ISSN: 0213-0610, pp. 45-60 LA METODOLOGÍA SOCIOLINGÜÍSTICA COMO RECURSO DE AULA EN EL ANÁLISIS DE OBRAS LITERARIAS Israel Castro Robaina Adela Morín Rodríguez Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Fecha de aceptación: 6 de octubre de 2008 RESUMEN Este estudio representa una muestra del empleo de la metodología sociolingüística en el análisis de obras literarias con el fin de servir como herramienta de aula, principalmente en la Educación Secundaria Obligatoria y en el Bachiller. No sólo podemos argumentar a favor de su idoneidad como material para el profesor, a partir de las conclusiones desprendidas del estudio, sino también en lo que concierne a la propia aplicación del método por parte del alumnado en sus trabajos lingüístico-literarios. En particular, el examen realizado aquí se ha ejemplificado a través del análisis de la novela Marianela de Benito Pérez Galdós. Palabras clave: sociolingüística aplicada, didáctica de la lengua y la literatura españolas, análisis lingüístico-literario, producción literaria. ABSTRACT A sample of the use of sociolinguistic methodology in the analyses of literary works is presented here so that it can be used as a tool in the classroom, mainly in secondary education and Bachaleorat. From the conclusions drawn it can be considered as a helpful material not only for teachers but also for students when applying the methodology in their linguistic and literary tasks. The study shown here has been exemplified in the novel Marianela by Benito Pérez Galdós. Key words: applied sociolinguistics, spanish language and literature methodology, literary and linguistics analysis, literary production. El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 45 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias 1. INTRODUCCIÓN A lo largo de la segunda mitad del siglo XX se ha desarrollado toda una serie de corrientes lingüísticas que guardan en común, esencialmente, dos aspectos: la reacción al formalismo e inmanentismo propios del Estructuralismo y de la Gramática Generativo-Transformacional y, consustancialmente, el interés por la actuación particular de los hablantes dentro de un determinado contexto comunicativo. Entre estas metodologías lingüísticas destaca, sobre todo a partir de los años sesenta y setenta, la Sociolingüística, la cual, en contraste con otras disciplinas, puede ser definida como el estudio de la correlación entre aspectos lingüísticos y sociales, es decir, la relación entre lenguaje y sociedad. La existencia de diversas escuelas sociolingüísticas (el variacionismo laboviano, la Sociología del Lenguaje fishmaneana, la Etnografía de la Comunicación o del Habla, etc.) apunta a que con el término sociolingüística se engloban diferentes propuestas que guardan en común un mismo enfoque. De este modo, tendrán consideración de sociolingüísticos problemas o cuestiones de la más variada índole y alcance, desde asuntos estrictamente lingüísticos hasta temas que entroncan con la política y la planificación de las lenguas. En este mismo orden, cabe considerar cuál será el rendimiento de la metodología sociolingüística cuando se aplique a textos literarios, no tanto asumiendo una perspectiva estrictamente lingüística sino más bien como un método auxiliar para la explicación de factores comunicativos que intervienen en la construcción de la obra. En este sentido, tanto la propuesta en su totalidad como los aspectos estudiados en concreto se presentan como herramientas y materiales de trabajo de aula. 2. LA METODOLOGÍA SOCIOLINGÜÍSTICA COMO HERRAMIENTA DE ANÁLISIS EN OBRAS LITERARIAS La contribución de la Sociolingüística al análisis de obras literarias no cuenta con un amplio recorrido doctrinal. Jiménez Cano, con su artículo «Bosquejo general para el comentario sociolingüístico de textos literarios» (1996), es pionero en esta materia. El autor, aun siendo consciente de la provisionalidad de su propuesta, no renuncia a adelantar que la «perspectiva del análisis sociolingüístico» será capaz de poner de relieve «zonas del texto a las cuales sólo es posible acceder desde esta perspectiva, en particular, todo cuanto se refiere a la manifestación explícita o implícita de la variación estilística en los textos literarios» (1996: 155). En esta línea encontramos las aportaciones de Muñoz Cortés (1996) sobre la función de la variedad subestándar en tres novelas de Pérez Galdós 46 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias o de Díez de Revenga (1999) acerca de la conciencia sociolingüística de los dialectos en El amante bilingüe de Juan Marsé. También las tentativas de Barba Aragón (2001), aplicación fidedigna del modelo de Jiménez Cano a las letras del grupo musical Extremoduro, de Canteras Campos (2001) y su estudio de las homilías católicas o de Serrano Rivero (2002) y su aplicación a la obra de Pérez-Reverte El club Dumas. Con todo, la aportación sociolingüística presenta una restricción importante: únicamente es válida en textos que se ajusten al principio de verosimilitud o, parafraseando a Doležel, se ajusten a la semántica mimética de los mundos posibles, según la cual «los mundos ficticios son conjuntos de estados de cosas posibles» (1988/1997: 79). En cuanto tales hechos posibles podemos hablar de una adecuación ficcional del comportamiento lingüístico del personaje no sólo a su estrato sociocultural, sino también a todos aquellos factores que inciden en la interacción comunicativa concreta (el tema, el interlocutor, etc.). Con este pensamiento y actitud, hemos realizado una aproximación a la obra Marianela (1878/2000)1 de Pérez Galdós, la cual, sin duda, desde una perspectiva filológico-estética no es la mejor obra del autor pero sí una de las más accesibles al estudiantado de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachiller. 3. EL ANÁLISIS SOCIOLINGÜÍSTICO DE MARIANELA 3.1. Estrategia correlacional externa La principal función de este punto consiste en la identificación de los informantes-personajes y su distribución de acuerdo a determinados parámetros sociales (edad, sexo, nivel sociocultural, etc.). Marianela no es una obra en la que abunden los personajes. De entre ellos, consideramos como principales —o instancias enunciativas más importantes— a Nela, Celipín y Teodoro Golfín, ya que, al tener una caracterización social y lingüística relevante, ofrecen un mayor rendimiento en la aplicación metodológica. Nela es una joven de dieciséis años, aunque no se tenga absoluta certeza sobre ello: «dicen que tengo dieciséis años» (96) es la fórmula empleada por la protagonista para responder a Teodoro. Huérfana de padre y madre, carece de formación educativa reglamentada alguna (73) y pertenece al estrato social más bajo, como muestran los datos de su descripción: Iba descalza: sus pies, ágiles y pequeños, denotaban familiaridad consuetudinaria con el suelo, con las piedras, con los charcos, con los abrojos. Vestía una falda sencilla y no muy larga, denotando en su rudimentario atavío, así como en la liberEl Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 47 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias tad de sus cabellos sueltos y cortos, rizados con nativa elegancia, cierta independencia más propia del salvaje que del mendigo (69). Teodoro Golfín, por otro lado, es «un hombre de mediana edad» (51). Posee formación universitaria especializada: es médico oftalmólogo de prestigio. Teodoro, que era el mayor, fue médico antes que Carlos [su hermano menor] ingeniero. Ayudó a éste con todas sus fuerzas mientras el joven lo necesitara, y cuando lo vio en camino, tomó el que anhelaba su corazón aventurero, yéndose a América. Allá trabajó, juntamente con otros afamados médicos europeos, adquiriendo bien pronto dinero y fama. Hizo un viaje a España, tornó al Nuevo Mundo; vino más tarde, para regresar al poco tiempo. En cada una de estas excursiones daba la vuelta a Europa para apropiarse los progresos de la ciencia oftálmica, que cultivaba (119-120). A pesar de su reconocido origen humilde, como muestran sus propias palabras: «yo no carezco de vanidades, y entre ellas tengo la de haber sido mendigo», Teodoro es un hombre acaudalado que puede incluirse en el estrato medio alto. El último personaje, Celipín, es un joven que «frisaba los doce años» (77), hijo del «señor Centeno, capataz de ganado en las minas» (70). Sin estudios, «les digo a mis padres que me saquen de aquí y me pongan a estudiar» (81), está criado en el seno de una ruda familia con una madre usurera y un padre analfabeto: y mientras Centeno, sentándose junto a la mesilla y tomando un periódico, hacía mil muecas y visajes que indicaban el atrevido intento de leerlo, la Señana [apócope de Señora Ana] sacaba del arca una media repleta de dinero, y después de contado y de añadir o quitar algunas piezas, lo reponía cuidadosamente en su sitio (78). O también: En cuanto al pasto intelectual, la Señana creía firmemente que con la erudición de su esposo, el señor Centeno, adquirida en copiosas lecturas, tenía bastante la familia para merecer el dictado de sapientísima, por lo cual no trató de alimentar el espíritu de sus hijos con las rancias enseñanzas que se dan en la escuela. Si los mayores asistieron a ella, el más pequeño viose libre de maestros, y engolfado vivía durante doce horas diarias en el embrutecedor trabajo de las minas (83). Sin ser un desposeído en el sentido de la Nela, sí se puede observar que Celipín opera en la novela como si tal, razón por la cual lo situamos en el estrato social 48 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias más bajo: «Celipín se acurrucaba sobre haraposas mantas, no lejos de las cestas donde desaparecía la Nela» (78). Podemos, en conclusión, ver en el cuadro 1 un esquema resultante de la caracterización sociológica de las instancias enunciativas más importantes de la obra: Cuadro 1. Rasgos socio-culturales relevantes en los personajes Personaje Nela Teodoro Golfín Celipín Sexo mujer hombre hombre Edad joven mediana edad joven Nivel de estudios sin formación universitario sin formación Estrato social bajo medio alto bajo El marco espacial está definido por el ámbito rural, las minas de Socartes, situado en la ficción en el norte de España. Podemos hablar aquí de conjunción entre comunidad lingüística y comunidad de habla, dado que comparten no sólo la misma lengua sino también similares normas comunicativas generales. Ello no conlleva la pérdida de la heterogeneidad propia de cualquier comunidad, en Marianela esto se aprecia especialmente en que Teodoro Golfín es hombre de ciudad y mundo mientras que Celipín y Nela nunca han salido de las minas. 3.2. Estrategia correlacional interna En esta sección se pretende, en primer lugar, establecer la relación entre el comportamiento lingüístico de los personajes y los rasgos sociales anteriormente descritos; en segundo lugar, comprobar la evaluación lingüística que las diversas instancias enunciativas manifiestan. Por último, se analizará el comportamiento lingüístico de Nela en varios eventos comunicativos en función de una sola variable: su interlocutor. 3.2.1. La correlación entre actuación lingüística y los rasgos socio-culturales de los personajes. El comportamiento lingüístico de Nela no muestra, a priori, incorrecciones o vulgarismos (como nos encontraremos en el caso de Celipín) propias de una persona sin cultivar; para hallar estos datos habrá que ir al contenido de lo enunciado —presencia de la superstición, entre otros—, aunque éste es un aspecto que no trataremos al quedar fuera de los márgenes planteados en el trabajo. Sí se pueden apreciar, por el contrario, innumerables titubeos y reiteraciones de expresiones marianas tales como «Virgen Santísima» (78). El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 49 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias Por otra parte, Teodoro Golfín ofrece una correlación entre factores lingüísticos y socioculturales más ajustada. Hace uso, por ejemplo, del latín en una ocasión: «Fiat lux —dijo, descendiendo—. Me parece que acabo de salir del caos primitivo» (56). En otros muchos momentos, Teodoro emplea, para las descripciones, términos propios de la medicina o ramas afines, como ante la visión de la zona de la mina que recibe el nombre de la Terrible: Espectáculo asombroso, sí —dijo el forastero, deteniéndose en contemplarlo—, pero que a mí antes me causa espanto que placer, porque lo asocio al recuerdo de mis neuralgias. ¿Sabe usted lo que me parece? Pues que estoy viajando por el interior de un cerebro atacado de violentísima jaqueca. Estas figuras son como las formas perceptibles que afecta al dolor cefalálgico, confundiéndose con los terroríficos bultos y sombrajos que engendra la fiebre (59-60). A su vez, la actuación lingüística de Celipín guarda también estrecha relación con sus características sociales y culturales. Ello lo muestra, por ejemplo, la repetición desmesurada del elemento «¡Córcholis!», presente en casi todas sus intervenciones en al menos una ocasión. Existe, asimismo, una acusada proliferación de vulgarismos, de especial relevancia porque es la única instancia enunciativa que las tiene. Cabe destacar «Miá tú» (146, 148) o, refiriéndose a las cartas que envíe a casa una vez aprenda a escribir, «Ya las oirás leer, y verás qué conceitos los míos y qué modo aquel de echar retólicas que os dejen bobos a todos» (147). Se detectan, además, reiteraciones sintácticas cuando el joven habla del futuro. Por ejemplo: No; no es para vicios, no es para vicios —afirmó el chicuelo con energía, oprimiéndose el seno con una mano, mientras sostenía su cabeza en la otra—: es para hacerme hombre de provecho, Nela, para hacerme hombre de pesquis, como muchos que conozco (80; las cursivas son mías). Podemos concluir que tanto en Teodoro como en Celipín se observa una clara imbricación entre el estrato sociocultural al que pertenecen y la actuación lingüística. Nela, sin embargo, no se ajusta tan evidentemente a este modelo en lo que a la utilización del léxico se refiere. Desde un punto de vista sintáctico y semántico-discursivo, por el contrario, sus parlamentos sí la circunscriben lingüísticamente a su nivel sociocultural. 50 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias 3.2.2. La evaluación lingüística Por evaluación lingüística entendemos la conciencia sociolingüística de los personajes, bien como expresión explícita o implícita de sus propias actitudes y creencias lingüísticas (autoevaluadoras) o bien sobre los demás (heteroevaluadoras). La unidad a través de la cual se articula la evaluación lingüística, por lo tanto, es la actitud. Morín Rodríguez la define, siguiendo la concepción mentalista del término (Agheyisi y Fishman 1970; Cooper y Fishman 1974), como «el conjunto de creencias más o menos estables hacia cualquier aspecto de la vida cotidiana (objetos, personas, instituciones, ideas), entendiéndose que en ellas aparecen implicados aspectos tanto cognitivos como afectivos y conativos» (2001: 65). De acuerdo con Almeida: «La existencia de actitudes lingüísticas supone la aceptación de que los individuos son capaces de evaluar su propio modo de hablar y los de los demás a partir de la presencia de una serie de índices lingüísticos» (1999: 112). Será, tomando como punto de referencia estos índices lingüísticos, a través de los cuales los miembros de una comunidad de habla (compartida entre los participantes del evento comunicativo) pueden «extraer ciertas conclusiones sobre la condición social de los demás, sobre aspectos de su personalidad y sobre la misma situación comunicativa y conducen, en consecuencia, a planificar de un modo determinado la interacción» (Almeida 1999: 112). Así, en el caso de Nela, puede observarse su conciencia sobre la importancia de sus palabras y cómo, a pesar de que la autoevaluación general de la protagonista es negativa, aparecen claras marcas de los efectos de la intensificación, por ejemplo, en el discurso: —Quiero decir que cuando el Ayuntamiento puso por primera vez farolas en las calles —dijo como queriendo dar a su relato la gravedad de la historia—, mi padre era el encargado de encenderlos y limpiarlos (71). O también: —Se fue a un agujero muy grande que hay allá arriba —dijo Nela, deteniéndose ante el doctor y dando a su voz el tono más patético —, y se metió dentro (72). Asimismo, el narrador describe, situándonos en la dimensión de la heteroevaluación, que Teodoro Golfín al conocer a la Nela queda estupefacto ante la presencia física de la joven y su forma de expresión: El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 51 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias Sus palabras, al contrario, sorprendieron a Golfín por lo recatadas y humildes, dando indicios de un carácter formal y reflexivo. Resonaba su voz con simpático acento de cortesía, que no podía ser hijo de la educación (69). Sin embargo, el propio narrador da cuenta de las situaciones en las que Nela es incapaz de descifrar el mensaje que le están comunicando, como en el caso en el que Pablo Penáguilas realiza una extensa disertación sobre las artes y las ciencias: «La Nela parecía no entender ni una palabra de lo que su amigo decía» (105). Esto, en lo que se refiere al ámbito de la recepción del mensaje, pero también se recogen momentos en los que, según el narrador, Nela es incapaz de cifrar el mensaje de forma adecuada: [...] Si Marianela usara ciertas voces, habría dicho: «Mi dignidad no me permite aceptar el atroz desaire que voy a recibir. Puesto que Dios quiere que sufra esta humillación, sea; pero no he de asistir a mi destronamiento; Dios bendiga a la que por ley natural ocupará mi puesto; pero no tengo valor para sentarla yo misma en él.» No pudiendo hablar así, su rudeza expresaba la misma idea de este otro modo: «No vuelvo más a Aldeacorba... No consentiré que me vea... huiré con Celipín, o me iré con mi madre. Ahora ya no sirvo para nada» (176-177). Para Teodoro Golfín, únicamente tenemos expresiones heteroevaluadoras en las que se refiere explícitamente a su forma de emisión, pero también, de forma velada, a las huellas sociolingüísticas del origen del médico: Hablaba, por lo general, incorrectamente, por ser incapaz de construir con gracia y elegancia las oraciones. Sus frases, rápidas y entrecortadas, se acomodaban a la emisión de su pensamiento, que era una especie de emisión eléctrica (120). O, por citar otro ejemplo: prosiguió Teodoro, con aquella elocuencia nerviosa, rápida, ardiente, que era tan suya (133). 52 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias Sobre Celipín, a pesar del gusto de Galdós por este tipo de elementos, no recae evaluación sociolingüística alguna, ni propia ni ajena. 3.2.3. El comportamiento lingüístico sensible al contexto. En este punto trataremos de reseñar los principales eventos comunicativos entre Teodoro Golfín y Nela, por una parte, y de la misma con Celipín, por otra, intentando mostrar las diferencias estilísticas de la protagonista de la novela en función de su interlocutor. Tomamos como punto de partida la hipótesis de que la situación comunicativa producida en la interacción Teodoro-Nela tendrá, como es de esperar, el rasgo de mayor formalidad en lo que respecta al comportamiento comunicativo de Nela, dado el profundo respeto que despierta el médico en la muchacha. No ocurre lo mismo en la interacción Nela-Celipín, puesto que en este contexto Nela es mayor que Celipín y se considera más docta que éste. Con todo, hemos de apreciar que existe una doble dimensión aquí que no podemos pasar por alto. Por un lado, Nela tendrá una actuación comunicativa acorde a su interlocutor, en función de ello dividimos ambos grupos de eventos comunicativos (Nela-Teodoro y Nela-Celipín). Sin embargo, por otro lado, debemos segmentar los actos comunicativos de cada uno de los grupos dado que se dan en tiempo y circunstancias bien diferentes, es decir, puesto que varían otros aspectos del contexto de situación (el modo, el tenor, etc.), cuestión que, evidentemente, trae pareja la modificación del comportamiento lingüístico. Hemos aislado para el análisis cinco eventos comunicativos: dos producidos entre Nela y Teodoro y tres que tienen como interlocutores a Celipín y Marianela. Cuadro 2. Distribución de los eventos comunicativos Participantes Evento comunicativo Capítulo Páginas A 3 68-75 B 18-19 188-202 C 4 79-82 D 12 145-149 E 18 183-187 Teodoro-Nela Celipín-Nela El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Acontecimiento Nela conoce a Teodoro Teodoro evita el suicidio de Nela Celipín expresa sus deseo de marchar Celipín hace planes sobre su vida futura La marcha de Celipín 53 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias 1. Centramos la atención, en primer lugar, en los actos de interacción comunicativa protagonizados por Teodoro y Nela. Como hemos referido, nos encargaremos expresamente de dos eventos comunicativos (A y B). El primero tiene lugar en el momento en que Nela y Teodoro se conocen, al comienzo de la novela. Por su parte, B ocurre cuando la trama ya se ha desarrollado y Nela sufre por temor a ser vista por Pablo tras la recuperación de su visión; por esta razón, la joven decide imitar a su madre y acabar su vida arrojándose a la Trascava. Teodoro Golfín hace su aparición y logra evitar el suicidio. • El evento comunicativo A transcurre mientras Nela acompaña a Teodoro a casa de su hermano, Carlos Golfín. Ambos interlocutores pertenecen a edades y estratos socioculturales distintos, cuestión de la que la joven es consciente: «Comenzó a andar la Nela resueltamente, sin adelantarse mucho, cuidando de ir siempre al lado del viajero, como si apreciara en todo su valor la honra de tan noble compañía» (69). Por lo tanto, Teodoro es un interlocutor prestigioso para Nela. Como es de esperar, Nela emplea con Teodoro Golfín la fórmula de trato de segunda persona «usted», mientras que el doctor tutea a la joven. Son muchos los factores que inciden en el tratamiento asimétrico (Brown y Gilman 1960; Morín Rodríguez 2001): mayor edad, superior nivel cultural, estrato social más alto, etc. Por otra parte, Nela utiliza constantemente para hablar de acontecimientos de su propia vida no muy lejanos el impersonal «dicen», como cuando Teodoro la interroga sobre el tiempo que hace que llegó a las minas de Socartes: —Dicen que hace tres años. Dicen que mi madre me recogió después de la caída. Mi padre cayó enfermo, y como mi madre no lo quiso asistir, porque era malo, él fue al hospital, donde dicen que se murió. Entonces vino mi madre a trabajar a las minas. Dicen que un día le despidió el jefe porque había bebido mucha aguardiente (71; las cursivas son mías). Obsérvese que, teniendo la joven dieciséis años y habiendo llegado a Socartes «hace tres años», Nela debiera acordarse de estos sucesos no justificándose, entonces, el empleo del impersonal «dicen». Hemos llegado a estimar que el uso de esta fórmula tiene una doble función en el texto. En primer lugar, la intención del autor de poner de manifiesto las habladurías y malas lenguas que en la sociedad de la época operaban; tal es el caso de la expresión «dicen que yo no sirvo ni puedo servir para nada» (72) o del siguiente parlamento: 54 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias —Dicen que tengo dieciséis años— replicó la Nela, examinando a su vez al doctor. —¡Dieciséis años! Atrasadilla estás, hija. Tu cuerpo es de doce, a lo sumo. —¡Madre de Dios! Si dicen que yo soy como un fenómeno...— manifestó ella en tono de lástima de sí misma (69; la cursiva es mía). No obstante, creemos que, en segundo lugar, Nela busca dar solidez y relieve histórico a su vida, de lo contrario, no nos explicamos que la muchacha no recuerde acontecimientos ocurridos a escasos tres años de la conversación. No sólo este argumento valida esta hipótesis, sino también el hecho de que Nela desea impresionar con su historia al recién llegado, como se puede apreciar en esta ocasión, ya comentada: —Quiero decir que cuando el Ayuntamiento puso por primera vez faroles en las calles —dijo, como queriendo dar a su relato la gravedad de la historia—, mi padre era el encargado de encenderlos y limpiarlos (71; las cursivas son mías). Las intervenciones de Teodoro tratan de indagar sobre la vida de la joven y, en general, tienen un tono afectuoso propio de la relación entre una persona de mayor edad y estatus y una niña. En esta línea tenemos el uso del diminutivo: «Atrasadilla estás, hija» (69), «¡Pobrecita! Tú trabajarás en las minas» (70); o expresiones cariñosas: «Quizá no tenga nadie noticia de quién fue tu papá» (71), «Pobre criatura» (72), «tú eres un alhaja» (72). • El evento comunicativo B comporta varias modificaciones a la situación de partida ocurrida en A. Nela está al borde del suicidio y, consustancialmente, en un alterado estado de nervios. Es tal su agitación que la joven expone sus intenciones incluso como contrarias a los dictados de Dios: —Quería ir con mi madre— repuso la Nela, después de vacilar un instante—. No quería vivir más. Yo no sirvo para nada. ¿De qué sirvo yo? ¿No vale más que me muera? Si Dios no quiere que me muera, me moriré yo misma por mi misma voluntad (193). En esta situación, la forma de relación lingüística con respecto a Teodoro cambia, adoptando formas más bruscas que en A: —Yo no tengo padre— replicó la Nela con ligero acento de rebeldía. —Es verdad; pero figúrate que lo soy yo, y responde. ¿Qué ibas a hacer allí [la Trascava]? —Allí está mi madre— le fue respondido de una manera hosca. El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 55 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias —Tu madre ha muerto. ¿Tú no sabes que los que se han muerto están en el otro mundo? —Está allí— afirmó la Nela con aplomo, volviendo tristemente sus ojos al punto indicado. —Y tú pensabas ir con ella, ¿no es eso? Es decir, que pensabas quitarte la vida. —Sí, señor; eso mismo (190-191; las cursivas son mías). Sin embargo, Teodoro continúa utilizando un tono afectuoso en su empeño porque Nela desista de su empeño. No obstante, en principio, ella no parece ser receptiva a sus explicaciones tal y como muestra la conversación que reproducimos aquí: —Tu amo me ha dicho que te quiere mucho [explica Teodoro]. Cuando era ciego, lo mismo que después que tiene vista, no ha hecho más que preguntar por la Nela. Se conoce que para él todo el Universo está ocupado por una sola persona; que la luz que se le ha permitido gozar no sirve para nada si no sirve para ver a la Nela. —¡Para ver a la Nela! ¡Pues no verá a la Nela!... ¡La Nela no se dejará ver!—exclamó ella con brío. —¿Y por qué? —Porque es muy fea... Se puede querer a la hija de la Canela cuando se tienen los ojos cerrados; pero cuando se abren los ojos y se ve a la señorita Florentina, no se puede querer a la pobre y enana Marianela. —¡Quién sabe!... —No puede ser..., no puede ser— afirmó la vagabunda con la mayor energía. —Eso es un capricho tuyo... No puedes decir si agradas o no a tu amo mientras no lo pruebes. Yo te llevaré a la casa. —¡No quiero, que no quiero!— gritó ella, levantándose de un salto y poniéndose frente a don Teodoro, que se quedó absorto al ver su briosa apostura y el fulgor de sus ojuelos negros, señales ambas de un carácter decidido (195-196). Aunque, según lo expuesto, el comportamiento lingüístico de Nela no responde a la hipótesis que habíamos previsto —en las interacciones comunicativas con Teodoro, la actuación comunicativa de Marianela debe ajustarse al rasgo de mayor formalidad—, aventuramos que esta hipótesis de trabajo no se invalida por estos parlamentos, puesto que cuando la Nela se repone de su estado de nerviosismo recupera las fórmulas titubeantes ante su interlocutor: 56 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias —Ya veo que yo tengo la culpa de todo [dice Teodoro]. —La culpa no...; usted ha hecho una buena obra. Usted es muy bueno... Es un bien que él haya sanado de sus ojos... Yo me digo a mí misma que es un bien (198). 2. Cosa distinta ocurre en aquellos eventos comunicativos en los que participan Nela y Celipín (C, D y E). Las tres situaciones comunicativas seleccionadas corresponden a distintos momentos de la narración, de lo que se desprenderá, como tendremos ocasión de comprobar, una modificación en el comportamiento lingüístico de la joven. La forma de tratamiento entre ambos interlocutores es la expresión simétrica de solidaridad «tú» (Brown y Gilman 1960; Morín Rodríguez 2001), justificada no sólo por la proximidad de edades entre ellos, sino también debido al contacto diario entre ambos. • En el evento comunicativo C, los dos participantes están acostados. Nela despierta a Celipín (forma diminutiva de Celipe) para entregarle el dinero con el que Teodoro la había obsequiado. La joven mantiene hacia Celipín una actitud afectuosa propia de una persona de mayor edad. Esto lo podemos observar, por ejemplo, en el uso del diminutivo con función cariñosa: «Celipín, Celipinillo» (79) o «Sí, hijito» (82). Asimismo, Nela emplea fórmulas lingüísticas en las que claramente se sitúa en una posición de preeminencia ante Celipín. Tal es el caso en el que éste muestra su veneración ante Teodoro, ya que Celipín lo ve como un hombre que se ha hecho a sí mismo a partir de la nada, y la respuesta de la muchacha es: «Puede que pienses tú hacer lo mismo, bobo» (80). Similar comportamiento tiene cuando ella reacciona amonestándolo porque Celipín manifiesta expresamente aversión hacia sus padres: «Ea, pues, si haces eso, no te vuelvo a dar un real» (81). • En la situación comunicativa D Celipín ha decidido, emulando a Teodoro, convertirse en médico a través del esfuerzo personal. Ante las divagaciones del muchacho Nela le aconseja, asumiendo nuevamente una actitud de superioridad ante su interlocutor, como muestra el siguiente parlamento: Verás tú qué fino y galán [dice Celipín] voy a ser yo cuando me ponga mi levita y mi sombrero de una tercia de alto. Y también me calzaré las manos con eso que llaman guantes, que no pienso quitarme nunca como no sea sino para tomar el pulso... Tendré un bastón con una porra dorada y me vestiré..., eso sí, en mis carnes no se pone sino paño fino... ¡Córcholis! Te vas a reír cuando me veas. El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 57 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias —No pienses todavía en esas cosas de remontarte mucho, que eres más pelado que un huevo— le dijo ella—. Vete poquito a poquito, hoy me aprendo esto, mañana lo otro. Yo te aconsejo que antes de meterte en eso de curar enfermos, debes aprender a escribir... (147). No obstante, este evento comunicativo guarda un matiz diferente con respecto al evento C. Conforme Celipín va desarrollando su deseo de convertirse en un afamado doctor, su relación con Nela va transformándose. El chico comienza a dirigirse a su interlocutora con expresiones más bruscas. Así, por ejemplo, ante la recomendación de ir paulatinamente adquiriendo conocimientos y establecer la prioridad del arte de la escritura, Celipín responde: —Calla, mujer... ¿Pues qué, creías que la escritura no es lo primero?... Deja tú que yo coja una pluma en la mano, y verás qué rasgueo de letras y qué perfiles finos para arriba y para abajo, como la firma de don Francisco Penáguilas... ¡Escribir!, a mí con esas... A los cuatro días verás qué cartas pongo... Ya las oirás leer, y verás qué conceitos los míos y qué modo aquel de echar retólicas que os dejen bobos a todos. ¡Córcholis!, Nela, tú no sabes que yo tengo mucho talento (147; en cursiva en el original). Esta tendencia de Celipín se encuentra aún mermada y Nela continúa manteniendo un comportamiento lingüístico en el que manifiesta su superior estatus como, por ejemplo, «¡Qué bobo eres!» (149) o pero mira que has de ser buen hijo, pues si tus padres no quieren enseñarte, es porque ellos no tienen talento, y pues que tú lo tienes, pídele por ellos a la Santísima Virgen, y no dejes de mandarles algo de lo mucho que vas a ganar (148). • El evento comunicativo E ocurre cuando Nela ya conoce la recuperación de Pablo. En un primer momento, la muchacha decide marchar junto a Celipín, pero, posteriormente, manifiesta su incapacidad para huir junto al joven. Celipín, resuelto a marchar, continúa asumiendo su nuevo rol en la relación y, por tanto, se atreve incluso a tomar la dirección de la estrategia de huida: —Tomaremos el tren, y en el tren iremos hasta donde podamos —afirmó Celipín con generoso entusiasmo—. Y después pediremos limosna hasta llegar a los Madriles del Rey de España; y, una vez que estemos en los Madriles del Rey de España, tú te 58 El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias pondrás a servir en una casa de marqueses y condeses, y yo en otra, y así, mientras yo estudie, tú podrás aprender muchas finuras. ¡Córcholis!, de todo lo que yo vaya aprendiendo te iré enseñando a ti un poquillo, un poquillo nada más, porque las mujeres no necesitan tantas sabidurías como nosotros los señores médicos (184). Por otra parte, Celipín emplea fórmulas recriminatorias ante la decisión de Nela de no abandonar Socartes, «Nela..., ¡qué tonta eres!» (185), cosa impensable en el evento comunicativo C. La propia muchacha, en su despedida, no rehúsa aconsejar a Celipín, aunque parece asumir su superioridad: «Vete, tú serás hombre de provecho... Pórtate bien, y no te olvides ni de Socartes ni de tus padres» (186). Como ya hemos anotado, de la interacción C a la D se produce un cambio de rol en lo que a Celipín se refiere. Cuanto más convencido se encuentra el personaje de su ascenso social gracias al estudio, mayor estatus va adquiriendo en el evento comunicativo. A modo de conclusión, podemos decir que el comportamiento lingüístico de Nela varía hacia sus interlocutores según sean éstos de mayor o menor nivel socio-cultural: 1. La joven, en los grupos de eventos comunicativos seleccionados para el análisis, tiene una actuación bien diferente cuando es Teodoro el otro participante (empleo de la fórmula de trato «usted», uso de la forma impersonal para dotar a su relato de relieve histórico) que cuando Celipín es su interlocutor (fórmula de trato «tú», utilización reiterada del consejo, empleo de formas lingüísticas afectuosas). 2. Ello no obsta para que en cada uno de los grupos de eventos comunicativos este rasgo (mayor formalidad en las interacciones Nela-Teodoro y menor formalidad en la de Nela-Celipín) sufra modificaciones en función de las nuevos sucesos que van ocurriendo a lo largo de la obra literaria. De esta manera, hemos podido apreciar que la hipótesis de trabajo expuesta se ve sustancialmente modificada por la presencia de otras variables temáticas de índole psicoafectivo: el estado de nerviosismo de la protagonista o el autoconvencimiento de Celipín en su futura práctica médica, por citar algunos ejemplos. BIBLIOGRAFÍA AGHEYISI, R. y FISHMAN, J. (1970). Language attitude studies: a brief survey of methodological approaches. Anthropological Linguistics, 12, 137-157. ALMEIDA, M. (1999). Sociolingüística. La Laguna: Universidad de La Laguna. El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria 59 Israel Castro Robaina y Adela Morín Rodríguez La metodología sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias BARBA ARAGÓN, N. (2001). Análisis sociolingüístico de las canciones del grupo musical Extremoduro. Tonos Digital, 2, Noviembre 2001. Documento de internet disponible en http://www.tonosdigital.com. BROWN, R. y GILMAN, A. (1960). The pronouns of Power and Solidarity. En Sebeok (Ed.). Style in Language. (pp. 253-276). The M.I.T. Press. CANTERAS CAMPOS, M. (2001). Estudio sociolingüístico de las homilías católicas. Tonos Digital, 1, marzo 2001. Documento de internet disponible en http://www.tonosdigital.com. COOPER, R. y FISHMAN, J. (1974). The study of language attitudes. International Journal of the Sociology of Language», 3, 5-19. DÍEZ DE REVENGA, P. (1999). El amante bilingüe y la percepción del dialecto. En Díez de Revenga y Jiménez Cano (Eds.), Estudios de Sociolingüística. Sincronía y diacronía. Vol. 2 (pp. 109-121). Murcia: DM. DOLEŽEL, L. (1988/1997). Mímesis y mundos posibles. En Garrido Domínguez (Comp.). Teorías de la ficción literaria. (pp. 69-94) Madrid: Arco-Libros. JIMÉNEZ CANO, J. M. (1996). Bosquejo general para el comentario sociolingüístico de textos literarios. En Díez de Revenga y Jiménez Cano (Eds.). Estudios de Sociolingüística. Sincronía y diacronía. Vol. 1 (pp. 155-183). Murcia: DM. MORÍN RODRÍGUEZ, A. (2001). Las formas pronominales de tratamiento en el español de Las Palmas de Gran Canaria: variación y actitudes lingüísticas. Granada: Método. MUÑOZ CORTÉS, M. (1996). Función del subestándar en El Doctor Centeno de Pérez Galdós. En Díez de Revenga y Jiménez Cano (Eds.). Estudios de Sociolingüística. Sincronía y diacronía. Vol. 1. (pp. 226-235). Murcia: DM. PÉREZ GALDÓS, B. (1878/2000). Marianela. Madrid: Cátedra. SERRANO RIVERO, M. F. (2002). Notas para un comentario sociolingüístico de El club Dumas de Arturo Pérez-Reverte. Tonos Digital, 3, marzo 2002. Documento de internet disponible en http://www.tonosdigital.com. NOTAS 1 60 Todas las anotaciones sobre la obra serán realizadas desde esta edición, con lo cual únicamente se hará referencia, entre paréntesis, a las páginas aludidas. El Guiniguada, Nº 17 (2008) • Las Palmas de Gran Canaria