Nacional “Vi el rechazo de la gente (...), por donde pasaba rociaban

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LATERCERA Sábado 18 de octubre de 2014
Nacional
Juan González Figueroa
PROTOCOLO
“Me tuvieron cinco
minutos allí, pero nadie
hacía nada, ni siquiera me
pusieron el termómetro
para ver si tenía
temperatura”.
Primer paciente al que se le descartó ébola:
“Vi el rechazo de
la gente (...), por
donde pasaba
rociaban cloro”
PERSONAL DE SALUD
“Yo pensaba regalarles un
mapa a los doctores del
Barros Luco para que vieran
dónde estoy yo”.
HOSPITAL
FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ
R Luego de haber pasado cinco horas aislado en
una pieza en la UCI del Hospital Barros Luco,
Juan González dice que no hubo protocolo y
que Chile no está preparado para el virus.
Anita Puelma Silva
“¡No me voy a morir de ébola, pero
me voy a morir de hambre y de sed
aquí!”, gritó Juan González Figueroa (53), desde una pieza en el área
de emergencias del Hospital Barros Luco. Completamente aislado,
durante cinco horas pateó puertas.
Cinco horas en las que mediante
gritos, palabras y murmullos trató
de explicar a los médicos que lo
habían encerrado que él no tenía
ébola, que venía de Guinea Ecuatorial, un país en Africa que no tenía registro de ningún caso del
mortal virus, que esta era su decimoquinta vez con malaria, que él
conocía los síntomas y que la mascarilla que le habían puesto, su aislamiento y la evacuación completa mediante altavoz de la sala de espera de la UCI no servía para nada.
Juan González fue el primer sospechoso de ébola en el país, y aunque finalmente se le diagnosticó
malaria, su caso dejó en evidencia
la falta de coordinación, materia-
les e información que hay en torno al protocolo que se debió haber
manejado ante la aparición de este
virus, que ya tiene más de cuatro
mil víctimas. La ausencia de capacitación en los servicios de salud y
la escasa distribución de la indumentaria necesaria activaron las
alarmas y pusieron en duda la
reacción del Ministerio de Salud.
Juan González ha sido obrero
toda su vida. Desde que egresó de
cuarto medio en el Liceo Valentín
Letelier, en Recoleta, que se ha dedicado a eso. Su padre, Jaime González, le enseñó. Hace seis años,
cuando él ya llevaba tres meses
cesante, un amigo le habló de una
posibilidad de trabajo en Africa,
construyendo puentes. Sin saber
nada del país, decidió aceptar un
trabajo que le permitía volver a
Chile 12 días cada cuatro meses y
que le deja mensualmente alrededor de un millón de pesos.
¿Cómo fue el procedimiento cuando llegó al Hospital Barros Luco?
El jefe nuestro siempre que viaja-
mos acá nos dice: “Si se sienten
mal, al Lucio Córdova”. La niña
que me atendió me dijo que tenía
que pasar a emergencias del Barros
Luco, y que allí tenía que llenar una
ficha y volver al Lucio Córdova.
Había mucha gente. Mi cuñada,
Alondra Monroy, explicó que había tenido mucha fiebre y que venía de Africa. Me llamaron enseguida y me atendió un enfermero.
Le dije que venía de Africa, de Guinea Ecuatorial. Me tuvieron cinco
minutos allí, sentado, pero nadie
hacía nada, ni siquiera me pusieron el termómetro para ver si tenía temperatura. Después me llevaron a una sala y me encerraron
allí cinco horas. Dije mucho improperio, agarré a garabatos a todo el
mundo. Después de un tiempo llegaron con unos trajes, me hicieron
desnudarme, me pusieron mascarilla, un traje largo azul. Me hicieron un show espectacular. Yo pensaba regalarles un mapa de Africa
a los doctores del Barros Luco para
que vieran dónde estoy yo.
¿Todo se aclaró después del test
rápido de malaria?
Nunca me hicieron nada. Si eso es
lo que me da rabia, que los de Barros Luco dicen que después de
que me hicieron el test me derivaron al Lucio Córdova. Mentira.
Nunca hicieron nada. En el Lucio
Córdova se portaron muy bien
conmigo, la directora me fue a buscar, porque ya les había quedado
grande la cosa allí. No sabían qué
hacer. Después me sacaron de la
habitación en silla de ruedas, pero
siempre con la mascarilla, ¿para
qué? Porque habían llegado los
trajes con los que se vistieron, para
que la prensa que estaba alrededor
viera que el protocolo se seguía, y
era mentira. Ellos ya sabían que no
era ébola, pero siguieron ese maldito protocolo que estaba malo.
Después la ministra dijo que habían seguido con el protocolo.
Mentira, nada, no tenían nada.
¿Qué fue lo que más le afectó?
Escuchaba lo que la gente decía de
mí, “tiene para viajar en avión,
“Escuchaba lo que la gente
decía de mí: ‘Tiene para
viajar en avión, que se vaya
de este hospital, que se
vaya a morir a otra parte’”.
que se vaya de este hospital, que se
vaya a morir a otra parte”. Dañaron a toda mi familia, hicieron sufrir a mi madre, a mí también me
perjudicaron, porque la verdad yo
tengo familia allá, tengo una pareja en Africa, ella es africana, tengo hijos, y ella el próximo mes va
a tener otro hijo, ¿y si no me dejan
entrar a Guinea?
¿De eso a este tiempo cree que ha
mejorado el protocolo?
Lo único bueno que pasó después
de todo esto es que están equipando los hospitales. Pero no tenían
nada. No están preparados. Yo creo
que Chile no está preparado para
esa enfermedad. Tienen que educar con este tema, el ébola no se
contagia porque yo esté conversando. Es otra cosa, es tocar, es
dar un beso. Yo vi el rechazo de la
gente. Por las partes donde pasaba rociaban cloro, y mi mamá veía
todo eso y sufría. La gente es ignorante. Algunos dicen que iba con
hemorragia, mentira, iba un poco
decaído, no más”.b
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