MEDISAN 2004;8(3):32-38 Hospital Clinicoquirúrgico Docente “Dr. Joaquín Castillo Duany” PELOIDOTERAPIA EN LAS HERIDAS QUIRÚRGICAS INFECTADAS Dr. Rafael Rodríguez Ramírez, 1 Dr. Jesús Cabrera Salazar, 2 Jaime Humberto González Tuero, 2 Dra. Milagros Machado Pineda 3 y MsC Jaime González Quiala 4 RESUMEN Se realizó un ensayo clínico de fase II, aleatorizado y no enmascarado, que incluyó a 70 pacientes atendidos desde marzo del 2000 hasta enero del 2003 en los servicios de Cirugía General de los hospitales clinicoquirúrgicos docentes “Dr. Joaquín Castillo Duany” y “Ambrosio Grillo Portuondo” de Santiago de Cuba, la mayoría de los cuales fueron ingresados por habérseles infectado la herida quirúrgica. Se conformaron 2 grupos: de estudio, a cuyos integrantes se les hizo la cura con peloide; y control, tratado con suero fisiológico y yodopovidona. Entre los principales resultados se obtuvo que la sepsis fue eliminada más rápidamente en el primer grupo, pues las heridas cerraron entre el sexto y séptimo días, mientras que en el segundo ello se logró en 10,8 días como promedio. El peloide tuvo efectos bactericida y bacteriostático, puesto que 94,8 % fueron negativos en los segundos cultivos. No se produjeron reacciones adversas con el uso de este producto natural. Descriptores: INFECCIÓN DE HERIDA OPERATORIA; TERAPIA POR LAMA; ATENCIÓN SECUNDARIA DE SALUD Límites: HUMANO, ADULTO El uso de los fangos con fines terapéuticos se remonta a la antigüedad; experiencia que fue trasmitiéndose de una generación a otra. Ya en el siglo XIX, las playas de Guanímar y El Rosario (en la actual Provincia La Habana), la desembocadura del río San Diego en Pinar del Río y las fuentes naturales de Elguea en Villa Clara eran lugares visitados obligatoriamente por criollos, aquejados de “dolor en los huesos”, quienes después de varias sesiones de baños con agua dulce o salada y aplicaciones de barro medicinal afirmaban que la cura era milagrosa; opinión que compartían en Santiago de Cuba, entre los años 1956-1959, las personas con “llagas” y dueños de animales con “mataduras” que acudían a las zonas conocidas como Puente de la Mina y Los Cangrejitos para sanar las heridas y otras lesiones, como también habían hecho nuestros mambises en su momento histórico. La cataplasma de barro, aplicada directamente sobre las heridas, es el bálsamo maravilloso que restablece rápidamente los tejidos dañados, por ejercer favorables acciones antiinflamatoria, descongestionante, cicatrizante y desinfectante.1 -------------------1 Especialista de II Grado en Cirugía General. Instructor. Investigador Auxiliar Especialista de I Grado en Cirugía General 3 Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Instructora 4 Licenciado en Química. Máster en Medicina Natural y Tradicional. Instructor 2 El término peloides fue aceptado en el Congreso Internacional de Hidrología Médica en 1938. Son productos formados por la mezcla de agua mineral (incluidas las de mar y lago salado) con materias orgánicas resultantes de procesos geológicos y biológicos, aislados o en conjunto, que pueden ser utilizados en aplicaciones locales o generales con fines terapéuticos. Los limos de la salina “Frank País García” de Guantánamo contienen numerosas microalgas, algunas con efectos inmunológicos y cicatrizantes. La reserva de peloides en las 10 lagunas estudiadas de una de las 5 salinas de este territorio, es de aproximadamente 300 000 toneladas, lo cual alcanzaría para tratar a más o menos 150 millones de pacientes. La cirugía se ocupa de aquellas enfermedades cuyo tratamiento requiere la intervención manual u operatoria del profesional, siempre se acompañan de alguna herida y existe una solución de continuidad entre las partes blandas, provocadas por el médico con fines diagnósticos o terapéuticos.2, 3 Las heridas son esencialmente incisas y destruyen la primera barrera defensiva del organismo: la piel, con lo cual se crea una puerta de entrada a microorganismos patógenos, capaces de producir infección.4, 5 El gran problema de la cirugía ha sido siempre tratar lo más rápidamente posible las heridas infectadas para acelerar su cicatrización; pues mientras más pronto sanen, disminuirán las posibilidades de complicaciones y molestias para el enfermo. Con cierta frecuencia, la evolución normal de la curación se altera por la ocurrencia de sepsis en la herida, que obliga a abrirla total o parcialmente para controlar la supuración local. MÉTODOS Se realizó un ensayo clínico de fase II, aleatorizado y no enmascarado, que incluyó a 70 pacientes atendidos desde marzo del 2000 hasta enero del 2003 en los servicios de Cirugía General de los hospitales clinicoquirúrgicos “Dr. Joaquín Castillo Duany” y “Ambrosio Grillo Portuondo” de Santiago de Cuba, por habérseles infectado la herida quirúrgica; razón que justificó el ingreso de la mayoría de ellos en el centro asistencial. Se conformaron 2 grupos: de estudio (GE), a cuyos integrantes se les lavó la herida con solución salina fisiológica y se les aplicó peloide durante 15 minutos; y de control (GC), tratados solamente con suero fisiológico yodado. Se hizo la evaluación clínica y se efectuaron los exámenes humorales, microbiológicos e hísticos requeridos. A los pacientes se les solicitó el consentimiento informado como requisito indispensable para su inclusión en la casuística. RESULTADOS En la serie, 37 pacientes (52,8 %) eran del sexo masculino y 33 del femenino (47,1 %), con una edad promedio de 41,8 años (mínima de 16 y máxima de 81). En cuanto a las enfermedades que incidieron en la aparición de complicaciones, se impone puntualizar que en 23 de los operados (32,8 %) existía algún tipo de afección asociada, con predominio de la hipertensión arterial (8,5 %), seguida del cáncer y la diabetes mellitus (7,1 %, respectivamente), así como también de la anemia (5,7 % en el total general y 11,4 % en el grupo de estudio, donde quedaron enmarcados de forma casual todos los pacientes con drepanocitemia); solo 2 de los intervenidos fueron considerados como obesos y uno como alcohólico. Entre los cuadros morbosos que obligaron a operar, sobresalió la apendicitis aguda (32,8 % del total general), que prevaleció igualmente en cada grupo, con 14 integrantes (40,0 %) en el de estudio y 9 en el control (25,7 %). En segundo lugar se ubicó el fibroma uterino sintomático (6 en el grupo de estudio y 9 en el control, para 17,1 y 25,7 % en ese orden), mientras la anemia consecutiva a ese proceso fue corregida en el período preoperatorio mediato y el promedio de hemoglobina superó los 100 g/L. Las hernias complicadas se presentaron en 7 pacientes de cada grupo, lo cual significó 20 % de toda la casuística, en tanto la úlcera perforada, el sangrado digestivo alto masivo, la hernia inguinal electiva, el tumor de colon y la oclusión Intestinal se produjeron menos frecuentemente. En sentido general, 52 operaciones fueron urgentes (74,2 %): 28 en el primer grupo (80,0 %) y 24 en el segundo (68,5 %) (tabla 1), así como 18 electivas (25,7 %): 7 en el grupo de estudio (20,0 %) y 11 en el control (31,4 %). Tabla 1. Pacientes según grupos de tratamiento y tipo de operación Grupos Tipo de operación De estudio % Control % Urgente 28 80,0 24 Electiva 7 20,0 35 100,0 Total Total % 68,5 52 74,3 11 31,5 18 25,7 35 100,0 70 100,0 Fuente: Planilla de recolección del dato primario En el grupo de estudio (tabla 2) prevaleció el estafilococo patógeno (40,0 %), pero al séptimo día de tratamiento solo persistía en el segundo cultivo de 1 paciente (2,8 %); le continuó la Escherichia coli (28,5 %), con igual comportamiento en cuanto al cultivo. En los restantes pacientes se aislaron Pseudomonas, enterococos, Acinetobacter y Klebsiella, ausentes ya en el cultivo al séptimo día, de modo que esto último representó 94,2 % en total; y aunque en 2 persistían los microorganismos, ello no impidió el cierre de la herida por tercera intención -- teniendo en cuenta el estado clínico de ambos --, con evolución posterior favorable. Otro factor importante a la hora de evaluar las posibilidades de complicación de una herida quirúrgica, lo es el tipo de intervención según clasificación epidemiológica. En 27 de los pacientes (38,5 %), las operaciones se correspondieron con limpias contaminadas; en 25 (35,7 %), con contaminadas; en 16 (22,8 %) con limpias; y en 2 (2,8 %) con sucias. Las operaciones limpias contaminadas y contaminadas fueron las más comunes en el grupo de estudio (80,0 %), seguidas por las limpias (20,0 %); en el control también preponderaron las primeras, con 13 y 11 en cada caso (más de 65 % de los pacientes), seguidas por las segundas con 9 (25,71 %) y las sucias con 2 (5,7 %). Tabla 2. Gérmenes aislados y efectividad del tratamiento en el grupo de estudio Cultivos Germen Primero % Segundo % E. coli 10 28,5 1 2,8 Estafilococo 14 - 1 Pseudomonas 2 40,0 Enterococo 4 Acinetobacter Klebsiella Total Casos resueltos % efectividad Individual General 9 90,0 25,7 2,9 13 92,8 37,1 - - 2 100,0 5,7 5,7 - - 4 100,0 11,4 3 11,4 - - 3 100,0 8,6 2 2,0 - - 2 100,0 5,7 35 100,0 2 5,7 33 - 94,2 Fuente: Planilla de recolección del dato primario x² = 12,5 p< 0,00 No se registraron variaciones en el hemograma, leucograma y nivel de eritrocitos, así como tampoco manifestaciones alérgicas, reacciones adversas o complicaciones durante el tratamiento con peloide o en el seguimiento posoperatorio. Todas las heridas fueron suturadas con nailon. El grado de satisfacción en ambos grupos fue elevado, sin diferencias significativas (p> 0,05). Se ilustra lo ocurrido el primer día de haberse infectado la herida quirúrgica y comenzado a aplicar la peloidoterapia (figura 1A), el tercer día (figura 1B) y el último (figura 1C). Los resultados en cuanto a la positividad de los cultivos fueron superiores en el grupo control (tabla 3), pues además de representar 42,8 % al séptimo día en un considerable número de pacientes, el estado clínico desfavorable demoró el cierre de la herida por tercera intención. La herida cerró antes del noveno día en poco menos de 95 % de los integrantes del grupo de estudio (tabla 4), pero en los del control se requirieron 9 días o más para lograrlo; datos que fueron significativos (p < 0.05). El promedio de días para el cierre de la herida fue de 6,8 en el grupo de estudio y de 10,8 en el tomado como control. Tabla 3. Gérmenes aislados y efectividad del tratamiento en el grupo control Casos Cultivos Germen Primero % Segundo % E. coli 11 31,4 9 25,71 Estafilococo 14 40,0 2 Pseudomonas 2 5,7 Enterococo 3 Acinetobacter Klebsiella resueltos % Efectividad Individual General 2 18,1 5,7 ,0 12 85,7 34,2 2 5,7 - - - 8,6 - 5,7 3 100,0 8,5 2 5,8 - - 2 100,0 5,7 3 8,5 2 5,7 1 33,3 2,8 Fuente: Planilla de recolección del dato primario p< 0,001 Tabla 4. Pacientes según grupos de tratamiento y tiempo requerido para el cierre de la herida Grupos Tiempo (en días) % % 5 De estudio 3 8,57 Control - 6 5 14,28 - - 7 25 71,42 - - 9 2 5,75 12 34,28 10 - - 9 25,71 12 - - 9 25,71 14 - - 4 11,42 16 - - 1 2,85 Fuente: Planilla de recolección del dato primario - p< 0,05 Figura 1A. Primer día Figura 1B. Segundo día Figura 1C. Tercer día DISCUSIÓN Los resultados obtenidos en cuanto a la edad de los pacientes coinciden con las estadísticas de cirugía de urgencia de otros autores, 6, 7, donde también predominan los menores de 45 años, obviamente con mayor riesgo de suciedad o contaminación y, por tanto, de sepsis de la herida quirúrgica. 2, 8, 9 El estado de salud precedente de la persona que debe ser operada, ha sido, es y será un problema de capital importancia en la evaluación integral de sus condiciones orgánicas, siempre que se aspire a garantizar una evolución favorable después del acto quirúrgico, pues la mala nutrición, la anemia, el cáncer, las enfermedades crónicas no transmisibles y otros procesos morbosos pueden demorar el restablecimiento del paciente intervenido, impedir la buena cicatrización de las heridas, contribuir a su infección y en muchos casos causar la muerte. Al respecto, autores como Chalita, 8 Domíguez 9 y Alemán 10 opinan que la diabetes mellitus y la anemia son las afecciones que más propician la aparición de sepsis en la herida quirúrgica. Por otra parte, la apendicitis aguda y el fibroma uterino continúan produciendo una elevada incidencia de infección operatoria, de forma tal que Pérez 11 y Villagrán 12 recomiendan la aplicación de tratamiento antibiótico profiláctico. Los excelentes resultados obtenidos en el grupo de estudio, dados por el hecho de que aproximadamente 95 % de sus integrantes no presentaban gérmenes patógenos en la herida al séptimo día de la intervención, se corresponde con la acción bacteriostática atribuida al peloide. 13, 14 Guacapiña 14 logró el cierre de la herida quirúrgica con Kaltostat en más de 90 % de sus pacientes y Hurtado 15 obtuvo 93 % de eficacia con yodopovidona en el tratamiento de heridas infectadas. Los buenos resultados obtenidos en dicho grupo se debieron a la convergencia de diferentes factores beneficiosos, como también ha encontrado otros cirujanos.16 El alto contenido de sulfuro de hidrógeno del peloide lo convierte en una sustancia bactericida y fungicida, por lo cual se utiliza como antiséptico moderado y antiparasitario; y en forma de lociones o aceites, contra el acné y la sarna 17 (Evaluación de la irritación dérmica del limo termal procedente de la laguna nr 26 de la Salina “Frank País García”, provincia de Guantánamo, Cuba. Archivos del Centro de Toxicología y Biomedicina de Santiago de Cuba, 1998). La mayor concentración, actividad y tiempo de acción de los polimorfonucleares neutrófilos en los primeros días incrementa la actividad fagocítica y bactericida, además de lograr una rápida y efectiva eliminación de cuerpos extraños y tejidos desvitalizados (la presencia de estos elementos favorece la infección). La hipertonicidad del fango produce ósmosis inhibidora del crecimiento bacteriano por disminución de la “actividad del agua” (Aw, en inglés), que representa la concentración mínima de agua requerida en el ambiente de un microorganismo para que este se reproduzca.18 La presencia incrementada de macrófagos y linfocitos en el infiltrado inflamatorio crónico perpetúa la actividad fagocítica y bactericida local. Los demás medicamentos cicatrizantes deben utilizarse asociados a un antimicrobiano por no poder ejercer esas acciones. Unido a la mejoría de las condiciones locales, la rápida cicatrización se obtuvo por la actividad directa de los componentes del fango. Las algas cianofíceas son cicatrizantes, ricas en vitamina B12, participan en el metabolismo celular y de los ácidos nucleicos y elevan el nivel inmunitario. Las ferrobacterias transforman el hierro de las formas férricas a ferrosas y viceversa. El peloide equilibra el pH y lo . ABSTRACT mantiene en cifras neutras, lo cual favorece la actividad enzimática (de la adenosintrifosfatasa y miosina-adenosintrifosfatasa) y metabólica de las células, que redunda en la estimulación de la síntesis inicial de los folículos pilosos hasta su posterior normalización. Ninguno de los fármacos cicatrizantes actuales ejerce esos efectos, 19 de modo que a pesar del rechazo que pudo habérsele hecho al tratamiento con peloide, quizás por considerarse poco ortodoxo, los buenos resultados obtenidos avalaron la aceptación por parte de todos los pacientes, puesto que ese tipo de barro fue capaz de acelerar los cambios favorables en la evolución de la herida quirúrgica infectada y disminuir el tiempo para su cierre por tercera intención. Pelotherapy in the Infected Surgical Wounds A phase II, randomized and not blind clinical trial was carried out including 70 patients attended from March, 2000 to January, 2003 in the services of General Surgery of the Clinical Surgical Teaching Hospitals "Dr. Joaquín Castillo Duany" and "Ambrosio Grillo Portuondo" from Santiago de Cuba, most of whom were admitted due to an infection in their surgical wounds. Two groups were formed; the study group had their wounds healed with peloids; and the control group was treated with physiologic serum andpovidone-iodine. Among the main results it was found that the sepsis was healed more quickly in the first group, because wounds closed between the sixth and seventh days, while in the second group this was achieved in 10,8 days as average. The peloid had bactericide and bacteriostatic effects , since 94,8% were negative in the second cultures. Adverse reactions didn't occur with the use of this natural product. Subject headings: SURGICAL WOUND INFECTION; MUD THERAPY; SECONDARY HEALTH CARE Limits: HUMAN, ADULT REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Cizalla M. La medicina natural al alcance de todos. En: Doctrina térmica de salud. Barcelona: Cedez Villadrow- Gerone, 1985:444-7. 2. Torroella E, Presno JA, Guerra R, García A. Cirugía. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1979:1-12. 3. Petrov RV. Inmunología. Moscú: Mir, 1987:20-7. 4. Soteras J. La inmunología. En su: Inmunología. La Habana: [s.n.], 1905:9-3. (Colección del Estudiante de Medicina) 5. Salles Jos MC, Morales LA, Santos PB, Chávez LC. Evaluation of ceftriaxone and cefhalotin in prophilaxis in digestive surgery. Rev Bras Med 1991; 48(6):298-302. 6. Aquino González D, Aquino Baños D, Camacho Martínez E, Lugones Botell M. El uso de la zeolita en ginecoobstetricia. Rev Cubana Obstet Ginecol 1993;19(1):11-5. 7. Gozaine Mollejas JM, González D. Uso de la sacarosa en el tratamiento local de las heridas quirúrgicas infectadas. 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Dr. Rafael Rodríguez Ramírez Edificio 26 Bloque 1 Apto. 8 Reparto Rajayoga, Santiago de Cuba CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO Rodríguez Ramírez R, Cabrera Salazar J, González Tuero JH, Machado Pineda M, González Quiala J. Peloidoterapia en las heridas quirúrgicas infectadas [artículo en línea]. MEDISAN 2004;8(3). <http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol8_3_04/san06304.htm> [consulta: fecha de acceso].