O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 243260 1107000 29200 € 1036 cm2 - 100% Fecha: 27/01/2014 Sección: CIENCIA Páginas: 33,38 Ciencia / 38 Un leonés de hace 7.000 años moreno y con ojos azules El primer genoma de un hombre del Mesolítico revela que su apariencia física ya no existe Impreso por Francisco O.J.D.: Rincón Durán.243260 Prohibida su reproducción. 38 E.G.M.: 1107000 Tarifa: 29200 € Área: 1036 cm2 - 100% CIENCIA Fecha: 27/01/2014 Sección: CIENCIA EL MUNDO. LUNES 27 DE ENERO DE 2014 Páginas: 33,38 EM2 / ANTROPOLOGÍA Científicos españoles descifran el primer genoma de un hombre de hace 7.000 años y revelan que su apariencia física ya no existe Leonés de ojos azules, muy moreno y cazador MIGUEL G. CORRAL / Madrid Todo comenzó con un recorte de prensa. Julio Manuel Vidal Encinas, arqueólogo provincial de León, tuvo que enterarse el 20 de noviembre de 2006 del hallazgo de un esqueleto humano –aparentemente de la Edad de Bronce– por la portada de La CrónicaEL MUNDO de León. El experto solicitó a los Juzgados de Instrucción de León –que, naturalmente, abrieron diligencias por si se trataba de un hecho criminal actual– que le dejaran acompañar a la Guardia Civil en la primera visita a la cueva de la La Braña por mandato judicial. Y se lo permitieron. Pero para cuando se produjo, los excursionistas –pertenecientes a un grupo de parapente que se dedicaba al excursionismo o la espeleología cuando hacía mal tiempo– ya habían acudido multitud de veces al lugar del hallazgo, moviendo los huesos e incluso se habían fotografiado, y colgado las imágenes en internet, sosteniendo la calavera en la mano. «Es lamentable, pero en arqueología los hallazgos casi siempre son casuales y estas cosas suceden», cuenta Vidal Encinas. «Yo entré con la Policía en aquella primera visita, pero no me hicieron falta más de 15 segundos para darme cuenta de que ellos estaban allí perdiendo el tiempo», cuenta. Uno de los primeros signos de la antigüedad que percibió el arqueólo- go fue la formación de una pequeña estalagmita sobre una costilla de uno de los dos cuerpos hallados. Las sospechas de Vidal Encinas fueron corroboradas por las dataciones: ambos individuos rondan los 7.000 años de antigüedad, es decir, del Mesolítico. El equipo del que se rodeó el arqueólogo provincial de León llevó a cabo el estudio antropológico, el análisis isotópico de la paleodieta de estos individuos e incluso la interpretación de los colmillos atrofiados de ciervo que usaban como adornos en sus ro- Las poblaciones más cercanas son las del norte de Europa Los autores del hallazgo eran un grupo de excursionistas pas. «Pero éramos escépticos acerca de que se pudiera llevar a cabo el análisis de ADN tan contaminado», reconoce Vidal Encinas. Sin embargo, el avance de las técnicas para descifrar secuencias genéticas antiguas –las que han permitido descodificar recientemente el genoma de un homínido de Atapuerca, de 400.000 años– lo ha hecho posible. Ahora, casi ocho años después del hallazgo, una investigación dirigida por Carles Lalueza-Fox, uno de los mayores expertos mundiales en ADN antiguo, acaba de presentar lo que se ha convertido en el primer análisis del ADN completo de un cazador recolector europeo del Mesolítico, antes de la aparición de la agricultura en las sociedades humanas. El trabajo, publicado hoy en Nature, ha permitido a los investigadores revelar que estos hombres prehistóricos tenían un aspecto físico –un fenotipo– que no existe en la actualidad en toda Europa, dominado por una piel muy morena y ojos de color azul. La recreación realizada por el equipo científico (y que acompaña esta página) es prudente con la tonalidad de piel porque, según aseguran los propios autores, no pueden saber el tono exacto. El color de piel de este cazador recolector está determinado por la versión africana de los genes que determinan la piel clara en los europeos actuales. «La pigmentación debía ser muy oscura, no como si alguien está moreno por ir a la playa, sino más. De hecho, no me esperaba que fuese tan oscura», explica Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, dependiente del CSIC y de la Universidad Pompeu Fabra, y autor principal del estudio. «Hasta ahora se creía que la pigmentación clara apareció poco después de los cromañones, pero transcurrieron 40.000 años desde estos homínidos hasta el cazador recolector de A la izquierLa Braña y la da, el esquepiel clara no leto del caaparece por zador hallaningún lado en León, do», dice Lay arriba, una lueza-Fox. recreación de su rostro. La investi/ NATURE gación, en la que también han participado científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), permite pensar que la piel clara de los centroeuropeos y nórdicos actuales apareció por tanto en el Neolítico, en contra de lo que se creía. Según las especulaciones de los autores del trabajo, el color de piel pudo sur- gir no como una adaptación para poder sintetizar más vitamina D en latitudes donde la radiación solar es más baja –como en el norte de Europa–, sino como una adaptación a la nueva dieta más rica en hidratos de carbono gra- Nuevas técnicas han permitido descifrar el ADN contaminado El color de piel claro no es una adaptación a la falta de sol cias a la agricultura. El estudio del genoma de los dos individuos de la cueva de La Braña sugiere que las poblaciones actuales más cercanas a ellos son las nórdicas, como las de Suecia o Finlandia. «Tiene una explicación posible ya que la agricultura llegó más tarde al norte de Europa debido al clima más frío», dice Lalueza-Fox, «y eso pudo hacer que coexistieran durante más tiempo los hombres mesolíticos con los neolíticos». La agricultura y ganadería procedentes de Oriente Próximo, que marcó el fin del Mesolítico y el inicio del Neolítico, expusieron a los hombres prehistóricos a patógenos y alimentos nuevos a los que tuvieron que adaptarse. Pero, según la investigación, no todas las adaptaciones presentes en los europeos modernos se derivan de la transición al Neolítico. «Hay algunas variantes de genes de inmunidad que observamos en los humanos actuales que ya estaban presentes en los cazadores recolectores de La Braña», asegura Lalueza-Fox. Los propios autores ven este trabajo como una puerta hacia un terreno todavía desconocido. «Este es el primer genoma de esta época. Se va a empezar a estudiar la historia genética de la Prehistoria», dice el autor principal. OORBYT.es >Videoanálisis del hallazgo.