La Historia del Cautivo

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La Historia del Cautivo
El cautivo cuenta su historia y cuenta que él era parte de tres hermanos. Un día su padre los
reunió a los tres para repartirles su herencia y también con esto darles una vocación. Estas eran:
las letras, la mercancía y el servicio al rey. Al ser el mayor, el cautivo, toma esta última vocación.
Además aceptó solo una parte de la herencia para no dejar al padre sin dinero dando el ejemplo a
sus hermanos que después hicieron lo mismo.
Al ejercer esta vocación va a la batalla de Lepanto, y a pesar de haberla ganado los moros lo
tomaron cautivo. Al frente de la cárcel donde se encontraba con otros cautivos cristianos había
una casa de un moro rico.
Un día el cautivo vio desde la cárcel que en la ventana del baño se movía una caña con un lienzo
atado al final. El cautivo fue hacia allá y lo cogió. Adentro habían unas monedas de oro. Otro día
vieron una cruz hecha de cañas que se asomaba, por lo que dedujeron que había una cristiana
encerrada ahí.
Algunos días después vio de nuevo la caña y dentro de ella había unas monedas y una carta, la cual
le pidió a un renegado que se la tradujera. En esta carta una mujer contaba que se había
convertido al cristianismo y los podía salvar debido a que ella tenía dinero que les podía dar para
su liberación y junto con esto le pide al cautivo que se case con ella. El cautivo accede y le mandan
una carta de vuelta diciéndole que aceptaban sus propuestas. Después de un tiempo el cautivo se
da cuenta que la que le mandaba cartas y dinero era Zoraida, hija del moro rico dueño de esta
casa.
Zoraida les da dinero suficiente para liberarse todos y para comprar una barca para irse a tierras
cristianas.
El renegado compra la barca y el cautivo va al jardín del padre de Zoraida para avisarle que ya todo
estaba listo para que se fuera con ellos. En el jardín se encuentra con el padre de Zoraida y este le
pregunta qué hacía ahí, quién era y quién era su amo. Este le contesta que es un cristiano, que su
amo era un muy amigo suyo y que iba a su jardín a buscar hierbas para hacer una ensalada.
Zoraida los ve y va hacia ellos y el cautivo impresionado por su belleza le cuenta que el es un
cristiano rescatado y que pensaba regresar a España. Ella le pregunta que si estaba casado y el le
contesta que está comprometido con una mujer bastante parecida a ella.
Otro moro interrumpe la conversación avisándole al padre de Zoraida que unos turcos estaban
invadiendo su jardín. El padre va a resolver el problema y le ordena a Zoraida que entrara a la casa,
dejándolos a ellos dos solos. Zoraida, dándose cuenta que era el cautivo con quien se mandaba
cartas, lo abraza y mientras eso pasa llega su padre y al verlos Zoraida simula un desmayo. El padre
se lo cree y le dice al cautivo que muchas gracias por cuidar a su hija y le dice que cuando necesite
hierbas y frutas puede ir a su jardín.
El viernes al anochecer, el cautivo, el renegado y otros cristianos fueron en busca de Zoraida
mientras su padre dormía, de pronto apareció Zoraida muy bien vestida y llena de joyas, la vieron
y después ella fue en busca de una caja llena de monedas de oro, pero su padre despertó y se dio
cuenta de lo que estaba pasando y empezó a gritar “ladrones”. Algunos del grupo lo detuvieron,
taparon su boca y le ataron las manos. Después lo subieron a la barca y le destaparon la boca
amenazándolo a muerte si es que hablaba.
El renegado, más tarde, le dijo al padre de Zoraida y al resto de los moros que cautivaron que
serían liberados apenas llegaran a tierra. Al decir esto el padre de Zoraida les ruega que suelten a
su hija, sin darse cuenta que ella iba a voluntad. Zoraida va a consolarlo ya que se pone a llorar y
se da cuenta de que su hija estaba vestida con sus mejores ropas, entonces le pregunta a que se
debe esto, si el la había visto antes con vestidos caseros y ordinarios. Y después ve la caja de
Zoraida y también le pregunta que hacia eso ahí. Zoraida no supo responderé asique el renegado
le conto que Zoraida se había convertido al cristianismo e iba de pura voluntad suya con ellos. Al
escuchar esto el padre de Zoraida se tira al mar. Zoraida le grita a todos que lo salven y lo sacaron
del mar.
Llegaron a tierra, y dejaron ahí a los moros y al padre de Zoraida. Al soltar a este, empezó a gritarle
a Zoraida que era una desgraciada y empezó a maldecir el día en que la engendró. Pero cuando la
barca se empezó a alejar el padre le empieza a gritar que la perdonaba y que volviera a él, y que
iba a morir si ella se iba. Zoraida llora esta partida rezando a la virgen por su padre, siendo
consolada por el cautivo.
Esa noche, en medio del mar, se cruzaron con un barco de corsarios franceses, quienes les
preguntaron quiénes eran, de dónde venían y adónde iban. Cuando los españoles no les
contestaron, dispararon a su barca y ésta comenzó a hundirse, de manera que tuvieron que
abordar el barco de los franceses, quienes les robaron todas sus pertenencias, hasta las joyas que
llevaba Zoraida. Finalmente los franceses decidieron darles el esquife de su barco y algunos
escudos para el viaje para que pudieran llegar a España.
Cuando desembarcaron en tierra se encontraron con un pastor quien creía que eran moros por su
manera de vestir y comenzó a gritar. Por esto llegaron unos cincuenta caballeros y se dieron
cuenta de que en realidad eran cristianos. De hecho, uno de los jinetes resultó ser Pedro de
Bustamante, tío de uno de los cautivos. Los jinetes los llevaron a la ciudad de Vélez Málaga y la
pareja de Zoraida y el cautivo se quedó con una familia de uno de los cristianos del grupo antes de
salir juntos en busca del padre y de los hermanos del cautivo.
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