Cuba - Juventud Rebelde

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NACIONAL
MARTES
15 DE MARZO DE 2016
juventud rebelde
El amanecer que salvó a la Patria
por ODALIS RIQUENES CUTIÑO
SANTIAGO DE CUBA.— La unidad, el independentismo y la
dignidad de los cubanos fueron salvados al amanecer del
viernes 15 de marzo de 1878.
El gesto enérgico del general Antonio Maceo, al frente de
un grupo de valerosos jefes mambises del Oriente cubano,
de pronunciarse contra la firma del acuerdo de paz, fechado el 10 de febrero de 1878, entre las fuerzas patrióticas y
las españolas representadas por Martínez Campos —conocido como el Pacto del Zanjón—, demostró bajo los generosos mangos de Baraguá, que había cubanos dispuestos
a la defensa de sus más sagrados derechos y de su Patria.
Presa del caudillismo, la indisciplina, el regionalismo, las
rencillas y odios entre los jefes, las traiciones, en fin, la falta de una unidad real y sólida en torno a los principios de
la independencia, la revolución iniciada por Carlos Manuel
de Céspedes el 10 de octubre de 1868 agonizaba.
El Camagüey y Las Villas hacían tratos con los españoles; caudillismo y regionalismo echaban por tierra el proyecto invasor de Gómez, la carente autoridad del Gobierno
de la República en Armas, sus continuos y grandes errores,
la desmoralizada e inoperante Cámara de Representantes,
reblandecían la moral combativa de las fuerzas que habían
luchado durante diez largos años…
Por esa puerta entraron en torrente las promesas políticas españolas, los ofrecimientos de paz y de perdón por lo
pasado, que había traído el general español Arsenio Martínez Campos en su divulgado plan político-militar para acabar con la revolución.
Mientras esto ocurría, Antonio Maceo y sus tropas obtenían brillantes triunfos en duros y reñidos combates en las
proximidades de Palma Soriano, la Llanada de Juan Mulato
y el Naranjo. Su hermano José Maceo, por su parte, derrotaba a los españoles en Tibisí.
El 18 de febrero una comisión de zanjoneros le trajo al
General Antonio la confirmación de los rumores: los detalles del acuerdo de paz sin independencia y el abrazo del
general Máximo Gómez, que llegaba para despedirse de su
compañero de armas, antes de marchar al extranjero.
Maceo se negó de inmediato a aceptar el Pacto, y enérgico y activo como siempre, comenzó una ingente labor
encaminada a unir las fuerzas que quedaban en la lucha
para continuar la guerra, en aras de «la salvación de nuestros principios», como le dijera a Julio Sanguily en carta del
26 de marzo.
Además reunió a los jefes y oficiales de sus tropas y las
vecinas, les explicó lo acordado en el Zanjón y les expresó
su disposición de continuar la lucha por la independencia.
De ellos obtuvo el apoyo.
Le escribió también al general español Martínez Campos
y después de manifestar su oposición al Pacto y su decisión de continuar la guerra, le solicitó una tregua y una entrevista que no sería «para acordar nada», sino para conocer
En Baraguá brillaron el valor y la inteligencia del Titán de
Bronce.
los «beneficios que reportaría a los intereses de nuestra
Patria hacer la paz sin independencia».
A las seis de la mañana del 15 de marzo ya estaba
Maceo junto a sus compañeros, bajo los invictos Mangos
de Baraguá. Largo rato después llegaron Martínez Campos
y su comitiva.
Tras el recibimiento cortés y las debidas presentaciones,
el jefe español trató de convencer a los cubanos de que
aceptaran la paz y expresó que luego de tantos sacrificios
y devastación, había llegado el momento de trabajar juntos
por la reconstrucción del país.
Intentó que los cubanos allí presentes le escucharan,
mas el gesto enérgico de Antonio lo interrumpió: los orientales no estaban de acuerdo con esa rendición injustificada.
«¿Qué quieren los cubanos entonces?», preguntó Martínez Campos.
La independencia, la abolición de la esclavitud, sin las
cuales aceptar el fin de la guerra, era deshonrarse, respondieron entonces cubanos dignos como el coronel Félix
Figueredo y el general Manuel de Jesús Calvar.
El general español insistió en leer el texto del convenio,
alegando que quizá muchos de los oficiales de Maceo no
lo conocían, pero el Titán de Bronce lo interrumpió contundentemente: «Porque lo conocemos, es que no lo aceptamos». «Es decir, que no nos entendemos», dijo el español.
«No, no nos entendemos», fue la rotunda respuesta del
general Antonio. La intransigencia de la frase selló la entrevista, y la retirada de la comitiva española era salpicada por
el anuncio a la manera criolla: «¡Muchachos, el 23 se rompe el corojo!».
Las lecciones de Baraguá siguen intactas: la unidad, el
amor a la independencia y a la libertad, herencias imperecederas de la tradición independentista y revolucionaria del
pueblo cubano, fueron salvados ese día de la flaqueza y la
traición.
La protesta no fue una obra individual, fue el gesto, la
postura, la respuesta, de las fuerzas independentistas
orientales: Manuel de Jesús Calvar, los coroneles Vidal,
Leonardo del Mármol, Flor Crombet, Silverio Prado, Guillermo Moncada; los tenientes coroneles José Maceo, Limbano Sánchez, Fernando Figueredo, Rius Rivera; los comandantes Lacret Mourlot, Urquiza, Pacheco, Agustín Cebreco,
A. Portuondo y muchos otros.
Y tras ellos, estaban los miles de hombres que salidos
del campesinado, de las dotaciones de esclavos, de las ciudades y pueblos abrazaron la causa de la independencia y
que en aquel mes de marzo de 1878 constituyeron lo más
valioso y revolucionario de la nación cubana.
Muchísimos de ellos fueron luego el núcleo fundamental de la Guerra Chiquita, el alma del alzamiento del 24 de
febrero, los que salvaron la Guerra Necesaria.
La negativa rotunda de Antonio Maceo a aceptar una paz
sin independencia y su disposición para continuar la lucha
fueron la mejor respuesta contra los que con sus actitudes
egoístas, sus rencillas, su racismo e individualismo, desde
el mismo inicio de la contienda, pusieron en peligro los
mayores intereses del pueblo y de la Patria.
El mérito mayor del general Antonio Maceo, toda su actividad antes y después de la famosa entrevista, fue intentar
sembrar la necesaria unidad revolucionaria, tratar de tocar
el corazón y el honor de los cubanos para fundirlos en el
amor a la Patria y los principios de la independencia.
Así entra el ejemplo de Baraguá en nuestra historia, para
honor y honra de la nación. Su legado es luz, acicate.
Fuente: La protesta de Baraguá. Centro de Estudios de
Antonio Maceo, 2007.
Amor en un Palacio de Sueños
Se realizará en La Habana III Encuentro de Familias de Personas
con Discapacidad Intelectual
por LUIS HERNÁNDEZ SERRANO
EL III Encuentro de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual, bajo el lema Solo el amor
engendra la maravilla, se efectuará a partir de mañana en el Centro
Médico Psicopedagógico La Castellana, de la capital cubana.
La doctora Emelia Ycart Pereira, especialista psicopedagógica en
Discapacidad intelectual y directora de este centro que es orgullo
nacional, dijo a JR que toda la
experiencia acumulada desde su
fundación, en 1963, se dedica allí
hoy a la atención de 307 personas por medio de los sistemas de
residencia (para mayores de 18
años) y ambulatorio (para niños).
Particular importancia tiene la
atención a niños menores de seis
años y un servicio nuevo de atención temprana denominado Palacio de sueños, para recién nacidos de la comunidad de Arroyo Naranjo que presenten determinado
riesgo en su desarrollo, y que serán tratados a tiempo por pediatras, fisiatras y otros especialistas.
Estos últimos pequeños, llevados por sus madres, son los que
tienen un mes o mes y medio de
nacidos, los cuales reciben inmediata atención, porque mientras
más temprano se les vea, es
mucho mejor para su evolución
posterior, sobre todo los casos de
síndrome de Down.
El centro cuenta con la atención de especialistas del hospital
Julio Trigo, para adultos, y del Ángel Arturo Aballí, para niños.
En La Castellana laboran 56
profesionales y técnicos, entre ellos
médicos, enfermeras, logopedas,
rehabilitadores, psicólogos, trabajadores sociales, licenciados en
Cuba brinda especial atención a sus niños discapacitados. Foto: Oscar
Alfonso/ ACN
Educación especial y otras esferas.
Familiares de discapacitados
de varias provincias asistirán al
encuentro, en el que estarán
representadas otras instituciones.
Ante la cercanía del Día Internacional
del Síndrome de Down, que se conmemorará el 21 de este mes, la
movilización de la familia con vistas
al desarrollo de sus hijos y el apoyo
a la institución (una de las 31 de su
tipo existentes en el país), es el objetivo principal de este evento.
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