Nota sobre asignaciones no remunerativas

Anuncio
ASIGNACIONES NO REMUNERATIVAS
1- A partir de la lectura de las 3 notas publicadas por Internet comentando los fallos sobre asignaciones
no remunerativas, señale las semejanzas y diferencias entre ellas.
2- Realice un análisis pormenorizado de cada una e indique: fallo que comentan, postura del periodista
frente al mismo, norma o convenio que se declara inconstitucionalidad, razones por las que se
establecen sumas no remunerativas, fundamento para declarar la inconstitucionalidad (aclare que
normas y principios del derecho laboral eran vulnerados), mención de otros fallos, consecuencias
que el autor señala o que Ud. considera se derivan de los fallos.
3- Realice una conclusión personal a partir de la charla presenciada sobre el tema y las notas que se
examinan.
NOTA 1
Asignaciones no remunerativas: La Corte declara la inconstitucionalidad. FALLO COMPLETO
“González, Martín Nicolás c/Polimat S. A. y otro”.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró el pasado 19 de mayo en los autos “González, Martín
Nicolás c/Polimat S. A. y otro” inconstitucional una serie de decretos que encontraron su origen en la crisis
económica que atravesó nuestro país durante los años 2002 y 2003, mediante los cuales se otorgaron a los
trabajadores que se desempeñaban bajo relación de dependencia en el sector privado sumas de carácter no
remuneratorio en concepto de aumentos salariales considerando que se había deteriorado sensiblemente el
poder adquisitivo de los salarios perjudicando a los trabajadores.
La causa se inició con la demanda del trabajador Martín González contra Polimat S. A. y Raya S. A., en
procura del cobro de créditos salariales y otras indemnizaciones derivadas del despido resuelto por la
empleadora con fecha 9 de octubre del año 2003. De igual modo, el asalariado solicitó la declaración de
inconstitucionalidad de los decretos 1.273/02, 2.641/02 y 905/03 en cuanto calificaron como “no
remunerativos” los incrementos que dispusieron en los ingresos de los trabajadores del sector privado
comprendidos en las convenciones colectivas del trabajo y en el régimen de la negociación colectiva, en los
términos de la ley 14.250 y sus modificatorias.
En primera instancia el fallo fue favorable al trabajador en cuanto al reclamo del carácter remunerativo de
dichos aumentos. Sin embargo, a posteriori, una vez apelada la sentencia, la Cámara Nacional de
Apelaciones del Trabajo modificó el fallo de primera instancia, y consecuentemente redujo la condena por
diferencias salariales en las indemnizaciones por despido y por vacaciones no gozadas y en el sueldo anual
complementario.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, con elevado criterio, hizo lugar al recurso extraordinario por
encontrarse los requisitos reunidos y revocó unánimemente el pronunciamiento de la Sala VIII de la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo que había declarado la constitucionalidad de los decretos mencionados,
ya que desconocen la naturaleza salarial de las prestaciones que disponen.
Es dable señalar que el origen de los mencionados decretos se encuentra en el intento por recuperar el poder
adquisitivo de los asalariados, quienes por aquellos años se enfrentaban a dario a una creciente
incertidumbre acompañada por una clara inflación. Así fue que se sancionaron los decretos mencionados, los
que establecieron que los trabajadores del sector privado comprendidos en convenciones colectivas de
trabajo –con excepción de los agrarios y los del servicio doméstico– debían percibir de su empleador una
“asignación” mensual “no remunerativa de carácter alimentario”, que fue fijada en $100 entre el 1º de julio y el
31 de diciembre de 2002, en $130 entre el 1º de enero y el 28 de febrero de 2003, en $150 entre el 1º de
marzo y el 30 de abril de 2003, y en $200 a partir del 1º de mayo de 2003.
También dispusieron que en caso de que la prestación del trabajador en el período de pago correspondiente
hubiera sido inferior a la jornada legal o a la establecida en convenio colectivo de trabajo, la “asignación” se
liquidaría en forma proporcional, y por el otro, que las empresas que hubieran otorgado “otros incrementos
con carácter remunerativo o no remunerativo” –durante el período inmediatamente anterior que
individualizaron– podían compensarlos, hasta su concurrencia, con las sumas anteriormente señaladas.
En este sentido cabe mencionar que en julio del año 2003 el presidente electo en aquel entonces, Néstor
Kirchner, dispuso que la suma de $200 no remuneratoria se incorporaría a los salarios básicos, a todos los
efectos legales y convencionales, de manera progresiva y escalonada a razón de $28 mensuales, mediante el
decreto 392/03, y posteriormente se encontró completamente integrada a los salarios básicos. Con dicha
disposición se restableció el carácter salarial de la contraprestación que el trabajador percibe por la prestación
de servicio que brinda y se promovió la negociación colectiva.
El principal problema de estos aumentos gira en torno de que el carácter no remunerativo implica que esas
sumas no se consideran para los aportes y las contribuciones a la seguridad social, perjudicando en forma
directa al sector pasivo de la población y al futuro del sector actualmente activo, dado que en relación con los
propios beneficiarios les reduce el haber previsional del trabajador en el caso de que se encuentre a menos
de 10 años de su retiro, ello en virtud de que para el cálculo del ingreso pasivo se toman en cuenta las
remuneraciones sujetas a aportes de la década previa al pedido del beneficio.
Asimismo, el perjuicio al asalariado es directo, ya que dichas sumas al no ser remunerativas no sólo no están
sujetas a aportes y contribuciones sino que tampoco se computan para el cálculo de distintos rubros salariales
como el sueldo anual complementario, las vacaciones, así como también –en el caso de despido arbitrario–
para las indemnizaciones correspondientes.
Privar a los mencionados aumentos de naturaleza salarial viola el artículo 14 bis de la Constitución nacional
que establece que el trabajador gozará de la protección de las leyes, las que aseguraran al trabajador una
retribución justa y condiciones dignas y equitativas de labor.
Así es que la Corte Suprema de Justicia de la Nación anticipó con el fallo bajo análisis eventuales problemas
para los futuros convenios colectivos de trabajo que disponen aumentos salariales de sumas fijas no
remunerativas, los que –cabe destacar– ya encontraban ciertas líneas directrices en sentencias de instancias
inferiores, mediante las cuales se determinó el carácter remunerativo de los incrementos salariales.
Lo cierto es que los decretos determinaron el carácter “no remunerativo” de los incrementos salariales, pero
por el contrario éstos encuadran claramente en lo dispuesto por el artículo 103 de la Ley de Contrato de
Trabajo, cuya definición no deja lugar a dudas de que “toda” prestación que reciba el trabajador por parte de
su empleador como consecuencia de la relación laboral y que represente una beneficio patrimonial para él,
tiene carácter remuneratorio.
El trabajador pone a disposición del empleador su fuerza de trabajo y este último, a cambio, le otorga una
contraprestación que, conforme todo el ordenamiento laboral, la Constitución nacional y normas supralegales
debe ser “justo” y produzca la satisfacción de las necesidades del trabajador y de su familia.
No puede obviarse al respecto la definición dada por el Convenio 95 O.I.T. ratificado por nuestro Estado: “...la
remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse
en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador en
virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar
o por servicios que haya prestado o deba prestar”.
Así, no definen al salario ni el nomen iuris dado por las partes, ni su método de cálculo, ni su forma de pago,
ni su fijación. Por ende, ha de considerarse la verdadera causa que motiva la prestación percibida por el
trabajador, a su susceptibilidad de ser apreciada pecuniariamente, a la ventaja patrimonial que ésta pueda
representar para el trabajador en sentido lato, incluido consecuentemente el ahorro como oportunidad de
obtener un beneficio o ganancia.
Del mismo modo en que la prestación a cargo del trabajador –sus servicios infungibles– se presume
remunerada, las prestaciones a cargo del empleador se presumen hechas como contraprestación por los
servicios personales del trabajador (remunerativas).
Es decir que, como manifestación del principio de primacía de la realidad, que es uno de los principios
generales del derecho del trabajo (art. 11 L.C.T.), la “remuneración” debe ser considerada tal siempre que
surja de los hechos que se trata de la contraprestación de un contrato de trabajo, aunque al aparentar ser la
prestación de una figura contractual no laboral, las partes le asignen otra denominación como “honorarios”,
“estipendio”, “precio”, “compensación”, “renta”, “arancel” u otra similar.
Nosotros siempre sostuvimos que el ingreso que percibe el trabajador como contraprestación por su trabajo
(verbigracia el caso de los tickets –ley 26.341–) es siempre remuneración.
Una vez más la Corte enaltece los derechos individuales del trabajador en su categoría de derechos humanos
de segunda generación, doctrina que va de la mano de lo señalado por el artículo 75, inciso 19, de la
Constitución nacional en progreso económico con justicia social.
NOTA 2:
La Justicia ordena incluir en la indemnización las sumas no remunerativas pactadas en convenios
13/06/2011 En un escenario como el actual, marcado por la alta conflictividad, iProfesional.com
accedió a un nuevo fallo Giusti, Alfredo y otros c/ Telecom Argentina S.A. s/ diferencias de salarios que
vuelve a generar alerta entre los empresarios. La sentencia incrementa de forma considerable los
costos a la hora de finalizar un vínculo laboral ¿En qué se basaron los camaristas?
Por Sebastian Albornos
Los empresarios argentinos se enfrentan, a diario, a numerosos desafíos. Hacen esfuerzos por mantener su
rentabilidad y lidiar con la inflación, como así también por adaptarse constantemente a las reglas de juego que
plantea la aprobación de nuevos proyectos de ley, especialmente en lo que respecta a cuestiones laborales.
En este contexto, también deben afrontar las dificultades financieras de tener que pagar los aumentos
salariales acordados en el marco de las negociaciones paritarias.
Si bien esos incrementos nacen como producto de un acuerdo entre las cámaras empresarias y los
representantes del sindicato de la actividad respectiva -y, además, son homologados ante el Ministerio de
Trabajo-, lo cierto es que en el ámbito judicial son disparadores de un sinnúmero de reclamos laborales.
Y esto es así, principalmente, en cuanto a que, para muchos rubros, dichas subas se consideran "no
remunerativas". Es decir, no generan el pago de cargas sociales, ni de aportes al sistema jubilatorio o a la
obra social, ni tampoco inciden -en principio- a los fines de calcular indemnizaciones, vacaciones y aguinaldo,
entre otros aspectos.
En la ronda salarial de 2011, que está todavía en curso, la mayor parte de los acuerdos salariales cerrados ya
contempla asignaciones no remunerativas, muchas de las cuales no prevén en el marco del respectivo
convenio, tiempos o pautas para su posterior inclusión en el salario.
En este escenario, recientemente se dio a conocer un nuevo fallo, al que accedió iProfesional.com, que no
hace más que confirmar el gran pasivo contingente que enfrentan los empleadores que necesariamente
pagan estos conceptos.
En esta oportunidad, la Cámara laboral no sólo tuvo en cuenta, a los fines de la liquidación final, los vales
alimentarios que cobraba el empleado sino que, además, incluyó a las sumas no remunerativas que éste
percibía, mes a mes, en la determinación del resarcimiento a patir de lo pactado por convenio en paritarias.
De esta forma, la indemnización por despido que la empresa pagó al dependiente se vio fuertemente
incrementada.
"El criterio tan amplio que tiene la Corte Suprema y todas las salas que componen la Cámara Nacional de
Apelaciones del Trabajo, en este sentido, permitía aventurar la propagación de la interpretación judicial sobre
la inconstitucionalidad de las asignaciones no remuneratorias, pactadas a nivel colectivo", remarcó
Federico Basile, socio de M&M Bomchil.
Este criterio, que se extiende sobre casi todo beneficio, asignación o compensación que los empleadores
otorguen bajo tratamiento no remuneratorio, "es alarmante porque exigirá un urgente replanteo de todas las
estructuras de compensaciones que presenten componentes no salariales, sea que éstas hubieran sido
impuestas como resultado de una negociación colectiva o unilateralmente por el empleador; o bien otorgadas
en el marco de la legislación vigente", advirtió el especialista.
El reclamo de diferencias indemnizatorias
Al momento de dar por concluida la relación laboral, el empleado fue indemnizado por la compañía.
Sin embargo, desde su punto de vista, la firma tendría que haber considerado, en el cálculo del resarcimiento,
las sumas no remunerativas que percibía mes a mes producto de lo pactado en las negociaciones
colectivas y, además, los vales alimentarios.
Por esta razón, se presentó ante la Justicia para reclamar las diferencias respecto de su liquidación final.
El juez de primera instancia ordenó incluir los tickets canasta en el resarcimiento, siguiendo las pautas
establecidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa Pérez contra Disco, pero desestimó
el pedido en cuanto a las sumas no remunerativas.
A los pocos días, ambas partes se presentaron ante la Cámara laboral para cuestionar la sentencia.
Por un lado, la empresa se quejó porque la misma había hecho lugar a la pretensión del empleado sobre los
vales tras declarar la inconstitucionalidad del artículo 103 -incisos b y c- de la Ley de Contrato de Trabajo.
En relación con este punto, los magistrados sostuvieron que "no proporciona elemento alguno que autorice a
diferenciar a la concesión de los vales alimentarios, asumida por el empleador, de un mero aumento de
salarios".
Y agregaron que, además, el Máximo Tribunal, en el caso "Pérez contra Disco", fijó los fundamentos para
declarar la inconstitucionalidad de los tickets canasta al expresar que "la naturaleza jurídica de una institución
debe ser definida... con independencia del nombre que el legislador, o los particulares, le atribuyan".
Asimismo, para sustentar su postura, los camaristas también tuvieron en cuenta que, en la actualidad, existen
acuerdos internacionales que dan un sentido amplio al salario, por lo que concluyeron que debía incluirse a
los vales alimentarios en el cálculo del resarcimiento por despido.
En tanto, por otro lado, el empleado también apeló a la Cámara laboral, pero, en este caso, fue a raíz del
rechazo a su pedido de inconstitucionalidad de las asignaciones no remunerativas pactadas en
negociaciones colectivas.
Al respecto, los jueces puntualizaron que "la naturaleza jurídica de estos conceptos debe ser definida,
fundamentalmente, por los elementos que la constituyen, con independencia del nombre",
Y añadieron que "los convenios colectivos de trabajo sólo resultan operativos y vinculantes en todo
cuanto no violen el orden mínimo legal o el orden público laboral".
"Las asignaciones no remunerativas fueron establecidas para mitigar la desvalorización de la moneda,
vale decir, para proteger los efectos de la desvalorización monetaria sobre el salario de los trabajadores,
máxime si la empresa debía realizar contribuciones con destino a la obra social administrativa por el sindicato
que suscribió las actas y que avala la condición salarial", se lee en la sentencia.
De esta forma, los jueces avalaron el reclamo del dependiente y resolvieron que las mencionadas sumas no
remunerativas debían ser tenidas en cuenta para la liquidación final.
Implicancias: expertos advierten mayor litigiosidad
El destino de las sumas no remunerativas entró en crisis luego de dos sentencias clave de la Corte Suprema.
La primera, se dio a conocer el 1 de septiembre de 2009, en la causa "Pérez contra Disco", cuando el máximo
Tribunal declaró la inconstitucionalidad del artículo 103 bis, inciso c, de la LCT que negaba a los vales
alimentarios naturaleza salarial.
La segunda, se emitió el 19 de mayo de 2010, cuando la Corte en el caso "González contra Polimat", declaró
la inconstitucionalidad de varios decretos que, en su momento, establecieron la obligación de los empleadores
de abonar a los trabajadores, comprendidos en un convenio colectivo de trabajo, sumas de dinero de carácter
alimentario, a las que entonces se calificó como "no remunerativas".
A partir de esas decisiones judiciales, los especialistas consultados por iProfesional.com coinciden en que
casi no hay demanda laboral en la que no se cuestione el tratamiento "no remunerativo" de dichas
sumas dinerarias pactadas en convenios colectivos de trabajo homologados.
Y que estos cuestionamientos valen tanto para el cálculo de indemnizaciones por despido, como así también
respecto del sueldo anual complementario, vacaciones y horas extras, entre otros rubros.
En este escenario, advirtieron que si, además, el empleador hace constar esos importes en los recibos de
sueldo, de alguna manera, se expone a las contingencias propias de un intrincado marco normativo
vigente.
Al respecto, Héctor García, socio del estudio García, Pérez Boiani & Asociados, señaló que "para los
empleadores, esta clase de sentencias es un llamado de atención que, de no ser enmendado, se corregirá a
través de un incremento de la litigiosidad laboral e impactará económicamente en las empresas, a
partir de los costos asociados que todo pleito genera, en especial cuando el resultado es desfavorable para
sus intereses".
En tanto, Esteban Carcavallo, socio del estudio Severgnini, Robiola, Grinberg & Larrechea, destacó que las
sumas no remunerativas "son endebles frente a futuras y eventuales impugnaciones de parte de un
trabajador, aun cuando, en el marco de la tratativa salarial, pudiera haber resultado útil y necesaria su
adopción para alcanzar el acuerdo".
Por otra parte, Julio Stefanoni Zani, socio de Perez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martinez de Hoz (h),
remarcó que una vez que fue declarada la invalidez de la norma, que adjudicaba carácter no remuneratorio a
los vales alimentarios, "también cabía esperar lo propio con relación a las sumas no remunerativas
acordadas en el marco de un convenio colectivo de trabajo".
En tanto, Daniel Orlansky, socio del estudio Baker & Mckenzie, planteó que "si se parte de la base de que no
se puede dar aumentos no remunerativos por decreto, es lógico que tampoco se puedan otorgar por
convenios colectivos".
Asimismo, remarcó que "es cuestionable que se sigan pautando esta clase de incrementos" y señaló que "es
esperable que, a partir de sentencias como la analizada, se incrementen los reclamos".
Orlansky consideró que, en la actual situación y tomando en cuenta los precedentes de la Corte, "es un error
de los sindicatos, de las cámaras empresariales y del Ministerio de Trabajo avalar este tipo de
incrementos salariales".
"Son una bomba de tiempo para los reclamos. Sólo los evitan en el corto plazo", concluyó.
NOTA3:
Pagina 12. ECONOMIA › LA CORTE SUPREMA ORDENO INCLUIR TODOS LOS ITEMS SALARIALES
PARA EL CALCULO DEL HABER PREVISIONAL
Si está en el sueldo, va a la jubilación
El máximo tribunal dictó un fallo que establece que los distintos conceptos que integran el salario deben ser
computados para determinar el monto de la jubilación inicial. Fue en una causa contra la Anses promovida por
una ex empleada del organismo.
Por David Cufré
La Corte Suprema de Justicia dictó un fallo que ratifica que todos los conceptos salariales deben ser tenidos
en cuenta para el cálculo de las jubilaciones. La sentencia le da la razón a una ex empleada jerárquica de la
Anses, Juana Rainone de Ruffo, quien reclamó hasta el máximo tribunal para que se incluyera en el cómputo
del haber inicial de su jubilación el suplemento por función directiva percibido en sus últimos años de trabajo,
sumas respecto de las cuales no se habían realizado aportes y contribuciones a la seguridad social y que
representaban cerca del cincuenta por ciento de su ingreso. Los magistrados resolvieron por unanimidad que
se recalcule su jubilación incorporando ese ítem del salario y se efectúen los aportes y contribuciones
correspondientes.
La trascendencia del fallo radica en que el sector público suele apelar a conceptos sobre los cuales no hace
aportes para liquidar sueldos. En el sector privado también existen esas prácticas, sobre todo en
negociaciones paritarias que fijan aumentos no remunerativos, que en algunos casos luego se integran al
salario. El efecto inicial de la decisión de la Corte se limita al caso de la ex ejecutiva de la Anses, pero sienta
jurisprudencia para eventuales demandas del mismo tipo en el futuro.
El caso Rainone de Ruffo confirma la doctrina que viene estableciendo la Corte desde septiembre de 2009,
que neutraliza la estrategia de algunos empleadores de reducir costos salariales mediante la utilización de
sumas no remunerativas. En aquel año el tribunal dictaminó que los vales alimentarios tienen carácter salarial
–declaró inconstitucional un artículo de la Ley de Contrato de Trabajo que decía lo contrario– y que deben
contabilizarse para el cálculo de la indemnización por despido. Fue en la causa promovida por Aníbal Pérez
contra el supermercado Disco, que luego tuvo efecto sobre las sentencias que empezaron a dictar tribunales
inferiores.
En esa ocasión, impactó sobre las demandas laborales. El nuevo fallo extiende la misma lógica al ámbito
previsional: todos los adicionales salariales que se pagan de manera constante deben ser tomados como
remunerativos y, por lo tanto, agregados a la hora de determinar el monto de la jubilación inicial. Lo curioso de
esta situación es que la sentencia es contra el organismo que se encarga de liquidar los haberes
previsionales, en este caso en su carácter de empleador.
Los ministros de la Corte incluyeron en su resolución una cita de la Ley Previsional 18.037 –anterior a la
actual– por la cual Rainone de Ruffo obtuvo su jubilación: “Debe considerarse remuneración ‘todo ingreso que
percibiere el afiliado en dinero o especie susceptible de apreciación pecuniaria, en retribución o
compensación o con motivo de su actividad personal’”. A aquella norma le siguió la Ley 24.241, aprobada en
1993, que es la que está vigente. Sin embargo, esos conceptos son los que guían el accionar de la Corte de
los últimos años.
Distintas salas de la Cámara de Seguridad Social vienen dictando fallos que toman esa línea y la llevan
bastante más allá. La Corte tendrá que definir más adelante si convalida lo resuelto por esos magistrados en
materia previsional o le da la razón a la Anses. Son sentencias que establecieron que un trabajador no
registrado que denunció a su empleador debe cobrar la jubilación como si le hubieran hecho los aportes (caso
Real), que una persona cuyos aportes de dos trabajos distintos superaron el tope establecido por la Anses
para un sólo empleo perciba también una jubilación sin tope (caso Ripolli) y que una persona que aportó con
tope reciba una jubilación sin tope y se efectúen los aportes y contribuciones que resulten del recálculo del
haber (caso Cruz). Son temas de enorme trascendencia, pues de ser convalidados modificarían mecanismos
básicos de liquidación de haberes, con la consecuente mejora para los jubilados y una enorme carga fiscal
para el Estado.
Descargar