+Model ARTICLE IN PRESS ACURO-513; No. of Pages 6 Actas Urol Esp. 2013;xxx(xx):xxx---xxx Actas Urológicas Españolas www.elsevier.es/actasuro ARTÍCULO ESPECIAL Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas C. Hernández a,∗ , J. Morote b , B. Miñana c y J.M. Cózar d a Servicio de Urología, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España Servicio de Urología, Hospital Universitario Vall de Hebron, Barcelona, España c Servicio de Urología, Hospital Morales Meseguer, Murcia, España d Servicio de Urología, Hospital Universitario Virgen de la Nieves, Granada, España b Recibido el 30 de enero de 2013; aceptado el 31 de enero de 2013 PALABRAS CLAVE Antígeno prostático específico; Hipertrofia prostática benigna; Adenocarcinoma prostático; Inhibidores-5-alfareductasa KEYWORDS Prostate specific antigen; Benign prostatic hypertrophic; Prostate ∗ Resumen Objetivo: Revisar las evidencias científicas que se han producido en los últimos años con respecto al antígeno prostático específico (PSA). Adquisición de evidencia: Análisis de la evidencia disponible acerca del papel actual del PSA, según la consideración de un panel de expertos que recoge su experiencia en el tema analizado. Síntesis de evidencia: Actualmente no puede considerarse el PSA únicamente un elemento orientativo en cuanto a la presencia o no de cáncer de próstata, sino que esta determinación ayuda al urólogo a indicar cuál es el tratamiento más conveniente ante un paciente con hipertrofia prostática benigna (HPB), así como a sospechar la existencia de un tumor prostático cuando la cifra de PSA se eleva > 0,3 ng/ml en pacientes bajo tratamiento con inhibidor de 5alfa-reductasa sobre la cifra alcanzada a los 6 meses de haber iniciado dicho tratamiento. Por otro lado el PSA resulta clave para el seguimiento de pacientes tratados por adenocarcinoma prostático con cirugía, radioterapia o técnicas mínimamente invasivas, para definir recidiva bioquímica, sospechar la existencia de recidiva local o a distancia, así como plantear o descartar tratamientos adyuvantes. Conclusiones: Nuevos datos acerca del papel actual del PSA en el manejo de pacientes tratados por HPB y/o cáncer de próstata deben tenerse en cuenta. © 2013 AEU. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. The Role of Prostate-Specific Antigen in Light of New Scientific Evidence Abstract Objective: Review the scientific evidence acquired in recent years on Prostate-Specific Antigen (PSA). Acquisition of evidence: Analysis of the available evidence on the current role of PSA, according to a panel of experts who recorded their experience on the subject. Autor para correspondencia. Correo electrónico: chernandez.hgugm@salud.madrid.org (C. Hernández). 0210-4806/$ – see front matter © 2013 AEU. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009 Cómo citar este artículo: Hernández C, et al. Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas. Actas Urol Esp. 2013. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009 +Model ACURO-513; No. of Pages 6 ARTICLE IN PRESS 2 C. Hernández et al adenocarcinoma; 5-alpha-reductase inhibitors Summary of the evidence: Currently, PSA cannot be considered solely an indicator of the presence or absence of prostate cancer. Rather, the determination of PSA assists the urologist in indicating the most appropriate treatment for a patient with benign prostatic hypertrophic (BPH), as well as in suspecting a prostatic tumour when the PSA reading increases >0,3 ng/ml, in patients treated with 5-alpha-reductase inhibitor, over the reading achieved at six months of having initiated this treatment. Moreover, PSA is a key factor in the follow-up of patients with prostate adenocarcinoma who undergo surgery, radiation therapy or minimally invasive techniques. PSA helps to define biochemical recurrence, suggest the existence of a local or distal recurrence and propose or rule out adjuvant therapies. Conclusions: New data on the current role of PSA in the management of patients treated for BPH and/or prostate cancer should be taken into account. © 2013 AEU. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Aunque es de todos conocido que el descubrimiento del antígeno prostático específico (PSA) revolucionó la especialidad de Urología en el sentido de diagnosticar más cánceres prostáticos, y sobre todo en estadios más precoces, un mayor conocimiento del antígeno nos está permitiendo mejorar en el diagnóstico de la hipertrofia prostática benigna (HPB), predecir mejor su comportamiento futuro y estratificar a estos pacientes con el objetivo de utilizar con ellos el tratamiento más eficaz posible. Así mismo las últimas evidencias científicas han puesto en nuestras manos poder discriminar a los pacientes que estando tratados con inhibidores de la 5-alfa-reductasa tienen un mayor riesgo de haber desarrollado un cáncer de próstata. También las nuevas evidencias han clarificado la utilización del PSA en el cribado o el diagnóstico precoz del cáncer de próstata, así como en su seguimiento después de utilizar distintos tratamientos con una finalidad curativa del mismo. Es por ello que hoy en día no podemos considerar el PSA como un antígeno solamente importante a la hora de valorar el riesgo de padecer cáncer de próstata, o de valorar su evolución después de un tratamiento con intención curativa o paliativa, sino también en el seno del crecimiento benigno prostático. Antígeno prostático específico como criterio de progresión de la hipertrofia prostática benigna Existen datos en la literatura, desde hace más de una década, que demuestran la relación directa entre los niveles de PSA y el riesgo tanto de crecimiento prostático como de sufrir una retención aguda de orina (RAO). Nos referimos a los estudios PLESS y PROSCAR1,2 . Estos mismos trabajos también notificaron la relación existente entre los niveles de PSA y el volumen prostático3 . En el estudio del Condado de Olmsted4 , realizado 2 años antes, se puso de manifiesto que la severidad de síntomas del trato urinario inferior, el flujo miccional, el volumen prostático y la edad de los pacientes eran los factores que más influían en la evolución de esta enfermedad. Este mismo estudio también valoró la elevación anual esperada de PSA dependiendo de su nivel de partida y analizado por tertiles: 0,2-1,3 ng/ml; 1,4-3,2 ng/ml y 3,3-9,9 ng/ml, siendo dicha elevación de 0,7 ng/ml; 2,1 ng/ml y 3,3 ng/ml año respectivamente, lo que también ayuda al urólogo a la hora de valorar el riesgo tumoral y, en consecuencia, la necesidad de realizar o no estudios complementarios. Una revisión sistemática de estos trabajos acabó marcando un umbral de PSA para predecir progresión en 1,5 ng/ml/año5 , aunque hemos de tomar en consideración que el parámetro PSA no ha de considerarse de forma aislada, sino que como se ha comentado anteriormente, influyen también de forma significativa la edad, el flujo urinario y la intensidad de los síntomas6 . Antígeno prostático específico y manejo terapéutico de la hipertrofia prostática benigna Los 2 trabajos que nos aportan una mayor información en cuanto a poder estratificar los pacientes y, en consecuencia, indicar con mayor precisión la terapia más efectiva son el estudio MTOPS y el estudio CombAT7,8 . El primero de ellos concluía que la terapia de combinación, así como el tratamiento con finasteride, reducía el riesgo de progresión de la HPB, teniendo como limitación dicho estudio que el volumen prostático medio, de los varones que participaron, rondaba los 30 cc. El estudio CombAT, y sobre todo sus conclusiones a 4 años8 al analizar 4.844 varones con volúmenes prostáticos mayores de 30 cc, puso en evidencia que la utilización de terapia combinada o dutasteride en hombres con PSA > 1,5 ng/ml y volumen prostático > 40 cc reduce el riesgo de tratamiento quirúrgico cuando se compara con pacientes que tomaron solo tamsulosina, entre el 43-77%. Sin embargo, esta mejoría no se alcanza cuando se trata de pacientes con volúmenes prostáticos menores. Es por ello que tenemos datos con niveles de evidencia científica 1 b para poder discriminar la utilización de los distintos fármacos (bloqueadores alfa, inhibidores de la 5-alfa-reductasa y terapia de combinación) dependiendo del volumen prostático, la severidad de los síntomas y los valores de PSA, sabiendo de antemano cuál puede ser más eficaz en cada caso. Las guías clínicas y gran número de asociaciones científicas, entre ellas la Asociación Española de Urología, han incorporado ya estos criterios9,10 , e incluso han sido objeto de un método Delphi que intenta consensuar Cómo citar este artículo: Hernández C, et al. Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas. Actas Urol Esp. 2013. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009 +Model ACURO-513; No. of Pages 6 ARTICLE IN PRESS Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas la evidencia científica con la práctica habitual del manejo de la HPB por parte de los urólogos españoles11 . Antígeno prostático específico en pacientes tratados con inhibidores de la 5-alfa-reductasa Lecciones aprendidas del estudio REDUCE12 demuestran que la cinética del PSA cambia cuando el paciente es sometido a tratamiento con dutasteride y, en ese sentido, se debe establecer un nuevo PSA basal tras 6 meses de tratamiento. Esta cifra puede seguir descendiendo pasados los 6 meses si claramente estamos ante un paciente con HPB. Cuando, por el contrario, detectamos una elevación confirmada, incluso si nos encontramos con rangos de PSA dentro de parámetros considerados normales, a partir del nadir alcanzado, por encima de 0,3 ng/ml se debe contemplar la sospecha bien de cáncer prostático, bien un incumplimiento del tratamiento y actuar en consecuencia dependiendo de la expectativa de vida del varón. Antígeno prostático específico en el cribado del cáncer de próstata El PSA fue aprobado por la Food and Drug Administration en 1994 para el cribado del cáncer de próstata después del estudio realizado por Catalona et al.13 , en el que se puso de manifiesto su eficacia conjuntamente con el tacto rectal. Se estimó que la probabilidad de detección de cáncer de próstata en varones con PSA < 4 ng/ml y tacto rectal sospechoso era del 20%, en varones con tacto rectal normal y PSA entre 4 y 10 ng/ml del 30% y superior al 50% cuando el PSA era >10 ng/ml. La utilización generalizada del PSA produjo a corto plazo una migración del estadio clínico en el que se diagnosticaba el cáncer de próstata a fases más precoces. Se incrementó significativamente la proporción de pacientes diagnosticados en estadios localizados y se redujo drásticamente el diagnóstico de enfermedad diseminada. Los efectos del cribado con PSA también se extendieron pronto a nuestro medio. Actualmente solo el 3% de los cánceres se diagnostican con enfermedad diseminada, mientras que en los años 80 esta tasa llegaba al 40%. También en nuestro entorno hemos pasado de diagnosticar el cáncer de próstata en estadio localizado del 20% en los años 80 a más del 70% actual14 . A principios de la década de los 2000 se producen 2 circunstancias por las que se empezó a cuestionar la eficacia del PSA como instrumento eficaz para el diagnóstico precoz del cáncer de próstata. Stamey et al.15 estudiaron la correlación entre los niveles séricos de PSA y el volumen tumoral durante un período de 20 años, y observaron una reducción significativa en los volúmenes tumorales y su correlación con el PSA. Por otra parte, Thompson et al.16 analizaron el comportamiento del PSA en el brazo control del estudio Prostate Cancer Prevention Trial (PCPT) y observaron una incidencia progresiva de neoplasia prostática en varones con PSA <4 ng/ml. Las tasas de cáncer oscilaron entre 6% en varones con PSA <1 ng/ml y cerca del 25% en varones con PSA entre 3 y 4 ng/ml. Estos estudios pusieron de manifiesto que la especificidad del PSA por el cáncer era limitada, y por ello se divulgó la necesidad de nuevos marcadores que la incrementaran. 3 Sin embargo, el esfuerzo por incrementar la especificidad del PSA tiene sus orígenes mucho antes, ya que nunca se interpretó que este fuera un marcador específico de la enfermedad. Desde su purificación en 1979 se supo que el PSA es una calicreína específica del tejido prostático sintetizada en el epitelio acinar y ductal de la glándula, y segregada de forma exocrina al fluido seminal donde su función fisiológica es la licuación del semen. Su elevación en suero se produce por el vertido anómalo al torrente circulatorio, como consecuencia de procesos de neovascularización inflamatoria o neoplásica, ruptura de la membrana basal e invasión estromal neoplásica, crecimiento benigno, manipulaciones prostáticas, etc.17 . Durante la década de los 90 se describió la densidad de PSA como método para incrementar su valor predictivo en niveles intermedios, los rangos de PSA ligados a la edad con el objetivo de adaptar la indicación de biopsia a los niveles de PSA propios de cada edad y se demostró la utilidad del porcentaje de PSA libre para evitar biopsias innecesarias. Estos y otros instrumentos más recientes pueden ser utilizados con el objetivo de racionalizar las indicaciones y evitar biopsias innecesarias. Los avances más recientes para incrementar la especificidad del PSA se han centrado en nuevos marcadores detectados en la orina posmasaje prostático como PCA3 o la combinación de varios genes18 . El Phi index, que es la combinación de distintas isoformas de PSA determinadas en suero e integradas en una fórmula matemática19 . Por último, la resonancia magnética multiparamétrica aporta avances relevantes en la localización del cáncer de próstata por imagen que permitirían en un futuro realizar biopsias prostáticas dirigidas y cambiar el paradigma de su aleatorización20 . Es obligado finalmente hacer una referencia a los estudios que están analizando la influencia del cribado poblacional con PSA en la mortalidad por esta enfermedad. Recientemente la US Preventive Services Task Force (USPSTF) se ha posicionado en contra del cribado poblacional del cáncer de próstata con PSA. Esta institución concluye que existe una moderada o alta certeza de que este servicio reduce moderadamente o no reduce la mortalidad cáncer específica, y que los perjuicios relacionados con el procedimiento diagnóstico y el tratamiento superan a los beneficios21 . Schröder argumenta el déficit científico en la interpretación del metaanálisis llevado a cabo por la USPSTF y aboga por la estratificación del riesgo de cáncer y la individualización en la decisión de realizar biopsias prostáticas, así como en la decisión terapéutica22 . Antígeno prostático específico tras prostatectomía radical Los niveles de PSA tras la prostatectomía radical establecen la situación oncológica del paciente de forma que su persistencia o elevación por encima de valores indetectables significa la existencia de enfermedad activa salvo en casos excepcionales. Dicha elevación puede preceder a la recidiva clínica en meses o años. Precisamente, el reto clínico consiste en intentar discriminar en qué pacientes esta recidiva comprometerá su calidad y esperanza de vida, por la aparición de enfermedad metastásica, con la finalidad de intentar modificar su historia natural. De esta forma, se podría optar Cómo citar este artículo: Hernández C, et al. Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas. Actas Urol Esp. 2013. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009 +Model ACURO-513; No. of Pages 6 ARTICLE IN PRESS 4 C. Hernández et al por el rescate mediante radioterapia del lecho quirúrgico o cirugía ganglionar, instaurar una supresión androgénica (SA) o hacer una vigilancia expectante. Se considera recidiva o fracaso bioquímico (RB) la elevación del PSA por encima de 0,2 ng/ml en varias determinaciones23 . Esta situación se observa en un 15-50% de los pacientes sometidos a prostatectomía radical24 . El riesgo de RB está en relación con el estadio patológico, la presencia de márgenes positivos, el nivel y velocidad del PSA preoperatorio y el grado de Gleason. Modelos predictores que incorporan perfiles genéticos del cáncer de próstata a los factores clínicos parecen tener una mayor capacidad para discriminar el riesgo de RB aunque tienen, hoy en día, escasa utilidad práctica25 . Se ha sugerido que un nadir de PSA tras cirugía > 0,03 es un importante factor predictivo de RB, tanto más cuanto mayor sea el Gleason previo, el PSA y el IMC26 . La primera decisión ante una RB es considerar si se trata de una probable recidiva local o sistémica. En el primer caso podrían estar indicadas maniobras de rescate, y en el segundo la SA inmediata o diferida hasta la aparición de síntomas o signos de enfermedad metastásica. La consideración del tiempo hasta la aparición de metástasis, desde estas hasta la muerte, la esperanza de vida de los pacientes ajustada por sus comorbilidades y sus preferencias en el ámbito de decisiones compartidas serán los determinantes de la decisión terapéutica. La mortalidad cáncer específica a 15 años en pacientes sometidos a prostatectomía radical en series actuales es muy baja, oscilando entre el 2% en aquellos de bajo de riesgo (PSA < 10; Gleason ≤ 6; T1c-T2a) hasta el 19% en los de alto riesgo (Gleason > 7, PSA > 20 y T2c-T3)27 . La mediana desde la RB hasta la aparición de metástasis puede ser de 8 años, y el tiempo desde estas hasta la muerte de 5 años28 . El grado de Gleason (> 7), tiempo hasta la RB (menor de 1-2 años) y un TDPSA corto (inferior a 6-10 meses) se correlacionan con la aparición precoz de metástasis y muerte29 . La RB tardía (> 3 años), la presencia de márgenes positivos y Gleason < 7 predicen recurrencia local. Por el contrario, RB < 12 meses, Gleason > 7 y la presencia de márgenes negativos es sugerente de enfermedad a distancia. En caso de sospecha de recurrencia local el tratamiento de rescate radioterápico es tanto más efectivo cuanto menor sea el PSA. Una radioterapia del lecho quirúrgico de 64-66 Gy, con o sin inclusión de campos ganglionares, debería aplicarse con PSA ≤ 0,5 ng/ml. La ausencia de respuesta con normalización bioquímica pone de manifiesto la existencia de enfermedad diseminada. En estos casos, de nuevo el PSA es un factor importante a la hora de determinar si merece la pena iniciar una SA, aunque no está claramente establecido quiénes podrían beneficiarse de la misma, ya que se han observado supervivencias prolongadas sin SA y no se dispone de estudios prospectivos aleatorizados30 . En principio debería reservarse a aquellos casos de peor pronóstico, que puedan comprometer su esperanza y calidad de vida teniendo en consideración, de forma personalizada, los efectos secundarios a corto y largo plazo de la SA. La SA inmediata ----frente a la diferida---- ofrece ventajas de supervivencia en enfermedad con ganglios positivos tras la cirugía, independientemente del PSA postoperatorio, frente a la diferida a la aparición de síntomas31 . La SA precoz tras RB es posible que no retrase la aparición de metástasis más que en aquellos con Gleason > 7 o DTPSA < 12 meses32 . En todo caso, aunque se ha sugerido cierta reducción de la mortalidad causa específica, no se ha demostrado ningún beneficio en la supervivencia global33 . Antígeno prostático específico tras radioterapia Aunque inicialmente se aplicaron los criterios de la American Society of Therapeutic Radiology and Oncology (ASTRO), que exigían 3 aumentos consecutivos del PSA para definir la recidiva bioquímica por PSA, la nueva definición de esta Sociedad indica que estamos ante RB cuando el aumento del PSA es ≥ 2 ng/ml mayor que el valor nadir del PSA conseguido postratamiento34 . La concentración de PSA disminuye lentamente después de la radioterapia en comparación con la prostatectomía radical. El valor umbral óptimo de un nadir de PSA favorable tras la radioterapia suscita cierta controversia. La consecución de un nadir de PSA < 0,5 ng/ml parece asociarse a una evolución favorable1---3 . El intervalo antes de alcanzar el nadir de PSA puede ser muy largo y, en ocasiones, llegar a tardar 3 años o más. Además, tras la radioterapia, el tiempo de duplicación del PSA se ha correlacionado con el foco de recidiva; los pacientes con recidiva local presentaron un tiempo de duplicación de 13 meses en comparación con 3 meses en aquellos con recidiva a distancia35,36 . En la predicción de RB tras radioterapia externa el modelo más aceptado (validación externa) es el del grupo del Memorial Sloan Kettering Cancer Center; en este se valora la supervivencia libre de recurrencia en 5 años. El PSA pretratamiento es una de las principales variables empleadas en él, junto con el score Gleason de la biopsia, el estadio clínico, el bloqueo hormonal neoadyuvante y las dosis de radiación empleadas. Antígeno prostático específico tras terapia focal La terapia focal consiste en tratar de eliminar selectivamente el carcinoma prostático, preservando el tejido prostático normal o no afecto por el tumor, conservando así su funcionalidad. Dicho efecto se consigue mediante la eliminación del mayor foco tumoral (tumor index), que es el condicionante del volumen tumoral total de la próstata, del grado de Gleason tumoral, así como de su agresividad biológica. Las fuentes de energía capaces de conseguir este efecto son braquiterapia, crioterapia, ultrasonidos focalizados de alta intensidad, terapia fotodinámica y termoterapia intersticial por láser. Los pacientes que más se pueden beneficiar de cualquiera de estas técnicas de terapia focal son aquellos con una expectativa de vida > 10 años, con buena estadificación de la enfermedad realizada mediante biopsias prostáticas de saturación y, si fuese preciso, con remapeo de la próstata con 20 cilindros y técnicas de imagen de última generación, con la información de radiólogos expertos que garanticen que nos encontramos ante un carcinoma prostático de bajo riesgo o intermedio34---36 . Cómo citar este artículo: Hernández C, et al. Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas. Actas Urol Esp. 2013. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009 +Model ACURO-513; No. of Pages 6 ARTICLE IN PRESS Papel del antígeno prostático específico ante las nuevas evidencias científicas En España la terapia focal aplicada ha sido principalmente mediante braquiterapia, disponible en numerosos servicios de Urología, y con mucha menor frecuencia crioterapia, por lo que nos centraremos en el comportamiento del PSA tras estas 2 técnicas. Las otras técnicas aún se consideran terapias experimentales, y resulta difícil interpretar sus resultados oncológicos porque se han definido varios umbrales de PSA como criterio de respuesta, y no se ha llegado a un consenso internacional acerca de los mismos. Antígeno prostático específico y definición de fracaso terapéutico En décadas pasadas el fracaso del tratamiento en cáncer de próstata se definía como recidiva local objetivada por tacto rectal o pruebas de imagen o por la aparición de metástasis a distancia. Actualmente es la elevación del PSA postratamiento la principal variable para definirlo, hecho aceptado hoy de forma genérica y que se corroboró en el estudio de Pound et al.28 . Estos autores comunicaron un estudio en el que ninguno de los pacientes seguidos más de 5 años presentaba recidiva sin aumento del PSA. Antígeno prostático específico tras braquiterapia La definición de RB es la misma que tras RT externa: aumento del PSA ≥ 2 ng/ml mayor que el valor nadir del PSA conseguido postratamiento. Una recomendación general consiste en esperar aproximadamente 18 meses después de braquiterapia para obtener el PSA nadir37 . También podemos calcular la probabilidad o predicción de RB tras braquiterapia mediante el nomograma de Kattan38,39 . El PSA pre y postratamiento es una de las principales variables incluidas en el mismo, junto con el Gleason de la biopsia, tiempo transcurrido desde los implantes y el tipo de isótopo (yodo 125 o Pd-103). Antígeno prostático específico tras crioterapia No es fácil realizar una evaluación objetiva de la evolución del PSA tras esta técnica40,41 , porque existen criterios distintos entre los diferentes autores que la utilizan. Mientras unos utilizan el valor de respuesta como el de PSA < 0,1 ng/ml para considerarlo como un éxito terapéutico, y por tanto cualquier elevación por encima de este valor sería una RB, otros autores aplican los criterios de la ASTRO, que exigen 3 aumentos consecutivos del PSA para definir la RB por PSA. Con la criocirugía de tercera generación el seguimiento clínico es corto aún, y de forma genérica aplican como criterio de éxito el conseguir un PSA nadir < 0,4 ng/ml, esperando 3 meses para conseguirlo. Por encima de este valor se considera progresión bioquímica. Conclusiones El PSA tiene una relación directa con el volumen prostático y con el riesgo de progresión. El PSA ayuda al urólogo a estratificar a sus pacientes con HPB y a decidir cuál puede ser el tratamiento más adecuado en cada caso. Ante un paciente tratado con dutasterida la elevación, desde el 5 nadir del PSA > 0,3 ng/ml ha de ser tenida en cuenta por posible coexistencia de adenocarcinoma prostático. El cribado poblacional del cáncer de próstata con PSA debería dirigirse a varones jóvenes y sanos, y siempre de manera consensuada con el paciente. La indicación de biopsia prostática debe realizarse estratificando el riesgo de detección de cáncer prostático y de cáncer insignificante. La vigilancia activa debe formar parte de la oferta terapéutica para pacientes con cáncer de próstata insignificante. Se considera RB después de PR un PSA >0,2 ng/ml en al menos 2 determinaciones. La cinética de PSA puede orientarnos hacia la posibilidad de enfermedad local o diseminación a distancia. Se considera RB después de radio o braquiterapia una elevación del PSA >2 ng/ml por encima del nadir alcanzado. No existe consenso para definir RB después de terapias emergentes. Conflicto de intereses Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Roehrborn CG, McConnell JD, Lieber M, Kaplan S, Geller J, Malek GH, et al. Serum prostate-specific antigen concentration is a powerful predictor of acute urinary retention and need for surgery in men with clinical benign prostatic hiperplasia. Urology. 1999;53:473---80. 2. Roehrborn CG, McConnell JD, Bonilla J, Rosenblatt S, Hudson PB, Malek GH, et al. Serum prostate-specific antigen is a strong predictor of future prostate growth in men with benign prostatic hiperplasia. PROSCAR long-term efficacy and safety study. J Urol. 2000;163:13---20. 3. Roehrborn CG, Boyle P, Gould AL, Waldstreicher J. Serum prostate-specific antigen as a predictor of prostate volumen in men with benign prostatic hiperplasia. 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Actas Urol Esp. 2013. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2013.01.009