Vo l u m e n 1 5 • F a s c í c u l o 6 6 • O c t u b r e 2 0 1 4 • issn 0329-43 07 Cardiología e hipertensión noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Director Científico Prof. Dr. José Milei Secretarios de redacción Dra. Matilde Otero-Losada Dr. Gustavo Risso Diseño Mariana Milei Dr. Jorge González Zuelgaray (bs. as.) Dra. Liliana Grinfeld (buenos aires) Dr. David Hearse (londres) Dr. Elías Hurtado Hoyo (buenos aires) Dr. Emilio Kuschnir (córdoba) Dr. Hideo Kusuoka (osaka) Dr. Jorge Jalil (sgo. de chile) Dr. Mario Lado (montevideo) Dr. Julio Lázzari (buenos aires) Dr. Jorge Lerman (buenos aires) Dr. Jaime Levenson (parís) Dr. José L. López Sendón (madrid) Dr. Mario F. C. Maranhão (curitiba) Dr. Mario Marzilli (pisa) Dr. Lionel Opie (cape town) Dr. Andrés Perez Riera (san pablo) Dr. Agustín Ramírez (buenos aires) Dr. William C. Roberts (houston) Dr. Ramiro Sánchez (buenos aires) Dr. Edgardo Schapachnik (buenos aires) Dra. Jutta Schapper (bad nauhein) Dr. Samuel Sclarovsky (israel) Prof. Emérito Dr. Roberto E. Sica. (bs. as.) Dr. Rubén Storino (la plata) Dr. Norberto Tavella (montevideo) Dr. Jorge Toblli (buenos aires) Dr. Manuel Vázquez Blanco (bs. as.) Dr. Alberto Villamil (buenos aires) Dr. Alberto Zanchetti (milano) Comité Editorial Dr. Giuseppe Ambrosio (perugia) Dr. Francisco Azzato (buenos aires) Dr. Adrián Baranchuk (ontario) Dr. Claudio Bellido (buenos aires) Dr. Horacio Carbajal (la plata) Dra. María Inés de Aguirre (bs. as.) Dr. Fernando De la Serna (tucumán) Dr. Horacio E. Cingolani (la plata) Dr. Raúl Domenech (sgo. de chile) Dr. Saúl Drajer (buenos aires) Dr. Marcelo Elizari (buenos aires) Dr. Miguel Falasco (bs. as.) Dr. Roberto Ferrari (ferrara) Dr. Ricardo J. Gelpi (buenos aires) Dr. Hernán Gómez Llambí (bs. as.) Auspiciado por: - Secretaría de Estado de Ciencia y Tecnología de la República Argentina - Consejo de Hipertensión Arterial (Sociedad Argentina de Cardiología) - Comité de Hipertensión Arterial (Federación Argentina de Cardiología) noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Director: Prof. Dr. José Milei Cardiología e hipertensión. noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet. Editor: Prof. Dr. José Milei. Diseño y edición: dosvecesm. Publicación bimestral. Derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa y escrita del Editor. Marcelo T. de Alvear 2270 (C1122AAJ); Tel +54 +11 4508-3888/3836; Fax +54 +11 4508-3888. Ciudad de Buenos Aires; e-mail: ininca@fmed.uba.ar Cardiología e hipertensión noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Indice Página 3 Página 8 Página 12 Página 19 Miocarditis asociada al Virus de la Inmunodeficiancia Humana (HIV) Stents en vasculopatía periférica. ¿Es una opción? Miocardiopatia hipertrófica ¿qué hay de nuevo? Artículos Selectos Figura de tapa: Trazado correspondiente a un Holter de 24 horas obtenido en una paciente de 22 años con epilepsia. La paciente se encuentra asintomática desde el punto de vista cardiovascular y el examen físico, el ECG de 12 derivaciones, la RX de tórax, el ecocardiograma y la prueba ergométrica fueron normales. El Holter, que forma parte del protocolo de estudio de los pacientes con epilepsia en la sección Neurología de nuestro Instituto, muestra un episodio nocturno de bloqueo AV. En el trazado inferior, la onda P bloqueada tiene la misma morfología que las restantes y no es prematura (lo que excluye una extrasístole auricular no conducida). Por otra parte, los intervalos PR que preceden y siguen a la P bloqueada no varían, por lo que se trata de un Mobitz y se descarta un Wenckebach. Este hallazgo no es frecuente en pacientes jóvenes, sin cardiopatía, asintomáticos y con QRS angosto. Este último hecho sugiere que el Mobitz (que jamás puede asentar en el nódulo AV) podría tener localización intrahisiana. Sólo un estudio electrofisiológico podría confirmar esta posibilidad, a la vez que -en caso de haber un electrograma del haz de His precediendo a la P bloqueada- permitiría demostrar la presencia de extrasistolia hisiana oculta como causa del hallazgo. De todas maneras, las posibilidades de reproducir el trastorno en un estudio invasivo son virtualmente nulas ya que sólo se observo en forma espontánea una vez a lo largo de las 24 horas. En cuanto al vínculo entre este hallazgo y la epilepsia de la paciente, esta relación debe ser considerada ya que durante las crisis (y en menor medida, entre las crisis) pueden observarse taqui y bradiarritmias, hasta llegar en el 17% de los pacientes con epilepsia al desenlace conocido como MUSEP (muerte súbita en la epilepsia). Para mayores consideraciones, se sugiere la lectura del siguiente artículo publicado en esta revista: García Zamora S, Malpica Cervantes F, de Valais F, González Zuelgaray J. `Epilepsia y arritmias cardíacas´. Cardiología e hipertensión 2012; 13:12-17. 2 Miocarditis asociada al Virus de la Inmunodeficiancia Humana (HIV) Dr. Gustavo Daniel Risso1 1 Instituto de Investigaciones Cardiológicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini”. ININCA. UBA. CONICET La infección por el HIV se ha distribuido en todo el mundo, representando la infección más importante en la historia de la humanidad. Con el advenimiento de la terapia antiretroviral de gran actividad (TARGA) se ha logrado un aumento en la sobrevida, con aparición de enfermedades crónicas que antes no se manifestaban, entre ellas la enfermedad cardiovascular1. de hibridación in situ y reacción en cadena de la polimerasa (PCR), han mostrado la secuencia del genoma del ADN del HIV-1 en miocitos cardíacos y en células intersticiales2. La miocarditis es una causa importante de disfunción ventricular en pacientes con HIV y su prevalencia es variable en distintos estudios. En la revisión de Corti M, la prevalencia en autopsias fue del 46% y en más del 80% de los casos no pudo encontrarse una etiología específica. En el 20% restante los estudios han demostrado el compromiso miocárdico por patógenos oportunistas (virus, protozoarios, bacterias y hongos)2. El compromiso cardiovascular está mediado por los factores de riesgo tradicionales (edad, hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes mellitus), sumados a los efectos directos del virus, la respuesta inmunológica del huésped y la terapia antirretroviral. Las manifestaciones cardiovasculares más frecuentes son: pericarditis, miocarditis, miocardiopatía, enfermedad vascular pulmonar e hipertensión pulmonar, enfermedad valvular, tumores, hipertensión arterial, alteraciones metabólicas (dislipidemia, diabetes mellitus, resistencia a la insulina y esteatosis hepática), hipercoagulabilidad y enfermedad vascular incluyendo enfermedad coronaria1. Un estudio escandinavo que incluyó 60 autopsias, mostró miocarditis en el 42%, fibrosis miocárdica difusa en el 60% y dilatación y/o hipertrofia del ventrículo izquierdo en un 38%3. La adicción a drogas endovenosas (ADEV), especialmente a la cocaína, parece ser el factor de riesgo predominante para el desarrollo de miocarditis. De hecho, existe una elevada prevalencia de miocarditis idiopática y MCPD en pacientes con ADEV no infectados por el retrovirus4-6. El compromiso cardíaco en pacientes con HIV ha sido demostrado por estudios clínicos, ecográficos y de necropsias que, mediante técnicas EI cuadro histológico predominante muestra la existencia de infiltra- 3 dos inflamatorios inespecíficos sin necrosis ni daño de los miocitos. La observación de infiltrados inflamatorios mononucleares sugiere una etiología viral para la miocarditis asociada con el HIV, pero también puede ser el reflejo de un proceso autoinmune. En este sentido se ha comprobado la existencia de inclusiones intranucleares características de virus herpes en algunos pacientes y la infección por CMV también se ha relacionado con el desarrollo de necrosis sin inflamación2. Baroldi y col.7 describieron una forma de miocarditis con infiltrados linfocitarios focales que atribuyen a una complicación por acción directa del HIV. En un estudio que incluyó 50 autopsias, Hadad Herdy y col.8 comprueban 33 casos de miocarditis cuyos agentes etiológicos pudieron detectarse en 21 de ellos: 11 fueron provocados por Toxoplasma gondii, 7 por Cryptococcus neoformans y 3 por CMV. En los 12 casos restantes, los autores no pudieron identificar el agente causal. Estudios clínicos y de laboratorio permiten suponer que el retrovirus tiene un papel importante en el desarrollo de miocarditis y miocardiopatía dilatada. Anderson y Virmani9 señalan la naturaleza multifactorial de la miocarditis asociada con el HIV, según estos autores, la base fisiopatogénica de este trastorno seria la destrucción de miocitos cardíacos consecutiva al espasmo microvascular con posterior necrosis, o mecanismos mediados por la inmunidad humoral o fenómenos autoinmunes. Diversos trabajos sugieren importantes alteraciones en la función sistólica y diastólica del ventrículo Izquierdo en pacientes infectados por el retrovirus. En dos tercios de las autopsias de pacientes con HIV se encuentran alteraciones cardíacas10; pero solo se diagnostica pre morten en el 6,5% a 6,8% de los casos9. Desafortunadamente, el seguimiento longitudinal y las necropsias de niños infectados por transmisión vertical revela que el sistema cardiovascular puede verse afectado en más del 90% de los casos sin embargo fueron pocos los diagnósticos de miocarditis por BEM en el curso clínico de la enfermedad. En el trabajo realizado por Milei y col.11 se evaluaron las autopsias cardíacas de 17 niños fallecidos por SIDA. Para ello se utilizaron técnicas de inmunohistoquímica, apoptosis, tipificación de células inmunocompetentes, antígeno específico de HIV (p24) y técnicas de coloración de rutina para bacterias, hongos y parásitos. Los pacientes tenían entre 4 meses y 9 años de edad; 11 de ellos eran varones. Los diagnósticos de muerte fueron bronconeumonía4, enfermedad de Chagas1, toxoplasmosis1, sepsis o neumonía por citomegalovirus4, sepsis5 y candidiasis2. Todos tenían ECG normales y en los dos únicos pacientes en los que se realizaron ecocardiogramas, estos no mostraron alteraciones. Presentaron compromiso miocárdico en el 100% de los casos, representado por hipertrofia de los miocitos en 7 casos, edema intersticial en 9, venas de endotelio alto (VEA) en 8 y dilatación venosa importante en 2 (Figura 1E); pero solamente en 5 (29,5%) se encontró un agente causal específico de miocarditis: CMV en 3 casos (Figura 1A), miocarditis chagásica en 1 (Figura 1B) y pericarditis por cándida en 1 caso. La binucleación y/o trinucleación de algunas células miocárdicas se observó en 12 casos, y en 2 necrosis subendocárdica que se relacionó con sepsis. Con respecto a la inmunotinción anti-HIV, fue negativa en miocardio en todos los casos y positiva en un caso en tejido adiposo. La inmunomarcación para CD8 (linfocitos T citotóxicos), CD4 (linfocitos T helper), CD20 (linfocitos B; Figura 1B) y CD68 (macrófagos; Figura 1C) fue escasa en todas las autopsias, coincidente con el grave estado inmunitario que presentaban los pacientes. Esto se corroboró claramente en los casos de miocarditis chagásica aguda, en los que los nidos de amastigotes rotos presentaban escasa reacción linfomacrofágica (Figura 4 1D), al contrario de lo que ocurre en pacientes sin HIV. Teniendo en cuenta que hasta los 6 meses de edad es posible encontrar células PCNA (protein celular nuclear antigen) positivas en el corazón, los cuatro casos que no superaban esta edad no se tuvieron en cuenta (todos tuvieron intersticios positivos y miocitos marcados). En los 13 casos restantes se encontraron células miocárdicas PCNA positivas en 2 casos (Figura 1F); uno de ellos con binucleación y VEA. En 4 casos, el intersticio fue positivo para PCNA y en 7 fue negativo. Existió apoptosis 3/4 cruces en 4 casos, uno con miocarditis chagásica y 3 con miocarditis por CMV. La presencia de VEA se relacionó con apoptosis 2/4 cruces. Las VEA son vénulas poscapilares especializadas, halladas en los órganos linfoideos y en tejidos inflamados crónicamente, descubiertas por Thome en 189812. Estas son las únicas células endoteliales que expresan moléculas de adhesión, las cuales se unen a linfocitos (no neutrófilos) y las dirigen desde la sangre al tejido linfoideo. Las células endoteliales en otros vasos solamente expresan moléculas de adhesión cuando son activadas por la presencia de daño tisular local o de microorganismos. En estos casos, las moléculas se expresan solamente en las vénulas poscapilares, previniendo la anoxia tisular que podría resultar de la acumulación de un gran número de leucocitos en los vasos capilares o arteriolares13,14. El número de VEA puede cambiar en respuesta al microambiente para combatir infecciones o reacciones autoinmune15. Cabral y cols.16 comunicaron por primera vez la existencia de VEA en el corazón en relación con la cardiomiopatía chagásica; el presente caso constituye la segunda vez que se encuentran VEA en miocardio y la primera mención en relación con el HIV. La tinción con PCNA demostró la presencia de un intersticio "activo" en las autopsias. En otro estudio sobre biopsias endomiocárdicas en 15 pacientes HIV positivos, las secuencias del virus se Figura 1. A. Miocarditis por Citomegalovirus. H&E x 400. B. Nidos de amastigotes y linfocitos reactivos con antiCD20 positiva x 400. C. Inmunohistoquímica anti-CD68 positiva x 100. D. Nidos de amastigotes en miocoardio sin signos inflamatorios. H&E x 400. E. Gran dilatación venosa. H&E x 200. F. Núcleo de miocitos PCNA positivo x 60011. detectaron por PCR más frecuentemente en las células dendríticas intersticiales que en los miocitos, lo cual sugiere que tendrían un papel fisiopatológico importante17. Si bien el compromiso miocárdico detallado en nuestro trabajo no difiere, en líneas generales, con los encontrados internacionalmente, salvo por la ausencia de coronariopatías, la presencia de VEA y de binucleación y trinucleación en los miocitos abre un nuevo interrogante sobre la significación de estos hallazgos. Los resultados obtenidos indican que la miocarditis por HIV es de muy difícil comprobación clínica; en cambio, las patologías infecciosas oportunistas son frecuentes y se encontraron entre el 22 y 30% de las autopsias. En nuestro medio, la patología más frecuente fue la miocarditis por CMV y en segundo lugar la chagásica. Cualquier agente que cause infección diseminada en los pacientes con HIV puede afectar al miocardio; sin embargo, las manifestaciones clínicas generalmente quedan desplazadas por las de otros órganos, como el cerebro o los pulmones, y es por ello que muchas veces no se diagnostica o se hace tardíamente. Estas patologías deberían investigarse, tanto con métodos invasivos como no invasivos. El diagnóstico clínico adecuado de estas enfermedades oportunistas permitirá mejorar el enfoque terapéutico y pronóstico en estos pacientes. Las figuras que se publican en este trabajo son observaciones personales (JM) y han sido publicadas previamente en el artículo: Compromiso cardíaco en el SIDA pediátrico. Rev Argent Cardiol. 2002; VOL. 70, N° 2. 5 Referencias 1. Risso G. Enfermedad cardiovascular en 10. Cotton P. AIDS giving rise to cardiac sujetos con VIH / SIDA. Rev Fed Arg Cardiol. problems. JAMA 1990;263: 2149. 2012; 4: 235-248. 11. Milei J, Schwint O, Turconi P y col. 2. Corti M. Compromiso cardiovascular en Compromiso cardiaco en el SIDA pediátrico. la enfermedad HIV/sida. sic -Volumen 11 Rev Argent Cardiol. 2002; VOL. 70, N° 2. -,Número 4 -2002. 12. Thome R. Endotelien als phagocyten. Arch 3. Hansen BF. Pathology of the heart in AIDS. Mikrok Anat Entwicklungsmech 1898; 52: A study of 60 consecutive autopsies. APMIS 820-842. 1992;100:273-9. 13. Parkin J, Cohen B. An overview of the 4. van Hoeven KH, Segal V, Factor SM. AIDS immune system. Lancet 2001; 357: 1777-1789. cardiomyophaty: first rule out other myocardial 14. Girard JP, Baekkevold ES, Yamanaka risks factors. Int J Cardiol. 1990;29:35-7. T y col. Heterogeneity of endothelial cells: 5. Factor SM. Acquiered immune deficiency The specialized phenotype of human syndrome: the heart of the matter. J Am Coll high endothelial venules characterized by Cardiol. 1989;13:1037-8. suppression subtractive hybridization. Am J Pathol 1999; 155:2043-2055. 6. Segal BH, Factor SM. Myocardial risks factors other immunodeficiency virus infection 15. Cross PC, Mercer KL. Immune system. may contribute to histological cardiomyopathic En: Cross PC, Mercer KL . Cell and tissue changes in acquiered immune deficiency ultrastructure. A functional perspective. WH syndrome. Freeman and Co, New York, USA, 1993, p. 200. 7. G Baroldi, S Corallo, M Moroni, et al. 16. Cabral HR, Novak I, Robert GB. Focal lymphocytic myocarditis in acquired Comprobación de vénulas de endotelio alto immunodeficiency syndrome (AIDS): a en corazones de pacientes chagasicos con correlative morphologic and clinical study in cardiomiopatia cronica grave. Rev Argent 26 consecutive fatal cases. J Am Coll Cardiol. Cardiol 1993; 61:463-465. 1988; 12:463-9. 17. Rodrfguez ER, Nasim S, Hsia J y col. 8. Haddad Herdy GV, Ramos R, Bazin AR, et Cardiac myocytes and dendritic cells al. Correlacao clínicopatológica de 50 casos harbor human immunodeficiency virus in de síndrome de inmunodeficiencia adquirida. infected patients with and without cardiac Estudio retrospectivo. Arq Bras Cardiol. dysfunction: Detection by multiplex, nested, 1994;62:95-8. polymerase chain reaction in individually microdissected cells from right ventricular 9. Anderson DW, Virmani R. Emerging patterns endomyocardial biopsy tissue. Am J Cardiol of heart disease in human immunodeficiency 1991;68: 1511-1520. virus infection. Human Pathol. 1990;21:253-9. 6 Stents en vasculopatía periférica. ¿Es una opción? Prof. Dr. A. Ricardo La Mura1, Dr. L. Mariano Ferreira2, 1Jefe de División Cirugía Vascular. Hospital de Clínicas UBA Sección Endovascular. División Cirugía Vascular, Hospital de Clínicas UBA 2Jefe Un pequeño porcentaje, menor al 2%, de los pacientes asintomáticos o levemente sintomáticos con enfermedad oclusiva de los miembros inferiores evoluciona hacia la amputación del miembro. Cuando por el contrario, la isquemia es crítica, en general, la historia natural es su empeoramiento progresivo hacia la amputación. Según datos del ACC/ AHA, solo el 50% de los pacientes con isquemia crítica de miembro sobrevive con los dos miembros al año, el 25% sufre una amputación y un 25% muere de causa cardiológica. La tasa de mortalidad relativa a 5 años de los pacientes con arteriopatía periférica grave es aproximadamente del 28%, cifra muy significativa cuando se lo compara con el 15% para el CA de mama o el 38% para el cáncer de colon. El paciente con isquemia crítica de miembros inferiores puede presentarse con úlceras isquémicas o gangrena. Algunos pacientes pueden progresar desde el dolor en reposo hacia las lesiones isquémicas, mientras que otros por el contrario evolucionan directamente hacia las lesiones, especialmente los pacientes con neuropatía diabética. La gangrena en ellos afecta generalmente los dedos o en los pacientes postrados las zonas de decúbito. Se inicia generalmente como conse- 8 cuencia de un microtrauma. Por lo general en pacientes no diabéticos la enfermedad es proximal mientras que en los diabéticos es más distal. En diabéticos se acompaña de neuropatía con alteraciones sensitivas permitiendo el desarrollo de la úlcera siendo estas la principal causa de amputación no traumática en el paciente diabético. La evolución natural de las lesiones dependerá entre muchos, del factor local. Si el área necrosada no se infecta, formará una escara, se achicará y eventualmente se puede momificar e incluso autoamputarse. Se estima que el 15% de los diabéticos desarrollarán una úlcera, de ellos entre el 14 al 24% se amputará. Lo estremecedor es que se estima que el 85% de dichas amputaciones eran previsibles. Los factores predisponentes son la arteriopatía periférica y la neuropatía periférica (pérdida de la sensibilidad y deformación del pie). Cuando analizamos la historia natural de los pacientes con enfermedad arterial mediante un seguimiento a largo plazo vemos que el número de eventos coronarios o cerebrovasculares es muy significativo. En el Hospital de Clínicas, realizando el seguimiento retrospectivo de 245 pacientes que fueron revascularizados por isquemia crítica del miembro inferior, detectamos que el 75% eran diabéticos. Los resultados mostraron una sobrevida del 86% a los 6 meses, 78% al año y 60% a los 3 años. Muchos de estos pacientes fueron además reinternados durante el seguimiento, tanto por enfermedad vascular como por otras comorbilidades, solo recuperándose totalmente a un estado ideal un escaso número de ellos (12%). La meta del tratamiento del paciente con isquemia crítica del miembro implica la necesidad de revascularización para mejorar la perfusión y conseguir la cicatrización. Es la llegada de perfusión directa al pie. La revascularización directa debe lograr hacer desaparecer el dolor, curar las lesiones tróficas, mantener un miembro funcionante y tratar de restablecer el estado funcional prepatología. Pero, en los últimos años, el desarrollo de nuevas tecnologías mininvasivas mediante cirugía endovascular ha virado el abordaje primario de la revascularización. Las Guías Prácticas (Task Force) del American College of Cardiology/ American Heart Association (ACC/ AHA) han sido publicadas recientemente en el Journal of Vascular Surgery1. Este Grupo de Trabajo ha redactado una "actualización” en el tratamiento de la enfermedad oclusiva de los miembros inferiores, centrada en el proceso de revisión de las recomendaciones de las guías existentes que se ven afectados por la nueva tecnología y evidencia. El objetivo primordial fue comparar el tratamiento quirúrgico versus el tratamiento endovascular. Las siguientes recomendaciones se enfocan al modo de abordaje. Son probablemente las recomendaciones más controvertidas y se refieren a la indicación de un procedimiento abierto o endovascular2. 1. Para los pacientes con isquemia crítica de MMII y una esperanza de vida estimada en menos de 2 años o en pacientes en los que un conducto el bypass y la angioplastia con balón eran similares3. Al mismo tiempo, esta presentación inicial demostró que la cirugía, como primera opción, era un tercio más costosa y se asociaba con una mayor morbilidad cuando se la comparaba con la angioplastia con balón como terapia primaria3. Los resultados a 5 años ya han sido publicados3 y confirman que no había diferencia significativa en la sobrevida libre de amputación y la sobrevida global entre las dos estrategias de tratamiento. Sin embargo, la cirugía como primer abordaje se asoció con un aumento significativo en la sobrevida global de 7,3 meses (IC 95%: 1,2 a 13,4 meses, p = 0,02) y una tendencia hacia una mejor sobrevida libre de amputación de 5,9 meses (IC del 95%: 0,2 a 12,0 meses, p = 0,06), específicamente en aquellos pacientes que sobrevivieron por lo menos 2 años después de la randomización. Este estudio también ha confirmado que los resultados tras cirugía con prótesis, en lugar de injerto venoso, eran extremadamente pobres. Incluso la angioplastia con balón, siempre que fuera posible, debe ser preferible al bypass protésico incluso en pacientes con una esperanza de vida mayor a 2 años3. Es importante en este estudio ver además que el intento fallido de revascularización percutánea se acompañó de un peor pronóstico al querer rescatar el miembro con un by-pass3. de vena autóloga no está disponible, la angioplastia con balón es razonable como procedimiento inicial para mejorar el flujo distal2. (Recomendación IIa, Nivel de evidencia: B). 2. Por el contrario, para los pacientes con isquemia crítica de MMII y una esperanza de vida estimada de más de 2 años, la cirugía de bypass, cuando sea posible y cuando un conducto de vena autóloga está disponible, es razonable como tratamiento inicial para mejorar el flujo sanguíneo distal2. (Recomendación IIa, Nivel de evidencia: B). Estas recomendaciones fueron realizadas examinado los resultados del estudio multicéntrico BASIL (Bypass Versus Angioplasty in Severe Ischaemia of the Leg) bajo el aval del United Kingdom National Institute of Health Research and Health Technology Assessment Programme2. En el mismo, durante un período de 5 años, 452 pacientes con isquemia grave (caracterizada por dolor en reposo / nocturno y la pérdida de tejido, como ulceración o gangrena) fueron asignados aleatoriamente a una estrategia de tratamiento inicial con cirugía abierta o primariamente angioplastia con balón. Los end-points evaluados en este ensayo fueron sobrevida libre de amputación y la sobrevida global. La primera publicación realizada en 2005 indicaba que, en pacientes con isquemia severa los resultados clínicos a corto plazo comparando 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 0 A 1 2 3 4 5 6 Years from randomization Initial bypass Bypass after failed angioplasty 9 Recientemente la Sociedad Europea de Cirugía Vascular4, publicó un Consenso algo más completo y detallado, con una orientación más anatómica que clínica. Recordemos que en Europa la tecnología disponible es más parecida a la que podemos contar en nuestro país, por lo que existe una mayor disponibilidad de dispositivos si lo tenemos que comparar con los EUA. Recomendaciones en el tratamiento del segmento aorto-iliaco El by pass Aorto-femoral suele ser el tratamiento de elección para la enfermedad difusa oclusiva del segmento aorto-ilíaco en los pacientes que son candidatos quirúrgicos adecuados. (Nivel 2 bis; grado B). La endarterectomía aorto-ilíaca es recomendable para pacientes con lesiones oclusivas segmentarias, ya que parece estar asociada con una mortalidad significativamente menor pero las tasas de complicaciones locales y sistémicas son similares en comparación con los procedimientos de bypass. (Nivel 4, Grado C). Los by pass extra-anatómicos acompañados de una baja tasa de permeabilidad, debe ser realizados en pacientes que no tengan otra posibilidad de revascularización. Sin embargo el tratamiento endovascular debe ser considerado la estrategia primaria para pacientes con lesiones aorto-ilíacas, más a menudo antes de o en conjunción con un procedimiento de revascularización distal. Su principal ventaja es su carácter menos invasivo, acompañado de una disminución de la morbimortalidad. (Nivel 3, Grado C). A pesar de que las tasas de permeabilidad primaria después de la terapia endovascular para enfermedad oclusiva extensa son inferiores a los reportados después de la cirugía, las reintervenciones se pueden realizar por vía percutánea. (Nivel 5; Grado D). La angioplastia seguida de stenting electivo frente a resultados inade- cuados es la estrategia más segura y costo-efectiva. (Nivel 2; Grado B). cuando los resultados óptimos no se obtienen con la simple angioplastia. (Nivel 1b, Grado B). Recomendaciones de tratamiento en el segmento fémoro-poplíteo El tratamiento de elección de las lesiones intermedias de la arteria femoral superficial (5-15 cm) es la angioplastia primaria con la implantación de un stent de nitinol. (Nivel 1b, Grado B). La endarterectomía de la enfermedad aterosclerótica de la arteria femoral común proporciona excelentes resultados con baja morbilidad y mortalidad y es el tratamiento estándar en esta ubicación. (Nivel 4, Grado C). El tratamiento híbrido endovascular de la enfermedad oclusiva aortoilíaco-femoral ofrece un tratamiento alternativo aceptable en pacientes con enfermedad aorto-iliaca y enfermedad concomitante de la arteria femoral común que requiere cirugía abierta. (Nivel 3b; Grado C). Con stents recubiertos es posible obtener mejores resultados en comparación con los stents convencionales en el tratamiento híbrido de la enfermedad aorto-iliaca oclusiva. Sin embargo, esto debe ser confirmado por estudios prospectivos futuros. (Nivel 4, Grado C). La revascularización de la arteria femoral profunda se puede considerar en los pacientes con isquemia crítica, sin opciones para la restauración del flujo sanguíneo continuo desde el segmento aorto-ilíaca a la arteria poplítea, en relación con estenosis hemodinámicamente significativa de la arteria femoral profunda. Sobre la base de pruebas actualmente disponibles, la profundoplastia quirúrgica se prefiere sobre recanalización endovascular, debido a una tasa relativamente alta de fallos post angioplastia. (Nivel 3b; Grado C). La profundoplastia puede ser de un valor adicional en la preservación de la articulación de la rodilla, cuando la amputación es inevitable. (Nivel 4, Grado C). Las lesiones cortas (<5 cm) de la arteria femoral superficial son preferentemente tratados con angioplastia. La Implantación de stent en lesiones cortas sólo debe realizarse 10 El valor adicional de stents liberadores de fármacos (Zilver PTX, Cook, Bloomington, Ma), y los injertos de recubiertos con PTFE (Viabahn, Gore Medical, Flaggstaff, AR) todavía tienen que confirmarse en los pacientes con isquemia crítica de MMII. Sin embargo, los stents liberadores de droga y la angioplastia con balón liberador de droga han demostrado mejores resultados cuando se los compara con productos no medicados. Sin embargo la evidencia no ha llegado a conformar aún fuertes recomendaciones. Cuando la vena autóloga está disponible como conducto, la cirugía de bypass es el tratamiento preferido para lesiones largas de la arteria femoral superficial (> 15 cm), especialmente en los pacientes más jóvenes. Aunque el resultado después de un primer abordaje endovascular es igual en el corto plazo que el de la cirugía de bypass protésico para lesiones largas de la AFS en los pacientes con isquemia crítica, el bypass da mejores resultados en los pacientes más “sanos” y se debe preferir en pacientes con la longevidad estimada de más de 2 años. (Nivel 1b, Grado B). En lesiones largas de la AFS (> 15 cm) el tratamiento endovascular (intraluminal o subintimal) con endoprótesis parece ser aceptable cuando la condición del paciente se opone a un procedimiento abierto. El valor de los endoprótesis con heparina aún no se ha confirmado. (Nivel 3b; Grado C). Recomendaciones en el tratamiento de las lesiones infra-poplíteas La vena safena interna es superior a cualquier otro material y se debe preferir como injerto en los bypass a las arterias infra-poplíteos o tibiales. (Nivel 3b, grado B). Cuando la vena safena interna no está disponible o no es apta, el uso de injertos de vena alternativos (de un solo segmento o compuesto) es preferible a la realización de un by pass con vena preservada o al by pass con PTFE. (Nivel 4, Grado C). talidad que los procedimientos quirúrgicos convencionales. La angioplastia es la modalidad terapéutica razonable de primera línea para pacientes con lesión infra-poplítea e isquemia crítica, especialmente si se tiene en cuenta que el procedimiento no impide una intervención quirúrgica en el futuro. (Nivel 4, Grado C). Lesiones focales cortas, infra-poplíteos pueden ser tratadas por stents balón expandibles liberadores de fármacos, con una mejor tasa de permeabilidad. (Nivel 2b, Grado B). El tratamiento quirúrgico debe ser considerado para las lesiones anatómicas más complejas de los vasos tibiales, o en caso de fallo endovascular y persistencia de los síntomas clínicos. (Nivel 4, Grado C). Especialmente en el territorio tibial, la necesidad de revascularización completa y respetando los angiosomas de la lesión son dos características claves al momento de obtener efectivos resultados endovasculares. En resumen, cuanto mayor sea la cantidad de vasos permeables y más directo el flujo (angiosoma) mejor será el resultado clínico obtenido por la angioplastia. 1.Rooke TW y col. 2011 ACCF/AHA Focused 2.Bradbury AW, Adam DJ, Bell J, et al. Bypass 4.Setacci C, de Donato G, Teraa M, Moll FL, update of the guideline for the management versus Angioplasty in Severe Ischaemia of the Ricco JB, Becker F, Robert-Ebadi H, Cao P, of patients with peripheral artery disease Leg (BASIL) trial: an intention-to-treat analysis Eckstein HH, De Rango P, Diehm N, Schmidli (updating the 2005 guideline) A Report of the of amputation-free and overall survival in J, Dick F, Davies AH, Lepäntalo M, Apelqvist American College of Cardiology Foundation/ patients randomized to a bypass surgery-first J. Chapter IV: Treatment of critical limb American Heart Association Task Force on or a balloon angioplasty-first revascularization ischaemia. Eur J Vasc Endovasc Surg. 2011 Practice Guidelines Developed in Collaboration strategy. J Vasc Surg. 2010;51:5S–17S Dec;42 Suppl 2:S43-59. El tratamiento endovascular de las arterias infra-poplíteas tiene el potencial para alcanzar tasas similares de salvataje de la extremidad con una menor morbilidad y mor- Referencias With the Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, Society of 3.Adam DJ, Beard JD, Cleveland T, et al. Interventional Radiology, Society for Vascular Bypass versus angioplasty in severe ischaemia Medicine, and Society for Vascular Surgery. J of the leg (BASIL): multicentre, randomised Vasc Surg 2011;54(5):e38-52. controlled trial. Lancet. 2005;366:1925–1934. 11 Miocardiopatia hipertrófica ¿qué hay de nuevo? Dra. Sara Berensztein. Profesora Adjunta de Medicina Interna. Doctora en Medicina. Jefa de Laboratorio de Ecocardiografía del Hospital de Clínicas “José de San Martín”. Subjefa de la División Cardiología del Hospital de Clínicas “José de San Martín”. La miocardiopatía hipertrófica (MH) es la miocardiopatía genética más frecuente. Su prevalencia es del 0,2%. Fue descripta por franceses y alemanes alrededor de 1900. Se diagnostica en presencia de un ventrículo izquierdo hipertrofiado y pequeño que no se explique por otra enfermedad que pueda razonablemente explicar esa magnitud de hipertrofia, una hipertrofia generalmente septal y asimétrica y con un movimiento anterior sistólico de la válvula mitral en el caso de ser obstructiva. La muerte súbita (1%/año) y síntomas (disnea, angor o presíncope) secundarios a obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo y/o disfunción diastólica junto con la fibrilación auricular, el aneurisma apical y la disfunción sistólica limitan la sobrevida. Es una enfermedad genética del sarcómero cardíaco, causada por mutaciones en uno o varios genes que codifican diferentes componentes del aparato contráctil. Novedades en genética Existen distintos tipos de enfermedades genéticas. Estas son: 1.Alteraciones cromosómicas con la deleción o adición de una parte o un cromosoma entero. 2.Enfermedades poligénicas, que son la mayoría, en la que la enfer- 12 medad se debe a la interacción de diferentes genes. 3.Enfermedades monogénicas. Éstas son heredadas de acuerdo con las leyes de Mendel. Los patrones de herencia de las enfermedades monogénicas son autosómica dominante, autosómica recesiva, ligada a X y mitocondrial. a. Enfermedades autosómicas dominantes. Sólo uno de los alelos heredados es defectuoso y el otro es normal. El carácter dominante de la enfermedad significa que con un solo alelo afectado por una mutación ya se puede provocar la enfermedad. Las mutaciones autosómicas dominantes son heredadas por el 50% de los hijos. Cada generación tiene afectados y tanto los varones como las mujeres pueden heredar y transmitir la enfermedad. b.Enfermedad autosómica recesiva. Requiere que los dos alelos heredados de los padres sean defectuosos para que el hijo herede la enfermedad. Es una forma, por lo tanto, menos común que la autosómica dominante. El 25% de los hijos están afectados y el 50% serán portadores de la enfermedad sin desarrollarla (sólo tendrán uno de los genes defectuosos). c. Enfermedades ligadas al sexo. Las mujeres son las portadoras en uno de los cromosomas X. Los varones la padecen al heredar dicho cromosoma. d.Enfermedades mitocondriales. Están siempre transmitidas por la mujer porque el cromosoma mito- condrial es heredado sólo de la madre. Por lo tanto, no se produce transmisión de varón a varón. La MH es una enfermedad autósómica dominante de diferente penetrancia La genética humana ha establecido que la MH se debe a las mutaciones proteicas dominantes que comprenden el aparato contráctil o sarcómero, causada por mutaciones en uno o varios genes que codifican diferentes componentes del aparato contráctil. La novedad es que en la actualidad se descubrió que puede deberse también a una anormalidad en el “disco intercalado”. Hoy en día se ha descubierto cerca de 900 diferentes mutaciones en genes que codifican las distintas proteínas sarcoméricas que enumeraremos a continuación. En cuanto a la alteración en el sarcómero, ésta puede deberse a una alteración en el filamento fino o en el filamento grueso o en el disco Z. Las del filamento fino son las más numerosas y son debidas a: 1. las cadenas pesadas de β miosina (MYH7) que tienen hipertrofia variable, 2. la miosina unida a la proteína C (MYBPC3) que es de buen pronóstico, 3. la miosina de cadenas livianas regulatorias (MYL2) que está asociada a arritmias auriculares, 4. la miosina de cadenas livianas esenciales (MYL3) cuyos síntomas aumentan con la duración de la enfermedad y 5. la titina (TTN) asociada con arritmias ventriculares. Las de filamento grueso son debidas a: 1. la troponina T (TNNT2) generalmente no da síntomas, tiene poca o ninguna hipertrofia y es la más peligrosa, 2. la troponina I (TNNT3) asociada a insuficiencia cardíaca, 3. la α tropomiosina (TPM1) que es de relativa benignidad y se observa el comienzo de la enfermedad recién en ancianos y 4. la actina (ACTC1). Las del disco Z son de reciente descubrimiento y son debidas a: 1. en la pro- teína muscular LIM (CSRP3) asociada a hipertrofia variable y a miopatía esquelética, 2. la teletonina (TCAP) y 3. miozenina 2 (MYOZ2) estas 2 últimas asociadas a hipertrofia variable. Entre estos genes las mutaciones la de MYH7 y la MYPBC3 son las más frecuentes y 50 % de las MH se deben a ellas dos. Mientras que las debidas a TNNT2, TNNI3, ACTC, TPM1, MYL3 y MYL2 en forma conjunta representan menos del 20 % de todas las MH. La enfermedad puede estar ausente en los jóvenes pero con la edad hay expresión progresiva de la histopatología debida a la diferente penetrancia. Las diferentes patentes morfológicas de hipertrofia de la MH (asimétrica, concéntrica o apical) no se relacionan con el genotipo subyacente, con la excepción de una única mutación de la actina que uniformemente produce hipertrofia apical. Los parámetros clínicos tradicionales que definen a los pacientes con riesgo aumentado de muerte súbita incluyen síncope, gradientes muy aumentados del tracto de salida del ventrículo izquierdo (≥50 mm Hg), hipertrofia masiva del ventrículo izquierdo (grosor parietal ≥30 mm), hipotensión inducida por el ejercicio y muerte súbita en familiares de 1º grado. Este último parámetro es importante porque todos los miembros afectados comparten una mutación genética idéntica que causa MH. Las guías en genética de la MH 2011establecen lo siguiente: Clase I • La evaluación de la herencia familiar para un eventual consejo genético se recomienda como parte de la evaluación de la MH. (Nivel de Evidencia: B) • Los pacientes que se realizan dicho estudio genético deben ser aconsejados por expertos en la genética de enfermedad cardiovascular para una correcta valoración conjuntamente con el paciente. (Nivel de Evidencia: B) • El screening clínico con o sin test genético es recomendable en familiares de primer grado con riesgo de desarrollar MH. (Nivel de Evidencia: B). • El test genético para MH y otras causas genéticas de hipertrofia cardíaca inexplicable se recomienda en pacientes con una presentación clínica atípica o cuando se sospecha otra condición genética. (Nivel de Evidencia: B). Clase IIa • El test genético es razonable para facilitar la identificación de familiares de primer grado con riesgo de desarrollar MH. (Nivel de Evidencia: B). Clase IIb • La utilidad del test genético para la aseveración del riesgo de muerte súbita en MH es incierto. (Nivel de Evidencia: B). Clase III: Sin beneficio • No se recomienda el estudio genético en familiares de un paciente que no tenga una mutación patogénica definida. (Nivel de Evidencia: B). • No se recomienda el estudio genético en familiares de pacientes con MH genotipo negativos. (Nivel de Evidencia: B). Pacientes con genotipo positivo/ fenotipo negativo Clase I • En individuos con mutaciones patogénicas que no expresan el fenotipo para MH se recomienda realizar electrocardiogramas seriados, Eco y revisaciones clínicas a intervalos periódicos (cada 12 a 18 meses en chicos y adolecentes y cada 5 años en adultos), basado en la edad del paciente y su cambio en el estatus clínico (Nivel de Evidencia: B) Maron en una publicación que discute la genética de la MH en los últimos 20 años resume lo fundamental en 10 puntos: 1. La MH es una enfermedad cardíaca de origen familiar con una prevalencia de 1:500. La MH tiene una expresión fenotípica heterogénea que se hereda con una patente 13 autosómica dominante con penetrancia variable. 8. Las mutaciones no pronostican severidad de la MH. 2. Existen >11 genes causales que contienen >1.400 mutaciones que codifican las proteínas de los miofilamentos finos y gruesos del sarcómero y del disco Z. Más del 70% de las MH con test genéticos positivos tienen mutaciones en el MYH7 (cadenas pesadas de la B-miosina) o en el MBPC3 (la miosina unida a la proteina C). 9. Los pacientes a los cuales se les hace un test genético en caso + deben recibir soporte psicológico y no ser discriminados para trabajos o seguros aunque esto no se aplica al área militar. 3. Las mutaciones identificadas con el test genético pueden ser consideradas patogénicas, no patogénicas o una variante con significado incierto. Las mutaciones pueden moverse de una categoría a otra a medida que la ciencia evolucione. 4. Los test genéticos pueden ayudar en diagnósticos ambiguos de hipertrofia cardíaca como para diferenciar MH de hipertensión o corazón de atleta. Sin embargo, en estos test sólo el 50% de los pacientes con MH tienen un test positivo, y uno negativo no es concluyente. 5. El screening de los miembros de una familia con MH conocida debe comenzar con un chequeo clínico (electrocardiograma y ecocardiograma) para identificar los fenotipos positivos. El test genético puede ser útil en los fenotipos negativos siempre y cuando tengan un gen alterado conocido. 6. Puede darse un test genético falsamente negativo (con MH fenotípica +) porque tiene una mutación aún desconocida y al revés ser falsamente + si es asignado a una variante con significado incierto cuando en realidad no es MH. 7. Los miembros de la familia que son genotipo positivos pero fenotipo negativo es decir no tienen hipertrofia del VI en el eco deben ser estudiados a lo largo de la vida hasta la edad adulta para ver cuando presentan estas alteraciones. En la actualidad, en las guías, a este grupo de pacientes no se los excluye de la práctica deportiva. 10. Los autores sugieren que para tener confianza en el resultado de los test genéticos se requiere que la interpretación de las mutaciones sean estandardizadas. Novedades en Eco strain El índice que correlaciona la onda temprana E mitral del Doppler con la onda temprana tisular e´ lateral o septal se ha utilizado para comprobar o descartar elevación de las presiones de llenado de importancia en el diagnóstico de insuficiencia cardíaca sobretodo diastólica. Pero lo novedoso es que este índice es útil en la MH para predecir eventos cardíacos. Es así que en el trabajo de Kitaoka et al. se siguieron pacientes por más de 6 años y aquellos con relación E/ e´menor de 10 estuvieron libre de eventos mientras que aquellos con relación E/e´ de 10 empezaron con los eventos aún antes del año. Otro elemento del ECO novedoso para el análisis de la MH en los últimos tiempos ha sido el strain o deformación y el strain rate y el specke tracking. El proceso miopático en la MH ataca tanto al ventrículo como a la aurícula. La función de esta última es importante para mantener el volumen minuto a pesar de la alteración en la relajación y la compliance y al mismo tiempo que progresa la enfermedad y aumenta el volumen (ley de Frank Starling dilata para mantener el volumen minuto) de la aurícula izquierda va disminuyendo la función de bomba que precede los síntomas e indica mal pronóstico. Existen 3 funciones de la aurícula izquierda: 1. la de reservorio influenciada por la contracción del ventrículo izquierdo, la relajación de la aurícula izquierda y la rigidez, 2. 14 la de conducto influenciada por la relajación y precarga del ventrículo izquierdo y 3. la de bomba influenciada por la contractilidad intrínseca de la aurícula izquierda, las presiones de llenado y la compliance del ventrículo izquierdo. Tanto estas 3 funciones como las del ventrículo izquierdo pueden ser analizadas por speckle tracking. La deformación longitudinal tanto del ventrículo izquierdo (strain longitudinal del VI) como de la aurícula izquierda (strain auricular izquierda de fin de diástole durante la contracción auricular, strain rate sistólico, y strain rate de la diástole temprana) son dependientes mutuamente y están ambos alterados en la MH a pesar de que la Fey está conservada y esta alteración se determina en el ECO por las velocidades tisulares y por el strain y strain rate. A pesar de que las 3 funciones de la aurícula izquierda están alteradas la que más lo esta es la de bomba. La dilatación de la aurícula izquierda afecta el pronóstico en la MH y la alteración del strain longitudinal de la aurícula izquierda (un strain auricular izquierda de fin de diástole de 0,92 s-1 fue el valor de corte ideal como identificador de signos de insuficiencia cardíaca en p con MH) puede indicar además de mal pronóstico, la presencia de fibrosis y diasarray miocárdico favorecedor de una fibrilación auricular y resultaría de interés como guía en el tratamiento. El Doppler tisular estudia tanto la sístole con la onda S como la diástole con la onda E` y ambas pueden estar disminuídas aún antes de la aparición de la hipertrofia. El Doppler tisular puede servir también para medir el strain miocárdico así como el strain rate que no están influenciados por la traslación, el tethering o tironeamiento como las velocidades del Doppler convencional. El strain tiene sus limitaciones, mucho menores son con el speckle tracking que directamente asevera la motilidad miocárdica desde el eco bidimensional y es independiente. El speckle tracking es una técnica ecocardiográfica que ana- liza la motilidad de los puntos o reflecciones dentro de una ventana ultrasónica. Estas reflecciones se describen también como ‘‘speckles’’, ‘‘marcadores’’, ‘‘patentes’’, ‘‘rasgos o características’’, o ‘‘huellas digitales’’ en donde el strain o deformación es analizado consecutivamente cuadro a cuadro por 2D y/o 3D independientemente del ángulo. Esta secuencia provee información tanto cuali como cuantitativa de la deformación tisular y de la motilidad. Además un strain sistólico máximo reducido a > de-10% en más de 3 segmentos sirve para discriminar pacientes con y sin taquicardia ventricular no sostenida en el Holter por lo que la deformación o strain longitudinal disminuido sirve para la estratificación de riesgo en la prevención de la muerte súbita. Novedades en Eco y Ejercicio En las guías AHA ACC del 2002 existía una contraindicación relativa del ejercicio como test pronóstico en la MH. En las guías actuales del 2011 persiste el miedo a estudiar pacientes con ejercicio en casos con obstrucciones muy elevadas del tracto de salida del ventrículo izquierdo y el test con ejercicio en esta patología tiene una indicación clase II a. El eco estrés con ejercicio puede tener un rol para desenmascarar la disfunción sistólica entre el 22 al 44 % de las MH con alteración de la motilidad y disminución del engrosamiento sistólico en segmentos hipertróficos. Pero la indicación principal sigue siendo para desenmascara la obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo cuando no está presente en reposo. Peteiro et al reportaron la correlación entre los parámetros del eco estrés con ejercicio: 1. el gradiente del tracto de salida del ventrículo izquierdo, 2. la insuficiencia mitral, 3. la fracción de eyección, 4. el índice del score de motilidad de los 16 segmentos con eventos cardiacos duros como muerte, transplante cardíaco, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca hospitalizada, correcta des- carga del cardiodesfibrilador implantable (CDI), taquicardia ventricular sostenida y blandos como fibrilación auricular y síncope) en 255 pacientes, 60 con obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo y 43 con obstrucción sólo con ejercicio (se descartaron enfermedad coronaria y disfunción sistólica) con un seguimiento de 4,1 años. Se observó un trastorno de la motilidad en el 7,9%; lo notorio es que no se relacionó con el gradiente del tracto de salida del ventrículo izquierdo, la hipotensión en el ejercicio y la hipertrofia al revés de la literatura. En el multivariado se encontraron 4 variables ecocardiográficas predictivas: 1. el grosor máximo del ventrículo izquierdo, 2. equivalentes metabólicos o capacidad funcional (mets), 3. score del índice de motilidad en reposo y 4. cambio del índice con el ejercicio. Asimismo no se relacionó con la obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo, historia familiar de muerte súbita, síncope y respuesta de la tensión arterial en el ejercicio. carga apropiada de un CDI para taquicardia ventricular o fibrilación ventricular. b. Historia familiar de muerte súbita incluyendo descarga apropiada de un CDI para taquicardia ventricular o fibrilación ventricular. c. Síncope inexplicable. d. Taquicardia ventricular no sostenida documentada definida como 3 o más extrasístoles ventriculares con una frecuencia > a 120x minuto en el Holter. e. Grosor parietal del ventrículo izquierdo ≥ de 30 mm. Novedades en realce tardío y MH Clase IIa 1. Es razonable aseverar la respuesta de la presión arterial durante el ejercicio como parte de la estratificación de riesgo de muerte súbita en pacientes con MH. (Nivel de Evidencia: B). 2. La estratificación de riesgo de muerte súbita debe determinarse en forma periódica (cada 12 a 24 meses) en pacientes con MH que no recibieron un CDI pero que pueden eventualmente presentar factores de riesgo para la implantación del mismo (entre 12 a 24 meses). (Nivel de Evidencia: C). El realce tardío indica fibrosis que va del 50 al 77 % se asocia a anomalías de perfusión y alteración de la motilidad con el ejercicio. La hipertrofia se asocia más con muerte súbita en especial en jóvenes. En un estudio de Maron et al del 2003 de 1101 pacientes, la obstrucción fue un predictor independiente de insuficiencia cardíaca y muerte mientras que el realce tardío se asoció con taquicardia ventricular, insuficiencia cardíaca C y muerte. Class IIb Los siguientes factores de riesgo para muerte súbita deben ser considerados en pacientes con MH con indicación de CDI borderline: a. RNM con imagen de realce tardió. (Nivel de Evidencia: C)* b. Mutaciones dobles o compuestas ( >1). (Nivel de Evidencia: C) c. Obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo marcada. (Nivel de Evidencia: B). Las guías de muerte súbita en MH 2011 establecen lo siguiente: Clase III: Daño El estudio electrofisiológico de rutina para la estratificación de riesgo de muerte súbita no se debe realizar en p con MH. (Nivel de Evidencia: C). Clase I A todos los pacientes con MH se les debería realizar la estratificación de riesgo para muerte súbita en la evaluación inicial para determinar la presencia de lo siguiente: (Nivel de Evidencia: B). a. Historia de fibrilación ventricular, taquicardia ventricular sostenida o muerte súbita incluyendo des- 16 Las recomendaciones para la colocación de un CDI 2011 son las siguientes: Clase I 1. La decisión para colocar un CDI en pacientes con MH debe incluir un juzgamiento clínico individual así como una profunda discusión de la fuerza de la evidencia, beneficios y riesgos conjuntamente con la participación activa del paciente. (Nivel de Evidencia: C). 2. Es razonable recomendar un CDI en pacientes con MH con paro cardíaco previo documentada, fibrilación ventricular o taquicardia ventricular hemodinámicamente significativa. (Nivel de Evidencia: B). Clase IIa 1. Es razonable recomendar un CDI en p con MH con: a. Muerte súbita causada en familiares de 1º grado de pacientes con MH. (Nivel de Evidencia: C). b. Un grosor máximo parietal del VI ≥ de 30 mm. (Nivel de Evidencia: C) c. Uno o más episodios sincopales inexplicables recientes. (Nivel de Evidencia: C). 2. Un CDI puede ser útil en p selectos con MH con taquicardia ventricular no sostenida (particularmente en aquellos < de 30 años) en presencia de otros factores de riesgo de muerte súbita. (Nivel de Evidencia: C). 3. Un CDI puede ser útil en pacientes selectos con MH con una respuesta anormal de la presión arterial en el ejercicio en presencia de otros factores de riesgo de muerte súbita. (Nivel de Evidencia: C) 4. Es razonable recomendar un CDI en niños de alto riesgo con síncope inexplicable, hipertrofia masiva del ventrículo izquierdo o historia familiar de muerte súbita, teniendo en cuenta el rango de complicaciones elevadas que conlleva la implantación de un CDI a tan escasa edad. (Nivel de Evidencia: C). Clase IIb 1. La utilidad de la colocación de un CDI con sólo algunas corridas de taquicardia ventricular no sostenido es incierto en pacientes con MH en ausencia de otros factores de riesgo de muerte súbita. (Nivel de Evidencia: C). 2. La utilidad de la colocación de un CDI es incierto en pacientes con MH con una respuesta anormal de la presión arterial en el ejercicio en ausencia de otros factores de riesgo de muerte súbita, particularmente en presencia de obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo. (Nivel de Evidencia: C). Clase III: Daño 1. La colocación de un CDI en pacientes con MH en ausencia de factores de riesgo de muerte súbita es potencialmente dañina. (Nivel de Evidencia: C). 2. La colocación de un CDI en pacientes con MH como estrategia para permitirles participar en deportes competitivos es potencialmente dañina. (Nivel de Evidencia: C). 3. La colocación de un CDI en pacientes con genotipo de MH pero sin manifestaciones clínicas es potencialmente dañino. (Nivel de Evidencia: C). Novedades en Terapia Invasiva ¿Está asociada con algún beneficio? Hay más preguntas que respuestas invasiva no fue un predictor independiente significativo de mortalidad relacionada con MH (HR: 0.7, 95% intervalo de confianza: 0.4 a 1.3, p = 0.3). La sobrevida relacionada con MH fue 99.5% (1º año), 96.3% (5º año) y 90.2% (10º año) en el cohorte invasivo y 97.8% (1º año), 94.6% (5º año) y 86.9% (10º año) en el cohorte conservador (p = 0.3). Por lo que se concluyó que los pacientes tratados en forma invasiva tenían una sobrevida total superior a la terapia conservadora, y que este último grupo era más factible que muriera de causas no cardíacas por lo que la mortalidad relacionada a MH es similar, sin importar el tipo de terapia. Por otra parte Rakowski alega que la cirugía con miomectomía es ideal en menores de 50 años ya que en los mayores aumenta la morbimortalidad. En pacientes con MH obstructiva con gradientes en reposo significativos ¿es mejor la sobrevida a largo plazo con el manejo conservador con el tratamiento médico o el tratamiento invasivo ya sea cirugía, tratamiento septal con etanol o marcapasos? Esta duda la trato de contestar el grupo de Harry Rakowski y para esto estudió un cohorte de 649 pacientes con gradientes en reposo significativos y se comparó la muerte total y la relacionada con la MH (246 pacientes fueron tratados en forma conservadora y 403 pacientes fueron manejados mediante cirugía con miomectomía, ablación septal con etanol, o marcapasos dual. El análisis multivariado demostró que una intervención invasiva fue un determinante significativo de la mortalidad total (HR: 0.6, 95% intervalo de confianza: 0.4 a 0.97, p = 0.04). La sobrevida total fue mayor en la rama invasiva (99.2% al año, 95.7% a los 5 años y 87.8% a los 10años de sobrevida) que en la conservadora (97.3% al año, 91.1% a los 5 años 75.8% a los 10años de sobrevida, p = 0.008).Sin embargo, la terapia 17 Referencias 1.Ball W, Ivanov J, Rakowski H, et al. Long- 10. Maron BJ, Maron MS, Semsarian C. term survival in patients with resting obstructive Genetics of Hypertrophic Cardiomyopathy hypertrophic cardiomyopathy comparison of After 20 Years.Clinical Perspectives. J Am Coll conservative versus invasive treatment. J Am Cardiol. 2012;60(8):705-715. Coll Cardiol 2011;58:2313-2321. 11. Maron MS, Pandian N. Editorial. Risk 2.Carasso S, Yang H, Woo A, Jamorski M, Stratification in Hypertrophic Cardiomyopathy: Wigle D, Rakowski H et al. Diastolic Myocardial Is Two-Dimensional Echocardiographic Strain Mechanics in Hypertrophic Cardiomyopathy. J Ready for Prime Time? J Am Soc Echocardiogr. 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Am Soc Echocardiogr 2012; 25 (2):190-193. 18 Artículos selectos Insuficiencia cardíaca diastólica en la hipertensión: Posibles Beneficios Preventivos del Nebivolol más allá de reducir la presión arterial Natalia PATRASCU, University of Medicine and Pharmacy, Bucharest, Romania. Journal of Clinical Medicine 2013; 8(3): 285-289. La hipertensión arterial es una de las enfermedades cardiovasculares más prevalentes y una de las causas más importantes de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección baja o conservada. Aunque varias drogas son altamente efectivas en la reducción de la presión arterial, el tratamiento óptimo para prevenir la progresión de la insuficiencia cardíaca es todavía incierto. Los beta-bloqueantes, drogas con indicaciones y beneficios bien establecidos para la hipertensión y la insuficiencia cardíaca, parecen mostrar variables propiedades farmacológicas con diferentes consecuencias en la hemodinámica cardiovascular. Con el nebivolol, beta-bloqueante de tercera clase, particularmente por su mecanismo de vasodilatación mediada por la liberación de óxido nítrico, se ha demostra- do que proporciona beneficios sustanciales más allá del efecto de reducir la presión sanguínea, tales como la reversión de la disfunción endotelial y una mejoría en: el acoplamiento ventrículoarterial, la reserva de flujo coronario y de la función diastólica que es independiente de los cambios en la geometría ventricular. Por lo tanto, nebivolol parece ser superior a otros betabloqueantes "clásicos" para la reversión de disfunción ventricular izquierda subclínica en pacientes hipertensos, antes de la aparición de la insuficiencia cardíaca. Esto podría ser un dato importante a tener en cuenta, sobre todo para las primeras etapas de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada en las cuales no hay todavía un tratamiento óptimo establecido. 19 Efectos antihipertensivos y metabólicos de la asociación de bloqueantes del receptor de angiotensina con diuréticos, en pacientes obesos e hipertensos, afroamericanos y caucásicos Ofili Elizabeth, Zappe Dion, Purkayastha Das, Samuel Rita, Sowers James. Am J Ther. 2013 January ; 20(1): 2–12. Un ensayo clínico (estudio VITAE) comparó la disminución de la presión arterial con valsartán/hidroclorotiazida versus amlodipina/ hidroclorotiazida, en pacientes obesos e hipertensos. Comparando las asociaciones amlodipina/ hidroclorotiazida, con valsartan/ hidroclorotiazida, se objetivaron cambios en la respuesta hiperglucémica a la hidroclorotiazida. Un objetivo de este análisis posthoc fue determinar si este beneficio se extendió a los pacientes afroamericanos y caucásicos. Los tratamientos (valsartán 160mg + hidroclorotiazida 12,5mg con titulación a valsartán 320mg/hidroclorotiazida 25mg en la cuarta semana o hidroclorotiazida 12,5mg con titulación a hidroclorotiazida 25mg en la cuarta semana en combinación con amlodipina 5 y 10 mg agregados en las semanas 8 y 12 respectivamente) se administraron una vez al día. Ambos tratamientos redujeron la presión arterial en todos los controles 20 clínicos (p<0.0001), sin importar raza ni etnia (126 afroamericanos, 212 caucásicos). En los afroamericanos no hubo diferencias significativas entre los tratamientos para la reducción de la presión arterial clínica y ambulatoria en las semanas 8 ó 16. Los caucásicos respondieron mejor a valsartan/hidroclorotiazida. En ambos subgrupos raciales/étnicos, la adición de valsartán pero no de amlodipina mejoró la respuesta hiperglucémica de la hidroclorotiazida a través de la mejoría en la secreción de insulina. Valsartán / hidroclorotiazida fue tan eficaz como amlodipina / hidroclorotiazida en la reducción de la presión arterial en hipertensos obesos afroamericanos, y fue mejor que amlodipina / hidroclorotiazida en los caucásicos. En ambos subgrupos raciales / étnicos, la adición de valsartán a la hidroclorotiazida reduce los efectos metabólicos negativos asociados al tratamiento con tiazidas.