Aprender a ver con las manos Revista No. 13 La mayoría de los nuevos zootecninstas del país son mujeres, aunque todo el mundo piensa que es una carrera para hombres. Hablamos con Regina Belli, una de las dos únicas zootecnistas de Nicaragua con un doctorado en genética. Ella nos enseñara como palpar una vaca Regina fue criada en fincas de león y chontales. Le gustan las ciencias biológicas, las ciencias químicas y hasta la matemática estadística, que es rarísima en el país. Le gusta la idea al aire libre. Además no se asusta por el lodo, no tiene miedo al campo, al contrario, le gusta. Entonces estudió zootécnia en la UCA. Trabajó como profesora auxiliar en la Universidad, en el laboratorio pues. Fue directora de un complejo ganadero en el río San Juan, en la Región del Atlántico Sur. Hizo su doctorado genético en Bulgaria, donde pasó estudiando seis años más. Palpó centenares de vientres. Sabe pues, de qué está hablando, y nos va a prestar sus conocimientos. Aquí les van. Regina ¿Qué consejos puede dar a un novato que quiere a prender a palpar las vacas? Bueno, primero hay que evitar el contagio de enfermedades. Hay que usar siempre guantes y si no los hay, por lo menos una bolsa plástica, para evitar que se pase la enfermedad de una vaca a otra, como la brucelosis por ejemplo. Segundo, se debe saber algo de la anatomía. Hay que estar clara, que la palpación es por el ano, por el culo pues, y no por la vulva o la vagina. Mucha gente creen que es por la vagina, porque es el aparato reproductor, pero no es así. Si tratás de palpar por la vulva, le podés causar infecciones horribles al animal. Tercero, hay que evitar heridad. La palpación, hay que hacerla al suave y con cuidado. Hay que cortarse las uñas, quitarse anillos, pulseras y el reloj. Y de último, no hay que tener miedo. La experiencia es el mejor maestro. Con las primeras tres vacas palpadas, yo no sentí nada, pero nada. Con las siguientes cinco, algo, y a partir de la primer docena palpada, uno siente más y más, hasta que uno ya puede decir con seguridad que la vaca está preñada o no. Metamos la mano y aprendamos a ver con ellas, pues. ¿Cómo palpar una vaca? Amarramos bien la vaca a palpar. La cabeza lo más cerca de un palo bien socaditas arriba de las rodillas. Para que no nos patée es recomendable que una persona jale el mecate a un lado. Si la vaca es arisca, la amarramos también las patas delanteras. Antes de meter la mano, aseguramos de que no se nos olvidó quitarnos anillos, pulseras y relojes. La mano del palpador se le mete por el culo de la vaca, al suave para no herir o irritarla. Si las tripas estan llenas se le puede sacar la mierda con la mano para poder sentir mejor los intestinos. A través de la tripa busquemos la cerviz, que es como un tapón elástico dentro de la vulva. O sea, como la vagina está por debajo de la tripa tanteamos tocar la vagina a través de la tripa. Al meter la mano hasta un poco más de la muñeca y con un poco de presión hacia abajo tanteando el suelo como si buscaramos algo en lo oscuro, encontramos un tubito suave y flexible a todo lo largo de ese piso que en realidad es el hueso de la pelvis, o de la cadera pues. Al final de la pelvis, un poco más dentro se sienten unos anillitos más o menos duros, como los huesos de la oreja. Eso es lo que se llama la cerviz. Si no lo hallamos ahí, es probable que la vaca esté preñada, y se fue más abajo por el peso del ternero. Sigamos buscándolo más dentro; sin soltar que es ya el útero. Más adelante el tubito se divide en dos es lo que se llaman los cuernos. Cuando la vaca está vacía ambos cuernos son iguales y del mismo grueso. Uno se siente más grande que el otro. Y si le damos unos golpecitos suaves, como se le hace un niño en la cabeza, se siente un rebrote, algo así como una bolsa plástica llena de agua y con unas piedritas adentr, que es el ternerito. Esta, dependiendo del tiempo de la preñez, puede tener el tamaño de un ratón o el ternero a punto de nacer. Cuando la preñez ya tiene 4 meses y más, se sienten un poco de pelotitas como el tamaño de un jocote. Por ahí pasan los alimentos de la sangre de la vaca al ternero. Para que entendamos el desarrollo del ternero debemos saber su tamaño en cada mes de la preñez. Con 45 días tiene 3 centímetros. Con 2 meses tiene 7 centímetros. Con 3 meses tiene 20 centímetros. Con 6 meses tiene 40 centímetros. Con 7 meses tiene 60 centímetros y con 9 meses llega a 90 centímetros. Es recomendable hacer la primera palpación cuando la vaca tenga 2 meses de preñez o más. Esto con el propósito de evitar los abortos.