8 LA VANGUARDIA GIRONA VIERNES, 25 ABRIL 2008 U N L U G AR , UN A R T IST A JOA N VIN YOLI Y SANTA C OLOMA DE FARNE RS El poeta, en una foto del archivo familiar que sus herederos no han podido identificar Paisajes influye Joan Vinyoli pasó en Santa Coloma de Farners los veranos cruciales de la infancia y la adolescencia; allí se configuró su universo simbólico JUDIT PUJADÓ Santa Coloma de Farners D urante muchos años, Santa Coloma de Farners reivindicó y dedicó homenajes a la figura de Salvador Espriu. A pesar de haber nacido allí, el poeta sólo estuvo, en la capital de la Selva, el primer año de vida. Él mismo, en agradecimiento a algunos de los homenajes, les habló de otro poeta, uno que pasó allí las largas vacaciones de verano, en los años fundamentales de la niñez y la adolescencia, un hombre al que Espriu admiraba y que encontró en Santa Coloma el paisaje anímico del que se nutrirían sus versos a lo largo de toda su vida. Ese poeta era Joan Vinyoli (1914-1984), que llegó a Santa Coloma a los ocho años de edad, poco después de perder a su padre y de la mano de un amigo de la familia, Josep Fornés. Joan, su hermana Carme –cinco años menor–, y su madre llegaban a Santa Coloma cada año a finales del mes de junio y volvían a Barcelona a finales de septiembre. Eran veranos largos, en los que los hermanos Vinyoli jugaban por la calles, por el parque de Sant Salvador, por las montañas de rocas y alcornoques, por la Riera de San- PERFIL Poeta autodidacta ]Joan Vinyoli (Barcelo- na, 1914-1984) fue un poeta autodidacta. Su padre murió cuando tenía solo cuatro años, por lo que, al cumplir los dieciséis, tuvo que ponerse a trabajar en la editorial Labor, empresa en la que se jubiló. Los primeros años de su vida se caracterizaron por la precariedad económica familiar y los veraneos felices en Santa Coloma de Farners. Publicó su primer libro de poemas –Primer desenllaç– en 1937, pero fue a partir de 1976, con la publicación de Vent d'aram, cuando se inició su ciclo más productivo y obtuvo un merecido reconocimiento de la crítica y de las jóvenes generaciones de poetas. JUDIT PUJADÓ Carme Vinyoli, hermana de Joan ta Coloma de Farners, la Font Picant o el balneario. Jugaban a tenis y a ping pong y participaban de la fiesta mayor y de las noches de verano en la plaza Farners. Carme Vinyoli recuerda que su hermano tenía muchos amigos, que siempre le gustó cultivar la amistad y que para ella fue un consejero a quien consultaba todo lo que iba a emprender, especialmente los estudios, pero que en Santa Coloma, ella jugaba con un grupo de niñas mientras que su hermano campaba con los amigos, mayores que las niñas de su grupo. Carme ha vivido muchos años en Alemania y también en Mallorca, pero cuando decidió, hace un par de años, volver con su marido a Catalunya, entre diversas posibilidades se decidió por el retorno a Santa Coloma. Entre 1922 y 1935 este paisaje natural y humano produjo al poeta una fascinación que le persiguió a lo largo de toda su vida. “En aquests estius, que no sé quantes vegades han sortit en la meva poesia, vaig descobrir el món i els seus matisos”, declaraba en una entrevista en 1968. En esos años anteriores a la Guerra Civil, Vinyoli era solo un crío al que se le reveló el mundo. En contraposición a las calles de Barcelona dónde pasaba el resto del año, el misterio de los bosques, la fuerza de la naturaleza, algunos de los oficios que desempeñaban