El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Iván García Vázquez Descargas I. LA PROYECCIÓN DEL PASADO 1 ¿Qué es la Loma? El asedio de la loma: una apuesta de futuro Conferencia pronunciada el 13 de abril de 2013. Casa de Cultura de Santibáñez de la Peña Iván García Vázquez La Loma es un complejo arqueológico que se localiza en tierras de Santibáñez de la Peña, sobre un promontorio de 1124 msnm desde el que se domina estratégicamente el estrechamiento de la Hoz, entre los ríos Valdivia, Las Heras y el arroyo de San Román. 1 Arqueólogo e Historiador Arbotante Patrimonio e Innovación SL ivangv@arbotante.com Los límites del yacimiento quedan encuadrados por la marcada topografía del conjunto geológico, aprovechado por los tamáricos para encastrarse, y por los romanos posteriormente para erigir estratégicamente los tres campamentos que dominarían, desde tan privilegiadas cotas, el desenlace del asedio. RESUMEN Breve Historia de las investigaciones En torno al castro cántabro de la loma se edificó en el s. I a.C. un impresionante dispositivo de asedio por parte de Roma. Su potencialidad arqueológica, puesta al descubierto por las investigaciones del Dr. Eduardo Peralta, unido a su puesta en valor pueden favorecer un nuevo foco de turismo cultural de ámbito europeo. Los primeros historiadores que se refieren a este pueblo fueron el geógrafo griego Claudio Ptolomeo, que sitúa a Kamarica en una zona al oeste del nacimiento del Ebro, y Plinio el Viejo, quien alude a las Fuentes Tamáricas que describió ampliamente en su Naturalis Historia, XXXI, y que tras ser buscadas durante siglos, fueron identificadas por el P. Enrique Flórez en 1768 en la localidad palentina de Velilla del Río Carrión, siendo descubiertas tras las excavaciones que los arqueólogos Antonio García y Bellido y Augusto Fernández de Avilés llevaron a cabo en 1961. Aunque el castro de La Loma no puede ser identificado con la ciudad de Camárica del siglo II d.C., puesto que acaba su vida en el momento de las guerras cántabras, Palabras clave: castro, legión romana, cántabros, asedio, puesta en valor ABSTRACT Around The Hill cantabrian oppidum was built in the s. I B.C. an impressive device siege by Rome. The archaeological potential, laid bare by the research of Dr. Eduardo Peralta, joined its value may favor a new cultural tourism focus of Europe. Key words: castro, Roman legion, cantabrian, siege, value. 1 http://www.linkedin.com/pub/iv%C3%A1ngarc%C3%ADa-v%C3%A1zquez/49/818/221 El yacimiento de “El Castro”, fue inventariado en 1986 por Pérez Rodríguez, que lo catalogó como un castro amurallado de la II Edad del Hierro a partir de la aparición de varias cerámicas anaranjadas y un molino circular, incorporándose al Inventario Arqueológico de Castilla y León. Un lustro después, fue revisado durante la campaña de prospección del Inventario Arqueológico de la provincia de Palencia de los años 2000-2001, dirigidas por D. Miguel 1 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Ángel Martín Carbajo (Strato). En el año 2002 Miguel Ángel Fraile López descubrió los campamentos romanos, dentro de las prospecciones llevadas a cabo en el marco del proyecto de las Guerras Cántabras. Entre 2003 y 2007 se llevaron a cabo cinco campañas de excavación arqueológica, complementadas por las prospecciones pedestre, aérea y geofísica, realizadas por el Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria, bajo la dirección científica de D. Eduardo Peralta Labrador. En todas estas actuaciones se han obtenido notables resultados arqueológicos que han permitido constatar la importancia, entidad y potencialidad de los restos soterrados. Fruto de aquellas excavaciones arqueológicas han sido la publicación de una serie de artículos científicos que aportan luz sobre aquel episodio histórico. En junio del año 2007 fue reprospectado por la empresa Strato con motivo del estudio de impacto ambiental previo a la construcción de la variante de la carretera CL-626, y finalmente en el año 2009 fue revisado con el objeto de incluirse en el Catálogo de Protección arqueológica de las Normas Urbanísticas Municipales de Santibáñez de la Peña, realizado por la empresa Antequem S.L. bajo la dirección del arqueólogo D. Luís Alberto Villanueva Martín. Ya en 2011 ha sido objeto de estudio por parte de la empresa Arbotante Patrimonio e Innovación, a quien la Asociación para la Recuperación del Territorio Tamárico había solicitado sendos informes técnicos que arrojaran luz sobre la viabilidad de retomar a corto plazo las labores arqueológicas. 2 ¿Quiénes son los protagonistas de este episodio Histórico? Los Tamáricos Los Tamáricos o Camáricos fueron una de las tribus que formaban la Cantabria antigua. Su gentilicio proviene de su capital, Tamarica (también conocida como Kamarica), la cual parece localizarse en Velilla de Río Carrión. Iván García Vázquez Esta tribu desarrolla su existencia desde el siglo III a.C. hasta el 19 a.C. cuando los romanos arrasan su capital, posiblemente identificada con el castro de la Loma, y esclavizan a su población. Los hombres son deportados a luchar en el limes, y las mujeres son vendidas como esclavas. El territorio tamárico abarcaba desde la montaña palentina hasta la Vega del Carrión (Saldaña), y de de los márgenes del río Pisuerga (Aguilar de Campoo) hasta las comarcas de Cistierna y Sahagún, en el actual León. Esta tribu se organizaba mediante el matriarcado. Las mujeres se encargaban de la agricultura y del cuidado de los animales, y hombres de la siempre arriesgada caza. Los tamáricos vivian en oppida (castro). En el caso de la Loma, durante las campañas de excavación, se documentaron sus estructuras defensivas, de las que destacan la muralla de mampostería cubierta por un manteado de barro y un foso de casi 4 m de profundidad. En el interior del castro se documentaron, además, restos de viviendas fechadas entre los siglos II y I a.C por su alfarería, lo que indica que estas gentes ya vivían aquí con anterioridad a la llegada de los romanos. También se abrió un sondeo en el vertedero, que permitió recuperar un interesante elenco de materiales cerámicos y restos óseos de fauna, que aportan datos sobre la dieta carnívora de los indígenas: gallina, caballo, cabra, cerdo-jabalí y ciervo. Los Romanos Durante los comienzos de su mandato el emperador Octavio Augusto Roma declaró la guerra a los cántabros y los astures y entre los años 29 y 16 a.C. dirigió una serie de duras campañas para someterlos. Cántabros y astures se rehicieron en reiteradas ocasiones para hacer frente a las legiones, después de que los romanos les hubieran considerado definitivamente derrotados. Los romanos establecieron sus campamentos en los promontorios cercanos al castro, sobre el que tenían una posición de privilegio. 2 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro En lo que respecta al castra principalis (campamento romano principal), está situado al sur de Santibáñez de la Peña y al sureste de Las Heras de la Peña, sobre un promontorio alargado bordeado por el arroyo de San Román por el norte y tierras de Pino de Viduerna por el sur. Tiene 7,5 has y es visible gran parte de su perímetro defensivo, formado por un agger o aterrazamiento de tierra y piedra sobre el que se disponía una empalizada o vallum, cuya continuidad queda quebrada por la clavicula, característico acceso de los castra aestiva temporales de campaña, desde su introducción en la reforma cesariana del ejército. Del sector noroeste salen de ambas esquinas del campamento dos atrincheramientos de la circunvalación para cercar al castro situado enfrente, buscando su aislamiento, realizado mediante un sistema de terraplén sin foso (vallum aggerque). Este campamento, pudo albergar si no a una legión, si a un número considerado de centurias, pues han sido documentados varios anclajes de tiendas de campaña que así lo atestiguan. Hacia el lado de poniente, se disponen los dos castella de menor entidad. El castellum A controla el noroeste del castro y el castellum B el oeste. En estos fuertes secundarios se ha encontrado diverso equipamiento militar romano, destacando proyectiles de catapulta incendiarios (malleollus) y puntas de flecha igualmente incendiarias (Peralta, 2003: 303-306). El castellum A, se asienta hacia los 1.102 m de altitud, en una peña caliza situada en el interfluvio donde se unen el río de Las Heras y el arroyo de San Román para formar el río Valdavia. El enclave domina el estrecho paso de La Hoz y el flanco occidental del castro indígena asediado. Por su parte, el castellum B tiene una extensión de 7,9 has, y se emplaza sobre la misma punta acantilada que cae sobre el estrechamiento de La Hoz y en la inmediata pendiente que desciende hacia el norte. Los materiales hallados en este lugar permitieron delatar su presencia, cerrando el cerco en el cañón de La Hoz, ocupando una elevada posición avanzada, privilegiada para agredir con proyectiles desde este punto el extremo occidental del castro (Peralta, 2003: 34). Desde la punta que domina el encajonamiento de La Hoz y Iván García Vázquez la ladera oeste del castro asediado, desciende hacía el río por la ladera norte otro agger muy arrasado, resto de la circunvalación del asedio. En esta zona aparecieron algunas tachuelas de caligae, que demuestran el paso de cohortes legionarias y tropas auxiliares. Entre los objetos materiales recuperados en todos estos ámbitos, además de los restos de fauna y cerámica que se documentan por cientos, así como una interesante colección numismática de la que además de los ases de bronce, destacan los denarios de plata, especialmente los acuñados en Turiaso (Tarazona), pero ninguna de las acuñaciones va más allá del año 25 a.C., por lo que por el momento es tomada como fecha de abandono del enclave. De la panoplia de los legionarios, se han recogido numerosas clavis caligae, los clavos metálicos de las sandalias romanas, se han recuperado puntas de saeta, correas y arreos de caballo de los equites, navajas indígenas, mangos de hueso, etc. 3 El dispositivo de asedio En el asedio de la Loma se constata una fotografía de hace dos mil años. El yacimiento se encuentra exactamente igual que como lo abandonaron los legionarios romanos tras su arrasamiento hacia el 25 a.C., y no ha sido objeto en ningún momento de la historia posterior, de alteraciones o repoblaciones, como fue el caso de Numancia, en la que su conquista precedió a su romanización. En el caso de la Loma no ocurrió esto, por lo que se convierte en una joya histórica difícilmente repetible en la región. Es en este escenario arqueológico donde se puede interpretar el proceso de la conquista de Hispania, tanto de manera teórica como de manera real: a la llegada de los romanos los cántabros se hacen fuertes en el castro, levantando y acondicionando sus líneas defensivas. Los romanos erigen el campamento principal frente al poblado fortificado, y toman posiciones en dos cotas que se alzan sobre la loma de Santibáñez, aunque separadas por el río. 3 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Los romanos, suponemos que ante la negativa de los indígenas a rendirse y entregar su libertad al conquistador, son cercados mediante una circunvalatio y una contravalatio, sistema empleado en otros asedios. Inmediatamente montan las máquinas de asedio: scorpios, arcuballistae y catapultae, y se inicia el ataque contra el castro. Uno de ellos debió producirse en la zona de la muralla, que se vio sometida a un intenso “fuego” de sagitarii (arqueros), en tanto que se intentó incendiar el castro mediante el empleo de proyectiles incendiarios con maquinas pesadas. Pasado el tiempo, los romanos habrían vencido no sin dificultades la resistencia heroica de los defensores. Los supervivientes del combate habrían sido esclavizados, y el castro fue, tal y como se ha constatado arqueológicamente, arrasado hasta los cimientos, cegado el foso y destruida su muralla para evitar nuevas revueltas. Los romanos desmontarían el asedio, y seguirían a través de las montañas buscando el paso hacia la costa. Evidencias de la lucha quedan patentes en la recuperación, por el equipo de Eduardo Peralta, de restos de maquinaria bélica, así como la documentación de reiteradas reparaciones en la muralla indígena y de la concentración de proyectiles en zonas muy concretas, que demostrarían la planificación romana de los ataques hacia puntos débiles, buscando penetrar en las líneas defensivas de los cántabros. En el otro bando, los tamáricos, se habrían defendido mediante el lanzamiento de piedras y proyectiles con hondas, desde los parapetos de la muralla. 4 La importancia de la Loma en las Guerras Cántabras El asedio de la Loma permite comprender la importancia de Hispania en el mundo romano, y su significado para Octavio Augusto, ya que el fin de este conflicto supone el final del mundo romano republicano tal como se conocía, y el advenimiento del Imperio Romano como entidad política. La República de Roma había iniciado la conquista de Hispania con el desembarco de Cneo Cornelio Escipión el Calvo en Emporiae el 218 a.C. La franja Iván García Vázquez norte peninsular será la asignatura pendiente de Roma durante dos siglos y medio, ya que no había conseguido aún someter a estas tribus indígenas norteñas hacia el cambio de era. Si Julio César había logrado conquistar las Galias no sin dificultades, su sucesor Octaviano, el futuro Octavio Augusto, debía estar a la altura de su mentor, tomando personalmente las riendas de la campaña militar. Empleando como casus belli el hostigamiento ejercido por los montañeses cántabros contra el territorio de autrigones, turmogos y vacceos (crebis incursionibus) en las actuales provincias de Valladolid, León y Palencia, el cónsul abre el templo de Jano y Roma entra en guerra con cántabros y astures. Inicia las hostilidades Estatilio Tauro, hasta que en el año 27 a.C. el desarrollo de la guerra exige un mayor número de tropas. Es entonces cuando el propio cónsul Octaviano se dirige a Hispania, convertido en princeps. Los siguientes tres años Augusto y sus legados consiguen someter parcialmente a cántabros y astures. Es en ese momento donde parece encuadrarse el asedio de la Loma. En el 25 a.C Octavio da por concluida prematuramente la campaña y cierra solemnemente el templo de Jano, pero los indígenas se rebelan contra los legados Carisio y C. Furrio. Finalmente el general Marco Vipsanio Agrippa acude el 19 a.C., desde las Galias, a culminar la guerra de Hispania. La importancia de este conflicto es tal, que Augusto la menciona en su testamento, señalando que en estas operaciones militares recuperó los estandartes que por culpa de otros jefes militares habían caído en manos del enemigo. El asedio de la Loma debe situarse en el espacio como uno de los últimos reductos que quedaban de resistencia hispana frente a Roma. Pacificada la Galia con la caída de la capital de los galos, Alesia, y rendido su caudillo Vercingétorix, Hispania debía ser pacificada a toda costa para poder despejar el camino hacia Britannia, donde años más tarde Adriano erigiría el célebre muro para frenar a los pictos y otros pueblos indígenas. 4 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Por otro lado, en Germania se libraría pocos años después de la caída del castro de la Loma, una derrota aplastante por parte de los romanos en el bosque de Teutoburgo (Alemania), siendo tanto aquél, como éste uno de los pocos restos de batallas localizados arqueológicamente en Europa. II. LA PROYECCIÓN DE FUTURO 5 ¿Por qué es tan importante? Todo yacimiento arqueológico es importante, por el simple hecho de ser único en el espacio y en el tiempo, e irrepetible. No hay dos iguales, aunque existen muchos parecidos. De entre las singularidades que acontecen en este yacimiento, parece interesante recordar que de su excavación se ha recuperado la más representativa colección de puntas de flecha del mundo romano (más de 600), frente a colecciones ahora menores como las de Alesia (Francia), Hartz y Teutoburgo (Alemania), o Dura Europos (Siria). Del castro indígena se ha documentado su muralla y el espectacular foso de 4 m y fondo en artesa que aprovecha una falla natural, lo que da cuenta de unas dimensiones acordes a su importancia. Por otro lado, de los acuartelamientos romanos se han podido recuperar evidencias de maquinaria de guerra (tormentaria), así como la realización de una circunvalatio y una contravalatio que recuerdan a sitios como el de Numantia (Soria). Otra particularidad es la existencia de al menos una cueva con restos del Hierro II, hecho no insólito pero si poco común en estos momentos de la historia, y sobre el cual debe investigarse más, ante la posibilidad de que el lugar se vincule a un ámbito sagrado o religioso. Todos estos considerandos muestran que el conjunto arqueológico documentado en Santibáñez de la Peña va más allá de ser un mero encastillamiento cántabro en altura, para erigirse en puente entre dos mundos. De un lado, el pueblo cántabro protohistórico, indígena. De otro, la demoledora civilización romana, pueblo plenamente histórico, que se sabe dotar de una temible arma de guerra: la legión Iván García Vázquez romana, y un nexo de confrontación en el contexto de las guerras cántabras. El Castro de la Loma simboliza el choque cultural de estas dos civilizaciones, con una cosmogonía, una idiosincrasia y una visión del mundo diferentes. Frente al ejercicio popular de las armas por parte de los castreños, Roma impone su profesionalización castrense, frente a la desesperada lucha por la vida, los romanos imponen una planificación militar. Lo que verdaderamente se ha descubierto son los restos soterrados de una auténtica batalla de gran escala, pues posiblemente el sitio duró varios meses, mostrándose a los ojos de la arqueología un verdadero teatro de operaciones militares, que precisó de la inversión de miles de horas de trabajo para levantar el sistema romano de asedio y aproche, la instalación de varias centurias legionarias y el empleo de maquinaria de guerra (catapultas, etc.), unidades auxiliares como alae de caballería y sagitarii (arqueros), y el uso de formaciones militares de aproximación bien ensayada como la efectiva tortuga (testudo legionaria). Pero este yacimiento es, además, un unicum en el mundo bélico romano, pues si bien son conocidos los castra stativa, es decir, acuartelamientos estables para guarnecer las tropas en invierno, de la Legio VII Gemina en León, de la Legio IIII Macedónica en Herrera de Pisuerga (Palencia) o de la Legio VI Victrix en Rosinos de Vidriales (Zamora), el complejo militar documentado en Santibañez es un castra aestiva, es decir, campamentos veraniegos construidos en plena misión militar, con el añadido de desarrollarse la campaña castrense en la montaña, debiendo por ello adaptar la planta de los campamentos a la topografía del lugar. Además, en el asedio de la Loma se constata una fotografía de hace dos mil años. El yacimiento se encuentra exactamente igual que como lo abandonaron los legionarios romanos tras su arrasamiento hacia el 25 a.C., y no ha sido objeto en ningún momento de la historia posterior, de alteraciones o repoblaciones, como fue el caso de Numancia, en la que su conquista precedió a su romanización. En el caso de la Loma no ocurrió esto, por lo que se convierte en una joya histórica difícilmente repetible en la región. 5 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Es en este escenario arqueológico donde se puede interpretar el proceso de la conquista de Hispania, tanto de manera teórica como de manera real: a la llegada de los romanos los cántabros se hacen fuertes en el castro, levantando y acondicionando sus líneas defensivas. Los romanos erigen el campamento principal frente al poblado fortificado, y toman posiciones en dos cotas que se alzan sobre la loma de Santibáñez, aunque separadas por el río. Los romanos, suponemos que ante la negativa de los indígenas a rendirse y entregar su libertad al conquistador, son cercados mediante una circunvalatio y una contravalatio, sistema empleado en otros asedios. Inmediatamente montan las máquinas de asedio: scorpios, arcuballistae y catapultae, y se inicia el ataque contra el castro. Uno de ellos debió producirse en la zona de la muralla, que se vio sometida a un intenso “fuego” de sagitarii (arqueros), en tanto que se intentó incendiar el castro mediante el empleo de proyectiles incendiarios con maquinas pesadas. Pasado el tiempo, los romanos habrían vencido no sin dificultades la resistencia heroica de los defensores. Los supervivientes del combate habrían sido esclavizados, y el castro fue, tal y como se ha constatado arqueológicamente, arrasado hasta los cimientos, cegado el foso y destruida su muralla para evitar nuevas revueltas. Los romanos desmontarían el asedio, y seguirían a través de las montañas buscando el paso hacia la costa. Evidencias de la lucha quedan patentes en la recuperación, por el equipo de Eduardo Peralta, de restos de maquinaria bélica, así como la documentación de reiteradas reparaciones en la muralla indígena y de la concentración de proyectiles en zonas muy concretas, que demostrarían la planificación romana de los ataques hacia puntos débiles, buscando penetrar en las líneas defensivas de los cántabros. En el otro bando, los tamáricos, se habrían defendido mediante el lanzamiento de piedras y proyectiles con hondas, desde los parapetos de la muralla. El asedio de la Loma permite comprender la importancia de Hispania en Iván García Vázquez el mundo romano, y su significado para Octavio Augusto, ya que el fin de este conflicto supone el final del mundo romano republicano tal como se conocía, y el advenimiento del Imperio Romano como entidad política. 6 ¿Es interesante un proyecto centrado en la Loma? Dentro de esta cuestión deben hacerse una serie de apreciaciones. Por un lado, existe un interés científico en el avance de los trabajos, pues aún hay que dar respuesta a los interrogantes arqueológicos que aún se plantean. El avance en la investigación ha despejado numerosas dudas cronológicas (el castro se puede encuadrar en el contexto de la primera fase de las Guerras Cántabras, entre los años 29 y 25 a.C.), la extensión parcial del asedio, etc. pero ha abierto algunas nuevas incógnitas históricas a las que la Arqueología debe dar respuesta. Se ha podido reconstruir hipotéticamente el grueso de las actuaciones en la zona, pero en este breve discurso nada sabemos, por ejemplo, acerca del volumen de población indígena guarnecida en el castro. Tampoco han sido localizados los lugares necropolitanos, tanto indígenas como romanos. Un asedio prolongado en el tiempo con encarnizadas luchas para asaltar a los indígenas tiene que dar un número significativo de guerreros y legionarios fallecidos, que deben ser enterrados, al margen de creencias, por mera profilaxis, para evitar extender enfermedades. En esta época, los romanos mantienen un rito de incineración, aunque hacia el siglo II d.C. comienza a generalizarse la inhumación. Del dispositivo romano hay por el momento constancia arqueológica del castra principalis y de los castella, pero aún no se sabe si existen restos no localizados (o desaparecidos) de castramentación militar romana que formara parte del asedio en las zonas llanas roturadas por la agricultura. Otro interrogante al que se debe arrojar luz es el site catchment analysis, (Análisis de Captación de Recursos), esto es, qué tipo de materias primas eran 6 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro Iván García Vázquez explotadas por sitiados y sitiadores y de qué lugares inmediatos los extraían, así como realizar una reconstrucción paleoambiental del entorno en el cual se desenvolvió el sitio. - García Vázquez, I. Hernández González, D. (2011): El castro de la loma, un recurso arqueológico de amplitud europea, informe pericial depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. Todas estas cuestiones, y aun otras que surjan, se irán despejando al hilo de las investigaciones, una vez que puedan retomarse las campañas de prospección y excavación arqueológicas. - García Vázquez, I. Hernández González, D. Brezmes Escribano, M.A. (2011): Propuesta para reanudar el estudio arqueológico del “Castro de La Loma”, Santibáñez de La Peña (Palencia), Informe Técnico depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. 7 ¿Es viable? Esta fase sería perfectamente viable con la implicación de los agentes políticos, económicos, culturales y sociales. 8 ¿Sería un motor económico? Yo no sé si por si mismo, de manera inmediata fuese un motor económico. Lo que es cierto, es que la recuperación del castro de la Loma supondría un foco de atracción para la zona, pero uno más, que con el tiempo podría ser un foco de captación de estudiantes y estudiosos. La idea es internacionalizar el proyecto, y a través de cursos de verano fomentar el turismo en la zona. 9 ¿Qué se necesitaría? En el punto en el que estamos, hay una clara iniciativa por parte de instituciones de la zona: al apoyo del Pleno de Mantitos, Eras de la Peña, y Guardo se une el apoyo político de la Diputación de Palencia y de la Delegación de Cultura de la Junta de Castilla y León. El siguiente paso sería firmar un convenio marco, de manera que se respalde sobre el papel la iniciativa, de cara a iniciar los trabajos, así como una pequeña dotación económica que permitiera iniciar los trabajos. - Peralta Labrador, E. J. (2007): Proyecto Guerras cántabras. Asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia). Campaña arqueológica del 2007. Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. - Peralta Labrador, E. J. (2006): Proyecto Guerras cántabras. Asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia). Campaña arqueológica del 2006. Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. - Peralta Labrador, E. J. (2005): Proyecto Guerras cántabras. Asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia). Memoria de la campaña arqueológica del 2005. Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. - Peralta Labrador, E. J. (2004): Proyecto Guerras cántabras. Asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia). Memoria de la campaña arqueológica del 2004. Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. Informes Técnicos: - Peralta Labrador, E. J. (2003): Proyecto Guerras cántabras. Actuación arqueológica en el asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia) y prospecciones en el norte de Burgos y Palencia. Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. - Antequem SL (2007): Catálogo arqueológico incluido en la redacción de las Normas Urbanísticas Municipales del Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. - Pérez Rodríguez (1986). “El Castro” (Santibáñez de la Peña, Palencia). Código IACyL 34-171-0005-02. Ficha del Inventario Arqueológico de la provincia de Palencia, depositada en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. 10 Bibliografía 7 El asedio de la Loma: una apuesta de futuro - Strato SL (2007): Trabajos de prospección arqueológica intensiva incluidos en el Estudio Informativo “Variante de Las Heras de la Peña. CL-626, de la L.C.A. Asturias a Aguilar de Campoo por La Robla y Guardo. Tramo: Variante de Las Heras de la Peña (Palencia). Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia Iván García Vázquez - Peralta Labrador, E. J. (2007): “Equipamiento militar romano de la conquista de la antigua Cantabria”, Sautuola XII, Santander. Bibliografía - Fernández Acebo, V. (2003): “Las Fontes Tamarici de Plinio y la ciudad ptolemaica de Camárica: Hacia la reescritura de un pertinaz equívoco sobre la Cantabria Antigua”. Sautuola IX. Santander: 253-281. - Peralta Labrador, E. J. (2001): “Die augusteische Belagerung von La Espina del Gallego (Kantabrien, Spanien). RömischGermanische Comisión. Germania, 79, 1. Halbland. Mainz am Rhein: 21-42. - Peralta Labrador, E. J. (2001): “Los castra aestiva del Bellum Cantabricum: novedades arqueológicas”. I Congreso de Arqueología Peninsular de Historia Antigua. La Península Ibérica hace 2.000 años. Universidad de Valladolid: 173-182. - Peralta Labrador, E. J. (2002): “Castros y campamentos romanos de las guerras cántabras”, Los poblados fortificados del Noroeste de la Península Ibérica: Formación y desarrollo de la cultura castreña. Coloquios de Arqueología en la cuenca del Navia. Ayuntamiento de Navia-Parque Histórico del Navia: 225-240. - Peralta Labrador, E. J. (2003): Los cántabros antes de Roma. Real Academia de la Historia, Madrid. - Peralta Labrador, E. J. (2004): “La conquista romana de Campoo: arqueología de las guerras cántabras”, Cuadernos de Campoo, 36, Reinosa. - Peralta Labrador, E. J. (2004): “Cuestiones histórico-arqueológicas sobre el Bellum Cantabricum y el desembarco romano en la costa cántabra”. Sautuola X. Santander: 85-130. - Peralta Labrador, E. J. (2006): “La revisión de las Guerras Cántabras: Novedades arqueológicas en el norte de Castilla”. II Congreso Internacional de Arqueología Militar Romana en Hispania: producción y abastecimiento en el ámbito militar, León: 523547. - Peralta Labrador, E. J. (2006): “Guerras cántabras en la montaña palentina: el asedio de La Loma”, Revista de arqueología, Año nº 27, Nº 303: 24-33. 8