CORPUS HIPOCRATICUS

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Curso de Naturopatía ANBA
I-Hipócrates de Cos
(Isla de Cos, c. 460 a. C. - Tesalia c. 370 a. C.)
Hipócrates fue un médico de la Antigua Grecia que
ejerció durante el llamado siglo de Pericles. Es
considerado como el «padre de la medicina» en
reconocimiento a sus brillantes y permanentes
contribuciones a la medicina como fundador de la
escuela hipocrática. Esta escuela de avanzada
revolucionó la medicina de la Antigua Grecia,
estableciéndola como una disciplina separada de
otros campos con los cuales se la había asociado
tradicionalmente (la teúrgia y la filosofía), haciendo
de la medicina en una auténtica profesión.
Hipócrates es representado como paradigma del
médico antiguo, y fue quien provocó el progreso en
el estudio sistemático de la medicina clínica,
reuniendo el conocimiento médico de escuelas
anteriores griegas, egipcias y ayurveda, y
prescribiendo prácticas médicas de gran
importancia histórica, un gran ejemplo de ello es
el “juramento hipocrático”. Todo médico recién
recibido realiza en la actualidad este juramente,
basado en los principios éticos hipocráticos.
Sorano de Éfeso, un griego del siglo II, ginecólogo,
fue el 1° biógrafo de Hipócrates. Se encontró
información sobre él en los escritos de Aristóteles,
(siglo IV a. C.), en la Suda (siglo X) y en las obras
de Juan Tzetzes (siglo XII). Sorano de Éfeso afirmó
que Heráclides, el padre de Hipócrates, era médico.
También relata que Hipócrates aprendió
medicina de su padre y su abuelo, además de
estudiar filosofía y muchas otras materias
con Demócrito y Gorgias. Probablemente
continuó en aquel entonces su formación en
el Asclepeion de Cos y fuera discípulo del
famoso médico tracio “Heródico de Selimbria”.
Su madre, Praxítela, hija de Tizane. Hipócrates tuvo dos hijos, Tésalo y Draco, y al
menos una hija. Sus hijos varones y su yerno, Polibo, fueron sus discípulos.
Para Galeno, el gran médico romano, Polibo fue el auténtico sucesor y discípulo
principal de Hipócrates. Tésalo y Draco tuvieron cada uno un hijo a los que llamaron
Hipócrates.
Hipócrates enseñó y practicó la medicina durante toda su vida, viajando
a Tesalia, Tracia y al mar de Mármara. Se cree que murió en Lárisa a una edad de 93
años, aunque según algunas fuentes superó largamente los 100 años (110 años).
Según el testimonio de Aristóteles de
Estagira, Hipócrates era conocido como «el
gran Hipócrates».
En cuanto a su temperamento, Hipócrates fue
representado inicialmente como «un médico rural viejo,
amable y digno», y más adelante como «un personaje
severo y adusto». Siempre se lo considera sabio, dotado
de un gran intelecto, y especialmente como una persona
muy pragmática.
Francis Adams lo describe como «estrictamente, el médico de la experiencia y
el sentido común»
II-Teoría Hipocrática
Hipócrates
fue
probablemente
el
primer
médico
que
rechazó
las supersticiones, leyendas y creencias populares que señalaban como causantes de
las enfermedades a las fuerzas sobrenaturales o divinas. Los discípulos de Pitágoras lo
consideraban el hombre que logró unir ambas cosas: la filosofía y la medicina.
Hipócrates argumentaba que la enfermedad no era un castigo divino, sino la
consecuencia de factores ambientales, dietarios y del estilo de vida. No se observa
ninguna mención respecto de alguna enfermedad mística en el Corpus Hipocráticum.
En la Grecia antigua, las
escuelas
de
medicina
Clásica estaban divididas
en dos tendencias para
tratar las enfermedades. La
escuela de Cnido se basaba
en el diagnóstico, mientras
que la escuela de Cos se
centraba principalmente en
el cuidado del paciente y
el pronóstico. En general, la
medicina de la época de
Hipócrates
desconocía
muchos aspectos de la anatomía y la fisiología humana, ya que entonces se prohibía
la disección de cadáveres, por lo que la escuela cnidia, que tenía una gran valía en el
tratamiento de enfermedades comunes, no era capaz de determinar qué provocaba
enfermedades con síntomas poco conocidos. Mientras tanto la escuela hipocrática
de Cos tuvo gran éxito aplicando diagnósticos generales y tratamientos pasivos no
invasivos y tratando enfermedades eficazmente, lo que desarrolló ampliamente en la
práctica clínica.
La medicina hipocrática y su filosofía se alejan bastante de la medicina
alopática actual, en la que el médico busca un diagnóstico específico y un tratamiento
especializado, tal como lo promovía la escuela de Cnido. Este cambio, en el
pensamiento médico desde el tiempo de Hipócrates, ha provocado que el médico de
Cos recibiera duras críticas a lo largo de los últimos tiempos, sin embargo ha
perdurado, gracias a sus éxitos, a través de los siglos, derivando en la actual Medicina
Naturista.
III-Conceptos generales
La medicina hipocrática posee un enfoque terapéutico basado en el poder curativo de
la naturaleza (vis medicatrix naturae ). El cuerpo contiene de forma natural el
poder intrínseco de sanarse («physis») y de “autocuidarse”.
La terapia hipocrática se concentraba y se conserva
actualmente simplemente en facilitar este proceso
natural.
“banco hipocrático” Bizantino
Hipócrates creía que el reposo y la inmovilidad eran de gran importancia. La
medicina hipocrática era y es muy cuidadosa con el paciente: el tratamiento debe ser
suave manteniendo al paciente limpio y estéril (Higienismo). Por ejemplo, sólo se
utilizaba agua limpia o vino para las heridas, aunque los tratamientos «secos» eran
preferibles. A veces se utilizaban linimentos balsámicos.
Hipócrates se oponía por lo general a administrar drogas o emprender tratamientos
especializados y, tras el diagnóstico general, seguía una terapia generalista. Pero si
era necesario en determinadas ocasiones utilizaba drogas potentes. Este enfoque
pasivo tuvo mucho éxito a la hora de tratar trastornos relativamente simples, como
los huesos rotos, que requerían tracción para estirar el sistema esquelético y aliviar la
presión en la zona lesionada. Se utilizaban el «banco
hipocrático» y otros ingenios similares con estos fines.
Uno de los puntos fuertes de la medicina hipocrática es la
importancia dada al pronóstico. Antiguamente las terapias
medicinales estaban poco desarrolladas y a menudo lo mejor que
podía hacer el médico era evaluar una enfermedad y deducir el
curso más probable, basándose en las informaciones recogidas
en historiales de casos similares.
Decía: “Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede
lo siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más
sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás
enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fundamento y causa natural lo
consideraron los hombres como una cosa divina por su ignorancia y su asombro, ya
que en nada se asemeja a las demás. Pero si por su incapacidad de comprenderla le
conservan ese carácter divino, por la banalidad del método de curación con el que la
tratan vienen a negarlo. Porque la tratan por medio de purificaciones y conjuros”.
Hipócrates, Tratados Médicos: Sobre la Enfermedad Sagrada.
IV-Teoría de los cuatro humores
La escuela hipocrática sostenía que la enfermedad era el resultado de un desequilibrio
en el cuerpo de los cuatro humores, unos fluidos que en las personas sanas se
encontraban naturalmente en una proporción semejante («pepsos»).
Cuando los cuatro humores (sangre, bilis
negra, bilis amarilla y flema) se desequilibraban
(«dyscrasia», mala mezcla), el individuo
enfermaba y permanecía enfermo hasta que se
recuperaba el equilibrio. La terapia hipocrática
se concentraba al restaurar este equilibrio. Por
ejemplo, se creía que tomar cítricos era
beneficioso cuando había un exceso de flema. La
imagen muestra las Cinco cabezas grotescas,
ilustración de los cuatro humores anteriormente
nombrados y los cuatro temperamentos
(colérico, melancólico, sanguíneo y flemático), en
torno a un perfil clásico (dibujo de Leonardo da
Vinci, hacia 1490).
V-Las Crisis
Otro concepto importante en la medicina hipocrática es el de «crisis», un momento en
el curso de la enfermedad en que o bien la enfermedad se hacía paulatinamente
más grave y el paciente sucumbía y moría, o bien pasaba todo lo contrario y los
procesos naturales permitían la recuperación del paciente. Después de una crisis se
podía producir una recaída y después una nueva crisis decisiva. Según esta doctrina,
las crisis tienden a producirse en días críticos, que se suponía que eran un tiempo fijo
después de contraer la enfermedad. Si la crisis se producía lejos de un día crítico, se
podía esperar una recaída. Galeno creía que esta idea empezó con Hipócrates, aunque
es posible que fuera anterior.
En origen, en griego, krísis (κρίσις) no era tampoco un término específicamente
médico y significaba sencillamente 'juicio', como sustantivo abstracto derivado del
verbo krínō (κρίνω) 'juzgar', 'decidir'; el valor original del verbo, como vemos por el
indoeuropeo y por comparación con otras lenguas de la misma familia (p. ej. latín
cernere 'separar', de donde español discernir), era 'separar', 'distinguir'.
Es necesario contextualizarse y recordar la importancia que tenía para el
médico de la época de Hipócrates establecer el pronóstico de la enfermedad, incluso
predecir el número de días que podía tardar el enfermo en curar o fallecer. La
preocupación tenía mucho que ver con la observación de las fiebres recurrentes en las
que, efectivamente, era posible hacer previsiones de ese tipo. La crisis de la
enfermedad fue para Hipócrates el momento en que los síntomas, signos y otras
manifestaciones permitían emitir un juicio y un pronóstico de un determinado mal. No
era tanto el momento en que la enfermedad se definía en un sentido u otro, sino aquel
en que a partir de la evaluación de los síntomas y signos, permitía emitir su juicio,
establecer un pronóstico determinado, una de sus tareas fundamentales.
Para Hipócrates y Galeno, la palabra sin adjetivos tenía un carácter
positivo y, por tanto, krísis significaba 'resolución de la enfermedad';
cuando se predecía una evolución negativa se adjetivaba para marcar
ese carácter. Por otra parte, en los textos de Hipócrates y Galeno existe
un cruce entre krísis y ékkrisis ἔκκρισις 'secreción'; en efecto una de
las manifestaciones decisivas o críticas de la enfermedad eran las
secreciones.
En su comentario a los Aforismos de
Hipócrates, (In Hippocratis Aphorismos
commentarii, K. 17b 470), da Galeno la
siguiente definición de crisis: “cambio rápido
en la enfermedad hacia la salud o hacia la
muerte, se produce cuando la naturaleza
separa lo perjudicial de lo favorable por la
secreción”. Todos los términos en cursiva son
de la misma raíz que krísis. Hay un texto (In
Hippocratis prognosticum commentaria K.
18b 231) en que Galeno afirma todo esto que
estamos contando:
”La crisis aplicada a las enfermedades es una metáfora del lenguaje de los
tribunales y significa el cambio repentino que se produce en una enfermedad de
cuatro formas: o el paciente se aleja de la enfermedad repentinamente, o experimenta
una gran mejoría, o se muere repentinamente, o se pone mucho peor; los dos
primeros tipos de crisis mencionados, se llaman crisis sin más, mientras que los otros
dos tipos se adjetivan con crisis mala o crisis funesta. Habéis aprendido que las crisis
se producen con algún vaciamiento o expulsión evidentes; sólo los niños rara vez
experimentan cambios agudos en la buena dirección gracias a sueños largos y
profundos, pero no existe acuerdo en designar estos cambios como crisis”.
La palabra crisis tiene dos adjetivos kritikós κριτικός y krísimos κρίσιμος; el primero
de ellos adjetiva en Hipócrates y Galeno mayoritariamente a la sudoración, por ser el
sudor la secreción típica que marcaba la crisis de la enfermedad, mientras que el
segundo suele construirse con la palabra día o semana.
Para Hipócrates había que saber que este “catamiento” se divide en 10 partes:
(búsqueda del diagnóstico según los signos y evolución)
La primera es encontrar el lugar de la significación que provoco la enfermedad,
encontrar en las melezinas y en el fisico. El segundo catamiento es en captar si la
enfermedad es en el espirito, o en el cuerpo, o en ambos. El tercero catamiento es
saber en qué lugar del cuerpo está la enfermedad. El cuarto catamiento es si sanara
este enfermo de esta enfermedad o si morirá. El quinto catamiento es si será esta
enfermedad breve o larga. El sexto catamiento es en qué tiempo sanará de esta
enfermedad, o en qué tiempo morirá el enfermo. El séptimo catamiento es en saber las
crisis buenas o malas, y en qué tiempo se alternan. El 8º catamiento es en saber el
porqué de la enfermedat y su causa. El noveno catamiento es en saber de qué tipo es
aquel enfermo en su enfermedad, si es miedoso o si es sufrido. El 10º catamiento está
en saber que hacer al final de la enfermedad y con el enfermo.
VI-La Dietoterapia Hipocrática
Hipócrates es considerado un precursor de la dietética, promoviendo el consumo
de verduras, legumbres, cereales y frutas. Los alimentos se clasificaban en función
de su correspondencia con uno u otro de los cuatro elementos: el agua, la tierra,
el aire y el fuego, que corresponden a los cuatro temperamentos definidos por la
teoría de los cuatro humores: flemático, melancólico, sanguíneo y colérico,
respectivamente.
Se Clasificaba a cada alimento según sus
cualidades, en cuatro grados diferentes sobre dos ejes
principales: caliente-frío y seco-húmedo (además
secundariamente, en otros ejes dulce-amargo y crudococido). Estas cualidades influyen en la manera en la
que el alimento se transforma dentro del cuerpo y en
la calidad y consistencia de los humores producidos
por el organismo.
El calor de la digestión transforma los alimentos en linfa que, a su vez, se
transforma en humores o actúa sobre la calidad y el equilibrio de los humores
presentes. Para conservar la buena salud a lo largo del tiempo, es necesario tener una
dieta equilibrada. Por eso, los
médicos que se basaban en la
tradición
hipocrática
recomendaban a sus pacientes
consumir alimentos que se
correspondieran
con
el
inverso de su temperamento,
para corregir el desequilibrio
de los humores. Según
Hipócrates, la alimentación
también tenía que variar
según el clima y las estaciones,
que creía que influían en los
humores.
VII-Semiología Hipocrática
Dedos de las manos con acropaquia en un paciente
con síndrome de Eisenmenger. Descrita por
primera vez por Hipócrates, la acropaquia también
es conocida con el nombre de «dedos
hipocráticos».
Hipócrates y sus discípulos fueron los primeros en describir
muchas enfermedades y trastornos médicos. Realizó la primera descripción de
la acropaquia, un signo clínico importante en la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, el cáncer de pulmón, la cardiopatía cianótica. Las facies, en especial la «cara
hipocrática» en su obra Prognosis (El libro de los pronósticos). Es muy famosa la
alusión de Shakespeare a esta descripción cuando escribe sobre la muerte
de Falstaff en el Acto II, Escena III de la obra Enrique V.
Hipócrates es el primer médico occidental, por lo tanto el creador, en clasificar las
enfermedades en agudas, crónicas, endémicas y epidémicas, y a utilizar algunos
términos como «exacerbación», «recaída», «resolución», «crisis», «paroxismo», «pico»
y «convalecencia», términos que actualmente son gracias a él de uso habitual en la
práctica médica clínica. También aportó sus descripciones
sintomatológicas, el tratamiento quirúrgico y el pronóstico
del empiema torácico (supuración del revestimiento de la
cavidad torácica). Sus enseñanzas todavía son relevantes
para los estudiantes de neumología y cirugía de hoy en día y
fue el primer cirujano torácico de quien se tiene constancia, y
sus descubrimientos todavía son válidos actualmente.
Describió correctamente, según la visión actual, las
enfermedades del recto y su tratamiento: las hemorroides,
que se creía que eran provocadas por un exceso
de bilis y flema. La cauterización y la escisión son descritas
en el Corpus hipocrático, junto con los otros métodos más recomendados en la
actualidad: ligar las hemorroides con una pequeña tira
de caucho impidiendo la llegada del flujo de sangre y
secarlas con una planchita caliente, la aplicación de
diversos ungüentos. En la actualidad el tratamiento de las
hemorroides «todavía incluye la quemadura, el
estrangulamiento y la escisión», tal como lo hacía hace 2500
años y además, algunos de los conceptos fundamentales de la proctoscopia descritos
en el corpus todavía son útiles, como el uso del espéculo rectal, considerada la
referencia más antigua conocida a la colonoscopía.
VIII-El corpus Hipocráticum
El
es una colección de unas setenta obras médicas de la antigua
Grecia escritas en griego jónico(dialecto del griego clásico de la región de Jonia, las islas
del centro del Egeo y la isla de Eubea). No se ha aclarado definitivamente si el autor
del corpus fue el mismo Hipócrates, pues es probable que los volúmenes fueran
creados por sus estudiantes y discípulos, pero en la antigüedad, el Corpus era
atribuido a Hipócrates y sus enseñanzas seguían generalmente los principios del
médico griego, por lo que el Corpus acabó recibiendo su nombre.
El Corpus hipocrático contiene libros de texto, lecciones, investigaciones, notas y
ensayos filosóficos sobre diversos temas médicos, sin un orden establecido.
Entre estos tratados destacan El
juramento hipocrático, El libro de los
pronósticos, Sobre el régimen en las
enfermedades agudas, Aforismos, Sobre los
aires, las aguas y los lugares, Instrumentos
de reducción, Sobre la enfermedad sagrada,
etcétera.
Sus obras fueron traducidas al inglés, por
primera vez de forma completa, por el gran
médico escocés Francis Adams como The
Genuine Works of Hipócrates (Las obras
genuinas
de
Hipócrates)
en 1849,
revitalizando el interés médico e histórico en
las obras de Hipócrates.
En español está ahora traducido todo el corpus en varios volúmenes.
El Profesionalismo
Una serie de útiles quirúrgicos de la antigua Grecia. A la
izquierda hay un trépano y a la derecha un conjunto de
escalpelos. La medicina hipocrática hacía un buen uso de
estas herramientas
La medicina hipocrática destacaba por su estricto profesionalismo, caracterizado por
una disciplina y práctica rigurosas. La obra hipocrática Sobre el médico recomienda
que los médicos siempre fueran bien aseados, honestos, tranquilos, comprensivos y
serios. El médico hipocrático daba especial atención a todos los aspectos de su
práctica: debía seguir especificaciones detalladas para «la iluminación, el personal, los
instrumentos, el posicionamiento del paciente y las técnicas de vendaje y entablillado»
en el antiguo quirófano. Debía, incluso, mantener sus uñas con una longitud precisa.
También se daba mucha importancia a las
doctrinas clínicas de observación y
documentación. Estas doctrinas dictan que los
médicos
tienen
que
registrar
sus
descubrimientos y métodos medicinales de
manera muy clara y objetiva, a fin de que
estos registros se puedan transmitir y
utilizarse por otros facultativos. Hipócrates
anotaba regularmente y de manera precisa
muchos síntomas, incluyendo la complexión,
el pulso, la fiebre, el dolor, los movimientos y
la excreción. Se afirma que medía el pulso de
los pacientes cuando examinaba por primera
vez al enfermo para saber si mentía. Hipócrates extendió las observaciones clínicas a
la historia familiar y el ambiente. Garrison apunta que «la medicina debe a Hipócrates
el arte de la inspección y la observación clínicas». Por este motivo, quizás resulta más
correcto llamarlo el «Padre de la medicina clínica».
El Juramento Hipocrático
Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higéa y
Panacéa, y pongo por testigo a todos los Dioses y a
todas las Diosas, cumplir según mis posibilidades y
entendimiento el siguiente juramento:
"Estimaré como a mis padres a aquél que me enseñó
este arte, haré vida común con él, y si es necesario
partiré con él mis bienes”.
”Consideraré a sus hijos como hermanos míos y les
enseñaré este arte sin retribución ni promesa escrita, si necesitaren
aprenderlo”.
”Comunicaré los principios, lecciones y todo lo demás de la enseñanza a mis
hijos, a los del Maestro que me ha instruido, a los discípulos regularmente
inscriptos y jurados según los reglamentos, pero a nadie más”.
”Aplicaré los regímenes en bien de los enfermos, según mi saber y entender y
nunca para mal de nadie”.
”No daré a nadie por complacencia un remedio mortal o un consejo que lo
induzca a su pérdida”.
”Tampoco daré a una mujer un pesario que pueda dañar la
vida de un feto”.
”Conservaré puros mi vida y mi arte”.
”No extraeré cálculo manifiesto, dejaré esta operación a quienes saben
practicar la cirugía”.
”En cualquier casa en que penetre lo haré para el bien de los enfermos,
evitando todo daño voluntario y toda corrupción, absteniéndome del placer
del amor con las mujeres y los hombres, los libres y los esclavos”.
”Todo lo que viere u oyere en el ejercicio de la profesión y en el comercio de
la vida común y que no deba divulgarse, lo conservaré como secreto”.
”Si cumplo íntegramente este juramento, que pueda gozar dichosamente de
mi vida y mi arte y disfrutar perenne gloria entre los hombres”.
”Si lo quebranto que me suceda lo contrario".
Hipócrates, 400 a.C.
IX-Su brillante “Legado”
Después de Hipócrates, el siguiente médico de relevancia fue Galeno, un griego
romanizado que vivió entre los años 129 y 200 d.C. Galeno perpetuó la medicina
hipocrática, desarrollándola en varias direcciones. En la Edad Media, los
árabes adoptaron los métodos de Hipócrates y contribuyeron de manera fundamental
a la conservación de sus enseñanzas.80 Después del Renacimiento, los métodos
hipocráticos ganaron fama de nuevo en Europa y fueron profusamente utilizados y
ampliados hasta el siglo XIX. Entre los que utilizaron las rigurosas técnicas clínicas de
Hipócrates destacan Sydenham, Heberden, Charcot y Osler. Henri Huchard, un
médico francés, afirmó que la recuperación de Hipócrates «conforma la historia
entera de la medicina interna».
El primero de sus Aforismos, reseñado frecuentemente en latín como Ars longa vita
brevis, ha sido profusamente reproducido.
Su imagen de doctor anciano y sabio se vio reforzada
por sus bustos, en los que se le representa con barba
espesa
y
cara
arrugada.
Según Fielding
Garrison, muchos médicos de aquel tiempo llevaban
el pelo al estilo de Zeus o Asclepio, por lo que los
bustos de Hipócrates que se conocen podrían ser en
realidad versiones alteradas de retratos de estas
deidades. Hipócrates y las creencias que simbolizaba
son considerados los máximos ideales médicos.
Garrison, una autoridad de la historia de la medicina,
afirmó: «Es, por encima de todo, el modelo de aquel
estado mental flexible, crítico y bien preparado,
siempre en busca de fuentes de errores, que es la
esencia misma del espíritu científico»
«Su figura... se alza para siempre como la del médico ideal, inspirando a la profesión
médica desde su muerte»
Algunos síntomas y signos clínicos han sido llamados en honor de Hipócrates, porque
se cree que fue la primera persona en describirlos (algunos los volvemos a repetir): La
«cara hipocrática» es el cambio que se produce en el rostro causado por la muerte,
las enfermedades largas, evacuaciones excesivas, hambre excesiva, y situaciones
similares. La acropaquia, una deformidad de los dedos y las uñas, también es conocida
como «hipocratismo digital». La sucusión hipocrática es el sonido de salpicaduras
internas del hidropneumotórax o piopneumotórax.
El «banco hipocrático», un aparato que utiliza la tensión para ayudar a corregir la
posición de los huesos y el vendaje en forma de capucha hipocrático son dos diseños
llamados en honor de Hipócrates. Se cree
que Hipócrates también inventó la
bebida hipocrás.
El risus sardonicus, un espasmo prolongado
de los músculos faciales, también recibe el
nombre de «sonrisa hipocrática».
En 1970 se decidió llamar en su honor
«Hippocrates» a un astroblema ubicado en
el lado oscuro de la Luna.
En la isla griega de Cos, le está dedicado
el Museo Hipocrático, donde se conserva
el árbol de Hipócrates, un ejemplar de Platanus bajo el cual se cree que enseñaba
Hipócrates a sus alumnos.
El Hippocrates Project es un programa del New York University Medical
Center para mejorar la educación mediante el uso de
la tecnología.
Project-Hippocrates ("High-Performance Computing
for Robot-Assis TEd Surgery") es un intento del Carnegie
Mellon School of Computer Science y del Shadyside Medical
Center, para desarrollar tecnologías adelantadas de
planeamiento, simulación y ejecución para la próxima
generación de robots quirúrgicos asistidos por ordenador.
Tanto el Canadian Hippocratic Registry como el Hippocratic
Registry International son organizaciones de médicos que defienden los principios del
Juramento Hipocrático original como inviolables inclusive en la actualidad.
Hipócrates describe como cocinar los alimentos para mejorar la
digestión: (Escritos de Hipócrates, p. 71 y 72)
“Si a los enfermos les fue bien al comer y beber, y vivir exactamente como los
hombres sanos hacen, y no es mejor usar regímenes diferentes, habría poca necesidad
de la ciencia. Pero la razón por la cual el arte de la medicina fue necesario es porque
los enfermos no se recuperan mediante el mismo régimen de los sanos, al igual que lo
quieren en la actualidad”.
“Los productos de la tierra, frutas, verduras y pasto, son el alimento de los animales
con el cual crecen y florecen, sin necesidad de otros artículos de la dieta. En el
principio el hombre vivía con estos alimentos y la dieta moderna es el resultado del
descubrimiento y de muchos años de evolución”. Esta concepción era necesaria
porque, en los tiempos primitivos, los hombres solían sufrir terriblemente por su
dieta indigerible de animales, como así también, comer alimentos crudos y cocidos,
difícil de digerir.
“Por esta razón creo que estos hombres primitivos buscaban alimento adecuado a sus
constituciones y es así que descubrió que lo que ahora se utiliza no siempre es
conveniente”.
“Así, se llevaron el trigo y el contacto con el
medio que, aventado que, de tierra tamizada, y
luego mezclado y horneado se creó el pan, y lo
mismo se hizo con tortas de cebada. Se hierve y
se cuece y se mezcla y se diluye los alimentos
crudos fuerte con los débiles y los sometió a
muchos otros procesos, siempre con miras a la
naturaleza del hombre y sus capacidades. Ellos
sabían que si la comida era demasiado fuerte, el
cuerpo no la puede digerir lo que acarearía
dolor, enfermedad y muerte. Mientras que el cuerpo se alimente y crece es saludable,
siempre que se utilicen alimentos que somos capaces de digerir. Este tipo de
investigación lleva al razonamiento de que la medicina, fue fundada para la salud, a
causa del dolor, la enfermedad y la muerte”.
Hipócrates analiza las diferencias entre los alimentos para
la persona sana y alimentos para el que está enfermo:
“Como ya he dicho, yo no creo que nadie
jamás habría buscado una ciencia, si el
mismo régimen eran igualmente bueno
para los enfermos y los sanos. Incluso
ahora, algunas personas, los bárbaros y
algunos
griegos,
que
no
tienen
conocimiento de la medicina, quieren
comportarse cuando están enfermos, tal
como lo hacen en la salud. En primer
lugar, me imagino, que reducir la cantidad
sin cambios en la calidad de los alimentos,
hace a los enfermos comer muy
poco. Pero cuando se hizo claro para ellos
que tal régimen era adecuado y ayudó a
algunos de los enfermos, pero no todos, y
que había incluso algunos que estaban en condiciones tales que no podían digerir
incluso muy poco alimento, y luego llegaron a la conclusión de que en algunos casos
un alimento más fácil de digerir era necesario, tanto que inventaron papilla mezclando
un poco de comida fuerte con mucha agua, por lo que le quitan su fuerza por la
dilución y la cocina. Para aquellos que no pueden digerir incluso las gachas (sopas de
avena), que sustituyó por alimento líquido (o semisólido), teniendo cuidado de que
esto debe ser moderada de dilución y la cantidad, ni demasiado débil ni demasiado
fuerte”.
Hipócrates ha tomado nota de la diferencia entre los alimentos “fuertes” y “débiles". Él
da "débil" o más diluidas alimentos a los enfermos. Esto está en consonancia con lo
que Ehret (hablaremos sobre Ehret más adelante) describe como "compensación de
acción".
Cuando el paciente ayuna o come sólo una dieta sin mucosidad de frutas y
hortalizas, el cuerpo puede eliminar el material de desecho y revertir el proceso de la
enfermedad. (Arnold Ehret, del sistema Mucusless Dieta curación, pp 23, 241)
Hipócrates ahora profundiza su
análisis:
“Debe quedar claro, sin embargo, que la papilla no es
necesariamente la asistencia a todos los que están
enfermos. En algunas enfermedades, es evidente con
dicha dieta, la fiebre y el aumento de los dolores. Las
gachas (plato de sopa de avena) sirven como alimento
durante la enfermedad. En estos casos, el alimento seco
que se tome, cebada pasteles o pan por ejemplo, incluso
en cantidades muy pequeñas, para los pacientes se
convertiría en diez veces peor de lo que sería una dieta
de gachas, simplemente por la fuerza de los alimentos”.
“Una vez un hombre que fue ayudado por las
gachas, pero no por el alimento seco sería peor
si comía más de lo segundo que si tomaba sólo
un poco, e incluso una pequeña cantidad le
daría dolor. De hecho, es obvio que todas las
causas de esos dolores vienen a ser lo mismo,
los alimentos más fuertes son los más dañinos
para el hombre sin estar bien de salud o
enfermo”. (Escritos de Hipócrates, p. 73, 74)
Hipócrates hace hincapié en el punto de que cuando una persona descubre los
alimentos que lo ayudan a sentirse mejor y los alimentos que le hacen sentir peor, éste
está realizando observaciones científicas similares a lo que un médico debe
hacer. Hipócrates propone que toda la ciencia de la medicina puede ser descubierta
por la investigación de acuerdo con estos principios:
”La persona enferma trató de acabar con los
artículos de la dieta que, en razón de su naturaleza
salvaje y pura, no puede digerir, y en la que no podía
permanecer saludable, el médico descubrió que un
hombre enfermo no podía digerir en vista de su
enfermedad algunos alimentos en particular”
(hipocrático Escritos, p. 74)
Hipócrates describe los peligros no
menores no comer y de comer en exceso:
Si todo fuera tan simple como esto, que los alimentos son
perjudiciales y alimentos más fuertes al más débil y sano de
los hombres, no habría problemas tanto en la salud como en
la enfermedad. Lo más seguro sería darle más alimentos al
más débil. Pero si un hombre come menos de lo suficiente,
sería un error tan grande como si fuera a comer demasiado.
El hambre es un poderoso agente curativo en el cuerpo humano, pero también puede
mutilar, debilitar y matar. La desnutrición da lugar a muchos problemas y, a pesar de
que son diferentes de los producidos por el exceso de comer, que no dejan de ser
graves, ya que son más diversos y más específicos.
”El objetivo es tener algún criterio sobre lo que constituye una dieta correcta,
pero se debe obtener primero la talla y el peso para determinar de qué se trata
exactamente y además, otro criterio según lo que el cuerpo siente. Sin exactitud es
difícil de lograr mejorías y pequeños errores son inevitables”. (Escritos de Hipócrates,
p. 75)
”Que el exceso de comer causa enfermedad y que por tanto el ayuno es fácil de
entender en función de la salud. Para algunas personas es mejor comer sólo una vez al
día y en consecuencia hacer de esto su costumbre. Otros, del mismo modo, consideran
que es mejor para ellos tener una comida tanto al mediodía como por la noche. Luego
hay algunos que adoptan uno u otro hábito, simplemente porque les gusta, y no a
causa de circunstancias fortuitas. Los motivos de salud, poco importan a la mayoría de
la gente, pero si toman una comida al día o dos mejorarán. Hay algunos que, si no
cambian su costumbre, no escapan a los resultados y pueden ser afectados por una
enfermedad grave algún día. Hay otros que, si toman el almuerzo, cuando esta práctica
no está de acuerdo con ellos, a la vez de ser tanto mental como físicamente aburrida,
les produce bostezo, somnolencia y sed. Así, sufren de viento, cólicos y diarrea y, no
pocas veces, este ha sido el comienzo de una enfermedad grave a pesar de que no han
tomado más de dos veces la cantidad de alimentos que venían utilizando”.
“Del mismo modo, un hombre que está acostumbrado a tomar el almuerzo,
siente que esto está de acuerdo con él y no puede omitir la comida sin sufrir gran
debilidad y miedo. Además, sus ojos se vuelven hundidos, la orina se hace más
amarilla y más caliente, la boca amarga, y tiene una sensación de hundimiento en su
estómago. Se siente mareado, abatido e incapaz de esfuerzo. Luego, más tarde, cuando
se sienta a comer, la comida es desagradable para él, y ya no puede comer su comida
habitual. En cambio los alimentos le causan cólico y ruidos y le queman el estómago,
duerme mal y se ve perturbado por pesadillas violentas. Con esta gente muy a
menudo, esta ha sido la causa del comienzo de alguna enfermedad”. (Escritos de
Hipócrates, p. 75, 76)
Hipócrates explica estas observaciones:
Veamos la razón de estas cosas. El hombre que está
acostumbrado a comer sólo una vez al día sufre, en mi
opinión, cuando se toma una comida adicional porque no ha
esperado el tiempo suficiente desde la última. Su estómago
no ha beneficiado plenamente de la comida tomada el día
anterior y no ha digerido, ni desechó (defecar), ni se calmó
de nuevo. Este nuevo alimento se introduce en el estómago
mientras que todavía está digiriendo y la fermentación de la comida anterior. Tal
estómagos son lentos en el resto de digestión y siente la necesidad y la relajación.
“El hombre que está acostumbrado a una comida a mediodía sufre cuando tiene que ir
fuera, porque su cuerpo necesita
alimento y el alimento ingerido en las
comidas anteriores ya se ha
agotado. Si no hay alimentos frescos
para ser llevados a su cuerpo a través
de desechos de hambre, y lo atribuyo
a este síntoma de la que he descrito
como un hombre a sufrir”.
“Yo sostengo que otras personas sanas
sufren de estos mismos problemas y lo
solucionan ayunando durante dos o
tres días”.
X-Arnold Ehret en su discusión sobre los
alimentos crudos y cocidos:
Arnold Ehret (1866 - 1922) fue un reconocido
educador alemán dentro del ámbito de salud y
autor de varios libros sobre dieta, desintoxicac
ión, frutarianismo, ayuno, la combinación de
alimentos, la salud ideal, la longevidad, la
naturopatía, la cultura física y fue el fundador
del “vitalismo” en dietética, pionero además
de Ehretism. Afirmó haber descubierto que el
cuerpo humano es un "motor de aire-gas" que
se alimenta exclusivamente por el oxígeno y
que una dieta que consiste en frutas, verduras
crudas y hojas verdes comestibles ("hierbas"),
que llamó los alimentos "sin mucosidad”, es el
alimento óptimo para el consumo humano.
Ehret mantiene que la salud humana fue
determinada por el estado del medio, un
término en principio expuesto anteriormente
por Louis Pasteur.
Ehret nació en 1866, en St. Georgen (Bosque Negro), Selva Negra, Baden, cerca de
Friburgo, al sur de Alemania. Sus padres eran veterinarios y sus abuelos eran médicos.
Su padre era un agricultor que hacía a mano su propia maquinaria agrícola. Tanto su
padre y su hermano murieron de tuberculosis y su madre sufría de nefritis. Ehret se
interesó tempranamente por la física, la química, el dibujo y la pintura. También tuvo
una afinidad por la lingüística y hablaba alemán, francés, italiano e inglés. En 1887, a
los 21 años, se graduó como profesor de diseño de un colegio de Baden, y fue
reclutado por el ejército sólo para ser dados de alta después de 9 meses de servicio, a
causa de enfermedades del corazón. Después de estudiar en Francfort, enseñó allí en
una escuela técnica durante 15 años. En 31 años, fue diagnosticado con la enfermedad
de Bright (inflamación de los riñones) por el Dr. G. Riedlin, incurable según el
diagnóstico de 24 de los médicos más respetados de Europa. Visitó varios sanatorios
en Europa para aprender métodos holísticos y filosofías como el sanatorio de
Sebastián Kneipp.
En 1899, viajó a Berlín para estudiar el
vegetarianismo, y donde visitó 20 restaurantes
vegetarianos, y el co-Lebensreform operativo en
"Edén", una colonia de frutas vegetariana en
Oranienburg. En una universidad de medicina
realizo cursos de fisiología, química, y curación
natural. Más tarde, los cursos de naturopatía, la
cultura física, la medicina antienvejecimiento, la
curación magnética, la curación mental, la Ciencia
Cristiana y los movimientos de reforma. Sin
embargo, sin salud, se trasladó a Niza, en
Francia, donde se aprobó una dieta de la fruta y la leche, con resultados mixtos, ya que
todavía no estaba seguro respecto del ayuno. Después de regresar a Alemania, volvió a
"comer bien" con una dieta vegetariana equilibrada. El próximo invierno, hizo un viaje
a Argel en el norte de África con un ciclista francés, llamado Pedro, donde
experimentó con el ayuno y una dieta de frutas. En un intento desesperado para poner
fin a sus problemas de salud, Ehret decidió dejar de comer, y se sorprendió al
descubrir que no tenía hambre, pero sin embargo ganaba en fuerza y vitalidad. Debido
a su nuevo estilo de vida, Ehret afirmó que se curó de sus enfermedades y para poder
llevar a cabo hazañas de fuerza fisiológica, incluyendo un viaje en bicicleta 1.000
millas de Argel a Túnez, que se comprometió con el atleta entrenado a realizar en
menos de 14 días. Al regresar a Alemania, su hermana lo disuadió de continuar con
el ayuno. En 1909, Ehret escribió su artículo denunciando la "teoría metabólica”.
El efecto completo de los alimentos crudos es la fibra en bruto de verduras sin
cocer, lo que alivia el estreñimiento, y actúa idealmente como "escoba de moco" en los
intestinos. No cree que el cuerpo humano asimile bien algunas hortalizas de valor
como la coliflor, espárragos, nabos, patatas o cereales en su estado crudo. Si producen
un cierto beneficio por limpieza mecánica de los intestinos. Las frutas frescas, y si se
desea, las verduras crudas de hoja verde forman el alimento ideal del hombre. Esa es
la dieta sin mucosidad.
Después de haber renunciado a la teoría metabólica nitrogenados-albúmina en 1909,
Ehret aprendió de un contemporáneo médico, MD, Thomas Powell, en 1912 que
el "¡azúcar de uva!” (Fructosa, azúcares simples en frutas y verduras) es la fuente
de combustible óptima, edificio del cuerpo humano material y principal agente
de vitalidad.
Ehret afirmó que
alimentos alcalinos, que se
son
además sin
mucosidad, formaron la dieta natural de los seres humanos.
Sus descubrimientos acerca de los valores de alimentos y los valores de
pH, fueron apoyados por el químico, Julius Hensel, y químico sueco, Ragnar Berg.
En1911-1912, Ehret lleva a cabo gran cantidad de importantes seminarios y
conferencias en Alemania, Suiza y Mónaco, a cerca de sus descubrimientos, ganando el
apoyo del Dr. Katz, el propietario de un centro de curación natural en Stuttgart,
quien escribió sobre Ehret en la revista Lebeskunst en 1911.
Para Arnold Ehret, la “dieta sin mucosidad” como sistema de sanación
utiliza: vegetales crudos, ásperos por sus cualidades de limpieza, los horneados
como las frutas asadas y estofadas, como disolvente menos agresivo de los
venenos y moco moderado para la eliminación en casos graves. Este es uno de los
principios más importantes del sistema, un punto de vista diferente de la materia
prima de los alimentos. Comer papas crudas, cereales crudos y pasteles sin cocer,
en su opinión, es absurdo y peor que si son cuidadosamente horneados.
La dieta de transición
Su Sistema de Sanación Mucusless Diet (MDHS) consiste de varias clases de frutas
crudas y cocidas, verduras crudas y hojas verdes comestibles, para alcalinizar de
nuevo el cuerpo y la construcción nueva de sangre. Utiliza una combinación de ayunos
racionales de largo y corto plazo, los menús cambian progresivamente hacia los
alimentos “no productores de moco”, y la irrigación del colon (enemas con agua).
Ehret cree que utilizando su sistema de dieta de transición, cualquier practicante serio
podía moverse lejos de los alimentos de moco, cambiando a los alimentos que no
produzcan mucosidad, especialmente con productos orgánicos ricos en minerales.
Sin embargo, recomendó prudencia y racionalidad en
el programa de transición, ya que la desintoxicación
demasiado rápida podría dar lugar a diversos síntomas de
la enfermedad en función de las deficiencias
constitucionales del individuo y el planteamiento del
sistema. Cuando existe toxemia o moco están entrando en
el sistema de circulación de la sangre demasiado rápido o
cuando la combinación de alimentos no se siguió
correctamente, la eliminación de toxinas y la asimilación de nutrientes, podrían ser
obstaculizadas. Esto fue posteriormente confirmado por Jethro Kloss y Henry Bieler.
El Vitalismo
Ehret afirmó entonces, que el cuerpo es un motor de aire-gas, y no depende de
alimentos para obtener energía, y que el cuerpo no fue diseñado para utilizar los
alimentos de formación de moco, que ofrece la ecuación Vitalidad = Potenciaobstrucción (V = PO) para demostrarlo. Ehret alegó también que los pulmones son
una bomba en el cuerpo mientras que el corazón actúa como una válvula, con la
sangre que controla el corazón. Un concepto también mencionado por el Dr. MJ
Rodermund en 1904, Ehret cree que la aparición y aumento de las células blancas de
la sangre fueron el resultado de la ingestión de alimentos que forman moco.
El gran Mito del Metabolismo
Ehret mantuvo de que el tejido fue construido principalmente a partir de azúcares
simples en las frutas, ya que no se metabolizan bien las proteínas y alimentos ricos en
grasas. Ehret favorecía a las nueces y las semillas durante la transición a la dieta de la
fruta ideal, e incluso entonces, sólo "con moderación", condenando el alto contenido
de proteínas y alimentos ricos en grasas, como "contra natura". Escribió además, que
"los animales no comen grasas" y "todas Las grasas son ácidas para el cuerpo, incluso
las de origen vegetal, y no son utilizados por el cuerpo”. Más tarde las ediciones de sus
Mucusless Diet System de Sanación publicados por Fred S. Hirsch, afirmó que las
nueces eran moco libre. Ehret específicamente renunció a la carne, huevos, leche,
grasas, cereales, legumbres, papas y arroz, al tiempo que reconoce el valor de
transición en algunos de ellos. Ehret, citando Ragnar Berg, señaló que de las grasas y
las proteínas se forman ácidos y debían ser consumidos con moderación, al igual que
Carque, contemporánea de Ehret.
Hipótesis rigurosa
En 2009, el Doctor en Medicina de Harvard, David L. Duffy escribió: Un estudio
en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism diciendo en conclusión que:
“Una dieta que sea alta en proteína y granos de cereales es metabolizado de una
manera que produce residuos con un pH ácido. Esto puede aumentar la excreción
de calcio y debilitar los huesos. “Creo que también puede inhibir la liberación de
oxígeno de las células rojas de la sangre al cuerpo."
Tutor: Dr. Claudio Esteve
anba.org@gmail.com
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