Cero,
de editorial Frontera, fundadas por
el propio Oesterheld, autor también
de la mayoría de los guiones, y
rodeado de los mejores dibujantes del
momento: Hugo Pratt (antes de su
mundialmente conocido Corto Maltés),
Alberto Breccia, Solano López, Arturo
del Castillo, José Muñoz, Leo
Durañona y Juan Giménez, nombres
que harán que el comic no sea nunca
más el de antes y que elevarán la historieta argentina al top que
hoy ocupa a nivel mundial.
También en 1957 debuta
en las páginas de Hora
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Revista
Primera quincena de septiembre de 2005
...tan es así que tuvimos
nuestra primera revista
compuesta solamente de
historietas -El Tonyaún antes que en los
Estados Unidos
Cero (en la que aparecerá hasta 1959),
una historieta de “ciencia ficción”
destinada a convertirse en uno de
los pilares del comic universal: El eternauta.
Llega a su cumbre el estilo narrativo
de Oesterheld, que deja de lado las
clásicas divisiones que hacía la historieta entre héroes y villanos, pistoleros e
indios, y comienza a incursionar en la
creación de personajes no tan “puros”,
héroes que tienen miedo, villanos
queribles, perdedores y marginados, hombres que luchan por encontrarse y, sobre
todo, por “el cambio de domicilio” de la
aventura, que ubica hechos, que hasta
entonces habían sido privilegio de lugares
lejanos y exóticos, en sitios cotidianos. Otro
de los aportes incuestionables de Oesterheld
es el hecho de haber agregado a una historieta que desde sus comienzos fue testimonial, la característica de ser definitivamente
comprometida con la realidad.
No es extraño encontrar en los guiones
(sean realistas, de aventuras o de ciencia
ficción) alusiones y críticas constantes a la
realidad política del país, que se van haciendo cada vez más evidente con el correr de los
años. Esta característica fue la que profundizó
y la que terminó trasformando a Oesterheld
en uno de los desaparecidos de la última dictadura.
Germán Oesterheld
Alberto Breccia
Una vez descubierto el camino jamás se
puede abandonar, o por lo menos fue el
intento de dos generaciones de autores que
llevaron a nuestra historieta a denunciar,
todo lo que podían, sin olvidar que la aventura es aquella que nos lleva a sumergirnos
en los cuadros que la contienen. Y por más
que la resistencia en muchos casos se dio en
todas la formas posibles, como la revista
Humor, o Fierro, o Skorpio, la batalla pareció perdida, cuando la aventura de las capas
y superhéroes nos invadió en los 90.
El estallido de ediciones independientes
y la falta de conocimiento de un mercado
editorial convulsionado dieron por tierra
con las editoriales más antiguas (Columba),
y los proyectos de diferente envergadura;
nuestros autores importantes, en su mayoría
trabajan para Estados Unidos (los dibu-
jantes), y otros (tanto dibujantes
como escritores), para Europa. Parte
de su producción escasamente se
puede ver, y los proyectos editoriales
aparecen y se van.
Algunas ediciones de material
norteamericano y unas pocas historietas producidas en el país es lo que se
puede encontrar en los kioscos, pero
el domicilio de la aventura es el
mismo, y más tarde o más temprano
habrá quien golpee la puerta y una
nueva época empezará para la historieta
argentina z
De aquí al más allá
A mediados del siglo pasado se producía
el fenómeno de artistas italianos trabajando en la historieta argentina, algunos
con residencia aquí, otros desde sus lejanas
tierras. Hugo Pratt, es un ejemplo de lo
primero, algunos de los artistas de Misterix,
del otro.
Pocos fueron los argentinos que triunfaron fuera de estas tierras hasta la llegada
de la historieta “adulta”, que es una forma
de nombrar lo que se produce en el país en
los años ‘50. Después muchos se hicieron
famosos en tierra ajena, como Quique
Alcatena, Solano López, Alberto Breccia y
otros que vivieron más de lo que se les
pagaba afuera, que de lo que se producía
en el mercado interno, lo que no les privaba de hacer cosas para casa, con igual
talento que el que mostraban afuera.
Hoy, podemos decir, la selección de dibujantes y algunos guionistas que escriben
para el exterior supera por mucho la cantidad de quienes lo hacen en el país. ¿Será
hecho de orgullo, o indicativo de otra cosa?
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Revista
La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005
Contratapa/1
Por Eric Calcagno
Director
E
gos conceptos para pensar la realidad, aunque inspiren acciones
cada vez más alejadas de toda articulación concreta. A eso se le
llama “consenso”, aunque tenga las formas exteriores y los efectos reales de la alienación: la falta de sentido.
imaginar las cosas, nombrarlas y escribirlas, para poder plasmar
los deseos en los hechos. Y eso es lo que crea sentido.
No aspiramos a la unanimidad, y proponemos la polémica. La
n nuestro país, los últimos decenios han sido una clara
discusión hace parte de la política como práctica civilizatoria,
muestra de esa “deserción” del Estado, que acaso no
cuando sublima la violencia de la barbarie en la discusión diriY es allí, en la creación de sentido, donde es posible recuperhaya sido más que el establecimiento de una nueva
mida por el voto, conquistada por el convencimiento. La falta de
ar la política, la reflexión política, la acción política. Todos los
manera de ejercer el poder para gerenciar en una
sentido, por el contrario, nos hunde en el terreno del derecho del
lugares y todas las situaciones son buenas para empezar esa recunueva forma los recursos naturales y humanos, los excedentes
más fuerte, aquel que quiere ser respetado por el miedo y no por
peración: el propio hogar, la cuadra, el barrio, la Provincia o la
económicos e intelectuales. Faltó Estado para hacer respetar los
el honor, o seguido por la conveniencia y no
derechos sociales, para mantener la cohesión
por la convicción.
social y asegurar la soberanía; sobró Estado
La deserción del Estado es percibida como uno de los elementos
para impulsar la concentración de la riqueza,
Esto es lo que proponemos con el relanzapara proteger a las elites financieras y para
explicativos de las catástrofes acaecidas durante los últimos decenios
miento de la revista Qué. Tal vez desde un
beneficiar a los negocios ligados a la
en diferentes partes del mundo. Eric Hobsbawm, el historiador británico,
lugar menos habitual que la prensa corriente
liquidación del patrimonio nacional.
incluso señaló que en el futuro la diferencia entre países desarrollados y
y los lugares comunes; acaso signifique cargar
con el trabajo de analizar lo que vendrá, antes
De allí surge que la presencia (o la ausenpaíses subdesarrollados se dará por el hecho de tener o no un Estado. En
que correr hacia lo pasado y masticado, lo
cia) del Estado puede resultar beneficiosa o
esa perspectiva, hoy vemos la gran diferencia a nivel internacional o local
consensuado, eso que en materia informativa
dañina en los diferente sectores de la vida perno es más que proponer “noticias de ayer”.
sonal o colectiva según los valores que se susentre organizaciones nacionales que controlan su territorio, mantienen el
Creemos que la radio informa, la televisión
tentan, los intereses en juego y los objetivos
monopolio de la violencia legal, cobran impuestos y los que no cumplen
muestra, lo publicado explica: y sólo es posique se persiguen: poco o nada debería hacer el
Estado con la vida privada de las personas;
esas funciones. A estas últimas, parece corresponderles la calificación ble explicar con sentido, análisis y compromiso z
mucho, en cambio, en el ámbito social de esas
de “Estados fallidos”
mismas gentes. En ese contexto, la deserción
del Estado tal vez esconde otro fenómeno,
más abarcativo y más grave, que es la desapariNación (digo, el país). Incluso una revista. Tampoco es una
ción de la política, como condición previa indispensable para la
exclusividad argentina (en un tiempo donde todo lo novedeserción del Estado.
doso es calificado de local, acaso por desconocimiento): esa
cuestión de pensar y publicar, en premonición y ya a modo
Esto se refleja en expresiones habituales de los organismos
de acción, ha acompañado todos los grandes momentos de
internacionales de financiamiento, de sus consultores, comentatransformación que encontramos en la historia.
dores y exégetas. Allí encontramos que propugnan determinadas
“políticas públicas”, hablan de “gobernancia”, o pregonan una
Los más acertados profetas y filósofos, los más riindefinida “calidad institucional”, aunque todas las palabras son
gurosos estudiosos y pensadores han bregado a lo largo
buenas cuando se trata de reemplazar la sola mención de la pade la historia por mejorar la condición de sus semelabra maldita: la política. Después de todo, en un momento donde
jantes, aunque, es cierto, con suerte diversa. Manegoldo
la realidad se transmite por imágenes, lo que no se evoca no
de Lautembach, por ejemplo, sostuvo en el siglo déciexiste. O casi.
mo que el mejor gobierno posible era aquel electo por
el conjunto de todos los ciudadanos, incluso las
Como suele suceder, no es un fenómeno argentino, ya que las
mujeres… sólo que estaba diez siglos adelantado.
noticias del lado occidental del mundo nos muestran multitudes
¿Quién no es, a su vez, un poco filósofo frente a las
de electores perplejos frente a programas similares de partidos
dificultades cotidianas; un poco estudioso porque
diferentes, como en las recientes elecciones alemanas; cuando no
sabe de algo; algo pensador cuando de resolver un
dirigentes políticos atónitos ante resultados electorales que arroproblema concreto se trata, y por último también,
jan decisiones que carecían de apoyo partidario significativo,
quién no tiene, de vez en cuando, un dejo de procomo en la negativa a la Constitución Europea que saldaron los
feta?
plebiscitos en Francia y Holanda. La caída del comunismo, es
bueno recordarlo, no trajo la libertad pujante de la sociedad civil,
Confiamos que esta famosa tecnología acsino el establecimiento de “oligarquías” (así las llaman en Rusia)
tual achique los tiempos. Pero sin duda es más
de índole mafiosa.
fiable y efectivo confiar en la capacidad de
reflexión y de acción de un país que es reciente
Esa inexistencia de la política es la que oscurece todos los hoen cronología como la Argentina, pero que
rizontes. Peor aún: no existen. En la visión triunfalista de
está cargado de intensas experiencias;
Fukuyama (¿existió en realidad ese individuo, o fue producto de
podremos encontrar así el tono necesario
algún reality-show?) había llegado el fin de la historia: no es posipara encarar esas transformaciones neceble nada mejor. Habíamos llegado a la esperanza, aunque no fuera
sarias, que pasan primero por la construcla de nuestros deseos. Pero en la realidad pesadillesca de la polítición del sentido, es decir, por la recuca ausente, estamos condenados a repetir las mismas fórmulas
peración de la política como un instrueconómicas, aunque fracasen y nos condenen al fracaso; iguales
mento de cambio real. A veces hay que
estilos sociales, cada vez más diferenciados y excluyentes; análo-
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